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Pierre Bourdieu

DOSSIER
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Bour dieu
ourdieu
Sobre su teoría y práctica de la entrevista

ANGELA GIGLIA

Ningún contrato está tan cargado de exigencias tácitas


como un contrato de confianza
Pierre Bourdieu

E
n los últimos años de su vida, después de casi La prueba más evidente de su compromiso del
medio siglo dedicado a la construcción de una lado de los sectores subalternos ha sido su constante
obra única, por sus dimensiones y envergadu- atención por el estudio de la dominación a nivel cultu-
ra, en la sociología del siglo XX, Bourdieu sin- ral o, dicho en otros términos, por la forma como la
tió la necesidad de tomar posición en la temperie políti- cultura contribuye a hacer posibles las relaciones de
ca de su tiempo, convirtiéndose en una figura pública dominación. Como él mismo lo expresó en una entre-
del movimiento en contra de las políticas neoliberales vista, lo que intentó hacer durante toda su vida fue “ar-
(las políticas de mundialización, como él las llamaba). Con- ticular la idea de Marx según la cual la sociedad está
sideraba que hoy “el investigador no tiene elección: si está dividida en clases” y tratar de repensar uno de los prin-
convencido de que existe una correlación entre las políti- cipales nudos no resueltos en la tradición marxista, esto
cas neoliberales y la tasa de delincuencia, entre las políticas es, la que vulgarmente se denomina como la relación
neoliberales y la tasa de criminalidad, entre las políticas entre estructura y superestructura, y “el simple hecho
neoliberales y todos los signos de la que Durkheim hubie- de denominarlo así hace que el problema sea insolu-
ra llamado anomia, ¿cómo podría no decirlo?”1 Sin ble” –decía Bourdieu (D’Eramo, 2002). Desde los aná-
embargo, su compromiso político se remonta a los ini- lisis del sistema escolar hasta los estudios entorno a la
cios de los sesenta, con la guerra de independencia de estratificación de los gustos, en sus trabajos subyace una
Argelia,2 y siempre estuvo presente en su trabajo, aún interrogación entorno a los específicos procesos socio
en los años del ascetismo académico. culturales que hacen posible que los dominados asu-

1
Texto leído en Atenas en mayo 2001 en una reunión con investiga- únicamente el objeto de tomas de posición personales. La tarea no
dores y sindicalistas sobre los temas de la unión europea, la cultura y consiste simplemente en expresar opiniones, no importa que tan
el periodismo, de próxima publicación en Interventions (1961-2001). nobles o progresistas sean, sino en proveer un cuadro lo más autén-
Sciences Sociales et Action Politique, Agone, Marseille. tico posible de la realidad y, al mismo tiempo, las razones para ac-
2
“Empecé a hacer sociología durante mi servicio militar en Argelia, tuar. Emprendí, entonces, un trabajo científico que no es un objetivo
por razones que pueden calificarse como políticas. Quería intentar en sí mismo, sino que pretende llenar un vacío político, o más bien,
poner a disposición de los franceses las herramientas para hacerse un vacío de la pedagogía política. Pero esto es totalmente otra cosa
una idea realista de la situación allá. En ese entonces me di cuenta que elaborar un programa político agregándole legitimaciones cien-
que las cosas que se discuten en el campo de la política no pueden ser tíficas” (Bourdieu, 2001a).

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man y “acepten” su condición, convirtiéndose de esa una voluminosa recopilación de entrevistas, intitulada
forma en portadores de la que Bourdieu denominaba La miseria del mundo, en la que toman la palabra los
violencia simbólica, una violencia “dulce”, difícil de per- protagonistas de la exclusión social en la Francia mo-
cibir como tal, ya que “se ejerce con el consentimiento derna y multicultural. Este libro, posible únicamente
de quien la padece”, constituyéndose como un reflejo del gracias al trabajo de un numeroso grupo de investiga-
“orden de las cosas”, algo que se presenta como “natural” dores, representa una contribución muy importante a
(Bourdieu y Wacquant, 1995). lo que suele llamarse enfoque cualitativo en ciencias so-
A principios de los noventa, su interés por enten- ciales. En particular para los antropólogos interesados
der las nuevas facetas de la dominación vinculada a los en entender las sociedades contemporáneas, este libro
procesos incipientes de mundialización se concretó en es un importante ejemplo de cómo trabajar sobre la vi-

