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Tania Piarpuezán
Reglas para el desarrollo del Debate
El tiempo de participación es de 3 minutos
Cada participante deberá emitir su punto de vista en forma clara, concisa y
dirigirse siempre con respeto hacia las demás personas.
Se dispondrá de un tiempo adicional si alguno de los participantes lo necesita.
Aspectos a considerar:
Principios Éticos
Aspecto Legal
Dignidad Humana
Aspecto Religioso
Aspecto Médico
Criterios a favor de la Eutanasia
Estefanía Quiranza
PRINCIPIOS ETICOS DE LA EUTANASIA
Los principios de la Bioética que regulan la relación sanitaria se originan en una ética
civil, pluralista y racional basada en tradiciones morales y médicas descritas por
Aristóteles, Hipócrates, Galeno, Maimónides, Paracelso, Kant, Osler, entre otros.
(Endinueta, 2002)
La eutanasia hace referencia al acto de acabar con la vida de una persona enferma, a
petición suya o de un tercero, con el fin de minimizar el sufrimiento. (Cano,
2008)Desde el punto de vista ético, la eutanasia estaría permitida si se hace con el
consentimiento pleno y claro del paciente, el cual es autónomo y por ende dueño de su
vida .Actúa bajo el principio de beneficencia para aliviar el dolor y el sufrimiento de los
pacientes terminales se clasifica y se determina entre: (Hernández, 2014)
Acción buena: se le retira el tratamiento si el paciente no tiene visión de
recuperarse.
Acción mala: si el médico deja morir al paciente.
Desde siempre los médicos han participado en la toma de decisiones sobre el fin de la
muerte, pero en la actualidad se defiende cada vez más el respeto a la autonomía de los
pacientes en la toma de decisiones médicas. En la actualidad el paciente goza de
un grupo de derechos, como: Testamento vital: Ley 41/2002 dedica el artículo 11. Este
documento refuerza las exigencias de atención debida ética y jurídicamente a la
autonomía de los pacientes, permite establecer, de forma anticipada, la voluntad de una
persona sobre la aplicación de determinados tratamientos o el rechazo a los mismos, y,
por tanto, trasladar el espíritu del consentimiento informado a aquellas fases de la
enfermedad o estado en las que el paciente no tiene capacidad para decidir. Su
fundamento es, pues, prácticamente el mismo que el del consentimiento informado.
(Carlos, 2009)
El consentimiento informado consta de tres componentes: información, competencia y
voluntad. La información consiste en que el médico informe al paciente acerca del
diagnóstico, pronóstico, riesgos y beneficios de las opciones del tratamiento propuesto.
Competencia se refiere a que el paciente es capaz de comprender la información,
apreciar la situación y sus consecuencias, manejar racionalmente la información y
comunicar su elección del tratamiento propuesto. Voluntad significa que el paciente
elige con libertad, sin ningún otro tipo de coerción indebida por parte del médico ni de
ninguna otra persona. (Carlos, 2009).
Fuente:
Hernández. (30 de 08 de 2014). Aspectos éticos y morales en la investigacion cientifica
de la eutanasia . Recuperado el 25 de 11 de 2017, de
https://es.slideshare.net/heideeroloncintron7/aspectos-39341835
Cano, C. N. (23 de 09 de 2008). La eutanasia : perspectiva ética,jurídica y médica. 2.
Recuperado el 25 de 11 de 2017, de
http://eprints.ucm.es/11693/1/La_Eutanasia_perspectiva_etica_juridica_y_medic
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Carlos, A. S. (11 de 3 de 2009). La Eutanasia perspectiva ética, juridica y medica.
