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Marco normativo de derechos humanos

Los valores de libertad y respeto por los derechos humanos y el principio de celebrar elecciones
periódicas y genuinas mediante el sufragio universal son elementos esenciales de la democracia.
A su vez, la democracia proporciona el medio natural para la protección y la realización efectiva
de los derechos humanos. Esos valores se han incorporado en la Declaración Universal de
Derechos Humanos y han sido elaborados aún más en el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos que consagra una multitud de derechos políticos y libertades civiles en que se
basan las democracias significativas.

El nexo entre democracia y derechos humanos figura en el artículo 21(3) de la Declaración


Universal de Derechos Humanos, que establece:

Un mujer deposita su voto en las elecciones


parlamentarias de Timor-Leste, julio de 2012.
Foto de la ONU.
«La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se expresará
mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse periódicamente, por sufragio universal
e igual y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto».

Los derechos consagrados en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y


Culturales y en instrumentos de derechos humanos posteriores que abarcan los derechos de los
grupos (por ejemplo, los pueblos indígenas, las minorías, las personas con discapacidades) son
igualmente esenciales para la democracia habida cuenta de que garantizan la inclusión de todos
los grupos, incluyendo la igualdad y equidad con respecto al acceso a los derechos civiles y
políticos.

Durante muchos años la Asamblea General de las Naciones Unidas y la ex Comisión de


Derechos Humanos trataron de valerse de los instrumentos internacionales de derechos
humanos para promover una comprensión común de los principios, las normas, y los valores que
constituyen la base de la democracia, con miras a orientar a los Estados Miembros para la
formación de tradiciones e instituciones democráticas internas; y atender sus compromisos en
cuanto a derechos humanos, democracia y desarrollo

Ello llevó a articular varias resoluciones de la ex Comisión de Derechos Humanos que han
constituido un hito.

En 2000, la Comisión recomendó una serie de importantes medidas legislativas, institucionales


y prácticas para consolidar la democracia (resolución 2000/47); y en 2002, la Comisión declaró
lo siguiente como elementos esenciales de la democracia:i
Partidarios de la Organización Popular del África
Sudoccidental, exigiendo que las Naciones Unidas
supervise las elecciones en una reunión en
Windhoek, Namibia (1978). Foto de la ONU.
 Respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales
 Libertad de asociación
 Libertad de expresión y de opinión
 Acceso al poder y su ejercicio de conformidad con el imperio de la ley
 La celebración de elecciones periódicas, libres y justas por sufragio universal y por voto
secreto como expresión de la voluntad de la población
 Un sistema pluralista de partidos y organizaciones políticas
 La separación de poderes
 La independencia del poder judicial
 La transparencia y la responsabilidad en la administración pública
 Medios de información libres, independientes y pluralistas.

Mejorar las carencias democráticas


Los déficits de la democracia, las instituciones débiles y los liderazgos pobres son algunos de
los principales problemas para la realización eficaz de los derechos humanos. La Oficina del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y el Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) tratan de abordar esos problemas mediante sus
servicios consultivos y su programa de cooperación técnica, que se centran en el fortalecimiento
del marco jurídico para la protección de los derechos humanos (reforma institucional y jurídica);
el establecimiento de capacidades que habiliten a los segmentos vulnerables y en situación
desventajosa de la sociedad; y la promoción de la conciencia y educación en derechos humanos.

Promoción de la gobernanza democrática


La Oficina sigue promoviendo la gobernanza democrática al suministrar apoyo continuo a
instituciones democráticas, entre ellas entidades e instituciones nacionales involucradas en la
administración de la justicia, al mejorar la capacidad de los parlamentarios de participar en la
protección de los derechos humanos, al apoyar a la sociedad civil y al facilitar los procesos de
desarrollo electoral y constitucional.

