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Tratamiento de la espondilolistesis
en el niño
J.-L. Jouve, G. Bollini, F. Launay, E. Viehweger, B. Blondel

La espondilolisis y la espondilolistesis son anomalías frecuentes en los niños, cuyo

tratamiento es aún objeto de discusión tanto desde el punto de vista etiológico como
terapéutico. La evolución de estas enfermedades es igualmente específica en los niños,
con riesgo de agravarse durante la fase de crecimiento y con estabilización potencial de
las lesiones a continuación. Deben distinguirse dos entidades: las formas con escaso
desplazamiento y las formas de grado alto. El tratamiento de las espondilolistesis con
escaso desplazamiento depende principalmente de la sintomatología: puede ir desde el
tratamiento funcional hasta el tratamiento quirúrgico mediante reconstrucción ístmica o
artrodesis lumbosacra. Los desplazamientos de grado alto son, en cambio, formas
inestables cuyo riesgo neurológico justifica una intervención quirúrgica. Dependiendo de
la cifosis lumbosacra, se diferencian las espondilolistesis con sacro horizontal o vertical.
Su tratamiento es complejo y se han descrito muchas alternativas terapéuticas. En este
artículo se trata una técnica específica de artrodesis circunferencial por vía transacra.
© 2010 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados.

Palabras Clave: Columna vertebral; Espondilolistesis; Grado alto

Plan el deslizamiento se hace importante y provoca una

¶ Introducción
¶ Particularidades de la espondilolistesis del niño
¶ Evolución natural de las diferentes formas
de espondilolistesis en el niño
¶ Tratamiento de las formas de grado bajo
Formas asintomáticas
Lumbalgias inaugurales
Lumbalgias crónicas
¶ Tratamiento de las espondilolistesis de grado alto
Principios
Cifosis lumbosacra
Formas con sacro horizontal
Formas con sacro vertical
¶ Técnica de artrodesis circunferencial por vía transacra
¶ Conclusión
■ Introducción
La espondilolisis y la espondilolistesis son anomalías
frecuentes para las que no existe un consenso estable-
cido, tanto respecto a las formas menores como a las
formas de grado alto. La infancia es el período funda-
mental de esta enfermedad. La lesión se produce des-
pués del nacimiento. En la mayoría de casos, evoluciona
durante un período corto y luego se estabiliza con un
equilibrio satisfactorio al finalizar el crecimiento. En
algunos casos, la espondilolisis sigue causando dolor o
inestabilidad de mal pronóstico. En estas situaciones
debe valorarse la idoneidad de la intervención terapéu-
1
tica y sus modalidades.
1 Las preguntas que debe responder el cirujano son
diversas. ¿Qué hacer ante la espondilolisis asintomática
2 en los niños? ¿Qué hacer ante la espondilolisis dolorosa
2 en los niños? ¿Qué hacer ante una espondilolistesis de
2 grado alto? ¿Cuáles son los factores de riesgo y los
2 elementos del pronóstico?
2 En este artículo sobre la cirugía en el niño, no se trata
de repetir todos los puntos desarrollados en el texto
3
dedicado al adulto [1]. Dada su frecuencia, sólo se tratará
3
la espondilolistesis L5-S1.
3
3
3
4
■ Particularidades
5 de la espondilolistesis del niño
La etiología es aún objeto de debate y controversia.
Recuérdese simplemente el carácter multifactorial de
esta enfermedad (genético, displasia local, displasia
regional, microtraumatismos).
Las características del niño pueden desglosarse del
siguiente modo:
• las lesiones son recientes;
• la columna vertebral está libre de fenómenos degene-
rativos;
• las lesiones son al menos parcialmente reducibles;
• las anomalías locorregionales asociadas son suscepti-
bles de corrección espontánea después del trata-
miento.

Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología 1

E – 44-180 ¶ Tratamiento de la espondilolistesis en el niño
Este último punto debe llevar a considerar el trata-
miento quirúrgico de las formas con gran desplaza-
miento de una forma un tanto diferente respecto al de
los adultos. Al igual que en la escoliosis, en los niños
existen posibilidades de corrección y adaptación de las
alteraciones estáticas asociadas que no se encuentran en
los adultos cuando las deformaciones están fijadas.
■ Evolución natural
de las diferentes formas
de espondilolistesis en el niño
Se puede considerar actualmente establecido que la
espondilolisis es un fenómeno adquirido después de la
verticalización. La morfología y la situación del istmo de
L5 hacen de él un verdadero «fusible mecánico» que
refleja desde el punto de vista antropológico un bipe-
dismo aún reciente y adaptado de manera imperfecta.
Bajo el efecto de factores predisponentes, la acumula-
ción de tensiones en el istmo produce problemas de
crecimiento y, a continuación, una ruptura, de tal
manera que se tiene la tentación de equipararla a una
fractura por estrés. Cuando la lesión está instaurada, a
veces puede evolucionar hacia la consolidación espon-
tánea, lo cual produce un aspecto de istmo alargado
como resultado de la sucesión de fracturas y consolida-
ciones. Por lo general la enfermedad evoluciona hacia la
perpetuación de la lesión. El desplazamiento, cuando
tiene lugar, se produce durante la infancia [2]. Después
de la edad de 20 años, la progresión de la listesis sólo
se debe a modificaciones secundarias a la degeneración
discal. El principal factor de deslizamiento parece ser el
equilibrio sagital del par lumbopélvico. Evidentemente,
muchos parámetros poco conocidos participan en la
génesis del desplazamiento.
Meyerding [3] ha propuesto una clasificación actuali-
zada periódicamente. Marchetti y Bartolozzi [4] también
han propuesto una clasificación que recoge la anterior
y distingue dos tipos:
• tipo 1: espondilolistesis displásica, que incluye la
displasia de grado alto y la de grado bajo;
• tipo 2: espondilolistesis adquirida, con cuatro subgru-
pos:
C traumático, que distingue las fracturas por estrés,
muy frecuentes, de las formas agudas, de carácter
excepcional;
C iatrogénico postoperatorio;
C patológico a partir de infección o tumor;
C degenerativo.
Esquemáticamente, la displasia de tipo 1 comienza en
la primera infancia hacia los 5 años, cuando se adquiere
la verticalización. En este grupo, se encuentran las
formas de grado alto. Las formas de tipo 2 del niño
están relacionadas principalmente con microtraumatis-
mos que se producen sobre todo en la adolescencia y
que están favorecidos por los deportes que solicitan la
columna en extensión y compresión (gimnasia, muscu-
lación, buceo). Estas formas de la adolescencia se
corresponden bastante bien con la definición de fractura
por estrés y están, por lo general, poco o en absoluto
desplazadas.
Desde el punto de vista terapéutico, sea cual sea la
causa, se pueden distinguir dos formas de espondilolis-
tesis que condicionan el pronóstico y las indicaciones
terapéuticas: formas de grado bajo y de grado alto.
■ Tratamiento de las formas
de grado bajo
Este término se refiere a las espondilolisis no despla-
zadas y a las espondilolistesis de grado 1 o 2 de Meyer-
ding, cuyo deslizamiento es inferior a la mitad del