BIOETICAWEB, 5-7. Recuperado el 25 de 11 de 2017, de
https://www.bioeticaweb.com/la-eutanasia-perspectiva-actica-jurasdica-y-
macdica/
Endinueta, W. A. (2002). BASES PARA AFRONTAR LOS DILEMAS ETICOS AL
FINAL DE LA VIDA. 14. Recuperado el 25 de 11 de 2017, de
https://www.eutanasia.ws/hemeroteca/t69.pdf
Fuente:
Deliens L, van der Wal G. (2003), La ley de eutanasia en Bélgica y los Países
Bajos. Lanceta. Recuperado el 25 de 11 de 2017
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3070710/
Smets T, Bilsen J, Cohen J, Rurup ML, De Keyser E, Deliens L. (2009).La práctica
médica de la eutanasia en Bélgica y los Países Bajos: notificación legal, procedimientos
de control y evaluación. Política de salud. Recuperado el 25 de 11 de 2017
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3070710/
Parreiras M, Cafure G, Pacelli L, Silva L, Rückl S, Vera L, 2016. Eutanasia y suicidio
asistido en países occidentales: una revisión sistemática. Recuperado el 25 de 11 de
2017 http://www.scielo.br/pdf/bioet/v24n2/es_1983-8034-bioet-24-2-0355.pdf
Samantha Enríquez
Entonces, por ésta razón, la vida, está resguardada por las normas del Derecho Penal, y
por lo tanto, la transgresión de estas, conlleva un castigo.
En el Ecuador, la Eutanasia, “(…) y su realización fáctica está fuera de toda legalidad y,
más bien, constituye un delito, pues ninguna persona puede quitarle la vida a otra,
porque nadie puede disponer de la vida de otra persona (…)” (Pesantes, 2009, págs.
129-130)
Una vez que hemos establecido el ámbito dentro del cual se pretende
desenvolverse la práctica de la Eutanasia estudiaremos su legalidad y
licitud, dentro del campo del Derecho ecuatoriano. Según nuestra
legislación Penal y de Salud, está prohibida la práctica de cualquier
procedimiento eutanásico y si se la realiza, se puede cometer uno de los
delitos contra la vida (…). (Pesantes, 2009, pág. 130).
En nuestro país, en el Código de Ética Médica, se hace mención a la Eutanasia y a la
Dignidad de los Seres Humanos; y en la Ley de Derechos y Amparo del Paciente, a su
voluntad y libertad de decisión, frente a las situaciones o condiciones que rodean a un
enfermo, con relación a los tratamientos y procedimientos extraordinarios. (Baños,
2014).
(…) el Código de Ética Médica, prohíbe claramente la práctica de
cualquier procedimiento eutanásico; por esto, el artículo 90 de esta ley
prescribe: ―El médico no está autorizado para abreviar la vida del
enfermo. Su misión fundamental frente a una enfermedad incurable será
aliviarla mediante los recursos terapéuticos del caso.‖ Por lo tanto, la
práctica de la eutanasia no solo que está prohibida por la legislación,
sino que está considerada como un delito (…) (Pesantes, 2009, pág. 133)
En el Juramento Hipocrático de los médicos aclara que es un juramento que actualmente
se lo llama Promesa del Médico (WMA, 2017), en el que especifica que:
COMO MIEMBRO DE LA PROFESION MEDICA:
PROMETO SOLEMNEMENTE dedicar mi vida al servicio de la humanidad;
VELAR ante todo por la salud y el bienestar de mi paciente;
RESPETAR la autonomía y la dignidad de mi paciente;
VELAR con el máximo respeto por la vida humana;
NO PERMITIR que consideraciones de edad, enfermedad o incapacidad, credo,
origen étnico, sexo, nacionalidad, afiliación política, raza, orientación sexual,
clase social o cualquier otro factor se interpongan entre mis deberes y mi
paciente;
GUARDAR Y RESPETAR los secretos confiados a mí, incluso después del
fallecimiento del paciente;
EJERCER mi profesión a conciencia y dignamente y conforme a la buena
práctica médica;
PROMOVER el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica;
OTORGAR a mis maestros, colegas y estudiantes el respeto y la gratitud que
merecen;
COMPARTIR mis conocimientos médicos en beneficio del paciente y el avance
de la salud;
CUIDAR mi propia salud, bienestar y capacidades para prestar atención médica
del más alto nivel;
NO EMPLEAR mis conocimientos médicos para violar los derechos humanos y
las libertades ciudadanas, incluso bajo amenaza;
HAGO ESTAS PROMESAS solemne y libremente, bajo mi palabra de honor.
