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Diferencias entre movimientos del alma y del espíritu

Publicado en 10 septiembre, 2012 por admin

Cuando miraba los movimientos de los representantes sin configurarlos y sin preguntar como
estaban vi como alguien es tomado por un movimiento.

Anoche lo que sucedió fueron movimientos del alma y esta alma se rige por la conciencia entonces
son Movimientos de la conciencia.

Correcto / Incorrecto

Culpa /Expiación

Movimientos del alma no solo individual sino Familiar

La familia es un campo espiritual y tiene una fuerza espiritual que tiene que ver con la conciencia.

Después vi que los representantes Son Tomados por un movimiento diferente Un Movimiento
que une lo que está separado y las separaciones son de la conciencia. La conciencia une y excluye.
Separaciones Uniones, son Movimientos del alma.

Lo decisivo en los movimientos del espíritu es que el movimiento es del amor a todo tal cual es y
por eso siempre une.

Lo que une es movimiento del espíritu

Lo que separa es movimiento del alma


Diagnóstico espiritual para los trabajadores de
la luz
El diagnóstico espiritual es uno de los cinco apartes que componen la historia clínica
pedagógica del discípulo y nos permite determinar la edad relativa del alma.
El historial vital del alma, el aspirante, es la historia de su respuesta a las energías aplicadas, o su
rechazo a ellas. Pequeñas unidades de energía son impelidas a hacer contacto (impacto) con
grandes campos de fuerza (planos). Según la intensidad del impacto, así será la respuesta entre la
unidad de energía y el campo con el que se ha hecho contacto y, análogamente, la calidad y la
actividad vibratoria de los átomos de materia atraídos y agrupados. De esta manera, éstos
constituirán una forma temporaria que puede verse exteriorizada (cuerpo) y ser relativamente
tangible y actuar como modo o medio para que el alma pueda ponerse en contacto con formas y
expresiones superiores de vida divina. Cuanto más intrincada es la organización del cuerpo y más
complejo y perfecto el mecanismo de respuesta, con mayor claridad se definirá la edad del alma. El
alma no tiene edad desde el punto de vista del tiempo, tal como la humanidad lo entiende. Es
inmortal y eterna. Ante el alma pasa el caleidoscopio de los sentidos y el drama de la existencia
fenoménica externa; pero a través de todos estos acontecimientos que suceden en tiempo y
espacio, el alma siempre mantiene la actitud del Espectador y del Observador que percibe, observa
e interpreta. No obstante, la edad del alma determina el estado de percepción. Esto es lo que
buscamos cuando aplicamos el test de Bender a un niño de preescolar: determinar que la mente se
ajusta a las leyes de percepción.

LAS CRISIS DEL ALMA


Cinco períodos de crisis señalan la transferencia de la vida del alma de una raza a otra. La
liberación del alma se produce cuando ha llevado a cabo el trabajo de salvar a la materia
utilizándola e integrándola en las formas.
1. La coordinación de las naturalezas física, astral y mental en un todo fusionado. En sentido
racial, dicha coordinación se está realizando en la raza Aria, y el proceso terminará (para la
humanidad) cuando el sol entre en el signo zodiacal de Sagitario, así como ahora está entrando
en el signo de Acuario. Esta coordinación está desarrollándose rápidamente entre los miembros
avanzados de la familia humana, y debiera ser el objetivo del entrenamiento de todos los
adolescentes entre los catorce y los veintiún años.
2. La coordinación comienza entre el alma y la personalidad; el alma enfoca su atención en la
naturaleza astral o de deseos. Es la tarea inmediata de los aspirantes del mundo en la
actualidad, y será la meta de la raza que suceda a la Aria.
3. La coordinación entre el alma, la mente y el cerebro, excluyendo el cuerpo de ilusión, el astral.
Ésta es la meta peculiar de los discípulos mundiales.
4. La coordinación que debe establecerse entre el alma, la personalidad purificada y la Jerarquía.
Es la meta de los Aprendices del mundo en la actualidad, y la de todos los que se encuentran
entre el primer y tercera grado de aprendizaje. Esta culminación se alcanza finalmente en la
ceremonia del tercer grado denominada Transfiguración.
5. La coordinación entre el alma, la personalidad y el espíritu. Tiene lugar mediante la Jerarquía de
Almas. Este proceso se lleva a cabo después del tercer grado de aprendizaje.

LA FLOR DEL YO

El primer criterio a tener en cuenta para hacer un diagnóstico


espiritual, es la conformación del cuerpo causal.
La Flor del Yo representa la luz del alma, es el centro cardíaco del Espíritu, análogo al centro
cardíaco humano. Se simboliza como una flor de nueve pétalos que guardan la joya dentro de la
flor.
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En las tres hileras de pétalos se oculta la clave del misterio de las 777 encarnaciones. Las cifras no
indican el número exacto de años, sólo son representativas y simbólicas, y tienen por objeto dar la
idea de tres ciclos de duración variable, basados en la naturaleza septenaria de la mónada en
manifestación.
Primero. Las 700 encarnaciones. Se refiere a la apertura de la hilera externa. Constituye
el período más largo. La vibración inicial es lenta y pesada y han de transcurrir millones de vidas
antes que el intercambio de energía entre el Ego y su reflejo, el yo inferior.
Debe reflexionarse cuidadosamente sobre la idea de un septenario de siglos y, como siempre en
todo tema ocultista, también ha de tenerse en cuenta la idea de la triplicidad, conjuntamente con
un período sintetizador, resumen de la triple coordinación:
3 períodos de 3 decenas 90 años
1 período sintetizador 10 años
Repetido siete veces. X7
TOTAL 700 años

Cada ciclo (nuevamente en forma figurada) vitaliza a uno de los pétalos más que a otro, teniendo
un efecto definido sobre cada uno.
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Segundo. Las 70 encarnaciones. Se refiere a la apertura de la hilera media. Mucho podrá


aprenderse si se trata de comprender lo que ocultamente significa que algún iniciado (como el
Cristo) enviara a sus seguidores en grupos de setenta, de dos en dos. Estas setenta encarnaciones
se ocupan principalmente de desarrollar el amor en la vida personal, la evolución de la naturaleza
astral, basándose en el reconocimiento de los pares de opuestos, y el equilibrio de ambos por el
amor y el servicio.
Tercero. Las 7 encarnaciones. Son las que se pasan en el Sendero de Probación. Es un período
interesante en que tienen lugar ciertas cosas que podrían describirse de la manera siguiente:
Las dos hileras externas de pétalos son estimuladas en un sentido nuevo y especial por medio del
acto consciente del discípulo probacionista. Hasta ahora, gran parte del trabajo ha sido realizado de
acuerdo a las leyes comunes de la evolución y se ha efectuado en forma inconsciente. Pero todo
cambia cuando el cuerpo mental entra en actividad y dos de los pétalos de voluntad se coordinan y
el otro “activa” la vitalidad y se abre.
El fuego o energía de estas dos hileras empieza a circular por el triángulo atómico, y cuando esto
sucede, marca una época muy importante; ha culminado el trabajo dual tanto en la vida personal
inferior como en la egoica:
En el Sendero de Probación, el rayo del cuerpo físico debe subordinarse a los poderes que emanan
de esos rayos egoicos que afluyen desde la hilera externa de pétalos de la Flor del Yo, los pétalos
del conocimiento. En el Sendero del Discipulado el cuerpo astral es subyugado por el rayo del alma
a medida que afluye desde la segunda hilera de pétalos, los del amor. En el Sendero de Iniciación,
y hasta la tercera iniciación, el rayo del cuerpo mental es subyugado por la fuerza de los pétalos del
sacrificio, que están en la tercera hilera de pétalos. Así los tres aspectos de la personalidad son
subyugados por la energía que emana de los nueve pétalos del Flor del Yo. Después de la tercera
iniciación, la entera personalidad, compuesta de los tres aspectos, se hace sensible a la energía del
fuego eléctrico puro o vida, a medida que afluye a través del cerrado “capullo que se halla en el
corazón del Flor del Yo”.

