Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Según la demanda interpuesta ante la Corte Constitucional, se acusa al artículo 326 del
Código Penal que habla del “Homicidio por Piedad”, por considerar que:
El estado debe proteger y garantizar la vida de las persona, evitando que esté en
situación de peligro y que alguien atente contra esta, para el demandante, esta norma
no cumple con tal premisa al permitir que a criterio medico se termine con la vida de
alguien que se le considera como obstáculo o estorbo.
El derecho a la vida es un derecho fundamental, por tanto quien atente contra este
deberá ser sancionado conforme lo dispuesto en el Código Penal por normas
diferentes a la acusada, que según se expone debe ser declarada inexequible por su
insensibilidad moral y crueldad.
La norma acusada vulnera el derecho a la igualdad al discriminar a los enfermos de
gravedad y ponerlos ante una situación diferente del resto de los enfermos.
La vida es tratada en esta norma, no como un bien jurídico que debe ser protegido,
sino como una cosa que se puede destruir. La norma acusada es un deseo de liberación
de carga social en donde básicamente lo que se propone es dejar morir a las personas
a las puertas de los hospitales.
La norma evoca las ideas fascistas y comunistas, donde el más débil es llevado a la
cámara de gas para “ayudarles a vivir mejor”.
La norma acusada considera el homicidio por piedad, como un homicidio que nace de la idea
de garantizar no solo una vida sino una muerte digna a aquellas personas que están en grave
sufrimiento, a esta visión se contrapone, la concepción del demandante en donde la norma es
violatoria del derecho a la vida y a la igualdad.
Desarrollo de las categorías principales usadas en los considerandos de la Corte
Constitucional
Para motivar su decisión y hacer un análisis profundo que le permita llegar a la mejor
conclusión, la Corte se ha valido de las siguientes categorías para construir un sendero que
la lleve finalmente a emitir un juicio.
Elementos del homicidio por piedad: La Corte desarrolla el sentido del homicidio
por piedad para dar claridad sobre el término, para ello lo significa como la acción
que tiene como único objetivo terminar con el sufrimiento de otro, aclara además que
doctrinalmente, también ha sido llamado homicidio pietístico o eutanásico y que el
actor lo confunde con el homicidio eugenésico que tiene como único objetivo el
mejoramiento de la raza humana, significado que difiere del de homicidio eutanásico.
La Corte anota además que el homicidio pietístico, solo procede ante personas que
padezcan un dolor o enfermedad incurable, por tanto el objetivo no es eliminar su
improductividad sino terminar con su sufrimiento.
Es claro que la conducta compete a lo penal, por tanto no basta el sufrimiento como
causal del homicidio, sino que es necesario que haya una manifestación de voluntad,
pues el sujeto puede decidir seguir con su sufrimiento hasta el final, esta
consideración la Corte se plantea dos interrogantes que debe resolver:
1- ¿Desconoce o no la Carta, la sanción que contempla el artículo 326 del
Código Penal para el tipo de homicidio piadoso?
2- ¿Cuál es la relevancia jurídica del consentimiento del sujeto pasivo del
hecho?
Para dar respuesta a estas preguntas la Corte desarrolla las siguientes categorías, en
donde aclara que por ser el homicidio por piedad un tipo doloso, las reflexiones
estarán dentro de los límites de esta forma de culpabilidad.
"La decisión de María Libia Pérez Angel (quien padecía de cáncer) de no acudir a
los servicios médicos ...no vulnera ni amenaza los derechos de los demás, ni el
ordenamiento jurídico; por consiguiente, merece ser respetada, dentro del ámbito
del reconocimiento de su derecho al libre desarrollo de su personalidad".
Posterior a esta cita la Corte refiere lo que la Corporación misma había dicho también
anteriormente y es aclarar que los derechos fundamentales no son absolutos y que
estos deben guardar armonía con los demás bienes protegidos. La Corte concluye
entonces que si los derechos no son absolutos, tampoco lo es el deber de garantizarlos
cuando el límite es la decisión del individuo.
De estas consideraciones la Corte determina entonces, que el sujeto activo del homicidio
por piedad debe ser un médico que este en capacidad de presentar la información necesaria
al paciente y brinde las condiciones para morir dignamente. Aquí la Corte anota una de las
razones por la que esta sentencia goce de gran reconocimiento y controversia “en los casos
de enfermos terminales, los médicos que ejecuten el hecho descrito en la norma penal con el
consentimiento del sujeto pasivo no pueden ser, entonces, objeto de sanción y, en consecuencia, los
jueces deben exonerar de responsabilidad a quienes así obren”.
Es importante tener en cuenta que la norma acusada, fue declarada exequible y por tal razón
el test de proporcionalidad, fue desarrollado en las categorías utilizadas a lo largo de la
sentencia y que estas expuestas en el punto anterior, corresponde entonces a este punto
verificar el cumplimiento de estos parámetros.