Apoyo a democracias en transición


En las democracias en transición y en los países que salen de situaciones de conflicto, la Oficina
del Alto Comisionado colabora con los gobiernos y otras entidades nacionales para enfrentarse
al pasado a fin de restablecer la confianza del público, y restaurar la paz y el imperio de la ley.
La Oficina del Alto Comisionado se ha concentrado en combatir la impunidad, y ha apoyado
activamente programas de justicia transicional en más de 20 países en todo el mundo durante la
década pasada. Su apoyo incluye garantizar que factores de derechos humanos y justicia
transicional se reflejen en acuerdos de paz; participar en el diseño e implementación de consultas
nacionales globales sobre mecanismos de justicia transicional; apoyar el establecimiento de
procesos para descubrir la verdad, mecanismos de responsabilidad judicial, y programas de
reparaciones; y mejorar la reforma institucional.

Orientación de los esfuerzos nacionales y regionales


En dos seminarios de expertos organizados por la Oficina del Alto Comisionado en 2002 y 2005
se aclararon los principales problemas que se oponen a la democracia, los derechos humanos y
el imperio de la ley incluidos:

Unas personas muestran sus tarjetas de registro


durante un referéndum en Goma, República
Democrática del Congo.
 La profundización de la pobreza
 Amenazas a la seguridad humana
 La violación de los derechos individuales y los impedimentos para el disfrute de las
libertades fundamentales
 Las erosiones del imperio de la ley en contextos tales como la lucha contra el terrorismo
 La ocupación ilegal con uso de la fuerza
 El aumento de los conflictos armados
 El acceso desigual a la justicia por parte de los grupos en situación desventajosa
 La impunidad
Los informes de esos seminariosii constituyen unaguía para elaborar marcos y estrategias
nacionales y regionales para la realización de la democracia como concepto holístico basado en
una estricta adhesión a los derechos humanos y los principios del imperio de la ley.

Además, la Oficina del Alto Comisionado ha publicado una compilacióniii de documentos y textos
pertinentes que sirve como referencia e instrumento analítico para la preparación de la
constitución, la revisión/redacción de legislaciones y estrategias nacionales para consolidar los
derechos humanos y las bases democráticas.

