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Capítulo I

En el capítulo I nos pretende enseñar que ciertas cosas uno puede aprenderlas o no, a voluntad. Como nadie es
capaz de saberlo todo, no hay más remedio que elegir y aceptar con humildad lo mucho que ignoramos. Se nos
habla de lo que puede ser lo bueno y lo malo, a partir de lo que nos conviene, pero habla de que lo que es bueno
nos conviene es lo que para nosotros es bueno, pero para desarrollar esto hay unos obstáculos, que son lo que a
otros les convienen, pero esto no es lo que consideramos como bueno sino como malo, y esos son los
obstáculos, pero tenemos que saber que hay cosas que están hechas solamente para hacer algo lo cual también
puede significar un obstáculo, pero a partir del ejemplo de las abejas y castores, nos damos cuenta que es
prácticamente imposible realizar actividades que están dentro de lo que se considera como una posible fantasía
o algo parecido. Nos habla que ciertas cosas nos convienen y otras no. Y el se refiere a ciertas cosas que no nos
conviene si queremos seguir viviendo. Él llama a las cosas que nos convienen "buenas" porque nos sienten bien,
y a las que nos sientan mal las llamamos "malo". Saber lo que nos conviene es decir: distinguir entre lo bueno y
lo malo, es un conocimiento que todos intentamos adquirir. También nos habla que hay algunas cosas que
pareciéndonos buenas pueden ser muy perjudiciales para nosotros. En este primer capítulo el autor resalta la
diferencia de otros seres vivos o inanimados con el hombre, al reconocer la libertad de los seres humanos en la
forma de inventar y elegir en parte nuestra forma de vida. Aunque desde niños se nos enseña estilos y normas
de conducta, cabe decir también que somos seres imprevisibles, pues tenemos una serie de alternativas en
nuestro caminar por la vida y vamos tomando de esas opciones para formar nuestro carácter nuestra forma de
pensar y actuar. Precisamente por esa libertad de decidir podemos acertar y también muchas veces,
equivocarnos. Dos importantes puntos sobre nuestras elecciones son: que no somos libres de elegir lo que nos
pasa, sino de cómo respondemos a ello; y que el ser libres para intentar algo no quiere decir que vamos
alcanzarlo, pues en ocasiones intentamos elegir dentro de lo imposible.
En determinadas circunstancias las decisiones que se toman han de serlo mediante nuestra libertad, asunto del
que se ocupa la ética, y que nos permite actuar independientemente de órdenes, costumbres o caprichos que
pueden ser malos o “inmorales”.

Esa libertad, que nos permite cuestionar las ordenes que recibimos, las costumbres que nos rodean, o los
caprichos que nos atenazan, nos permitirá escoger la solución "correcta” a los problemas que la vida nos
plantee, es decir, lo “bueno”. Sin embargo, dado que lo bueno y lo malo no suele estar definido, esto es
complicado. Se puede ser bueno o hacer lo bueno de muchas maneras. Hay que estudiar cada circunstancia y la
intención de cada uno al realizar sus actos. Esto complica las cosas, al no haber ningún reglamento para hacer lo
bueno. Sin embargo, hay una noción que nos puede ayudar a ello, el “haz lo que quieras”.

se puede ver claramente que nadie puede ser libre en mi lugar, es decir Capítulo tres: Haz lo que quieras, en
este: nadie puede cohibirme de elegir y de buscar por mí mismo. La libertad no es solamente tomar decisiones,
es tener en cuenta qué es lo que se está decidiendo. Nunca una acción es buena sólo por ser una orden, una
costumbre o un capricho pues a veces con eso basta, pues siempre se necesita del razonamiento para determinar
si es o no conveniente algo. Se debe tener en cuenta el significado de ética y moral para no confundirlas, ya que
la Moral, son aquéllas reglas o normas que consideramos válidas, mientras que la Ética se encarga de cuestionar
por qué lo son. Hay cosas buenas y malas que nada tiene que ver con la moral y de las cuales conocemos
concretamente su utilidad. Lo único que se sabe es que la ética se basa en una frase: Haz lo que quieras. “La
libertad no es una filosofía y ni siquiera una idea: es un movimiento de la conciencia que nos lleva en ciertos
momentos a pronunciar dos monosílabos: Si o No.” (Octavio Paz, la otra voz)

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