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sión del mundo de actores que se encuentran inmersos se al doble riesgo del subjetivismo y del objetivismo, un
en contextos socioculturales complejos, en los que in- doble riesgo en contra del cual Bourdieu edificó toda
tervienen fenómenos de diferentes índole, escalas y pro- su sociología.3
cedencias. Las narraciones de La miseria del mundo ilus- Para superar estas antinomias, la teoría de Bour-
tran magistralmente hasta dónde puede llegar la dieu se construye al mismo tiempo como teoría del su-
aplicación rigurosa de la teoría socioantropológica a la jeto y teoría de la práctica, instituyendo una vincula-
comprensión del mundo actual desde el punto de vista ción muy estrecha entre los dos conceptos de habitus y
de sus protagonistas más humildes. de campo. El habitus indica –para Bourdieu– contem-
En las páginas que siguen nos centraremos en la poráneamente lo social de nuestra subjetividad y lo sub-
importancia de la vinculación entre la perspectiva teó- jetivo de nuestra actuación como sujetos sociales. Es
rica de Bourdieu y la práctica de la elaboración e inter- una subjetividad socializada, entendida como sentido del
pretación de las entrevistas cualitativas. En particular, juego, como conjunto de disposiciones vinculadas a una
veremos el breve texto sobre “La ilusión biográfica”, posición objetiva en el campo, por lo tanto, como saber
las reflexiones contenidas en la “Introducción” y en el un tanto “automático”, no necesariamente reflexiona-
ensayo intitulado “Comprender” que cierra magistral- do, entorno a lo que puede o no puede hacerse desde
mente La miseria del mundo y que se ha convertido in- cierta posición. El campo es, a su vez, un espacio social
mediatamente en una suerte de breviario para los que provisto de reglas propias en el que los actores actúan
trabajamos con entrevistas abiertas. como en un “juego” cuyo objetivo es el incremento del
capital propio del campo. Cada actor juega a partir de
PARA COMPRENDER AL OTRO: cierta posición dotada de cierta dosis de capital. De allí
TEORÍA DEL SUJETO Y TEORÍA puede aumentar o disminuir su capital, lo cual se tra-
DE LA PRÁCTICA duce en un desplazamiento hacia una posición más o
menos ventajosa. Cada campo –campo del poder, reli-
Como es sabido, las técnicas cualitativas, y entre ellas gioso, artístico, académico, etcétera– se distingue por
las entrevistas abiertas, son cada vez más usadas en las un tipo de capital específico y específicas reglas de fun-
ciencias sociales, aún si no siempre correctamente. Apa- cionamiento.4
rentemente al alcance de todos, en realidad se trata de Es importante recordar que para Bourdieu las
técnicas difíciles de manejar, ya que pretenden al mis- posiciones son objetivas, análogamente a las relaciones
mo tiempo hacer hablar al actor, haciendo emerger su sociales objetivas en el pensamiento de Marx, y los he-
subjetividad, y decir algo “objetivo” sobre su condición chos sociales en el pensamiento de Durkheim, esto es,
y su realidad. Los materiales que resultan de su aplica- fenómenos cuya naturaleza no es necesariamente evi-
ción (relatos biográficos, historias de vida, narraciones dente en la forma como se presentan al ojo del observa-
entorno a la colocación del sujeto en su entorno y a su
visión del mundo) presentan de forma ineludible la cues-
3
tión de como escapar al riesgo de una doble deriva. Fren- Al respecto, uno de sus intérpretes más agudos sostiene que “lo
más inquietante de su obra es su perseverante afán de trascender
te a la tarea de interpretar una entrevista, nos vemos varias de las perennes antinomias que socavan la estructura interna
fácilmente arrastrados, por un lado, hacia lo que tiene de las ciencias sociales, a saber, el antagonismo al parecer insupera-
ble entre los modos de conocimiento subjetivista y objetivista, la se-
de particular esa específica visión del sujeto y, por el paración entre el análisis de lo simbólico y el análisis de lo material,
otro, hacia la tentación de tomar el testimonio como en fin, el divorcio persistente entre teoría e investigación empírica”
(Wacquant, 1995: 15).
simple reflejo de una determinada situación o condi- 4
Para una exposición menos sucinta de la teoría de los campos en
ción sociohistórica. En otros términos, es difícil sustraer- Bourdieu reenviamos a Giglia, 1995.

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les mediaciones pueden ser consideradas “representa-


