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la velocidad de la luz permanecía constante para cualquier velocidad y movimiento relativo

al supuesto éter omnipresente y, además, independientemente del sistema de referencia


en el cual se medía (contrariamente a lo esperado de aplicar las transformaciones de
Galileo) .6 Por tanto la hipótesis del éter quedaba descartada y se abría un problema
teórico grave asociado a las transformaciones de Galileo. Hendrik Lorentz ya había
encontrado que las transformaciones correctas que garantizaban la invariancia no eran las
de transformaciones de Galileo, sino las que actualmente se conocen
como transformaciones de Lorentz.
Durante años las transformaciones de Lorentz y los trabajos de Henri Poincaré sobre el
tema quedaron inexplicados hasta que Albert Einstein, un físico desconocido hasta 1905,
sería capaz de darles una interpretación considerando el carácter relativo del tiempo y
el espacio. Einstein también había sido influido por el físico y filósofo Ernst Mach.7 Einstein
leyó a Ernst Mach cuando era estudiante y ya era seguidor suyo en 1902, cuando vivía
en Zúrich y se reunía regularmente con sus amigos Conrad Habicht y Maurice Solovine
(Véase Academia Olimpia).8 Einstein insistió para que el grupo leyese los dos libros que
Mach había publicado hasta esa fecha: El desarrollo de la mecánica (título original, Die
Mechanik in ihrer Entwicklung, Leipzig, 1883) y El análisis de las sensaciones (Die Analyse
der Empfindungen und das Verhältnis des Physischen zum Psychischen, Jena, 1886).7
Einstein siempre creyó que Mach había estado en el camino correcto para descubrir la
relatividad en parte de sus trabajos de juventud, y que la única razón por la que no lo había
hecho fue porque la época no fue la propicia.9 El artículo de 1905 de Einstein, titulado Zur
Elektrodynamik bewegter Körper,1 cambió radicalmente la percepción del espacio y el
tiempo que se tenía en ese entonces. En ese artículo Einstein introducía lo que ahora
conocemos como teoría de la relatividad especial. Esta teoría se basaba en el principio
de relatividad y en la constancia de la velocidad de la luz en cualquier sistema de
referencia inercial. De ello Einstein dedujo las ecuaciones de Lorentz. También reescribió
las relaciones del momento y de la energía cinética para que éstas también se
mantuvieran invariantes.
La teoría permitió establecer la equivalencia entre masa y energía y una nueva definición
del espacio-tiempo. De ella se derivaron predicciones y surgieron curiosidades. Como
ejemplos, un observador atribuye a un cuerpo en movimiento una longitud más corta que
la que tiene el cuerpo en reposo y la duración de los eventos que afecten al cuerpo en
movimiento son más largos con respecto al mismo evento medido por un observador en el
sistema de referencia del cuerpo en reposo.
ando se aplican estos dos principios a las ecuaciones de Maxwell se ve que éstas sólo son
invariantes bajo las transformaciones de Lorentz, lo que implica que el intervalo de tiempo
entre dos sucesos o la distancia entre dos puntos deben ser relativos al observador. Es
decir, no todos los observadores medirán el mismo intervalo de tiempo entre dos sucesos
o la misma longitud para un mismo objeto. Ese carácter no absoluto, sino relativo del
espacio y el tiempo, que es una consecuencia de requerir que las medidas tomadas por
diferentes observadores dejen invariantes las ecuaciones de Maxwell es la fuente de todos
los resultados sorprendentes de la teoría de la relatividad. Cuando se examinan las leyes
de Newton y otras leyes del movimiento de la mecánica clásica se aprecia que estas
deben ser modificadas para ser también invariantes según las mismas transformaciones
que las ecuaciones de Maxwell.

Principio de relatividad[editar]
Artículo principal: Principio de relatividad

Henri Poincaré, matemático francés, sugirió a finales del siglo XIX que el principio de
relatividad establecido desde Galileo (la invariancia galileana) se mantiene para todas las
leyes de la naturaleza. Joseph Larmor y Hendrik Lorentz descubrieron que las ecuaciones
de Maxwell, la piedra angular del electromagnetismo, eran invariantes solo por una
variación en el tiempo y una cierta unidad longitudinal, lo que produjo mucha confusión en
los físicos, que en aquel tiempo estaban tratando de argumentar las bases de la teoría
del éter, la hipotética substancia sutil que llenaba el vacío y en la que se transmitía la luz.
El problema es que este éter era incompatible con el principio de relatividad.
En su publicación de 1905 en electrodinámica, Henri Poincaré y Albert Einstein explicaron
que, con las transformaciones hechas por Lorentz, este principio se mantenía
perfectamente invariable. La contribución de Einstein fue el elevar
este axioma a principio y proponer las transformadas de Lorentz como pri

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