Nataly Carlosama
En los últimos tiempos, las enfermedades terminales e irreversibles han ido tomando
poder sobre la sociedad y es por ello que se debe tener en cuenta que primero está el
deseo del paciente y su familia sobre cualquier conclusión u orden médica. Sí ese deseo
es acogerse a la Eutanasia, entonces. ¿Por qué no aceptar esa voluntad?
Mucho se habla sobre la dignidad humana y los principios que estos conllevan para el
bienestar de las personas, uno de estos, es el principio de No maleficiencia y
benevolencia, “el cual no es más que el clásico principio hipocrático primum non
nocere (ante todo, no dañar), y exige que no se cause un perjuicio al paciente”
(Andorno, 2012). Pero es claro que este principio es infringido ya sea de manera directa
e indirecta cuando se permite que un paciente con una enfermedad terminal y/o
catastrófica padezca en gran agonía sus últimos días de vida. Pero es aún más
indignante que a pesar de que su deseo es poner fin a las dolencias ocasionadas por la
enfermedad, es decir, poner en práctica la eutanasia, muchas veces esta petición es
negada. Esto es lo que sucede en aquellos países donde no se acepta y legaliza la
Eutanasia, por lo que los pacientes se ven obligados a sobrellevar un dolor que es aún
más fuerte que ellos.
Ese sufrimiento es el que van dejando día tras día en aquellas personas que para ellos
son los más apreciados; puesto que están conscientes que la enfermedad solo seguirá
avanzando y por ende deteriorándoles hasta el punto de una impotencia ridícula he
imposible de ignorar.
La opinión de Arrabal era clara; “si hubiera una ley de suicidio asistido y eutanasia
como la que he pedido en Change.org y que aún se mantiene activa con más de 9.000
firmas, podría retrasar la decisión, pero deseó poder decidir el final. Por lo que
consideró triste que no haya una ley que regule estos actos”. (Benito, 2017).
Otro caso fue el de la escritora francesa Anne Bert, quien padeció ELA desde el 2015 y
tuvo que cruzar la frontera de su país con Bélgica, para dar el consentimiento final al
médico que llevaba meses supervisando su petición de eutanasia, llevándolo a cabo en
el verano del 2017. Ella tuvo dos arduas luchas, la una contra su enfermedad, y la otra,
para convencer a las autoridades galas de la necesidad de acabar con el sufrimiento de
personas con enfermedades incurables, legalizando la ayuda médica a morir; prohibida
en Francia, pero permitida desde 2002 en la vecina Bélgica. Lastimosamente todos sus
intentos fallaron. Es por esa razón que sintió una enorme impotencia e incomprensión
frente al sistema sanitario francés, que solo permite la sedación profunda hasta la
muerte, pero no acepta la eutanasia.
"¿Dormir a un enfermo para dejarlo morir de hambre y sed es de verdad más respetuoso
con la vida que ponerle fin administrando un producto letal?”. Fue una de las
interrogantes que ella realizó a los candidatos presidenciales, por medio de una carta
abierta, antes de rendirse y dirigirse hacia Bélgica, lejos de su familia, lejos de su hogar,
pero sobre todo lejos del país que la vio nacer. Bert no quería escapar fuera para morir,
pero fue lo que tuvo que hacer para disponer de un médico que cumpliera su voluntad.
(Sánchez, 2017)
Fuente:
Fuente:
Blanca Chuquín
PARTE MÉDICA
La Medicina tiene como objetivo el bienestar psicofísico de la persona y ello lleva
implícito el derecho al buen morir, tratando de preservar la dignidad humana. Por ello
resulta necesario e imprescindible crear un ámbito de discusión del tema para saber qué
hacer de nuestras vidas y también para, llegado el caso, defender el derecho a elegir el
momento de la propia muerte (José Angel, 2005).
Contando entonces con una sociedad culta, responsable y honesta, con profesionales
dispuestos y preparados para afrontar las más duras decisiones acerca de la vida
humana, con un sistema de salud que garantice la verdadera medicina, la que precave,
cabe cuestionarse nuevamente la ilegalidad de elegir entre una muerte necesaria desde el
punto de vista humano, que evite el dolor y el sufrimiento personal y familiar y que por
demás asegure, quizás, la vida larga y efectiva de otros semejantes o el corto espacio de
vida llena de dolor y sufrimiento que media entre la enfermedad incurable y la muerte
irremediable, sin contar los gastos que se ocasionan por considerarlos derecho soberano
del paciente.
