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La autoestima tiene sus grados, los cuales son: (a) Autoestima alta, es aquella
persona que vive, comparte e invita a la integridad, honestidad responsabilidad,
comprensión y amor, se tiene confianza y actuando con independencia con fe
en sus decisiones y se acepta a sí mismo totalmente como ser humano
sintiéndose orgulloso de sus logros; (b) Autoestima baja, la persona evita
situaciones que le causen ansiedad, aprende con dificultad, piensa que no
puede despreciando sus dotes naturales, irritándose con facilidad por cosas sin
importancia dejándose influir por los demás que lo conlleva a sentirse infeliz,
deprimido y controlado por todo; y (c) Autoestima mediana, es el resultado de
no haber dispuesto de la suficiente exposición a los factores evolutivos que lo
conducen a la autoestima alta, muestra incongruencia se siente apto e inútil
acertado y equivocado, actúa con sensatez y otras con reflexión reforzando así
con seguridad se asocia a características positivas y negativas de su
personalidad.
En la autoestima influyen diferentes aspectos como: (1) El familiar, los datos
muestran que en las situaciones de violencia del hogar tanto las víctimas como
los agresores suelen poseer niveles muy bajos de autoestima, existen padres,
madres, docentes o cuidadores que humillan, desprecian, no prestan atención,
se burlan o se ríen del niño, no lo ayuda cuando siente dolor, tiene un pequeño
accidente, necesita que lo defiendan, expresa miedo, etc.; (2) El social, este
cumple una función muy importante para la formación de la persona a partir de la
cultura toda familia adopta diferentes pautas o formas de vida que se transmiten a sus
componentes y que contribuyen a formar la personalidad de cada uno de acuerdo a un
modelo social, la propia imagen se construye desde fuera hacia dentro desde lo que
puedan pensar quienes nos rodean, considerarse limitado a causa de su identidad
étnica o sus orígenes sociales; y (3) El escolar, es fundamental que los padres y los
docentes sean capaces de transmitir valores claros, los educadores deben ser
conscientes de los distintos ritmos de desarrollo de cada niño, haciendo que se
sientan cómodos en la escuela y puedan aprovechar debidamente el tiempo que
dedican a formarse en los planos académico y personal ya que es bueno que el niño
disfrute el tiempo en la escuela ya que le ayuda a descubrir y aprender.