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estudios sociales del noa / nueva serie, nº 11, 2011:83-100

El Pucara de Perchel (Dpto. Tilcara, Jujuy): arquitectura


e interacción humana en un sitio tardío de
la Quebrada de Humahuaca

Agustina Scaro1

Resumen
En este trabajo se analiza la arquitectura y configuración espacial del sitio Pucara de Perchel con
el objetivo de avanzar en la comprensión de la interacción entre los habitantes del sitio y su experien-
cia del espacio. El Pucara de Perchel es un sitio de 2.921 m2 de superficie, ubicado en el Angosto de
Perchel (Quebrada de Humahuaca, Jujuy, Argentina). Éste habría sido ocupado con mayor intensi-
dad durante los períodos de Desarrollos Regionales e Inca. Para comprender la experiencia del espacio
se analizó la exposición visual y auditiva de los distintos sectores del sitio y la presencia y disposición
de áreas de congregación. El análisis realizado en el Pucara permitió establecer la presencia de espacios
semi-privados, semi-públicos y públicos. Se propone que estos últimos estarían relacionados con
prácticas rituales que se habrían desarrollado en distintos momentos de la ocupación del sitio.

Palabras clave: Quebrada de Humahuaca - Pucara de Perchel - arquitectura - espacios públicos y


privados - prácticas rituales

Abstract
In this paper the architecture and spatial configuration of Pucara de Perchel site are analyzed and
hypothesis about the interaction among the site’s inhabitants and their experience of space are stated.
Perchel has a surface of 2.921 m2 and it is located in Angosto de Perchel (Quebrada de Humahuaca,
Jujuy, Argentina). The occupation of this site was most important during the Regional Develop-
ments (Late Intermediate) and Inca periods. Visual and hearing exposition of different sectors on the
site and the presence and disposition of areas of congregation were analyzed in order to understand
the experience of space. The analysis permitted to establish the presence of semi-private, semi-public
and public spaces. Public spaces would be related to ritual practices carried out in the site.

Keywords: Quebrada de Humahuaca - Pucara de Perchel - Architecture - public and private spaces
- ritual practices

1
CONICET. Instituto de Geología y Minería, Universidad Nacional de Jujuy. Av. Bolivia 1661.
4600 San Salvador de Jujuy.
agustina.scaro@gmail.com

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Agustina Scaro

Introducción tintos momentos de la ocupación del sitio.

En los últimos años ha comenzado a Perspectiva metodológica


considerarse que la organización espacial y
el diseño arquitectónico presentes en los si- En relación con el objetivo e hipótesis
tios arqueológicos jugarían un rol activo en planteados, se consideró un enfoque
la reproducción del orden social; la arqui- fenomenológico, el cual resulta adecuado para
tectura sería entonces un espacio social cons- entender el encuentro, la experiencia y la
truido culturalmente al que se le confiere comprensión humana de la materialidad. De
significado simbólico (Moore 1996; Maña- acuerdo con Tilley (2004), y siguiendo a
na Barrazas et al. 2002; Vega Centeno Merleau-Ponty (1962), la Fenomenología
2010). Sin embargo, la organización espa- intenta revelar el mundo, al que se considera
cial no se limita únicamente al sitio, ya que como externo y preexistente, de la manera
éste está inserto en un conjunto mayor de en que es realmente experimentado por los
relaciones espaciales que se extienden más sujetos. Esta experimentación del mundo y
allá de sus límites (Fowles 2009). Desde esta su percepción es posible gracias a la existencia
perspectiva y como lo proponen Criado material del cuerpo humano en él. Desde este
Boado (1999) y Anschuetz et al. (2001), el enfoque, la percepción constituye la relación
paisaje es una construcción dinámica, un dialéctica y reversible entre la conciencia
producto socio-cultural al que las poblacio- corporeizada (embodied consciousness) y el
nes llenan de contenido por medio de sus mundo, por lo que necesariamente debe ser
creencias y actividades diarias. entendida en términos del cuerpo. La
Siguiendo los supuestos teóricos presen- percepción en este sentido es pre-reflexiva e
tados, este trabajo tiene como objetivo en- inherentemente sinestésica: considera que los
tender la organización espacial del Pucara elementos no son inertes sino sujetos
de Perchel (Quebrada de Humahuaca, Jujuy, expresivos de la propia experiencia que nacen
Argentina) en distintos momentos de su ocu- de la participación multi-sensorial en el
pación. Asimismo, se pretende avanzar en mundo (Tilley op cit.).
la comprensión de la manera en que los ha- El análisis del diseño arquitectónico
bitantes del Pucara habrían percibido ese debería incluir tanto el arreglo de las estruc-
espacio (Scaro 2009). Para cumplir estos ob- turas en el espacio como la experiencia sen-
jetivos se tuvieron en cuenta las caracterís- sorial y perceptiva que cada estructura es-
ticas constructivas de distintos sectores en pacial produce. Ambos aspectos se vincu-
el sitio; también se integró una propuesta lan, ya que la arquitectura generaría estí-
metodológica fenomenológica al análisis, mulos de comportamiento en los habitantes
considerada útil para comprender la mane- al establecer barreras artificiales, regulando
ra en que se percibía y experimentaba el la interacción cotidiana y transmitiendo in-
espacio. En relación con el objetivo plan- formación sobre las estructuras simbólicas
teado se propone como hipótesis de trabajo y el estatus de las unidades domésticas (Blan-
que en el Pucara de Perchel existían distin- ton 1994; Vega Centeno 2010). De acuer-
tos sectores constructivos que poseían dife- do con lo propuesto por Albeck y Zaburlín
rentes grados de exposición. Entre estos sec- (2007), la percepción del espacio que ten-
tores existían áreas públicas que se relacio- drían los habitantes estaría determinada por
naban con ceremonias desarrolladas en dis- la exposición visual y auditiva de distintas