LA DOCTRINA DEL CORAZÓN

El segundo punto clave en la elaboración del


diagnóstico espiritual es determinar si el Trabajador de la luz es un místico o un mentalista, si está
siguiendo aun la doctrina del ojo o se encuentra expresando la doctrina del corazón.
La Doctrina del Corazón rige el desarrollo del mentalista; la doctrina del ojo -de la visión- rige la
experiencia mística. La doctrina del corazón está basada sobre la naturaleza universal del Alma,
condicionada por la Divinidad, el UNO, e implica realidad. La doctrina del ojo se basa en la relación
dual entre el Alma y la Personalidad. Involucra las relaciones espirituales, pero también se halla
implícita la actitud o el reconocimiento de los polos opuestos.

EL CORDÓN DE PLATA

El tercer punto a tener en cuenta en la elaboración del diagnóstico


espiritual, es el avance logrado en el tejido del cordón plateado. El período comprendido por el
tejido consciente del cordón plateado se extiende desde las etapas finales del Sendero de
Probación hasta finalizar el tercer grado: La transfiguración.
El hilo de la vida, el Cordón Plateado es, en lo que al hombre concierne, de naturaleza dual. El
hilo de la Vida, propiamente dicho, que es uno de los dos hilos que constituyen el Sutratma, está
anclado en el corazón mientras que el otro encarnando el principio de la conciencia, está anclado
en la cabeza. Los hilos que el hombre crea son tres y, con los hilos fundamentalmente creados por
el Alma, constituyen los cinco tipos de energía que hacen del hombre un ser humano consciente.
La utilidad de los cinco diagnósticos del trabajador de la luz es llegar a comprender cuáles son:
1. Su rayo del alma.
2. Su rayo de la personalidad.
3. El rayo que rige su mente.
4. El rayo que rige su cuerpo emocional.
5. El rayo que influye a su cuerpo físico.
Cuando ha logrado este quíntuple conocimiento, ha cumplido el mandato délfico: “conócete a ti
mismo”, y queda completo su historia clínica pedagógica.
La Historia Clínica pedagógica de los discípulos

Publicado por: Jorge Ariel (Editor GHB) en Desarrollo Interior 1 septiembre, 2009 4 Comentarios

Sanacion 2 A menudo surge la siguiente pregunta: ¿Por qué son tan frecuentes las dolencias,
desórdenes nerviosos y las diversas patologías entre los santos de la tierra y los que están
claramente orientados hacia la luz? Responderé que la tensión sobre el vehículo físico, debido al
cambio de fuerzas, es por lo general excesivamente grande, produciendo así esas condiciones
indeseables.

Este artículo está dirigido a todos aquellos discípulos que desean ir más allá de lo que les dice el
médico ortodoxo cuando es consultado.

La historia clínica surge del contacto entre el equipo de salud y los usuarios. A partir de la segunda
mitad del siglo XX entre usuarios y el centro de salud, siguiendo los modelos de atención primaria.
La historia clínica es el único documento válido desde el punto de vista clínico y legal. Es un
documento donde el paciente deja registrado y firmado su reconocimiento y aceptación sobre su
situación de salud y/o enfermedad y participa en las tomas de decisiones.

La historia clínica es el instrumento utilizado para desarrollar el método clínico. Se aplica a través
del registro de la información obtenida del paciente a través del interrogatorio o anamnesis, del
examen físico y de la revisión de los estudios complementarios de Laboratorio, Radiología y
técnicas especiales efectuadas.

La enfermedad es una forma de imperfección transi-toria, y la muerte no es más que el método


para reenfocar la ener-gía, antes de iniciar una actividad progresiva que conduzca eterna y
constantemente hacia el mejoramiento. (0)

Al considerar esotéricamente las enfermedades debe aceptarse como proposición básica que toda
enfermedad es el resultado del mal uso de las fuerzas, en una vida anterior o en la presente. Ello
es fundamental. En relación con esto repetiré algunas de mis afir-maciones sobre este tema.

El noventa por ciento de las causas de las enfermedades se hallan en los cuerpos etérico y astral.
El empleo erróneo de la energía mental y el deseo mal aplicado, son los factores más importantes;
sin embargo, como la mayoría de la humanidad todavía se halla en la etapa de conciencia atlante,
sólo el cinco por ciento de las enfermedades prevalecientes se debe a cau-sas mentales. El
porcentaje varía con el desarrollo de la raza y su evolución. Por lo tanto la enfermedad es la
manifestación de las condiciones subjetivas indeseables, vitales, emocionales y mentales.

2. Todo lo concerniente a la salud del hombre puede ser encarado desde tres ángulos:
De la vida de la personalidad -sobre ésta estamos apren-diendo mucho.

De la humanidad en conjunto -lo cual se está empezan-do a apreciar.

De la vida planetaria -de ésta poco podemos saber.

3. Toda enfermedad es causada por la falta de armonía entre la forma la vida, entre el alma y la
personalidad; esta carencia de armonía existe en todos los reinos de la naturaleza.

4. La mayor parte de las enfermedades tienen su origen:

grupal,

como resultado de una infección,

desnutrición, entendida física, subjetiva y esotéricamente.

5. Las enfermedades de las masas, del ciudadano común, de los intelectuales y de los discípulos,
difieren ampliamente y tienen distintos campos de expresión.

a. Los tres grupos principales de enfermedades de los dos pri-meros tipos mencionados son:

La tuberculosis.

Las enfermedades sociales.

El cáncer

b. Las dos enfermedades principales de los intelectuales y dis-cípulos Son:


Las dolencias cardiacas.

Las enfermedades nerviosas.

6. La enfermedad es un hecho en la naturaleza. Cuando esto sea aceptado, los hombre


comenzarán a trabajar con la Ley de Li-beración, con el recto pensar, que conduce a actitudes y
orien-tación correctas, y con el principio de no resistencia. La gran ansiedad de morir,
característica frecuente en la etapa final que precede inmediatamente a la muerte, es la
manifestación más inferior de esta no resistencia, la cual sicológicamente rige al estado de coma.

