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Principales diferencias entre poesía mística y poesía ascética.

Pantoja Cruz Arely

El Renacimiento marca una etapa en la que se rompe con la Edad Media:


comienza con la reactivación del comercio, la formación de la clase burguesa y el
surgimiento de las universidades. A partir del conocimiento sobre lo clásico se
logra renovar la concepción del mundo1, dejando así de lado lo medieval para dar
paso a cambios en múltiples aspectos como la ciencia, tecnología, medicina,
guerra, filosofía, arte y por supuesto poesía.
Dentro de este contexto de cambio surge el Humanismo en Italia, se pasa
del teocentrismo al antropocentrismo, es decir Dios deja de ser el centro del
mundo, y se coloca al hombre y la razón en él. Nace una visión individualista en
cuanto a la relación del hombre con lo que le rodea, incluyendo la religión y a Dios
que más tarde estarían inmersos en la reforma protestante y después en la
contrarreforma.
Con el antropocentrismo “Se exaltan las facultades humanas, la experiencia
personal se convierte en la suprema autoridad y se rechaza toda norma impuesta.”
(Solé, 7); reflejadas tanto en los cronistas, como en los poetas. El humanismo trae
consigo muchos tipos de ideologías: una de ellas es el neoplatonismo, del que se
rescata la idea que la belleza reside en el alma y es posible equivalerla con una
belleza de origen divino.
El erasmismo también tuvo un papel fundamental en este periodo, sobre
todo para la recién consolidada península Ibérica, dado que se promueve la vida
religiosa espiritual, hay una interpretación más abierta de la doctrina y se le da
prioridad a la oración pensada en lugar de hablada.2
Una vez que la producción literaria española del siglo XVI adopta el verso
italianizante para crear poesía se comienzan a germinar dos corrientes que,
aunque son diferentes, no estaban completamente separadas: la primera corriente
es la de tradición italiana, en la cual el amor sigue siendo el tema principal, en su

1
De hecho durante el siglo XIV el Humanismo Petrarquista es el que inicia esta admiración por la cultura
grecolatina
2
Claro antecedente de la reforma protestante, sin embargo Erasmo de Rotterdam no formó parte de él
métrica utiliza la égloga, el soneto y la canción; aunque en un principio se utilizaba
la oda como medida. Por otro lado tenemos la poesía que encuentra su inspiración
en la religión, aunque está totalmente encubierta por el amor, rasgo notable de la
corriente antes mencionada, su formación métrica es la oda, caracterizada por ser
de versos breves.
En esta poesía de inspiración religiosa de distinguen dos corrientes: la
ascética y la mística. Al inicio podrían parecer totalmente separas una de la otra,
sin embargo existe una relación aunque muy delgada es estrecha, podría decirse
que hasta causal.
La ascética en primera instancia significa purificación; dicha purificación se
logra a través del completo conocimiento de sí mismo, del dominio del carácter y
de una vida cristiana ejemplar; de esta forma el espíritu se fortalece y se puede
alcanzar la mística y a su vez la unión con la divinidad. Sin ascética no hay
mística, pues se trata del camino para llegar a ella, sin embargo, se puede no
llegar nunca a la mística a pesar de llevar una vida rígidamente cristiana. Ignacio
de Loyola fue autor ejemplar para la poesía ascética, aunque su obra carecía de
valores estéticos, tenía un fin totalmente didáctico, su obra versa sobre “todo
modo de examinar la conciencia de meditar, contemplar, orar vocal y mentalmente
y de otras espiritualidades” (Iturralde 30).
Por otra parte se tiene a la mística; se trata del conocimiento de Dios en
este plano terrenal mediante un acto de unión o entrega del alma a la divinidad.
Esta tradición fue sumamente relevante para España porque durante el
Renacimiento el territorio apenas terminaba de su reconquista territorial y religiosa
de ahí que haya tal exaltación en la poesía que, no sólo utiliza recursos estéticos y
retóricos, sino que habla de la unión con lo divino como si hablara de amor.
Aunque se trate de algo espiritual como la ascética, no era algo que pudiera
alcanzar cualquier individuo “... es un don divino: son los ‘elegidos’ los que llegan a
entregarse a Dios y a ‘perderse’ en el amor celestial (Iturralde 30).
De acuerdo al contexto social, se entiende que la poesía inspirada en la
religión se da en España como una manera de contraponerse la Reforma
Protestante que Lutero enviaba desde Alemania –es decir, forma parte de la
Contrarreforma-; aunque en realidad la postura depende del autor que se refiera al
tema, no está señalado en ninguna fuente primaria, como la Biblia, que el creyente
se tenga que subordinar a la total obediencia hacia la religión, pero no sólo eso,
sino que al ascetismo y al misticismo se les atribuye la propiedad de ser celestial,
divina, una forma real y posible de conocer a Dios a través de la purificación del
alma; ante este deseo de alcanzar lo divino3.
El ascetismo se vuelve un modelo de vida, aunque la mística fuera el
verdadero objetivo, no cualquiera era capaz acceder a ella. La mística deja en
claro lo fundamental de entender la idea neoplatónica de la belleza, además el
individuo debía ser elegido por Dios, y de este modo, la poesía mística queda
como el único testimonio de las revelaciones producidas por la divinidad.

Obras consultadas:
Deschner, Karlheinz. Historia sexual del cristianismo. Yalde. 1989
Iturralde, Josefina. Siglo de Oro: el Renacimiento. Trillas. 1988.
Orozco Díaz, Emilio. San Juan de la Cruz y la mística del Barroco I. Universidad
de Granada. 1994
Solé Camps, Salvador. Poesía del Renacimiento y del Siglo de Oro. Octaedro.
2008.

3
Ésta es otra característica propia del Renacimiento, Deschner expone que esta costumbre de hacer algo con
tanto apego se muestra por primera vez con la poesía de Homero y Heródoto. (77)

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