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Primera Escuela
INSTITUTO Privada de Psicología
Social
A-1245
Material 1
DIRECCIÓN GENERAL: Ana P. De Quiroga
RECTORA: Prof. Rosa María Marcone
Selección de materiales: Ana P. de Quiroga
Edición, corrección y elementos didácticos: Rosa María Marcone
Contenidos de este módulo elaborados a partir de clases dictadas en la Primera Escuela Privada de
Psicología Social fundada por el Dr. Enrique Pichon Rivière por Ana P. de Quiroga, Derechos de
autor. Exp. Nro. 291428. Última revisión marzo 2016
Estimado/a Alumno/a:
Tenga en cuenta:
Anterior
(tema trabajado en ítem o materia anterior)
Posterior
(se irán precisando y enriqueciendo aspectos de este tema en
otros ítems o unidades de aprendizaje)
Anterior y Posterior
(tema ya trabajado en ítem o unidad anterior y al que seguiremos
aproximándonos en otros ítems o unidades)
Actividad sugerida
(actividad no obligatoria que ayudará a una mejor comprensión del
tema)
Importante
(contenido esencial para la comprensión del tema)
Definición
(concepto explicitado en sus aspectos esenciales)
Recordar
(conceptos, reglas, ideas de gran significatividad para la formación
del operador en Psicología social)
Actividad Obligatoria
(requisito para la aprobación de la unidad de aprendizaje)
A
Anexo
(ilustra sobre el tema facilitando su comprensión)
Leer
(Realizar lectura comprensiva para afianzar el conocimiento del
tema)
¡No olvide…!
Objetivos
Es nuestra intención que al finalizar el estudio de esta asignatura Ud. logre:
Esquema
Módulo 1. Concepción y sentido de la intervención
Teoría y técnica de la
intervención psicosocial
Estamos en...
Módulo Unidad de
Aprendizaje
1.-
I
Relación persona –
Concepción rol y campo de
y sentido trabajo en la
de la intervención
psicosocial
intervención
Introducción
Esta etapa de tarea inaugura una nueva instancia en la formación: en ella intentaremos
aproximarnos a un nuevo posicionamiento en el campo operacional. Las materias que
Ud. estudiará en este cuatrimestre se articulan en ese objetivo.
Contenidos
Módulo 1. Concepción y sentido de la intervención
Ella se realiza desde un rol que requiere - como Uds. han visto al introducirnos al tema
de actitud de aprendizaje, como fundamento de la actitud psicológica:
La formación, que es objeto explícito de nuestro contrato, que es el eje de nuestro hacer
compartido, consiste en un procesamiento y sistematización de experiencias,
emociones, informaciones, percepciones, conceptos.
¿Por qué?
Continuamos…
Actividad Nº 1
Los recursos técnicos son formas concretas de práctica, están al servicio del
análisis y la intervención, que son dos planos de tarea indisolublemente articulados en
una relación dialéctica, de mutua realimentación, de un constante remitirse uno al otro.
Analizamos, desde un E.C.R.O y operamos desde él. Desde esa operación y sus efectos
en el campo de intervención, examinamos ese E.C.R.O, las hipótesis que elaboramos
desde ese cuerpo conceptual, las ideas que nos orientaron, los recursos que empleamos
y ratificamos o rectificamos la perspectiva teórica que guió la operación. Afirmamos o
nos replanteamos hipótesis, estrategias, técnicas.
Y quisiéramos enfatizarlo:
El análisis y la intervención, pasan ahora, en esta su nueva etapa de aprendizaje a tener
otra dimensión, otra presencia y otra cercanía con Uds., ya que en este camino crecerán
en su condición de actores de ese analizar e intervenir, ya no tanto para Uds., sino para
otros. Se entiende que, en la experiencia de grupo operativo, Uds. intervienen
espontáneamente pero a la vez, frecuentemente, reflexionan acerca de ese acontecer
1
Insight: darse cuenta. Conocimiento de sí. Tema que abordaremos próximamente en la otra asignatura:
Fundamentos de la metodología de análisis del campo operacional.
Para responder a esta pregunta, partiremos de una definición, pero al detenernos más
tarde en los objetivos, características, modalidades, condiciones y efectos de esa
operación, tenemos la expectativa que lo condensado en la definición se despliegue y
Uds. puedan profundizar en su comprensión
Analicemos...
2
Situación: Pichon Rivière dice sólo existe ―el sujeto en situación‖, en un universo de relaciones y
significaciones.
¿Qué es la planificación?
y global de operación.
La construcción de ese diseño implica, por Ej., tener en cuenta
lo que se ha definido como problema, una hipótesis acerca de
cuáles podían ser sus causas, qué actores estarían
comprometidos en la situación, cómo podría ser encarado el
abordaje de la misma. Qué objetivos particulares y generales
nos planteamos para la intervención, cuál será su
direccionalidad, en qué plazos esta intervención seria factible.