tivas” de situaciones más amplias de la de un sujeto
particular. La teoría de Bourdieu nos ayuda a rebatir la
objeción más característica en contra del uso de los
materiales cualitativos, la que reposa entorno a su su-
puesta “falta de representatividad”, como si el testimo-
nio, por haber sido emitido por un individuo, tuviera
que ser absolutamente idiosincrásico y particular. Ob-
viamente, el sujeto habla desde su visión del mundo,
que es una visión particular. Sin embargo, no deja de
ser pertinente en la medida en que es una visión toma-
da desde una específica posición social, colectiva, que
remite a factores que rebasan al individuo. Quien habla
es un sujeto, pero un sujeto socialmente situado. El su-
jeto habla desde un punto de vista que se encuentra
vinculado a una posición específica en el espacio so-
cial, una posición que él no pudo determinar, pero des-
de la cual posee diferentes jugadas a su disposición. Por
lo tanto, el trabajo de la entrevista no puede agotarse en
la conversación, sino que implica un trabajo de conoci-
miento más general entorno a las condiciones sociales
que sitúan al sujeto y hacen posible que su discurso sea
dor, y que es independiente de la voluntad de los suje- como es.5
tos (Bourdieu y Wacquant, 1995). Podemos compren- Cabe recordar aquí la posición crítica de Bourdieu
der la actuación y la visión del mundo de los actores si frente a la noción de historia de vida, entendida como
los vemos como jugadores de un juego que tiene sus relato subjetivo entorno a un recorrido provisto de cierta
propias reglas, que son las del campo específico dentro orientación, con un principio, un desarrollo y un punto
del cual se mueven. Por lo tanto, el habitus (la práctica y de llegada. En las pocas páginas sobre “La ilusión bio-
la visión del mundo de los actores) no es ni del todo gráfica”, Bourdieu (1994) hace tabla rasa de las actitu-
subjetivo, ni totalmente el reflejo de condiciones exter- des proclives a la exaltación de la subjetividad así a como
nas. El habitus expresa más bien esta síntesis original de ésta se manifiesta en el relato biográfico, sosteniendo
lo subjetivo y lo social, inextricablemente vinculados. que:
Esta premisa es indispensable para entender el
estatuto de los testimonios orales y la manera de reco- Hablar de historia de vida es presuponer, al menos, lo que
pilarlos e interpretarlos en La miseria del mundo. Sirve no es poco, que la vida es una historia y que una vida es
para subrayar que sin una adecuada teoría del sujeto y
su vinculación con la acción simplemente no puede
5
En ese sentido, el habitus como «sentido del juego» se acerca mucho
haber un uso correcto de las entrevistas cualitativas. En a ciertas definiciones del concepto de cultura, en cuanto sistema de
otros términos, hay que tomar posición previamente valores, representaciones y símbolos que media la relación del ser
sobre el estatuto de las narraciones recogidas, qué nos humano con la realidad (Signorelli, 1983), haciendo que actuemos
en cierta forma y no en otra, que valoremos las situaciones en cierta
dicen sobre su autor y hasta qué punto y mediante cuá- forma y no en otra.

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inseparablemente el conjunto de acontecimientos de una A través de esta forma absolutamente singular de no-
existencia individual concebida como una historia y el minación que constituye el nombre propio, resulta ins-
relato de esta historia. Esto es, en efecto, lo que dice el tituida una identidad social constante y duradera que
sentido común, es decir, el lenguaje corriente, que descri- garantiza la identidad del individuo biológico en to-
be la vida como un camino, una carretera, una carrera dos los campos posibles en los que interviene en tanto
(Bourdieu,1994: 74). que agente, es decir, en todas sus historias de vida po-
sibles (Bourdieu, 1994: 78).
Contra la idea de una historia de vida, como de-
sarrollo lineal de sucesos provistos de sentido, Bourdieu En la construcción de una historia de vida en
(1994: 76) propone la idea de un sujeto como creador cuanto biografía oficial, congruente con los actos de ins-
de una ilusión (la ilusión biográfica) “ideólogo de la titución asociados a su protagonista, intervienen, por lo
propia vida”, que selecciona “en función de un propó- tanto, los presupuestos inconscientes del interrogante y la
sito global, unos acontecimientos significativos concre- situación de investigación que siempre oscila entre los dos
tos” estableciendo entre ellos unas conexiones que sir- polos opuestos del interrogatorio y de la confidencia y,
van para justificar su existencia y darle coherencia, como finalmente, la representación que el entrevistado se for-
las que implica su institución en tanto que causas o, me de la situación de investigación, “que orientará todo
más a menudo, en tanto que fines. En este proceso de su esfuerzo de presentación de sí, o mejor dicho, de
creación de sentido, el sujeto encuentra la “complici- producción de sí” (Bourdieu, 1994: 81).
dad” benévola del entrevistador, o del biógrafo, quien En estas pocas páginas, Bourdieu enuncia ya los
comparte con él “el mismo interés por aceptar el pos- principios de método que guiarán la recopilación de
tulado del sentido de la existencia narrada” (Bourdieu, entrevistas en La miseria del mundo, sosteniendo –en
1994: 75). contra de la idea de historia de vida– la necesidad de
Una vez aclarado el carácter convencional de la ubicar el relato del sujeto dentro de los campos sociales
historia de vida en cuanto representación de una “exis-
tencia dotada de sentido, en el sentido de significado y
de dirección” (Bourdieu, 1994: 76), Bourdieu plantea
El “habitus” (la práctica y la
“la cuestión de los mecanismos sociales que propician visión del mundo de los
actores) no es ni del todo
o permiten la experiencia corriente de la vida como
unidad y como totalidad” (Bourdieu, 1994: 77) y que
hacen aparecer absolutamente normal la visión de la
existencia arriba mencionada, como recorrido sensato
subjetivo, ni totalmente el
y lógicamente conducente hacia ciertos resultados, pro- reflejo de condiciones
externas. El “habitus”
tagonizado por un sujeto que se percibe y es percibido
como una totalidad irreductible. Este sujeto –nos re-
cuerda Bourdieu– no es más que una construcción so-
cial, un ente que no existe si no es a partir de un proce-
expresa más bien esta síntesis
so social de construcción, que empieza con la nomina- original de lo subjetivo y lo
social, inextricablemente
ción (la atribución del nombre propio) y que procede
con la producción de los papeles de identidad y la ins-
titución del estado civil y de sus certificados.
vinculados.