La Oficina del Alto Comisionado participa con otras partes del sistema de las Naciones Unidas
en la elaboración de un enfoque coherente a nivel de todo el sistema en lo que respecta a la
democracia y la asistencia constitucional. También trata de asociarse con organizaciones
intergubernamentales que promueven la democracia tales como l’Organisation Internationale de
la Francophonie, la Unión Interparlamentaria, la Organización para la Seguridad y la Cooperación
en Europa y organizaciones intergubernamentales regionales. La Oficina también proporciona
apoyo dedicado al Fondo de las Naciones Unidas para la Democracia , sirviendo de asesora
para el necesario proceso de adopción de decisiones sobre criterios para financiar el programa
y propuestas de proyectos.
El concepto de derechos humanos es una construcción social, política, histórica, y geográfica, inclusive,
ya que su definición esta intrínsecamente ligada y trastoca todos los elementos que coexistencialmente
confluyen y subyacen dentro de un núcleo social, esto es: las condiciones sociales bajo las cuales vive
esa comunidad, como está organizada políticamente, cuáles son sus orígenes y costumbres y en donde
se ubica, como viven, sus necesidades y mucho mas, se dice que existirá mayor tutela efectiva
y respeto a los derechos humanos tanto que determinamos la evolución social, histórica y política de una
comunidad. Los derechos humanos son universalísimos por excelencia, existen tanto existan seres
humanos en virtud de la dignidad que estos poseen y merecen por el solo hecho de serlo, pero es
importante destacar que existen ciertos factores, elementos o condiciones necesarias para que se
concrete positivamente el desarrollo evolutivo, defensa, protección y tutelabilidad efectiva de ellos.
Uno de esas condiciones necesarias para el reconocimiento, defensa y protección de los derechos
humanos es el régimen político imperante socialmente en un territorio determinado, para entenderlo
mejor, cabe recordar el tema de la libertad ante la necesidad y la libertad ante el miedo. Recordemos que
uno de los pilares, y porque no decirlo la naturaleza de la existencia misma de estos derechos, se debe a
la limitación que debía y debe existir para con el poder que ha sido otorgado a los administradores
del estado, para que en ejercicio del mismo se garantizara a los particulares ciertos derechos
fundamentales o esenciales: el respeto a la dignidad humana, a la libertad, igualdad, la vida, el libre
tránsito, la salud, la educación, etc., pero esto solo se podría dar si dentro de un estado existe un régimen
político y social que reconozca abiertamente y defienda en condiciones cónsonas estos derechos, ya que
muy difícilmente se podría favorecer el respeto a los derechos esenciales si se desarrolla dentro de
territorio determinado un régimen autocrático, autoritarista o absolutista, como por ejemplo
una monarquía antigua o una dictadura instituida de hecho o simuladamente, ya que el mismo no
tendría límites legales más que su mera voluntad, de hecho es lo que sucedía antes de desatarse las
revoluciones de hace dos siglos: la norteamericana, la francesa y la latinoamericana (escenificada en el
siglo XIX aun cuando existen vestigios anteriores a esta fecha), las cuales pretendieron el reconocimiento
de que el poder soberano lo poseía el pueblo, dando así origen a nuevas formas o sistemas de gobiernos,
que ese soberano tenia derechos y libertades que merecían protección, y que el estado debía tener
límites legales o constitucionales, naciendo así el concepto de Estado de Derecho moderno o
constitucionalismo moderno, produciéndose a la par de estos hechos la progresiva institucionalización de
mecanismos nacionales de protección de derechos humanos mediante su efectiva constitucionalización.
"El Estado democrático de derecho es quizás el producto más acabado del constitucionalismo moderno",
e indudablemente ha sido ápice fundamental en cuanto al reconocimiento y defensa de los derechos
humanos de los ciudadanos[1]la democracia es un régimen político destinado a asegurar el gobierno del
pueblo, cuya voluntad debe expresarse siempre mediante mecanismos que garanticen al pueblo,
configurado en los ciudadanos, el derecho a la participar en la gestión de los asuntos públicos, conforme
a los principios de igualdad, libertad, pluralismo y tolerancia. Esa expresión de voluntad puede
manifestarse directamente por el pueblo, mediante instrumentos de democracia directa; y además, en el
mundo contemporáneo, siempre, mediante la elección de representantes, dando origen a la democracia
representativa. Los gobernantes representantes, en ella, siempre tienen que estar sometidos tanto
al control del propio pueblo y de sus organizaciones políticas y sociales, como al control por parte de los
diversos poderes públicos, asegurando un balance entre ellos.[2]
La democracia no se constituye únicamente en la facultad que tiene el pueblo de elegir a sus gobernantes
y el la posibilidad de los ciudadanos de participar activamente en la políticas públicas que diseñen los
gobernantes, es mucho más que eso, implica que para hablar verdaderamente de un estado democrático
deben confluir por lo menos cuatro principios cruciales: el principio de la limitación y control del poder, que
es la base del estado de derecho con el objeto de garantizar los derechos esenciales y la democracia
misma, en segundo lugar el reconocimiento de que la legitimidad popular reside intransferiblemente en el
pueblo quien podrá ejercerla de manera directa o indirectamente y el estado debe promover la
participación efectiva de los ciudadanos, en tercer lugar el principio de la legalidad, mediante la cual todas
las actuaciones del estado deben estar apegadas a la constitución y a las demás leyes formuladas
válidamente y como cuarto principio y no menos importante esta la declarativa de los derechos humanos
y su garantía mediante el constitucionalismo de los mismos, ello va desde el reconocimiento de la
existencia de los mismos, la defensa, protección, y los distintos procesos que han atravesado como la
universalización y ampliación progresiva, la constitucionalización e internacionalización, el fortalecimiento
de los organismos y acciones judiciales[3]Pero quizás el aspecto más importante que encierra es el de la
necesaria consolidación de los elementos de la democracia representativa como condición indispensable
para el funcionamiento de los mecanismos nacionales de protección de los derechos humanos, ya que
difícilmente bajo un sistema absolutista sería imposible navegar bajo el umbral de la libertad, la igualdad,
el principio de la legalidad y por ende el respeto a los derechos fundamentales.