Determinar si un hombre debe morir o no, por los siglos de los siglos encontrará
oponentes y proponentes y de esta investigación se deriva que el hombre debe mirar a
su alrededor, escuchar y preguntar el porqué de una decisión como esta, buscar la mejor
manera de aliviar al ser humano de sufrimientos y preocupaciones, ubicarse en su
sistema, cultura y religión, entender que el lenguaje de la ética ha sido adoptado no solo
por pacientes, familias, médicos, economistas, ministros, jueces y administrativos de la
salud, independientemente de su corriente filosófica y su sistema social y entender que
lo único verdaderamente importante es que el hombre, como ser racional, capaz de
REVOLUCIONAR constantemente la ciencia y la técnica y de transformar la naturaleza
en beneficio de la especie, debe también, morir con dignidad (Vaquero, 2011).
INYECCIÓN LETAL
Es la que se emplea en estados unidos para los reos condenados a pena de muerte donde
el prisionero es amarrado a una camilla y, se inserta un catéter de acceso venoso en
cada uno de sus brazos, para inyectar las drogas directamente al torrente sanguíneo. A
continuación, comienza la aplicación de las tres inyecciones: La primera, tiene por
objeto dejar inconsciente a la persona para que no sufra de ningún dolor. Se utiliza
Tiopentato de Sodio, un anestésico de acción rápida que funciona en sólo segundos. En
el segundo paso, se detiene la respiración del prisionero mediante la aplicación de un
relajante muscular que detiene los movimientos respiratorios. Se usa Bromuro de
pancuronio. Finalmente y para detener el corazón de la persona, se aplica Cloruro de
Potasio. Las dos últimas drogas podrían causar la muerte por si solas, pero combinadas
aceleran y aseguran el proceso (Valenzuela, 2015).
CASO
A sus 64 años, Quintana es el médico colombiano que más ha practicado eutanasias en
el país: 103 en total. Sus pacientes han sido enfermos terminales, víctimas de la
depresión y hasta un pequeño bebé de once meses que nació con un defecto congénito
que genera un daño cerebral degenerativo. La eutanasia ha sido parte de su trabajo
durante los últimos 30 años. Sin embargo, llora cada vez que hace una, detesta la muerte
y le tiene miedo a la sangre.
Con la decisión tomada, se debe canalizar una vena para poner un suero a la que se
inyecta un anestésico y un despolarizante cardiaco. El doctor Quintana aprendió el
método de la eutanasia mientras estudiaba medicina en la Universidad Nacional. Se usa
la misma fórmula que se usaba con los perros que servían para los experimentos. Estos
medicamentos, de color blancuzco y que se ponen en cuatro jeringas gigantes,
provocarán un sueño profundo en el paciente, que su corazón se relaje y los pulmones
agoten poco a poco el oxígeno que les queda. Muchos pacientes mueren en cuestión de
cuatro minutos, otros tardan hasta diez (Arrubla, 2012).
Fuente:
1. Arrubla, J. (9 de Octubre de 2012). El médico que ha practicado la eutanasia.
Recuperado el 26 de Noviembre de 2017, de
https://www.kienyke.com/historias/un-medico-experto-en-apagar-vidas.
2. Carretero, R. (25 de Mayo de 2016). El Huffington Post. Medicamentos online e
ilegales para una muerte digna. Recuperado el 24 de Noviembre de 2017, de
http://www.huffingtonpost.es/2016/04/27/muerte-digna_n_9785218.html
3. Cataluña, I. s. (2006). Generalidad de Cataluña.
4. José Angel, G. (agosto de 2005). Eutanasia (I): Aspectos Médico-Legales.
Argentina: Repositorio Digital Institucional de la Universidad de Buenos Aires.