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que atraviesa, en un recorrido que propone llamar tra- LA MISERIA DEL MUNDO, O LAS
yectoria, entendida como: MUCHAS CARAS DE LA VIOLENCIA
SIMBÓLICA
[...] serie de las posiciones sucesivamente ocupadas por
un mismo agente (o un mismo grupo) en un espacio en Coherentemente con su compromiso, Bourdieu no ocul-
sí mismo en movimiento y sometido a incesantes trans- ta sus posición ético-política en sus elecciones científi-
formaciones (Bourdieu, 1994: 82). cas. Desde su primitivo interés por la crisis de la agri-
cultura argelina en situación de descolonización, pa-
En La miseria del mundo, el esfuerzo por situar las sando por el estudio de las razones sociales del fracaso
narrativas orales dentro de su contexto social de pro- escolar, hasta el estudio de la violencia simbólica conte-
ducción, en el marco de una problemática general del nida en la compleja estratificación de los gustos en La
malestar social, se acompaña de otro esfuerzo paralelo distinción, su trabajo puede leerse como una incesante
que consiste en situar las entrevistas en su propio con- interrogación sobre la eficacia del poder y sus formas
texto de producción, reconociendo su carácter de cons- de actuación en el plano simbólico.
trucciones sociales, de discursos generados por dos su- Este interés explícito para aquellos que padecen
jetos, donde el entrevistador juega un papel decisivo, el poder y sus mecanismos se concreta exhaustivamente
que no puede ser pasado por alto. en La miseria del mundo, obra colectiva en la que toman
la palabra las víctimas de una sociedad desigual y ex-
cluyente, pese a haber sido la pa-
tria de los “derechos universales
del hombre”. El desfile de histo-
rias, lugares y situaciones es ver-
daderamente impresionante: el
obrero desempleado, el trabajador
precario, los inmigrados, la enfer-
ma, la anciana sola, los jóvenes
marginados y pequeños delin-
cuentes, los trabajadores sociales,
la actriz sin empleo, la feminista
militante, la profesora de secun-
daria, los pequeños propietarios
endeudados, la empleada en ho-
rario nocturno, la secretaria de
una pequeña empresa, los habi-
tantes y los trabajadores de las
urbanizaciones difíciles, la joven
inspectora de policía, el magistra-
do, el educador callejero, etc.
Como se ve, no todos los sujetos
pertenecen a sectores marginados
o pobres. Hay entre los entrevis-

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tados un buen número de sujetos que gozan de un em-