7. La Ley de Causa y Efecto o de karma, rige todas las enfermeda-des. Abarca el karma individual,
grupal, nacional y el humano en su totalidad.

Las causas iniciadas por el hombre, vida tras vida, constituyen el factor importante; éstas se
desarrollan como enfermedades, como alguna consecuencia desastrosa en las circunstancias y
aconteci-mientos, y como general acondicionamiento de alguna encarnación determinada. El
hombre debe aprender a tratar estas causas, reco-nocerlas y descubrir cuál es la energía
condicionante que produce el efecto correspondiente, ocupándose primeramente de la tarea de
contrarrestar la causa, oponiéndole una voluntad entrenada. El karma no es un acontecimiento
inevitable, ineludible ni doloroso. Puede ser neutralizado, pero esta neutralización, en lo que
con-cierne a la enfermedad, incluye cuatro líneas de actividad:

Determinar la naturaleza de la causa y la zona de la con-ciencia donde originó.

Desarrollar esas cualidades que son el polo opuesto de la causa efectiva.

Practicar la inofensividad a fin de detener la expresión de las causas y evitar cualquier brote de esa
lamentable con-dición.

Dar los pasos físicos necesarios que producirán las condi-ciones que el alma ansía.Estos pasos
incluirán:
Una pasividad mental y una aceptación de la realidad del efecto -en el caso que estamos
considerando en relación con el karma-, la enfermedad.

La inteligente acción en los procedimientos médicos or-todoxos.

La colaboración de un grupo de curación o de un cura-dor, para ayudar en las curaciones internas


espirituales.

Una clara visión respecto al resultado. Esto puede conducir a la preparación para vivir una vida
más útil en el plano físico o para la gran transición llamada muerte.

Pero detrás de este juicioso pensamiento y sabia actividad, debe haber la aceptación de que
existen ciertas condiciones generales que se exteriorizan como mala salud física durante este ciclo
mun-dial, no sólo para el reino humano sino también para los tres reinos subhumanos. La Ley de la
imperfección existe, porque las Grandes Realidades (existen en todo el mundo fenoménico) están
análoga-mente en proceso de desarrollo y de desenvolvimiento evolutivo. Por lo tanto, hasta que
Ellos, como Seres espirituales, no hayan desarrollado el “sublime control” -tal como se lo llama- de
la sustancia de Sus formas fenoménicas, éstas no llegarán a la divina perfección. La enfermedad es
una forma de imperfección transi-toria, y la muerte no es más que el método para reenfocar la
ener-gía, antes de iniciar una actividad progresiva que conduzca eterna y constantemente hacia el
mejoramiento.

ENFERMEDADES CAUSADAS POR LOS 7 RAYOS

Inteligencias de primer tipo.

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Parece ser que la imperfección de esta divina energía produce una peculiar actitud que se
manifiesta en el poder de cristalizar, endurecer, traer tri-bulaciones y causar el gran proceso de
abstracción llamado muerte. Otros de sus resultados en la forma física son los innumerables
procesos de cristalización, como el atrofiamiento y la vejez.

Inteligencias de segundo tipo.


La imperfección de esta gran energía, con su potencia constructo-ra, vitalizadora y cohesiva, fue y
es el poder para sobrestimular, acrecentar, acumular, construir demasiadas formas, atraer
dema-siados átomos y producir esas condiciones que conducen a lo que se ha denominado
(esotéricamente) “la sofocación de la vida”, otra forma de morir, pero morir como resultado de
una excesiva vitali-dad, afectando la corriente sanguínea, construyendo dentro de las formas ya
construidas y creando frecuentemente un vehículo eté-rico excesivamente poderoso para la
exotérica forma física exter-na. Otros resultados son, por ejemplo, la aparición de tumores,
cáncer, excrecencias, excesivo desarrollo de aspectos corporales, dilatación de órganos y partes
corporales supernumerarias.

Inteligencias de tercer tipo.

El principal efecto de esta imperfecta “maniobra” y manipulación, como se la denomina, es en su


mayor parte de naturaleza astral, produciendo la consiguiente mala salud física y los efectos
inde-seables que ya hemos estudiado en este tratado. Debido a que esta energía de tercer rayo es
la energía de la sustancia misma, sus imperfecciones se demuestran profusamente en la tendencia
huma-na a la enfermedad. La ilusión es el resultado del espejismo por el excesivo empleo de la
energía de tercer rayo para fines egoístas y personales y se manifiesta primordialmente en el sexto
plano o astral. Como resultado de esta manipulación del deseo y las incon-troladas maniobras
para satisfacerlo en líneas materiales, se producen dolencias tales como el desorden gástrico e
intestinal y los distintos trastornos estomacales que devastan a la humanidad civi-lizada, mucho
más que a las razas salvajes. Ciertos desórdenes cerebrales y la poca vitalidad son también sus
efectos.

Inteligencias de cuarto tipo.

Tenemos aquí un claro indicio de por qué la humanidad (el cuarto reino de la naturaleza) sucumbe
tan rápida y fácilmente a la en-fermedad. Los conflictos que la humanidad está librando
constan-temente, tanto en forma grupal como individual, conducen -hasta que se los comprenda y
emplee como medios para triunfar y progresar- a una constante desvitalización. Cuando ésta se
produce, desaparece la resistencia a la enfermedad, entonces prácticamente tenemos todo tipo
de mala salud y dolencias corpóreas. La difusión de energía produce una constante disminución de
esta resistencia. Como resultado tenemos debilidad, la rápida y mala reacción a las enfermedades
nativas en el planeta mismo, y la pronta adquisición de enfermedades infecciosas y contagiosas.
Esta energía se halla detrás de lo que denominamos epidemias, y la influenza constituye una de las
principales manifestaciones.
Inteligencias de quinto tipo.

Ha sido muy difícil describir la naturaleza de la imperfección de la energía del Señor de quinto
rayo. En la actividad de esta ener-gía que se manifiesta principalmente en el quinto plano o
mental, se hallará eventualmente el origen de muchos desórdenes sicoló-gicos y trastornos
mentales. Separación es la característica sobre-saliente -separación dentro del individuo o entre el
individuo y su grupo, convirtiéndolo en antisocial. Me ocupé de esto en una parte anterior de este
tratado y es innecesario que me explaye aquí sobre las dificultades (Sicología Esotérica). Otros
resultados son ciertas formas de insania, lesiones cerebrales y esas brechas en la relación entre el
cuerpo físico y los cuerpos sutiles, que se manifiestan como la im-becilidad y trastornos
sicológicos. Otro tipo de enfermedad, que aparece como resultado de esta fuerza de quinto rayo,
es la hemi-cranea, causada por la falta de relación entre las energías que se hallan alrededor de la
glándula pineal y el cuerpo pituitario.

Inteligencias de sexto tipo.