Leer más: http://www.monografias.com/trabajos71/derechos-humanos-democracia/derechos-humanos-


democracia.shtml#ixzz3gme4eEHD

La Carta Democrática Interamericana adoptada por la Organización de los Estados Americanos en


septiembre de 2001, establece que la democracia deberá tener los siguientes elementos esenciales: 1)
el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; 2) el acceso al poder y su ejercicio con
sujeción al Estado de derecho; 3) la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en
el sufragio universal y secreto, como expresión de la soberanía del pueblo; 4) el régimen plural de
partidos y organizaciones políticas y 5) la separación e independencia de los poderes públicos (art. 3),
con lo que evidentemente se ratifica que el reconocimiento, respeto y defensa de los derechos
humanos son una condición esencial de todo sistema que se considere verdaderamente democrático, el
cual debe propiciar su defensa sin más restricciones que las establecidas legalmente por razones de
orden público y de convivencia, a la vez que los derechos humanos se constituyen para el sistema
democrático en uno de sus pilares fundamentales.
Pero estos elementos esenciales de la democracia, además, se complementan con otros componentes
fundamentales de su ejercicio, que también enumera la misma Carta Democrática Interamericana, y que
son 1) la transparencia de las actividades gubernamentales; 2) la probidad y la responsabilidad de los
gobiernos en la gestión pública; 3) el respeto de los derechos sociales; 4) el respeto de la libertad de
expresión y deprensa; 5) la subordinación constitucional de todas las instituciones del Estado a
la autoridad civil legalmente constituida y 6) el respeto al Estado de derecho de todas las entidades y
sectores de la sociedad (art. 4), que no son más que derechos considerados esenciales para un ser
humano, fundamentados en el principio y valor supremo de libertad.
Es imprescindible señalar que el proceso de fortalecimiento de los mecanismos y defensas para la
protección de los derechos humanos además de constituir indudablemente la voluntad del soberano, del
pueblo, es una obligación internacional de los estados parte de la OEA., y quienes han suscrito las
distintas convenciones, pactos o demás instrumentos internacionales emanados al respecto.
La posibilidad efectiva de la defensa y protección de los derechos humanos y de los mecanismos de
protección establecidos legalmente en una sociedad dependen de que tan fortalecido este el sistema
democrático dentro de la nación. Tal como lo establece el artículo 7 de la Carta democrática
Interamericana, cuando menciona que es indispensable la democracia para el ejercicio efectivo de las
libertades fundamentales y los derechos humanos, en su carácter universal, indivisible e independiente,
consagrado en las respectivas constituciones de los estados y en los instrumentos interamericanos e
internacionales de derechos humanos. No podríamos concebir una protección efectiva y real de los
derechos humanos bajo un sistema democrático absolutista, autocrático y autoritario, ya que es necesario
que confluya bajo un sistema en donde la libertad, el pluralismo, la igualdad, la dignidad y
la tolerancia sean posibles, y esto es así o por lo menos se acerca solo bajo el sistema democrático.
No existe democracia donde no haya una verdadera garantía de los derechos humanos, y estos no
podrán ser efectivamente garantizados sino bajo un régimen democrático, ambos elementos se
sustentan, se complementan esencialmente para ser lo que son, una esperanza al camino de una
sociedad justa, equilibrada en donde seamos todos considerados iguales, en donde se derrumben las
barreras de las diferencias, de las desigualdades, sociales, políticas, económicas y culturales.

Leer más: http://www.monografias.com/trabajos71/derechos-humanos-democracia/derechos-humanos-


democracia2.shtml#ixzz3gmeBL8HC

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