pleo estable y de recursos suficientes, hasta de ciertas
No se trata de rescatar las
cuotas de poder sobre los demás. Es obvio preguntarse voces de los más débiles en
una perspectiva de
por qué fueron incluidos en un discurso sobre la mise-
ria.
En la introducción, Bourdieu nos da una razón
de su inclusión evocando, en primer lugar, la compleji-
“salvaguarda de las
dad de los llamados lugares difíciles (como las urbaniza- culturas populares”, sino de
proponer una visión
ciones de interés social o la escuela) que “antes que
nada son difíciles de describir y de pensar” (Bourdieu,
1999: 9). Sobre estos lugares, que por su misma com-
plejidad se muestran sumamente vulnerables frente a
más acertada en cuanto
las miradas reductoras y simplistas, es necesario elabo- más incluyente, entorno a
los espacios sociales
rar un discurso diferente, que tome en cuenta su natu-
raleza específica. Uno de sus rasgos más característicos
consiste en que estos lugares obligan a coexistir en su
interior a sujetos distantes social y culturalmente, por-
generadores de la miseria.
tadores de puntos de vistas opuestos. Por lo tanto, para
comprenderlos, hay que rescatar e introducir en la re- dos rebaten con igual vehemencia, no sólo declarando
flexión esa pluralidad de puntos de vista, tomando en su derecho a vivir en el lugar, por la simple razón de
cuenta las opuestas visiones del mismo fenómeno. En que ellos también son franceses, sino acusando a su vez
otras palabras, los actores no son tomados aisladamen- a los blancos de “celosos”. Mientras ellos, los árabes,
te en cuanto “representativos” de ciertas categorías, sino están unidos y se visitan todos los fines de semana, la
como sujetos partícipes de campos de relaciones com- anciana pareja de franceses no tiene a nadie que los
plejos, atravesados por visiones encontradas y por dife- vaya a visitar, “sólo están esperando morir”. A la ima-
rentes verdades. No se trata de rescatar las voces de los gen estereotipada de la familia de origen árabe, nume-
más débiles en una perspectiva de “salvaguarda de las rosa, ruidosa y algo turbulenta, se añade como en un
culturas populares”, sino de proponer una visión más espejo la imagen de la vieja pareja de franceses, que se
acertada en cuanto más incluyente, entorno a los espa- sienten los únicos “ciudadanos auténticos” frente a los
cios sociales generadores de la miseria. inmigrados y que, sin embargo, viven aislados en una
A lo largo del texto, la aplicación de este princi- miseria social no menos trágica que la miseria econó-
pio tan simple y al mismo tiempo tan general –que con- mica que golpea a los otros.
siste en escuchar todas las voces– produce resultados Existe también otra razón para incluir en los tes-
sorprendentes, llegando en ocasiones a volcar comple- timonios a sujetos que no es posible tipificar como ex-
tamente el sentido de ciertas representaciones comu- cluidos. En la mayoría de los casos se trata de indivi-
nes. Por ejemplo, en un conjunto de interés social, es- duos obligados todo el tiempo a relacionarse con los
cuchamos las palabras de una pareja de franceses y de pobres y los marginados, en calidad de funcionarios
sus vecinos, una familia de origen árabe, en conflicto públicos responsables de la puesta en práctica de las
abierto. Los primeros acusan a los otros de no respetar políticas en contra de la exclusión social. En la intro-
las reglas de la buena convivencia y cuestionan su dere- ducción, Bourdieu aclara una diferencia importante
cho a estar en la plaza pública del conjunto. Los acusa- entre la que denomina pequeña miseria y la gran miseria.

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Mientras la segunda es una miseria de condición, en la años noventa, y con la disminución de la eficacia de las
que prevalecen la escasez material y la falta de posibili- redes de solidaridad tanto formales (véanse los servi-
dades, la primera es más bien una miseria relativa, en el cios complejos del Estado del bienestar, hoy reducidos
sentido que la experimentan los que ocupan “una posi- a mecanismos simples de erogación de ayuda indivi-
ción inferior y oscura en el seno de un universo presti- dual) como informales. Encontramos, por lo tanto, a
gioso” (Bourdieu, 1999: 10). Ésta, definida como mise- los pocos franceses blancos que se quedaron en las ur-
ria de posición, la viven en forma especialmente aguda banizaciones difíciles, a los comerciantes asaltados por
aquellas profesiones “cuya misión es ocuparse de la gran los jóvenes hijos de los inmigrantes, a los trabajadores
miseria, o hablar de ella” (Bourdieu, 1999:10). Desta- precarios, públicos y privados. En suma, a sujetos que
cada esta diferencia, el libro apunta a comprender el padecen sobre todo por ser y por sentirse desampara-
malestar propio de un orden social en el que la gran dos en cuanto aislados, sin nadie que les ayude y en-
miseria ha sido casi derrotada, pero al precio de una tienda sus problemas. La polifonía de voces que este
proliferación de espacios en donde la pequeña miseria concierto nos devuelve constituye ese “espacio de los
tiene amplias posibilidades de surgir y de expandirse. puntos de vista”, a menudo encontrados, cuya devolu-
Es por eso que en el libro se recogen y se escuchan ción o reconstrucción se revela sumamente enriquece-
también las voces de los maestros, de los policías, de los dora desde diferentes ángulos de lectura y que consti-
magistrados, de las enfermeras. En otros casos, se trata tuye un modelo para cualquier investigación.6
de actores cuya “dificultad de vivir” tiene que ver con
la precariedad y la flexibilidad que han caracterizado LA PERSPECTIVA REFLEXIVA
en forma masiva las relaciones laborales a partir de los
La riqueza y la relevancia de las temáticas propuestas
en las entrevistas de La miseria del mundo no serían su-
El valor metodológico de ficientes para hacer de este libro una piedra angular, si
no fuera por su valor metodológico. Éste reside –como
“La miseria del mundo” ya lo explicamos– en la consideración de estos testimo-

reside en la consideración nios a la luz de una teoría social específica, por una
parte, lo cual les confiere de antemano un espesor que
de estos testimonios a la luz no tendrían si los viéramos como simples casos indivi-
duales o expresiones subjetivas.Y, por la otra, en la adop-
de una teoría social ción meticulosa de la perspectiva reflexiva7 tanto en la

específica y en la adopción construcción como en la presentación y en la interpre-


tación del testimonio. En esta perspectiva, se trata de
meticulosa de la perspectiva asumir hasta sus últimas consecuencias el papel que
juega el sujeto del conocimiento en la construcción de
reflexiva tanto en la
construcción como en la 6
No fue casual que se vendieran 100,000 copias del libro en pocos
meses, debido al interés que suscitó no sólo entre los intelectuales,
presentación y en la sino entre todos aquellos, ciudadanos y trabajadores, que se vieron
directamente reflejados en los testimonios y que vieron en ellos una

interpretación del fuente inestimable de reflexión para su propia vivencia y labor coti-
diana.

testimonio.
7
Véase al respecto sobre todo Bourdieu y Wacquant, 1995 y Bour-
dieu, 2001.