En forma bastante curiosa la potencia de esta fuerza de sexto rayo (a medida que nutre el deseo)
es responsable de la mayor parte de las dolencias y enfermedades de la humanidad, basadas en la
tergiversación de la misión y función del sexo. El deseo, el azoramiento, las debilidades, las
perversiones y el desarrollo uni-lateral del sexo y otras satisfacciones, surgen por el mal empleo de
esta energía. El azoramiento originado por el deseo conduce a exigir violentamente una
satisfacción y a dar esos pasos que -correctos e incorrectos- proporcionan satisfacción. Los
resultados abarcan un amplio campo, desde la crueldad sádica y la lujuria hasta esos matrimonios
contraídos por el deseo físico y también esas condiciones que conducen a muchos tipos de
enfermedades sexuales. Una clave de este problema mundial reside en las pa-labras de un antiguo
escrito que dice: “la imperfección del Señor de Sexto Rayo abrió la puerta para que se consumara
un inco­rrecto matrimonio entre los polos.”

Inteligencias de séptimo tipo.

Los efectos de esta fuerza de rayo son muy peculiares y prevale-cerán mucho más que antes, pues
este rayo está ahora entrando en poder. Dicha energía es ampliamente responsable de las
in-fecciones y las enfermedades contagiosas. La nota clave del tra-bajo que realiza el séptimo rayo
consiste en reunir la vida y la materia en el plano físico. Sin embargo, cuando se lo observa desde
el ángulo de la imperfección constituye la reunión (si pueden com-prender la implicación) de la
Vida, las vidas y la vivencia general del proceso creador. Esto se halla simbolizado en la
promiscuidad y la incesante interacción de toda vida dentro de todas las vidas. Su resultado es la
actividad que despliegan todos los gérmenes y bacterias dentro del medio que mejor los nutrirá.

Éstos son conceptos abstrusos y difíciles, pero se debería refle-xionar sobre ellos, pues una
profunda cavilación conducirá a la comprensión. Toda enfermedad y mala salud son el resultado
de la actividad o inactividad de cualquiera de los siete tipos de ener-gía, cuando actúan sobre el
cuerpo humano. Toda enfermedad físi-ca surge del impacto de esas energías imperfectas cuando
golpean, penetran y atraviesan los centros del cuerpo. Todo depende de las condiciones de los
siete centros del cuerpo humano; a través de éstos actúan las energías impersonales, llevando
vida, enfermedad o muerte, estimulando las imperfecciones del cuerpo o dándole salud. Todo
depende, en lo que concierne al ser humano, de la condición del cuerpo físico, la edad del alma y
las posibilidades kármicas.

Ahora, con todo lo que he dado, concerniente a los siete rayos y a los siete Señores de Rayo,
mucho más podrá ser descubierto; estas siete grandes Vidas pueden considerarse y conocerse
como las esencias animantes y las energías activas en todo lo manifestado y tangible en el plano
físico, así como en todos los planos de la expresión divina; al decir esto no sólo incluyo el plano
físico cósmico (compuesto de nuestros siete planos del sistema) sino también el astral y el men-tal
cósmicos.

El punto principal que se ha de tener en cuenta es que esta ley se refiere totalmente al plano físico
(denso y etérico) y a los efectos que produce en el cuerpo físico el conflicto entre las energías y las
fuerzas. Las fuerzas son esas energías limitadas y aprisionadas dentro de una forma de cualquier
tipo -un cuerpo, un plano, un órgano, un centro-; las energías son esas corrientes de energía
dirigida que hacen impacto, desde una forma mayor o más incluyente y desde un plano más sutil,
sobre esas fuerzas aprisionadas -si así puedo llamarlas- haciendo contacto con una fuerza
vibratoria más burda. Una energía es más sutil y poderosa que la fuerza sobre la cual hace impacto
o establece contacto; la fuerza es menos potente pero está anclada. En estas dos palabras reside
la clave del problema de la relación entre las energías. La energía libre, desde el ángulo del punto
de contacto anclado, es en cierta ma-nera menos eficaz (dentro de una esfera limitada) que la
ener-gía ya anclada allí. Es esencialmente más potente, pero no tan efectiva.

1. El conflicto de esas energías con las fuerzas, y de las fuerzas entre si, producen los males
corporales del hombre.
Se observará aquí que las enfermedades se producen, de acuer-do a la ley, de dos maneras:

Por el conflicto de las energías con las fuerzas.

Por el conflicto de las fuerzas entre sí.

Evidentemente, a primera vista es de esperarse esta lucha dual. En primer término tenemos la
lucha que se libra en la vida de la personalidad, cuando el alma definidamente dirige su atención
hacía sus vehículos y trata de ejercer control. Cuanto más deter-minada esté la persona a someter
su personalidad al control del alma, más se intensificará el conflicto, surgiendo como resultado
serias condiciones físicas. Bajo esa clasificación podríamos cata-logar la mayoría de las
enfermedades de discípulos y místicos, en gran parte de naturaleza nerviosa, y a menudo afectan
al co-razón o a la corriente sanguínea. En la mayoría de los casos pueden ser confinadas a la zona
arriba del diafragma, y por lo tanto a esas zonas condicionadas por los centros coronario, larín-geo
y cardíaco. Un número de casos que denominaré “fronterizos” entran también bajo esta categoría,
pero están limitados a la trasferencia de las energías (por el impacto del alma) del centro plexo
solar al cardiaco, y la frontera involucrada es simplemente el diafragma.

Dentro de esta primer clasificación también podrían notarse esas dificultades originadas, por
ejemplo, cuando la energía del cuerpo astral hace su impacto sobre las fuerzas del vehículo
etérico, estableciendo un disturbio emocional y produciendo se-rias dificultades en el plexo solar,
con los resultantes trastornos gástricos, intestinales y hepáticos, siendo todos el resultado del
conflicto entre energía y fuerzas. Todo lo que puedo hacer aquí es indicar el tipo de problema
relacionado con una u otra de esas dos categorías; el tema no se presta para la breve dilucidación
que intento dar.

Dentro de la segunda categoría, que concierne al conflicto entre fuerzas y fuerzas, está implicado
el cuerpo etérico, y las fuerzas involucradas son las que se hallan en los centros mayo-res y
menores, implicando su relación mutua y su reacción inter-na al impacto de energías provenientes
de afuera del cuerpo etérico. Dichas fuerzas y su interacción producen las enfermeda-des
comunes en el hombre y controlan los disturbios de los ór-ganos físicos y las zonas del cuerpo
físico ubicadas alrededor de esos centros, los cuales constituyen en realidad los factores
prin-cipales que condicionan la masa de seres humanos durante largos eones, o hasta el momento
en que el alma “presta atención” a la apropiación y pleno control de su mecanismo en los tres
mundos. Estas dificultades secundarias, debidas a la interacción entre los centros, son de tres
categorías, y deben ser cuidadosamente observadas:
La interacción entre:

Los centros arriba del diafragma, por ejemplo, el coronario, el laríngeo y el cardíaco y muy
ocasionalmente el centro ajna. b.

Los centros abajo del diafragma y su relación entre sí.