2 Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología
platillo sacro. La intervención terapéutica depende
fundamentalmente de la existencia de síntomas y de su
tipo.
Formas asintomáticas
No justifican el tratamiento. Se recomienda la vigi-
lancia radiológica anual en los niños pequeños. desde el
punto de vista médico no está justificada la restricción
de la actividad física en estos pacientes, independiente-
mente del tipo de deporte de que se trate. En cambio,
está bajo reserva cuando se trata de niños deportistas de
alto nivel, que pueden llegar a practicar más de 20 horas
semanales de entrenamiento. Estos ritmos en los niños
se salen de los límites fisiológicos y no se deben
recomendar.
Lumbalgias inaugurales
Lo más frecuente es que se trate de la constitución de
una fractura ístmica por estrés. Por lo general, afecta al
adolescente deportista. A menudo existe un contexto de
microtraumatismos repetidos. A menudo la lisis es
unilateral. La gammagrafía confirma el carácter reciente
de la lesión. Pueden considerarse dos opciones terapéu-
ticas: el tratamiento sintomático y el intento de conso-
lidación de la fractura mediante corsé.
Tratamiento sintomático
Se basa en el principio de que la sintomatología
dolorosa debida a la fractura inicial puede ser un
episodio transitorio. Este incidente tiene todas las
posibilidades de desembocar, después de pocos meses,
en un estado de espondilolisis bilateral asintomática. En
esta opción, el tratamiento se limita a controlar el dolor
por medio de analgésicos menores asociados al uso
intermitente de un lumbostato ligero. Las actividades
deportivas se suprimen hasta que cesen los síntomas. Se
justifica un seguimiento anual hasta el final del creci-
miento. Nosotros recomendamos un tratamiento simple
durante el período doloroso, sin inmovilización prolon-
gada. Hay que informar a la familia de que, en caso de
persistencia del dolor después de 1 año, puede conside-
rarse la cirugía.
Consolidación de la fractura mediante corsé
Se realiza mediante un yeso en hemipantalón que
inmovilice la unión lumbosacra y que se mantiene
durante tres meses. Para Dubousset [5], en la mayoría de
los casos se obtiene la consolidación con la condición
de que el tratamiento sea precoz y de que no exista
listesis asociada. Steiner [6] recomienda un corsé en
deslordosis durante 6 meses, que debe llevarse 23 horas
cada día cuando la gammagrafía muestra aumento
localizado de la captación. Este autor describe una
proporción del 32% de consolidación en una serie de
75 pacientes. Algunos autores estiman los casos de
consolidación espontánea en hasta un 75% en las
formas bilaterales y hasta el 100% en las formas unila-
terales. En la práctica, es imposible hallar en la literatura
elementos objetivos que puedan demostrar el carácter
beneficioso de la inmovilización prolongada en una
espondilolisis. En caso de abstención terapéutica, el 90%
de los pacientes con formas de grado bajo se vuelve
asintomático y recupera su nivel deportivo [7]. No existe
consenso en estas formas.
Lumbalgias crónicas
La consolidación de una ruptura ístmica antigua
resulta ilusoria. El tratamiento consiste en inmoviliza-
ción con lumbostato asociada a rehabilitación. Este
tratamiento es suficiente en la mayoría de casos para
asegurar la analgesia. El tratamiento quirúrgico sólo se
 Tratamiento de la espondilolistesis en el niño ¶ E – 44-180