Recuperado el 24 de Noviembre de 2017, de
http://repositoriouba.sisbi.uba.ar/gsdl/collect/encruci/index/assoc/HWA_525.dir/
525.PDF
5. Valenzuela, I. (2015). Inyección letal: La ciencia detrás de las penas de muerte.
Recuperado el 25 de noviembre de 2017, de
https://www.vix.com/es/btg/curiosidades/4357/inyeccion-letal-la-ciencia-detras-
de-las-penas-de-muerte
6. Vaquero, B. (25 de Noviembre de 2011). Reflexiones en torno a la eutanasia
como problema de salud pública. (R. C. Pública, Ed.) Recuperado el 25 de
Noviembre de 2017, de
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-
34662004000100010&
Principio de autonomía
Según Nicolás García Rivas Catedrático de Derecho penal Universidad de Castilla-La
Mancha, afirma que el principio de la autonomía se refiere a la capacidad que tiene el
enfermo para decidir, siempre que exprese su deseo. Este es un principio que siempre ha
estado ausente de la tradición médica, a pesar de la gran importancia que ha adquirido
en los últimos años; durante muchos siglos el paciente nunca ha participado en la toma
de decisiones y el médico era quien decidía; el deber del médico era hacer el bien al
paciente, y el de éste, aceptarlo. El enfermo, por el mero hecho de serlo, carecía de
capacidad para elegir.
La Asociación Médica Mundial considera que el suicidio asistido con ayuda médica es
contrario a la ética de la profesión, en cambio recomienda los cuidados paliativos.
Las legislaciones sanitarias suelen conceder a los familiares o allegados la condición de
sustitutos para la expresión del consentimiento del paciente cuando éste no puede
hacerlos. Buen número de autores considera plausible que existan reglas similares para
los casos de eutanasia. Con todo acierto, la legislación holandesa no se hace eco de esa
posibilidad. Únicamente prevé la colaboración de los padres o tutores cuando el
paciente tiene menos de dieciocho años; si el niño es mayor de dieciséis, serán
escuchados; si cuenta con más de doce y menos de dieciséis, deberán mostrar su
acuerdo. Pero en ningún caso pueden tomar la decisión por sí solos. Para controlar el
cumplimiento de todos los requisitos legales se crean Comités regionales compuestos
por un jurista, un médico y un especialista en ética. Dicho control es siempre posterior a
la práctica de la eutanasia, de manera que, si el Comité advierte alguna incorrección
sustancial, el (art. 9.2) de la Ley le obliga a enviar su dictamen a la Fiscalía General del
Estado para que inicie la oportuna acción penal contra el médico responsable. La Ley
belga de 16 de mayo de 2002 parte de una definición excesivamente amplia de
eutanasia, que impide distinguirla del auxilio al suicidio; entiende por tal: "la acción
realizada por un tercero que pone fin a la vida de una persona a petición de ésta" (art. 2).
Como ocurre en la nueva regulación holandesa, la despenalización queda acotada en el
ámbito médico y no alcanza a otros sujetos. Para la justificación de la conducta se
requiere, también aquí, la confluencia de dos requisitos básicos: la voluntad del enfermo
y que éste se halle en "una situación médica sin esperanza. (García, 2002)
Holanda fue uno de los primeros países en despenalizar al médico que practique la
eutanasia, y luego de realizarse un estudio se reveló que en más de mil casos los
médicos habían actuado sin conocimiento del paciente debido, principalmente, a la
imposibilidad de tratar el dolor, la falta de calidad de vida o porque demoraban en
morir.
Una forma de respetar la autonomía es promover en la práctica la participación del
propio enfermo y de su familia en la toma de decisiones, lo que implica: Informar
comprensiblemente al enfermo y a la familia. Garantizar la voluntariedad en la
aceptación del tratamiento mediante el uso del consentimiento informado respetando el
derecho a rechazar un tratamiento. Proteger a los menores o incapaces que no lleguen al
grado de conciencia necesario para tomar por sí mismos una determinada decisión, lo
que supone el respeto a las decisiones subsidiarias de los padres. Debido a los grandes
avances técnicos y farmacológicos ocurridos en las últimas décadas, que a veces incluso
permiten posponer el momento de la muerte. La licitud de estas prácticas no se apoya en
la libre decisión del paciente moribundo, inaccesible en numerosas ocasiones principio
de autonomía, sino en el interés que le es atribuible de acuerdo con una ponderación
razonable.
