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ESCENA 1. CANTINA.

Don Juan
Don Luis
Ciutti (criado/amigo de Don Juan)
Coro de seguidores
Padres de Don Juan (hermano mayor)
Padre de Doña Inés (profesor).

Don Juan y Don Luis se lanzan su reto. El hermano de Don Juan y el padre de
doña Inés recriminan su actitud al seductor.

Manuel Maturana

Entra el padre de Inés a la cantina y se dirige al cantinero

-P: Buenas José, ¿no sabrás tú si el Juan Tenorio ese viene aquí en los
recreos, verdad?
-C: Pues en verdad, sí, y por cierto, se dice Tenorio.
-P: Sí, eso, Tenorio (tono burlesco)
-C: ¿Puedo preguntar a qué se debe tu interés por él?
-P: No, no es nada en especial, pero como sea cierto algo que me han contado
sobre él tendré que abrirle la cabeza, descuida.
-C: Eso haré.
(Se despiden y el hermano se va a la vez que entran tres cotillas)
-C1: Chacho, me han dicho que durante el puente Juan se ha liado con 18 tías.
-C2: ¿En cuatro días?
-C3: Cuatro días y una mañana.
(Los otros dos la miran con asombro)
-C3: Es algo que me han comentado.
-C2: Ya… bueno, a mí me han contado que Luis ha estado con 20 crías.
-C3: 21*
(La vuelven a mirar)
-C1:En fin, ni de coña se ha liado el Luis ese con más que Juan.
-C2: ¿Apostamos?
-C1: Creo que ya apostaron ellos
-C2: Claro,¿para qué te crees que os he dicho de bajar antes?

Pablo Izquierdo Fernández:


(Llega a la cantina Don Juan con Ciutti)
-Don Luis: (Tono burlón) Bueno, bueno… tenemos aquí a Don Juan, ¿qué
haces aquí?
-Don Juan: (Con aires de prepotencia) Pues lo mismo que tú, sinceramente.
-Don Luis: ¿Y el verano qué? ¿Te has comido los mocos o le has sacado
partido?, me da a mí que no has pillado cacho.
-Don Juan: A mí no me subestimes, chaval. Cuéntame cuántas han caído y
hablamos.
-Coro de seguidores: Madre mía Don Luis, te está vacilando que flipas.
-Don Luis: (Con chulería)
(Suena el timbre y entre la multitud aparecen dos alumnos mostrando un
orgullo extraño en el rostro, son Juan Tenorio y Luis Mejía)
-J: ¡Hombre Luis!
-L: ¡Hombre Juan!¿Qué tal el puente?
-J: Bueno, dejémonos las formalidades que queda fatal.
-L: Cierto.
-J: ¿Cuántas?
-L: ¿Cuántas qué?
-J ¿Cuántas veces has rezado?, no te digo el tío.
-L: Ah, lo de la apuesta.
-J: Sí hijo, lo de la apuesta. (Dice con resignación)
-L: A ver, en total fueron...27.
-J: ¿27? Está bien, supongo. (Dice de forma sarcástica)
-L: A ver, “Sr Supongo”,¿cuántas cuenta usted?
-J: Espero que no llores peeero… 31.
-L: No te lo crees ni tú. 31 en cuatro días, sí hombre. (Tono desafiante) Bueno,
puesto que has conseguido a tantas mujeres, supongo que Doña Inés la de
segundo de bachiller, hija de Fernando, el profesor de matemáticas será pan
comido para un tipo como tú, ¿verdad?
-Don Juan: (comienza a reirse) Eso para mí está tirado, incluso podría seducir
hasta la mismísima Ana, es decir, tu novia.
-Coro de seguidores: (Chillando) ¡WOOO!
-Don Luis: Acepto. Está tan enamorada de mi que no serás capaz de llevarla a
tu terreno. Te doy 15 días. ¿Trato hecho?
-Don Juan: Con una semana será suficiente. Trato hecho
(Ambos se dan la mano)
(Aparece Fernando, padre de Doña Inés)