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áreas constructivas, así como por la presen- Con respecto a la presencia y distribución
cia y disposición de áreas de tránsito y con- de áreas de tránsito y congregación, en Per-
gregación. Estos elementos permitirían iden- chel sólo se analizaron las áreas de congre-
tificar posibles espacios públicos y privados. gación, consideradas como espacios que per-
Las autoras definen un «espacio públi- mitirían la reunión de una gran cantidad de
co» como un área con alta exposición vi- gente. No se detectaron áreas de tránsito,
sual-auditiva y con grandes espacios de con- por lo que sólo se incluyó en el análisis el
gregación (plazas de grandes dimensiones) acceso al sitio.
que poseen acceso no restringido (áreas de
tránsito que articulen distintos sectores del El fenómeno de los pucara en el
sitio, permitiendo una fácil circulación y ámbito surandino
acceso); en estos espacios se reunirían los
habitantes del sitio y tal vez de otros cerca- El Pucara de Perchel forma parte del
nos. Un «espacio semi-público» tendría una fenómeno de los pucara en el ámbito suran-
menor capacidad de congregación (espacios dino, que se habría desarrollado durante el
abiertos de menores dimensiones) y tam- Período de Desarrollos Regionales (ca. 1000
bién una menor visibilidad; este tipo de es- d.C.-1430/1480 d.C.), momento entre la
pacio es también público aunque es menos caída de Tiwanaku y Wari y la expansión del
concurrido. Los «espacios semi-privados» Imperio Incaico. Diversos autores (Schiap-
están muy poco expuestos a otros sectores pacasse et al. 1989; Tarragó 2000; Arkush
del sitio por lo que la interacción se limita- 2009; Nielsen 2001) caracterizan a este pe-
ría a los habitantes más próximos. ríodo como un momento de profundos cam-
El trabajo presentado se elaboró en base bios y nuevos procesos, como el aumento
a las estructuras que se observan en superfi- demográfico, la fragmentación política, la
cie actualmente ya que no fue posible reali- integración de sitios a nivel supracomuni-
zar excavaciones en el sitio2. La arquitectu- tario, el uso de tecnologías más avanzadas y
ra se analizó en base a los lineamientos pre- la intensificación en el manejo de recursos
sentados. En relación con la exposición vi- naturales por medio de la irrigación, la ex-
sual, se tuvo en cuenta la visibilidad hacia y plotación ganadera intensiva y el control de
desde los distintos sectores constructivos del diversos pisos ecológicos.
Pucara y también las maneras de poner en La fragmentación en la organización
relevancia visual las construcciones, para lo política de las sociedades del período ha-
cual en Perchel se aprovechó la topografía. bría estimulado el surgimiento de nuevos
La exposición auditiva fue analizada en base grupos que buscaban diferenciarse de ma-
a observaciones realizadas en el campo por nera consciente los unos de los otros me-
grupos ubicados en los distintos sectores. diante la variación formal de la cultura ma-
terial. Esta situación habría llevado al surgi-
2
No se realizaron excavaciones sistemáticas en el miento de «estilos emblemáticos» (Ortiz y
sitio debido a la negativa de la comunidad abori- Delgado 2002) que transmitirían mensajes
gen de reciente creación «Angosto de Perchel».
sobre una identidad particular.
Este grupo es un desprendimiento de la comuni-
dad aborigen «Villa El Perchel», con la que se En el interior de estos grupos que bus-
venía trabajando desde el año 2007. En razón de carían diferenciarse conscientemente los
ello, la investigación debió restringirse a los estu- unos de los otros se integrarían diversos si-
dios de superficie. tios a un nivel supracomunitario, entre los