La mutua relación entre ciertos centros, como la que tie-ne lugar de acuerdo a la Ley de
Transmutación, o el pro-ceso de elevar las fuerzas de un centro a otro,

del centro sacro al laríngeo,

del centro plexo solar al cardíaco y

del centro en la base de la columna vertebral al co-ronario.

El impacto producido por la “energía” (observen la exac­titud técnica de mis frases) de los centros
arriba del dia-fragma a los de abajo del diafragma.

Este proceso ocurre inversamente del que tiene lugar cuando las fuerzas abajo del diafragma son
elevadas a los centros arriba del diafragma. En este tercer tipo de relación tenemos la aplicación
de la potencia del magnetismo, y en el otro la expresión de la irradiación. Ambos se hallan
estrechamente aliados en cierta etapa del desenvol-vimiento.

En todas las relaciones siempre existe la posibilidad de que sur-jan dificultades, dando por
resultado un efecto indeseable sobre los órganos físicos situados dentro de la zona implicada. En
las primeras etapas de la relación de los centros ubicados arriba del diafragma con los de abajo, el
hombre generalmente no se da cuenta de lo que está sucediendo y es simple víctima del estimulo
aplicado por el centro de donde emana la energía, al centro que recibe su impacto, o víctima de la
desvitalización (produciendo en consecuencia muchas formas de males físicos) a medida que los
centros responden a la estimulación. Todo es cuestión de equilibrio, y por esto debe luchar el
hombre inteligente y el aspirante.

Llegamos ahora a una afirmación muy ambigua y ha sido expuesta con ese propósito:
2. El conflicto entre las primeras y las segundas persiste du-rante edades, hasta llegar a la cima de
la montaña, la primera gran cima.

Esto se refiere vagamente (y repito a propósito) al conflicto entre las energías situadas arriba del
diafragma -que normalmente provienen del alma, en su propio plano- y las fuerzas de abajo del
diafragma. Éste es un conflicto grande y persistente; comienza cuando el centro plexo solar
domina y es pode-roso, produciendo crisis como en la época atlante. Debido a que la masa de
hombres tiene conciencia atlante y es arrastrada principalmente por su naturaleza emocional,
tales crisis vuelven a surgir hoy. Con el tiempo, hablando metafísicamente, el centro plexo solar
comienza a producir un efecto irradiante en res­puesta al “llamado” magnético del centro
cardíaco. Cuando se recibe la primera iniciación se establece la primera gran inter-acción entre
ambos y la primera actividad coordinada. “Lo de arriba está ahora relacionado con lo de abajo,
pero lo de abajo pierde su identidad con lo de arriba”, según lo expresa El Antiguo comentario. La
madre desaparece porque el Cristo-Niño ha ocupado el lugar preponderante. El alma ejerce
control y con-duce al aspirante de una cima de la montaña a otra.

En la primera iniciación, y acrecentadamente en todas las iniciaciones, la energía entra en un


mayor conflicto con las fuer-zas; la energía del alma se precipita en el cuerpo etérico y todos los
centros se convierten en “zonas de lucha”, predominando uno más que los otros. La naturaleza de
la lucha ya no es de las “fuerzas entre sí”, sino entre energías y fuerzas, y esto crea las agudas
pruebas para la iniciación, y produce muchos males físi-cos entre quienes están preparándose
para recibir o han recibido la primera y segunda iniciaciones, explicándose así las enferme-dades
de los santos.

Algún día emergerá una gran ciencia de los centros que acla-rará todo el complejo problema, sin
embargo aún no ha llegado el momento. Si esta ciencia se enseñara abiertamente en la
ac-tualidad, permitiría dirigir los pensamientos de los hombres a la realidad de los centros y a las
zonas que éstos controlan, y no a las energías que afluyen a través de ellos. Entonces se
produ-ciría una malsana e indeseable estimulación o desvitalización de la sustancia de los centros,
con la consiguiente aguda enferme­dad. Siempre rige la ley de que “la energía sigue al
pensamiento” y que la energía puede ser irradiante o magnética, pero no debe permanecer
contenida estáticamente dentro de un centro. La verdadera ciencia de los centros sólo se
impartirá libremente cuando -y sólo cuando- los hombres conozcan por lo menos los rudimentos
para dirigir el pensamiento y controlar los im-pactos de energía.

3. La lucha entre las fuerzas produce las enfermedades, do-lencias y sufrimientos corporales que
buscan la liberación en la muerte.
Existe aquí una interesante diferencia que debe ser notada. La muerte sobreviene como resultado
de dos cosas:

La lucha entre las fuerzas, no entre la energía y las fuer-zas. La zona de conflicto existe en el
cuerpo etérico y en el físico, y ninguna energía penetra del exterior, porque el hombre se halla
gravemente enfermo.

La pérdida de la voluntad de vivir. El paciente ha cedido: la lucha interna es muy grande para él; no
puede traer energía del exterior para combatir las fuerzas antagónicas, y ha llegado a la etapa en
que no desea hacerlo.

Estos dos aspectos del proceso de morir indican el destino del paciente, y deberían ser
inmediatamente notados por el curador que (cuando descubre que están presentes) aplicará su
pericia para ayudar al hombre a morir y no intentará curarlo. La puerta de entrada para las
energías dadoras de vida se cierra; nada puede penetrar que ayude al curador en su trabajo, y el
conflicto -de naturaleza general, o limitado a una amarga lucha en de-terminada zona- entre las
fuerzas produce tanta fricción, que no queda esperanza alguna, excepto la muerte. En esta frase
que comentamos, puntualizaré que la enfermedad se refiere al punto de fricción o dificultad
aguda, y todos los males a la forma gene-ral en que el hombre reacciona a la zona donde se halla
la dolencia y a la general incapacidad producida por la enfermedad, mientras que los dolores
corporales se refieren al malestar de la zona donde la enfermedad está localizada, e indica su
naturaleza.

Pitagoras 03

HISTORIA PEDAGOGIGA

La historia pedagógica surge del contacto entre el equipo de maestros y los discípulos, es el único
documento válido desde el punto de vista educativo y legal, en el que el educando deja
registrado y firmado su reconocimiento y aceptación del proceso de enseñanza-aprendizaje y
participa en las tomas de decisiones.

La historia pedagógica es el instrumento utilizado para desarrollar el método pedagógico. Se aplica


a través del registro de la información obtenida del estudiante mediante entrevista con sus
maestros o por la aplicación de pruebas estandarizadas.

Los tres componentes de la personalidad: (3)

Trataré de responder a tres preguntas que sobre educación formuló uno de los estudiantes. Sólo
puedo hablar del ideal, y al hacerlo corro el riesgo de dar la impresión de que soy un visionario y
cualquier acercamiento podría ser considerado como imposible en nuestro actual sistema.

En respuesta a la primera pregunta diré que la principal función de todo educador es doble:

Entrenar el cerebro para que responda inteligentemente a las impresiones que le llegan por medio
del mecanismo sensorio e impartir así información sobre el mundo tan-gible externo.