-Padre de Doña Inés: Don Juan, ni se te ocurra dirigirle la palabra a mi hija, he


podido comprobar la maldad con la que jugáis y no toleraré ver a Doña Inés en
profunda tristeza a causa de tus apuesta.
-Don Juan: Eso ya lo veremos, que seas profesor no quiere decir que me
impidas conquistar a una chica, aunque sea tu hija, y tampoco podrás privarle
su amor hacia mí, que dentro de poco saldrá a la luz.
-Padre de Doña Inés: LLévate cuidado con lo que dices, que desafiar a un
profesor podría ser motivo de parte, como sigas con esta actitud tendré que
llamar a tus padres. Tonterías conmigo las justas.
Don Juan: Me dan igual tus amenazas, para mi la apuesta sigue en pie y tu hija
caerá en mis manos, ya verás.
-Padre de Doña Inés: Tengo que seguir corrigiendo exámenes, tomaré
medidas contra tu actitud, Don Juan.
-Don Juan: Pues ya ves tú, mira lo preocupado que estoy.

(Sale de la cantina Fernando, padre de Doña Inés.)


(Trini entra en la cantina e interviene en la conversación con un grito)
-P: ¡Juanito!
-J: Mierda (Dice entre dientes)
-P: ¿No será verdad lo que acabo de oír!
-J: Bueno mamá, las hormonas, el crecimiento, todas esas cosas,¿sabes?
(Dice casi burlándose de ella)
-P: ¡Ni hormonas ni hormonos! Luego te vas a enterar…
-J: Sí, estoy atemorizado.
(La madre le clava una mirada asesina y suena el timbre)
-J: Ahora venga, ve a atender tu deber como docente e instruye a tus alumnos
con tus maravillosas lecciones.
(Definitivamente la intenta humillar en público y a la profesora no le queda otra
que continuar e ir a cumplir con su trabajo muy cabreada a la vez que
asustada)
-J: Bueno señores, tras esta interrupción se me ha olvidado en que
quedamos... ¡Ah sí! A ti te quito a la hermana y a ti a la chorva, perfecto, dadme
una semana, es un placer hacer negocios con ustedes.

ESCENA 2. SEDUCCIÓN DE DOÑA DONA ANA. (Escaleras, encerrona


clase).
Don Luis
Doña Ana
Brígida
Don Juan
Ciutti.

Don Luis avisa a Ana que de lo que pretende hacer don Juan para defender su
virtud. Don Luis es encerrado en un aula por Ciutti, permitiendo a don Juan
realizar su parte de la apuesta.

Manuel Maturana
(Ana y Luis hablan en una esquina de las escaleras)

-L: Anita, ten cuidado, el desgraciado ese de Juan Tenorio va detrás de ti como
si de un gato en celo se tratase.
-A: Descuida, pasaré de él, aunque…
-L: ¿Ana…?
-A: Nada tontorrón, sólo quería ver la cara que ponías.
-L: Pues más te vale ni acercarte, ha estado con 31 tías en cuatro días, mejor
pasar de él a que él te pase algo raro.
-A: Mhh, qué agradable. (Dice asqueada)
-L: Bueno, tengo clase aquí, nos vemos guapa.
-A: Adiós cariño, yo me quedaré aquí, paso de entrar.
(En la parte inferior de la escalera habían estado Juan y su colega Chuty
escuchando la conversación de Ana y Luis)
-Don Juan: (Preocupado) Pff… hay que hacer lo que sea para entretener a Don
Luis, si no, va a estar bien jodida la cosa…
-Ciutti: Tú no te ralles, Don Juan, que se me acaba de ocurrir una idea flipante,
quédate aquí y yo te doy vía libre.

(Se acerca Ciutti a la pareja)

-Ciutti: Oye, Don Luis, ¿puede ser que te hayas dejado la chaqueta en el
tendedero de la clase?, esque me suena haber visto una como la tuya.
-Don Luis: Joder, es verdad. Nena, espérame en las escaleras, que vuelvo en
nada. ¿Ciutti sabes quién lleva la llave de la clase?.
-Ciutti: Yo la tengo. Vente y te abro.

(Llegan a la clase. Don Luis entra a por la prenda mientras Ciutti espera en la
puerta. Cuando el novio de Doña Ana se halla dentro, el acompañante de Don
Juan cierra la puerta con llave y empieza a correr).