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los materiales de la investiga-


ción, desenmascarando, por
lo tanto, la ilusión de una vi-
sión positivista, supuestamen-
te neutral y, al mismo tiem-
po, evadiendo la opuesta de-
riva en el subjetivismo, que
hace de cada investigación
algo “único” parecido a una
obra de arte o a una confe-
sión individual. Es necesario,
por lo tanto, “objetivar el su-
jeto de la objetivación” y to-
mar en serio el hecho de que
la entrevista es una situación
social producida por dos o
más personas, que de ningu-
na manera puede ser reduci-
da al puro y simple discurso
del sujeto investigado, si se
quiere evitar toda tergiversa-
ción de su mismo discurso. Este último, no puede ser
devuelto literalmente.Tiene que ser transcrito para que explicar sin “sujetar con alfileres”? ¿Cómo evitar, por ejem-
sea legible, tomando en cuenta el cambio de registro plo, dar a la transcripción de la entrevista, con su preám-
entre la palabra oral y el texto escrito. Luego, tiene que bulo analítico, el aspecto de un protocolo de caso clínico
ser enmarcado dentro de un contexto, del que forman precedido por un diagnóstico clasificatorio? La interven-
parte tanto los antecedentes de la entrevista y los cono- ción del analista es tan difícil como necesaria: debe, a la
cimientos sobre el sujeto recabados fuera de ella, como vez, manifestarse sin el menor disimulo y esforzarse sin
los factores macroeconómicos y sociales generales que cesar por hacerse olvidar (Bourdieu, 1999: 7-8).
permiten entender la palabra del testimonio. Una lectu-
ra de los textos sin contextos no podría no ser una lec- En una perspectiva reflexiva, lo dicho entorno al
tura fragmentada y parcial. Para la comprensión de los estatuto del sujeto vale inclusive para el entrevistador
testimonios, las introducciones de los entrevistadores (y para el investigador en general). Éste se considera a
son indispensables, a condición de que sean capaces de sí mismo como un actor, cuyo punto de vista depende
evitar la puesta de etiquetas simplistas. de la posición que ocupa en el campo del que forma
parte. Mientras más sea consciente y tome en cuenta
¿Cómo facilitar los medios para comprender, es decir, de todo lo que lo determina, más podrá salirse de sus de-
tomar a la gente como es, sino ofreciendo los instrumen- terminantes para objetivar su propia posición. Por lo
tos necesarios para aprehenderla como necesaria, para tanto, la perspectiva reflexiva implica un trabajo conti-
necesitarla, al relacionarla metódicamente con las causas nuo de “auto-socio-análisis”, que nada tiene que ver
y las razones que tiene para ser lo que es? Pero, ¿cómo con la introspección subjetivista, sino con el esfuerzo

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El testimonio recogido es propia experiencia como investigador. Sólo así podrá


objetivar su propia posición en el campo social y, al mismo
el resultado de una tiempo, comprender lo que le dicen sus entrevistados.8

conversación entre dos Sólo la reflexividad, que es sinónimo de método –pero

seres humanos, que el una reflexividad refleja, fundada sobre un “oficio”, un


“ojo” sociológico– permite percibir y controlar sobre la
investigador debe marcha, en la realización misma de la entrevista, los efec-

asumir como tal, si no


tos de la estructura social en la que ésta se efectúa. (Bour-
dieu, 1999: 527-543).

quiere tergiversar y La postura reflexiva se vincula a la adopción de


falsificar la realidad de una mirada relacional sobre los fenómenos que, por un

sus datos que es, a la


lado, pone de manifiesto los nexos entre los objetos y
sus contextos (los campos) y, por el otro, vincula el
vez, la realidad de su quehacer científico a su propio campo de producción
y, de esa manera, lo objetiva como producto histórico.
propia experiencia como De forma tal que la reflexión sobre la metodología que