Fuente:
García, N. (2002). Despenalización de la eutanasia en la Unión Europea: autonomía e
interés del paciente. Doctrina, Revista penal, 15-30.
http://www.uhu.es/revistapenal/index.php/penal/article/download/157/152
Principio de no-maleficencia
Fuente:
http://www.uhu.es/revistapenal/index.php/penal/article/download/157/152
Se basa en el principio hipocrático de Primum non nocere, es decir, "ante todo, no hacer
daño". No puede intencionadamente realizar actos que puedan causar daño o perjudicar
a otros. Es un imperativo ético válido para todos, no sólo en el ámbito biomédico sino
en todos los sectores de la vida humana. En medicina, sin embargo, este principio debe
encontrar una interpretación adecuada pues a veces las actuaciones médicas dañan para
obtener un bien. Entonces, de lo que se trata es de no perjudicar innecesariamente a
otros.
Artículo tomado de la Revista Scielo por Azulay Tapiero, la Medicina como ciencia
inocua, que no persigue el hacer daño. Es un principio más general y obligatorio que el
de Beneficencia porque habrá ocasiones en que un médico no esté obligado a tratar a un
enfermo, pero sí lo estará siempre a no ocasionarle ningún daño o, dicho de otra manera,
si una persona no quiere, no podemos imponerle el bien; por el contrario, si una persona
quiere que le hagamos daño, no se lo podemos hacer por más que nos lo pida. (Tapiero,
An. Med. Interna (Madrid) vol.18 no.12 dic. 2001)
Este principio sanciona la obligación moral que el paciente tiene de colaborar en los
cuidados ordinarios y necesarios para salvaguardar la vida y la salud propia y ajena. En
ciertos casos, como el de los pacientes que rechazan los cuidados indispensables para la
vida y la supervivencia cuando el médico considera en conciencia necesario imponerlas,
el derecho deberá regular el procedimiento para aplicar tales cuidados obligatorios.
Los Juramentos Médicos, en especial el Hipocrático, han sido analizados a través del
tiempo fundamentalmente desde el punto de vista de los valores morales que sustentan
la relación médico/paciente, médico/colegas, médico/sociedad, así como también
aquellos principios que sustentan los aspectos pedagógicos. Algunos análisis han sido
tomados como referencia para la aplicación de los valores y principios a problemas
éticos en diversos contextos y situaciones propias de los actuales problemas médicos.
Los preceptos éticos del Juramento Hipocrático han constituido, a lo largo de los siglos,
la unidad y el fundamento de la ética médica, venciendo los límites temporales,
culturales, nacionales, y religiosos.
Fuente:
García, N. (2002). Despenalización de la eutanasia en la Unión Europea: autonomía e
interés del paciente. Doctrina, Revista penal, 15-30.
http://www.uhu.es/revistapenal/index.php/penal/article/download/157/152
Vaquero, B. (25 de Noviembre de 2011). Reflexiones en torno a la eutanasia como
problema de salud pública. (R. C. Pública, Ed.) Recuperado el 25 de Noviembre
de 2017, de http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-
34662004000100010&
Jazmín Martínez
Argumentos en contra de la eutanasia desde el punto de vista ético
PRINCIPIO DE BENEFICIENCIA
Corresponde al fin primario de la medicina. Es la obligación de proceder, procurando el
beneficio de los demás, promoviendo sus legítimos intereses y suprimiendo prejuicios.
Se podría definir la no maleficencia como una subclase de beneficencia, en la cual se
pueden distinguir cuatro grados en preferencia: no se debe hacer el mal, se debe impedir
el mal, se debe eliminar el mal, se debe hacer y promover el bien. Sin embargo, es
importante mencionar una notoria diferencia: “El principio de no maleficencia no tiene
nada que ver con el consentimiento informado, en tanto que el de beneficencia sí. Nunca
es lícito hacer el mal, pero a veces no es lícito hacer el bien” (Núñez & Pastor, 2000)
En el caso de los Países Bajos, uno de los primeros países en despenalizar al médico que
practique la eutanasia, el estudio Remmelink reveló que en más de mil casos el médico
admitió haber causado o acelerado la muerte del paciente sin que éste lo pidiera, por
razones variadas, desde la imposibilidad de tratar el dolor, la falta de calidad de vida o
por el hecho de que tardara en morir (Ruiz, 2005).