-Don Luis: (Chillando enfurecido) ¡Desgraciado!. ¡Ya verás cuando te pille en la


salida!. ¡Te van a faltar patas para correr!

(Ciutti acude de nuevo a Don Juan y le explica lo sucedido)

-Ciutti: Venga tírale, que Don Luis no te va a molestar, JAJAJA


-Don Juan: Eres el puto amo, tío. Está ahí sentada en las escaleras, tú vete a
clase y luego en el cambio te cuento.
-Ciutti: Venga pájaro, ¡suerte!

(Ciutti se va por el pasillo mientras que Don Juan se dirige a las escaleras,
donde se encontraban Doña Ana y su amiga. En cuanto llega se sienta a un
lado de la muchacha)

-Doña Ana: (Con chulería)¿Qué quieres? Mira niño, a mí ni te me acerques


porque te arrastro, como venga el Don Luis ya puedes esconderte
-Amiga de Doña Ana: Nena ya sabes lo que te ha dicho tu Luis, así que a ver lo
que haces. Yo me tengo que ir que me toca con Gregorio y como llegue tarde
me lía la de Dios. Ahora me cuentas

(Suena el timbre y la amiga de Doña Ana se va, quedándose ellos dos solos)

-Don Juan: Como me van las tías que se hacen las difíciles, ¿sabes?. LLevo
detrás de ti desde primero de la ESO. Me pareces una tía espectacular, segura
de sí misma y un bellezón. Vamos, Sara Carbonero se queda en nada a tu
lado.
-Doña Ana: (Sonriendo) Jajaja bueno pues resulta que eres más majo de lo
que me han contado.
-Don Juan: Seguro que ha sido el inmaduro de tu novio, que me tiene una
envidia que no veas. Si te digo la verdad, me han contado que habla mal de ti a
tus espaldas.
-Doña Ana: ¿Qué dices? Madre mía… ojalá Don Luis fuese como tú…
sabiendo tratarme como debe ser, no como él…
(Continúan charlando durante unos minutos más hasta que un profesor de
guardia los descubre y los envía a cada uno para su clase correspondiente.
Doña Ana cae en las redes del amor de Don Juan)

ELIPSIS

(Tras realizar su trabajito vuelve Juan a la parte baja de la escalera y una


figura negra pasa por el pasillo)
J: Ts.
J:(Mira a ambos lados) Tsssss.
J: ¡Brígida!
(La figura de negro se da la vuelta)
B: ¡Ah! Es a mí.
J: ¿Qué tal ha ido con Inés?
B: Creo que bastante bien, le pasé tu carta y ya sabes como es, en el momento
en el que el concepto pasión entra en su cabecita ya se echa las manos a la
cabeza.
J: Bien, bien, mientras el hermano no se entere de esto todo irá perfecto.
B: Hablando del hermano… jeje, a partir de ahora la llevará en plan escolta
todos los recreos a la capilla para que ni la huelas.
J: Será hijo de...bueno, aquí tienes los chicles, si quieres conseguir la otra
mitad de los mismos entrégale esta otra carta.
(Brígida lee la carta)
B: Esta ya se pasa de empalagosa,¿no?
J: Casi me entra diabetes pero seguro que Inés caerá a mis pies cuando la lea.
B: Ya veo..., iré a llevársela, nos vemos.
J: Adeu.
(Ambos siguen sus caminos y desaparecen de escena)

ESCENA 3. RAPTO DE DOÑA INÉS (Capilla).


Inés.
Brígida.
Don Juan.
Allí reza Inés, mojigata. Inés lee la carta (whatsapp) de don Juan y se desmaya
al ver a éste entrar intempestivamente.
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Escrito por: David Martínez Hernández.

(Inés se encuentra en la capilla rezando cuando aparece Brígida por la puerta.


Doña Inés, al notar la presencia de la alcahueta, se gira, la saluda y empiezan
a hablar).

(Encontramos a Inés dentro de la capilla rezando.)