Entrenar la mente de modo pueda realizar tres cosas:

Aplicar inteligentemente la información impartida a la mente por el cerebro.

Crear formas mentales que respondan a los impul-sos que emanan del plano físico, a las
reacciones emocionales activadas por la naturaleza deseo?sentimiento, al mundo de las ideas que
constituye el medio ambiente del hombre.

Ir hacia el Yo espiritual subjetivo, para que el yo superior pueda pasar de la condición de


potencia-lidad a una activa regencia.

La nueva educación deberá propender a que el sujeto del experimento educativo se sienta
poseedor consciente de su propio mecanismo; deberá ponerlo frente a la vida con los ojos bien
abiertos, abrirle las puertas al mundo de las relaciones y los fenómenos objetivos; debería
enseñársele que hay una puerta que conduce al mundo de la Realidad, que debe transponer a
voluntad, a fin de establecer y asumir su relación con otras almas.
Cada niño deberá ser estudiado bajo tres aspectos. Primero, asegurarse cuál es la tendencia
natural de sus impulsos. ¿Tiende a la expresión física, al trabajo manual, en el cual se podría incluir
un amplio campo de expresión, como ser el del trabajador mecanizado y la capacidad técnica de
un electricista? ¿Posee alguna capacidad latente para cualquiera de las artes; ¿reacciona al color y
a la forma, o responde a la música y al ritmo? ¿Su capacidad intelectual justifica que se lo entrene
mentalmente para que aprenda análisis y deducción, matemáticas o lógica? Quizá, con el correr
del tiempo, la juventud de entonces se clasificará en dos grupos: el místico, con esta
denominación, se agruparía a los de tendencias religiosas, artísticas e imprácticas; el ocultista
incluiría a los tipos intelectuales, científicos y mentales. Cuando el adolescente haya cumplido
diecisiete años, el entrenamiento dado le permitirá emitir su tónica con claridad, le indicará el
rumbo que probablemente seguirán los impulsos de su vida. En los primeros catorce años debería
dársele la oportunidad de expe-rimentar en diversos campos. No se deberá insistir en el
entrena-miento estrictamente vocacional, hasta que el niño llegue a los últimos años del proceso
educativo.

Llegará el día en que se estudiará a los niños en los siguientes aspectos:

Astrológicamente, para determinar las tendencias de la vida y el problema peculiar del alma.

Psicológicamente, complementando lo mejor de la psicología moderna con el conocimiento de los


siete tipos de rayos que caracterizan la psicología oriental .

Terapéuticamente, poniendo especial atención sobre el sistema endocrino, más la aplicación de


los métodos comunes modernos referentes a la vista, la dentición, y los defectos fisiológicos. Se
estudiará y desarrollará cuidadosamente la naturaleza del mecanismo de res-puesta.

Vocacionalmente, a fin de ubicarles posteriormente en la vida, allí donde sus facultades y


capacidades hallen la más plena expresión y les permita cumplir sus obligaciones grupales.

Espiritualmente. Con esto quiero significar que se estu-diará la edad aparente del alma, y
aproximadamente se establecerá la etapa de evolución; se considerará si posee o no tendencias
introspectivas, y también la coordinación entre:

el cerebro y el instrumento de respuesta del mundo externo fenoménico,

el cerebro y los impulsos de los deseos, además de las reacciones emocionales,

el cerebro, la mente y el mundo del pensamiento.

el cerebro, la mente y el alma.


Éstos serán objeto de una cuidadosa investigación, a fin de que todo el equipo del niño, en estado
latente o desarrollado, sea llevado a funcionar activamente y a unificarse en un todo.

Un estudio de su desarrollo racial revelaría mucho, porque cada niño es una síntesis del todo. Por
ejemplo, un estudio del desarrollo de la idea de Dios en la conciencia humana, constituiría una
valiosa ilustración de los fenómenos del desarrollo del pensamiento. La secuencia del crecimiento,
basada en el proceso del desarrollo del ser humano, podría clasificarse, aunque breve e
inadecuadamente, como respuesta a:

El impacto despierta los sentidos del niño. Empieza a oír y a ver.

La posesión y la adquisición. El niño empieza a apro-piarse de las cosas, se hace autoconsciente y


comienza a darse cuenta del yo personal.

Las tendencias humanas y el instinto animal que rige a la naturaleza animal y de deseos.

El grupo. El niño comienza a ser consciente de su medio ambiente y de que es parte integrante de
un todo.

El conocimiento, que comienza cuando recibe informa-ción de los hechos, que luego registra
memorizándolos; así se desarrollarán el interés, la correlación, la síntesis y su aplicación a las
exigencias de la vida.

La necesidad innata de investigar. Lleva a la experimen-tación en el plano físico, a la introspección


en el plano emocional, al estudio intelectual y al interés por leer o escuchar, llevando así la mente
a la actividad.

La presión económica y sexual, o la ley de supervi-vencia, que obliga al individuo a usar su equipo
y conocimiento, a ocupar su lugar como factor en la vida grupal y a promover el bienestar grupal
mediante algún trabajo activo y la perpetuación de la, especie.8 La percepción exclusivamente
intelectual.

Conduce al libre y consciente empleo de la mente, a pensar en forma individual, a crear formas
mentales y, eventualmente, a dar una firme orientación a la mente, hacia un campo cada vez más
amplio de comprensión y percepción. Estas expansiones de conciencia traen finalmente un nuevo
factor en el campo de la experiencia.

El Pensador o Alma. Al registrar esta respuesta el hombre entra en su reino. Lo de arriba y lo de


abajo se convierten en uno. Los mundos objetivos y subjetivos se unifican. El alma y su mecanismo
funcionan como una unidad.
Lo antedicho evidencia que los educandos serán clasificados desde los puntos de vista que he
considerado :

Los que pueden ser correctamente civilizados. Esto se refiere a la masa humana.

Los que pueden ser conducidos hacia el mundo de la cul-tura. Esto incluye un gran número de
personas.

Los que pueden contribuir al acervo de la civilización y de la cultura con “el equipo” requerido en
el proceso de actuar como almas conscientes, no sólo en los tres mun-dos del vivir instintivo e
intelectual, sino en el mundo del ser espiritual, pero con una total continuidad de conciencia y una
triple integración total.

No todos pueden pasar a los grados superiores y esto debe tenerse en cuenta. Para medir la
capacidad debe basarse en la comprensión de los tipos de rayos (la ciencia de la sicología
esotérica), en la captación de las condiciones de los sistemas glandular y fisiológico, en ciertos
tests específicos y en la nueva astrología.

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La siguiente secuencia surge por sí sola, al proyectar el plan de estudios para la juventud de las
próximas generaciones: (5)

Desarrollo del instinto ………. Civilización….Educ. Primaria……Sendero del aspirantado

Entrenamiento del intelecto…Cultura ……..Educ. Secundaria… Sendero del discipulado

Formación de los intuitivos…..Desarrollo …Educ. Superior…………..Sendero de iniciación


Los siete atributos de la inteligencia.