PRINCIPIO DE JUSTICIA
Justicia, para muchos griegos y filósofos constituye el elemento fundamental de la
sociedad, consideran que algo es justo cuando su existencia no interfiere con el orden al
cual pertenece, el que cada cosa ocupe su lugar. Cuando no sucede así, y una cosa
usurpa el lugar de otra, o cuando existe alguna demasía, se origina una injusticia y se
cumple con la Justicia al restaurar el orden de origen, cuando se corrige y sanciona la
desmesura. En los aspectos sociales de la justicia se destaca el equilibrio en el
intercambio entre dos o más miembros de la sociedad (Ferro, 2009)
La justicia también significa, tratar a cada uno como corresponda, con la finalidad de
disminuir las situaciones de desigualdad (ideológica, social, cultural, económica, etc.).
La justicia funciona como la medida de la distribución equitativa de derechos y deberes,
ventajas y desventajas, créditos activos y pasivos entre todos los miembros de la
sociedad. (Núñez & Pastor, 2000)
La eutanasia viola directamente este principio, tenderá a eliminar a los más pobres y
débiles, grupos vulnerables como ancianos, grupos étnicos desfavorecidos, enfermos
desahuciados. Si hablamos de una sociedad justa, será tanto más justa en cuanto, se
consiga una mayor igualdad de oportunidades para compensar las desigualdades. Desde
este punto de vista, es mucho más justo invertir en investigación científica y en
cuidados paliativos y no en la eliminación de los enfermos.
LA DIGNIDAD HUMANA
La dignidad humana, es el derecho que tiene cada ser humano, de ser respetado y
valorado. Pero se habla de dignidad humana como punto de partida o como punto de
llegada. Si hablamos, como punto de partida, El vivir es un acto de dignidad bajo
cualquier circunstancia. Y si la analizamos, como punto de llegada: no hay muerte
digna, la muerte es muerte.
Fuente:
Ferro, María, Molina Rodríguez, Luzcarín, & Rodríguez G, William A. (2009). La
bioética y sus principios. Acta Odontológica Venezolana, 47(2), 481-487.
Recuperado en 28 de noviembre de 2017, de
http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0001-
63652009000200029&lng=es&tlng=en
Núñez, D., & Pastor, J. (2000). Principios bioéticos en la atención Primaria de
Salud. Revista Cubana de Medicina General Integral, 16(4), 384-389.
Recuperado en 27 de noviembre de 2017, de
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-
21252000000400014&lng=es&tlng=es.
Ruiz, A. (2005). Bioética y derechos humanos: implicaciones sociales y jurídicas.
Sevilla: Universidad de Sevilla . Recuperado el 26 de Noviembre de 2017, de
https://books.google.com.ec/books?id=8YJ9fI-
ZcJoC&pg=PA301&lpg=PA301&dq=eutanasia+paises+bajos+remmelink&sour
ce=bl&ots=ZGF9rk5p16&sig=L1sMXypKKTzEPllSzZhcIl8wvFY&hl=es-
419&sa=X&ved=0ahUKEwi-5pSyu-
nXAhXiRt8KHTDWBMgQ6AEISzAF#v=onepage&q=eutanasia%20paises%2
La Eutanasia desde el punto de vista Médico
La deontología médica impone, los deberes de aliviar el sufrimiento físico y moral del
moribundo, de mantener en lo posible la calidad de la vida que declina de ser guardián
del respeto a la dignidad de todo ser humano.
Hay varias razones por las cuales la eutanasia no puede ser aceptada:
Primero porque se minaría la confianza en entre el paciente y el médico, si el
profesional de la medicina que se ocupan de su salud puede decidir si su caso es digno
de curación o susceptible de eutanasia.