-Inés: …no dejes que caigamos en tentación, y- (Notificación del móvil) Y, Am-
(Suena otra vez) Dios mío...
(De repente, se observa la figura de Brígida abriendo la puerta de la capilla.)
-Brígida: No te quejarás... Si estás en la capilla y te llega el wifi desde aquí…
en cierto modo, estás recibiendo la señal de Dios.
-Inés: ¡Brígida! Ese tipo de bromas no, y menos aquí dentro, es muy
inapropiado.
Brígida: (En tono irónico) Últimamente vienes mucho por este lugar. ¿Qué
haces rezando? Quedas más con el rosario que conmigo.
Inés: (Titubeante) No, que va...serán rayadas tuyas.
Brígida: ¿Tu crees? Porque yo no.
Inés: Tienes razón, Brígida. Apenas puedo dormir últimamente. No me lo
puedo sacar de la cabeza.
Brígida: ¿A quién?
Inés: ¿A quién va a ser, hija mía? Pues a Don Juan.
Brígida: No me extraña… con lo bueno que está. Y esque encima no es solo
una cara bonita, porque mira que es listo y amable el tío. Y para colmo está
forrado. ¿Tú has visto el casoplón que tiene? Yo si fuera tú iba a por él a saco.
Yo no le tiro la caña ahora porque estoy con el Brayan pero si no...madre mía.
Inés: Ya lo sé, tía. Pero esque a mi padre no le cae bien. Dice que es una mala
influencia para mí y que no lo puedo volver a ver.
Brígida: (Imitando a Inés en tono burlesco, casi ofensivo) Uy, mírame, soy Inés
y no voy a ver a Don Juan nunca más porque a mi padre no le gusta. Es más,
no voy a volver a hablar con ningún chico porque tengo el anillo de compromiso
de los Jonas Brothers. (en tono normal) ¡Anda ya! ¿Así es como vas a vivir tu
vida, haciendo siempre lo que tu hermano te diga?
Inés: Tienes razón, Brigi...pero aún así sigo teniendo dudas.

(Suena un Whatsapp)

Inés: Vaya, qué oportuno…(abre el mensaje) ¡Oh, virgen santísima!


(Susurrando, mientras mira la imagen de la virgen) Perdón.
Brígida: ¿Qué pasa?
Inés: Es Don Juan. Mira lo que me ha puesto.

(Brígida coge el móvil y empieza a leer)

Doña Inés del alma mía.


Luz de donde el sol la toma,
hermosísima paloma
privada de libertad,
si os dignáis por estas letras
pasar vuestros lindos ojos,
no los tornéis con enojos
sin concluir, acabad.
Inés, alma de mi alma,
perpetuo imán de mi vida,
perla sin concha escondida
entre las algas del mar;
garza que nunca del nido
tender osaste el vuelo,
el diáfano azul del cielo
para aprender a cruzar:
si es que a través de esos muros
el mundo apenada miras,
y por el mundo suspiras
de libertad con afán,
acuérdate que al pie mismo
de esos muros que te guardan,
para salvarte te aguardan
los brazos de tu don Juan.
Si odias esa clausura,
que ser tu sepulcro debe,
manda, que a todo se atreve
por tu hermosura... don Juan.

-Inés: No me lo puedo creer… escribe mejor que el propio Garcilaso y eso es


mucho decir…
-Brígida: ¿Sólo eso? Por Dios, ¿no te das cuenta? Cómo podrías decirle que
no después de lo que te ha escrito.
-Inés: Tienes razón, ningún chico de nuestra edad se dedicaría a escribirme
esto y más él… Pero no sé qué pensar, al respecto. ¿Y si no lo dice en serio?
-Brígida: Te estás quedando conmigo… Por favor, se nota claramente que sí.
No dudes más, ¡t- e- q- u- i- e- r- e!
(Aparece Don Juan de repente)
-Don Juan: Cucú.
-Inés: ¡Ay Dios Mío llévame contigo! (Se desmaya del susto.)
-Brígida: Madre mía, menudo pasmo se ha llevado. Deberás estar contento.
-Don Juan: No lo suficiente, hasta que no haya llegado a su corazón, y gane la
maldita apuesta. Aunque eso ha sido muy rápido… En fin, encárgate de que
nadie sepa lo de Inés y menos su padre.
-Brígida: ¡Claro no hay problema! Oye, ¿de dónde te sacas toda esa jerga
rara? A veces eres un misterio…
-Don Juan: Las mejores jugadas nunca se revelan…
-Brígida: Si tú lo dices...
(Don Juan se lleva a Inés en brazos hasta el gimnasio, y se separa de Brígida.)