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cuales se establecerían relaciones de distin- dos como pucara, han sido caracterizados
to tipo. En este sentido, no se trataría de por diversos investigadores (Ottonello y
unidades políticas a modo de bloque e in- Lorandi 1987; Albeck y Ruiz 1995-1996;
ternamente homogéneos, sino de grupos or- Tarragó 2000; Nielsen 2002) como sitios
ganizados de manera segmentaria, en los que residenciales de densa edificación que ten-
interaccionarían subgrupos que manten- drían propiedades defensivas, reflejadas en
drían su identidad y autonomía relativa (Mu- una ubicación elevada que les ofrece pro-
rra 1975; Martínez 1989; Arkush 2009; Platt tección natural, difícil acceso y gran visibi-
2010). Esta interacción se realizaría en el lidad de su entorno.
marco de relaciones de igualdad y de jerar- El carácter defensivo de este tipo de
quía que constituirían una red dinámica asentamientos es una de sus singularidades
entre los subgrupos mencionados y genera- principales. En este sentido, es su ubicación
rían espacios interdigitados. en lugares elevados la que provee esta ca-
Los procesos sociales que tuvieron lu- racterística, ya que dificulta en gran medi-
gar en el Período de Desarrollos Regionales da el acceso al asentamiento (dificultad en
habrían estado enmarcados en situaciones ocasiones aumentada por la presencia de
de conflicto y fragmentación que se refleja- murallas defensivas en los flancos más vul-
rían en cambios en el patrón de asentamien- nerables) y permite el control visual del área,
to, ubicando los sitios en lugares más de- particularidades ventajosas a la hora de un
fensivos, y también testimoniada por las conflicto. La ubicación estratégica de estos
fuentes históricas que hacen referencia a un sitios se completa por estar asentados en
período anterior al de los Incas conocido lugares nodales en los caminos naturales,
como el de los Auca Runa (Guamán Poma tales como la confluencia de quebradas o
de Ayala [1615] 2006:63), los hombres gue- los angostos. Ottonello y Lorandi (1987) han
rreros. De acuerdo con lo observado por señalado que el énfasis en la defensa y en la
distintos autores (Schiappacasse et al. 1989; ubicación estratégica de estos asentamien-
Torres-Rouff et al. 2005; Arkush 2008; tos significó un alejamiento de las zonas de
Nielsen 2001), este estado de conflicto de cultivo, a pesar de llevar sus pobladores una
naturaleza endémica se extendería a lo largo vida esencialmente agraria.
de los Andes Sur-Centrales, existiendo evi- Aunque la principal función de los puca-
dencias de violencia desde por lo menos el ra haya sido la defensiva, existen otros dos
norte del Perú hasta el noroeste argentino y roles que deben ser tenidos en cuenta (Al-
el norte de Chile. Una situación tan inesta- beck y Ruiz 1995-1996). El primero de ellos
ble de conflictos y alianzas cambiantes no estaría relacionado con el control de redes
parece haber implicado un freno al inter- de intercambio, las cuales en momentos
cambio (Albeck y Ruiz 1995-1996; Tarragó previos habrían estado bajo el dominio di-
2000). El tráfico a corta y larga distancia recto o indirecto de Tiwanaku. Durante el
articulaba los Andes Meridionales y los po- Período de Desarrollos Regionales las redes
blados fortificados habrían jugado un rol de de intercambio pasarían a ser controladas
importancia como puertos de intercambio por grupos menores y dentro de ellas, los
en estos nuevos circuitos. pucara tendrían un rol preponderante como
Los poblados fortificados que habrían nodos. Un tercer rol estaría vinculado con
surgido en el Período de Desarrollos Regio- el significado simbólico de algunos hitos vi-
nales en el área andina meridional, conoci- suales del paisaje, siendo un factor que pudo

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haber influenciado en la elección de ciertos la contigüidad de diversos entornos ambien-


lugares para el asentamiento, por ejemplo tales (Reboratti 2003).
teniendo en cuenta cerros sagrados. La variedad natural presente en la Que-
brada permite distinguir tres sectores; el Pu-
El Pucara de Perchel: diseño cara de Perchel (Fig. 1) se sitúa en su sector
arquitectónico y uso del espacio central (Dpto. Tilcara), que se extiende des-
de el Arroyo del Medio y hasta el Angosto
La Quebrada de Humahuaca es un pro- de Perchel (Reboratti op cit.). Esta zona pre-
fundo y estrecho valle de dirección norte- senta una altitud media de 2.770 msnm y
sur que se extiende a lo largo de 120 km en corresponde a la Provincia Fitogeográfica
el centro de la provincia. Se caracteriza por de Prepuna, caracterizada por una cobertu-
su gran heterogeneidad natural, generada ra vegetal escasa de comunidades xerofíticas
por la combinación de su ubicación subtro- compuestas por cactáceas columnares (Tri-
pical, la dinámica atmosférica general, una chocereus pasacana y Trichocereus tarijensis) y
compleja geología y la existencia de una im- rastreras (Opuntia), y especies arbóreo-ar-
portante masa montañosa, como así tam- bustivas espinosas, como el churqui (Prosopis
bién por su marcada pendiente que permite feroz) (Braun Wilke et al. 2001).

Figura 1. Ubicación de los sitios prehispánicos de la Quebrada de Humahuaca mencionados en el


texto.

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Agustina Scaro

Figura 2. Los sectores constructivos del Pucara de Perchel. El sector A está ubicado en la ladera sur del
espolón sur y no es visible en esta figura.

El sitio, de 2.921 m2 de superficie, se - AA88374, d13C = -23.3‰). Calibrado3


localiza a 2.700 msnm en la parte más ele- este fechado resultó en 1.260 - 1.285 cal DC.
vada de un morro en el Angosto de Perchel, (1 sigma) y 1.225 - 1.291 cal DC. (2 sigma).
sobre la margen occidental del río Grande, La arquitectura de Perchel se caracteri-
a 23º 29’ latitud sur y 65º 21’ longitud oes- za por presentar recintos de planta rectan-
te. El morro sobre el que está ubicado el gular de varios tamaños, aunque también se
Pucara corresponde a un sedimento de ero- observan unos pocos recintos circulares. La
sión antiguo (Solís y Ramírez 2008:440) y técnica constructiva corresponde a muros
presenta una altura de 100 m desde el fon- simples o dobles de bloques de tamaños va-
do de valle, sus laderas caen abruptamente riados, en general de cuarcita (materia pri-
hacia el norte y hacia el este. ma que aflora en la ladera norte del sitio),
La ocupación del Pucara se remonta por unidos con mortero. Sin embargo, las es-
lo menos a mediados del siglo XIII de acuer- tructuras observadas presentan una gran di-
do con lo establecido por el fechado sobre versidad ya que están distribuidas de mane-
carbón vegetal proveniente de un contexto ra muy irregular en el espacio y exhiben una
funerario (Scaro y Gheggi 2011), el mismo variabilidad importante en lo que respecta
dio la siguiente edad: 737 ± 29 A.P. (carbón a las técnicas constructivas y a los grados de
conservación en distintos sectores. La aso-
3
Para la calibración de este fechado se utilizó el ciación espacial de las estructuras arqueoló-
programa OxCal 4.1 de Ramsey (2010). gicas analizadas, así como las diferencias

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Figura 3. Hornacina en uno de


los recintos del sector B.

arquitectónicas observadas entre las estruc- tor A (visible desde la senda de acceso y
turas permitió distinguir nueve sectores (A emplazado en la ladera sur) que presenta dos
- I) dentro del Pucara (Fig. 2). tramos de muros dobles (probablemente de
Las construcciones relevadas en el sitio contención o perimetrales) y un muro de
se disponen en tres escalones altitudinales. contención de más de 50 m de largo, com-
El más alto está en la cima del cerro, un filo puesto por bloques dispuestos de manera
alargado donde se ubica la altura máxima: muy irregular y que no presentan sus caras
2.709 msnm, aquí se ubica el sector C (Fig. canteadas.
2). Allí la estructura predominante es una El sector B (Fig. 3) se compone de tres
plataforma circular prehispánica de 2,5 m recintos dispuestos en dirección noroeste:
de diámetro, delimitada por tramos de mu- dos recintos rectangulares adosados (de 4 x
ros simples, y rodeada por tramos de mu- 10 m y 6 x 9 m respectivamente) y un recin-
ros de contención. Sobre ella se ha cons- to circular de 5 m de diámetro. Todas estas
truido una apacheta actual, construida con estructuras tienen muros dobles construidos
bloques canteados, probablemente pertene- con bloques rectangulares bien canteados y
cientes a estructuras prehispánicas. Hacia de tamaños regulares, para ellos se utilizó
el noroeste de la plataforma se observa una cuarcita rosada. Cerca de las estructuras pre-
pequeña escalera de cuatro peldaños, con- hispánicas hay actualmente una cruz erigi-
formada por bloques con caras aplanadas. da en el año 2000 cerca de la cual se obser-
El segundo escalón altitudinal está en el van evidencias de rituales. El recinto más
espolón sur, a 2.698 msnm. Allí se ubica la cercano a la cruz presenta una hornacina de
menor cantidad de estructuras arqueológi- aproximadamente 0,30 m de lado, parcial-
cas aunque su conservación es buena. Ade- mente afectada por un derrumbe.
más, desde este espolón se accede al sitio y, El espolón norte se encuentra a 2.690
como se mencionó, probablemente también msnm. Es allí donde se observa la mayor
haya sido el acceso en tiempos prehispáni- densidad de construcciones, aunque el im-
cos. En el espolón sur se distinguen dos áreas portante declive de las laderas en este sec-
de edificación. En primer lugar está el sec- tor produjo movimiento de sedimentos que

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derrumbaron y enterraron los muros. Se dis- minados «torreones» por otros investigado-
criminaron seis sectores (D - I) que presen- res (Ruiz y Albeck 2006), sin embargo, de-
tan características diferentes. bido a la ausencia de excavaciones, desco-
El sector D (Fig. 2) corresponde a las nocemos su función concreta. Los recintos
primeras construcciones que se observan al circulares hallados en el occidente de Boli-
llegar desde el espolón sur y se compone de via y en el NOA resultaron ser silos o qollqa,
un recinto de planta rectangular y muros por lo que Hyslop (1990) señala que recin-
dobles, un muro simple que rodea al recin- tos de esta morfología son inusuales en la
to hacia el sur y hacia el este, dos muros arquitectura incaica y sólo habrían sido in-
dobles, y un largo muro de contención del troducidos en edificios muy importantes
cual sólo se ven tramos. La materia prima como un elemento de prestigio. En el sitio
utilizada en este sector es una mezcla de Potrero de Payogasta (Valle Calchaquí nor-
cuarcita y algunas areniscas y filitas; los blo- te), las excavaciones llevadas a cabo por
ques presentan sólo la cara externa un poco D’Altroy y colaboradores (2000) revelaron
canteada, por lo que las estructuras tienen que las dos estructuras circulares ubicadas
un aspecto irregular y no son tan homogé- en el borde sur de la plaza se relacionarían
neas como las observadas en el sector B. Al con la preparación de comida a gran escala,
final del muro simple que se une con uno vinculada con un consumo ceremonial de
de los grandes recintos del sector E hay tres alimentos durante las actividades desarro-
grandes rocas que se destacan debido a la lladas en el espacio público del sitio.
diferencia que presentan con los otros blo- El sector F se ubica al noroeste del sector
ques de muros. Se trata de grandes rocas E, aunque a menor altura (Fig. 2). Hacia el
redondeadas de cuarcita que miden 0,73, norte y el este está limitado por la ladera que
0,46 y 0,40 m respectivamente. es prácticamente vertical y cae a pique. Este
El sector E (Fig. 2) se caracteriza por la sector se caracteriza por una serie de plata-
presencia de tres grandes recintos rectangu- formas realizadas con altos muros de con-
lares (de más de 15 m de lado), una gran tención, ubicadas hacia el este, y por recin-
plaza y recintos circulares de tamaños va- tos de distintos tamaños en su gran mayoría
riables (entre 3,2 y 7,5 m de diámetro). Las de muros dobles. Los muros de contención
estructuras de este sector se caracterizan por de las plataformas presentan bloques de
tener muros dobles conformados por blo- cuarcita rosada de gran tamaño, cuyas ca-
ques bien canteados de cuarcita rosada en ras no están canteadas; además, parte de
todos los casos, indicando que existiría una estos muros corresponde a afloramientos de
intencionalidad en la selección y el tratamien- estas cuarcitas. La plataforma a mayor altu-
to del material de construcción. ra, asociada al último recinto del sector E,
Los recintos circulares tienen muros tiene una escalinata de cuatro pequeños pel-
dobles de bloques de cuarcita rosada que daños construida enteramente con bloques
presentan tamaños regulares y están cantea- de cuarcita rosada cuidadosamente canteados.
dos en su cara externa. Este trabajo de la Todos los recintos del sector F son de
piedra genera un lienzo de aspecto muy re- planta rectangular con ángulos rectos, aun-
gular. Las características constructivas de que se distinguen dos tipos de construccio-
estos recintos permiten asignarlos a momen- nes. Las primeras tienen muros dobles de
tos incaicos. bloques de cuarcita de tamaños regulares
Estos recintos circulares han sido deno- con caras bien canteadas; estas estructuras

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presentan paredes bastante regulares y de su conservación es en general bastante mala


color uniforme. El segundo tipo de cons- debido principalmente al gran derrumbe de
trucciones corresponde a recintos con mu- todo el sector. Estos muros han sido cons-
ros simples de los que sólo se distinguen truidos con bloques de tamaños muy irre-
algunas de sus paredes o ángulos, también gulares, en su mayoría se trata de bloques
de cuarcita aunque con bloques menos can- de cuarcita aunque se observan algunos de
teados. El primer tipo de estructura se ubi- arenisca y filita. Este sector se separa del
ca en la parte más cercana al precipicio (ha- anterior por una cárcava que transporta agua
cia el norte), y en la parte más alta del sec- sólo en la estación lluviosa y que dificulta el
tor junto a la primera plataforma y la esca- acceso, asimismo el tránsito por el área es
lera, mientras que el segundo tipo se ubica complicado debido a su abrupta pendiente.
en una altura intermedia.
La configuración espacial de los dos ti- Percepción y configuración espacial en
pos de recintos en este sector, así como las Perchel
diferencias en su conservación, permiten
pensar en posibles remodelaciones durante El análisis de la configuración espacial
momentos tardíos de la ocupación del Pu- de Perchel permitió distinguir sectores con
cara, probablemente coincidentes con la do- una exposición visual y auditiva diferencial.
minación incaica. Se distinguieron áreas de exposición visual
Hacia el occidente del Sector F y sobre alta, media y baja en relación con la visibi-
la ladera norte se encuentran los sectores G lidad que se tiene de ellas desde otros secto-
y H (Fig. 2). En estos sectores la arquitectu- res del sitio. Las áreas de exposición visual
ra es más irregular y mucho menos cuida- alta corresponden a las ubicadas en el sec-
da, se trata de estructuras de muros simples tor C en la cima (en donde se ubica la plata-
conformados por bloques de cuarcita, are- forma con una escalinata) y el sector E, en
nisca y filita de diversos tamaños, cuyas ca- la parte más alta del espolón norte (Fig. 4).
ras están naturalmente aplanadas o muy poco El sector C es visible desde ambos espolo-
canteadas. nes, a la vez que desde allí es posible obser-
El sector I (Figura 2) se ubica hacia el var lo que sucede en ellos. Por su parte des-
occidente del sector H y se compone de gran- de el espolón sur y el sector residencial ubi-
des muros de entre 0,70 y 2,10 m de altura; cado en la ladera norte del espolón norte

Figura 4. Alta visibilidad de los sectores C (en la cima) y E (espolón norte). a. El sector C visto desde
el sector E. b. Desde el sector C se observa la totalidad del espolón norte.

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Figura 5. Visibilidad del sector B (es-


polón sur) desde el espolón norte.
Figura 6. Diferencias en la exposición
auditiva en el Pucara de Perchel.

(sectores F, G, H, e I) es posible percibir lo sector desde la cima del sitio y desde el tra-
que sucede en el sector E. mo final de la senda de acceso, por lo que el
Con respecto a los sectores residencia- sector tendría una exposición visual baja.
les ubicados en la ladera norte (sectores F, Con respecto a la exposición auditiva
G, H e I), son visibles desde los sectores C (Fig. 6), nuevamente tienen una exposición
y E, por lo que tienen una exposición visual alta los sectores C y E. Lo que sucede en el
media. El sector B (Fig. 5) en el espolón sur sector C se puede escuchar de forma clara
no es visible desde el espolón norte debido desde el sector E, mientras que lo que es
a la distancia que los separa (130 m) y tam- dicho en este último se puede oír desde la
bién a la topografía; sólo es posible ver este ladera norte del espolón. Los sectores resi-

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denciales G, H e I tienen una exposición la cima del espolón norte y a escasos metros
auditiva media que en ciertos momentos del del sector residencial. Se trata de amplios
día se ve disminuida por el viento, que afecta espacios (de 1.200 m2 aproximadamente)
la audición de estos sectores en mayor me- probablemente relacionados con el sector C
dida que en el resto del sitio por su posi- (cima del sitio), donde se encuentra la pla-
ción en la ladera. El sector F, también resi- taforma circular. El sector C, como ya se
dencial, tiene una exposición auditiva baja dijo, es un espacio pequeño pero de alta
siendo muy difícil oír lo que allí sucede in- visibilidad, por lo que es probable que allí
cluso desde los sectores adyacentes, debido se reuniera un número limitado de perso-
a una mayor incidencia del viento en el sec- nas con el fin de realizar alguna actividad
tor por la curvatura de la ladera. El sector B (quizás ritual o festiva) que sería observada
en el espolón sur tiene una exposición auditiva por las personas reunidas en las áreas de
nula, debido a la distancia y la topografía. congregación.
En cuanto a las áreas de tránsito y con-
gregación, no se han observado senderos de Discusión: espacios públicos y privados
circulación interna formalizados, como los en el Pucara
que han sido registrados en otros sitios de
la Quebrada como el Pucara de Tilcara (Za- Las características de la configuración
burlín 2009), La Huerta (Palma 1998), Los espacial y de uso del espacio, presentes en
Amarillos (Nielsen y Walker 1999; Taboada el sitio, permiten inferir que la función de
2003), el Pucara de Juella (Nielsen et al. Perchel en el ámbito del sector central de la
2004) y el Pucara de Volcán (Garay de Fu- Quebrada de Humahuaca se vincularía con
magalli 1998). Esta ausencia reflejaría una la defensa de territorios y el control de re-
organización interna distinta de la de los si- des de intercambio. Estas últimas permiten
tios mencionados, o quizás particularidades considerarlo un pucara del Período de De-
en su historia ocupacional, ya que no es pro- sarrollos Regionales teniendo en cuenta los
bable que responda a procesos que afecten rasgos propuestos más arriba para estos asen-
la conservación de las sendas, pues no están tamientos, tanto en el Noroeste Argentino
presentes en ningún sector del sitio, aún en como en los Andes Sur-Centrales.
los de mejor conservación. El único elemen- Los relevamientos realizados en el te-
to que marca una similitud con alguno de rreno indican que Perchel fue un asenta-
aquellos son las tres grandes rocas redon- miento con un sector residencial restringi-
deadas de cuarcita halladas en el sector D, do, ubicado en la ladera norte del espolón
similares a los mojones que indican cami- norte (Fig. 2) e integrado por aproximada-
nos en el Pucara de Tilcara. mente 30 recintos rectangulares y cuadran-
El acceso al sitio es de relativa facilidad gulares. El hallazgo en superficie de morte-
en el espolón sur, sin embargo, en el espo- ros, vasitos hilanderos y desechos de talla
lón norte sólo es posible por una cárcava de obsidiana y sílex indicaría que los habi-
ubicada en la ladera norte (sector I). En este tantes llevarían a cabo actividades cotidia-
sector se ubican grandes muros de conten- nas en el sitio. Sin embargo, la ausencia de
ción que tal vez habrían servido para con- rasgos característicos de otros asentamien-
trolar el paso por este punto. tos del Período de Desarrollos Regionales
Las probables áreas de congregación han de la zona, tales como vías de tránsito for-
sido observadas en el sector E, ubicado en malizadas, concentración edilicia y grandes

estudios sociales del noa, n.s., nº 11, 2011 / 93


Agustina Scaro

basureros monticulares, indicaría que la fun- de Purmamarca al sur hasta el Angosto del
ción de Perchel difería de la de los poblados Tumi al norte.
conglomerados como el Pucara de Tilcara, Perchel, en tanto un sitio estratégico ubi-
Los Amarillos, La Huerta o aún el Pucara cado en el límite septentrional del territorio
de Volcán. tilcareño, habría contribuido a la protección
Asimismo, la ubicación estratégica de del asentamiento de mayor jerarquía, el Pu-
Perchel en lo alto de un angosto es un ele- cara de Tilcara, y a sus territorios, de posi-
mento fundamental para considerarlo un pu- bles ataques. En este sentido, es relevante el
cara. Este emplazamiento posibilita el con- difícil acceso al sitio desde el norte y la co-
trol del paso por el río Grande, a la vez que municación visual directa que existe con el
brinda dominio visual de una gran distan- Pucara de Tilcara. Asimismo, su carácter es-
cia: hacia el norte se alcanza a observar Cam- tratégico estaría vinculado con la articulación
po Morado, junto al actual pueblo de Hua- de grupos diferentes y de sus territorios.
calera, ubicados a 6 km, mientras que ha- La ausencia de elementos observados en
cia el sur se distingue claramente el pueblo otros pucara de los Andes Meridionales ta-
de Tilcara y su Pucara, distantes 11 km des- les como troneras, parapetos, anchas mura-
de Perchel. El acceso por la ladera norte es llas con múltiples puertas o acopios de pie-
difícil, a la vez que imposible por las lade- dra (Arkush 2008) señalaría que no habría
ras este y oeste. El ingreso a Perchel queda- habido necesidad de reforzar de manera
ría restringido a la ladera sur, donde se ubi- permanente las defensas naturales de Perchel.
ca el sendero actual y donde, probablemen- Desde esta perspectiva, el rol del Pucara
te, se habría ubicado el camino de acceso estaría más relacionado con la vigilancia y
en tiempos prehispánicos. la articulación de territorios, destacándose
El emplazamiento de Perchel, al igual el control del tráfico por las rutas de inter-
que en otros sitios del Período de Desarro- cambio ya que desde este lugar se vigilaría
llos Regionales de la Quebrada, está alejado la circulación a lo largo del río Grande des-
de las áreas de explotación agrícola, ya que de Campo Morado hasta el Pucara de Til-
en el fondo de valle la superficie adecuada cara. En cuanto a esto último, el tráfico a
para la agricultura es escasa debido al estre- corta y larga distancia articulaba los Andes
chamiento en el punto donde se ubica el Meridionales a pesar de la situación inesta-
sitio. Se registró un sector agrícola a aproxi- ble de conflictos cambiantes que habría rei-
madamente 3 km al este del asentamiento. nado durante el Período de Desarrollos Re-
Es probable que este espacio haya sido uti- gionales (Tarragó 2000; Albeck y Ruiz 1995-
lizado por la población de Perchel y de otros 1996). Dentro de estos circuitos, los pobla-
asentamientos próximos. dos fortificados, tales como Perchel, habrían
La capacidad defensiva del Pucara co- jugado un rol fundamental en tanto puertos
bra relevancia al considerarla en relación con de intercambio.
la hipótesis propuesta por Sánchez y Sica La relevancia del Pucara en la defensa
(Sica y Sánchez 1991, Sánchez 1996). Se- de territorios se mantuvo a lo largo del tiem-
gún las autoras y de acuerdo con lo expresa- po. El Angosto de Perchel o Angosto de
do en documentos del siglo XVII, el Angos- Huacalera, como aparece en algunas fuen-
to de Perchel (antiguamente Asiento del Tu- tes, fue escenario de por lo menos cuatro
mi) señalaba el límite norte del territorio po- acontecimientos durante las Guerras de la
lítico de los Tilcaras que se extendería des- Independencia que azotaron a la Quebrada

94 /
El Pucara de Perchel: arquitectura e interacción humana

Figura 7. Reconstrucción en 3D del Pucara de Perchel en la que se señalan los espacios públicos, semi-
públicos y semi-privados.

a lo largo de quince años (Bidondo 1976; El sector B se ubica en el espolón sur, a 130
Carrizo 1989; Conti 2009). Estos aconteci- m de la zona más densamente edificada,
mientos refuerzan el rol planteado para el ubicación que permitiría que las activida-
Pucara de Perchel. des realizadas en este sector queden poco
Por otra parte, a partir del análisis de la expuestas a los otros habitantes del sitio. El
arquitectura y de la percepción visual y sector F se ubica en la ladera norte del es-
auditiva que se tiene de los distintos espa- polón norte, donde están los espacios semi-
cios en el Pucara de Perchel, fue posible públicos, sin embargo, la curvatura de la
distinguir áreas en las que los grados de ac- ladera en este sector le brinda una mayor
ceso y privacidad varían, permitiendo dife- privacidad, ya que desde el resto de la lade-
renciar espacios públicos, semi-públicos y ra norte no se puede escuchar lo que es di-
semi-privados (Fig. 7). cho en F. Los atributos incaicos que pre-
El acceso restringido, la menor capaci- sentan los espacios semi-privados del Pucara
dad de congregación y la menor visibilidad de Perchel cobran relevancia si se tiene en
que caracterizan a los sectores residenciales cuenta que en otros sitios del Período In-
G, H e I permiten considerarlos como es- caico, como en Cortaderas (Valle Calchaquí
pacios semi-públicos. Existirían dos áreas Norte), los incas establecieron las residen-
semi-privadas en Perchel: los sectores B y F. cias de la élite relacionada con el imperio

estudios sociales del noa, n.s., nº 11, 2011 / 95


Agustina Scaro

alejadas de las de la población local. La ubi- tea que los espacios considerados públicos
cación de estas residencias indicaría que sus se caracterizarían por la posibilidad de con-
habitantes habrían buscado establecer una gregación de una gran cantidad de personas
separación entre lo público y lo privado. El y por tener una alta exposición visual y au-
mayor interés en retirar el ámbito domésti- ditiva. En ellos se habrían llevado a cabo
co respecto de la esfera pública estaría rela- prácticas rituales.
cionado con un proceso de estratificación Los espacios públicos del sector E ten-
social que parecería comenzar a tener lugar drían como fin la congregación de los habi-
a partir de la llegada de los incas al Noroes- tantes del sitio y tal vez de poblaciones cer-
te Argentino (Acuto y Gifford 2007). canas para participar de las ceremonias que
Por último, los recintos completamente se llevaría a cabo allí y también con el fin de
techados serían espacios privados que, como observar algunos ritos llevados a cabo en la
han señalado Albeck y Zaburlín (2007) y cima del sitio. Las características arquitec-
Acuto (2007), eran los únicos lugares libres tónicas presentes en el sector E permiten
de las miradas de los otros habitantes. La ubicarlo en el Período Incaico, por lo que
mayor parte de las viviendas de Perchel se es probable que en ese momento este sector
ubicaría en la ladera norte del espolón nor- y también el C fueran escenarios de eventos
te, mientras que en el espolón sur sólo se públicos.
registraron dos o tres, que por sus caracte- Algunos elementos del registro arqueo-
rísticas arquitectónicas pertenecerían a mo- lógico atestiguarían la relevancia de Perchel
mentos incaicos. durante la dominación incaica y su partici-
En el sector E existe una alta exposición pación en la política estatal. Con ello nos
visual y auditiva, así como probables espa- referimos a la presencia de estructuras con
cios de congregación, esto permite caracte- arquitectura incaica (recintos de muro do-
rizarlo como un espacio público. Respecto ble con bloques bien canteados y uniformes
del sector C, se trata de un espacio restrin- en tamaño y materia prima, escalinatas y
gido que no puede albergar una gran canti- hornacinas) que difieren de las del momen-
dad de personas. Sin embargo, es conside- to anterior; a símbolos de poder como la
rado como una zona pública en base a la presencia de una maza estrellada y elemen-
gran exposición que presenta: los eventos tos de prestigio como el collar con cuentas
que se llevarían a cabo en la cima eran per- de oro y turquesas hallado por Schuel (1929)
cibidos (vistos y oídos) desde los probables en un contexto funerario. Estos elementos
espacios de congregación del sector E, así permiten pensar que durante la dominación
como desde los sectores residenciales. Ade- estatal el Pucara habría cobrado relevancia
más, el acceso al sector está restringido al dentro del paisaje social creado por la ad-
espolón sur, ya que desde el espolón norte ministración incaica en la Quebrada, en rela-
existe una pendiente que dificulta el ascen- ción con el valor ceremonial de los espacios
so. El sector C tendría un fuerte carácter públicos C y E y también con la capacidad
simbólico-ceremonial, ya que está ubicado de Perchel para controlar el tráfico de bie-
en un importante hito del paisaje: la cima nes y personas por el río Grande. La nueva
del sitio, donde se construyó una pequeña importancia que la administración incaica
plataforma circular que, debido a su ubica- habría otorgado a Perchel se vincularía con
ción y acceso restringido, posee un carácter estrategias utilizadas por los Incas en dis-
escénico. En relación con lo anterior, se plan- tintos puntos del Tawantinsuyu. Éstas habrían

96 /
El Pucara de Perchel: arquitectura e interacción humana

tenido como objeto incorporar a las socie- abarcando asentamientos y rutas de peregri-
dades conquistadas en el mundo político y naje instituidos por los Incas (Coben 2006).
simbólico del incario por medio de la apro- Finalmente, el carácter ceremonial de
piación y reformulación de los espacios vin- Perchel se sustentaría con la escasez de ce-
culados con prácticas sociales relacionadas rámica ordinaria encontrada en superficie
con el ceremonialismo, el culto a los ances- (21% del conjunto total) y la reducida pre-
tros, la defensa y la producción (Acuto y sencia de pastas cerámicas ordinarias (es-
Gifford 2007; Cremonte y Williams 2007). tándares 7, 8, 16, 17 y 21 de los determina-
Proponer que los sectores C y E se vin- dos por Cremonte [1991] para la Quebrada
cularían con eventos públicos durante el Pe- de Humahuaca), que se suman al área resi-
ríodo Incaico no significa que las celebracio- dencial doméstica restringida en relación con
nes comunitarias no se realizaran en momen- la magnitud del espacio púbico observado.
tos previos. En este sentido, es conocida la En síntesis, el análisis llevado a cabo
importancia que han tenido y tienen los even- permitió caracterizar el emplazamiento del
tos públicos en el área andina, ya que en esas Pucara de Perchel y sus distintos espacios
ocasiones los agentes del poder político pue- construidos teniendo en cuenta su arquitec-
den presentarse a sí mismos frente a un gran tura y posible funcionalidad. A partir de ello
número de espectadores con el fin de repro- es posible plantear que la función del sitio
ducir relaciones de poder. Además, la congre- como un punto estratégico de vigilancia y
gación de la población en estos eventos ofre- articulación en la Quebrada a lo largo del
cería ocasiones de compartir experiencias, tiempo no fue menor. En este sentido, es
posibilitando la construcción de una identi- posible inferir que además del control del
dad comunitaria (Inomata y Coben 2006). tráfico de bienes y personas por el río Gran-
Asimismo, desde los espacios públicos de que tendría Perchel, su carácter ceremo-
C y E es posible observar el Nevado del Cha- nial habría sido también importante.
ñi. Este cerro sagrado para los Incas4, se-
gún varios autores (Ceruti 2001; Ruiz y Al- Agradecimientos
beck 2006) se habría convertido en un cen-
tro de peregrinaje durante el Período Incaico Agradezco a Nicolás Lamberti, Valeria
al que habrían confluido viajeros proceden- López, Daniel Ochoa, Gabriela Flores y
tes de distintas áreas y donde se hallaron Aníbal Villarroel la colaboración en las ta-
evidencias de un santuario de altura donde reas de campo. A Gabriel Lamas en la ela-
se habría realizado por lo menos un ritual boración de gráficos en 3D. A las geólogas
de Capacocha. En este contexto, el valor sim- Natalia Solís y Alba Ramírez y a Beatriz Cre-
bólico que pudo tener el Pucara se inserta- monte por la lectura crítica del texto. Este
ría dentro de los innumerables espacios en trabajo forma parte de la investigación rea-
donde se llevaron a cabo ceremonias fomen- lizada en el marco de la Tesis de Licenciatu-
tadas por el Estado a lo largo del Imperio, ra de la Facultad de Humanidades y Cien-
cias Sociales, Universidad Nacional de Jujuy.
4
Es probable que la importancia del Nevado del
Chañi como mallku (Nielsen 2006: 67) se re- Bibliografía citada
monte a épocas pre-incaicas, ya que los cerros des-
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Recibido: julio 2011


Aceptado: octubre 2011

estudios sociales del noa, n.s., nº 11, 2011 / 99


Agustina Scaro

Agustina Scaro
Licenciada en Antropología (Universidad Nacional de Jujuy). Becaria doctoral CONICET.
Desarrolla sus investigaciones en la Quebrada de Tumbaya, abordando la temática de los paisajes
sociales durante las épocas prehispánicas tardías.

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