Por lo tanto, el objetivo de la educación debería consistir en el entrenamiento del mecanismo para
que responda a la vida del alma. El Yo Superior o Alma es, en tiempo y espacio, el summun de la
conciencia de la Mónada. El yo inferior o alma es, para nuestro propósito, la parte de esa suma
total que un individuo, en determinada vida, puede emplear y expresar. Esta actividad depende
del tipo y de la calidad de la naturaleza corpórea, del mecanismo creado por la actividad del alma
en otras vidas y del efecto de la reacción a las condiciones ambientales. El acrecen-tamiento de la
perfección del alma, el profundo fluir de la conciencia y el desarrollo de la continuidad interna de
percepción, además de la evocación de los atributos del alma y de sus aspectos en el plano físico,
por medio de su triple mecanismo, son los objetivos de toda educación. Como se sabe, esos
aspectos son:

1. Voluntad o propósito. Deberá desarrollarse a través de la educación, en tal medida, que la


vida manifestada sea regida por el propósito espiritual consciente y la ten-dencia de la vida esté
correctamente orientada hacia la realidad.

La voluntad correctamente dirigida tendría que ser una de las principales preocupaciones de los
verdaderos educadores. De-berá cultivarse la belleza en todo sentido y la voluntad al bien y la
voluntad de servir.

2. Amor-Sabiduría. Es en esencia el desarrollo de la con-ciencia de todo; se lo denomina


conciencia grupal. Su primer desarrollo es la autoconciencia, la percepción del alma de que el
hombre (en los tres mundos de la evolu-ción humana) es el Tres en Uno y el Uno en Tres. En
consecuencia, puede reaccionar a los grupos de vida que están asociados y constituyen su propia y
pequeña apa-riencia fenoménica; por lo tanto, la autoconciencia es una etapa en el camino hacia
la conciencia grupal, y es además la conciencia de lo inmediato.

Mediante la educación esta autoconciencia debe desarrollarse hasta que el hombre reconozca que
su conciencia es parte inte-grante de un todo mayor. Entonces se fusiona con los intereses,
actividades y objetivos grupales. Con el tiempo se apropia de ellos y llega a ser consciente del
grupo. Esto es amor. Conduce a la sabiduría, que es amor en actividad manifestada. El propio
interés se transforma en interés grupal, lo cual debería constituir el objetivo principal de todo
verdadero esfuerzo educativo. El amor a sí mismo (autoconciencia) y el amor a quienes nos rodean
(conciencia grupal) se transforman, con el tiempo, en amor al todo (conciencia de Dios). Éstos son
los pasos a dar.

3. Inteligencia Activa. Concierne al desarrollo de la natu-raleza creadora del hombre espiritual y


consciente. Se desarrolla por medio del correcto empleo de la mente, con su poder de intuir
ideas, responder a los impactos, inter-pretar, analizar y construir formas a fin de revelarlas. Así
crea el alma del hombre. Este proceso creador puede describirse, en lo que respecta a sus etapas,
del modo siguiente:

El alma crea su cuerpo físico, su apariencia feno-ménica, su forma externa.

El alma crea, en tiempo y espacio, de acuerdo a sus deseos. Así viene a la existencia el mundo
secun-dario de las cosas fenoménicas, y nuestra moderna civilización es el resultado de esta
actividad creado-ra de la naturaleza de deseos del alma, limitada por la forma. Reflexionen sobre
esto.

El alma crea directamente a través de la mente infe-rior, de allí la aparición del mundo de los
símbolos, que colma nuestras vidas de interés, conceptos, ideas y belleza, mediante la palabra
hablada y escri-ta y las artes creadoras. Éste es el resultado de los pensamientos de los pensadores
de la raza.

El objetivo de la verdadera educación consiste en dirigir correctamente esta tendencia ya


desarrollada. La naturaleza de las ideas, la manera de intuirlas y las leyes que deberían regir todo
trabajo creador, son sus metas y objetivos. Así llegamos al mundo de los atributos, que
complementan la actividad de los tres aspectos, de la misma manera que los tres rayos mayores
son destacados y ayudados por el trabajo de los cuatro rayos menores. Los cuatro desarrollos
atributivos del hombre, a través de la actividad del alma en manifestación, son:

4. El atributo de armonía producido a través del conflicto. Conduce a la liberación y al poder


eventual de crear. Es uno de los atributos que la educación debería consi-derar desde el ángulo de
la intuición y ser presentado como los objetivos de la personalidad y del grupo. Es el atributo
latente en todas las formas y esa inquietud innata o descontento, que lleva al hombre a luchar,
pro-gresar y evolucionar, para poder finalmente unificarse y unirse con el alma. Es el aspecto
inferior de la tríada superior espiritual y monádica que se refleja en el alma. Es la conciencia de la
armonía y la belleza que impele al ente humano hacia el sendero de evolución, hasta el retorno
ulterior a su Fuente de origen.

La educación debe, en consecuencia, tratar esta insatisfacción y explicarla a los educandos, para
que puedan comprenderse a sí mismos y actuar inteligentemente.

5. El atributo del conocimiento concreto, por el cual el hombre puede concretar sus conceptos y
construir formas mentales a través de las cuales materializa sus visiones y sueños y da vida a sus
ideas, lo hace por medio de la actividad de la mente concreta inferior.

El verdadero trabajo de la educación es entrenar al hombre inferior a discriminar correctamente


para que llegue a ser real-mente sensible a la visión y pueda construir con exactitud, de acuerdo al
propósito de su alma, y crear en la tierra lo que será su contribución al todo. Es aquí donde debe
comenzar el trabajo de la educación moderna. El hombre todavía no puede trabajar con
inteligencia en el mundo de las ideas y de los cánones, porque no es aún sensible a los verdaderos
valores espirituales. Ésta es la meta para el discípulo, aunque las masas no pueden todavía actuar
en estos niveles. Lo primero que debe hacerse es entrenar al niño para que emplee correctamente
la facultad del discerni-miento y el poder de seleccionar y dirigir su propósito. Debe conducírselo a
una comprensión más verdadera del ser y guiarlo para que trabaje inteligentemente en el campo
de la actividad creadora que significa, en última instancia, emplear correctamente la “sustancia
mental” (denominada chitta por Patanjali).

6. A continuación se considerará el atributo de la devoción, que surge y es el fruto de la


insatisfacción y del empleo de la facultad de elegir. De acuerdo con la intensidad del descontento
del hombre y a su poder de ver con claridad, pasa de una satisfacción temporal a otra,
demostran-do cada vez su devoción a un deseo, a una personalidad, a un ideal y a una visión,
hasta que finalmente se unifica con el ideal más elevado a que puede aspirar el hombre. Ante todo
el alma, y luego la Super-Alma o Dios.