ESCENA 4. QUINTA DE DON JUAN / ¿? (dentro del gimnasio nuevo)


Don Juan
Doña Inés
Don Luis
Padre de doña Inés.
Don Juan engaña a Inés diciéndole que el instituto se ha incendiado y se la
lleva aparte con el propósito de seducirla. Se da cuenta del amor que siente
por ella y es sorprendido por Don Gonzalo y Luis Mejía, que piden venganza.
Los dos mueren (infarto y accidente) y Don Juan huye.

Inés: (Se despierta histérica)¡¿Me puedes explicar qué narices está pasando
aquí?!
Juan: No te preocupes Inés, estás a salvo conmigo, el fuego no llegará hasta
aquí.
Inés: (Con las manos en la cabeza) ¿Qué incendio? ¿Está todo bien?
Juan: Sí, no te preocupes… (la coge de la cintura). Ven, siéntate conmigo, hay
algo que tengo que decirte.
Inés: (Poco convencida, lo sigue y se sienta junto a él). ¿Qué pasa?
Juan:
¿No es verdad, ángel de amor,
que en esta apartada orilla
más pura la luna brilla
y se respira mejor?
Esta aura que vaga llena
de los sencillos olores
de las campesinas flores
que brota esa orilla amena;
esa agua limpia y serena
que atraviesa sin temor
la barca del pescador
que espera cantando al día,
¿no es cierto, paloma mía,
que están respirando amor?
Inés: (Abre bien los ojos) En español, Juan, en español.
Juan: (Hablando rápidamente).Que me tienes loco, Inés. Pero loco de
demente. Sólo pienso en ti, en tu pelo, en tu sonrisa, en la forma en la que
rezas en silencio ¿No son pruebas suficientes para que te enteres?
Inés: (Suspira) Ay, la verdad es que no sé qué decir ahora mismo… Creo que
yo también siento algo parecido por ti. Tus poemas me vuelven loca.
Juan: (Sonríe con suficiencia) Gracias, preciosa, son tod… (se abren las
puertas de golpe, y es interrumpido abruptamente por el profesor Gonzalo y
Luis Mejías)
Luis: ¡Traidor! ¡Y mira que pensaba que éramos colegas! ¿Cómo te atreves a
tirarle la caña a mi novia, pirado?
Gonzalo: (al mismo tiempo) ¡Tenorio! ¡Aparta tus sucias manos de mi hija
ahora mismo y vuelve a clase!
Juan: ¡Yo sólo quería conseguir el amor de Inés! ¡Y te recuerdo que fuiste tú,
Luis, quien aceptaste la apuesta! Inés se ha encargado de abrirme los ojos con
sus palabras, y me he prometido cambiar.
Gonzalo: (Enfurecido) ¿Conseguir su amor? (Se burla) Ni por todo el oro del
mundo permitiría que Inés saliera con alguien tan mujeriego como tú.
Luis: Creo que te lo ha dejado bastante claro, Juan.
Juan: ¡Esto es verdadero!
Luis: (Canturreando) Parece que hay cosas que no salen tal y como quieres.
Juan:(con calma) Inés, por favor, sal de aquí.

(Esta obedece y se marcha. Juan, enfadado, empieza a pelearse con los dos, y
cuando empuja a ambos, estos, todavía pegándose, se dan contra las barras
de ejercicio en la cabeza y fallecen).

ESCENA 5. PANTEÓN (croma o gradas).


Don Juan.
Escultor con las llaves del panteón (amigo de la familia Ulloa).
Centellas y Avellaneda (dos amigos canallas).

Años después del incidente, don Juan descubre en el panteón las tumbas del
comendador y de doña Inés y reflexiona sobre su fatal destino, culpando al
Comendador y lamentando la muerte de doña Inés. Se encuentra con dos
amigos canallas a los que invita a cenar, junto al fantasma del Comendador,
burlándose.

(Tras dos semanas sin aparecer por el instituto Juan vuelve pero con unas
gafas, nariz y bigote ridículos para que no lo reconozcan)
Juan entra al pabellón donde se encuentra con un conserje y unos grabados en
la pared.