investigador.
usamos o el terreno que elegimos implica considerar
críticamente nuestra colocación en el campo científico
y el campo mismo como objeto, si es que queremos
ganar “un grado superior de libertad” con respecto a
las constricciones propias de la actividad científica
por situarse a uno mismo dentro de su propia trayecto- (Bourdieu, 2001b: 176).
ria familiar, escolar, académica y dentro de su campo Si se logra valorar correctamente los elementos
de acción, el campo académico. sociales del discurso subjetivo y, al mismo tiempo, la
La perspectiva reflexiva se hace manifiesta en la especificidad del punto de vista del sujeto como resul-
práctica de las entrevistas en la medida en que el entre- tado de su trayectoria social particular, y el papel de
vistador no se pone como un supuesto agente neutral uno mismo como productor de la entrevista en cuanto
frente a un experimento de laboratorio (objetivismo), construcción social, se llega casi naturalmente a la con-
ni se abandona a la empatía sentimental que se hace clusión de que “contra la antigua distinción de Dilthey,
cómplice del interlocutor, sino que intenta todo el tiempo
dominar las opuestas derivas –objetivista y subjetivista–
mediante la operación que consiste en considerar la 8
Se trata de ponerse en condición de reconocer las condiciones ge-
nerales del trabajo científico, en cuanto trabajo institucionalizado,
entrevista como una situación social asimétrica, que
socialmente e históricamente producido y reproducido, que se reali-
involucra a actores que hablan desde posiciones dife- za dentro de lo que Bourdieu denomina campo científico. El tema
rentes, a menudo con capital social y cultural desigual. central de la “objetivación del sujeto de la objetivación” no es plan-
teado en términos individuales, sino en términos relacionales, con
El testimonio recogido es el resultado de una conversa- vista al campo de fuerzas en el que el científico tiene que operar. “Lo
ción entre dos seres humanos, que el investigador debe que se trata de objetivar no es la experiencia vivida por el sujeto del
conocimiento, sino las condiciones sociales de posibilidad y, por lo
asumir como tal, si no quiere tergiversar y falsificar la tanto, los efectos y los límites, de dicha experiencia e inclusive del
realidad de sus datos que es, a la vez, la realidad de su acto de objetivación” (Bourdieu, 2001:182).

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hay que plantear que comprender y explicar son una de opinión y en las entrevistas que realizan los profe-
sola cosa” (Bourdieu, 2001b: 532). sionales de la asistencia pública), que no tienen el me-
Hay que “ponerse del lado del entrevistado” para nor sentido para el entrevistado, cuando no llegan a
percibir desde allí las condiciones sociales que lo pro- molestarlo abiertamente, por la ignorancia y el desinte-
ducen. Hay que estudiar de antemano, previamente a rés que denotan hacia su discurso.10 Al contrario, las
la entrevista, dichas condiciones, para estar a la altura preguntas pertinentes –semejantes a verdaderas hipó-
de la conversación. Lo cual implica que para llevar a tesis– surgen casi espontáneamente sobre la marcha, a
cabo una buena entrevista hay que haber construido partir de una escucha atenta y de la aplicación del co-
mucho conocimiento previo entorno a la problemática nocimiento previamente acumulado sobre la problemá-
que se quiere tratar en la misma entrevista. Hay que ser tica. Paradójicamente, mientras más esté funcionando
conscientes de la doble asimetría que es propia de la el proceso de construcción social del objeto que se en-
situación de entrevista, debido a que el entrevistador es
no sólo quien conduce el juego, quien domina la pro-
blemática, quien guía la conversación sino que, al mis-
Las preguntas pertinentes
mo tiempo, se encuentra ubicado más arriba en la je- –semejantes a verdaderas
rarquía social y cultural. La entrevista es, en suma, una
suerte de intrusión que hay que convertir en una situa- hipótesis– surgen casi
ción provista de sentido –y de interés– para el entrevis-
tado, para que pueda hacerla propia. Mientras más se
espontáneamente sobre la
domina el terreno que se pisa, más la entrevista puede marcha, a partir de una
escucha atenta y de la
(y debe) parecerse a una simple conversación entre dos
personas, donde una está más interesada en escuchar,
pero no por ello se priva de hacer comentarios o de
expresar su opinión.
aplicación del conocimiento
previamente acumulado sobre
la problemática.
El sueño positivista de una perfecta inocencia epistemo-
lógica enmascara, en efecto, el hecho de que la diferencia
no es entre la ciencia que efectúa una construcción y la
que no lo hace, sino entre la que lo hace sin saberlo y la cuentra en la base de toda buena entrevista, mucho más
que, sabiéndolo, se esfuerza por conocer y dominar lo esta última se parece a una situación social común y
más completamente posible sus actos, inevitables, de cons- corriente en la que los dos actores conversan sintiéndo-
trucción, y los efectos que, de manera igualmente inevita- se igualmente a gusto, entregándose en la situación. Se
ble, éstos producen (Bourdieu, 1999: 528).9 comprende ahora claramente cuán difícil –en el senti-
do del trabajo que implica– es llevar a cabo una buena
Se trata de manifestar un auténtico interés por la entrevista y cuán importante es este trabajo de cons-
palabra del entrevistado, escapando en la medida de lo trucción y de preparación para permitir la generación
posible al mecanismo del interrogatorio como sucesión de testimonios verdaderamente representativos de una
de preguntas impertinentes (frecuente en los sondeos determinada condición, de un determinado punto de