Segundo, el diagnóstico y el llamado pronóstico hecho por los médicos nos ofrece
garantías, así es como el médico Chorcot decía: "jamás debe pronunciarse un pronóstico
con pesimismo absoluto, porque lo imprevisto es siempre posible". En definitiva, en la
ciencia médica no habría una certeza. Siendo aceptable el aforismo. "mientras hay vida
hay esperanza".
Así es que el término incurabilidad no es sino un concepto relativo. Pues la naturaleza
de cuerpo humano es a veces sorprendente, pudiendo salir muchas veces las personas
que se encuentran en coma irreversible de estos.
Esta posición médica al igual que la posición de la religión estaría de acuerdo con la
ortotanasia, al estar a favor de utilizar medicinas paliativas y medios proporcionados,
solamente, para prolongar la vida. Actualmente, se ha delimitado bien, que son medios
proporcionados para la prolongación de la vida por parte de los médicos. Así es que se
entiende como medios ordinarios o proporcionados los "que están a la mano y no
imponen esfuerzos, sufrimientos o gastos mayores de los que las personas consideran
prudentes", para la conservación de la vida. (Roemer A. 2.12)
Lenin López
LA EUTANASIA Y LA RELIGIÓN
Para Jacovelli (2009), la eutanasia es “una grave violación de la Ley de Dios, en cuanto
eliminación deliberada y moralmente inaceptable de una persona humana. Esta doctrina
se fundamenta en la ley natural y en la Palabra de Dios escrita” (p.199) es transmitida
por la Tradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario y universal.
Semejante práctica conlleva, según las circunstancias, la malicia propia del suicidio o
del homicidio.
Ahora bien, Figari (2007) explica que “el suicidio es siempre moralmente inaceptable,
al igual que el homicidio. La tradición de la Iglesia siempre lo ha rechazado como
decisión gravemente mala, bajo el punto de vista objetivo, es un acto gravemente
inmoral, porque comporta el rechazo del amor a sí mismo y la renuncia a los deberes de
justicia y de caridad para con el prójimo, para con las distintas comunidades de las que
se forma parte y para la sociedad en general” (p. 17). En su realidad más profunda,
constituye un rechazo de la soberanía absoluta de Dios sobre la vida y sobre la muerte.
Fuente:
Jacovelli, F. (2009). Temas de Religión. Chile. Editorial Andrés Bello.
Figari, C. (2007). Ciencia y religión. Argentina. Editorial Encuentro
CONCLUSIONES
Tania Piarpuezán
Luego de la participación de los debatientes y analizar los puntos de vista tanto de los
defensores como de sus detractores, la parte a favor ha presentado argumentos más
concisos y bien fundamentados, sin embargo, la Eutanasia no es un tema que se deba
tomar a la ligera, en el hipotético caso que se deba crear una ley sobre la Eutanasia en el
Ecuador, ésta deberá considerar la autonomía del paciente y sus derechos
fundamentales, estableciendo que la petición de muerte sea otorgada bajo las
exigencias de un precepto legal sobre el estado del enfermo, esto es, que padezca una
enfermedad grave que le conduzca necesariamente a su muerte o que produjera graves
padecimientos permanentes y difíciles de soportar, 1 respetando la decisión del paciente
si éste está consciente, caso contrario serán sus familiares más cercanos quienes sean
encargados de tomar la decisión tomando en cuenta los principios éticos, sociales e
incluso económicos, garantizando en estos casos el derecho a una buena calidad de vida
y también una muerte digna. 2 aunque deberá tener ciertas limitaciones y evitar
reconocer un derecho a disponer de la vida no sólo a los enfermos sino a cualquier
persona que quiera morir. 4
Fuente:
7. Alonso, M. (2008). Sobre Eutanasia y Derechos Fundamentales. Recuperado de
http://criminet.ugr.es/recpc/10/recpc10-r3.pdf
8. Batista R, Schramm F. (2005). Conversaciones sobre: el debate bioético acerca
da eutanasia. Salud Pública. Recuperado el 25 de 11 de 2017, de
http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1135-
57272012000100002
Marco Vargas