-J: Disculpe señor conserje, ¿no sabrá usted qué son esos grabados verdad?
(Pone una voz ridícula)
-C: Verá chico, esos grabados se deben a que aquí murieron Luis Mejía y un
muchacho llamado Gonzalo el mismo día por culpa de un monstruo.
-J: ¡Qué tragedia! Por cierto,¿cómo se llama ese horrible monstruo?
-C: Juan Tenorio.
-J: Ya…
-C: Si algún día veo a ese maldito bastardo te juro que deseará no haber
nacido.
-J: Hombre, a lo mejor el chiquillo no lo hizo a propósito, otorguémosle al pobre
el beneficio de la duda, ¿no?
-C: Jamás, cada vez que oigo Juan Tenorio se me revuelven las tripas y me
cabreo mucho.
(Entran dos amigos de Juan al pabellón)
-A1: ¡Juan Tenorio!
-A2: ¿Cómo tú por aquí?
-J: (en voz baja) No vuelvo a entrar a este pabellón en mi vida.
-C: ¿Qué nombre ha dicho!
-J: Juon Tenorio, soy su hermano. (Dice dubitativo)
-C: Pues dile a la escoria esa que tienes como hermano que es un cobarde. El
conserje ha hablado.
(El conserje se va)
-C1: Vamos Juan, quítate eso.
-C2: Sí Juan, estás ridículo.
-J: Creo que os equivocáis señores, mi nombre es Juon Tenorio y llevo años
sin cruzar palabra con mi hermano.
-C2: Juan, a nosotros no nos la vas a colar como si fuésemos lelos.
-C1: Sí, no somos imbéciles.
-J: (Se quita el disfraz)¿Cómo me habéis reconocido?
-C1: Tu disfraz es una basura.
-C2: Sí, y además, porque seáis hermanos no tenéis que tener el mismo
nombre, Juon.
-J: Tíos, no le podéis decir a nadie que estoy aquí, maté a Luis y a Gonzalo.
Inés me mataría.
-C1: Esto…
-C2: Mira detrás tuya.
(Juan mira y hay un grabado en el que pone Inés)
-J: No… ¿Cómo?¿Por qué? No puede ser…(Juan se derrumba)
-C1: ¿Juan Tenorio alicaído?
-C2: Tío Juan, estamos contigo.
-J: ¿Qué pasó?
-C1: ¿De verdad quieres saberlo?
(Juan asiente)
-C2: Se golpeó con el palo de la portería y murió mientras saltaba al potro.
-C1: Deberían quitar ese palo de ahí ya.
(Juan se dice a sí mismo)
-J: Eres JUAN TENORIO, no puedes estar así, tienes que levantarte y seguir
con tu vida.
-J: Así haré (Juan se levanta de un salto) ¿A quién le apetece almorzar encima
de tres fiambres? ¿No decías tú, Fernando Medina, que me ibas a llevar al
infierno? Pues ahora te invito yo al aula, que tenemos guardia y vamos a ver
una peli en netflixa tercera hora, allí te espero.
-Colega 1: ¡Pero que dices tú! ¿Se te ha ido la olla? ¿Cómo se te ocurre reirte
de un muerto y luego invitarlo a clase? ¿estás loco?
-Colega 2: Eso, ¿no has visto nunca peliculas de miedo en el cine?, ¿no has
visto lo que te puede pasar?
-Don juan: Las películas de miedo me las paso yo por el forro de los cojines.
¿En serio os creéis esas tonterías para asustar a niños? Vamos, no me hagáis
que me muera de risa aquí mismo. Mira, para demostrarlo os invito yo también
al aula. ¡Ja! Fantasmas a mí, que se lo han creído.

(Acaba la escena)

ESCENA 6. CENA EN CASA DE DON JUAN (Sala de reuniones).


Don Juan.
Dos amigos canallas.
Espectros del Comendador y de doña Inés.