indica en casos de persistencia de la lumbalgia o de

recidiva regular. La existencia de signos de sufrimiento
radicular constituye también una indicación formal,
aunque es infrecuente. Los trastornos posturales o los
signos de compresión de la cola de caballo son infre-
cuentes en estas formas. Excepto si existen signos
objetivos de compresión radicular, no debe considerarse
el tratamiento quirúrgico de una forma de grado bajo
antes de 1 año de tratamiento médico analgésico
correctamente realizado.
Son posibles dos opciones: la reconstrucción ístmica
y la artrodesis lumbosacra. Estas técnicas son idénticas
a las descritas en el adulto [1] y no se detallan en este
artículo.

Artrodesis lumbosacra
Se trata, para la mayoría de autores, de una artrodesis
in situ no instrumentada posterolateral. Se recomienda
la vía paravertebral de Wiltse [8, 9] con el fin de preservar
el tirante musculoligamentoso posterior. Está indicada
una vía medial cuando es necesaria la descompresión
debido a los signos radiculares. La osteosíntesis asociada
no ha demostrado su utilidad en estas formas de grado
bajo.

Reconstrucción ístmica
El principio consiste en restablecer la continuidad del
istmo roto mediante un injerto óseo. La principal
ventaja es la preservación de la movilidad del espacio
L5-S1. El requisito de esta indicación es la integridad del
disco L5-S1. Se han descrito muchas técnicas cuyos
puntos en común son la vía de acceso posterior, la
escisión de la lisis ístmica y el injerto electivo de la lisis
con injertos autólogos. El modo de fijación es variable
y, hasta el momento, no parece influir formalmente la
consolidación. En estas formas, los resultados crónicos
publicados son regularmente buenos pero adolecen de
defectos en cuanto a una evaluación precisa de la
calidad de la reconstrucción y del futuro del disco a
largo plazo.
■ Tratamiento
de las espondilolistesis
de grado alto
Principios
Las formas de grado alto deben tratarse de forma
radicalmente diferente a las de grado bajo. Se trata de
formas inestables en las que existe un riesgo neurológico
objetivo. La artrodesis es difícil de obtener. La indica-
ción quirúrgica es formal. En cuanto a la técnica quirúr-
gica que debe utilizarse, existe controversia permanente
desde hace décadas, en particular sobre la necesidad de
reducir la deformación y sobre el riesgo de trastornos
neurológicos asociados [10-15] . El propósito de este
epígrafe no es proponer una revisión crítica de los
diferentes métodos terapéuticos (idénticos a los del
adulto [1]), sino más bien desarrollar algunas técnicas
que parecen especialmente adecuadas a las circunstan-
cias de los niños.
Las indicaciones terapéuticas están en función de dos
criterios:
• el equilibrio sagital, representado por la cifosis
lumbosacra;
• la morbilidad del tratamiento considerado, particular-
mente el riesgo de complicaciones neurológicas.
Cifosis lumbosacra
En la práctica, la cifosis lumbosacra condicionará el
pronóstico y la dificultad del tratamiento. El número de
Figura 1. Medición de la cifosis lumbosacra.
A. Forma con sacro vertical (ángulo < 90°).
B. Forma con sacro horizontal (ángulo > 90°).
parámetros angulares radiológicos descritos en la litera-
tura es importante, algunos fiables, otros de medición
difícil en la práctica [16-18]. El valor angular que consi-
deramos más interesante es el ángulo lumbosacro
formado por la tangente al borde posterior de S1 y la
línea paralela al borde superior de L5. La ventaja de este
valor es que no se ve afectado por los cambios morfo-
lógicos del espacio L5-S1. Para Dubousset [5], el valor
normal de este ángulo es de 90°. Si este ángulo es
menor de 90°, existe una cifosis lumbosacra significa-
tiva, que define el sacro vertical. Si este ángulo es mayor
de 100°, la cifosis es moderada y se trata de una forma
con sacro horizontal (Fig. 1).
Formas con sacro horizontal
No existe cifosis lumbosacra. Estas formas son esta-
bles. A veces se toleran bien y se descubren por casua-
lidad. El tratamiento quirúrgico está indicado si la
sintomatología es persistente. Resulta lógico, por tanto,
elegir el tratamiento que implique una menor
morbilidad.
En ausencia de signos neurológicos, la artrodesis
posterolateral descrita por Wiltse [8] parece el trata-
miento de elección.
En presencia de signos neurológicos, la descompre-
sión es la norma, asociada a artrodesis posterolateral. La
inestabilidad provocada por la resección del arco poste-
rior aboga en favor de una estabilización mediante
osteosíntesis. El tipo de osteosíntesis utilizada y la
importancia de la reducción no parecen afectar al
resultado obtenido, que por regla general siempre es
favorable en estas formas.
Formas con sacro vertical
Se trata de formas precoces, consecuencia de una
inestabilidad regional importante. Su tratamiento es
difícil y se encuentran regularmente complicaciones en
la literatura. Se caracterizan por la rápida aparición de

Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología 3

E – 44-180 ¶ Tratamiento de la espondilolistesis en el niño

alteraciones del crecimiento. De acuerdo con la ley de

Delpech, se presentan cambios morfológicos de L5 y S1.
El cuerpo vertebral L5 adopta un aspecto trapezoidal,
mientras que el platillo superior de S1 adquiere un
aspecto redondeado en cúpula. Estas modificaciones
morfológicas adquiridas hacen que persista el desliza-
miento anterior de L5 y están asociadas a la retroversión
de S1. Así, se instaura una cifosis lumbosacra de evolu-
ción progresiva, por lo general sintomática y que puede
llegar hasta la espondiloptosis.
Pueden considerarse tres tipos de acciones. La pri-
mera, la artrodesis, resulta obligatoria. Las otras dos son
opcionales y más o menos completas; se trata de la
reducción de la deformación y de la descompresión de Figura 2. Aspecto del tornillo sacrolumbar utilizado en la
los elementos neurológicos. técnica de artrodesis circunferencial por vía posterior.
Reducir la deformación no consiste en corregir el
deslizamiento. Todos los autores coinciden en conside-
rar que corregir la deformación consiste en corregir la
cifosis lumbosacra. Son posibles tres opciones:
• reducir la cifosis lumbosacra por medio de cirugía, lo
cual implica un control riguroso de los elementos
neurológicos y una fijación lumbosacra sólida. No
obstante, es necesario recordar que todas las series
publicadas han informado de complicaciones neuro-
lógicas independientemente de la instrumentación
elegida. Se han presentado muchas técnicas que no
difieren de las que se describen en el adulto [1];
• reducir la cifosis lumbosacra gradualmente mediante
maniobras externas y realizar a continuación una
Figura 3. Se abre el canal sacro hasta S3. Se identifican las
artrodesis posterolateral. Para Dubousset [5], la libera-
raíces de S1 y S2 y se inclinan y mantienen a distancia mediante
ción de los elementos neurológicos no es entonces
agujas. Se introduce una aguja de 1,8 mm bajo control radios-
indispensable, pero expone a la fibrosis epidural. El
cópico (A), luego se colocan brocas de calibre progresivamente
inconveniente consiste en la duración de la inmovi-
mayor hasta un calibre de 8 mm (B) antes de la colocación del
lización postoperatoria con el yeso bicrural al que se
tornillo canulado definitivo.
confía el mantenimiento de la reducción. En caso de
reducción incompleta de la cifosis, es necesaria una
artrodesis anterior; Se coloca al paciente en decúbito ventral, con apoyos
• fijar la columna vertebral en la situación de reducción ilíacos y torácicos que permiten la reducción espontánea
obtenida espontáneamente con la colocación en parcial del deslizamiento lumbosacro. No se realizan
decúbito prono sobre la mesa de operaciones. En estas reducciones forzadas. Los muslos permanecen en posi-
condiciones, la artrodesis se efectúa en situación ción neutra, se doblan ligeramente las rodillas. Se
relativamente inestable, lo que justifica una artrodesis efectúa un control fluoroscópico de la instalación y se
circunferencial y una estabilización rigurosa. En esta confirma la calidad de la imagen de la bisagra lumbosa-
opción, el enclavijamiento mediante injerto transacro cra, lo cual permite evaluar la reducción espontánea
permite asociar injertos intersomático y posterolateral obtenida por la posición y la relajación gracias a la
sólo con la vía posterior. Esta técnica, descrita inicial- anestesia general
mente por Smith y Bohlman [19] , fue recogida a La intervención se desarrolla vigilando los potenciales
continuación Bradford y Hu [20] y, de forma algo evocados sensitivos y motores, que permiten el control
diferente, con injertos tibiales transpediculares, por permanente de las raíces S1.
Glorion [11]. Nosotros utilizamos este principio aso- El acceso es medial de L4 a S3 con colocación de un
ciando sistemáticamente una ostesíntesis con tornillo separador ortostático.
transacrolumbar y una amplia liberación neurológica. La primera etapa consiste en la estabilización de la
bisagra lumbosacra inestable mediante un tornillo
■ Técnica de artrodesis sacrolumbar colocado por vía transcanalar. Se efectúa un
flavectomía L5-S1 seguida de una laminectomía de S1 y
circunferencial por vía S2. Se localizan las raíces S1 y S2. Se crea un espacio en
la cara posterior de S2 inclinando la funda dural y una
transacra raíz S2. Se colocan agujas con el fin de mantener el
El principio consiste en efectuar una artrodesis cir- espacio libre. La hemostasia de la cara posterior de S2 se
cunferencial anterior y posterolateral a través de una efectúa con la pinza bipolar.
única vía posterior. La estabilización primaria se garan- Se coloca a continuación una aguja-guía bajo control
tiza con un tornillo sacrolumbar introducido a partir del fluoroscópico, que va de la cara posterior de S2 hasta el
canal sacro en la cara posterior de S2 y dirigido hasta el borde anterosuperior de L5. Se perfora a continuación
ángulo anterosuperior del cuerpo de L5. El tornillo debe con brocas canuladas de calibre progresivamente mayor
ser estrictamente medial. Sus dimensiones se establecen hasta un diámetro de 9 mm. El proceso que incluye la
a partir de la resonancia magnética (RM) preoperatoria, colocación de la aguja, la perforación y el atornillado se
que se aproxima al máximo a la reducción espontánea hace bajo control fluoroscópico de perfil (Fig. 3).
previsible. La distancia obtenida en la RM disminuye en La siguiente etapa incluye la resección del arco
1 cm sistemáticamente, teniendo en cuenta el efecto de posterior de L5 y la liberación de las raíces L5. Se
compresión. El tornillo es canulado para agujas de efectúa la resección de la cúpula sobresaliente, a una y
2 mm. Se sitúa un paso de rosca cónico de 10 mm en otra parte de las raíces S1, lo cual permite un acceso
L5. Se añade un paso de rosca de 11 mm, proximal, al correcto al disco L5-S1. Se extirpa el conjunto del disco.
finalizar la intervención con el fin de añadir un efecto Se crean espacios a ambos lados del tornillo, cuyo
de compresión (Fig. 2). cuerpo se localiza en el espacio intersomático L5-S1. Se