Todo esto está aún en el plano del pensamiento.
3) Las técnicas
Consisten en ciertos recursos operativos para ese abordaje; para llevar adelante la
táctica (los remitimos a la definición de dispositivo técnico).
Dijimos que operar sobre la comunicación sería una acción táctica, pensada desde la
estrategia pero puesta en juego en el campo.
¿Cómo lo hacemos?
Instalando dispositivos aptos para la escucha y análisis de los discursos,
realizando acciones para lograr un registro abarcativo de lo que se dice, no sólo
teniendo en cuenta el contenido de la palabra, el juego de sentidos, uno consciente y
otro inconsciente (este último se muestra y oculta a la vez, en la palabra), sino también
el cómo se usa la palabra, dónde y a quien se la dice. Qué tipo de interacción entre los
sujetos implica tal o cual uso del lenguaje, del gesto, del aferrarse a un tema, de
eludirlo aún cuando su presencia sea evidente, si hay o no contacto corporal y, de
haberlo, ¿cómo es éste?
El explorar estos aspectos nos remite a un movimiento que es a la vez táctico,
técnico y logístico: la observación.
Observaremos no sólo a los sujetos, sino las características del espacio, su
disposición y su uso, los lugares, tiempos y ocasiones de encuentro, las formas de
contacto, el hábitat y su contexto.
Cuando hablamos
de intervención,
podemos
entenderla en dos
sentidos que están
entrelazados:
3
Jackson Comunicación, familia y matrimonio. Ediciones Nueva Visión, Bs. As., 1984
el registro de ese hecho, de ese fracaso parcial, lo condujo –en su caso-a ensayar otras
acciones, muy diferentes de las que se consideraba la operación técnica habitual y a
explorar y evaluar su efecto.
Una de ellas ha sido, por ejemplo, descentrar el diálogo de los integrantes del
tema familiar más visiblemente conflictivo aportando, con un comentario, una
pregunta, a que el intercambio se desplace a cuestiones más secundarias o
aparentemente irrelevantes.
Esa operación técnica permitió, en muchas ocasiones, que los integrantes del
grupo no depositaran en el tema ―candente‖ la totalidad del conflicto, aferrándose a él,
sino que pudieran visualizar, ellos y el terapeuta, que esa modalidad de relación
identificada como negativa, dolorosa, estaba también presente en otras instancias de la
interacción familiar, aunque no fuera tan visible ni desgarradora.
¿Qué permitía plantear como hipótesis esta nueva modalidad de operación,
aparentemente tan sencilla y a la vez inesperada? Que el conflicto dicho, jugado,
presentado como lo más real, si bien mostraba algo de la familia, a la vez operaba como
ocultante de otros aspectos de la situación familiar, y remitía a la naturalizada
habitualidad y arraigo profundo de esa forma de interactuar.
Esa interacción se daba en mil formas cotidianas, pero era vivida o reconocida
por los integrantes como propia del conflicto visible, podríamos decir que la parte
ocultaba el todo.
Al descubrirse aspectos de la interacción operando en otras situaciones
familiares y con otras modalidades explicitas, muchas veces resultó factible que se
abriera una nueva posibilidad de reflexión sobre si mismo s-no rígidamente
estereotipada- lo que eventualmente podría dar lugar a un nuevo plano de insight y
camino de cambio.
¿Cuál ha sido, en este caso, la operación técnica? Favorecer un desvío o
desplazamiento, en el diálogo, hacia un tema aparentemente no pertinente a la tarea
terapéutica, vivido como banal y no tan cargado afectivamente.
La escuela sistémica, tanto como el psicoanálisis, aunque desde otra concepción
del sujeto, la salud y la enfermedad, ha aportado valiosísimas herramientas técnicas.
Entre ellas, señalaríamos la intervención paradojal, la provocación, la
implicación del operador en la situación, dando a conocer sus vivencias ante el
acontecer familiar, etc.
Desde nuestra experiencia, coincidimos en la importancia que adquiere en
ciertos casos - y hecha una evaluación en cada situación, ante cada sujeto, grupo o
institución o comunidad – el abordar las situaciones conflictivas desde temas
aparentemente laterales y secundarios.
Muchas veces el abordaje frontal, puede operar contraproducentemente,
incrementando ansiedades, conduciendo a reforzamientos defensivos que ahondan el
estereotipo. Eso se manifiesta ya sea por la negativa a abordar el problema o a un
―como sí‖ de elaboración, en una ―impostura―de tarea, que preserva la
inmodificabilidad de dicho estereotipo, reforzando el obstáculo.