Don Juan empieza a asustarse cuando escucha llamar a la puerta a la hora de


la cena. Los canallas piensan que se burla de ellos y lo apuñalan. Redención
final de don Juan por obra de Doña Inés.
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(Más tarde en casa de Don Juan, que es una clase)

-Don Juan: (dirigiéndose al asiento vacío dispuesto para el fantasma del


comendador) ¡Brindemos por el gran Fernando Medina! Padre en vida y mártir
a mis manos.¡JAJAJAJA! Ya veréis como no pasa nada.
-Colega 1: Si tú lo dices…
( Se oye un fuerte ruido en la entrada del instituto, que se supone que está
vacío, como si alguien hubiera llamado al timbre)
-Colega 2: ¡¿Qué ha sido eso?!
-Colega 1: Voy a mirar por la ventana...No se ve a nadie. ¿Creéis que puede
haber sido el fantasma?
-Don juan: (mirando divertido e incrédulo) ¡Qué va! Habrá sido algún pobre
desgraciado de primero y segundo de la ESO que le encuentra gracia a hacer
tocatimbres y salir corriendo. Si no lo habéis hecho cuando erais pequeños no
habéis tenido infancia.
-Colega 2: Lo que tu digas, yo no me acabo de fiar.
(Se oyen unos pasos fuertes en la escalera)
-Don Juan: Ahhh, ya entiendo. Intentáis que me crea lo del fantasma. ¿no?
Habéis organizado este espectáculo para ridiculizarme. ¿Lo negáis?
-Colega1: Por mi parte, yo no sé nada.
-Colega 2: Ni por la mía.
-Don Juan: Ya veo que no queréis confesar, pero no conseguiréis nada. Ahora
mismo cierro yo la puerta de esta habitación, y fantasma que intente entrar,
golpetazo que se llevará, pues ahora mismo agarro esta silla y me dedico a
practicar béisbol con quién vaya de fantasma. ¡JAJAJAJA!
(se aparece el fantasma del comendador)
-Don Juan: Al final si que era verdad.
-Doña Inés: (en el panteón, se aparece en forma de fantasma a Don Juan)
Juan, Juan, Juan…¡Qué malo es el amor! Me aparezco ahora ante ti por una
sencilla razón, el día que morí y me enterraron en este panteón, pude ver tu
futuro y lo que te esperaba si no cambiabas.
-Don Juan: ¿Cómo?
-Doña Inés: Sí, hijo, sí. Y precisamente no es que fuera muy bueno la verdad.
Con todo lo que has hecho en tu vida da para que ni el diablo te quiera en su
infierno. De hecho no sé ni como me conseguiste conquistar. Puff… Supongo
que en el fondo te quiero, porque si no no habría hecho lo que he hecho.
-Don Juan: ¿Qué has hecho si se puede saber?
-Doña Inés: Me diste pena y cuando llegué al cielo le pedí a Dios por ti, para
que te pudieras salvar. No sé como lo hice pero lo convencí.
-Don Juan: ¡Ole tú! ¡Te prometo que cuando nos veamos cara a cara seré tu
más ferviente amante!
-Doña Inés: Menos promesas que todavía no he terminado de contarlo todo.
Dios me prometió salvarte con la condición de que rehicieras tu vida el poco
tiempo que te queda, y si no lo haces, yo ire al infierno contigo. Madre mía. Tú
no sabes la de críticas de una tal Laura que estoy recibiendo en el cielo. Me
lleva loca. Así que hazlo bien ¿eh? Que incluso el Nachete, nuestro antiguo
profesor de lengua me está vigilando y poniendo nota a través de aula XXI del
cielo. Vamos que ni aquí puedo vivir en paz. Y encima Dios me ha puesto este
panteón, tumba o lo que sea de prisión hasta que tu te mueras. No sabés tu el
marrón. Aquí dentro ni hay play ni hay cargador, ¡ni siquiera me llega el wifi! Y
encima ya me he fundido los datos de este mes. ¡Estoy más aburrida! En fin,
te dejo que tengo que terminar de estudiar la tabla periódica del Jose, que
también se ha muerto y ha dicho que va a hacer el examen igualmente, que
que nos hayamos muerto no cambia nada. Así que ven conmigo al paraíso,
que es como el instituto pero con una luz más clara y sin las cochambrosas
tarimas de madera…
-Don Juan: (Con cara de resignación) Pues si eso es el paraíso, no quiero ni
imaginarme el infierno…
(Miran a cámara y se van desvaneciendo progresivamente).

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