9
Para un tratamiento exhaustivo sobre el tema de la no neutralidad 10
A este propósito, Bourdieu pone el ejemplo de un entrevistador
de la ciencia, véase Bourdieu, 1976. que se encuentra frente a un obrero metalúrgico, quien repite más

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vista en el espacio social, narrativas que permitan en- Forma parte del rigor metodológico el asumir
tender lo complicado de los procesos sociales de exclu- aquello que escapa de la explicación racional para ins-
sión, más allá de los estereotipos comunes y corrientes. cribirse dentro de la experiencia que no es posible ni
medir, ni reducir en palabras.11
A MANERA DE CONCLUSIÓN
¿Cómo pretender hacer la ciencia de los presupuestos sin
No es casual que en los últimos años de su vida Bour- un afán por darse una ciencia de los que uno maneja?
dieu haya, por un lado, acentuado su compromiso pú- Hay que esforzarse, en especial, por hacer un uso reflexi-
blico en favor de las víctimas de las políticas neolibera- vo de las conquistas de la ciencia social para controlar los
les y, por el otro, haya regresado sobre un tema persis- efectos de la encuesta misma y embarcarse en el interro-
tente en su reflexión, el del estudio del campo científico o gatorio dominando sus efectos inevitables (Bourdieu,
de la ciencia de la ciencia, asociándolo explícitamente a 2001b: 79).
la postura reflexiva, como lo hizo en sus últimas clases
en el Colegio de Francia (2001). El concepto de habitus De allí la importancia de la teoría de la práctica, ya que:
como saber incorporado, saber hecho cuerpo, se revela
más sugerente que nunca cuando se le aplica al propio [...] la práctica es siempre subestimada y subanalizada,
habitus científico, entendido como conjunto de mientras que para comprenderla habría que emprender
automatismos semiinconscientes, incorporados en las mucha competencia teórica, paradójicamente mucha más
prácticas del trabajo intelectual, tales como hacer una que para comprender una teoría. Hay que evitar reducir
entrevista o redactar un protocolo de observación. Una las prácticas a la idea que tenemos de ellas cuando nues-
parte importante de la “objetivación del sujeto de la tra experiencia de ellas es puramente lógica. Ahora bien,
objetivación” consiste justamente en considerar el tra- los estudiosos no saben necesariamente, a menos de tener
bajo científico como un conjunto de disposiciones de una teoría adecuada de la práctica, investir en sus descrip-
las que no somos conscientes, a menos de realizar un ciones de sus prácticas la teoría que les permitiría darse y
acto explícito de objetivación. dar un verdadero conocimiento de esas prácticas. (Bour-
dieu, 2001b: 81).
Este dominio práctico es una suerte de “un arte de cono-
cedor” que puede ser comunicado por el ejemplo y no Entre muchas otras razones, Pierre Bourdieu
por preceptos (contra la metodología) y que no es dife- merece ser recordado por haber demostrado la vincu-
rente con respecto al arte de individuar una buena pintu- lación ineludible entre los aspectos más teóricos y
ra y determinar su época y su autor, sin estar necesaria- abstractos del trabajo científico y los aspectos más em-
mente en condición de articular los criterios que ese arte píricos y concretos. Nadie lo ha logrado tanto como él
pone en operación (Bourdieu, 2001b: 79). y con igual coherencia. Por eso sus reflexiones sobre la

de una vez en su entrevista que se considera “afortunado” por no 11


Las ideas de Bourdieu entorno al saber incorporado se aplican
haber tenido que cambiar de fábrica. Sin escuchar lo que acaba de perfectamente al trabajo de campo antropológico. Los manuales de
decir, el entrevistador le pregunta ex abrupto “si él, personalmente, etnografía y las lecturas de los recuentos de terrenos famosos no
no se cambiaría”; y consigue, después de unos minutos de franca logran transmitir todo lo que es realmente importante saber cuando
sorpresa, una “respuesta de cortesía”, en la que el entrevistado, se quiere hacer un buen trabajo de campo. Existe una gran cantidad
después de algunos rodeos, finalmente accede a “consentir” a su de cosas que no pueden ser enseñadas en abstracto y que necesitan
entrevistador, diciéndole: “bueno, cambiarme, ¿por qué no?, tal vez, de una reflexión aparte, referida a los casos concretos. Todos hemos
uno nunca sabe...” (Bourdieu, 1999: 528-29). Inútil subrayar que experimentado alguna vez que la mejor forma de aprender cómo
preguntas tan erróneas pueden generar respuestas insensatas, hacer el trabajo de campo es haciéndolo.
completamente inmanejables desde el punto de vista analítico.

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teoría y la práctica de la entrevista nos parecen tan im- BIBLIOGRAFÍA


portantes. Porque nos demuestra que el detenerse mi-
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