Los educadores tienen así la oportunidad de ocuparse inte-ligentemente del idealismo innato que
existe en todo niño y de la interesante tarea de guiar a la juventud del mundo, desde una meta ya
lograda a otra. Pero esto deberá realizarse en el futuro como ultérrimo objetivo del alma, y como
sucedía en el pasado que era una norma particular del sistema educativo de cada nación. Éste es
un punto importante, pues hará resaltar el cambio de atención de lo no esencial a lo esencial.
7. Finalmente tenemos el atributo del orden, y la imposi-ción de un ritmo establecido mediante el
desarrollo de la facultad innata para actuar de acuerdo al ritual y al propósito dirigido. Este
atributo particular de la divini-dad está en la actualidad altamente desarrollado en un aspecto, de
manera que tenemos hoy una humanidad muy sistematizada y existe la imposición autocrática de
un ritmo ritualista en la vida pública en un sinnúmero de países, lo cual permite observar su
perfección en la vida de nuestras escuelas públicas, pero es una perfección indeseable. Se debe
parcialmente al reconocimiento de que el individuo es sólo parte de un todo mayor
(reconocimiento muy necesario), y a la vez parte del desarrollo evolutivo de la raza. Sin embargo,
debido a la aplicación deficiente de cualquier nueva verdad, lo cual significa que el ente, quedando
sumergido en el grupo, tiene poca oportunidad para la libre acción de la voluntad y la inteligencia
individuales y el propósito y la técnica del alma. Los educadores deberán trabajar con el principio
del innato atributo y del instinto hacia el ritmo ordenado, haciéndolo cada vez más creativamente
constructivo, proporcionando a través de él un campo para, el desarrollo de los poderes del, alma.

He hecho esta disgresión aquí a fin de inculcar ciertas ideas básicas que deberían fundamentar las
tendencias educativas. Estas ideas, juntamente con las ya dadas, constituyen un enun-ciado de los
objetivos que tienen ante sí los educadores del mundo, que ustedes deberán considerar de valor.
La meta la sugerí anteriormente. Ahora la vinculo con las posibilidades, porque ya me referí al
equipo (aspectos y atributos) que existe en cierta etapa de desarrollo, en todo ser humano. Con
estas tendencias e instintos ocultos deben trabajar los futuros sistemas de educación. No deben
hacerlo como lo hacen hoy con el meca-nismo cerebral y con los aspectos inferiores de la mente,
ni poner el énfasis sobre el esfuerzo de plasmar en el cerebro y la mente los hechos, así llamados,
del proceso evolutivo y de la investiga-ción en el plano físico. Sería muy útil tener presente que:

El cuerpo mental lo rige los rayos 1, 4 y 5.

El cuerpo emocional por los rayos 2 y 6.

El cuerpo físico por los rayos 3 y 7.

Sería de valor que los estudiantes se analizaran de esta manera. Se podrían trazar diagramas y
estudiar los rayos que creen les corresponde y el efecto que producen en sus vidas, y de acuerdo a
ello trazar un gráfico muy interesante de su propia naturaleza, cualidades y características. (4)

Los nueve logros del espíritu:


Por lo tanto es evidente que el objetivo del futuro y el esfuerzo del presente consisten en llevar a
la humanidad a un punto en que -hablando en sentido esotérico- “entre en la luz”. La tendencia
actual hacia el progreso, que se observa nítidamente en la raza, le permite adquirir conocimiento y
trasmutarlo en sabiduría con ayuda de la comprensión, y llegar así a adquirir la “plena
iluminación”. La iluminación es la principal finalidad de la educación.

La formación del cuerpo de luz o Yo Soy es el resultado de la energía del yo inferior con su acción
refleja sobre la unidad superior , se le ha llamado loto egoico de nueve pétalos que protegen el
capullo interno, donde se oculta la joya.

Debido a que los tres pétalos del conocimiento del loto egoico humano se han abierto en forma
racial (al emplear la palabra racial me refiero a la familia humana y no a la raza aria), es posible
que se abran también ahora los pétalos del amor. La energía que fluye de la hilera exterior de
pétalos ha causado un efecto triple:

Ha vitalizado a toda la humanidad y producido la, civili-zación presente, activa e inteligente (o


¿debería decir intelectual?) y nuestra cultura moderna, dondequiera se halle. El cerebro de la
humanidad está ahora abierto para ser vitalizado, de allí la educación en masa.

Ha abierto un canal para que los pétalos del amor puedan vitalizar el cuerpo astral de la
humanidad y lograr así una colaboración general y expresar el amor grupal. El corazón de la
humanidad está abierto para ser vitaliza-do, por eso han surgido en la actualidad movimientos
filantrópicos de buena voluntad y de bienestar social.

Hará posible, con el tiempo, la vitalización del cuerpo mental por medio de los pétalos de la
voluntad o sacri-ficio, y esto traerá la percepción del Plan, del propósito dirigido y de la síntesis
grupal.

El primero de estos tres pétalos del conocimiento se abrió en la época de Lemuria y proporcionó
cierta medida de luz a la conciencia humana en el plano físico. El segundo pétalo se abrió en la
época Atlante, y llevó la luz al plano astral. En nuestra raza aria, el tercer pétalo se abrió y
proporcionó al hombre la luz del conocimiento mental. Así se completó (en las tres razas) la ardua
tarea de la vitalización del triple mundo manifestado (físico, astral y mental), y la energía de la
inte-ligencia se trasformó en un poderoso factor dominante. Actual-mente se está efectuando la
tarea de vitalizar al hombre con la energía del amor, obteniéndose grandes progresos en ese
sen-tido, y los efectos (que emanan del segundo aspecto de la divi-nidad) se producirán con gran
facilidad en los reinos de la percepción consciente. Expongo esto con el fin de alentarlos.
Debido a la actividad de la energía del conocimiento tenemos:

Civilización…………Cultura…………………………Desarrollo

Colaboración…….. Comprensión…………………. Compasión

Hay analogías superiores para las cuales no poseemos todavía las palabras adecuadas.

La buena voluntad colaboradora es todo lo que puede esperarse de las masas en esta época, y
constituye la sublimación de las fuerzas liberadas por la civilización. La comprensión amorosa debe
ser la característica del grupo más culto e inteligente, mas la capacidad del correlacionar el mundo
de significados con el mundo de los efectos externos. Reflexionen sobre esta frase. El amor grupal
es y debe ser la característica más sobresaliente de los iluminados del mundo, siendo actualmente
el poder motivador de los Maestros de Sabiduría, hasta que un número suficiente de discípulos
exprese esta fuerza especial.

Cuando se abran los pétalos dé la voluntad o sacrificio del loto egoico humano aparecerá una
tríada superior de analogías que serán conocidas como:

Participación………… Propósito………… Planificación

La actual planificación humana constituye la primera indicación del surgimiento del aspecto
voluntad. El plan incluye programas y un programa incluye proyectos.

Por lo tanto, como resultado del proceso evolutivo de la huma-nidad, aparecerá esa categoría de
fuerzas o energías, las cuales demostrarán, cada una de ellas, ciertas cualidades definidas que irán
paralelas a la apertura de los pétalos del loto humano.

Sería muy útil trazar un gráfico circular en el que se represente el nivel de desarrollo de cada una
de las nueve cualidades.

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