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Admisibilidad de la acción de simulación por la compraventa celebrada, si al realizar

la transacción estaba de novio con la hija del co­demandado, con quien luego

contrajo matrimonio.

16 febrero 2016 por Ed. Microjuris.com Argentina

Partes: Muratori Gabriel c/ Trombetti Julio y/o otro s/ simulación

Tribunal: Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Rosario

Sala/Juzgado: Tercera

Fecha: 30-nov-2015

Cita: MJ-JU-M-96237-AR | MJJ96237 | MJJ96237

Admisibilidad de la acción de simulación por la compraventa celebrada, si al realizar la transacción


estaba de novio con la hija del co-demandado, con quien luego contrajo matrimonio.

Sumario:

1.-Corresponde confirmar la sentencia por la que se hizo lugar a la acción de simulación entablada, declarándose la nulidad de la compraventa desde que
el vínculo de parentesco muy estrecho o la amistad íntima entre las partes -noviazgo- suele ser un indicio importante para demostrar la simulación del
acto, circunstancia, que por sí sola, no es suficiente para hacer lugar a la acción de simulación, pero tomando en consideración los restantes indicios que
surgen del análisis de los considerandos de la sentencia -no refutados por las recurrentes- resulta, de un decisivo grado de importancia.

2.-Cabe el rechazo del recurso de apelación deducido cuando no hay una crítica razonada del fallo que hizo lugar a la acción de simulación entablada por el
actor, ni se demuestran los motivos de disconformidad con los argumentos que contiene; no se determina el error de la sentenciante que avale la
revocación por injusta, de su decisión alzada.

Fallo:

En la ciudad de Rosario, a los 20 días del mes de noviembre de 2015, se reunieron en Acuerdo los Sres. Jueces de la Sala Tercera Integrada de la Cámara de
Apelación en lo Civil y Comercial, Dres. Mario E. Chaumet, Darío L. Cúneo y Ariel C. Ariza, para dictar sentencia en los caratulados “MURATORI, GABRIEL c./
TROMBETTI, JULIO Y/O s./ SIMULACIÓN” – Expte. N° 241/13, venidos del Juzgado de Primera Instancia de Distrito en lo Civil y Comercial de la 4ta.
Nominación de Rosario, en apelación de la sentencia N° 568 de fecha 26 de Marzo de 2013 obrante a fs. 327/337, y habiéndose efectuado el estudio de la
causa, se resolvió plantear las siguientes cuestiones:

PRIMERA: ¿Es nula la sentencia recurrida?

SEGUNDA: ¿Es ella justa?

TERCERA: ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar?

Efectuado el sorteo de ley, resultó el siguiente orden de votación: Dres. Chaumet, Cúneo, y Ariza.

A la primera cuestión, dijo el Dr. Chaumet: El recurso de nulidad interpuesto no ha sido mantenido en esta instancia. Por ello y atento no existir vicio
sustancial que autorice la revisión de oficio, voto por la negativa.

A la misma cuestión, dijo el Dr. Cúneo: De conformidad con lo expuesto por el Sr. vocal preopinante, voto por la negativa.

A la segunda cuestión, dijo el Dr. Chaumet: 1. El caso.

1.1. El actor promovió demanda de acción de simulación contra Julio Armando Trombetti, su cónyuge Zulema Angélica Alloatti y Germán Gustavo Sparvoli,
persiguiendo la declaración de simulación del acto celebrado en fecha 01/12/03 con más daños y perjuicios, intereses y costas.

Expresó que en fecha 02/05/03 el Sr.Trombetti libró a su favor un pagaré por la suma de U$S10.000.- con fecha de vencimiento el 12/05/03; y que en fecha
06/06/03 promovió el cobro de dicha suma dentro de los autos “Muratori, Gabriel c./ Trombetti, Julio s./ Juicio Ejecutivo”.

Afirmó que el demandado, conociendo la existencia de la deuda y de los procesos judiciales iniciados en su contra, simuló la venta del inmueble de su
propiedad y el de su esposa (ubicado en calle Colón N° 1328 de San José de la Esquina), al Sr. Germán Sparvoli. Agregó que su parte tomó conocimiento de
dicha transacción al fracasar la medida cautelar ordenada dentro del juicio ejecutivo mencionado.

1.2. Contestación de los co-demandados.

1.2.1 El demandado Sparvoli manifestó que debido a la crisis económica a principios del año 2003 el Sr. Trombetti le propuso venderle el inmueble citado y
que pagó por el mismo 5 cuotas de $1.998 cada una, y una última cuota de $410, comenzando el pago a partir del mes de mayo de 2003. Agregó que como
parte de pago también se hizo cargo de una deuda que el Sr. Trombetti poseía con el Banco de la Nación Argentina por un crédito hipotecario que le había
sido otorgado.

Reconoció que al celebrar la transacción estaba de novio con la hija del co-demandado, con quien contrajo matrimonio en 2004.

Sostuvo que el 18/12/03 celebró un contrato de locación con los vendedores del inmueble, y que a la fecha de la contestación de la demanda, si bien no
había contrato de locación vigente, el matrimonio Trombetti continuaba viviendo en el inmueble con sus dos hijos.

Por último afirmó que la deuda que el Sr. Tombetti tenía con él era de fecha anterior a la del libramiento del pagaré reclamado por el actor.

1.2.2.Los co-demandados Julio Armando Trombetti y Zulma Angélica Alloatti hicieron una negativa general de los hechos invocados en la demanda.

Sostuvieron que la acreencia del actor no es de fecha anterior a la operación descripta, ya que el Sr. Sparvoli les fue entregando dinero en cuotas desde
mayo a octubre de 2003, y que con la enajenación del inmueble en cuestión no se le causó perjuicio alguno al actor ya que su insolvencia venía de antes y
con esa venta cancelaron otras deudas que tenían.

Destacó que el hecho de que el Sr. Sparvoli se haya casado con una de sus hijas no hace presumir la simulación ya que el matrimonio se celebró en
Septiembre de 2004 y la operación de compraventa se realizó en Noviembre de 2003.

1.3. Mediante Sentencia N° 568 dictada en fecha 26 de Marzo de 2013, la jueza de grado hizo lugar a la acción de simulación entablada, y declaró la nulidad
de la compraventa del inmueble situado en Avda. Colón N° 1328 de la localidad de San José de la Esquina; e impuso las costas a la vencida.

2. Contra dicho pronunciamiento se alzaron los demandados e interpusieron recursos de apelación y conjunta nulidad.

2.1. Expresión de agravios.

2.1.1. El co-demandado Julio Trombetti se queja de que la sentencia apelada afirmó que, tratándose el acto simulado invocado por tercero no participante
del mismo, no le es requerible otra prueba más que las presunciones.

Manifiesta que el actor no hizo referencia a algún préstamo de dinero que haya efectuado al demandado, ya sea por mutuo u otro tipo de negocio.Sólo
ofreció un presunto pagaré, sin procedimiento probatorio, y que por tratarse de un instrumento privado debió haber sido reconocido por el librador en su
texto y firma.

Se agravia asimismo en relación a la presunción de parentesco efectuada por la jueza de grado, por cuanto sostiene que no tenía parentesco con el co-
demandado al momento de otorgarse la escritura, y que la misma pudo hacerse ante una notoria inacción del actor al no embargar ni inhibir.

Agrega que el hecho de quedarse con el inmueble vendido, no es prueba de acto simulado, sino la de un “acto de familia”, donde el que compra, hace
como que “devuelve el bien al grupo familiar”, ayudando económicamente al jefe de familia.

Por último expresa que declarar inválida una escritura, donde sus cláusulas no fueron objeto de controversia, sin que se haya probado que el actor hubiese
tenido ese dinero o lo hubiese dado al demandado, es un “exceso de jurisdicción”.

2.1.2. Por su parte, el demandado Germán Sparvoli refiere a una irregular conformación de la relación jurídico-procesal, por cuanto que el actor no ha
demandado al escribano que tuvo a su cargo el acto notarial escriturario (Juan Pablo Vidoret).

Se agravia también diciendo que la parte actora demanda un supuesto de fraude, por ejercicio de la acción pauliana de los arts. 962 y 963 del Código Civil;
y que la sentencia rompe el principio de identidad entre los contenidos del proceso y el fallo, al acoger la acción no entablada de simulación.

Continúa agraviándose de la sentencia impugnada por cuanto ha prescindido de “prueba decisiva” consistente en el pliego de posiciones del actor hacia los
demandados.

Afirma el recurrente que el actor no alegó ni probó perjuicio alguno, y dice que la venta fue realizada en 2003, esto es, antes del supuesto préstamo que
refiere el accionante.Finalmente, se queja de la sentencia en crisis por cuanto no menciona qué acto real ha ocurrido, como así tampoco ha declarado la
nulidad de la escritura ni de la registración. Sostiene que resulta incongruente declarar “simulada de venta un inmueble”, y no disponer los actos
destinados al regreso del bien al patrimonio de los demandados.

2.2. Contestación de agravios.

2.2.1. El actor contesta los agravios esgrimidos por los recurrentes diciendo que de la lectura de los escritos de expresión de agravios no surge una crítica
concreta y razonable de los argumentos expuestos por el juez de grado. Agrega que, por el contrario, pretenden discutir el criterio de valoración judicial, o
introducir lo que no dice la resolución o debiera haber dicho, sin apoyar la oposición o dar base jurídica a un enfoque distinto.

3. Cabe en primer término señalar, que le asiste la razón a la parte actora cuando al contestar los agravios sostiene que en los escritos de expresión de
agravios no existe una crítica concreta y razonable de los argumentos expuestos por la sentenciante.
Basta una simple lectura comparativa de la sentencia y de los referidos escritos, para concluir que las partes recurrentes no se hacen cargo de los sólidos y
precisos argumentos expuestos en la sentencia.

Con elocuencia decía Carrió que: “.La expresión de agravios puede ser parca y, en general, conviene que lo sea. Pero no serlo tanto que las impugnaciones
que la forman resulten insuficientes para que pueda considerárselas un intento genuino de refutar el fallo del inferior. Si no es suficiente, si es tan pobre
que deja intacta la fuerza de convicción de aquél, por no haberse intentado realmente destruirla o afectarla, el tribunal de alzada declarará desierto el
recurso. Esto equivale a considerar que el recurrente no ha apelado en verdad la sentencia; ésta ha quedado, por ello, consentida y firme.”(Carrió, Genaro,
Cómo fundar un recurso, Buenos Aires, Ed.Abeledo-Perrot, 1996, p.50).

En consecuencia, al no haber una crítica razonada del fallo, no se demuestran los motivos de disconformidad con los argumentos que contiene; no se
determina el error de la sentenciante que avale la revocación por injusta, de su decisión alzada, lo que basta para rechazar los recursos interpuestos.

3.1. Sin perjuicio de ello, y con relación a las críticas sobre el uso de presunciones que efectuó la jueza de grado, es dable destacar que tal como lo ha
expuesto este Tribunal en casos anteriores, en materia de simulación rige el principio de la amplitud de la prueba (Acuerdo Nº 251/09). Mientras el juez
debe ser riguroso en la apreciación de la prueba producida por las partes, no puede serlo respecto de la de terceros. La situación de éstos es muy distinta.
Las partes han podido y, salvo casos excepcionales, debido procurarse un contradocumento. Pero los terceros no pueden poseerlo, justamente porque la
simulación se hace en su perjuicio y si aquel se otorgó, los contratantes lo mantendrán en secreto. Más aún: como la simulación realizada para perjudicar a
terceros supone un hecho ilícito, y a veces un delito criminal, las partes procurarán rodear al acto de todas las apariencias de realidad, ocultarán los
indicios comprometedores, borrarán los rastros. Operan con premeditación, eligen el momento oportuno y el m odus operandi más conveniente (Borda,
Guillermo A., “Tratado de Derecho Civil. Parte General”, 13a ed., T. II, p. 368). Las presunciones adquieren así en esta materia, una importancia singular; es
sobre la base de ellas que se resuelven por lo general esta clase de juicios.Los jueces las admiten siempre que por su carácter y concordancia lleven a su
ánimo la convicción de que el acto fue simulado (ídem).

En definitiva, para la procedencia de la acción de simulación deducida por terceros, basta con la comprobación de la existencia de indicios suficientes para
poner de relieve el vicio del acto, habida cuenta que las presunciones constituyen prueba idónea cuando la simulación es alegada por terceros, lo que es
doctrina pacífica de ciencia y jurisprudencia.

3.2. En el caso, tal como lo expuso la sentenciante y no fue refutado por las recurrentes, debe tenerse como un hecho admitido que los esposos Trombetti
y Alicatti vendieron al Sr. Sparvoli el inmueble de su propiedad, y que por esa época el Sr. Spárvoli era novio de la Sra. Trombetti, con quien contrajo
matrimonio meses después.

Al respecto toca recordar que reiteradamente se ha dicho que el vínculo de parentesco muy estrecho o la amistad íntima entre las partes suelen ser un
indicio importante para demostrar la simulación del acto. Es claro que esta circunstancia, por sí sola, no es suficiente para hacer lugar a la acción de
simulación, pero lo cierto es que tomando en consideración los restantes indicios que surgen del análisis de los considerandos de la sentencia -no
refutados por las recurrentes- dicha circunstancia resulta, de un decisivo grado de importancia.

3.3. Sin dar razones de sus dichos el recurrente Trombetti se queja expresando: hay “condiciones impropias de un negado acreedor” tales como que no
exigió afianzar el pagaré; no exigió acreditar bienes suficientes, no hace investigar si la casa que ocupa el demandado es suya, no pide embargo de los
bienes. Entiende que “esa invitación a disponer, impropia de un acreedor que tiene que velar por la posibilidad de recupero de un dinero, no es sino octava
presunción, en contra del mismo”.

No logra el recurrente justificar con claridad que relevancia tienen los referidos enunciados frente a los argumentos de la sentenciante que sobre premisas
normativas concluyó que el acto fue simulado.Las citadas proposiciones, más allá de las dificultades que encierran su comprensión, expuestas como
oposición a la sentencia, resultan por lo menos, afirmaciones sin relevancia jurídica.

De más está decir que tal como lo expresa la recurrida, en el proceso ejecutivo se ha dictado sentencia que se encuentra firme, y este Tribunal rechazó los
recursos de apelación y condenó al pago de intereses sancionatorios por litigar sin razón valedera.

3.4. Tampoco dan razones los recurrentes que permitan atender sus afirmaciones sobre que la ausencia del juicio de pobreza, el dictado del fallo sin la
presencia del mismo afecta su derecho de defensa dado que puede haber menciones que los favorezcan. Las recurrentes no sólo debían “exponer y
justificar” el enunciado singular del que parten (no se ha agregado el expediente sobre la pobreza), sino también “exponer y justificar” la regla universal
que consideraba aplicable (norma jurídica) y demostrar además que el enunciado probatorio singular constituía una instancia particular del antecedente.
Nada de ello surge del escrito en análisis.

Tampoco exponen sobre lo que han hecho para lograr que se adjuntaran a las presentes, las actuaciones que dicen se encuentran en el archivo del
Tribunal.

3.5. Lo mismo toca señalar acerca de lo expuesto por el codemandado Sparvoli en cuanto sostiene que no se ha demandado al escribano actuante. Expresa
que el escribano solo fue traído a este juicio como testigo.

Urge señalar que de proposiciones negativas tomadas como premisas no se sigue nada. Aunque las proposiciones sean verdaderas, la conclusión no
deviene lógicamente de las premisas, el término medio no establece el enlace lógico que justifique la consecuencia.

3.6.En lo relativo a que se ha prescindido de “prueba decisiva”, consistente en el pliego de posiciones del actor hacia los demandados y que el actor no
alegó ni probó perjuicio alguno, y dice que la venta fue realizada en 2003, esto es, antes del supuesto préstamo que refiere el accionante, cabe reiterar que
basta un simple lectura de la sentencia para comprobar los diversos argumentos que sobre las constancias de la causa ha tenido en cuenta la sentenciante
y que el recurrente no cita, no se hace cargo de los mismos, no los refuta.
3.7. Del mismo modo corresponde considerar su queja en cuanto afirma que la sentencia en crisis no menciona qué acto real ha ocurrido, como así
tampoco ha declarado la nulidad de la escritura ni de la registración. Basta leer el fallo, para comprobar que la sentenciante hizo lugar a la acción de
simulación y declaró la nulidad de la compraventa consignando los datos de la escritura y de su inscripción en el Registro General.

Voto pues por la afirmativa.

A la misma cuestión, dijo el Dr. Cúneo: Compartiendo los argumentos expuestos por el Dr. Chaumet, adhiero a su voto.

A la tercera cuestión, dijo el Dr. Chaumet: Corresponde: 1) No hacer lugar a los recursos interpuestos, con costas (art. 251 del C.P.C.C.). 2) Regular los
honorarios profesionales en el 50% de los que, en definitiva, resulten regulados en primera instancia.

A la misma cuestión, dijo el Dr. Cúneo: El pronunciamiento que corresponde dictar en los presentes autos, es el que formula el Dr. Chaumet. En tal sentido
voto.

Seguidamente, dijo el Dr. Ariza: Habiendo tomado conocimiento de los autos, y advirtiendo la existencia de dos votos coincidentes en lo sustancial, que
hacen sentencia válida, me abstengo de emitir opinión (art. 26, ley 10.160).

Con lo que terminó el Acuerdo, y atento sus fundamentos y conclusiones, la Sala Tercera de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial, integrada;

RESUELVE: 1. No hacer lugar a los recursos interpuestos, con costas (art. 251 del C.P.C.C.). 2. Regular los honorarios profesionales en el 50% de los que, en
definitiva, resulten regulados en primera instancia.

Insértese, hágase saber, bajen y déjese nota marginal de esta resolución en el protocolo del juzgado de origen. (“MURATORI, GABRIEL c./ TROMBETTI, JULIO
Y/O s./ SIMULACIÓN” – Expte. N° 241/13.

CHAUMET

CÚNEO

ARIZA

(ART. 26, L.O.P.J.

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