Otras veces, por el contrario, ante la evitación de abordar el conflicto, un
―hacerse el distraído‖ ante una realidad más que visible, el operador puede tener que
recurrir a la frontalidad. Eso es evaluable, como hemos dicho, en cada situación
concreta, teniendo en cuenta que trabajamos con los aspectos íntimos y sensibles de los
sujetos. Y que la ética nos requiere no ser ni cómplices ni verdugos, sino facilitadores y
acompañantes en ese costoso trabajo de cambio.
Entre los recursos técnicos podemos mencionar, por ejemplo, el planteo de un
juego, la utilización de materiales, la realización de tareas que creen nuevas instancias
de interacción en las que puedan expresarse los protagonistas de ese campo de trabajo.
El role playing e intercambio de roles es un recurso frecuentemente empleado.
Distintas corrientes psicológicas han desarrollado una diversidad de
modalidades o recursos técnicos. La técnica siempre reenvía, implícita o explícitamente
a una concepción de sujeto, de salud. Por tanto, cuando recogemos recursos elaborados
en otros marcos teóricos, no podemos realizar una ―importación‖ acrítica. Debemos
analizar la coherencia de las técnicas con nuestro propio posicionamiento en esas
concepciones fundantes de nuestro hacer e implementarlas desde ellas. A esto remite
Pichon-Rivière cuando habla de algunos aspectos del ―análisis sistémico del E.C.R.O‖
Hemos dicho que un elemento fundamental de la planificación es la logística.
¿Qué es la logística? Anticipamos que consiste en el relevamiento de los datos del
campo en el que se ha de operar.
¿Qué indagaremos?: fortalezas, líneas de desarrollo en términos de crecimiento,
aspectos conflictivos, debilidades, por Ej., intensidad de ansiedades operantes en un
vínculo, grupo o institución, o el grado de estereotipia en la interacción, fluidez u
obstáculos en la comunicación, existencia de sobreentendidos y malentendidos,
liderazgos y sus características, capacidad de insight o toma de conciencia, entre otros
muchos aspectos de la situación.
Al trabajar sobre procesos, al ser la realidad cambiante, estar en movimiento,
necesariamente la logística - en términos de evaluación de la situación - es una
actividad permanentemente requerida en cada paso o momento de trabajo.
Es anticipatoria, porque suele ser un punto de partida, permite una hipótesis,
una aproximación al diagnóstico, hace posible el diseño de una estrategia; pero debe
operar en cada momento del proceso porque pueden emerger nuevos conflictos,
desarrollarse nuevas fortalezas, aparecer nuevos recursos.
Al desplegar los pasos de la planificación: la estrategia, la táctica, la técnica y la
logística, entiendo que se hace evidente su constante interacción, el cómo cada uno
influye sobre los otros. Por eso hablamos de planificación como proceso, con una
dialéctica interna y con el campo de trabajo.
Hecha esta introducción al tema de la intervención y su carácter planificado,
direccional, retomo lo que fuera enunciado más arriba como rasgos de la tarea de esta
etapa:
En ella trabajaremos el análisis, la lectura de situaciones así como los
fundamentos de ese análisis dados por la concepción dialéctica de la realidad.
Desde dicha concepción, el hacer, el transformar y para ello operar o intervenir
es lo que da sentido a ese análisis, lo ratifica o rectifica. La teoría tiene como sentido
guiar la acción, y a la vez esa práctica es la ―prueba de verdad‖ de dicha teoría.
Al referirnos a la operación psicológica hemos señalado que se trata de una
acción direccionada desde un objetivo y un análisis de situación. Este objetivo tiene
centralidad en el diseño de la intervención:
Entendemos que es pertinente establecer una distinción entre los objetivos
generales y los particulares de la operación psicológica, si bien están interpenetrados
y no podemos diseñar objetivos particulares que excluyan a los generales ni apuntar a
esos objetivos generales, sin ajustarnos a necesidades, problemáticas y objetivos
específicos.
Hemos mencionado, al definir la operación psicológica, que se trata de una
tarea que apunta a promover, crear condiciones para que los sujetos que en ella se
incluyen sean los protagonistas de un proceso de esclarecimiento progresivo.
mental. Sin embargo entendemos que hemos trazado un panorama en el que es posible
aproximarnos a los
El objetivo particular
La existencia del encargo no invalida que el operador opere sobre ese proceso de
gestión, indague por que se plantea ese encargo, porque no se tolera la exploración de la
situación, a fin de trabajar juntos el logro de objetivos.
En cuanto a la demanda, indagaremos cuánto se ha podido elaborar como
demanda ¿Qué forma tiene ésta? ¿Es sólo un pedido de ayuda por un malestar vivido
pero en alguna manera indefinido? hay alguna hipótesis más definida acerca de lo que
ocurre?
A veces no es solo el malestar lo que motiva la demanda, a veces hay un ansia de crecer,
de elaborar un proyecto y tener un sostén o co-pensor, un referente.
Los operadores tenemos a la vez una fantasía que en parte replica a aquellas.
Vamos elaborando una fantasía de problema, de abordaje y de solución y eso lo
debemos indagar ya que en la intervención y su diseño, su planificación tenemos que
preguntarnos cuánto de lo que queremos hacer responde a la demanda, a las necesidades
de ese otro o a nuestras propias necesidades y deseos. Es decir, tenemos que revisarnos
en lo que hace a nuestra actitud psicológica, a lo que emerge de la relación persona-rol-
campo de trabajo.
Cuando nos referimos al momento de la formulación de la demanda, nosotros
estamos aún sólo en el terreno de lo hipotético esas hipótesis, por tanto pueden ser
orientadoras, pero también puede suceder y esto es muy frecuente, ya que responde a las
características habituales de un proceso de conocimiento, que en nuestra aproximación
al campo tengamos que rectificar esas pre-hipótesis teniendo en cuenta nuevos datos a
los que podamos acceder, y también a lo que se denomina desde la técnica ―unidad de
trabajo‖, un existente, una modalidad de intervención, presencia o ausencia de signos
de cambio en el campo, lo que llamaríamos nuevo emergente.
¿Como nos posicionamos en el campo? Desde un E.C.R.O. desde un objetivo
general que hace a la concepción de salud. Pero necesitaremos la capacidad de
observación y escucha lo más amplia posible. Una vez que nos incluimos en la
situación en la práctica, esa primera etapa es fundamentalmente exploratoria, no solo de
diagnóstico y pre-diseño de estrategia, sino también de construcción de un vínculo con
los sujetos de la operación psicológica. A ese vínculo lo denominamos vinculo
habilitante. ¿Cuándo podemos hablar de un vínculo habilitante para una operación
psicológica? Cuando construyamos una relación con los sujetos de la misma y
logremos una inscripción psíquica en ellos que nos autorice, nos legitime desde el
vínculo a realizar un análisis de lo que les ocurre, que son aconteceres personales,
grupales que hacen a su privacidad, a sus aspectos más íntimos y sensibles. Por tanto
ese vínculo debe estar marcado por la confiabilidad y la continencia.
De allí que la tarea inicial sea ―un trabajo para poder trabajar o intervenir para
llegar a intervenir‖ en el sentido de ir creando el vínculo, la posibilidad de la
comunicación y aprendizaje recíprocos desde roles diferenciados. De hecho la
operación psicológica encarada como construcción colectiva de salud, este vínculo
habilitante, no es sólo un contrato formal. Es en realidad una alianza, un contrato
comprometido.
Contrato y alianza ¿entre qué y qué, entre quiénes? Es una alianza, un encuentro
entre los aspectos más desarrollados, sanos, productivos del operador o agente de la
operación psicológica y los aspectos más desarrollados y sanos de los sujetos que
integran el campo de operación. Esa alianza configurará un polo de movimiento hacia
la transformación, el cambio y es factor de continencia para la tarea.
Por eso insistimos en el trabajarnos como operadores también como tarea
logística ya que también puede darse una alianza-y en ciertos momentos emerge-entre
los aspectos menos positivos de esos sujetos enfrentados a un cambio, a ansiedades y
los miedos propios del operador. Esos pueden ser momentos resistenciales, de
obstaculización de la tarea. No es extraño que esto ocurra, trabajamos con semejantes,
con historias y problemas, con logros y padecimientos que resuenan en nosotros, que
nos remiten a nuestra historia, que movilizan nuestro mundo interno. Lo importante es
procesarlo, analizarlo y para ello es fundamental un proceso formativo que incluya el
autoexaminarse y el dialogo. Esto se continúa con la supervisión o co-visión en la tarea,
la autoexploración del operador.
Tomaré como un primer ejemplo un pedido que recibió la Escuela en ocasión del
primer viaje de los familiares de caídos en la guerra de Malvinas a las islas.
Describimos la situación: año 1991. Venían esos familiares desde distintos puntos del
país, no se conocían entre sí, se aprestaban a llegar a esa tierra tan inhóspita, en que
habían muerto su padre, hermano, marido, hijo, sabían que algunas tumbas estarían
identificadas, otras tumbas dirían: ―soldado conocido sólo por Dios‖ unos eran
familiares de militares de carrera, otros de conscriptos.
Para todos, es decir para los argentinos, Inglaterra había impuesto las duras
condiciones del vencedor. El avión de Aerolíneas que los conduciría no podía llevar
ningún elemento identificatorio de nuestra nacionalidad. Más aún, ninguno de los que
viajaba podía tener un solo símbolo de Argentina, ni escarapela, ni bandera, ni escudo.
Nada que simbolizara a Argentina en Malvinas o más bien para ellos Falklands. Lo
único que recordaría la presencia argentina eran las tumbas de ese cementerio.
Pero lo principal era la profunda necesidad de realizar ese viaje y la ansiedad
que ello despertaba una situación que era a la vez un nuevo e imprescindible momento
en el proceso de duelo.
¿Qué nos pidieron las autoridades de la Secretaría General de la Presidencia de
la Nación? Ellos habían alojado a esas trescientas personas en hoteles de la capital, eran
concientes de su estado de padecimiento, de la angustia y nos pidieron que fuéramos a
los hoteles a fin de contenerlos; aquí léase contener no como albergar, sino como
controlar ya que lo que se temía era un desborde.
Analizamos la situación: como argentinos sentíamos un profundo
involucramiento en la situación, la idea de mantenerlos aislados en sus hoteles y
aguardando con angustia creciente viajar el lunes- esto era el jueves - nos parecía
generadora de daño, es decir antagónica con el objetivo general de promover salud
mental. En consecuencia desde ese objetivo general y como objetivo particular
planteamos que se diera en esas personas el mayor grado de fortaleza del yo para
encarar esa dolorosa y a la vez necesitada situación.
Entonces nuestra decisión fue: trabajar con los autores de la supuesta demanda -
encargo y explicarles que entendíamos que la única posibilidad de hacer algo por ellos,
que fuera realmente efectivo, era reunirlos en un mismo espacio y crear condiciones
para que pudieran comunicarse entre ellos, contarse sus historias, compartir sus miedos
y dolores; que se desplegaran los procesos de identificación; con todo esto que digo
estoy desplegando el objetivo particular.
Para la realización de la tarea ofrecíamos el espacio de la escuela, que no era un
espacio oficial lo que era importante, porque en realidad todos en mayor o menor grado
sentían enojo ante un gobierno activo en un proceso que se ha caracterizado como
desmalvinización, culpabilización de las victimas, segregación social, negación.
Entonces lo de un espacio no oficial era ya parte de la logística, como el de
evaluar el efecto negativo de lo oficial. Como recurso, nuestro conocimiento de las
técnicas grupales y de la posibilidad, dado el trabajo en grupo, de comunicación en
grupos grandes.
A
Como elemento logístico imprescindible y obviamente parte de la táctica, estaba
la presencia de un equipo de apoyo a los coordinadores que tenían que trabajar en un
campo recorrido por tan intensos sentimientos, contener tanto y a la vez trabajar el ir y
venir de sus sentimientos, sus resonancias y consonancias ante ese acontecer, ante la
tarea, ante los integrantes que movilizaba duelos propios, por Ej.: pérdidas propias,
vínculos familiares, etc.
- Trabajo con vecinos de barrios de Moreno – zona oeste del Gran Buenos Aires,- a
partir de un pedido de una fundación: Tarea: tendido de red de gas en esos barrios. -
Tarea rentada-
- La Escuela participa de la Red de Cultura de Boedo y desde allí en la Comisión
Todos por la Plaza. Estudiantes y egresados trabajaron en el 2007 en hacer encuestas
significativas (188) según la población del barrio con el propósito de informar, y saber
qué pensaban los vecinos sobre la historia del predio, el nombre que les gustaría que
tuviese la plaza, y cómo tendría que ser. Continúa este año la investigación con otro eje.
C / Ceps
- Barrio Cildañez, Villa 6. Villa Lugano. Parroquia. Centro Comunitario. Trabajan con
la ayuda de las monjas que apoyaron el proyecto y hoy consiguieron un subsidio de una
ONG de Francia, para establecer un Centro Comunitario en lugar físico propio. Este
trabajo ya cumplió más de un año y todos los integrantes están cobrando honorarios ya
que consiguieron casa propia.
- Villa 21- Con la parroquia del lugar un grupo de egresados esta trabajando en un
espacio de recreación para chicos y apoyo escolar. Es un lugar propuesto por ellos. La
Escuela lleva adelante la supervisión.
Anexo Módulo I – U 1-
A
Teoría y Técnica de la intervención psicosocial – Módulo I – Unidad 1 Material Nro. 1 28
Instituto Primera Escuela Privada de Psicología Social A-1245
Boletín de Temas de Psicología Social. Año 2 – Nro. 4- mayo-junio 1991.
Roja.
Entre el viernes 15 y el sábado 16 se llevan a cabo las primeras reuniones
preparatorias del trabajo en la Escuela, de las que participan alternadamente la asesora
presidencial Dra. María del Carmen Roqueta, coordinadora de las actividades
concernientes al viaje; la directora general de Defensa Civil, Lic. Noemí Fernández
(psicóloga social); la directora de la Escuela, Ana Pampliega de Quiroga; y una decena
de psicólogos sociales que coordinarían los grupos de familiares (en la noche del sábado
se convocaron de urgencia veinte coordinadores más para trabajar ad-honorem el
domingo 17)
En cuanto a esta primera parte del trabajo, los informes de los participantes señalan
que en el pedido de colaboración resaltaba la preocupación por controlar posibles acti-
tudes hostiles por parte de los familiares, ya que éstas podrían ser utilizadas para
legitimar una reacción británica que impidiera la realización de otros viajes a las islas.
En las Consideraciones Generales sobre el viaje distribuidas por la Secretaría General
de Presidencia se incluyen las condiciones que los vencedores imponen a sus vencidos:
―estricta identificación personal; riguroso control del equipaje; severo sistema de
división en grupos; discreción personal que se espera tengan todos los viajeros, evitando
en lo posible las polémicas o discusiones; se le retendrán los documentos de identidad
en Ezeiza y deberán viajar con un 'título de viaje' como toda identificación; vestimenta
sobria; se retendrán las cámaras fotográficas y, finalmente, del orden y seriedad de este
viaje surgirán argumentos cada vez de más peso para que este tipo de eventos puedan
desarrollarse sin las actuales complejidades diplomáticas. Sin ser éste un viaje oficial,
cada uno de ustedes representa a la Argentina en la búsqueda de este objetivo‖.
Esta condición de ―prisioneros de guerra‖ creó fuertes resistencias en los psicólogos
sociales a colaborar en esta empresa que parecía movida en gran parte por el objetivo de
'sedar' o 'aplacar' a los familiares de los muertos en Malvinas. Luego de arduas
discusiones llegamos a la conclusión de que había un objetivo central, que era el
derecho que tenían esas personas a visitar a sus muertos y a los que la Escuela les iba a
ofrecer en los grupos un ámbito de libre expresión para sus emociones, incluso las de
hostilidad. Por otro lado, nuestro objetivo era crear, a través de la reunión grupal, lazos
y vínculos de sostén afectivo que les permitieran un espacio elaborativo autónomo, no
dependiente de los organizadores.
Quizás las siguientes palabras de una de las coordinadoras al presentarse en su grupo
condensen la posición del conjunto, acordada con la dirección de la Escuela y con la
supervisión: "Los psicólogos sociales que hoy estamos con ustedes nos sentimos
contentos de que nos brinden la posibilidad de acompañarlos. Queremos que sepan que
sentimos como propias las limitaciones con las que ustedes van a realizar este viaje.
Nos duelen esas limitaciones. Pero al mismo tiempo, también estamos con ustedes en el
entendimiento de que (honrar a sus muertos) se trata de un derecho al cual no se debe
renunciar".
EL SENTIMIENTO PATRIÓTICO
Todos los familiares manifestaron claridad respecto de ese derecho por el cual, por otra
parte, venían luchando desde hace casi diez años y en torno a las condiciones del viaje,
que incluían la prohibición británica de exhibir enseñas nacionales, leyendas patrióticas,
incluso publicaciones donde apareciera impreso el nombre Malvinas, los viajeros
expresaron su disconformidad y predominó un profundo sentimiento patriótico: "En
cada 25 de Mayo, en cada 9 de Julio recuerdo a mi hijo. Cuando esté allá vaya cantar
el Himno en silencio", dice una madre. Otras muestran su orgullo por el hijo que
combatió y dio su vida por la Patria. Otros cuentan cómo en su pueblo los vecinos han
puesto el nombre del muchacho muerto a una calle y se muestran sorprendidos porque
en la Capital no suceda eso. Un adolescente expresa con ira: " Vengo a la capital y veo
a los chicos con banderas inglesas en la ropa". Otra madre confiesa que trae una cinta
con los colores argentinos oculta entre el vestido. "No podemos llevar siquiera una
escarapela, pero la vamos a llevar adentro nuestro", dice alguien, y también: "A la
vuelta, cuando lleguemos a las 50 millas, les cantamos el Himno". Y: "Que nunca más
tengamos que viajar así, sin bandera y sin ser lo que somos".
Muy pocos de los 375 familiares que llegaron en varios micros a la Escuela
desistieron de pasar a los grupos luego de la reunión plenaria donde se les informó de
las condiciones del viaje y de la posibilidad de encuentro grupal que se ofrecía. Y la
mayoría de esos pocos desistió por problemas de salud, cansancio, edad avanzada, de
familia, etc. La participación masiva habla de la necesidad mayoritaria de diálogo y
sostén grupal. Los familiares son de todas las edades y sexo: madres, padres, abuelas,
hijos, hermanos, algunas familias enteras.
EL DOLOR COMPARTIDO
Fue común a todos los grupos que, al inicio, en una ronda de presentación donde cada
uno dio su nombre y el del familiar caído en acción, hubiera un momento de llanto
compartido, de honda emoción y solidaridad ante los relatos de lo que cada uno conocía
sobre la forma y las circunstancias de la muerte del hijo o hermano. El mayor dolor lo
exteriorizaban aquellos que tenían familiares en tumbas no identificadas, pero
agregaron: "Nos va a tranquilizar estar allí, pisar la tierra que pisaron ellos".
- Yo me hago solidario con los que no tienen identificados a sus familiares, es una
frase recortada por alguno de los coordinadores, y estas otras:
- Yo me identifico con lo que dicen los demás y eso me alivia.
- El olvido es lo que me duele.
- Recordar, ¿es remover heridas o plantear algo que es justo?
- Es bueno esto porque hacemos amistad entre nosotros.
- Que Dios nos ayude y que la memoria de los chicos sea guardada.
- Que el viaje sea bueno y lleguemos a estar con ellos como esperamos tanto.
- Llegó el momento de mi sueño.
- Este es el sueño que tanto soñé.
- Que no me despierte y resulte ser sólo un sueño.
- Que lleguemos bien y podamos volver cuantas veces queramos.
- Que las visitas a las tumbas lleguen alguna vez a ser como si fuéramos personas,
no como perros.
Un denominador común reiterado es la idea de "cierre" de una situación pendiente:
―cierre de un proceso”, “cierre de un ciclo de la vida”, “cerrar un capítulo”: "Si yo no
veo esa tumba, cada vez que golpean a la puerta pienso que es él que vuelve..."; "Ir
ahora es como si recién ahora muriera"; "Cuando vuelva, mi familia será una familia
normal. Lo normal es que a nuestros muertos podamos tocarlos, besarlos, despedirlos,
velarlos".
Se discutió sobre el punto de traer o no los restos de los enterrados en Malvinas hacia
sus lugares de nacimiento. Apareció la expresión "repatriados". La Patria también está
allá -se contestó desde los familiares-, No está bien decir “repatriación”', y también:
- Esa porción de tierra es de ellos, por eso tienen que quedar allí. Yo no voy a firmar
nada.
-Nosotros lo traeríamos, siempre y cuando el acuerdo no diga "repatriación", porque
sería como decir que ésa no es su patria.
-Mi hermano desde chico decía que iría a pelear a Malvinas para recuperarlas.
Cómo lo voy a traer, si era eso lo que él más quería.
- No me importa traer a mi hijo porque su espíritu está conmigo.
Algunos no hallaban sentido a traerlos porque no tenían identificado al familiar. Sobre
este tema hubo emocionantes muestras de solidaridad: "Yo quisiera visitar a todas las
tumbas, ponerle flores a cualquiera, porque cualquiera es como un hijo".
Muchos expresaron su deseo de traer un puñado de tierra. Algunos la traerían y le
pondrían aquí una vela. Una madre llevaba el perfume favorito del hijo para derramarlo
sobre su tumba. Varios llevan placas para colocar sobre los túmulos. Un hermano
viajaba con el pantalón verde-oliva del caído. Otra señora relató que el florista de su
pueblo le había traído dos flores para que ella colocara en la tumba del hijo: ―una en
nombre de todo el pueblo, otra de parte mía".
Surgieron también ilusiones como la de lograr que se abrieran las tumbas para
identificar a los inidentificados: "Yo tengo que reconocer a mi hijo"; "La cruz dice sólo
conocido por Dios', pero yo sin ser Dios, puedo identificarlo"; "No somos Dios, somos
sus padres y también los conocemos ";..."Y mucho mejor, señora".
También circuló la fantasía de que el caído aún estuviera vivo. Que no estaban claras
las circunstancias e la muerte, etc. También por esto algunos, incluso con familiares
identificados, deseaban que se abriera la tumba para cerciorarse: "Nadie lo vio morir. A
lo mejor perdió la memoria o sigue de rehén de los ingleses"; "Yo sé que es una
fantasía, pero no puedo dejar de pensar así".
Surgieron recuerdos de la guerra. Comentarios sobre los jóvenes que quisieron ir
voluntariamente y los que fueron reclutados. Discusiones sobre si murieron por la Patria
o la Patria los mató. Relatos de las vicisitudes vividas después de finalizada la guerra
para saber si sus hijos vivían o no. Las recorridas durante años por cuarteles y hospitales
en la más completa orfandad, sin información militar oficial. Sentimientos de bronca e
impotencia. Se relatan los efectos nefastos que tuvo la muerte lejana del ser querido en
las familias, en los hermanos varones sobre todo: enfermaron, anduvieron mal con los
estudios, etc.
Para los coordinadores el impacto emocional que produjo el contenido de las
reuniones grupales fue muy alto. Todos lo señalan en sus informes. Fueron invadidos
por la congoja y por un sentido de solidaridad que pudieron desplegar por medio de su
tarea.
"Compartí el dolor profundo -señala una coordinadora-(...). Sentí que tenía ganas de
volver a verlos y de ayudarlos porque el agradecimiento fue muy grande como para
que quede en el olvido. Y porque el amor al prójimo debiera ser inevitable como la
muerte."
Todos los grupos se despidieron con demostraciones de afecto, besos, contacto
corporal, incluso con los coordinadores, a quienes agradecieron el haberse sentido
acompañados, haber podido compartir sus angustias, sus ansiedades y deseos de " que
este viaje se vuelva a hacer para honrar a nuestros muertos y que otros familiares
puedan viajar sin tantas trabas como ahora".
Al inicio de los grupos, los familiares en su mayoría no se conocían, salvo de vista
por compartir el mismo hotel. Al final salieron conociéndose, comprendiéndose, sos-
teniéndose y confraternizando. Tal vez esta última frase de un familiar resuma el
- ¿Con qué objetivo Defensa Civil recurrió a la Escuela de Pichon Rivière para el trabajo grupal
con familiares de muertos en Malvinas?
- Pensamos que era adecuado que la Escuela tuviera una participación activa en tanto el rol
del psicólogo social tiene que ver con la tarea planteada; y a la luz de los resultados, no nos
equivocamos. El pedido de colaboración de Nación se originó en otras tareas que esta Dirección
hizo con ella, eminentemente preventivas, donde la técnica utilizada proviene de la psicología
social. Defensa Civil coordinó esta vez el servido médico, psiquiátrico y también el de la
Escuela. En nuestra hipótesis de trabajo con los profesionales de la Escuela se consensuó, luego
de un debate, que el objetivo era acompañar a los familiares. Esto lo dijo Ana Quiroga en
nuestro primer encuentro. La propuesta era para nosotros altamente movilizadora; jugaba en
esto qué significó la Guerra para todos nosotros así como el interrogante de si los muertos de
ellos no eran también los nuestros.
Debíamos transmitir a los familiares lo importante que era poder llegar a Malvinas, aún con
las pautas tan duras estipuladas para el viaje. La importancia del trabajo de los psicólogos
sociales fue vital para el éxito del viaje -sin que decir esto implique menosprecio a la excelente
tarea realizada por Nación y demás instancias organizativas. Los psicólogos sociales con-
tuvieron mucho y la gente quedó realmente agradecida. Los responsables de Nación, que
recibieron a la gente a su regreso, también tuvieron palabras de agradecimiento. A mí me
hubiese gustado haber hecho también un trabajo con el retorno; no se pudo porque la gente ya
tenía previsto regresar a sus hogares, pero queda abierta la posibilidad de programarlo en viajes
futuros.
- ¿Por qué razón la Secretaría consideró necesario recurrir a los psicólogos sociales de la
Escuela de Pichon-Rivière?
- En los contactos con los familiares, previos al viaje, notamos mucha carga emotiva, mucha
angustia. Debido al objetivo eminentemente humanitario del viaje, nos interesaba atender estos
aspectos y que todos se sintieran afectivamente cuidados. Por otra parte, debíamos cuidar
también el aspecto internacional, evitar cualquier hecho que pudiera generar conflictos. Yo
pensaba en el momento de llegada a las islas: en ese clima inhóspito, en el vuelo posterior en
helicóptero hasta ese cementerio al descampado..., sería un shock muy fuerte. Además, estaba
todo lo acumulado durante tantos años: no poder hacer el duelo, no poder llevar una flor
sabiendo qua tu hijo, tu hermano o tu padre está ahí enterrado... Entonces pensamos que pese a
la falta de tiempo y de la gran cantidad da familiares que venia de todo el país, ese fin de
semana deberían estar concentrados juntos en Buenos Aires, tener un contacto entre ellos y
disponer de mi momento de reflexión y da exteriorización de los sentimientos.
Nosotros teníamos previsto formar grupos donde recibieran información y pudiesen charlar
entre ellos. Después vimos con el doctor Bonadío -también asesor presidencial- la necesidad de
contar con profesionales adecuados para ese trabajo.
Bibliografía
OPTATIVA
- La formación de coordinadores de grupo en la Escuela de Psicología Social de
Buenos Aires fundada por el Dr. Enrique Pichon Rivière en Enfoques y
Perspectivas en Psicología Social Ana P. de Quiroga
- Una experiencia interdisciplinaria de trabajo en comunidad ante una situación de
emergencia social (Guerra de Malvinas) en Enfoques y Perspectivas en
Psicología Social. Ana P. de Quiroga