4 Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología


Figura 4. Radiografías postoperatorias precoces de frente (A) y
de perfil (B) que comprueban la correcta posición del implante.
Obsérvese la presencia del corsé en hemipantalón.
.
Figura 5. Radiografías de perfil preoperatoria (A) y postopera-
toria (B) que ponen de relieve la modificación del equilibrio
sagital y la modificación de las curvaturas una vez que se ha
adquirido la fusión.
introducen dos injertos ilíacos tricorticales a ambos
lados del tornillo, creando una artrodesis intersomática
anterior. Se coloca el injerto en compresión del espacio
.
intervertebral mediante la colocación, en el cuerpo del
tornillo, situado en S2, de un tapón roscado con diáme-
tro y paso superior al que está situado en L5.
Se efectúa un injerto posterolateral con el fin de
obtener una artrodesis circunferencial.
Se coloca un tubo de drenaje aspirativo en el plano
de desprendimiento subcutáneo.
En el postoperatorio, se instaura sistemáticamente
analgesia con morfínicos controlada por el paciente, así
como la inmovilización con un corsé en hemipantalón
durante 4 meses.
El estudio radiográfico postoperatorio (Fig. 4) com-
prueba la correcta posición del implante así como el
grado de corrección del deslizamiento lumbosacro. No
resulta infrecuente, en las formas del niño pequeño,
observar la corrección de las alteraciones estáticas
suprayacentes y subyacentes (Fig. 5) a partir de la fase
Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología
Tratamiento de la espondilolistesis en el niño ¶ E – 44-180
postoperatoria. Este último punto da buena prueba de
que, en la espondilolistesis de grado alto en el niño, la
inestabilidad causa alteraciones estáticas secundarias de
la columna subyacente y de las extremidades inferiores.
■ Conclusión
El tratamiento de la espondilolistesis en el niño debe
obedecer a dos principios esenciales:
• las formas poco o nada desplazadas raramente requie-
ren tratamiento quirúrgico si se espera a la cicatriza-
ción de los tejidos blandos periístmicos y a la
instauración de un nuevo equilibrio;
• las formas con gran desplazamiento con cifosis
lumbosacra acentuada requieren una artrodesis sólida
circunferencial. Nosotros consideramos que la correc-
ción parcial de la cifosis que se obtiene en la mesa de
operaciones bajo anestesia general parece suficiente.
Cualquier reducción complementaria aumenta el
riesgo neurológico de manera significativa. También
según dicho criterio, la inestabilidad es el elemento
dominante responsable de las alteraciones estáticas de
la columna vertebral y las extremidades inferiores.
Cuando se recupera la estabilidad, el niño tiene una
capacidad importante de corrección espontánea de su
equilibrio vertebral, intacto con relación al del adulto.
Estos elementos deben tenerse en cuenta en el trata-
miento de estas formas mayores.
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J.-L. Jouve, Professeur des Universités, praticien hospitalier (jean-luc.jouve@ap-hm.fr).

G. Bollini, Professeur des Universités, praticien hospitalier.
F. Launay, Praticien hospitalier.
E. Viehweger, Maître de conférence des Universités, praticien hospitalier.
B. Blondel, Interne des hôpitaux de Marseille.
Service de chirurgie orthopédique et pédiatrique, Université de la Méditerranée, Hôpital Timone Enfants, 264, rue Saint-Pierre, 13005
Marseille, France.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo original: Jouve J.-L., Bollini G., Launay F., Viehweger E., Blondel B.
Traitement du spondylolisthésis de l’enfant. EMC (Elsevier Masson SAS, Paris), Techniques chirurgicales - Orthopédie-Traumatologie,
44-180, 2010.

Disponible en www.em-consulte.com/es
Algoritmos Ilustraciones Vídeos / Aspectos Información Informaciones Autoevaluación Caso
complementarias Animaciones legales al paciente complementarias clínico

6 Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología