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Octubre 2013
INDICE TEMATICO DEL INFORME
INTRODUCCION
PRIMER PARTE
CARACTERIZACIÓN DEL OBJETO DE ESTUDIO Y SU RELEVANCIA
PARA LA INVESTIGACIÓN
SEGUNDA PARTE
MARCO JURIDICO PARA EL ESTUDIO DEL ABUSO SEXUAL INFANTIL
DE TIPO INCESTUOSO.
TERCERA PARTE
EL DISCURSO JUDICIAL EN LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES.
LOS TRIBUNALES DE FAMILIA
CUARTA PARTE
CAPITULO XII. Puesta en relación de los elementos centrales de las llamadas
“falsas denuncias” con la lectura de los expedientes
CONCLUSIONES FINALES
BIBLIOGRAFIA
ANEXO
INTRODUCCION
Presentaremos en este informe el trabajo de investigación desarrollado a lo largo
de tres años y medio (marzo del 2010 a septiembre del 2013) en la Universidad de
Ciencias Empresariales y Sociales (UCES).
La investigación realizada tiene como antecedentes otras investigaciones previas en la temática
que tuvieron asiento en la Facultad de Psicología de Universidad de Buenos Aires y donde la directora de
esta investigación se ha desarrollado como integrante de otros equipos (“Anomia e Incesto y sus
efectos en la constitución de la subjetividad”. Directora M. L. Méndez Proyecto UBACTY
1998-2001 (PS68) y más recientemente “Apropiación de la sexualidad genital en púberes y
adolescentes que han sido abusados sexualmente en la infancia”. UBACyT 2011-2013 Director Carlos
Tkach)
Asimismo, los estudios de doctorado iniciados en el año 2006 en la Facultad de
Ciencias Sociales de la UBA cuentan como otro antecedente de peso que dan marco e impulso
desde hace tiempo al estudio del tema (“Los discursos sociales ante el incesto: niñas y niños
objeto de abuso sexual incestuoso en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Beca CONICET
tipo I 2006-2008).
La recepción que ha tenido la Universidad de Ciencias Sociales y Empresariales
(UCES) desde el año 2010 para asentar esta investigación, fue el impulso y sostén
necesario para enmarcar un capítulo relevante en el estudio del abuso sexual infantil,
aún no abordado: aquel que se vincula con el ámbito jurídico. Asimismo, la propuesta
hecha por la universidad de conformar un equipo de corte interdisciplinario por medio
de la inclusión de la Dra María Victoria Santangelo fue un acierto y un plus que
enriquecieron en mucho el estudio del tema.
En lo que hace a las fuentes, hemos tomado como material de análisis primario
un conjunto de entrevistas semi-estructuradas realizadas a jueces de familia, secretarios
y funcionarios de dependencias judiciales especializadas (16), como así también lectura
de expedientes judiciales donde se tramitaban casos de abuso incestuoso en niños, niñas
y adolescentes (9). Junto a ello, incorporamos otras fuentes basadas en entrevistas a
informantes claves (3) y a madres de niños incestuados que atravesaron procesos
judiciales (4).
La organización de este informe constará de tres partes. La primera parte está
destinada a la presentación de la investigación, su objeto, método, fuentes consultadas y
ámbito de indagación, así como también el estado del arte en la materia. Para ello
elaboramos un primer capítulo donde se presenta y caracteriza el problema del abuso
sexual infantil de tipo incestuoso trazando un recorrido histórico a la vez que una puesta
en común de las formas típicas de su ocurrencia, tanto a nivel internacional como
nacional. Un segundo capítulo donde se explicitan y describen las definiciones y
categorías de análisis con las que trabajaremos de modo de hacer explícitas las nociones
y recortes conceptuales elegidos. Un tercer capítulo destinado a exponer el por qué
consideramos al ámbito judicial como ámbito clave en el tratamiento del abuso
incestuoso. Se cierra este apartado con un capítulo final referido al aspecto
metodológico.
La segunda parte se centra exclusivamente en el andamiaje jurídico,
describiendo y analizando el conjunto de convenciones internacionales y códigos y
leyes nacionales que se vinculan al tema de la infancia y especialmente al abuso sexual.
El carácter exhaustivo de este apartado tiene como valor en sí mismo, el de reponer de
manera unificada el corpus jurídico en la materia. Junto a ello se utilizan como otras
fuentes la jurisprudencia nacional e internacional, así como también la bibliografía
específica en la materia.
La tercera parte, está destinada a presentar los resultados, hipótesis y
reflexiones que surgen del trabajo de campo realizado. Para ello nos centramos la
caracterización de los perfiles discursivos prioritarios, haciendo especial hincapié en el
estudio de uno de ellos donde observamos que la problemática de las “falsas denuncias
de abuso sexual” configura el tópico central y estructurante. El estudio en detalle de este
perfil se justifica por la preponderancia de la figura de las falsas denuncias en
comparación con los otros discursos judiciales que no hacen mención al tema, así como
también por el hecho de considerar que estos discursos producen un impacto y efecto de
sentido sobre el abuso sexual y el incesto que contribuyen a la permanencia de estos
problemas como temas tabúe, produciendo simultáneamente efectos de desprotección en
los niños y de dificultades para hacer escuchable su palabra. Este apartado fue
construido en base a entrevistas a jueces y lectura de expedientes judiciales.
La cuarta parte estará destinada al análisis en detalles de los expedientes
judiciales y las formas de estandarizar la información proveniente del ámbito de las
denuncias judiciales.
Por último las conclusiones a las que arribamos como parte del proceso de
integración de las hipótesis que se desplegaron y construyeron en base a la información
recabada.
Por último, incluimos dos apartados finales referidos al consentimiento
informado y al impacto subjetivo en el estudio del tema.
Finalmente se incorpora un anexo donde se incluyen algunas de las herramientas
metodológicas utilizadas y las fuentes consultadas.
CAPITULO I
EL PROBLEMA DEL ABUSO SEXUAL INFANTIL (ASI)
1
Al respecto plantea Sergio Albano, a partir de la lectura de Foucault, que el procedimiento analítico
propio de la genealogía es el de tomar por objeto específico “la discontinuidad y las recurrencias de los
hechos a lo largo de las series sucesivas en las que emergen. La genealogía no se dirige a rastrear los
“orígenes” de una práctica o un discurso, sino que busca en la superficie de los hechos la singularidad de
su emergencia” y continúa diciendo que el trabajo genealógico se propone “percibir la singularidad de los
sucesos… captar su retorno, pero no con el propósito de trazar la curva lenta de una evolución, sino para
reencontrar las diferentes escenas en las que han jugado diferentes papeles ; definir incluso el punto de su
ausencia, el momento en que no han tenido lugar”. (Michel Foucault. Glosario de Aplicaciones. Editorial
Quadrata, Buenos Aires, 2005. pág. 136)
2
Hacking, I. ¿La construcción social de qué?. Editorial Paidós. Barcelona, 2001. P 49-50
Para este recorrido trazaremos un mapa histórico de lo que identificamos como hitos
centrales en el proceso de visualización de la violencia sexual hacia los niños a través
de una división provisoria en tres períodos.
3
Entre otros cabe mencionar: Toulmouche, Atentados al pudor y violaciones de niños y jóvenes
1856/1864; A; Tardieu “Estudio médico legal sobre atentados contra la moral” 18571968; A;
Lacassagne Los ataques contra el pudor de las niñas Francia. 1886; y Bernard, P Los ataques al pudor
contra las niñas pequeña. 1886.
4
Este cambio de orientación dará lugar, posteriormente, a los desarrollos vinculados con el Complejo
de Edipo y el Complejo de Castración; basados en las tensiones propias de lo intrapsíquico ante la
aparición de los deseos sexuales incestuosos en la infancia, como elemento constitutivo de lo
humano.
5
Puede ser de utilidad para este debate, retomar la categoría de “incesto alegado” propuesta por B.
Cyrulnik definida como el sentimiento o percepción incestuosa que tienen algunos sujetos de actos que el
discurso social no sancionaría de este modo. El autor postula que S. Freud confundió los incestos
alegados (más propios de las fantasías neuróticas) con los incestos efectivamente cometidos (que
El hecho de que el psicoanálisis abandone su indagación sobre el abuso sexual,
es considerado por los autores argentinos (Intebi, I. 1998 / Giberti, E.:1998, Méndez,
M. L.: 2000), como un punto de detención del movimiento de visualización del
fenómeno, instaurando una meseta de silencio sobre el tema que se revertirá en las
últimas décadas del siglo XX6.
Hay escasos estudios de investigación respecto de este giro en la obra freudiana.
Uno de ellos, el del J. M Masson (El asalto a la verdad. La renuncia de Freud a la
teoría de la seducción)7 ha alcanzado notoriedad al basarse en el trabajo de indagación
centrado en los archivos de Sigmund Freud. El eje interpretativo del autor se centra en
la…..que S. Freud ha hecho y ha dejado su marca en gran parte de los teóricos
americanos y argentinos que se abocan al estudio del abuso sexual. En el plano local, el
investigador Mauro Vallejo, ha producido una serie de textos ricos en hipótesis
hermenéuticas y fuentes consultadas, arribando a una lectura del tramo inicial de la obra
freudiana que hasta el momento no había sido analizada desde el interior mismo de la
producción y marcos teóricos del psicoanálisis.
9
El carácter relativamente tardío de la aparición de la temática del ASI, y fundamentalmente del ASI
familiar (no asi por ejemplo de la explotación sexual comercial), puede verse en el hecho de que UNICEF
-como una de las instituciones de referencia internacional en la protección de la infancia- incluye recién
en el año 2008 en el “Tercer Congreso Mundial de enfrentamiento a la explotación sexual de niños y
adolescentes” (Rio de Janerino – Brasil 2008. Noviembre) el tema de los abuso sexuales familiares. Asi lo
expresa en su reporte anual 2008
“El Tercer Congreso Mundial amplió la esfera de interés de los anteriores congresos al incluir, además
de la explotación sexual comercial, otras formas de denigración sexual como el abuso sexual en el hogar
y el perpetrado por dirigentes religiosos, por personal responsable del mantenimiento de la paz y por
grupos armados en zonas de conflicto. Además de la prevención, se contemplan otros desafíos, en
especial el de liberar a las personas jóvenes de las garras de los perpetradores y ayudar a sanar a los
supervivientes.” Informe Anual de Unicef 2008, pág. 25.
10
En este último a través de las áreas de investigación y posgrado y no así en la de grado, donde
generalmente permanece relegado el tema
11
Programa Carrera de violencia familiar. Antecedentes y Objetivos. Facultad de Psicología UBA.
Buenos Aires, Argentina. 2007
Tanto en el programa de formación de esta carrera, como en las consultas que
recibe la Unidad de Violencia del Hospital Pedro Elizalde aparece la figura del “abuso
sexual infanto-juvenil”12 como un tipo específico de la violencia familiar. Merece
destacarse también la labor de la Doctora Diana Godberg en el hospital de niños
Ricardo Gutierrez
12
Ibídem Programa Carrera de violencia familiar. Antecedentes y Objetivos. Facultad de Psicología
UBA. Buenos Aires, Argentina. 2007
13
Las tareas de extensión mencionadas dan lugar a la publicación del libro “La familia en la crisis de la
modernidad” Ediciones La cuadriga Buenos, Aires 1993. La investigación mencionada se desarrolla en
tres períodos consecutivos a partir de los siguientes proyectos: “Anomia e incesto: el problema en Buenos
Aires y el conurbano (1995/1997) a cargo del Prof. Blas Alberti; “Anomia e incesto y sus efectos en la
constitución de la subjetividad (1998/00) a cargo de la Lic. Ma-Laura Méndez, dando lugar a la
publicación de “El incesto: un síntoma social,” de próxima aparición Editorial Biblos Buenos Aires,
Argentina. 2007 y “Anomia e incesto: ausencia de narrativas y sus efectos en la constitución de la
subjetividad (2000-2002)”, a cargo también de la Lic. Ma-Laura Méndez. El conjunto de estas actividades
se desarrollaron dentro de la materia Problemas Antropológicos en Psicología. Facultad de Psicología.
UBA. Buenos Aires, Argentina.
14
Dicha ley instrumenta una figura cautelar gracias a la cual es posible solicitar la exclusión del hogar
del procesado por tal delito y previendo a su vez el estipendio económico para la familia en los caso
donde el acusado sea a la vez jefe de hogar.
En el mismo período se edita una de las primeras publicaciones en nuestro país
dedicadas específicamente al tema (“Violencia Familiar Una mirada interdisciplinaria
sobre un grave problema social” 1994) que contará con varias reediciones15.
15
Los hechos de público conocimiento referidos a los delitos de abuso sexual y corrupción de menores
cometidos por el psicólogo Jorge Corsi, autor del libro mencionado y director de la carrera de
especialización en violencia referida merecerían un apartado en si mismo. El efecto siniestro de los
delitos cometidos y conocidos en el año 2008, merecerían estudiarse en cuanto a su impacto en la
comunidad profesional y al público en general. Si bien estos hechos valen por si mismos para cualquier
impugnación a su autor y con ello a la decisión de no referenciar ninguna producción teórica en sus
producciones, hemos decidido, sin embargo, dejar mencionado su nombre en este trabajo.
Decidimos incluir esta referencia incluyendo simultáneamente la sanción moral, ética que es
compartida por el conjunto de la comunidad profesional y que entendemos toda investigación debe
reponer al momento de historizar las crisis por las que atravesó la historia del campo. Las notas y
solicitadas emitidas por las asociaciones y los profesionales en su momento, valen como reflejo de la
posición de la comunidad ante los hechos, posición con la cual nos referenciamos en esta investigación15.
16
Lamberti /Sanchez/Viar (Comp. Acosta, Alday, Aón, Baliero de Burundarena, Berlinerblau; Brati,
Bringiotti, Ganduglia, Goggi, Palomero, Pluis, Sanz). “Violencia Familiar y Abuso sexual”.Editorial
Universidad. Buenos Aires, Argentina.,1998
I. 1. 4) Tercer período: la expansión del fenómeno
En los comienzos de este silgo se observa en nuestro país un gradual incremento
en la producción teórica que se expresa en presentaciones en congresos, artículos en
revistas especializadas, investigaciones y más de 10 libros específicos dedicados al tema
del abuso sexual infantil en nuestro país17.
En lo que hace a las políticas públicas, en la Ciudad de Buenos Aires se observa
una intensificación del interés sobre el tema a través de: la creación de programas de
difusión y de atención para las víctimas, líneas telefónicas gratuitas para recibir
denuncias por parte de la comunidad, unidades de violencia familiar en la mayor parte
de los hospitales públicos, articulación estatal con ONG´S y atención de la problemática
en las defensorías zonales de la ciudad.
Como muestra de ello en el año 2003, el Consejo de los Derechos del Niño, Niña
y Adolescentes difunde una “Guía de programas, servicios y organizaciones de la
sociedad civil” destinada a la atención del “Maltrato y abuso sexual infantil y
adolescente” en la cual se presentan cuarenta y cinco unidades de atención en salud
mental y justicia en la Ciudad de Buenos Aires.
Junto con ello se crea a nivel nacional en el año 2006 el programa “Víctimas
contra la violencia” que inicialmente funciona en la Ciudad de Buenos Aires y por
medio del cual se asiste con brigadas móviles a los lugares donde se denuncia la
ocurrencia de hechos de violencia familiar y delitos sexuales
En el plano jurídico se sanciona en el año 2005 la ley nacional de “Protección
Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes” (n° 26.061) y a comienzo de
este año se crea la UFI-SEX Unidad Fiscal destinada a la investigación de delitos contra
la integridad sexual.
También cabe mencionar con especial atención la reforma del Código de
Procedimiento Penal realizada en el año 2004 que estipula condiciones particulares para
la indagación de los niños en casos de abuso sexual infantil.
Asimismo la Corte Suprema más tardíamente incluirá unidades dedicadas a la
recepción de la temática como ser la Oficina de Violencia doméstica creada en el año
2008 en CABA y luego replicada en muchas otras provincias del país.
17
Cabe mencionar como una especial contribución la del Lic. Jorge Volnovich compilador de dos tomos
titulados “Abuso Sexual en la Infancia (2002; 2006)”, en los cuales introduce como variable específica el
análisis institucional.
En lo que hace a los discursos expertos (científico-profesional) si bien es
notorio y auspicioso el incremento de artículos y presentaciones a congresos sobre el
tema del abuso incestuoso, existen solamente seis libros en nuestro país que recortan
exclusivamente la temática del abuso incestuoso para su indagación18
En el campo de la investigación hay hasta el momento 6 investigaciones
centradas específicamente en la temática, ya concluidas o en su etapa final19. Dicha
situación, en un contexto de tanta difusión y circulación de la temática del abuso sexual
y teniendo en cuenta el consenso respecto de la incidencia del tipo de abuso incestuoso,
hace pensar en el carácter aún tardío que tienen los estudios sobre el incesto. Por el
contrario, en lo referido al abuso sexual infantil en general (más allá de los tipos
particulares) la producción es notoriamente más abundante, evidenciando un salto
cualitativo en el conocimiento acumulado sobre el tema, aunque tal vez no aún en su
asimilación por la comunidad científica y en su utilización para las prácticas cotidianas
de atención y diagnósticos20.
20
Merecen destacarse entre otros esfuerzos editoriales y de producción teórica los tres volúmenes
dirigidos por J. Volnovich sobre Abuso Sexual donde se compilan diversos artículos de autores referentes
en la temática. Asimismo las publicaciones de Lamberti, S./Viar, J. P y de Rozansky, C. A. y en el plano
de la investigación las iniciadas por M. Inés Bringiotti sobre abuso sexual.
señala que “En Argentina se carece de estadísticas oficiales respecto de la
incidencia del problema del maltrato infantil en general, y menos aún de sus
diferentes tipos21” Investigaciones dirigidas por esta autora entre 1993 y 199722,
realizadas en escuelas del partido de Avellaneda y Capital Federal, ofrecen
estadísticas locales de la magnitud del maltrato infantil23, las cuales sin embrago
muestran una incidencia inferior a lo que se estima internacionalmente. En
consonancia con esta apreciación la autora sostiene que “se puede suponer que el
número de niños maltratados es mayor que el realmente denunciado” ya que la
población de donde provienen los datos, el sector docente, puede “hablar más
libremente de maltrato físico pero cuesta abordar el abuso sexual u otras formas
como la mendicidad o el trabajo del menor”24; concluyendo por ello que “no resulta
sorprendente la baja detección del abuso sexual. Esto coincide con investigaciones
realizadas en otros contextos. Sigue siendo un claro delito de índole privada que se
oculta no solo en el seno familiar25”26
Un estudio realizado por el CEDES destinado a sistematizar el estado del
conocimiento en nuestro país sobre temas de sexualidad y derechos sexuales señala
“que es escasa producción sobre abuso y violencia, y nula para el caso del incesto,
lo cual posiblemente está vinculado a patrones culturales”, si bien esta última
afirmación merecería ponderarse pues existen estudios específicos en torno al tema
del incesto, merece como referencia orientadora respecto del área de vacancia en la
producción teórica de este tema27
21
Bringiotti, Ma. I. Maltrato Infantil. Factores de riesgo para el maltrato físico en la población infantil.
Miño y Dávila editores 1999, Madrid, España. Pág. 77
22
Ma. Inés BINRGIOTTI . ”LA escuela ante los niños maltratados”. Paidós. Buenos Aires 2000.
23
Se concluye la existencia de un índice de maltrato infantil del l 1,7 - 1,8 %para la zona de
Avellaneda y de 0.8% para Capital Federal. Op. Cit., Pág 80 y 82..
24
Ibidem. Pág 84.
25
Ibidem. Pág. 81.
26
En los años 2004/2005, se reitera dicha investigación en Capital Federal de la cual se menciona que
“lejos de encontrar mejor disposición, se pudo observar el desgaste de los docentes frete al tema”,
concluyendo que “las cifras para las diferentes formas de maltrato fueron sub-declaradas
expresamente por ese cansancio acumulado de no recibir respuestas ni ayuda. En el caso del ASI el
número se incrementó al 1,7% en el nivel inicial, al 1,9% en el nivel primario y al 4,9 en las escuelas
especiales, cifra que se ubica a una distancia abismal de las consultas que se reciben en la Capital, en
los servicios de atención, y en las consultas que recibía nuestro equipo en los pasillos”. Véase Bringiotti,
Ma. I.”Las cifras ocultas del abuso sexual infantil. Una segunda lectura de las investigaciones” en Abuso
Sexual en la infancia. Editorial Lumen Humanitas. Compilador Jorge Volnovich. 2006. Pág. 106
27
Gogna, Mónica. Estado del arte. Investigación sobre sexualidad y derechos en la argentina (1990-
2002). Editorial CEDES (Centro de Estudios de Estado y Sociedad). Buenos Aires, Argentina.2005.
28
Estudio comparativo de las 19 investigaciones más rigurosas llevadas a cabo en esos países. Finkelhor,
D. (1994) The internacional epidemiology of child abuse sexual. Child Abuse and Neglect 18.
En nuestro país, los investigadores coinciden en señalar la dificultad para producir
estudios sistemáticos de prevalencia del fenómeno (I/Intebi, I: 1998; Méndez, M. L:
1993, 2007; Giberti, E.:1998, 2007; Bringiotti; M.I: 2000), hecho que se reclama a
Argentina desde los Organismos internacionales de protección de la infancia 29. Sin
embargo, una investigación reciente sobre estudiantes universitarios en CABA
(Bringiotti 2010), ofrece los primeros indicadores confiables provenientes de una
investigación local en población general. Los resultados informan que del total de
población universitaria, el 9% de ella ha sufrido abusos sexuales antes de los 19 años de
edad (11.9% mujeres y 6,1% varones).30
Al tomar otra fuente argentina (aunque proveniente ya de una unidad de trabajo
especializada en violencia como lo es el programa Víctimas Contra las Violencias-
Ministerio de Justicia que actúa en CABA) vemos que para el período junio 2010 a
junio 2012 del total de los casos atendidos por delitos contra la integridad sexual, el
50,54% de ellos se referían a niños, niñas y adolescentes (un total de 1.156 menores de
18 años). Gran parte de ellos no radicaron denuncia.31
A su vez, un informe realizado en Argentina por la SENAF (Secretaría Nacional de
Niñez, Adolescencia y Familia. Ministerio de Desarrollo Social)32, señala que de los
niños que se encuentran privados de cuidados parentales en Argentina (un total de
14.675 niños alojados en algún tipo de dispositivo institucional o familiar de tránsito), el
57% de ellos ingresa por causas de violencia en sus familias de origen, siendo que en
13% de estos casos se trata de situaciones de abuso sexual, no existiendo en las familias
de origen adulto protectorque pueda quedar a cargo de ellos. Esto significa un total de
29
Recomendaciones del Comité de Seguimiento de la Convención sobre los Derechos de los Niños
(ONU) a Argentina. Año 2008 (“Tercer informe periódico de la Convención sobre los derechos del niño”
en virtud de su artículo 44-) Fuente: Página Web Ministerio de Desarrollo Social. SENNAF (
http://www.desarrollosocial.gov.ar/ninez/139)
Comité de Seguimiento de la Convención sobre los Derechos de los Niños (ONU) respuesta a Argentina.
Año 2010. 3° y 4° informes integrados del Estado argentino. Respuestas del Comité de los Derechos del
Niño CRC/C/ARG/CO/3-4 54º período de sesiones- 25 de mayo a 11 de junio de 2010. Véase
Especialmente los puntos 24, 54, 55, 76. Fuente: Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas
para los Derechos Humanos. Versión Español. Página Web http://www2.ohchr.org/spanish/law/crc.htm.
30
BRINGIOTTI, M. I. y RAFFO, P. E.. Abuso sexual infanto-juvenil. Prevalencia y características en
estudiantes universitarios de la Ciudad de Buenos Aires. Revista Derecho de Familia Nro. 46,
Julio/Agosto 2010. Ed. Abeledo Perrot. ISSN 1851-1201, pág. 293/305, Bs. As. Agosto 2010
31
Programa Víctimas Contra las Violencias“. Datos sobre violencia sexual atendida. Información
brindada por las estadísticas propias del programa.
32
Situación de niños, niñas y adolescentes sin cuidados parentales en la República Argentina.
Relevamiento Nacional y propuestas para promoción y el fortalecimiento del derecho a la convivencia
familiar y comunitaria. Ministerio de Desarrollo Social. Presidencia de la Nación y UNICEF. Junio 2012
aproximadamente 1.907 niños incluidos en estos dispositivos en el año 2012 por causas
de abuso33 .
33
El porcentaje de causas de ingreso a los sistemas de acogida asciende es del 44% por causas de
violencia y maltrato, el 13% por causas de abuso sexual, el 31% por abandono y el 11% por otras causas,
según el informe mencionado (pág 33)
Méndez,ML; 1993; Intebi,I; 1998). Por ello algunos autores postulan que la interdicción
del incesto “no recae solamente sobre el hacerlo sino también sobre el decirlo”
(Cyroulnik, B: 1994).
34
Roland Summit “The child Sexual Abuse Accommodation Síndrome”. En Child Abuse amd
Neglect.1983. Citado en Intebi, Irene Proteger, reparar, penalizar. Evaluación de las sospechas de abuso
sexual infantil. Editorial GRanica. Buenos Aires, 2011.
estructuración psíquica del niño, de las características del abuso y de la reacción de los
adultos ante ello. Si el niño no es creído, ni adecuadamente protegido y asistido,
repercutirá indefectiblemente en su organización vital y es factible que esto repercuta
negativamente, a su vez, en las generaciones posteriores.
El impacto de esta situación se refleja en lo que algunos autores denominan la
“Transmisión Intergeneracional del incesto” (ya sea por su reiteración en acto o por la
imposibilidad para percibirlo, lo que se ha definido como “registro dañado”
D.Baggio:2007UNER). Las posibilidades de limitar el espiral incestuoso disminuyen
cuando las situaciones han podido ser develadas y se han tomado las medidas de
cuidado adecuadas (Eliacheff, C: 1997; Intebi, I: 1998, Bringiotti).
Al momento analizar el tratamiento que tiene el tema del abuso sexual en
nuestro país, particularmente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se observó una
tendencia que denominaremos “proceso de visualización de la violencia sexual hacia
los niños”. Dicho fenómeno cobra relevancia a partir de la década del ´90 y se expresa
en los ámbitos científico profesional, de las políticas públicas, la justicia y los medios
de comunicación. Pero el proceso iniciado evidencia que, a pesar de tener más
visibilidad el fenómeno, persisten una serie de obstáculos para hablar y tratar el
problema del abuso sexual infantil y más aún del incesto.
Estas situaciones se observaron en la investigación más rigurosa con que cuenta
nuestro país en temas de Maltrato Infantil en el sector educación (Bringiotti, M.I: 2000)
Las conclusiones de dicho estudio, en lo que hace al tema que nos ocupa, pueden
sintetizarse en palabras de su directora: “el abuso sexual queda desdibujado dentro de
otros tipos detectados. Se observó que se lo considera un delito de índole privada que
“no se ve” o del que es mejor “no hablar” (Bringiotti, M.I; 2000:86),
35
.VIAR. J.P Carrera interdisciplinaria de especialización en violencia familiar. tesina: “consecuencias del backlash
en los efectores de salud”
36
BERLINEMBLAU, V. Revista Querencia. Montevideo, 2001
Esta situación ha llevado a realizar propuestas legislativas en las que se incluye el
tema de la protección para los profesionales que asisten a niños, niñas y adolescentes
abusados sexualmente37
La misma autora refiere en el texto mencionado que: “En marzo de 2001, en una carta dirigida a la
subsecretaria de Derechos Humanos, firmada por casi un centenar de profesionales de todo el país de
instituciones públicas y privadas, se advierte sobre una "escalada que pone obstáculos al proceso de
visualización de la violencia doméstica. (...)Mientras el problema estuvo referido a sectores marginales o
de clases bajas, las denuncias progresaron vertiginosamente. Cuando empezó a circular la sospecha de
que la Violencia Familiar era una problemática que atravesaba a todas las clases sociales, la tendencia
de este proceso cambió radicalmente. Se disparó una reacción ("backlash"), disfrazada de buenas
intenciones, para poner límites a los profesionales a los que se tildó de “abusadores de denuncias de
abuso sexual infantil” (pág. 4 y 5)
Jorge Volnovich por su parte, (en el artículo “El abuso sexual en la infancia. Campo de análisis e
intervención”. pág18/19 en libro Abuso Sexual Infantil tomo II. Joge Volnovich compilador) que: “a
principios de este milenio el movimiento de visibilización, junto con el de defensa de los derechos del
niño, pierde su empuje inicial, en función de varios efectos sociales” y refiere a tres de ellos: a) las
condiciones de pobreza y exclusión que afectas principalmente a los niños a nivel mundial”, b) el dominio
de los medios de comunicación, en el campo que nos ocupa, ha determinado que el abuso sexual
deshonesto es aquel que se vehículiza por los medios, visibilizándolo e invisibilizándolo,
hiperinformando y desinformando al mismo tiempo, y c).la organización de contramovimientos que
apuntan a la defensa de los derechos, a la naturalización político-social y subjetiva del consumo de niños.
En el mismo sentido, el abogado Juan Pablo Viar sostiene que en el año 2001 en argentina y
particularmente en Ciudad Autónoma de Buenos Aires comienza a instalarse el Backlash, que se observa
en la disminución de denuncias desde el mediados del 2000. También refiere que fue esta situación de
retroceso justificó, la que motivó que surgiera en la ciudad autónoma de Buenos .Aires la “Ley de
Protección de profesionales Denunciantes de Maltrato Infantil” para que lo avanzado no colicionara con
el backash. El autor situa al backlash como una “ola de reacción cuando, a partir del trabajo de muchos
años, los casos de ASI intrafamiliar se empezaron a hacer visibles en las clases sociales más altas”. En
Abuso Sexual Infantil. Tomo II. Juan Carlos Volnovich. Pág 78-80.
37
Proyecto de ley S-2861/12. Senado de la nación. Proyecto Ley de violencia Familiar. Actualmente en
tratamiento Proyecto presentado por el Senador Anibal Fernández.
su vez como un elemento positivo para el estudio a realizar, en la medida que señala que
los imaginarios sociales y las implicaciones subjetivas son elementos determinantes,
internos al fenómeno que estudiamos y no elementos externos a él.
La condición de tabú que continúa caracterizando al incesto, lo hace proclive para
que en él se entrecrucen una serie de mitos, prejuicios, representaciones ideológicas
sobre la infancia, la sexualidad y la familia y también, produciéndose como veremos
luego también abusos de poder que bajo estas condiciones transitan al amparo de la
mirada social. Estas representaciones, en muchos de los casos, no resultan evidentes
sino más bien permanecen encriptadas o transformadas en conceptos seudo-científicos
por tratarse, como decimos, de un tema tabú y rechazable por el espanto que suscita su
sola mención.
Por todo ello, consideramos necesario inscribir esta investigación como un
aporte al conocimiento en general, y como una apuesta a la reflexión sobre las formas
con que los actores sociales construyen el problema del incesto e intervienen en él. Que
escojamos el caso de la justicia, como veremos luego, resulta una elección estratégica
pues consideramos al ámbito judicial como una pieza clave la protección de los niños.
CAPITULO II
MARCO TEORICO, DEFINICIONES Y CATEGORIAS DE ANALISIS
38
Giberti, E. - GIBERTI, E Incesto Paterno- Filial. Editorial Universidad. 1998. Pág 35.
padres/madres-hijos, abuelos/as-nietos, tíos/as-sobrinos, y no así las relaciones
simétricas como ser las fraternas o los incestos entre adultos39.
39
De los casos analizados (tanto por expedientes judiciales como los transmitidos por las madres
entrevistadas) todos ellos se trataban de incestos paterno-filiales. Del mismo modo los ejemplos
espontáneos de casos expuestos por los magistrados, en su mayor fueron del mismo tipo; situación que no
excluye, claro está, la existencia de trámites judiciales referidos a relaciones incestuosas de otro tipo.
el régimen del discurso sobre la infancia y sobre el abuso infantil, conviviendo
diversidad de enunciados y prácticas en tensión. Esta convivencia, no tienen el efecto de
una multiplicidad de prácticas discursivas que pueda ser calificada de valiosa por la
pluralidad de miradas. Si bien esto último existe y es evidente en el hecho de que, como
reza la frase “hay tantos discursos como jueces”, lo que queremos señalar es la
presencia de tensiones, contradicciones y superposiciones en las prácticas y en los
enunciados que obstaculizan un tratamiento coherente del problema, más que
enriquecerlo.
En este estado de cosas observamos que tiene especial preponderancia, para el
caso del abuso infantil las viejas nociones de infancia y familia más cercanas al
paradigma tutelar y su mirada sobre el niño, pero modeladas bajo una retórica propia de
los nuevos paradigmas. La vigencia de la tradición anterior produce que cualquier
situación atípica o compleja en términos jurídicos (y el abuso sexual infantil lo es), o
bien cualquier situación donde la legislación no ordene explícitamente el procedimiento
a seguir, o bien situaciones de cierta complejidad de lectura sobre el tipo de de
padecimiento subjetivo de los niños, sean leídas desde los viejos paradigmas: niño
espejo de sus padres, tabla rasa, influenciable y madre/mujer loca, engañosa, histérica. 40
Viejos paradigmas en el sentido de la respresentación de los niños como objeto, a la vez
que discriminatoria para el caso de las mujeres (madres y niñas
Para un análisis de estas prácticas discursivas, merece citarse los postulados de
M. Foucault cuando plantea que para estudiar un discurso se requiere: “hacer aparecer
las prácticas discursivas en su complejidad y su espesor: mostrar que hablar es hacer
algo distinto a expresar lo que se piensa, traducir lo se sabe, distinto a poner en juego
las estructuras de la lengua; mostrar que agregar un enunciado a una serie
preexistente de enunciados, es hacer un gesto complicado y costoso41, que implica unas
condiciones (y no solamente una situación, un contexto, unos motivos) y que comporta
40
Sostiene Graciela Frigerio al analizar el lugar y trato de las infancias en relación a la sanción de la ley
26.061 que “En ningún caso podría sostenerse que por el momento haya transformado el trato oficial de
las infancias, mientas que sí, en cambio, modificó la retórica”.Enunciado que puede tomarse como
referencia para analizar lo que ocurre en materia de legislación de la infancia y el trato de los niños para
el caso del incesto. Ver Frigerio, G. La división de las infancias. Editorial del Estante. Buenos Aires, 2007
41
Esto se observa en la inclusión de los nuevos enunciados jurídicos sobre los derechos de los niños
(conjunto de leyes relativamente recientes de incorporación en la década del 90 en Argentina). Estos
enunciados sumados a los pre-existentes que continúan en el ámbito jurídico y en la sociedad en sentido
amplio, no redefinen por si mismos el campo del discurso sobre la infancia y sus derechos como se
observa en las críticas de la bibliografía específica -ya sea que esta provenga del ámbito jurídico
(Rozanski: 2005, 144).o de la salud mental (I: Intebi: 1998)-, las cuales apuntan a señalar la serie de
“ilegalidades” y “vulneración de derechos” que se observan en el tratamiento jurídico de los casos de
abuso sexual infantil e incesto.
unas reglas (diferentes de las reglas lógicas y linguísticas de construcción); mostrar
que un cambio en el orden del discurso, no supone unas “ideas nuevas”, un poco de
invención y de creatividad, una mentalidad distinta, sino unas transformaciones en
una práctica, eventualmente en las que la avecinan y en su articulación
común.”(Foucault, M: 1969:351.El resaltado es nuestro)42. Esta apreciación da cuenta
de la imbrincación entre enunciados y prácticas.
42
Perspectiva de análisis que el autor desarrolla como “arqueológica”. Véase Foucault, M. Arqueología
del saber. Siglo XXI. México, 1996. El subrayado es nuestro.
en la obra de M. Foucault sirve para discriminar registros que no se reducen uno al otro,
aunque entren en permanente relación (Deleuze, G:1986: 76/98).
El peso que tiene el incesto en tanto lo indecible, pero más aún lo imposible de ser
visto o de ser representado por la imagen hace de las prácticas discursivas un registro
más sensible por donde es posible ingresar para el estudio del tema, tomando los
Discursos Judiciales que producen enunciados sobre este problema.. La posición de los
discursos judiciales, a diferencia de otros discursos, interesa a la hora de ver de manera
más explícita enunciados que en otros regímenes de saber aparecen menos expuestos,
menos forzados a ser dichos (más allá del lenguaje y la forma en que se expresen en
este campo).
43
SALOMONE, G. Z. El sujeto y la ley. algunos comentarios sobre la función psi. XV Jornadas de
Investigación y Cuarto Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Problemáticas
actuales, aportes de la investigación en Psicología. Instituto de Investigaciones, Facultad de Psicología,
UBA. Buenos Aires, 7, 8 y 9 de agosto de 2008.
produjo un cambio sustancial en el discurso sobre la infancia. Sin embargo, dicha
transformación no está exenta de contradicciones que fueron estudiadas por investigadores en el
campo de la infancia (Carli, S; 2006/ Frigerio, G; 2008), las cuales indican la presencia de
tendencias antagónicas: por un lado el reconocimiento del niño como sujeto de derecho a través
de los enunciados de los discursos sobre la infancia, y por otra parte un conjunto de prácticas
que actúan en sentido contrario.
II. 6) Familia
Existen dos tareas fundamentales que hasta el momento no reemplazables en nuestra
cultura por ninguna otra forma de organización de los vínculos (Bleichmar, S.; 2000). Estas son,
por un lado, la recepción del ser de la especie en la cultura a través de relaciones que algunos
autores denominan como “no anónimas” y que consisten en el reconocimiento y significación
que los padres otorgan al niño antes de que este pueda reconocerse como tal (Lacan, J; 1938).
Esto se entiende como un proceso de inclusión del recién nacido al mundo simbólico a través
del orden del lenguaje y de la producción deseante de los padres hacia el niño. Una segunda
tarea también a cargo de la organización familiar, consiste en la transmisión de la prohibición
del incesto la cual supone, en relación a la sexualidad, un orden de restricción que se transmite
al niño por estar inscripto en los propios padres como seres de la cultura.
Los desarrollos de S. Freud han significado un gran aporte al campo del conocimiento al
señalar la dimensión del deseo que subyace en los vínculos paterno-filiales. Esto permite
entender que la ley de prohibición del incesto no es una ley “natural”, sino una ley que opera
contra las tendencias más primarias de los individuos. Esta limitación de “pulsión sexual”, es la
condición que da lugar a la construcción compleja de nuestro psiquismo y al hecho de que la ley
sea interiorizada como ley simbólica (Freud, S; 1927; 1930).
44
Dice al respecto S. Ferenczi “el comportamiento de los adultos respecto del niño que sufre traumatismo
forma parte del modo de acción psíquica del traumatismo44”. Véase S. Ferenczi. “Reflexiones sobre el
traumatismo” en Obras Completas. Espasa Calpe, Madrid 1984. Citado en “La teoría del trauma en la
obra de S. Ferenczi” por Agustín Genovés. Pág. 28/29. Revista Imago Agenda. Nº 52. Editorial Letra
Viva. Buenos Aires, Agosto. 2001.
45
CAMARGO, L. Encrucijadas del campo psi-jurídico. Editorial Letra Viva. Buenos Aires, 2005. Pág.
107. El autor retoma la noción freudiana de “dos tiempos del trauma psíquico”, pero tomando el segundo
tiempo como ligado estrictamente al modo de accionar de las instituciones.
Freud, S: 1927/30 y Lacan, J: 1938, 1957), por la cual se considera a la “prohibición del
incesto”- entendida esta como la interdicción de la sexualidad entre los parientes
prohibidos para una sociedad dada- como una Ley universal y fundante de la cultura,
cuya importancia radica en la capacidad para la instauración de un orden de
diferenciación simbólica entre los sujetos y de inauguración de las condiciones básicas
para los intercambios generales. Se la considera por tanto, un pilar de la organización
social y un elemento fundante del psiquismo, sobre el que se basan el conjunto de
pautas particulares que cada sociedad se da a lo largo del tiempo. De ello se desprende
que las dificultades en su implantación constituyan un grave problema para la cultura y
para los individuos.
Tomando en cuenta este principio ordenador, se incluirá otro nivel de análisis
que consiste en entender que la implantación de las leyes universales se torna un hecho
posible a través de instituciones particulares e históricamente constituídas y por
medio de modalidades que también se ven afectadas por las variables de época.
Hemos mencionado anteriormente a la familia (y sus formas) como una de estas
instituciones históricas que participan de la implantación de la ley de prohibición. Otra
de las instituciones es sin lugar la justicia o la institución judicial.
Diferenciaremos entonces estos dos niveles: por un lado lo que se denomina ley
simbólica de carácter universal –estudiada en profundidad por la antropología
estructural y el psicoanálisis; y por otro la denominada ley jurídica de carácter
particular e histórico.
En los casos de incesto, es fundamentalmente la ley simbólica la que está
transgredida y la que resulta necesario reponer. A diferencia de ello, la ley jurídica
puede o no estar trasgredida, dependiendo de si está en juego un incesto que involucre
niños o solo adultos. Como ser verá más en detalle en el capítulo siguiente sobre la
normativa jurídica, no todos los países tipifican al incesto como delito en si mismo.
Entre otros, argentina no contempla al incesto como delito autónomo, aunque si es
generalizado la caracterización vía la ley jurídica del abuso sexual en niños y el
agravante de que este abuso provenga de un familiar.
En los casos que estudiamos en esta investigación (los incestos de tipo
asimétrico: adulto familiar-niño) la ley jurídica está también transgredida, ya que es un
tipo de incesto que necesariamente supone, al mismo tiempo, un abuso sexual por la
imposibilidad de que este se justifique por la vía del consentimiento como podría
suceder con los incestos entre adultos. Que la trasgresión ocurra en estas dos variantes
de la ley, no deben sin embargo tornarlas equivalentes a nuestro análisis. Dice la Dra.
Marta Geréz Ambertín, psicoanalista e investigadora de las articulaciones entre el
campo jurídico y psicoanalítico, que “la Ley no es la norma. La ley no son los códigos
ni la Constitución Nacional, eso, en todo caso, es el Derecho o el sistema judicial o
normativo, un plexo de reglas, civiles, políticas, económicas, etc. que varían en tiempo
y geografía, en diacronía y sincronía”46. Por ellos, salvando estas diferencias de
caracterización entre una y otra forma de la ley, tomaremos para nuestro trabajo como
guía para la definición de la figura del incesto la noción de ley simbólica. Para esto nos
basaremos en un marco teórico que cuenta con suficiente familiaridad en la comunidad
académica como lo es la teoría antropológica de Claude Levi-Strauss pues otorga
fundamentos precisos para pensar el valor de la Ley Simbólica como fundante y
ordenadora de la cultura y de los intercambios de los sujetos.
Sostenemos como premisa para nuestro trabajo que la ley jurídica es, respecto de
la ley simbólica, una herramienta posible para regular los intercambios, siendo
esperable que la misma se inscriba en el horizonte simbólico y cultural de una época.
Que la ley jurídica cumpla esta misión, dependerá tanto de la letra de la ley como de las
formas en que el sistema judicial la encarne. Veremos en este trabajo, por medio de un
estudio en terreno, cómo los operadores judiciales hacen uso de la herramienta jurídica
para intervenir en el campo del abuso incestuoso, permitiendo en algunos casos dar
consistencia a la ley simbólica por intermedio de la ley jurídica y, en otros casos,
obstaculizando su eficacia. Veremos en todo caso el inter-juego entre ley jurídica y ley
simbólica en los discursos jurídicos que intervienen en el tratamiento del incesto entre
adultos y niños.
46
GEREZ AMBERTIN, M. Compiladora. Culpa, Responsabilidad y Castigo en el discurso jurídico y
psicoanalítico. Tomo IV: el sexo ante la ley. Ediciones letra Viva. Buenos Aires, 2012
47
Véase la lectura que hace Camrago (op. Cit.) respecto de la obra de M. Foucalut cuando plantea que
este autor no tardará en enunciar que en el cruce de los discursos jurídico y psiquiátrico cada uno hará
dedicados a pensar dicha relación y sus tensiones. Estos últimos convergen en señalar
que no existe tal cosa como un campo “psi-jurídico” (Dobón, J: 2001), dado que cada
uno comporta diferentes regímenes de saber, o bien como dirán otros autores “barreras
semánticas” (Geréz Ambertín, M: 2006). Por ello algunos señalan que la relación que
los caracteriza es el de una “encrucijada” (Camargo, L: 2005), de la cual resulta
diversidad de encuentros y desencuentros posibles. Véase también Salomone G. Z:
2008.
otra cosa que la que sabe hacer (juzgar en un caso, curar o analizar en otro); ambos intervienen en la
construcción de una nueva figura que se definirá en torno de la “anormalidad” (ni delincuentes, ni
enfermos). El cruce de psiquiatria y derecho dará, para M. Focucault, este nuevo hecho de discurso, esta
nueva figura social de la anormalidad
CAPITULO III
EL AMBITO JUDICIAL Y SU IMPORTANCIA PARA EL ESTUDIO DEL
ABUSO SEXUAL INCESTUOSO
III. 1) Los casos que transitan por el sistema judicial y la accesibilidad a la justicia
48
Programa Víctimas Contra las Violencias“. Datos sobre violencia sexual atendida. Información brindada por las
estadísticas propias del programa. No se discrimina la procedencia de los abusos. Otra referencia puede obtenerse en
la publicación “La violencia sexual contra niños y niñas en cifras. Radiografía de un problema. Diario Página 12,
fecha 18 de marzo del 2012.
49
Información suministrada por el organismo para esta investigación para el período 2008 a abril del 2012 sobre un
total de 1.413 denuncias de abuso sexual (intrafamiliar), de las cuales 301 eran menores de edad.
50
La disminución en porcentajes de esta última fuente puede explicarse, entre otras cosas, por la cercanía de esta
unidad con el poder judicial, a diferencia del programa mencionado que, si bien se vincula con la esfera de la justicia
-por estar dentro del Ministerio de Justicia-, interviene más allá de que el pedido de ayuda redunde en una denuncia
judicial, a la vez que su modalidad de intervención en terreno favorece seguramente la emergencia espontánea de
demandas que tal vez no eran el motivo originario de intervención. Por otra parte los datos de la OVD están referidos
exclusivamente a abusos sexuales infantiles intra-familiares, mientras que le otro programa es también extra familiar
e interviniendo por ejemplo en caso de trata de niños.
En lo referente a la accesibilidad al sistema de justicia, notamos una baja tasa
de denuncias en relación a la población total afectada. Del conjunto de sujetos que
atraviesan situaciones de incesto, solo una parte llega a la instancia judicial. Resulta
complejo contar con un dato aproximado en nuestro país sobre la cantidad de casos que
llegan a ser denunciados, los cuales sin embargo se indican como extremadamente bajos
para otros países51. Sin embargo, algunas investigaciones recientes ofrecen un panorama
orientador para el ámbito local. La investigadora M. I. Bringiotti al estudiar la
prevalencia del problema del abuso sexual infantil en población universitaria porteña
concluye que de los sujetos que manifiestan haber sufrido abusos en la infancia y
adolescencia, más de la mitad de ellos (el 62%), no pidió ningún tipo de ayuda en su
momento– por recibir amenazas, por miedo a la reacción familiar, por vergüenza,
porque fue “sólo una vez”, por que “me di cuenta cuando empecé terapia” o “cuando fui
más grande”. Otro porcentaje importante, el 16% dice haberla solicitado sin haber
encontrado una respuesta adecuada y finalmente el 22% de los casos recibió la ayuda
correspondiente. Vemos, entones que el 78% de las víctimas de algún tipo de abuso
antes de los 19 años, no ha tenido una resolución efectiva52. En la actualidad
seguramente el porcentaje de denuncias sea mayor que las producidas cuando esta
población sufría abusos sexuales. Sin embargo, este avance en materia de visualización
y denuncia del problema no alcanza (por motivos que veremos luego) para afirmar que
se haya logrado una accesibilidad y adecuada intervención del sistema de justicia para
los casos de abuso e incesto.
Según un informe bianual de la OVD (dice que para los casos de violencia familiar donde el afectado son
niñas y niños “la relación que une a las personas afectadas y denunciadas se observa que la relación filial
es la que predomina en un 79%. En la mayoría de los casos, se trata del padre o de la madre que pone en
conocimiento del equipo de profesionales de la Oficina situaciones de violencia hacia sus hijas/os”. En
esta población el tipo de violencia sexual denunciado en la oficina es del es del 4%, mientras que el 68%
es psicológica, el 30% física y el 20% económica. “Datos del funcionamiento de la OVD al 15 de
septiembre de 2010 (a dos años del inicio de sus actividades)”.Informe Oficina de Violencia Doméstica.
Corte Suprema de Justicia –Fuente: página web Corte Suprema de Justicia de la Nación Pág 13-15
51
Investigación realizada en España (país que cuenta con trayectoria en este tipo de estudios) indica un
porcentaje de denuncias del 2% para los abusos intrafamiliares y 6% para los extra-familiares. Autores:
Soria, Miguel Angél y Herández José Antonio. El agresor sexual y la víctima. Editorial Boixareu
Universitaria, Barcelona p. 92. Citado por Rozansky. C.A. Abuso Sexual Infantil. Pág. 306.
Otras fuentes consultadas presentan investigaciones extranjeras con una tendencia similar. No existen
para el caso argentino investigaciones específicas sobre porcentajes de denuncias
52
En que hubo ayuda el cuestionario no indagaba específicamente sobre el tipo de ayuda recibida. En
BRINGIOTTI, M. I. y RAFFO, P. E.. Abuso sexual infanto-juvenil. Prevalencia y características en
estudiantes universitarios de la Ciudad de Buenos Aires. Revista Derecho de Familia Nro. 46,
Julio/Agosto 2010. Ed. Abeledo Perrot. ISSN 1851-1201, pág. 293/305, Bs. As. Agosto 2010
Los casos de abuso sexual en niños, y más especialmente los de tipo familiar,
continúan por diversos motivos formando parte de lo que en la jerga se denomina la
“cifra negra”53. El juez federal C. A. Rozansky, de larga experiencia en la materia y
autor de reformas del Código Procesal Penal para el tratamiento del abuso sexual
infantil, reflexiona sobre el bajo índice de denuncias, al decir que “mientras el secreto
se mantiene mayormente dentro del grupo familiar o conviviente y depende de quienes
lo integran, los restantes factores que integran la cifra negra, obedecen a la inexistente
o deficiente actividad de los actores ajenos a dicho núcleo”54 55.
Por otra parte, la accesibilidad al sistema de justicia no garantiza que la
población abusada encuentre la atención correspondiente a las demandas que vehiculiza
por este medio. Quien estuvo a cargo de la oficina de investigación de delitos sexuales
(UFISEX), el Dr. Julio César Castro, informaba hace unos años que “si se analiza el
período de 2002 a 2005 se observa que la cantidad de sentencias firmes en relación al
total de los casos de abuso sexual denunciado es menor al 10%”56 . En el mismo
sentido, un informe del Ministerio de Justicia Seguridad y Derechos Humanos señala
53
Los motivos para no radicar una denuncia ante la noticia de un hecho de incesto varía según se trate de
quien tiene que vehiculizar una denuncia.
En el caso de los familiares: por un lado cuentan una serie de sentimientos como ser la vergüenza y el
temor por las consecuencias de la denuncia. También esta presente la desconfianza con el sistema
judicial, como propio del imaginario de nuestro país. En algunos casos, pueden a su vez, operar la
negación de la importancia que merece el hecho. Otra dimensión es los altos costos que significa
solventar abogados en los procesos judiciales, que para el caso de que se inicie una causa penal deben
correr a cargo exclusivo del familiar que inste la demanda y que según se informa en el ambiente judicial,
son de altísimos costos, imposibles de solventar para los sectores populares y de gran costo para los
medios. Sin embargo en los casos analizados por esta investigación la denuncia se ha producido
coexistiendo algunos o varios de estos motivos.
En el caso de los profesionales (salud, educación y asistencia social) se observa: desconocimiento de su
obligación legal de denunciar (Ley 26.061 art. 30 y Ley 24.417 art. 2), temores por los juicios de mala
praxis que se desarrollan en nuestra ciudad como parte de una estrategia de amedrentamiento junto a
amenazas, persecuciones e incluso lesiones (parte de lo que algunos autores denominan backlash y que
motivó la creación de un proyecto de ley actualmente en el parlamento para protección a profesionales),
desconfianza con el sistema judicial en cuanto al beneficio que reportaría una denuncia para el niño,
sobrecarga de trabajo y responsabilidades (informes, presentaciones a juzgado, etc.), prejuicios y
desconocimiento de la temática.
54
Rozansky. C.A. Abuso Sexual Infantil. ¿Denunciar o silenciar? Editorial Carolina Di Bella. Buenos
Aires, 2003. Pág. 37
56
Castro, J. C Fiscal a cargo de la UFI- Sex. Nota “El otro abuso”. Diario Página 12, 20 mayo 2007.
Sobre el mismo tema el juez Rozansky informaba en una publicación que “en la argentina la relación
denuncia-condena de los delitos en general no supera el 3%; en los casos de agresiones sexuales es mucho
menor”. C. A. Rozanski. La niña abusada ante la justicia. En VOLNOVICH, J. (comp.) Abuso sexual en
la infancia I. Editorial Lumen. Buenos Aires, 2002. Pág. 48
que la cantidad de sentencias firmes producidas sobre los delitos que afectan a la
integridad sexual es de 13,33% para el año 2008 en la Argentina57.
Asimismo, la Oficina de Violencia Doméstica dependiente de la Corte Suprema
de Justicia según un informe realizado sobre un tema más amplio como lo es Violencia
Familiar, pero que incluye violencias sexuales, informa que de las denuncia por
violencia familiar que tramitan en el fuero penal “durante el primer año de monitoreo
se había detectado que los procesos se cerraban en el 89% de los casos. Este último
relevamiento [año 2010] muestra que ese porcentaje ha descendido al 66% si contamos
dentro de esa clasificación los archivos, desestimaciones y sobreseimientos, que son
medidas que no permiten continuar con el trámite procesal” Según las estadísticas de la
misma oficina el porcentaje de sentencias entre los años 2008 a 2010 es del 0,2%, en
trámite 13%, en suspenso 18%, sobreseimiento 29%, archivo y desestimación 37% y
otros 2,8-%”. 58
57
Informe: “Sistema nacional de información criminal. Año 2008. Informe Argentina”. Fuente: Dirección
nacional de política criminal - ministerio de justicia, seguridad y DD. HH. Página Web
58
“Datos del funcionamiento de la OVD al 15 de septiembre de 2010 (a dos años del inicio de sus
actividades)”.Informe Oficina de Violencia Doméstica. Corte Suprema de Justicia. Período de
seguimiento del fuero penal 15-9-2008 al 15-09-2010 Para el seguimiento de los casos del fuero penal se
ha contado con la información recibida por juzgados de instrucción, correccionales, tribunales orales y
por el Ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires. . –Fuente: página web Corte Suprema de
Justicia de la Nación
Dicha situación contextual pocas veces es tenida en cuenta en el ámbito judicial.
Todo sucede como si el sujeto jurídico (madre querellante, niño presuntamente abusado,
etc.) fuesen la totalidad de la subjetividad a la que se asiste en un proceso.
Lo que queremos situar es que lo judicial es un “tramo” del recorrido a atravesar
y afecta a una dimensión de la subjetividad de quienes concurren a un juzgado. En
algunos casos esto constituye un tramo más que profundiza el drama incestuoso como
fue señalado por algunos autores que estudiaron los procesos de “revictimización” ó
“traumatización/ victimización secundaria” (Finkelhor). Con ello nos referimos a los
procesos judiciales en los que se reproduce una serie de prejuicios, mitos y
adjetivaciones que estigmatizan y desprotegen a los niños y la familia agregando nuevos
daños a los ya producidos. Pero también, otras veces ocurre que la intervención judicial
logra un estatuto diferente, un punto de clivaje, de límite. Aquí lo judicial opera como
un ordenador, en tanto restituye una ley para el niño y para la familia (ya sea por la vía
de la sanción- en el caso de los procesos penales-, ya sea por la vía de la protección –en
los procesos penales y/o civiles59).
III. 3) La relevancia del ámbito judicial para su estudio y el debate silencioso sobre
la necesidad de denunciar
59
Aunque algunos autores plantean con razón (Rozansky) que el objetivo primario, en cualquiera de los
fueros, siempre tiene que ser la protección del niño. Principio que se basa en la enmarcación de las
prácticas jurídicas en leyes que las ordenan más allá de los ámbitos específicos de aplicación. Nos
referimos a la constitución Nacional y a su inclusión de la Convención sobre los Derechos de la Infancia.
60
Merece discriminarse que mientras un grupo de profesionales sostienen una “no judicialización”
implícita en sus prácticas, otros sostienen la necesidad de “intervención judicial” en el ámbito de familia,
pero desaconsejan o ven como negativa la intervención judicial en materia penal. Para comprender esta
diferencia merece señalarse que el ámbito penal constituyen un universo propio de acción judicial, que
difiere en sus procedimientos y consecuencias de lo que se produce al iniciar acciones en el ámbito civil
(fuero de familia). En lo que hace al ámbito penal, hemos escuchado a actores propios del campo jurídico
producir metáforas tales como “es una picadora de carne” y otras de carácter similar, en referencia a lo
observado en los procedimientos en este fuero.
prejuicios y mitos que aún persisten acerca de la veracidad y magnitud de los incestos
producidos61. Otros sin embargo, sortean los escollos mencionados y provienen de
profesionales comprometidos con la defensa de los derechos de los niños. En estos
últimos los argumentos se basan en, al menos, dos motivos: uno el modo en que la
justicia procede para el caso del abuso incestuoso con el consecuente beneficio o no
para los niños; y, por otro lado, el grado de exposición y riesgo para los profesionales ya
sea que estos denuncien un hecho, dirijan un tratamiento, realicen un diagnóstico o
validación de abuso sexual, o en el caso de los abogados lleven adelante una causa
judicial62.
Este debate merece una profunda atención pues señala los puntos ciegos y la
desprotección de los niños ante el sistema de justicia, sin que por ello se ponga en dunda
la obligación de la denuncia judicial que tiene todo profesional al tener noticia de un
caso de incesto como lo fija el conjunto de las leyes vigentes63.
A pesar de las deficiencias señaladas hay coincidencia en sostener la necesidad e
importancia de la intervención judicial. La misma puede decirse que sigue contando
hasta el momento con dos características que la sitúan en un lugar de privilegiado. Una
es el valor simbólico que la inviste como institución portadora de la ley social,
ordenadora del conjunto de los actos. Esta característica hace que los actos y palabras
que provienen de allí tengan un peso y un valor particular para los sujetos a los que se
dirige, tanto los niños como el familiar protector. Ya sean que estos actos o palabras
61
Respecto de estas posiciones dice Alicia Ganduglia, refiriéndose a los casos donde las instituciones de
salud adoptan la decisión de “no denunciar” que: el refugio en la instancia privada, deja el recurso
judicial en manos de la propia familia,y esto hace que la institución de salud entre en colisión con el
secreto familiar, paralizando la eficacia terapéutica en la gran mayoría de estos casos”. En Alicia
Ganduglia. “Dilema para psicoanalistas: las consultas por abuso sexual de niños en las instituciones de
salud”. En: Violencia Familiar y Abuso Sexual. Capítulo XV. Compiladores: Lamberti- Sánchez – Viar.
4ta. Edición. Año 2008. Editorial Universidad
62
Resulta difícil encontrar en la ciudad autónoma de buenos aires profesionales capacitados que tomen a
cargo tratamientos de abuso sexual o realicen una evaluación focalizada en esta temática. Varían a veces
las posiciones según el caso esté o no judicializado. Esta situación que merece un apartado especial para
su análisis, entre otras cosas motiva actualmente a aun grupo de profesionales a la presentación de una ley
de protección profesional. Véase la investigación de J. Pablo Viar sobre los efectos del backlash en
profesionales.
63
Sostiene ASAPMI (Asociación Argentina de prevención contra el maltrato infantil) que “No obstante la
claridad y la contundencia de la normativa ética-deontológica reseñada existe un fenómeno concomitante
que tiene que ver con el discurso de algunos profesionales dirigentes de algunos colegios –e incluso
plasmado en la presentación de trabajos en congresos- que proponen incumplir la ley en cuanto a la
obligación de denunciar; planteando no sólo un apartamiento y marginación de la Ley, sino realizando
además una verdadera apología del incumplimiento de la normativa jurídico-legal y ética-deontológica
vigente”. (23 de septiembre de 2010. Carta al Presidente de la Federación de Colegios de Psicólogos de
la República Argentina Lic. Mario Molina) Carta ASAPMI
sirvan para el sostén, amparo y protección; o bien en su vertiente negativa produzcan
estigmatización ó desprotección.
Por otra parte, la esfera judicial vale por su poder real y específico, es decir, por
su capacidad para intervenir limitando, por ejemplo, el contacto de un niño incestuado
con el familiar que esté abusando de él; o bien regular el marco en que puede o no darse
este vínculo. No hay hasta el momento otro discurso y otra institución capaz de ordenar
los intercambios en ese nivel64, es decir, de producir una interdicción en la realidad de
ese niño o niña, cuando en lo simbólico dicha interdicción no se produce. Esta
posibilidad de intervención en la realidad del vínculo incestuoso, es decir de operar para
detener el acto, de proteger al niño de él, permite: a) detener lo continuo y sin barrera
del incesto 65, b) abrir un espacio posible para la elaboración (dentro de la cual están los
fantasmas, alteraciones perceptivas, flashbacks, etc; y también, como ya es sabido, la
enorme oportunidad para la palabra y el relato de lo ocurrido66), y c) producir una
intervención social/cultural de re-inscripción de la ley de prohibición del incesto.
Por estos motivos, la intervención judicial es señalada por la mayoría de los
autores estudiados tanto para la limitación del incesto, como para la elaboración
psíquica de sus efectos (Intebi, I: 1998; Ganduglia, A: 2008, M, Capacete, L.,
Rozanski). Esto resulta tanto para quienes lo han sufrido de modo directo (los niños y
jóvenes) como para el familiar protector a cargo (que en la bibliografía actual comienza
a identificarse como víctimas primarias). También se hace referencia a la importancia
de dicha intervención para quienes fueron agentes del sufrimiento (los abusadores).
(Geréz Ambertín, M.). Veamos en detalle estos niveles.
64
Algunas expresiones populares del tipo de las “puebladas” ó “escraches” a violadores o incestuadores
pueden ser tenidas como intentos espontáneos por parte de la comunidad de reponer un orden social
trasgredido, en la búsqueda de un “juicio público”, una “condena social”, generalmente asociado a una
mala actuación judicial.
65
Más allá de que ello no detenga la catarata imaginaria de “presencias” del incestuador y de
permanencia imaginada de los actos -a veces incluso estando presos los abusadores-,
66
De allí que durante las declaraciones de los niños en Cámara Gesell se suspenda el contacto con el
familiar sospechado. Varios de los jueces entrevistados al momento de indagar sobre este aspecto referían
no estar de acuerdo en la suspensión del vínculo durante este proceso. “Los peritos lo que piden es que se
suspenda el vínculo hasta que se resuelva la situación. Yo no estoy de acuerdo pero son ellos los que
saben. No estoy de acuerdo porque después es irrecuperable el daño…” se refiere a los casos donde las
denuncias son falsas (veremos luego).
En lo que hace a los niños y jóvenes resulta decisiva por varios motivos. En
primer lugar porque denunciar una situación de incesto supone una forma irreversible de
“dar a conocer lo ocurrido” quebrando, tal como lo sostiene Irene Intebi, la situación de
“ocultamiento y secreto” en que se desarrollan tales prácticas 67. Asimismo, apelar a la
justicia supone, por eso mismo, que lo ocurrido sea inscripto socialmente como un acto
sancionable, transgresivo, en el que debe intervenir una ley que lo nombre y sancione
como tal. Hecho que se torna tanto más necesario cuando los adultos que acompañan al
niño no pueden realizar esta reinscripción de la ley y tomar nota de los efectos que
produjo su transgreción. Así lo señala la autora mencionada (I. Intebi): “La intervención
judicial es de vital importancia para poder trabajar de manera eficaz con familias que
funcionan habitualmente según pautas de minimización, racionalización y negación de
los actos violentos68”
Quienes están abocados al estudio en profundidad del problema, no dudan en
remarcar la importancia de que sea una instancia tercera, quien asuma el papel de
sanción y no el niño, el joven ó el adulto familiar (como muchas veces sucede y se tiene
noticia69) quien se vea solitariamente en el intento de asumir esta función precipitándose
muchas veces cuando esto falla en la búsqueda de un límite y un castigo. Así lo expresa
una de las pocas investigadoras argentinas en el tema: “(…) retomando la cuestión del
incesto, es frecuente que cuando el sistema jurídico no opera como Tercero que plantea
la interdicción y sanciona, aparezca en las víctimas la venganza como respuesta, ya sea
esta como ideación o como acto70”, refiriéndose la autora en su texto a las fantasías o
actos homicidas71. Otra investigadora argentina, la Dra. Alicia Stolkiner al analizar un
tema diferente pero cercano en cuanto a la función ordenadora de la ley jurídica, como
67
Es por ello que Irene Intebi sostiene que ““La utilidad de la intervención legal reside en primer lugar
en la posibilidad de quebrar la situación de secreto y ocultamiento en que ocurren los abusos sexuales de
los niños” (Intebi, I pág. 295
68
Irene, I. Pág. 294)
69
Es de suma frecuencia escuchar ante la noticia de un incesto o un abuso sexual la enunciación por parte
del familiar no abusador frases como “lo voy a matar” y más corriente aún los deseos de muerte. Tales
alusiones, fantasías, muchas veces se desplazan hacia un acto (acting-out) de las cuales las noticias
periodísticas nos dan algunos testimonios, aunque no tantos como el imaginario corriente tendería a
suponer.
70
Capacete, Laura “Incesto paterno filial: función clínica del derecho” en Culpa, responsabilidad y
castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Pág. 162. Editorial Letra Viva. 2009 Marta Gerez
Ambertín Compiladora
71
Hemos corroborado en la observación de un grupo de familiares no ofensores, la presencia de fantasías
de asesinato y muerte tanto en los niños como en el familiar no abusador. No puede por ello generalizarse
esta característica como patrón estándar.
lo son los casos de terrorismo de estado y la práctica de la apropiación de niños en la
argentina, hace mención a la noción de “goce retaleativo”, como aquella situación que
deja a los sujetos atrapados del lado del sufrimiento por la vía de la venganza. Stolkiner
pone de relieve resaltando lo virtuoso que resulta que en los casos argentinos, los
familiares de desaparecidos no hayan emprendido el camino de la venganza.
72
Villafañe Morales, R. Capacete, L y Salomone, G “Rol materno en los casos de niños/a y adolescentes
incestuados”. Universidad de Lomas de Zamora, Facultad de Derecho Pág. 18
73
La investigadora Ruth Teubal señala que “las investigaciones muestran que la protección y el apoyo
del niño por parte de la figura parental no abusadora (mayormente, la madre) es un determinante mayor
en cuanto a los efectos de recuperación positiva de los hijos/as. (Hooper 1992;Plummer 2006;
Faller2007:K.C.; Deblinger y Heflin1996).” Informe Final investigación sobre madres protectoras de
niños objeto de abuso sexual. Facultad de Ciencias Sociales. UBA. Trabajo final pág. 3
nunca es enunciada por el abusador, nunca es declarada –es pertinazmente negada-,
no se cuentan las faltas, pero si suelen darse pasajes al acto o acting-out (intentos o
concretizaciones suicidas u homicidas). Estos pasajes al acto o acting out de los
abusadores se producen sobre todo cuando se rompe el secreto. Cuando él o la
74
sometida se corre de su lugar sacrificial ”.
Por otra parte, en lo que hace a las posibilidades de poner un límite al abuso, de
limitar el espiral de lo que se conoce con el nombre de “reincidencia”, E. Rudinesco
señala -en el marco del debate sobre la utilización de estrategias de tipo,
comportamental, farmacológico ó quirúrgico, desarrolladas en países como EEUU y
Canadá- el beneficio comprobado de las sanciones por vía legal como medio de limitar
la reincidencia en comparación con las otras técnicas mencionadas75.
Finalmente la necesidad de una intervención temprana para el caso de los
abusadores reviste importancia en lo que hace a las posibilidades de recuperación, dado
que –según plantean algunos autores- es más probable el cambio en las conductas
abusivas cuando estas no se han producido muchas veces.76
Como se ve, por diversas vías se señala la importancia de la intervención
judicial para el caso del incesto en lo que hace a los niños y jóvenes, a los familiares
protectores y al propio sujeto que abusa.
74
Véase el modo en que la temática de la muerte se reitera en lo que hace a la importancia de la función
jurídica. En Geréz Ambertín, Marta (comp.). Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y
psicoanalítico. Cap XII “Crimen del abuso. Crimen del Incesto”. Pág. 174. En Letra Viva. 2009
75
Sería importante contrastar estos datos con otros obtenidos en nuestro país. Dice la autora que
“sabemos que la tasa de reincidencia, una vez que han sido sancionados por la ley, es relativamente
débil. Entre un 9 y 13% según los países por lo que respecta a los adultos y un 2% entre los
adolescentes”. Referencia los datos en Sylvere Lotringer. Asimismo, tal como reflexiona la autora en el
mismo texto, es ineludible incluir en esta temática la preocupación por las violaciones a los abusadores
producidas dentro de las cárceles cuando estos quedan expuestos a la violencia sexual interna contra ellos.
Situación que lejos de tender a producir una situación de ordenamiento y sanción, profundiza el más allá
de la ley. Rudinesco, Elisabeth. Nuestro lado oscuro. Una historia de los perversos. Pág. 227-8. Editorial
Anagrama. Barcelona, 2009
76
Félix López. La inocencia Rota. Abuso Sexual a Menores. Pág. 121. Editorial Océano, Punto de
Encuentro. España 1999
CAPITULO IV
OBJETIVOS, HERRAMIENTAS METODOLÓGICAS
Y ESTRATEGIAS DE ANÁLISIS
IV. 2) Objetivos
Generales
Identificar, analizar y comparar los discursos judiciales sobre el abuso sexual infantil de
tipo incestuoso que se producen en la justicia civil con competencia en asuntos de familia en la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Específicos:
Indagar en los discursos judiciales:
1. La variedad de discursos existentes; y compararlos
2. Cuáles son los temas de preocupación más relevantes y de qué manera se formulan.
3. Que nociones de infancia y familia se configuran en los discursos
4. Qué nociones de incesto y abuso sexual se configuran en los discursos
5. Cómo aparecen representados los niños/as en su condición de sujetos de la sociedad actual y
en su relación con los adultos
6. Cómo se interrelaciona la legislación actual sobre temas de infancia y abuso sexual infantil
con los discursos intervinientes en las prácticas jurídicas.
7. Cuál es la implicación subjetiva de los actores y cuál es la percepción que estos tienen sobre
la misma
77
Alicia stolkiner. “La Interdisciplina: entre la epistemología y las prácticas”. Revista El campo Psi. Año
3. Número 10. Abril 1999
Tomaremos una región, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y un ámbito del
ejercicio judicial, los tribunales de familia (justicia civil) 78. Ambos recortes delimitan
una muestra que inicialmente se perfila como aquella donde existirían los discursos más
sensibilizados con la temática y de mayor avance en materia de protección de los
derechos de la infancia, por oposición a lo que se informa sobre otras regiones del país,
como también sobre otros ámbitos judiciales como ser la justicia penal. Por otra parte,
consideramos que la justicia civil se encuentra en la particular posición de ser testigo y
actor del proceso completo por el que atraviesan los niños y las familias que acuden a la
justicia ante una denuncia por abuso incestuoso. Esto se basa en que la misma interviene
desde el momento mismo en que se produce la denuncia penal continuando, luego de la
intervención de este fuero, en contacto con la familia y los niños. Por el contrario, la
justicia penal, si bien se perfila como un actor clave y decisorio en el proceso, solo
participa de la etapa vinculada a la investigación del delito a los fines de sancionar o
absolver al denunciado, luego de lo cual se desvincula del caso continuando las causas,
mayormente, en los juzgados civiles.
78
Las entrevistas a camaristas y fiscales del fuero penal tuvieron por objeto contrastar los enunciados con
los de nuestra muestra.
otras fuentes internacionales vinculadas a la investigación científica y la producción
teórica específica.
79
www.pjn.gov.ar
4) Madres de niños incestuados que atravesaron procesos judiciales
en sede civil (4 entrevistas)
Estas últimas fuentes (las madres), fueron tomadas como de segundo orden. Las
mismas provienen de un trabajo centrado en la observación no participante de un grupo
terapéutico de madres de niños incestuados que se desarrolló en un organismo público.
El trabajo de campo mencionado se realizó en el marco de una investigación previa
(Incesto y familia: niños y niños objeto de abuso incestuoso en la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires. Facultad de Psicología. Beca doctoral CONICET).
También se han producido otra fuentes primarias relevadas por otras herramientas como
ser la lectura de expedientes judiciales:
5) Expedientes de casos de abuso sexual intrafamiliar denunciados
en el fuero penal y con causa abierta en los juzgados de familia (9
expedientes).
Solo uno de ellos no tuvo causa penal, pero tuvo asiendo en uno de los juzgados
visitados.
SEGUNDA PARTE
MARCO JURIDICO PARA EL ESTUDIO DEL ABUSO SEXUAL INFANTIL
DE TIPO INCESTUOSO.
80
La OVD informó en el presente trabajo de campo que: de las 1413 denuncias recibidas en dicha oficina
por abuso sexual intrafamiliar desde el año 2008 hasta Abril de 2012 solamente se registraron 13
denuncias de abuso sexual intrafamiliar en la que la víctima fuera varón mayor de edad. Las restantes
1400 corresponden a mujeres adultas, niñas, niños y adolescentes.
8181
En el informe de la OVD el 21% de las víctimas de abuso intrafamiliar denunciado resultan niños,
niñas y adolescentes.
Sobre dicho concepto nos referimos a continuación.
82
“El corpus iuris del Derecho Internacional de los Derechos Humanos está formado por un conjunto de
instrumentos internacionales de contenido y efectos jurídicos variados (Tratados, Convenios,
Resoluciones y Declaraciones)”, (Opinión Consultiva 16/99, El derecho a la información sobre la
asistencia consular en el marco de las garantías del debido proceso legal, solicitada por los Estados
Unidos Mexicanos, del 1/10/99, párrafo 115). Esta Opinión también se apoya en instrumentos
universales de carácter no contractual, que son numerosos y se conocen bajo diferentes denominaciones,
entre ellas, declaraciones, principios básicos, reglas mínimas, recomendaciones y directrices. Por otro
lado, este mismo principio ha sido reafirmado por la CIDH en sentencias y opiniones más recientes.”
(conforme Freedman, Diego y Terragni, Martiniano “Los derechos de niños, niñas y adolescentes
víctimas de delitos y su recepción en el Derecho argentino” en UNICEF, Asociación por los derechos
Civiles (ADC), Junta Federal de Cortes y Superiores Tribunales de Justicia de las Provincias Argentinas y
Ciudad Autónoma de Buenos Aires (JUFEJUS) “Acceso a la Justicia de Niños/as Víctimas. Protección de
los Derechos de niños, niñas y adolescentes víctimas, testigos de delitos o violencia”, en
http://www.unicef.org/argentina/spanish/OriginalLibroVictimas.pdf. pág. 13.
83
Freedman, Diego y Terragni, Martiniano ob. cit. pág. 12
84
Ibídem.
Privativas de la Libertad –conocidas como Reglas de Tokio– (1990), la Convención
Americana de los Derechos Humanos, La Decisión marco del Consejo de Europa del 15
de marzo de 2001, relativa al estatuto de la víctima en el proceso penal, Las Reglas
Básicas relativas al acceso de justicia de las personas que se encuentran en condiciones
de vulnerabilidad, Reglas de Brasilia (del 4 al 6 de marzo de 2008) y las Guías de
Santiago sobre protección de Víctimas y Testigos, documento aprobado en la XVI
Asamblea General Ordinaria de la Asociación Ibero Americana de Ministerios Públicos
(AIAMP), en República Dominicana los días 9 y 10 de julio de 2008, la Declaración
Americana de Derechos y Deberes del Hombre (1948) y el Protocolo Adicional a la
Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales (conocido como “Protocolo de San Salvador”).
Dentro del grupo que analizamos a continuación, encontramos aquellas
Convenciones que tiene jerarquía constitucional como la Convención de los Derechos
del Niño y la Convención Americana de Derechos Humanos.
También mencionaremos aquellos instrumentos que en principio no generan por
sí solos responsabilidad internacional para el Estado frente a su incumplimiento pero
que, al funcionar como norma interpretativa de tratados o explicativa del contenido de
los derechos protegidos en diversos instrumentos internacionales, plasman principios
internacionales de derechos humanos, los cuales ha advertido la doctrina que bajo
ciertas condiciones se transforman en derecho consuetudinario y, por lo tanto, en
derecho vigente85.
85
Freedman, Diego y Terragni, Martiniano ob. cit pág. 11
personas pero además, requieren de una protección especial que se traduce en
derechos específicos propios de su condición de tales.
En particular respecto del tema del incesto, la Convención de los Derechos del
Niño se establecen diversos mecanismos de protección especial de derechos contra el
abuso físico, mental y sexual y los malos tratos de los niños, niñas y adolescentes.
Desde ya resulta de aplicación esencial el principio general contenido en el
artículo 3 que determina: “En todas las medidas concernientes a los niños que tomen
las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades
administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a que se
atenderá será el interés superior del niño. Además, se establece la obligación de los
Estados Partes de: “asegurar al niño la protección y el cuidado que sean necesarios
para su bienestar, teniendo en cuenta los derechos y deberes de sus padres, tutores u
otras personas responsables de él ante la ley y, con ese fin, tomarán todas las medidas
legislativas y administrativas adecuadas.
Los Estados deben tomar medidas “hasta el máximo de los recursos de que
dispongan” (art. 4º) para asegurar la plena vigencia de los derechos de las niñas, niños y
adolescentes,
El art. 9 de la Convención de los Derechos del Niño resulta importantísimo en
los casos de abuso sexual incestuoso por sus implicancias prácticas en los procesos
civiles y penales.
La norma establece: “1. Los Estados Partes velarán por que el niño no sea
separado de sus padres contra la voluntad de éstos, excepto cuando, a reserva de
revisión judicial, las autoridades competentes determinen, de conformidad con la ley y
los procedimientos aplicables, que tal separación es necesaria en el interés superior del
niño. Tal determinación puede ser necesaria en casos particulares, por ejemplo, en los
casos en que el niño sea objeto de maltrato o descuido por parte de sus padres o
cuando éstos viven separados y debe adoptarse una decisión acerca del lugar de
residencia del niño.
2. En cualquier procedimiento entablado de conformidad con el párrafo 1 del presente
artículo, se ofrecerá a todas las partes interesadas la oportunidad de participar en él y
de dar a conocer sus opiniones.
3. Los Estados Partes respetarán el derecho del niño que esté separado de uno o de
ambos padres a mantener relaciones personales y contacto directo con ambos padres
de modo regular, salvo si ello es contrario al interés superior del niño.
4. ….”
En los procesos de abuso sexual incestuoso ya sea en el ámbito penal o bien en
el ámbito civil, se ha planteado regularmente una postura que sostiene existe una
colisión de derechos entre aquellos previstos en el art. 9 y que se traducen en el derecho
del niño a mantener un contacto regular con ambos progenitores y, por otro lado la
protección a su integridad física, psíquica y sexual.
La complejidad de la cuestión se plantea más concretamente en la aplicación de
esta norma en nuestra jurisprudencia al resolver los casos en que se solicita la
suspensión del contacto entre el niño, niña o adolescente con el pariente quien se
encuentra involucrado en un proceso penal, donde se lo acusa de abuso sexual de los
primeros.
En este sentido el discurso en la jurisprudencia a los fines de enfrentar esta
problemática ha mostrado opiniones divergentes.
El Superior Tribunal de Santiago del Estero en los autos “G. M. S. c/ J. V. L. A.
s/ Divorcio Vincular, etc. - Casación” el 28 de Diciembre de 2005 resume una de las
posiciones adoptadas al decir que: una suspensión total de contacto entre el pariente
objeto de proceso penal y el niño, niña y adolescente víctima importa: “una medida de
tal magnitud, podría resultar tan perjudicial para las menores como el mal que se
86
intenta evitar.” Y que: “una medida de protección de carácter preventivo que
llegase a suspender todo contacto con el padre no conviviente denunciado, de llegar a
demostrase luego, la inexistencia de los mismos, provocaría un daño al interés de las
menores, de similar envergadura que el denunciado, como que también es cierto, que
de seguirse con el régimen amplio impuesto, de resultar ciertos los hechos
denunciados, podrían producirse nuevos acontecimientos de similares características
que agravarían aún más la situación de las menores” 87
La Corte Suprema de Justicia de la Nación en fecha 26 de Octubre de 2010
revocó dicha resolución aportando otra postura sobre el tema que se expresó en el
Dictamen del Procurador que el Máximo Tribunal comparte y hace suyo.
Así se ha dicho que: “el apego indiscriminado al mantenimiento de contacto
con ambos progenitores es incompatible con la naturaleza del fenómeno de la
86
STJ Santiago del Estero 28/12/2005 “G. M. S. c/ J. V. L. A. s/ Divorcio Vincular, etc. - Casación”
publicado en www.jussantiago.gov.ar/green/cgi-bin/library?e=q-01000-00---off-0fallosd2--00-1--0-10-0--
-0---0prompt-10-DC--4-------0-1l--11-es-50---20-about-divorcio--00-1-1-00-0-0-11-1-0utfZz-8-
00&a=d&c=fallosd2&srp=0&srn=0&cl=search&d=HASH015517c77d66881081be9fac . En el caso se
había dictado auto de procesamiento contra el padre de las niñas y se encontraba firme.
87
Ibídem.
violencia familiar, ámbito de características peculiares donde ha menester acudir a
parámetros signados por una impronta protectoría, estrechamente ligada a la idea de
tutela procesa”l88.
“Y que frente a la posible ocurrencia de esta manifestación extrema de la
violencia como es el abuso sexual, no es razonable que las decisiones se funden
maquinalmente en modelos corrientes de abordaje, acuñados para otro tipo de
litigios, de manera que queden equiparadas situaciones ciertamente diversas”.
Resulta destacables las palabras del Procurador en el sentido que: “no es
desatinado provocar la inmediata separación del niño respecto del supuesto
perpetrador, sobre todo en un plano estrictamente precautorio-·sustentado en
elementos de juicio presuntivos- que, por definición, carece de exhaustividad. Y esto
es así, básicamente, porque la función ordenadora debe desplegarse con presteza, con
miras a detener el progreso y la perpetuación del eventual abuso, en un gesto
elemental de cuidado hacia seres humanos altamente vulnerables. Y también, de
prudencia, ya que posponer la cautelar a las resultas de una investigación
previsiblemente prolongada, podría importar -reitero- una desafortunada
contribución institucional a la consolidación de un perjuicio irreparable. Por otro
lado, sí el objeto de la gestión del tribunal se orientara a la realización de un
diagnóstico, su práctica fructífera será probablemente inviable, sí el niño continuara
en contacto con el supuesto agresor.89
En ese mismo sentido se pronunció la sala K de la Cámara Nacional Civil en
el año 1997 al afirmar que las serias presunciones acerca de la existencia de alguna
forma de abuso sexual que podría estar sufriendo una niña por parte de su padre,
constituyen razones suficientes para aplicar al caso los supuestos de excepción previstos
por el art. 9 aps. 1° y 3° "in fine" de la Convención sobre los Derechos del Niño,
88
Del Dictamen del Procurador General de la Nación en autos: “G. M. S. c/ J. V. L. A. s/ Divorcio
Vincular” de fecha 26/10/10 G.2125.XLII.G.1961.XLII que la Corte Suprema hizo suyo. Debe resaltarse
que más allá del excelente dictamen de la Procuración y la decisión de la CSJN, los fallos nada dicen
respecto del impacto de la cuestión en las hijas luego de transcurridos cinco años entre la decisión del
Superior Tribunal Provincial y la sentencia de la CSJN, a lo cual habría que adicionarle el trámite de
primera instancia. Y todo ello dentro de un trámite cautelar que por esencia debería ser célere.
89
El procurador en su dictamen critica incluso cualquier dispositivo de encuentros asistidos resuelto al
mencionar que:“los jueces dan por sentado dogmáticamente -sin consejo profesional experto ni
explicación alguna-, que una supervisión -ni siquiera encomendada a un especialista- neutralizará el
peligro. Ese pensamiento implica simplificar el problema, reduciéndolo a su faz meramente física, con
marcada omisión de un estudio adecuado de los complejos, mecanismos psíquicos implicados en el
síndrome de abuso sexual. “
incorporada a la Constitución Nacional90.
Con la misma tesitura se denegó el pedido formulado por un progenitor para
que se reanude el régimen de comunicación y el contacto telefónico con sus hijos, un
varón y dos nenas de 12, 9 y 6 años de edad, que se encontraban bajo el antiguo
régimen denominado de “protección de persona” por el cual se había prohibido hacía
tres años el contacto entre el padre y los hijos por haber incurrido éste en supuestos
abusos sexuales. Se fundó la medida en que: si bien la medida de suspensión originaria
había sido dictada sólo en base a los dichos de la madre, la actividad instructora del juez
permitió reunir mayores elementos de juicio que señalan indicios concretos de una
posible situación que resultaría sumamente perjudicial para los menores91.
Volviendo al articulado de la Convención, debe resaltarse lo previsto por el art.
12 en cuanto al derecho a ser oído de los niñas, niños y adolescentes en todo proceso
judicial o administrativo.
Esta disposición ha generado un alto impacto en nuestro derecho interno
modificando normativa interna en todos los niveles y campos, los que se verán en
puntos siguientes al tratarse por ejemplo la forma en que debe tomarse el testimonio
infantil, la posibilidad de ser querellante en el proceso penal, la escucha del niño, niña y
adolescente en el marco de las medidas de protección civil y la posibilidad del niño de
contar un patrocinio letrado propio entre otros.
Existe todavía un largo camino a recorrer en una implementación seria de este
derecho debido a los diferentes matices y aspectos que presenta. A lo largo del trabajo
de campo hemos observado las discrepancias en cuanto al alcance y a la forma en que
debe efectivizarse este derecho.
En ese sentido, también se ha pronunciado el Comité de los Derechos del Niño
en su informe sobre nuestro país del año 2010 en cual expresó su preocupación por la
falta de procedimientos formales para garantizar la participación de los niños en las
cuestiones que los afectan y por la impresión que tienen los niños de que su voz no se
escucha debidamente. Asimismo, se cuestionó el hecho que condicionar la audiencia de
90
CNCiv., sala K, 1997/10/17 - S., V. D. c. D., E. D.). LA LEY, 1998-B, 754.
91
CNCiv., sala J, 2004/12/14 - M., M. N. c. M., M. F. y otro. LA LEY 26/10/2005, 13-LA LEY
16/11/2005, 11-DJ 02/08/2006, 983
escucha del niño a la propia petición de éste, puede generar discriminación y
contradicciones en la práctica92.
Por su parte el art. 18 del instrumento internacional que aquí tratamos, establece
la obligación de los Estados de ejercer una serie de conductas activas entre las cuales se
encuentran prestar la asistencia apropiada a los padres para el desempeño de sus
funciones en lo que respecta a la crianza.
Es de interés específicamente el art. 19 de la Convención de los Derechos del
Niño que textualmente dice que: “ Los Estados Partes adoptarán todas las medidas
legislativas, administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño
contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente,
malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, mientras el niño se encuentre bajo
la custodia de los padres, de un representante legal o de cualquier otra persona que lo
tenga a su cargo. Esas medidas de protección deberían comprender, según corresponda,
procedimientos eficaces para el establecimiento de programas sociales con objeto de
proporcionar la asistencia necesaria al niño y a quienes cuidan de él, así como para otras
formas de prevención y para la identificación, notificación, remisión a una institución,
investigación, tratamiento y observación ulterior de los casos antes descritos de malos
tratos al niño y, según corresponda, la intervención judicial.”
Este artículo debe interpretarse como la obligación del Estado de proteger a los
niños, niñas y adolescentes víctimas de malos tratos y abuso sexual e investigar a los
autores de tales delitos. 93.
Al respecto de nuestro país, el Comité de los Derechos del Niño en el año 2010
ha recomendado que nuestro país refuerce las medidas legislativas para resolver los
problemas de abuso sexual ; adopte medidas apropiadas para garantizar el pronto
enjuiciamiento de los autores de delitos sexuales cometidos contra niños; vele por que
los niños víctimas de explotación o abuso sexual no sean criminalizados ni penalizados;
y siga implementando programas y políticas apropiados de prevención y recuperación y
reintegración social de los niños víctimas, de conformidad con la Declaración y el
Programa de Acción y el Compromiso Mundial aprobados en los congresos mundiales
92
Examen de los informes presentados por los Estados partes en virtud del artículo 44 de la Convención
Observaciones finales: Argentina. Comité de los Derechos del Niño 54º período de sesiones 25 de mayo a
11 de junio de 2010. Convención sobre los Derechos del Niño 21 de junio de 2010 CRC/C/ARG/CO/3-4.
93
Freedman , Diego y Terragni, Martiniano ob. cit. Pág. 9
contra la explotación sexual comercial de los niños de 1996, 2001 y 2008, así como los
resultados de las demás conferencias internacionales sobre esta cuestión94.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos95 ha dicho que: “La Corte
Europea, haciendo alusión a los artículos 19 y 37 de la Convención sobre los Derechos
del Niño, ha reconocido el derecho del niño a ser protegido contra interferencias de
actores no estatales tales como el maltrato de uno de los padres (…) además, ha
reconocido que si los niños han sido descuidados por sus padres y carecen de
satisfacción para afrontar sus necesidades sociales básicas, el Estado tiene el deber de
intervenir para protegerlos. En conclusión, el Estado tiene el deber de adoptar todas
las medidas positivas para asegurar la plena vigencia de los derechos del niño”
(párrafos 90 y 91).96
El Comité de los Derechos del Niño recomienda: “que los casos de violencia en
el hogar y de malos tratos y abuso de niños, incluido el abuso sexual en la familia, sean
debidamente investigados con arreglo a un procedimiento judicial favorable al niño y
que se castigue a sus autores, con el debido respeto a la protección del derecho a la
intimidad del niño. También deberán adoptarse medidas para que los niños puedan
disponer de servicios de apoyo durante los procedimientos judiciales; para garantizar
la recuperación física y psicológica y la reintegración social de las víctimas de
violaciones, abusos, descuido, malos tratos, violencia o explotación, conforme al art. 39
de la Convención, y para evitar que las víctimas sean tratadas como delincuentes o
sean estigmatizadas”97.
Por último, el art. 34 establece que los Estados deben proteger a los niños, niñas
y adolescentes de la explotación y el abuso sexual y de modo complementario en el art.
39 dispone que deben promoverse medidas para la recuperación física y psicológica y la
reintegración social de aquellos que fueron víctima de delitos o del abandono.
94
Examen de los informes presentados por los Estados partes en virtud del artículo 44 de la Convención
Observaciones finales: Argentina. Comité de los Derechos del Niño 54º período de sesiones 25 de mayo a
11 de junio de 2010. Convención sobre los Derechos del Niño 21 de junio de 2010 CRC/C/ARG/CO/3-4.
95
“Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño”, Opinión Consultiva N° 17, del 28 de agosto de
2002
96
Citada por Freedman, Diego y Terragni, Martiniano ob. cit. Pág. 9.
97
Observación General Nº 8 (2006), “El derecho del niño a la protección contra los castigos corporales y
otras formas de otras formas de castigo crueles o degradantes (artículo 19,párrafo 2 del artículo 28 y
artículo 37, entre otros).
La Convención Americana de Derechos Humanos, también llamada Pacto de
San José de Costa Rica fue incorporada a nuestro derecho por la Ley 23.054
(marzo/1984) y es otra de las Convenciones que por la reforma del año 1994 adquirió
rango constitucional.
Incluye en su art. 19 la necesidad de protección de los niños ante este tipo de
delitos, temática que está bajo vigilancia en los informes remitidos por el Comité de
seguimiento de la Convención para el Estado Argentino.
Con respecto a la aplicabilidad de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, prestigiosa doctrina ha dicho que: “la Corte Interamericana sostuvo en el
caso “Villagrán Morales y otros vs. Guatemala” que para interpretar el art. 19 de la
Convención Americana debía recurrir a la Convención sobre los Derechos del Niño
como parte de un corpus juris muy amplio de protección de derechos humanos de la
niñez. De manera que hoy para el sistema interamericano la Convención sobre los
Derechos del Niño y la Convención Americana están unidas gracias a la hermenéutica
que la Corte Interamericana realizó en este caso. La Corte Interamericana fue precisa
en determinar que el deber del Estado de asegurar medidas de protección a los niños
consiste en asegurarles “condiciones para vivir vidas dignas de ser vividas”98.
98
Beloff Mary, “El menor de edad víctima en el proceso judicial: garantías procesales y deberes de
prestación positiva del Estado” en UNICEF, Asociación por los derechos Civiles (ADC), Junta Federal
de Cortes y Superiores Tribunales de Justicia de las Provincias Argentinas y Ciudad Autónoma de Buenos
Aires (JUFEJUS) “Acceso a la Justicia de Niños/as Víctimas. Protección de los Derechos de niños, niñas
y adolescentes víctimas, testigos de delitos o violencia”, en
http://www.unicef.org/argentina/spanish/OriginalLibroVictimas.pdf pág 28. La Corte Suprema de
Justicia de la Nación resolvió que: “... la jerarquía constitucional de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos (…) ha sido establecida por voluntad expresa del constituyente ‘en las condiciones
de su vigencia’ (art. 75, inc. 22, párr. 2°), esto es, tal como la Convención citada efectivamente rige en el
ámbito internacional y considerando particularmente su efectiva aplicación jurisprudencial por los
tribunales internacionales competentes para su interpretación y aplicación. De ahí que la aludida
jurisprudencia deba servir de guía para la interpretación de los preceptos convencionales en la medida
en que el Estado argentino reconoció la competencia de la Corte Interamericana para conocer en todos
los casos relativos a la interpretación y aplicación de la Convención Americana…” (C.S.J.N Fallo:
318:514, considerando 11).
art. 10 que corresponde al derecho a la preservación de la salud y el bienestar; y por
último el 18 el cual contempla el derecho a la justicia.
99
”Friedman y Terragni ob. cit pág. 11.
100
La expresión “normal” es la utilizada en el texto original.
3.3 Las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para la Administración de la
Justicia de Menores –conocidas como Reglas de Beijing– (1985).
Aprobadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 29 de
Noviembre de 1985. A pesar de tratarse de un instrumento dirigido principalmente a la
vinculación de la justicia con los niños, niñas y adolescentes que cometen delitos, la
Regla 18.2 establece que ningún niño, niña y adolescente puede ser sustraído total o
parcialmente de la supervisión de sus padres a menos que las circunstancias del caso lo
hagan necesario, por ejemplo en casos de abusos de menores.
101
C.S.J.N. 07/06/2011 “G. L., J. s/ Causa Nº 2222” Sup. Penal2011 (septiembre), 37 - LA LEY2011-E,
240 - DJ21/09/2011, 49 - DPYC 2011 (septiembre) , 204. El 11 de mayo de 2012 la sala IV de la
Cámara de Casación Penal resolvió condenar al progenitor a la pena de 18 años de prisión.
accediéndola carnalmente por vía vaginal, ejerciendo violencia física y amenazándola
de muerte para que no lo denunciara.
El Tribunal Oral en lo Criminal nº 12 de la Capital Federal resolvió condenarlo
a la pena de dieciocho años de prisión.
La joven víctima sufrió varios intentos de suicidio y tuvo varios episodios
psicóticos.
El abogado defensor del condenado, interpuso recurso de casación fundado en la
imposibilidad que había tenido la defensa de controvertir los dichos de la joven.
La Sala IV de la Cámara Nacional de Casación Penal anuló la sentencia
condenatoria y reenvió las actuaciones a un nuevo tribunal, para que se ocupara de que
la víctima fuera preparada psicológicamente para prestar declaración en el debate y de
la búsqueda intensiva de la denunciante (que era la tía de la víctima), a fin de que se
realizara un nuevo juicio.
El Fiscal General dedujo recurso extraordinario federal cuya denegación motivó
el recurso de queja resuelto por la Corte Suprema de Justicia.
El Fiscal fundó su recurso en que la condena no se basó solamente en la
declaración de la víctima sino que existían otros elementos de prueba que coadyuvaban
al dictado de la sentencia condenatoria.
El procurador General de la Nación en su dictamen102 hizo referencia a la
doctrina establecida por la C.S.J.N. al argumentar que se equiparan a sentencia
definitiva de las decisiones que, si bien no ponen fin al proceso, implican que quien fue
víctima durante su menor edad de ofensas sexuales, deba prestar una nueva declaración
o someterse a reiterados exámenes, ya que son irreparables el daño psíquico que podría
sufrir como consecuencia de ello y la consiguiente lesión de los derechos que le asisten
en virtud de la Convención sobre los Derechos del Niño.103
El fallo del Máximo Tribunal en su voto mayoritario valoró como
sustancialmente importante para resolver el recurso dos cuestiones: la existencia de
múltiples pruebas que fundaban la sentencia de condena y el estado de salud de la
joven.
Estimó que el aquo no había atendido a los mecanismos especiales de
protección de los derechos de quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad.
102
El dictamen completo puede obtenerse en
http://www.mpf.gov.ar/mobile/DetalleNoticia.asp?IdRegistro=358
103
CSJN (Fallos: 325:1549).
Asimismo, consideró que el tribunal de juicio fundamentó la declaración de
culpabilidad del Sr. G. L. en otras pruebas determinantes como: las diferentes pericias
ginecológica y médica, la presencia de sangre y semen del condenado en el colchón
donde se produjo el delito, la declaración en el debate de la psicóloga del Cuerpo
Médico quien realizó la pericia psicológica sobre la víctima.
Resultó destacable esta última, en el sentido que la profesional declaró que la
víctima se encontraba en un estado de extrema vulnerabilidad por las vivencias de
intensa agresión padecidas, siendo factible que pudiera intentar suicidarse.
El fallo sostuvo que la sentencia de la Cámara de Casación constituía una
resolución arbitraria, y admitió el recurso de queja interpuesto.
La Dra. Highton de Nolasco coincidió con la solución de la mayoría pero
elaboró su propio voto. En nuestra opinión la jueza logró plasmar la problemática de la
cuestión más allá de las circunstancias particulares de la causa.
Consideramos personalmente, que el voto de la jueza logra articular las normas
provenientes de la totalidad del ordenamiento jurídico para su aplicación respecto de la
protección de la víctima en estado de vulnerabilidad. Así, la mención de instrumentos
internacionales y la importancia de la condición de la víctima en la construcción lógica
del voto adquieren una importancia radical respecto del camino a seguir en casos
análogos en el futuro.104
En ese sentido, la magistrada entendió que la cuestión resultaba en determinar
qué alcance corresponde otorgar al derecho del imputado a controlar de modo útil la
prueba (art. 14 párrafo 3 inciso “e” del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos y 8 párrafo 2 inciso “f” de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos) frente a los derechos de una víctima en condición de vulnerabilidad.
Todo ello porque incumbe al Estado la carga de justificar la limitación que se
deba verificar.
Para ello, se refirió a las Reglas de Brasilia y a su definición de personas en
estado de vulnerabilidad considerando que las normas resultaban aplicables al caso.
Se destaca el hecho que la Dra. Highton marca que; el parámetro de proporción
para resolver la colisión de intereses debe necesariamente tener en cuenta el trato a la
104
Desde ya que lo mencionado no importa desmerecer el voto mayoritario, sino que frente a la temática a
analizar, consideramos que el voto de la Dra. Highton importa una aplicación del derecho como un
bloque articulado, otorgando una regla clara de ponderación de los derechos en juego.
víctima y el respeto a su dignidad, principios fundamentales adoptados por la res. 40/34
del 29/11/1985 de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Consideramos que del voto de la Dra. Highton surge una pauta clave: probado
que la víctima se encuentra en estado de vulnerabilidad, la restricción al derecho de
defensa de imputado no resulta arbitraria ni irrazonable.
NORMATIVA INTERNA
En primer nivel de análisis cabe distinguir los objetivos de las leyes civiles y de las
leyes penales en los casos de abuso sexual intrafamiliar.
Tradicionalmente, el ordenamiento jurídico ponía su eje en qué todo aquel que
violaba las normas debía ser sancionado es decir, focalizaba su atención principalmente en
el infractor.
Esta perspectiva comenzó a modificarse en las últimas décadas surgiendo así un
nuevo enfoque que se irradia a todas las ramas del derecho: en el derecho penal se traduce
en todas aquellas normas que tienden a modificar la tradicional situación de invisibilidad de
la víctima mientras que en el derecho civil se plasmó en la nueva concepción del derecho de
daños y las normas que tienden a la protección integral de las víctimas.
En la justicia penal la sanción es eminentemente punitiva mientras que el derecho
civil tenderá a proveer las medidas de protección y en una etapa ulterior en su caso se
ocupará de establecer una sanción resarcitoria por el daño causado.
105
La OVD informó que de 1413 denuncias efectuadas del 2008 hasta Abril de 2012 , 1295
correspondían a mujeres víctimas.
En nuestra legislación se trata de dos abordajes diferentes que no son
excluyentes.106
En el ámbito de la justicia penal resulta imperativa la prueba de la comisión del
tipo penal con su correspondiente autoría, todo con la consiguiente dificultad y
complejidad probatoria que uniformemente reconocen todos los operadores jurídicos107.
En la justicia civil, las medidas de protección no implican un decisorio de mérito
que declare a alguien autor de los hechos108 que se le atribuyen, ya sea en el ámbito de
las medidas cautelares de la ley de protección contra la violencia familiar ley 24.417, o
bien dentro de las medidas excepcionales del art. 39 de la ley 26.061.
Cierta doctrina y jurisprudencia han marcado también la diferencia entre el
estándar de prueba que rige en los procesos penales de los que rigen en el derecho
civil.109
En ese sentido, se ha dicho que en el ámbito penal impera el principio de la
prueba de la culpabilidad más allá de toda duda razonable, mientras que en el ámbito
civil se trata de un “balance de probabilidades”.
Veamos entonces en primer término aquellas normas de derecho civil que hacen
a la protección de las víctimas.
Completando el panorama dentro de esta rama del Derecho, nos referiremos a las
normas del Código Civil que hicieron o hacen referencia al incesto.
Luego pasaremos a analizar la normativa penal y procesal penal.
1. DERECHO CIVIL.
En el marco de la evolución legislativa del tratamiento del incesto en el Derecho
Civil, el concepto ha estado tradicionalmente vinculado a la prohibición del contraer
matrimonio y a las antiguas calificaciones que se establecían respecto de los hijos.
106
García de Ghiglino Silvia, Aquaviva María Alejandra “Protección contra la violencia familiar”
Hammurabi 2010 pág. 130. Ver en particular el análisis que realizan las autoras de la legislación
comparada en materia de protección contra la violencia familiar.
107
García de Ghiglino Silvia , Aquaviva María Alejandra ob. cit. pág. 130, Molina Alejandro , Sanz
Diana “Violencia y abuso en la familia “ Edit. Lumen- Hvmanitas 1era Edic. 1999 pág. 252.
108
Respecto del procedimiento previsto contra la violencia familiar así lo ha dispuesto la jurisprudencia:
CNCiv., sala A, 1996/05/21 - B., M. J. c. R., O.). LA LEY, 1996-E, 493; DJ, 1996-2-129; JA, 1999-II-
síntesis. (Id., sala A, 1996/06/14 - R., S. I. c. T., C. E.). DJ, 1997-1-1003; JA, 1999-II-síntesis. (Id., sala
A, 1997/03/25 - S., A. D. c. G., R.). LA LEY, 1997-E, 241; DJ, 1997-3-33. (Id., sala C, 1997/04/17 - B.,
G. Z.). JA, 1997-IV-292. (Id., sala E, 1997/05/14 - B., M. C. c. A., E. M.). LA LEY 1997-E, 654; DJ,
1997-3-624. (Id., sala A, 1999/05/17 - D. V., M. J. D. c. R., D. S.). ED, 193-510, 930-SJ. (Id., sala C,
2000/03/28 - D. I., A. c. I., D. A.). ED, 189-313. (Id., sala A, 2000/10/02 - M., M. R. y otro c. P., C. O.).
ED, 194-668, 972-SJ. (Id., sala K, 2003/02/03 - R. G., O. y otro). DJ, 2003-2-198. (TFamilia Formosa,
1998/09/04 - V., D. E. c. E. G., E.). LLLitoral, 1999-70.
109
García de Ghiglino Silvia , Aquaviva María Alejandra ob. cit pág. 132.
A partir de las últimas décadas del siglo veinte, la noción del incesto aparece
plasmada en todas aquellas leyes de protección contra toda forma de violencia familiar
y también aquellas que contemplan la protección de los niños, niñas y adolescentes.
En este ámbito, debe destacarse que el término incesto es rara vez empleado por
la legislación civil, utilizándose el vocablo abuso sexual intrafamiliar.
A continuación, nos dedicaremos al estudio de la legislación del ámbito del
derecho civil que se refiere al tema.
110
Conforme Zannoni, Eduardo A., Tratado de Derecho de Familia, T. I, Buenos Aires, Astrea 2008, p.
244.
111
Mizrahi, Mauricio L., Familia Matrimonio y Divorcio, Buenos Aires, Astrea, p. 25.
112
Ver en ese sentido Borda, Guillermo, Tratado de Derecho de Familia, T. I, Editorial Abeledo Perrot p.
103, Mazzeaud H. y Mazzeaud L., Lecciones de Derecho Civil, Vol. III, Ediciones Jurídicas Europa -
América. Buenos. Aires, 1959 p. 155; Ripert G. –Boulanger J., Tratado de Derecho Civil según el Tratado
de Planiol. -- Buenos Aires: T. II, Vol. I La Ley, 1963, p. 203; Puig Peña, Federico Tratado de Derecho
Civil Español T. II, Vol. I Madrid: Revista de Derecho Privado, 1946. , , p. 114; Lehmann Heinrich,
Derecho de Familia, Madrid: Revista de Derecho Privado, Madrid Vol. VI, p. 83; Busso, Eduardo B. Cod.
Civ. Anotado T. II, Buenos Aires : Ediar, 1944, p. 83.
113
Mizrahi Mauricio, L. Familia, matrimonio y divorcio, Buenos Aires, Astrea,2006 p. 25.
los sentimientos, entendiendo que existe una absoluta incompatibilidad entre la
organización familiar y la práctica del incesto114.
Zannoni, por su parte, menciona -como pilar que sostiene la prohibición legal- el
argumento de tipo antropológico por el cual el tabú del incesto se constituye en uno de
los pilares de la formación de la familia exogámica115. Sin perjuicio de ello, concluye
que priman razones de índole ética que integran la herencia cultural y que el legislador
no hace sino reflejar en las disposiciones generales116.
Nuestra legislación actual (Ley 23.515), prevé el impedimento para contraer
matrimonio:
a) Entre parientes consanguíneos: en línea recta ascendiente y descendiente sin
limitación de grados y en línea colateral en segundo grado (hermanos y medio
hermanos) (art. 166, inc. 1º y 2º).
Cabe destacar que la extensión del impedimento en la línea colateral varía entre
las legislaciones, pero todas prohíben uniformemente los matrimonios entre hermanos y
medio- hermanos. Aquellas que extienden la prohibición más allá de dicho grado,
generalmente consideran la posibilidad de la dispensa de la autoridad para contraer
dicho matrimonio. El ejemplo más claro está dado por el Derecho Canónico 117 o el
Derecho español en los casos de uniones entre tío y sobrina o primos hermanos118.
Estas variaciones en cuanto al grado de prohibición, ya eran contempladas por
Vélez Sarsfield en la nota al ex art. 159: “La poligamia y el incesto en toda la
cristiandad, dice Story, causan la nulidad del matrimonio”. Pero, ¿hasta qué grado la
unión de los parientes puede llamarse incestuosa? En muchas naciones los grados del
Levítico han formado el término desde donde únicamente puede comenzar la unión
legítima. En Inglaterra son respetados los grados del Levítico, limitados al tercer grado
de consanguinidad, y al segundo de afinidad, es decir que es incestuosa la unión de los
114
Mizrahi, Mauricio L., ob. cit., p. 25, menciona dentro de esta tendencia a Levi Strauss, Kip-Wolf y
Rébora.
115
Zannoni, Eduardo A., ob. cit., p. 249.
116
Zannoni, Eduardo A., ob. cit., p. 250.
117
El Código Canónico extiende el impedimento de consanguinidad en la línea colateral hasta el cuarto
grado inclusive, considerando que hasta el segundo grado el impedimento es de Derecho divino o natural
y, por lo tanto, no pasible de dispensarse, en tanto en el tercer y cuarto grado, por tratarse de un
impedimento de Derecho eclesiástico, es dispensable por el ordinario del lugar (canon 1091, CIC 83, y
canon 808, CCEO) Conforme Perrino, Jorge Oscar, Derecho de Familia Lexis Nexis, 2006. Citar: Lexis
Nº 7002/005683.
118
El inc. 1º del art. 47 del Código Civil español establece el impedimento para los parientes en línea
recta por consanguinidad o adopción. Con respecto a los colaterales, en el inc. 2, se prevé su extensión
hasta el tercer grado de consanguinidad. Sin perjuicio de ello, el art. 48 concede al juez de primera
instancia la facultad de dispensar los impedimentos del grado tercero entre colaterales.
sobrinos con los tíos, lo mismo que la de los cuñados. ‘Mas sería muy difícil, dice Kent
(‘Lect.’, 26, pp. 83 y 84), sostener toda unión como incestuosa fuera del segundo grado,
que es entre hermanos en la línea colateral. En la línea recta, toda unión es incestuosa,
sea el parentesco de consanguinidad o de afinidad. Si en el país no hay una ley especial
sobre incesto, debemos estar a la ley natural. La práctica de todas las naciones de la
cristiandad reputa inmoral, incestuosa y contraria a la pureza que debe reinar en las
familias, y prohibida también por ley natural, la unión de los hermanos, sean de padre
y madre, o solo de padre o de madre. Esta ha venido a ser la regla o la ley común del
género humano, y en ese grado debe acabar el incesto, si la legislatura del pueblo no
ha señalado otro grado ulterior’. En cuanto a los parientes por afinidad, puede decirse
que no hay incesto fuera de la línea recta. En los Estados americanos, dice Story, la
unión de los cuñados no solo es tenida como legal, sino que se reputa moral, religiosa y
conforme a las doctrinas cristianas”.
b) Entre parientes por afinidad (los parientes consanguíneos del cónyuge) existe
impedimento para contraer matrimonio entre aquellos que lo sean en línea recta.Este
impedimento también tiene su origen en razones ético-familiares.
Cabe aclarar que en nuestra legislación el parentesco por afinidad se restringe a
la línea recta solamente y adquiere plena vigencia cuando el matrimonio que generó el
parentesco por afinidad se disuelve por muerte o por divorcio, ya que mientras el
vínculo matrimonial se encuentre subsistente el cónyuge no podrá contraer matrimonio
con el pariente afín por mediar impedimento de ligamen.
c) En los casos de adopción debe distinguirse entre la adopción plena, por la cual
el hijo adoptivo ocupa el lugar que tendría un hijo biológico, de la adopción simple que
solo genera vínculos jurídicos entre adoptante y adoptado.
En el primero de los casos, el adoptado mantiene los impedimentos
matrimoniales con su familia biológica (art. 323 Cód. Civ.) y además tendrá los
previstos en el inc. 1 del 166 con respecto al adoptante y sus parientes.
En cuanto a la adopción simple conforme el art. 166 el adoptado no podrá
contraer matrimonio con el adoptante, el cónyuge o los hijos del adoptante. A su vez, el
adoptante no podrá contraer matrimonio con los descendientes o cónyuge del adoptado.
Tampoco pueden contraer matrimonio los hijos adoptivos entre sí (cfr. inc. 3 del art.
166):
Si se contrae matrimonio violentando estas normas, la sanción prevista es la
nulidad que priva de todo efecto al acto conforme lo establece el art. 219 del Código
Civil.
Atento que se encuentra interesado el orden público la acción puede ser
interpuesta por cualquiera de los cónyuges, sus ascendientes, descendientes, hermanos,
tutores, curadores y el Ministerio Publico de acuerdo con la misma disposición
mencionada.
La acción es imprescriptible.
La legitimación amplia y la calidad de imprescriptible de la acción se
fundamentan en los valores e intereses en juego.
119
Méndez Costa, María Josefa, La filiación, Buenos Aires, Rubinzal Culzoni, 1986, Cap. II, p. 13.
120
Ibídem.
121
Terán Lomas, Roberto A.M., Los hijos extramatrimoniales, Buenos Aires, Tipográfica Editora
Argentina, 1954, p. 9.
122
Méndez Costa, María Josefa, ob. cit., p. 15.
Si el hijo era concebido o procreado fuera del matrimonio, podía ser
jurídicamente hijo natural, hijo espurio (hijo de mujer de baja condición), hijo
adulterino o hijo incestuoso, dependiendo si los hijos eran nacidos de unión prohibida
por impedimento de ligamen o de parentesco 123.
Los hijos naturales eran aquellos “aquellos nacidos de la unión de un hombre
libre con una concubina”, o sea “los hijos nacidos de una unión no matrimonial”. No
existía entre sus padres impedimento alguno para contraer matrimonio y, por lo tanto,
ello implicaba que podían ser “legitimados”.
En el Derecho de Justiniano la legislación negaba a los hijos incestuosos
cualquier derecho alimentario y consideraba que no tenían ni padre ni madre (Novela
74, capítulo VI)124.
Esta distinción tiene vital importancia en nuestro Derecho ya que, a través de la
doctrina francesa, más concretamente por Zacharie, se trasvasa luego al Código de
Vélez.
En el antiguo Derecho Español también existían las categorías de hijos legítimos
e ilegítimos, denominándose fornecidos a los hijos nacidos de una relación entre
parientes125.
El Code Francés también realizaba la distinción entre hijos legítimos e ilegítimos
y dentro de la última categoría distinguía a los hijos naturales, adulterinos e incestuosos.
El Código de Napoleón excluía a los hijos incestuosos de cualquier derecho
sucesorio y prohibía su reconocimiento o la indagación de la paternidad o maternidad,
sometiéndolos a condiciones extremadamente duras126.
Los Códigos Civiles de los siglos XIX y principios del siglo XX receptaron la
tradición romana y francesa, al establecer las categorías de hijos en base a la situación
en que se encontraban sus progenitores al momento de la concepción.
La regulación de los hijos incestuosos era prácticamente uniforme: se prohibía el
reconocimiento de estos hijos, se prohibía la indagación de paternidad o maternidad127
Como excepción, se permitía el reconocimiento del hijo incestuoso si los padres
contraían matrimonio porque el impedimento era dispensable. Ello se aplicaba
únicamente a los casos de uniones entre colaterales en el cuarto grado de parentesco (tío
123
Méndez Costa, María Josefa, ob. cit., p. 15.
124
Terán Lomas, Roberto A.M., ob. cit., pp. 9-10.
125
Méndez Costa, María Josefa, ob. cit., p. 17.
126
Ripert G.-Boulanger J., ob. cit. p. 97.
127
Cód. Civ. Francés, arts. 335 y 342; Holandés, arts. 343; Español, art. 139 y 140; Italiano, arts. 180 y
276; Suiza, art. 304; Rumania, art. 308; Chile, arts. 270; Bolivia, arts. 167, entre otros.
tía sobrino sobrina, primos hermanos) y parientes por afinidad (parientes consanguíneos
en línea recta del cónyuge)128.
Cabe destacar que la filiación materna de estos hijos quedaba siempre
determinada por el principio de mater sempre certa est y lo que realmente se prohibía
era cualquier tipo de indagación o reconocimiento de la paternidad.
La doctrina francesa se pronunciaba en los términos más duros respecto de la
condición en que se encontraban los hijos incestuosos.
Bigot de Préameneu sostenía el llamado “argumento del escándalo”, al que se
refería en las siguientes palabras: “Se ha querido evitar el escándalo público que
causaría la acción judicial de un hijo adulterino o incestuoso, que investigase su estado
en la prueba del delito de los pretendiese al mismo tiempo ser los autores de sus
días”129.
Marcadé era rotundo en afirmar que debía negarse todo derecho a aquellos que
“son el fruto de un crimen”130.
Mourlon habla de estos hijos como insulto a las buenas costumbres y creía que
no debía revelarse la impureza de su nacimiento. Duranton se expide en forma
semejante y agrega que la prohibición trata de prevenir los debates escandalosos y
afligentes para la sociedad131.
Baudry Lacantiere dejaba claro el discurso jurídico imperante respecto del
incesto: “se trata de hechos odiosos sobre los cuales conviene tender un velo”132.
En 1930 Josserand admitía que el precepto legal resultaba cruel pero entendía
que “el hijo adulterino e incestuoso debe quedar en el estado de mostrenco, de paria: es
la voluntad del Código Civil, que en nombre de la moral ultrajada y en el interés de la
sociedad, extiende un velo sobre el origen culpable de la filiación y que por un método
de reversibilidad bien cruel, echa sobre el hijo la culpa de sus padres”133.
128
Como el art. 249 del Código Civil Italiano, que permitía el reconocimiento por el padre, si ignoraba el
vínculo de parentesco al tiempo de la concepción. El Código Español, por su parte, denominaba nefarios a
los hijos nacidos de personas entre las cuales mediaba impedimento de parentesco dispensable. El Código
Civil Boliviano en su art. 175 permitía la legitimación de los hijos incestuosos en los casos en que se
otorgara dispensa del Derecho Canónico.
129
Terán Lomas, Roberto A.M., ob. cit., p. 65.
130
Marcade, V., Explication Theorique et Pratique du Code Civil, T. 3, Paris, 1894, pp. 127- 132, ob. cit.
T. 2, 1886, p. 54.
131
Terán Lomas, Roberto A.M., ob. cit., p. 67.
132
Braudy, Lacantiere, Gabriel Précis de droit civil, T. 1, Paris, L. Larose et Forcel 1885, p. 516.
133
Josserand, Louis, Cours de droit civil positif francais, Recueil SireyT. 1, Paris, 1932-33 p. 632.
Demolombe sostenía que la intención del legislador francés era que “esos
crímenes contra la moral permanezcan ocultos en la obscuridad y en silencio”134.
Sin perjuicio de la opinión mayoritaria de la época existían autores franceses
italianos y españoles, que entendían que la disposición resultaba cruel y observaban la
falta de consistencia del argumento del escándalo.
En el Derecho italiano Guarneri Ventimiglia afirmaba que la disposición legal en
lugar de establecer la responsabilidad y las obligaciones de los padres, la ley hace
responsable a la prole por el hecho de sus progenitores, y consagra así la impunidad de
los culpables135.
1.2.a. El Código Civil Argentino.
Vélez Sarsfield, tomando la tradición romana y lo dispuesto por la legislación y
doctrina francesa, mantuvo la tradicional distinción entre hijos legítimos e ilegítimos.
Asimismo, dentro de esta última categoría también incluyó las distinciones entre
los hijos naturales, sacrílegos, adulterinos e incestuosos, dedicándoles el Título V,
Sección II, Libro I.
El art. 339 del Cód. Civ. establecía que hijo incestuoso era el que ha nacido de
padres que tenían impedimento para contraer matrimonio, por parentesco que no era
dispensable según los cánones de la Iglesia Católica.
Los impedimentos dispensables eran los existentes entre parientes colaterales
que no son hermanos y los afines en línea recta.
Por su parte el art. 341 prohibía toda indagación de paternidad o maternidad y el
art. 342 establecía que no tenían ni padre ni padre ni parientes algunos por parte de
padre y madre.
Resulta interesante a los fines discursivos la nota al art 325 que permite la
investigación de la paternidad y la maternidad en el caso de los hijos naturales. En ella
Vélez dice: ¿Y cómo evitar en los juicios la discusión de hechos inmorales o
escandalosos? Los delitos sobre estupro, nulidad de matrimonios, amancebamientos de
hermanos con hermanas, incestos, adulterios de la mujer o del marido, son verdaderos
pleitos escandalosos y sin embargo, es de toda necesidad permitirlos y entrar en la
indagación y prueba de los hechos”
134
Terán Lomas, Roberto A.M., ob. cit., p. 69.
135
Guarnieri Ventimiglia, A., La familia moderna, Torino, Napoli, Milano, Roma, 1904 Ex-libris
Caproni, pp. 287-293.
Los hijos incestuosos solo podían reclamar alimentos si han sido reconocidos
voluntariamente por sus padres hasta la edad de 18 años y siempre que estuvieren
imposibilitados para proveer a sus necesidades (art. 343 Cód. Civ.). De mediar
reconocimiento voluntario se convertían en hijos naturales del reconociente136.
En la misma línea se establecía que no tenían ningún derecho en la sucesión del
padre o la madre ni los últimos en la de los primeros, no tenían la patria potestad ni la
posibilidad de nombrar tutores (art. 344 Código Civil).
La Ley de Matrimonio Civil 2393 elimina la categoría de hijos sacrílegos pero
mantiene las restantes con sus efectos legales.
La Ley 10.903 y la Ley 11.357 implicaron avances para los hijos naturales en
aspectos de patria potestad.
En la doctrina nacional se reprodujo el debate que existía en el Derecho
Comparado.
En el Segundo Congreso de Derecho Civil se discutió si debía equipararse la
situación de los hijos incestuosos y adulterinos a los hijos naturales. La respuesta
afirmativa se impuso por un solo voto, luego de una discusión álgida entre los
participantes del Congreso.
El Dr. Luis E. Molina delegado del Superior Tribunal de la Rioja expresó la
opinión de la negativa a la equiparación diciendo: “En cuanto a la otra cuestión
relativa a los hijos incestuosos, tampoco creo que la situación sea idénticamente, ni
menos igual a la de los hijos adulterinos: los hijos incestuosos han nacido, no ya al
margen de una disposición legal, sino en contra de las leyes naturales, de la biología;
son los hijos generalmente de padres tarados, degenerados”. “Ni siquiera debería
permitírseles investiguen su filiación, porque los perjudica y les coloca un sello
vergonzoso; el estigma del incesto, a cambio de un vil interés económico, como sería el
proveniente del reconocimiento que se les acordara. Por otra parte, el padre de los
hijos incestuosos, si es su deseo favorecerlos, puede realizar ese propósito sin
necesidad de inferirles esta afrenta al dejar comprobado el incesto”137.
Lafaille sostenía que la severidad de la ley debía reservarse más a los padres y
solo “sacrificar a los hijos cuando sale a la lid un interés de orden superior”.138
136
Méndez Costa, María Josefa, ob. cit., p. 116.
137
Actas del Segundo Congreso de Derecho Civil. Córdoba, Imprenta de la Universidad de Córdoba,
Debate, 1939, p. 257 y ss. La transcripción completa puede consultarse en
http://www.acaderc.org.ar/biblioteca/bibliotecavirtual/actasegundocongresodscivil.pdf
138
Lafaille Héctor, Familia, pp. 363-366. En Terán Lomas, Roberto A.M., ob. cit., p. 98.
Con atinado criterio Prayones argumentaba: “con el ocultamiento no se defiende
la honestidad de las costumbres, sino por el contrario, se fomenta el libertinaje, No es
por cierto un freno el que la ley diga que los hijos no tienen Derecho alguno a reclamar
a sus padres. Con estas trabas la ley no hace otra cosa que dar franquicia al delito”139.
En ese mismo sentido se pronunciaron Rébora, Díaz de Guijarro, Orgaz, Rojas,
González, Cárcano y Escalante, estos últimos ya en 1884 se pronunciaban en favor de la
equiparación de todos los hijos sean matrimoniales o extramatrimoniales140.
143
Méndez Costa, María Josefa, ob. cit., p. 18.
144
Méndez Costa enumera en orden cronológico aquellas reformas del Derecho Comparado que
consagraron el principio de unidad de filiación: Ley Matrimonial de la República Popular de China de
1950, Código de Matrimonio, Familia y Tutela de Hungría de 1952, Código de Familia de Rumania de
1954 modificado en los años 1956 y 1966, Ley Noruega de 1956, Código de Familia de Checoslovaquia
de 1963 y su Código Civil de 1964, Código de Familia y la Tutela de Polonia 1964, Código Civil de
Guatemala 1964, Código de Familia de la República Democrática Alemana 1966, Código de Familia de
Bulgaria 1968, Ley de Reforma de Colombia 1968, Ley de reforma de la República Alemana Federal
1966, Ley de reforma del Código Civil de Austria 1970, Ley de Reforma del Código Civil Francés de
1972, Código Civil de los Países Bajos de 1974, Código de Familia de Bolivia 1972, Código de Familia
de Costa Rica 1976 con reforma en 1977, Ley Húngara de 1974, Código de Familia de Cuba de 1975,
Ley Italiana de 1975, Ley Sueca de 1977, Ley Suiza de 1978, Código Civil de Ecuador de 1980, Ley
Española que Reforma el Código Civil en 1981, Código Civil de Venezuela en 1982, Código civil de
Portugal modificado en 1977 y el Código Civil Peruano de 1984 (ob. cit., p. 56).
145
El Pacto de San José de Costa Rica, incorporado por Ley 23.054 del 1º de marzo de 1984, en su
apartado 5 del art. 17 establece que los Estados parte deben reconocer iguales derechos a los hijos
matrimoniales como a los extramatrimoniales.
146
Ver el detalle de los proyectos presentados en la Cámara de Senadores, Diputados y el proyecto
presentado por el Poder Ejecutivo en Méndez Costa, ob. cit., p. 128 y ss.
extramatrimoniales de los matrimoniales. El art. 240 establece que la filiación
extramatrimonial y matrimonial surten los mismos efectos para este Código.
La reforma de Código Civil modificó la base misma del régimen jurídico de
filiación en la Argentina basándolos en los principios de igualdad y de respeto por la
concordancia entre el nexo biológico y el vínculo jurídico como expresión del Derecho
a la identidad de la persona.
Sin embargo, todavía quedaba -y queda- bastante camino por recorrer.
A partir de ese primer logro, se plantea una nueva cosmovisión en cuanto a los
derechos de los niños como sujeto. Se produce un replanteo del sistema tutelar propio
del Derecho Civil tradicional en una modificación que parte de descartar la noción del
niño como objeto de tutela al niño como sujeto de derechos.
Este cambio se profundiza durante los años 90 y la década del 2000 a partir de la
reforma constitucional del año 94 que otorgó jerarquía constitucional a la Convención
de los Derechos del Niño.
En ese sentido, existe un conjunto de derechos constitucionales básicos respecto
de la persona del niño que deben ser respetados y que funcionan como piso en cualquier
legislación posterior o proceso judicial.
Surgen así las nociones básicas de interés superior del niño como eje de
resolución de los conflictos de su interés, el principio de su escucha activa y de la
defensa de sus intereses.
Como se expuso hasta aquí, el camino desandado para aquellos niños objeto de
prácticas incestuosas no ha sido nada sencillo.
Desde lo normativo, las leyes del siglo XX hasta el año 85 privaron de derechos
a los niños como forma de penar la conducta reprochable de los adultos y a modo de
silenciar lo ocurrido.
A partir de la equiparación de los derechos de los hijos, el desafío se centra en la
visibilidad del tema en lo normativo a partir de la protección de la infancia frente a la
ocurrencia de las prácticas incestuosas.
El discurso jurídico desde lo normativo en la actualidad incorpora el tratamiento
del tema dentro de las normas de protección contra la violencia familiar y todas aquellas
disposiciones referidas a las garantías del niño como sujeto de Derecho.
Desde el ámbito del Derecho Civil y Procesal Civil, los casos de abuso sexual
intrafamiliar son abordados en el marco de medidas cautelares autónomas, en procesos
de régimen de visitas o tenencia y en su mayoría, dentro de las denuncias por violencia
familiar conforme procedimiento que establece la Ley 24.417 o bien el control de
legalidad de las medidas excepcionales previstas por la ley 26.061.
A esas leyes nos referimos a continuación.
2. Leyes Nacionales.
147
Íbidem pág. 128
148
CNCiv., sala A, 1996/05/21 - K., G. N. c. B., E. A.). LA LEY, 1997-B, 516; DJ, 1996-2-128; ED, 173-
528; JA, 2000-IV-síntesis. (Id., sala C, 1997/04/17 - B., G. Z.). JA, 1997-IV-292. (Id., sala C, 1997/09/30
- P., V. E. c. G., L.). LA LEY, 1999-D, 739, 41.611-S; JA, 1998-II-297. (Id., sala I, 1998/06/11 - C., Z.
M. c. V., G.). JA, 1999-II-303. (Id., sala M, 1999/05/12 - P., G. A. c. T., A. M.). JA, 2000-I-323. (Id., sala
C, 1999/12/30 - C., R. M.). ED, 188-163. (Id., sala K, 2001/04/17 - G., G. G. c. M., S. L. y otro). JA,
2001-III-340. (Id., sala C, 2001/05/08 - C., G. R. c. A., G. A.). Base de Datos SJCCiv., sum. 14.259. (Id.,
sala A, 2001/08/07 - D. S., O. P. c. M., E. E.). ED, 195-75. (Id., sala K, 2002/06/10 - G., A. c. C., A.).
SJCCiv., Bol. n° 6/2005, sum. 16.321. (Id., sala H, 2003/06/05 - S. R., A. J. c. S. R., D. J.). SJCCiv., Bol.
n° 20/2003, sum. 15.609. (Id., sala M. 2004/12/21 - S., M. c. P., C.). SJCCiv., Bol. n° 6/2005, sum.
16.321.
Por ello, el objetivo fue implementar un procedimiento para el dictado de
medidas urgentes de amparo a las víctimas de la violencia familiar 149.
Basta la sospecha de maltrato, ante la evidencia física o psíquica que presente el
maltratado y la verosimilitud de la denuncia para que el juez pueda adoptar las medidas
que estime pertinentes a la situación planteada.150
A diferencia de la ley 26.485, la ley 24.417 no contiene una definición de
violencia familiar
Dentro del articulado de la ley resulta importante destacar lo atinente a las
características de la denuncia.
El art. 1 de la ley establece que: “Toda persona que sufriese lesiones o maltrato
físico o psíquico por parte de alguno de los integrantes del grupo familiar podrá
denunciar estos hechos en forma verbal o escrita ante el juez con competencia en
asuntos de familia y solicitar medidas cautelares conexas”
Este artículo corresponde a la llamada “denuncia voluntaria”, el cual sufre una
importante modificación a partir de la sanción de la ley 26.485, lo que genera que la
denuncia voluntaria se limite al universo de víctimas que fueran adultos y varones, que
no fueran discapacitados ni ancianos.
El art. 2 de la ley 24.417 establece que : “Cuando los damnificados fuesen
menores o incapaces, ancianos o discapacitados, los hechos deberán ser denunciados
por sus representantes legales y/o el ministerio público. También estarán obligados a
efectuar la denuncia los servicios asistenciales sociales o educativos, públicos o
privados, los profesionales de la salud y todo funcionario público en razón de su labor.
149
CNCiv., sala A, 1996/05/21 - B., M. J. c. R., O.). LA LEY, 1996-E, 493; DJ, 1996-2-129; JA, 1999-II-
síntesis. (Id., sala A, 1996/06/14 - R., S. I. c. T., C. E.). DJ, 1997-1-1003; JA, 1999-II-síntesis. (Id., sala
A, 1997/03/25 - S., A. D. c. G., R.). LA LEY, 1997-E, 241; DJ, 1997-3-33. (Id., sala C, 1997/04/17 - B.,
G. Z.). JA, 1997-IV-292. (Id., sala E, 1997/05/14 - B., M. C. c. A., E. M.). LA LEY 1997-E, 654; DJ,
1997-3-624. (Id., sala A, 1999/05/17 - D. V., M. J. D. c. R., D. S.). ED, 193-510, 930-SJ. (Id., sala C,
2000/03/28 - D. I., A. c. I., D. A.). ED, 189-313. (Id., sala A, 2000/10/02 - M., M. R. y otro c. P., C. O.).
ED, 194-668, 972-SJ. (Id., sala K, 2003/02/03 - R. G., O. y otro). DJ, 2003-2-198. (TFamilia Formosa,
1998/09/04 - V., D. E. c. E. G., E.). LLLitoral, 1999-70.
150
García de Ghiglino Silvia, Acquaviva María Alejandra ob.cit. pág. 132. (CNCiv., sala A, 23/10/2001 -
C., M. A. c. B., G. E.). ED, 196-434(CNCiv., sala A, 1996/05/21 - B., M. J. c. R., O. J.). LA LEY, 1996-
E, 493; DJ, 1996-2-129; JA, 1999-II, síntesis. (Id., sala A, 1996/06/14 - R., S. I. c. T., C. E.). DJ, 1997-1-
1003; JA, 1999-II, síntesis. (Id., sala A, 1997/03/25 - S., A. D. c. G., R. E.). LA LEY, 1997-E, 241; DJ,
1997-3-33. (Id., sala C, 1997/04/17 - B., G. Z.). JA, 1997-IV-292. (Id., sala A, 1999/05/17 - D. V., M. J.
D. c. R., D. S.). ED, 193-510, 930-SJ. (Id., sala C, 2000/03/28 - D. I., A. c. I., D. A.). ED, 189-313. (Id.,
sala A, 2000/10/02 - M., M. R. y otro c. P., C. O.). ED, 194-668, 972-SJ. (Id., sala K, 2001/04/17 - G., G.
G. c. M., S. L. y otro). JA, 2001-III-340.
El menor o incapaz puede directamente poner en conocimiento de los hechos al
ministerio público”.
La obligación de denunciar en los casos de niñas, niñas y adolescentes
establecida por la norma derivada de la obligación directa asumida por el Estado al
suscribir la Convención de los Derechos del Niño en cumplimiento de su art. 19.
La denuncia deberá efectuarse dentro del plazo de setenta y dos horas conforme
lo establece el art. 4to del decreto 235/96 que reglamenta la ley glosada. Aunque, el
plazo podrá extenderse si consultado el programa – hoy de la Secretaría Nacional de
Niñez y Adolescencia, surge que el caso se encuentra bajo atención o que por motivo
fundados del denunciante resulta conveniente extender el plazo.
No hemos encontrado un solo indicio en la jurisprudencia o bien en los
expedientes consultados que se haga referencia a un cumplimiento estricto del plazo o
tampoco que la denuncia se haya registrado en la institución creada a tal efecto por la
Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia.
Debe destacarse además que cuando se trata de niños, niñas y adolescentes
víctimas de abuso sexual intrafamiliar, la obligatoriedad de la denuncia y sus peculiares
características se ve esencialmente modificada por lo regulado en la ley 26.061.
Este resulta uno de los puntos más álgidos dentro del tratamiento del abuso
sexual intrafamiliar.
García de Ghiglino y Aquaviva con acierto mencionan que: “quienes cumplen
con la obligación de denunciar gozan de inmunidad civil151 y penal152, salvo los
supuestos de mala fe. Esto implica que la denuncia no genera responsabilidad culposa
para el denunciante”.153
Sin perjuicio de ello, las autoras reconocen que esta problemática se agudiza en
los casos de abuso sexual en los cuales los profesionales deben atravesar largos
procesos que a la larga generan una inhibición de actuación que se generaliza.
Coincidimos con las autoras que resultaría importante la incorporación a la
legislación en forma expresa la inmunidad civil y penal de los denunciantes salvo
151
Resulta de aplicación el art. 1071 del Cód. Civil parte 1era: “El ejercicio regular de un derecho propio
o el cumplimiento de una obligación legal no puede constituir como ilícito ningún acto..”
152
El art. 34 inc. 4 del Cód. Penal dispone que no es punible “ El que obrare en cumplimiento de un deber
o en el legítimo ejercicio de un derecho, autoridad o cargo”
153
Garcia de Ghiglino, Aquaviva ob. Cit. Pág. 146 y SS.
supuestos de mala fe tal como lo efectúa la ley 1160 de Formosa154, la ley 6518 de
Tucumán155 , decreto reglamentario 308/07 de la ley 9283 de Córdoba156
En cuanto al procedimiento, la ley 24.417 establece un trámite especial que
persigue que de un modo eficaz e inmediato se dé una solución a situaciones familiares
donde impera la violencia física y/o psíquica de quienes integran el grupo familiar.157
El trámite previsto por la ley de protección contra la violencia familiar 24.417 es
esencialmente cautelar158, no se prevé una contestación a la denuncia efectuada ni
tampoco una sentencia de mérito que ponga fin al proceso.
Se ha dicho que ante una denuncia de violencia familiar, el juez civil no efectúa
juicio de mérito alguno que declare al denunciado autor de las conductas antijurídicas
que se le atribuyen, sino que la finalidad del sistema proteccional es el dictado de
medidas urgentes de protección a las víctimas y la subsiguiente derivación del grupo
familiar a tratamientos terapéuticos especializados con la finalidad de superar -en caso
de ser posible- las causas de aquella situación159.
La medida cautelar deberá ser tomada por el juez inaudita parte y en base a los
154
Artículo 2º.- Cuando los damnificados fueren menores o incapaces, ancianos o discapacitados, los
hechos deberán ser denunciados por sus representantes legales y/o el Ministerio Público. También estarán
obligados a efectuar la denuncia los servicios asistenciales sociales o educativos, públicos o privados, los
profesionales de la salud, docentes y todo funcionario público que en razón de su labor, tome
conocimiento del hecho, bajo apercibimiento de lo que en derecho correspondiera, sin que la mera
formulación de la denuncia pueda acarrear responsabilidades ulteriores, todo ante el juez que
correspondiera. El menor o incapaz puede poner en conocimiento del hecho directamente al Ministerio
Público.
155
Artículo 3º: Cualquier persona de las mencionadas en el artículo 1º o institución que haya informado
de buena fe estos hechos contra menores se encuentran exentos de responsabilidad civil y penal
originadas en la presentación de estos informes o en cualquier procedimiento policial relacionado con
estos informes, conforme a lo dispuesto por el Art. Treinta y cuatro inciso cuatro (34 inc. 4) del Código
penal y artículo mil setenta y uno primera parte (1071) 1ª parte del Código Civil.
156
Los obligados a comunicar gozan de inmunidad e indemnidad civil y penal, salvo supuestos de mala
fe, están relevados y exentos de cualquier obligación de guardar secreto profesional en estos casos; y
ajenos a la sanción prevista en el art. 156 del Código Penal.En el supuesto de acoso u hostigamiento del
agresor, los obligados a comunicar podrán requerir del juez medidas protectivas adecuadas a su
situación.Las personas obligadas a denunciar por su desempeño ante los organismos asistenciales,
educativos, de salud públicos o privados, y de justicia no podrán ser sancionados, ni cuestionados en su
actuar por las asociaciones profesionales que regulen su ejercicio, cualquiera fuera la naturaleza o el
resultado de la acción.
157
(CNCiv., sala H, 1997/07/16 - B., S. M. c. R., G. R.). LA LEY, 1998-B, 247; DJ, 1998-2-854. (Id.,
sala H, 1998/03/06 - B., N. c. S., B. P.). LA LEY, 1998-D, 294; DJ, 1998-2-1135; JA, 1999-I-294. (Id.,
sala H, 2003/06/05 - S. R., A. J. c. S. R., D. J.). SJCCiv., Bol. n° 20/2003, sum. 15.609.
158
CNCiv., sala C, 20/5/97 - V., F. v. S., J.). DJ 1997-3-622; ED 174-241; LL 1997-E-572. (Id., sala H,
16/7/97 - B., S. M. v. R., G. R.). LA LEY, 1998-B, 247; DJ, 1998-2-854. (Id., sala H, 6/3/98 - B., N. v. S.,
B. P.). LA LEY, 1998-D, 294; DJ, 1998-2-1135; JA, 1999-I-294. (Id., sala K, 2002/06/10 - G., A. c. C.,
A.). SJCCiv., Bol. n° 6/2005, sum. 16.321. (Id., sala M. 2004/12/21 - S., M. c. P., C.). SJCCiv., Bol. n°
6/2005, sum. 16.321.
159
Culaciati, Martín Miguel “El sentido común en las decisiones judiciales o la contribución institucional
a la consolidación del daño” DJ 06/07/2011, 11.
elementos que con la denuncia se presentan, la gravedad de los hechos, el informe de
riesgo que presente la Oficina de Violencia Doméstica.
La medida cautelar más frecuentemente en los casos de abuso sexual
intrafamiliar resulta la suspensión del contacto entre el progenitor denunciado y las
víctimas. Incluso la prohibición de acercamiento puede alcanzar a otros integrantes del
grupo familiar considerados como víctimas secundarias.
En general, las medidas cautelares decretadas en el marco de un proceso de
violencia familiar tienen una duración limitada en el tiempo que determinará el juez (
art. 4) por ejemplo: treinta, sesenta, noventa o hasta ciento ochenta días.160 Esta
situación resulta muchísimo más incierta en los casos de abuso sexual intrafamiliar en
los cuales la medida puede prolongarse durante años a fin de proteger la integridad de la
víctima, mientras perdure la situación de riesgo.
Luego de adoptada la medida precautoria el juez deberá llamar a una audiencia a
la que concurrirá también el Ministerio Público con el objeto que las partes asistan a
programas terapéuticos ( art. 5to).
Consideramos que en los casos de abuso sexual intrafamiliar deberán tenerse en
cuenta las reglas y directrices previstas por la comunidad internacional desarrolladas en
el punto A del presente trabajo que se irradian a todo el ordenamiento jurídico
argentino.
En esta audiencia el juez podrá evaluar el cumplimiento de la medida dictada,
recabar información de las partes, escuchar activamente a las partes y solicitar
evaluaciones de todo el grupo familiar.
160
Garcia de Ghiglino, Aquaviva ob. Cit. Pág. 172.
Diversas entidades oficiales y no oficiales161 remiten a las víctimas a dicha
oficina que atiende los 365 días del año y las 24 horas para efectuar allí la denuncia por
violencia.
La OVD está integrada por equipos interdisciplinarios coordinados por un
secretario letrado. Los equipos se denominan “unidades de atención”.
En los casos de abuso sexual intrafamiliar puede acontecer que se presente la
persona afectada sea mayor de edad o menor, sus representantes legales o algún pariente
o los servicios de salud o escolares.
En los casos que hemos observado, aún cuando en principio la denuncia sería
obligatoria se interrogó a los representantes legales si deseaban instar la denuncia civil y
penal en todos los casos se prosiguió con la misma.
Nos queda la duda respecto a lo que acontecería en el caso que el representante
se negase a proceder con la denuncia, quizás debería darse intervención al defensor de
menores de turno para que éste instara la denuncia representando a la niña, niño o
adolescente sin perjuicio de lo que veremos acontece en sede penal.
2.2 Ley 26.061: Ley de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y
Adolescentes
La ley 26.061 importa la consagración normativa en el derecho interno de los
principios ya establecidos por la Convención de los Derechos del Niño.
Ésta ley fue sancionada en Septiembre de 2005 y publicada en el Boletín Oficial
el 26 de Octubre de ese mismo año.
El artículo primero de la ley nos brinda una clara mención del objeto de su
sanción: “la protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes que
se encuentren en el territorio de la República Argentina, para garantizar el ejercicio y
disfrute pleno, efectivo y permanente de aquellos reconocidos en el ordenamiento
jurídico nacional y en los tratados internacionales en los que la Nación sea parte.”
Finalizando con la discusión doctrinaria que existió respecto de la exigibilidad en
el derecho interno de las disposiciones contenidas en la Convención de los Derechos del
161
La fuerzas policiales, Brigada Móvil de Atención a Víctimas de Violencia Familiar de C.A.B.A., el
Consejo Nacional de la Mujer, la Dirección General de la Mujer, otros ámbitos del poder judicial , los
sistemas de salud, el sistema escolar, el Consejo de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.-
Niño, el art. 2 de la ley establece que: “La Convención sobre los Derechos del Niño es
de aplicación obligatoria en las condiciones de su vigencia, en todo acto, decisión o
medida administrativa, judicial o de cualquier naturaleza que se adopte respecto de las
personas hasta los dieciocho años de edad. Las niñas, niños o adolescentes tienen
derecho a ser oídos y atendidos cualquiera sea la forma en que se manifiesten, en todos
los ámbitos. Los derechos y las garantías de los sujetos de esta ley son de orden
público, irrenunciables, interdependientes, indivisibles e intransigibles.”
La ley 26.061 reproduce y amplia los derechos y garantías contenidos en el
instrumento internacional y expresamente determina que: “Los derechos aquí
reconocidos están asegurados por su máxima exigibilidad y sustentados en el principio
del interés superior del niño. La omisión en la observancia de los deberes que por la
presente corresponden a los órganos gubernamentales del Estado habilita a todo
ciudadano a interponer las acciones administrativas y judiciales a fin de restaurar el
ejercicio y goce de tales derechos, a través de medidas expeditas y eficaces.” (art. 1
párraf. 2 y 3)
Teniendo en cuenta que la normativa abarca todas las cuestiones relativas a la
niñez y adolescencia, nos referiremos a los lineamientos generales y aquellos contenidos
relacionados con el tratamiento del abuso sexual intrafamiliar.
En principio, no puede dejar de destacarse que la presente ley derogó en forma
expresa la ley 10.903 base fundamental del paradigma de la “situación irregular” para
dar paso a la concreción del concepto de la “protección especial”.
Dentro del sistema de la situación irregular, la judicialización de los niños, niñas
y adolescentes en riesgo se viabilizaba a través de la figura de la protección de persona
contenida en el art. 234 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación. Así se
menciona que este instrumento se había convertido en un recurso compensatorio frente
al déficit de las políticas públicas y el corrimiento del Estado, incapaz de atender las
cuestiones de carácter estructural y colectivo.162
En las entrevistas realizadas a los jueces del fuero de familia, los magistrados
destacaron la diferencia en el tratamiento de los casos de abuso sexual intrafamiliar
antes y después de la sanción de la ley. 163
162
García de Ghiglino – Acquaviva ob. cit pág. 330
163
Para una visión del tratamiento de un caso de abuso intrafamiliar en un Juzgado de familia previo a la
sanción de la ley 26.061 compulsar: Barchietto, Ana María - Mattera, Marta del Rosario “Ley y familia:
tratamiento interdisciplinario e interinstitucional de un caso de abuso sexual en un juzgado de familia”
En ese sentido uno de ellos mencionó que “en los juzgados de familia la tarea
cambió muchísimo con la sanción de la ley 26.061. Porque antes nosotros teníamos un
artículo en el Código Procesal el 234 que era la “Protección de Persona”. Ya sea a
través de instituciones escolares u hospitales llegaban muchas denuncias de abuso
infantil, pero desde que se sancionó la ley que interviene el Consejo de Niñas, Niños y
Adolescentes. todo eso se canaliza. Nuestra actividad es muy limitada se relaciona
con: la restricción, los tratamientos o la pérdida de la patria potestad”.
Otro de los magistrados sostuvo que “En algún tiempo atrás, se “estilaba” que
a lo mejor el juez de familia incursionara un poco en estos temas y hasta en cierto
modo arrojado dijera “me parece que puede haber abuso” “que no puede haber
abuso” etc. y dictara alguna medida. Pero encontrábamos que al final del camino no
era competente el juez para decir que había o que no había abuso”. Marcando
claramente la diferencia entre uno y otro sistema.
La ley contiene 78 artículos distribuidos en seis títulos: Disposiciones generales,
Principios, derechos y garantías, Sistema de Protección Integral de los derechos de
niñas, niños y adolescentes, Organismos administrativos de protección de derechos,
Financiamiento y por último Disposiciones complementarias.
Dentro del Título I art. 3 se brinda un definición de “interés superior de la niña,
niño y adolescente que comprende: la máxima satisfacción, integral y simultánea de los
derechos y garantías reconocidos en esta ley.
Entre ellos el respeto: a su condición de sujeto de derecho; el derecho de las
niñas, niños y adolescentes a ser oídos y que su opinión sea tenida en cuenta; el respeto
al pleno desarrollo personal de sus derechos en su medio familiar, social y cultural; su
edad, grado de madurez, capacidad de discernimiento y demás condiciones personales;
el equilibrio entre los derechos y garantías de las niñas, niños y adolescentes y las
exigencias del bien común; su centro de vida.
Todas cuestiones que se encuentran en juego en los casos de abuso sexual
incestuoso.
La norma establece que el principio de interés superior de la niña, niño y
adolescentes rige en materia de patria potestad, pautas a las que se ajustarán el ejercicio
de la misma, filiación, restitución del niño, la niña o el adolescente, adopción,
RDF 2003-24-9. En el artículo se describe la actividad del juzgado previa al dictado de cualquier medida,
se habla de “investigación” de la situación denunciada y de la actividad interdisciplinaria desplegada.
emancipación y toda circunstancia vinculada a las anteriores cualquiera sea el ámbito
donde deba desempeñarse.
Resulta importante destacar una pauta concreta de la ley que determina “Cuando
exista conflicto entre los derechos e intereses de los niños, niñas y adolescentes frente a
otros derechos e intereses igualmente legítimos, prevalecerán los primeros164”
La ley establece la responsabilidad del Estado en establecer, controlar y
garantizar el cumplimiento de las políticas públicas que prioricen en forma absoluta el
ejercicio de los derechos de las niñas, niños y adolescentes. ( art. 5)
Asimismo, el art. 7 establece la responsabilidad prioritaria de la familia de
asegurar a las niñas, niños y adolescentes el disfrute pleno y el efectivo ejercicio de sus
derechos y garantías.
Sin perjuicio, que los Organismos del Estado deben asegurar políticas,
programas y asistencia apropiados para que la familia pueda asumir adecuadamente esta
responsabilidad, y para que los padres asuman, en igualdad de condiciones, sus
responsabilidades y obligaciones. ( art. 7 último párrafo)
En el título II se contienen los Principios, Derechos y Garantías de las niñas,
niños y adolescentes
En primer lugar, debe prestarse singular importancia a lo establecido por el
artículo 9 en cuanto garantiza el derecho a la dignidad y a la integridad personal; a no
ser sometidos a trato violento, vejatorio, humillante, intimidatorio; a no ser sometidos a
ninguna forma de abuso o explotación sexual, derecho a su integridad física, sexual,
psíquica y moral
En particular, este artículo establece la obligación respecto de la persona que
tome conocimiento de malos tratos, o de situaciones que atenten contra la integridad
psíquica, física, sexual o moral de un niño, niña o adolescente, o cualquier otra
violación a sus derechos, debe comunicar a la autoridad local de aplicación de la
presente ley.
Asimismo, los organismos del estado deben garantizar programas gratuitos de
asistencia y atención integral que promuevan la recuperación de todas las niñas, niños y
adolescentes.
164
Aún cuando esta disposición ha sido criticada por la doctrina y la jurisprudencia ( Ver la discusión en:
Beloff, Mary “Tomarse en serio a la infancia , a sus derechos y al derecho. Sobre la “Ley de protección
integral de los derechos de las niñas, los niños y adolescentes 26.061” RDF 33- Marzo Abril, Abeledo
Perrot Lexis Nexis 2006, pág. 15).
Si bien la ley propende el derecho a crecer y desarrollarse en la familia de
origen, a mantener en forma regular y permanente el vínculo personal y directo con sus
padres, aun cuando éstos estuvieran separados o divorciados, o pesara sobre cualquiera
de ellos denuncia penal o sentencia, éste derecho se restringe o se limita cuando dicho
vínculo, amenazare o violare alguno de los derechos de las niñas, niños y
adolescentes que consagra la ley.
En toda situación de institucionalización de los padres, también se garantiza el
vínculo y el contacto directo y permanente con los progenitores, siempre que no
contraríe el interés superior del niño.
En casos de abuso sexual incestuoso donde el vínculo claramente lesiona el
interés superior de los niños, niñas y adolescentes, la ley prevé que tendrán derecho a
vivir, ser criados y desarrollarse en un grupo familiar alternativo o a tener una familia
adoptiva.
Esta solución resulta última ratio, conforme lo regulan las leyes internas y los
instrumentos internacionales, puesto que al existir dentro de la familia un adulto
suficientemente capacitado para ejercer una función parental de cuidado del niño, niña o
adolescente, siempre preferirá esta última alternativa a la separación total de la familia
de origen.
Entre los otros de los derechos y garantías mencionados que resultan de
aplicación a los casos de abuso sexual incestuoso: el derecho a una buena calidad de
vida (art. 8°), (art. 24) las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a participar y
expresar libremente su opinión en los asuntos que les conciernan y en aquellos que
tengan interés (art. 24 inc. a); que sus opiniones sean tenidas en cuenta conforme a su
madurez y desarrollo. (art. 24 inc. b)
También resulta de destacar el artículo 27 de la ley que regula las llamadas
“Garantías Mínimas de Procedimiento”.
En él se establece que: los organismos del estado deberán garantizar a las niñas,
niños y adolescentes en cualquier procedimiento judicial o administrativo que los
afecte165, además de todos aquellos derechos contemplados en la Constitución Nacional,
la Convención sobre los Derechos del Niño, en los Tratados Internacionales ratificados
por la Nación Argentina y en las leyes que en su consecuencia se dicten, los siguientes
165
Se ha criticado la expresión que los “afecte” por su amplitud y vaguedad sosteniéndose que deberá ser
el juzgados quien deberá establecer el alcance de la misma. Kielmanovich Jorge “Reflexiones procesales
sobre la ley 26.061 de Protección Integral de los derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes” LL 2005-
F-987.
derechos y garantías: a) a ser oído ante la autoridad competente cada vez que así lo
solicite la niña, niño o adolescente; b) a que su opinión sea tomada primordialmente en
cuenta al momento de arribar a una decisión que lo afecte; c) a ser asistido por un
letrado preferentemente especializado en niñez y adolescencia desde el inicio del
procedimiento judicial o administrativo que lo incluya. En caso de carecer de recursos
económicos el estado deberá asignarle de oficio un letrado que lo patrocine; d) a
participar activamente en todo el procedimiento; e) a recurrir ante el superior frente a
cualquier decisión que lo afecte.
En lo referente al inciso a): el derecho del niño a ser oído, la disposición resulta
complementaria a lo establecido por el art. 12 de la Convención de los Derechos del
Niño. Se ha destacado que la norma no hace referencia a la escucha “a través de un
representante u órgano apropiado”, si no que la inmediación se cristaliza en el juego de
los arts. 2, 19 inc. c, 24 y 31166 lo cual se refuerza con el concepto de participación
activa de los niños, niñas y adolescentes en el proceso.
Este derecho adquiere una importancia tal que su omisión acarrea la nulidad de
los procedimientos.167
En el ámbito civil no existen directivas, ni normativas ni protocolos que rijan la
escucha de los niños. La forma, lugar y modo en que se escucha a los niños en los
procesos civiles depende enteramente del criterio de cada Juzgador o Tribunal.
La Procuración General de la Nación en su dictamen en autos “"Recurso de
hecho deducido por la Defensora Oficial de M. S. M. en la causa M., G. cl P., C. A.H,”
de fecha 26 de Junio de 2012 hizo mención a que los jueces rodean a los encuentros
presenciales con los niños de los máximos recaudos (entre ellos, la información en
lenguaje accesible acerca de las proyecciones del acto, la presencia del Ministerio
Pupilar, y, en la medida de lo posible, la concurrencia de patrocinio letrado, provisto a
través de mecanismos que garanticen la transparencia) 168.
En el proceso penal, la cuestión tiene límites más claros que provienen del
derecho internacional que hemos reseñado y de las normas internas a las que haremos
referencia más adelante. Allí la discusión se plantea dentro del supuesto de tópico del
niño como parte querellante en el proceso y la forma en que debe recabarse su
166
Ibidem
167
CN Civ. Sala I 20/10/98 “T.H.E.” LL 1999-B-5, SCBA 2/5/02 “S. de R., S. c. R., J.A.” LL 2003-A-
423.
168
CSJN 26/06/2012 "Recurso de hecho deducido por la Defensora Oficial de M. S. M. en la causa M., G.
cl P., C. A.H,”
testimonio, los cuales trataremos en el acápite de jurisprudencia penal y sus principales
cuestiones.
Resulta en este tema importante lo señalado por Ghiglino y Acquaviva en el
sentido que no se puede constreñir a los niños y adolescentes a expresar su opinión toda
vez que se trata de un derecho y no de una obligación.169
En cuanto al derecho del niño a que su opinión sea tenida en cuenta
uniformemente se ha entendido que eso no significa que la opinión del niño, niña o
adolescente sea vinculante, pero sus deseos y su sentir debe tenerse en cuenta a la hora
de adoptar una decisión que los afecte, atendiendo para ello a su grado de madurez y
desarrollo.
El inciso c del art. 27 c) fija el derecho a ser asistido por un letrado: el llamado
“abogado del niño” lo que se vincula con el derecho de participar activamente en el
proceso en calidad de parte en términos procesales.
El decreto reglamentario aclara que el derecho a la asistencia letrada incluye el
de designar un abogado que represente los intereses personales e individuales de la niña,
niño o adolescente en el proceso administrativo o judicial, todo ello sin perjuicio de la
representación promiscua que ejerce el Ministerio Pupilar.
En principio, la doctrina y la jurisprudencia distinguen el derecho a ser oído del
derecho a participar activamente en el proceso.
Se ha dicho que la constitución en parte procesal supone un conflicto suscitado
entre personas que-se encuentran en posiciones jurídicas contrapuestas170
Nadie discute que el derecho de los niños, niñas y adolescentes a ser oído ostenta
rango constitucional pero no sucede lo mismo con la participación procesal de éstos en
carácter de parte en los procesos que los afecten.171
Ahora bien, en lo que al tema del abogado del niño se refiere la discusión dista
de ser pacífica.
Para una postura, los niños y niñas menores de 14 años no podrían designar un
abogado que lo represente por carecer de discernimiento para ejercer actos lícitos
conforme el Código Civil. Atento que la figura del abogado del niño importa la
actuación directa del letrado en los intereses del niño, éste no podrían indicarle cuáles
169
Garcia de Ghiglino - Acquaviva ob. Cit. Pág. 350.
170
De Dictamen de la Procuración General de la Nación en autos: “ CSJN 26/ 06/2012 “ M., G. v.
P.,C.A.”
171
Para el Procurador - en el fallo citado en la nota anterior - la investidura procesal de los niños en
asuntos civiles como la discusión de la tenencia, no adquiere, sentido de imperativo constitucional
son sus intereses en el pleito172, ni celebrar contrato de locación de servicios173 y por
debajo de esa edad corresponde la designación de un tutor ad- litem.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación comparte este criterio al resolver en
el año 2012 que “las prescripciones de la ley 26.061 deben ser interpretadas y
aplicadas en forma integral con arreglo a nuestra legislación de fondo. En este sentido,
las disposiciones del Código Civil que legislan sobre la capacidad de los menores tanto
impúberes como adultos no han sido derogadas por la ley de protección integral de los
derechos de las niñas, niños y adolescentes. En consecuencia, de acuerdo con este
régimen de fondo, los menores impúberes son incapaces absolutos, que no pueden
realizar por sí mismos actos jurídicos (art. 54, inc. 2° del Código Civil), como sería la
designación y remoción de un letrado patrocinante, así como la actuación por derecho
propio en un proceso, en calidad de parte.”174
Sin perjuicio de ello, en este tema no puede dejarse de lado que el Máximo
175
Tribunal en los autos : “G. M. S. c/ J. V. L. A. s/ Divorcio Vincular” ordenó al
Tribunal de origen que otorgara un patrocinio letrado especializado a dos niñas respecto
de las cuales se había suspendido el régimen de comunicación con su progenitor
procesado en sede penal por abuso sexual respecto de la mayor de ellas.
La misma Corte marca las diferencias entre uno y otro caso.
En primer lugar,el fallo distingue entre los supuestos de hecho: en el fallo “ M.,
G. c/ P., C. A.H,” versó sobre una disputa por la tenencia de los hijos de la pareja
mientras que en los autos “G. M. S. c/ J. V. L. A. s/ Divorcio Vincular” del año 2010
los cuales caracterizó de “circunstancias excepcionales” trataba sobre la suspensión del
régimen en un caso de violencia familiar ( abuso sexual).
Asimismo, se enfatizó el hecho que: “no fueron los menores sino el magistrado
interviniente quien procedió a nombrar el patrocinio letrado requerido por el
Ministerio Publico de la Defensa”.
172
Entre la jurisprudencia se ha pronunciado en este sentido encontramos: C. Nac. Civ. Sala K 28/9/
2006 “R.M.A. s/ protección de persona” El dial 9/12/ 2007.
173
Juz. Nac. Civil N° 10 6/7/06 “R.,M.A. s/ Protección de persona” La ley on line. Confirmada por CN
Civil sala K 28/09/06, C. Nac. Civ. Sala G “ L.A.A. v.A.L. s / medidas precautorias” El dial 2/7/2012.
174
CSJN 26/06/2012 "Recurso de hecho deducido por la Defensora Oficial de M. S. M. en la causa M., G.
c/ P., C. A.H,”
175
CSJN 26/10/10 G.2125.XLII.G.1961.XLII. Recurso de hecho. Este fallo es comentado en este mismo
trabajo al tratarse el tema de la suspensión del régimen de comunicación de los progenitores frente a una
denuncia de abuso sexual. ( ver punto A.2.1)
Parecería entonces, que en los casos de violencia familiar, que incluyen el abuso
sexual incestuoso procedería el nombramiento de un letrado patrocinante especializado
para asistir en la defensa técnica de los niños. En el caso de niños menores de 14 años
dicho nombramiento deberá ser efectuado por el magistrado interviniente mientras que
si el adolescente fuera mayor a 14 éste podrá efectuar la designación por su cuenta.
Este criterio de la Corte fue reforzado en fecha 27 de Noviembre de 2012 en
autos: “.P., G. M. Y P., C. L. si protecci6n de persona." en cual se ordenó al juez
interviniente el nombramiento de un letrado especializado para los dos niños menores
de 14 años a fin de garantizar sus derecho a ser oídos, teniendo en cuenta las especiales
circunstancias del caso ( los niños se encontraban institucionalizados y pretendían una
revinculación con su progenitora)176
Distinto criterio postulan aquellos que sostienen que la ley 26.061 en ninguna de
sus normas condiciona la actuación del niño en el proceso a un límite etáreo
determinado sino que el juez, en atención a la capacidad progresiva de aquél cuenta con
la suficiente madurez para llevar a cabo por sí, autónomamente una determinada
actuación.177
Para esta posición resulta inadmisible sostener que los niños solo pueden
designar abogado a partir de los catorce años, pues ello contradice —de modo
evidente— la autonomía progresiva de los niños, consagrada en el artículo 5º de la
Convención y el artículo 24 de la ley 26.061.178
A esta altura de la exposición deviene necesario distinguir la figura del
Ministerio Público (Defensor de Menores) , el tutor ad- litem y el abogado del niño.
El art. 59 del Código Civil establece que el Ministerio Público será parte
esencial en todo asunto judicial o extrajudicial de jurisdicción voluntaria o contenciosa,
en que los incapaces demanden o sean demandados, o en que se trate de las personas o
bienes de ellos so pena de nulidad de todo acto y de todo juicio que hubiere lugar sin su
participación.
A ello debe agregarse que la ley 24.946 amplió las funciones del Ministerio, lo
que implica que el Defensor de Menores ratifica lo actuado por los progenitores y
176
CSJN 27/ 11/ 2012 “P., G. M. Y P., C. L. s/ protección de persona.". P. 195. XLVII.
177
Conforme C. Nac. Civ. Sala B 4/3/2009 “ L. R..v. M. Q .M.” SJA 1/7/2009.
178
En ese sentido se dijo que la postura de la Corte en el fallo “M., G. c/ P., C. A.H,”, al considerar a los
menores impúberes como incapaces absolutos de hecho, vulnera seriamente el derecho de los niños y
niñas menores de catorce años de designar un abogado de confianza, en sintonía con el principio
constitucional de autonomía progresiva. Rodríguez, Laura “Vulneración del derecho de defensa técnica
para las personas menores de catorce años” DFyP 2012 (octubre), 01/10/2012, 108.
además entabla todas las acciones y recursos necesarios en resguardo del interés de sus
representados.
El principio rector del Defensor de Menores es pronunciarse conforme a
derecho y a los intereses generales de la sociedad, no debiéndose plegarse a la posición
del niño y pudiendo incluso contrariar a través de su dictamen, las pretensiones
sustentadas por el representante necesario ( los progenitores).179
El abogado del niño brinda su conocimiento técnico para la defensa de los
intereses particulares del mismo.180
La figura del tutor ad- litem por su parte, se encuentra prevista en el art. 61 del
Código Civil que prevé su nombramiento cuando los intereses del niño, en cualquier
acto judicial o extrajudicial, estuviesen en oposición con los de sus representantes
legales. El art. 397 enumera los casos en que el juez puede nombrarlo, ni ser esta
enunciación taxativa.
Por lo tanto, el tutor ad- litem representa al niño cuando los intereses de éste
estén en contradicción con los de sus representantes legales y solo en aquellos asuntos
para los cuales fue designado por el juez o tribunal.181
Entonces, las diferentes figuras no se superponen en sus funciones.
La ley obliga a los organismos del estado a adoptar todas las medidas
administrativas, legislativas, judiciales y de otra índole, para garantizar el efectivo
cumplimiento de los derechos y garantías reconocidos en la ley (art. 29) .
Se establece la obligación a los establecimientos educativos y de salud, públicos
o privados y todo agente o funcionario público que tuvieren conocimiento de la
vulneración de derechos de las niñas, niños o adolescentes, a comunicar dicha
circunstancia ante la autoridad administrativa de protección de derechos en el ámbito
local, bajo apercibimiento de incurrir en responsabilidad por dicha omisión.
Distintas áreas del Ministerio Público Nacional y Local intentaron abarcar esta
problemática.
La resolución de la Defensoría General de la Nación DGN 1234/2006 del
11/09/2006 recomendó a los defensores públicos de menores e incapaces que arbitren
los medios para la provisión de un letrado para los niños “ .. en orden a que el criterio de
supeditación del ejercicio de ese derecho a edades cronológicas determinadas – sin
179
Conforme D´Antonio “Derecho de Menores” 4 Edición, Editorial Astrea, Bs.As, año 1994 pág. 380
180
García de Ghiglino , Acquaviva ob. cit. pág. 359.
181
Ibídem.
atender al discernimiento de los niños, a su estado intelectual y psicológico, al suficiente
entendimiento y grado de desarrollo – no responde al principio de “capacidad
progresiva” o sistema progresivo de autonomía en función del juicio propio y madurez
del niño y/o adolescente.”182
La Asesoría tutelar de la Ciudad de Buenos Aires conformó el equipo de
abogados/as de la Niña, el Niño y el Adolescente de conformidad con el art. 27
citado.183
Reforzando la idea de la denuncia obligatoria en los casos de niñas, niñas y
adolescentes, el art. 31 dice que el agente público que sea requerido para recibir una
denuncia de vulneración de derechos de los sujetos protegidos por esta ley, ya sea por la
misma niña, niño o adolescente, o por cualquier otra persona, se encuentra obligado a
recibir y tramitar tal denuncia en forma gratuita, a fin de garantizar el respeto, la
prevención y la reparación del daño sufrido, bajo apercibimiento de considerarlo incurso
en la figura de grave incumplimiento de los deberes del funcionario público.
El título III de la ley refiere a las medidas de protección integral de derechos.
Tal como adelantamos, antes de la sanción de la ley 26.061 el Patronato los
ejercían los jueces, junto con el Ministerio Público y el Consejo Nacional de Niñez,
Adolescencia y Familia.
La ley 26.061 en su artículo 76 deroga la ley 10.093 de Patronato, los decretos
nacionales 1606/1990 y sus modificatorias 1631/1996 y 295/2001 de creación y
funcionamiento del Consejo Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia.
En el art. 32 establece la creación del “Sistema de Protección Integral de
Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes”, el cual “está conformado por todos
aquellos organismos, entidades y servicios que diseñan, planifican, coordinan, orientan,
ejecutan y supervisan políticas públicas, de gestión estatal o privadas, en el ámbito
nacional, provincial y municipal, destinadas a la promoción, prevención, resguardo y
restablecimiento de los derechos de las niñas, niños y adolescentes y establece los
medios a través de los cuales se asegura el efectivo goce de los derechos y garantías
reconocidos en la Constitución Nacional, la Convención sobre los Derechos del Niño,
demás tratados de derechos humanos ratificados por el Estado argentino y el
ordenamiento jurídico nacional”.
182
Citados por Moreno Gustavo “ La edad del niño para estar en juicio con un abogado propio” RDF
2012- VI-52.
183
Res. AGT 210/2011 del 7/12/2011.
La ley crea las denominadas “medidas de protección integral de derechos” que:
“son aquellas emanadas del órgano administrativo competente local ante la amenaza o
violación de los derechos o garantías de niñas, niños o adolescentes, con el fin de
preservarlos, restituirlos o reparar sus consecuencias (…)” (art. 33). Y tienen como
finalidad la preservación o restitución a las niñas, niños o adolescentes, del disfrute,
goce y ejercicio de sus derechos vulnerados y la reparación de sus consecuencias.( art.
34)
En los casos de abuso sexual intrafamiliar resultan de especial aplicación las
medidas excepcionales de protección que contempla el art. 39 de la ley. Ésta se definen
como: “aquellas que se adoptan cuando las niñas, niños y adolescentes estuvieran
temporal o permanentemente privados de su medio familiar o cuyo superior interés
exija que no permanezcan en ese medio.”
El decreto reglamentario 415/2006 dispone que se entenderá que el interés
superior del niño exige su separación o no permanencia en el medio familiar cuando
medien circunstancias graves que amenacen o causen perjuicio a la salud física o mental
de la niña, niño o adolescente y/o cuando el mismo fuere víctima de abuso o maltrato
por parte de sus padres o convivientes y no resultare posible o procedente la exclusión
del hogar de aquella persona que causare el daño.
Estas medidas tienen como objetivo la conservación o recuperación por parte del
sujeto del ejercicio y goce de sus derechos vulnerados y la reparación de sus
consecuencias.
Son limitadas en el tiempo y sólo se pueden prolongar mientras persistan las
causas que les dieron origen. El decreto reglamentario fija que ningún caso podrá
exceder los noventa días de duración y que dicho plazo deberá quedar claramente
consignado al adoptarse la medida excepcional. En aquellos casos en que persistan las
causas que dieron origen a la medida excepcional y se resolviere prorrogarla, deberá
fijarse un nuevo plazo de duración, mediante acto fundado, el que deberá ser notificado
a todas las partes.
El procedimiento que deberán seguir las autoridades de aplicación lo determina
el art. 40. Declarada procedente la excepción, será ésta quien decida y establezca el
procedimiento a seguir, acto que deberá estar jurídicamente fundado, debiendo notificar
fehacientemente dentro del plazo de 24 horas, la medida adoptada a la autoridad judicial
competente en materia de familia de cada jurisdicción.
Se ha mencionado que el alcance de este control de legalidad judicial debe
interpretarse a la luz de la letra e ideología de la Convención de los Derechos del Niño,
que prevé la separación de éstos de sus padres “a reserva de revisión judicial” y “cuando
sea necesaria al interés del niño” ( art. 9)184
Esta autoridad judicial, en protección de los derechos de las niñas, niños y
adolescentes dentro del plazo de 72 horas de notificado, con citación y audiencia de los
representantes legales, deberá resolver la legalidad de la medida. Resuelta ésta, la
autoridad judicial competente deberá derivar el caso a la autoridad local competente de
aplicación para que ésta implemente las medidas pertinentes.
Entre los criterios de aplicación de las medidas que fija el art 41185 , en los
supuestos de abuso sexual incide aquél principio que consiste en privilegiar la
permanencia temporal en ámbitos familiares considerados alternativos y sólo en forma
excepcional, subsidiaria y por el más breve lapso posible puede recurrirse a una forma
convivencial alternativa a la de su grupo familiar.
Estas medidas deberán ser supervisadas por el organismo administrativo local
competente y judicial interviniente.
En este punto resulta relevante plantearnos cuál debe ser la intervención judicial
y si la ley 26.061 impone un límite a la misma.
Ilustrativo y elogioso resulta el fallo de la Cámara Nacional Civil sala B de fecha
3 de Diciembre de 2010 en ese aspecto186 estableció que los jueces están constreñidos a
184
García de Ghiglino – Aquaviva ob. cit. pág. 346.
185
Las medidas establecidas en el artículo 39, se aplicarán conforme a los siguientes criterios: a)
Permanencia temporal en ámbitos familiares considerados alternativos. Las medidas consisten en la
búsqueda e individualización de personas vinculadas a ellos, a través de líneas de parentesco por
consanguinidad o por afinidad, o con otros miembros de la familia ampliada o de la comunidad, según
costumbre local, en todos los casos teniendo en cuenta la opinión de las niñas, niños y adolescentes; b)
Sólo en forma excepcional, subsidiaria y por el más breve lapso posible puede recurrirse a una forma
convivencial alternativa a la de su grupo familiar, debiéndose propiciar, a través de mecanismos rápidos y
ágiles, el regreso de las niñas, niños y adolescentes a su grupo o medio familiar y comunitario. Al
considerar las soluciones se prestará especial atención a la continuidad en la educación de las niñas, niños
y adolescentes, y a su origen étnico, religioso, cultural y lingüístico. Estas medidas deberán ser
supervisadas por el organismo administrativo local competente y judicial interviniente.c) Las medidas se
implementarán bajo formas de intervención no sustitutivas del grupo familiar de origen, con el objeto de
preservar la identidad familiar de las niñas, niños y adolescentes; d) Las medidas de protección
excepcional que se tomen con relación a grupos de hermanos deben preservar la convivencia de los
mismos; e) En ningún caso, las medidas de protección excepcionales pueden consistir en privación de la
libertad; f) No podrá ser fundamento para la aplicación de una medida excepcional, la falta de recursos
económicos, físicos, de políticas o programas del organismo administrativo.
186
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, sala B 03/12/2010 B. N. S c. P. F. D. s/art. 250 C.P.C.-
Incidente Familia Publicado en: La Ley Online. En el fallo la niña había sido sometida a constantes
abusos sexuales perpetrados por su progenitor contra quien se dictó sentencia en sede penal pero en
definitiva no fue privado de su libertad. El expediente se inicia en sede civil a instancias de su madre
quien luego no puede sostener su decisión inicial y vuelve a convivir con el abusador debido a sus
un rol activo y comprometido cuando llegue a su conocimiento situaciones de abuso
sexual intrafamiliar, contando con las herramientas que el caso requiera para disponer,
aún de oficio, todas las medidas que fueren menester, (…) omitir el dictado de las
disposiciones que puedan corresponder -ante niños en estado de riesgo- comportaría un
directo incumplimiento de los deberes que el Estado le ha impuesto a su cargo.
Allí se decidió que: “el órgano judicial se encuentra también habilitado para
disponer las medidas de protección de derechos que considere adecuadas cuando la
gravedad y urgencia del caso autoricen su dictado en el marco de las medidas
cautelares previstas en el artículo 232 del Código Procesal, y ajustándose -por
supuesto- a lo preceptuado en los artículos 39 a 41 de la Ley 26.061, en cuanto a la
excepcionalidad de las medidas excepcionales de protección de que se trata”.
Desde la doctrina se propone una solución similar al sostenerse que ninguna
norma del citado ordenamiento impide la intervención jurisdiccional y, por lo demás,
sería impensable una ley que pretendiera vedar la injerencia de la jurisdicción, ya que
tal eventual propósito -además de ridículo- sería claramente inconstitucional187.
El título IV está dedicado a los organismos administrativos de protección de
derechos: la creación, objetivos y funciones de la Secretaría Nacional de Niñez y
Adolescencia ( Cap. I) , el Consejo Federal de Niñez Adolescencia y Familia ( Cap. II)
y el Defensor de los derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. La ley destina también
un capitulo ( IV) a las organizaciones no gubernamentales.
El título V está dedicado al financiamiento y el título VI a las disposiciones
complementarias que resulta las sustituciones y derogaciones del Código Civil y del
Código Procesal de la Nación.
El 6 de septiembre del año 2006 se firmó un Acta Acuerdo entre el gobierno de
la Ciudad de Buenos Aires y el Gobierno Nacional (Ministerio de Desarrollo Social de
carencias psicológicas y materiales, llevando a la niña consigo. Finalmente luego de varios años de
intervención la Sala B de la Cámara Nacional Civil a pedido del Tutor público designado decide que la
niña sea trasladada a un dispositivo de resguardo acorde a su edad -siete años- y a su condición de víctima
de abuso sexual infantil por parte de su progenitor, donde permanecerá por el lapso de dos meses a
contarse desde la fecha, al término del cual será reevaluada en el ámbito de este Tribunal; analizando sus
resultados, así como también las restantes medidas que se ordenarán con miras a posibilitar el regreso de
la niña junto a su madre en el plazo más breve posible. Durante ese lapso se previó que la madre pudiera
visitarla y participar de los dispositivos psicológicos que se efectuaran y se prohibió estrictamente
cualquier tipo de contacto con el padre.
187
Kielmanovich, Jorge, "La dimensión procesal de la ley 26.061", García Méndez, Emilio (compilador),
ps. 101 y 102, cit. por Gil Domínguez, Andrés-Famá, María Victoria-Herrera, Marisa, "Ley de Protección
Integral de Niñas, Niños y Adolescentes comentada, anotada y concordada, Ed. Ediar, Buenos Aires,
2007, ps. 549/550
la Nación), en la que se establecieron los términos de dicho traspaso de los servicios de
atención directa conforme lo prescribe el art. 70.
188
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional sala VI “Z., P. R. S/ excarcelación”
Causa Nro. 43.096 “Z., P. R. S/ excarcelación” 8/2/2012
queda comprendido como la violencia doméstica contra las mujeres (conforme art. 6)
por ser ejercida por un integrante del grupo familiar, independientemente del espacio
físico donde ésta ocurra.
El art. 7 se dedica a las políticas públicas que deben implementar los tres
poderes del Estado.
EL Capítulo II refiere al Consejo Nacional de la Mujer, órgano rector encargado
de políticas públicas y el Capítulo III a los lineamientos generales de las políticas
públicas, el Capítulo IV a la creación del Observatorio de la Violencia contra las
mujeres.
Es de destacar algunos conceptos vertidos en el Título III Capítulo I relativos los
derechos y garantías mínimas en el procedimiento judicial y administrativo entre ellos:
a) A la gratuidad de las actuaciones judiciales y del patrocinio jurídico preferentemente
especializado; b) A obtener una respuesta oportuna y efectiva: entendida como la
sustanciación del proceso más breve, o la adecuación de los procesos existentes para
que la resolución de los mismos no sea tardía; y efectiva cuando dicha respuesta
prevenga la reiteración de hechos de violencia y repare a la víctima en sus derechos,
teniendo en consideración las características de la denuncia189, c) A ser oída
personalmente por el juez y por la autoridad administrativa competente; d) A que su
opinión sea tenida en cuenta al momento de arribar a una decisión que la afecte; e) A
recibir protección judicial urgente y preventiva cuando se encuentren amenazados o
vulnerados cualquiera de los derechos enunciados en el artículo 3º de la presente ley; f)
A la protección de su intimidad, garantizando la confidencialidad de las actuaciones; g)
A participar en el procedimiento recibiendo información sobre el estado de la causa; h)
A recibir un trato humanizado, evitando la revictimización; i) A la amplitud probatoria
para acreditar los hechos denunciados, teniendo en cuenta las circunstancias especiales
en las que se desarrollan los actos de violencia y quiénes son sus naturales testigos; j) A
oponerse a la realización de inspecciones sobre su cuerpo por fuera del estricto marco
de la orden judicial. En caso de consentirlas y en los peritajes judiciales tiene derecho a
ser acompañada por alguien de su confianza y a que sean realizados por personal
profesional especializado y formado con perspectiva de género; k) A contar con
mecanismos eficientes para denunciar a los funcionarios por el incumplimiento de los
plazos establecidos y demás irregularidades.
189
Conforme decreto reglamentario 1011/10 B.O 20/07/10.
En cuanto a la denuncia el art. 18 dice que: “Las personas que se desempeñen en
servicios asistenciales, sociales, educativos y de salud, en el ámbito público o privado,
que con motivo o en ocasión de sus tareas tomaren conocimiento de un hecho de
violencia contra las mujeres en los términos de la presente ley estarán obligados a
formular las denuncias, según corresponda, aun en aquellos casos en que el hecho no
configure delito.”
El Capítulo II contiene normas de carácter procesal que solamente tienen
aplicación en el ámbito de la C.A.B.A., sin perjuicio que el art. 19 invita a las
legislaciones locales a adherir al régimen por ella impuesto.
Entre las disposiciones que nos interesan, podemos citar que la denuncia puede
ser efectuada por el niño, niña y adolescente en virtud de lo dispuesto por la ley 26.061.
La ley pareciera - de modo contradictorio - restringir la legitimación para
denunciar en los casos de violencia sexual dejándola solamente en cabeza de la mujer
(inc.d); pero al mismo tiempo determina que cuando la misma fuere efectuada por un
tercero, se citará a la mujer para que la ratifique o rectifique en veinticuatro horas. La
autoridad judicial competente tomará los recaudos necesarios para evitar que la causa
tome estado público.
Esta disposición ha sido criticada por la doctrina al entender que la denuncia en
los restantes casos de violencia puede ser efectuada por un tercero cuando la mujer no
se encuentre en condiciones físicas o psíquicas ( inc. c) o por su representante legal (
inc. a)
Así se ha dicho que como está dispuesta la norma si la única legitimada para
hacer la denuncia es la mujer que ha sufrido violencia sexual, no se advierte la
posibilidad de que sea receptada siquiera la que quiera efectuar “un tercero”, y menos
puede admitirse que la mujer sea compelida a ratificar o rectificar esa denuncia. Si es
mujer capaz, la denuncia por un tercero –en este supuesto especial de violencia sexual–
es inadmisible y no debiera tener trámite alguno. Si es mujer menor o discapacitada,
deberán aplicarse las reglas de la ley 26.061 o las atinentes a la discapacidad que
correspondan, por lo que parece estar reducida la posibilidad de la denuncia por
cualquier tercero cuando se trate de violencia sexual, solamente cuando sea cometida
sobre persona que –sin estar encuadrada en los supuestos anteriores– no pudiese
formularla por su condición física o psíquica190.
190
Medina Graciela “Ley 26.485 De Protección Integral Para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia
Contra Las Mujeres En Los Ámbitos En Que Desarrollen Sus Relaciones Interpersonales, y Decreto
El art. 26 de la ley amplía el elenco de las medidas que el juez puede tomar de
oficio o a pedido de parte en cualquier momento del proceso. Entre las que resultan de
directa aplicación a los casos de abuso sexual intrafamiliar encontramos: ordenar la
prohibición de acercamiento del presunto agresor al lugar de residencia, trabajo, estudio,
esparcimiento o a los lugares de habitual concurrencia de la mujer que padece violencia
(inc. a.1), ordenar al presunto agresor que cese en los actos de perturbación o
intimidación que, directa o indirectamente, realice hacia la mujer (inc. a.2); proveer las
medidas conducentes a brindar a quien padece o ejerce violencia, cuando así lo
requieran, asistencia médica o psicológica, a través de los organismos públicos y
organizaciones de la sociedad civil con formación especializada en la prevención y
atención de la violencia contra las mujeres (inc. a.5), ordenar medidas de seguridad en
el domicilio de la mujer (inc. a.6); ordenar toda otra medida necesaria para garantizar la
seguridad de la mujer que padece violencia, hacer cesar la situación de violencia y
evitar la repetición de todo acto de perturbación o intimidación, agresión y maltrato del
agresor hacia la mujer (inc. a.7), ordenar la exclusión de la parte agresora de la
residencia común, independientemente de la titularidad de la misma (inc. b.2.); en caso
que la víctima fuere menor de edad, el/la juez/a, mediante resolución fundada y
teniendo en cuenta la opinión y el derecho a ser oída de la niña o de la adolescente,
puede otorgar la guarda a un miembro de su grupo familiar, por consanguinidad o
afinidad, o con otros miembros de la familia ampliada o de la comunidad. (inc. b.6.);
El inciso b.7. de la norma comentada resulta de concreta aplicación en los
casos de abuso sexual intrafamiliar ya que faculta al juez a ordenar la suspensión
provisoria del régimen de visitas.
El juez podrá adoptar las medidas que crea convenientes, sea una de ellas o
varias y deberá establecer el plazo de duración de las mismas ( art. 27).
Se prevé la realización de una audiencia a la cual concurrirán las partes por
separado y en el caso de los niños, niñas y adolescentes se remite a lo dispuesto por la
ley 26.061, siguiendo las pautas internacionales de tratamiento a la víctima que ya
hemos reseñado.
191
Regirá el principio de amplia libertad probatoria para acreditar los hechos denunciados, evaluándose
las pruebas ofrecidas de acuerdo con el principio de la sana crítica. Se considerarán las presunciones que
contribuyan a la demostración de los hechos, siempre que sean indicios graves, precisos y concordantes.
192
La Cámara Criminal y Correccional en su sala VI, en la Causa N° 39.441 “O., C. s/
procesamiento” resolvió rechazar el recurso interpuesto por la defensa del imputado por abuso
sexual agravado por el vínculo teniendo en cuenta el principio de amplitud probatoria. La
misma sala, en la causa Nro. 43.096 “Z., P. R. S/ excarcelación” negó la excarcelación al
procesado por abuso sexual agravado en base a las disposiciones de la ley 26.485.
193
En ese sentido remitimos a los siguientes textos para profundizar el análisis de este tema: Grosman
Hasta aquí una reseña de aquellos artículos de la ley 26.485 de aplicación
relevante en los casos de abuso sexual intrafamiliar, propiciando una mayor aplicación
de la misma en los casos puntuales que se presentan ante la Justicia
3. LEGISLACIÓN LOCAL
En este acápite analizaremos la legislación de la Ciudad Autónoma de Buenos
que se relaciona con la temática que abordamos.
3.1 Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Entre las normas que contiene la Carta Magna de nuestra Ciudad podemos
destacar el art. 39 reconoce a los niños, niñas y adolescentes como sujetos activos de sus
derechos, les garantiza su protección integral y deben ser informados, consultados y
escuchados. Se respeta su intimidad y privacidad. Cuando se hallen afectados o
amenazados pueden por sí requerir intervención de los organismos competentes.
Se otorga prioridad dentro de las políticas públicas, a las destinadas a las niñas,
niños y adolescentes, las que deben promover la contención en el núcleo familiar y
asegurar, entre otros el amparo a las víctimas de violencia y explotación sexual.
3.2 Ley 114: Ley de Protección Integral De Los Derechos De Niños, Niñas Y
Adolescentes de la Ciudad De Buenos Aires.
La ley de Protección Integral De Los Derechos De Niños, Niñas y Adolescentes
de la Ciudad De Buenos Aires fue sancionada el 3 de Diciembre de 1998, promulgada
el 4 de Enero de 1999.
La presente ley tiene por objeto la protección integral de los derechos de las
niñas, niños y adolescentes.
Se establece claramente que los derechos y garantías enumerados en la presente
ley deben entenderse complementarios de otros reconocidos en la Constitución
Nacional, la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, los Tratados
Internacionales en los que el Estado Argentino sea parte y la Constitución de la Ciudad
de Buenos Aires.
El art. 3 dispone que en la aplicación e interpretación de la ley, de las demás
normas y en todas las medidas que tomen o en las que intervengan instituciones
públicas o privadas, así como los órganos legislativos, judiciales o administrativos es de
consideración primordial el interés de niños, niñas y adolescentes entendido como el
sistema integral que conforman todos y cada uno de los derechos a ellos reconocidos y
los que en el futuro pudieran reconocérseles ( art. 2).
Reconoce los derechos fundamentales de los niños, niñas y adolescentes
inherentes a su condición de personas (art. 4) y reconoce el deber de la familia, la
sociedad y el Gobierno de la Ciudad, de asegurar a niñas, niños y adolescentes, con
absoluta prioridad, la efectivización de sus derechos y en general, a procurar su
desarrollo integral ( art. 6).
Dentro del Título II denominados “Principios, Derechos y Garantías” se
destacan como aplicables al objeto de estudio: el respeto como personas sujetos titulares
de todos los derechos (art. 10), el derecho a la integridad biopsicosocial (art. 15), el
derecho a ser oídos en cualquier ámbito cuando se trate de sus intereses o al encontrarse
involucrados personalmente en cuestiones o procedimientos relativos a sus derechos
(art. 17),
El artículo 18 fija el deber de la familia, la sociedad y el Gobierno de la
Ciudad de proteger la dignidad de niños, niñas y adolescentes impidiendo que sean
sometidos a trato violento, discriminatorio, vejatorio, humillante, intimidatorio, a
prostitución, explotación sexual o a cualquier otra condición inhumana o degradante.
Dentro del Capítulo Segundo encontramos las Medidas de Protección
Especial de Derechos que son aquellas que se adoptan cuando son amenazados,
vulnerados o violados los derechos de niños, niñas y adolescentes. Son limitadas en el
tiempo y se prolongan mientras persistan las causas que dieron origen a las amenazas o
violaciones. (art. 36).
Se destaca el art. 39 que prevé que toda persona que tomare conocimiento de la
existencia de abuso físico, psíquico, sexual, trato negligente, malos tratos o explotación
de niños, niñas y adolescentes debe comunicarlo inmediatamente a los organismos
competentes y a las defensorías zonales creadas por la ley. Si fuere funcionario su
incumplimiento lo hará pasible de sanción.
Por su parte el art. 40 fija que cuando el organismo creado por la presente ley
tome conocimiento de alguna amenaza o violación de derechos de niñas, niños y
adolescentes debe implementar en forma directa o a través de sus unidades
descentralizadas, las acciones sociales de protección especial tendientes a proporcionar
escucha, atención, contención y ayuda necesarias a las niñas, niños y adolescentes y a
quienes cuiden de ellos
La intervención judicial podrá ser requerida: a. por quien tenga interés legítimo
como representante legal de niños, niñas y adolescentes o como miembro de su familia
de parentesco o de la comunidad local; b. por los integrantes de los equipos técnicos
que se desempeñen en los organismos creados por la ley; por el propio niño/a o
adolescente en su resguardo.
Creemos que en los casos de abuso sexual la intervención judicial pasa de ser
una facultad a ser una obligación de los equipos técnicos y de los organismos en virtud
de la las normas contenidas en la legislación nacional descripta supra.
En el título V se crea el Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y
Adolescentes de la Ciudad que tiene a su cargo las funciones que le incumben a la
Ciudad en materia de promoción y protección integral de los derechos de niños, niñas y
adolescentes, se fijan sus funciones en particular evaluar los informes trimestrales
presentados por las Defensorías y su composición.
El Consejo de los Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes de la
Ciudad posee una Guardia Permanente de Abogados que interviene instando el proceso
judicial en los casos en que se realice una denuncia ante dicho organismo.195
En el capítulo II se crean las Defensorías Zonales las que se encuentran en cada
una de las comunas (art.60). Las defensorías están compuestas por un equipo
interdisciplinario compuesto por un/a trabajador/a social; un/a psicóloga/o; un/a
195
Aún cuando se trató de una intervención limitada en el tiempo, la Guardia Permanente formuló
denuncia por abuso sexual a partir de la comunicación del Hospital Garraham que indico el ingreso de un
niño de diez años con signos físicos de haber sido abusado sexualmente ( CSJN 14 /02/2012 Consejo de
Niños, Niñas y Adolescentes s/ Denuncia sobre Abuso Sexual Letra C Nro. 1016 Año 2011 Tomo 47
Tipo COM Ver en particular el dictamen del Procurador )
abogado/a; y dos promotoras/es de derechos de niños, niñas y adolescentes
propuestos/as por las organizaciones barriales que acrediten experiencia y
especialización en la temática de infancia y adolescencia.
El art. 67. determina que las Defensorías Zonales son parte legítima en las
causas judiciales. Todos los informes, pericias, diagnósticos, evaluaciones y demás
actuaciones extrajudiciales realizadas por las Defensorías, deben ser agregadas al
expediente judicial como prueba preconstituída, a los efectos de su valoración por el
Juez evitando su reiteración innecesaria.
Dentro de las funciones de las Defensorías Zonales se destacan: brindar
asesoramiento, orientación y atención ante situaciones de amenaza o violación de
derechos de niños, niñas y adolescentes, otorgar patrocinio jurídico gratuito, cuando lo
estime necesario o conveniente, a niñas, niños, adolescentes y a miembros de su grupo
familiar; interponer acción judicial contra todo acto que vulnere o restrinja los derechos
de niños, niñas y adolescentes y sus familias como así también aquéllas que tengan por
objeto la vigencia de principios, derechos y garantías asegurados por la ley.-
La ley 114 de la Ciudad se articula con la ley 26.061 en cuanto a las medidas de
protección y las funciones de las defensorías zonales.
3.3 Ley 710 /2001: Denuncia de hechos de violencia por Agentes Públicos de la
CABA.
Esta ley fue sancionada el 29 de Noviembre de 2001 y promulgada el 7 de
Enero de 2002. Establece un marco de contención para todos aquellos agentes públicos
que deban denunciar situaciones de violencia familiar y/o abuso sexual.
El agente público, que en razón de su labor se encuentre obligado a asistir,
diagnosticar, peritar o efectuar denuncia por violencia intrafamiliar y/o abuso sexual
infantil, en virtud de lo prescripto por el art. 2º de la Ley Nacional Nº 24.417, puede
solicitar asesoramiento a la Procuración General de la Ciudad, quien debe prestarlo al
sólo requerimiento. ( art. 1).
Por su parte el art. 2 reconociendo la problemática que mencionáramos respecto
de las acciones legales posteriores fija que los agentes públicos que en cumplimiento de
la obligación de denunciar, o por diagnóstico efectuado -según lo prescripto por la Ley
Nacional Nº 24.417- resulten demandados civilmente, pueden solicitar ser patrocinados
por la Procuración General de la Ciudad. A tal fin el accionado/a debe poner en
conocimiento de la Procuración General dentro del plazo de 48 hs. de notificado/a, el
contenido de la demanda y su expresa solicitud de patrocinio.
La Procuración General dentro del segundo día hábil de notificada por la
respectiva dependencia de las necesidades de practicar pericias o efectuar denuncias en
los términos de la Ley Nº 24.417, debe designar abogado/a para que asesore legalmente
al obligado (art. 3).
196
Conforme texto Art. 1º de la Ley Nº 2.784, BOCBA Nº 3017 del 18/09/2008.
197
Incorporado por el Art. 2º de la Ley Nº 2.784, BOCBA Nº 3017 del 18/09/2008.
198
Conforme texto Art. 3º de la Ley Nº 2.784, BOCBA Nº 3017 del 18/09/2008.
La Ley Nº 3.428 del 09/06/2010 incorporó el art. 16 bis. que asegura el derecho
a la educación de aquellos niños víctima asegurándoles la incorporación en los
establecimientos educativos próximos a la zona donde fijen nueva residencia por causa
de su mudanza , sin importar la etapa del ciclo lectivo en que se encuentren; siendo
único requisito para gozar de este beneficio constancia de denuncia y/o intervención de
la Oficina de Violencia Domestica (OVD) dependiente de la Corte Suprema de Justicia
de la Nación, de los Centros Integrales de Atención citados en la presente Ley, Juzgados
Nacionales de Familia u otro órgano estatal de características similares.
El art. 17 decreta que tanto los centros de atención inmediata como los centros
integrales de atención deberán articular sus acciones con todas aquellas autoridades
competentes para recibir denuncias por violencia familiar y doméstica y con los
tribunales donde tramiten los procesos. Asimismo, deberán asesorar a las víctimas sobre
los trámites, etapas y recursos disponibles.
Se dispone el acceso al alojamiento para el caso que las víctimas así lo requieran
( art. 18 y 19)
En el Título III dispone la creación del registro de víctimas de violencia
familiar que funciona en el ámbito de la Secretaría de Desarrollo Social del Gobierno de
la Ciudad de Buenos Aires, del cual no hemos encontrado información que se encuentre
funcionando activamente.
3.6 Ley 4114 Registro de Datos Genéticos Digitalizados vinculados a Delitos contra
las Personas y contra la Integridad Sexual.
Esta ley sancionada el 7 de Diciembre de 2011 y promulgada el 18 de Enero de
2012 crea el Ámbito del Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires el “Registro de Datos Genéticos vinculados a delitos contra las personas y
contra la Integridad Sexual“, constituido sobre la base de la huella genética digitalizada
obtenida de un análisis de ácido desoxirribonucleico (ADN) no codificante, en las
circunstancias y bajo las modalidades establecidas por la presente Ley.
Conforme el art. 2 el Registro tiene por fin exclusivo facilitar el esclarecimiento
de los hechos que sean objeto de una investigación judicial en materia penal vinculada a
delitos contra la integridad sexual previstos en el Libro Segundo, Título III, Capitulo II
y Capítulo IV y de los delitos contemplados en los artículos 79, 80, 81 y 82 del Capítulo
I Título I Libro II del Código Penal de la Nación Argentina cometidos en la jurisdicción
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Para cumplir con su fin debe obtener, analizar
y almacenar, previa orden judicial información no codificante asociada a una huella
genética digitalizada.
Según el art. 6 la información incluida en el Registro tiene carácter reservado y
de acceso restringido a las autoridades judiciales competentes en materia de prevención
e investigación de los delitos contemplados en el artículo 2.
El registro cuenta con una sección evidencias, una sección víctimas, una
sección condenados y una sección personal policial, técnico y cuerpos de seguridad
La norma establece que las constancias y datos obrantes en el Registro serán
consideradas datos sensibles y de carácter reservado, por lo que sólo serán
suministradas a solicitud del Poder Judicial de la Ciudad, de las Provincias o de la
Nación, en el marco de una causa en la que se investigue alguno de los delitos
contemplados en ley.
La ley no ha sido aún reglamentada y por tanto, el registro no se encuentra en
funcionamiento.
199
El llamado Protocolo Único de Examen, fue elaborado por el Cuerpo Médico Forense de la Justicia
Nacional, el Programa de Atención a las Víctimas de Violencia Sexual de la Ciudad de Buenos Aires
(Hospital General de Agudos “Dr. Teodoro Álvarez”) y la División de Medicina Legal de la Policía
Federal. El Protocolo es un cuadernillo que consta de cuatro partes; 1) Registro Hospitalario; 2) Protocolo
Único de Examen; 3) Tratamiento y Seguimiento; y 4) Glosario Anexo. Puede visualizarse en
http://www.csjn.gov.ar/docus/documentos/verdoc.jsp
Esta resolución emitida el 5 de Marzo de 2007 por la Presidenta del Consejo de
los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes resolvió que las Defensorías Zonales y los
profesionales designados en el Area Legal y Técnica del Consejo de los Derechos de
Niñas, Niños y Adolescentes tienen a su cargo la implementación de las medidas de
efectivización y protección integral de derechos. Asimismo, ejercen el patrocinio
jurídico gratuito y la asistencia letrada de niños, niñas y adolescentes en todo expediente
administrativo o judicial que los involucre.
El Art. 2° prevé el supuesto de contradicción entre la opinión y el deseo del niño
la definición de protección de derechos del equipo profesional interviniente, indicando
que la Defensoría Zonal adoptará la medida que corresponda, incluidas las denominadas
excepcionales, debidamente fundadas según el procedimiento habitual, y solicitará a la
Presidencia del organismo la designación de un abogado/a para la observancia de los
procedimientos reglados en la actual legislación de infancia.
A su vez ésta última, designará a esos profesionales utilizando los servicios de
otras entidades públicas de la C.A.B.A. o las organizaciones no gubernamentales
especializadas que brindan patrocinio jurídico gratuito, de acuerdo a los convenios
existentes o a realizarse.
4. DERECHO PENAL
200
Lamberti Silvio “Necesidad de Incriminación autónoma del incesto” en Incesto Paterno- Filial Una
visión multidisciplinaria Perspectivas históricas, psicológicas, jurídicas y forenses, Vol. 1, Buenos Aires,
Universidad, 1998,Giberti (dir) Lamberti- Viar- Yatorno. Edit Universidad 1998 pág. 206
201
Lamberti Silvio ob. cit. pág. 209
202
La ley del Fuero Juzgo del siglo VII en su libro III, Título V ley 1° establecía que ningún hombre ose
casarse ni ensuciar por adulterio con la esposa de su padre, o con alguna que fue su mujer de sus parientes
, o con alguna que del linaje de su padre o de su madre, o de su abuelo o de su abuela o con parienta de su
mujer hasta VI grado, fuera de aquellas personas que eran ya ayuntadas por mandato del príncipe antes
que esta ley fuese hecha, no tendrán pena por esta ley. En otro sí mandamos esto guardar a las mujeres.
Todo aquel que contraviniere esta normas , el juez los desterrará y los llevará en un monasterio o que
hagan penitencia.
203
Partida 7ma Título XVIII ley 1° . La ley establecía que el varón debía ser ajusticiado y la mujer
azotada públicamente, encerrada en un convento y si era casada perdía la dote.
204
Las penas previstas dependían si las partes habían contraído matrimonio o no. En el primero de los
casos la sanción variaba: destierro, azotes, pérdida de bienes, pérdida de la honra. En el segundo de los
casos la pena era de muerte.
En el Derecho Francés el delito de incesto figuró entre el elenco de delitos
previstos por la legislación hasta el Código de Napoleón.
Actualmente, la regulación del delito de incesto como un tipo penal autónomo
resulta discutida a nivel internacional205.
Existen básicamente y a grandes rasgos, dos modelos de regulación diferenciada:
los que regulan el incesto como delito autónomo y aquellos en los cuales el vínculo de
parentesco funciona como un agravante en los casos de abuso sexual y no se penalizan
las relaciones entre parientes consensuadas.
Como mencionamos, existen ciertos ordenamientos jurídicos que penan las
relaciones sexuales entre personas vinculadas por parentesco consanguíneo
(ascendientes, descendientes y colaterales en segundo grado: hermanos) u adopción en
todos los casos.
En los países que siguen esta tendencia, la discusión se centra en determinar si el
delito de incesto se limita a los casos en que las personas han consentido el
mantenimiento de las relaciones sexuales o comprende la totalidad de los casos.
En ese sentido, parecería postularse mayoritariamente que la figura de abuso
sexual agravado por el vínculo de parentesco se aplica a los casos en los cuales la
víctima por su edad o circunstancias personales no consintió la relación sexual o medió
violencia y el tipo penal del incesto queda reservado para aquellos casos en los cuales la
relación sexual ha sido consentida por las partes.206
Otros postulan que podría existir un concurso de ambos delitos en los casos en
se dieran ambos supuestos de hecho, cuestionando el carácter bilateral del delito207.
Dentro de los ordenamientos jurídicos americanos regulan el incesto como delito
autónomo podemos citar a: Colombia208, Belice209, Cuba210, Chile211, Guatemala212,
205
Conforme la Corte Europea de Derechos Humanos parecería que no existen planes para derogar la
prohibición en aquellos países donde las leyes prohibitivas han existido por décadas. En algunos países
existe incluso una tendencia a expandirse la noción del incesto o incrementar las penas ( Bélgica, Croacia
y República Checa) ( párrafo 29 del decisorio Stübing v. Germany versión en inglés o francés en
http://hudoc.echr.coe.int.-
206
Ver en ese sentido la investigación realizada por la División de Estudios de Derecho Comparado del
Senado Francés . “La Repression De L'inceste” Affaires Europeennes (Février 2002)
http://www.senat.fr/lc/lc102/lc1020.html
207
La discusión en el derecho colombiano al respecto puede verse en Macías Cano, Víctor Manuel “ El
delito de incesto en Colombia. Razones para su despenalización” en Nuevo Foro Penal N° 76 Enero –
Junio 2011, Universidad EAFIT, Medellín Colombia pág 101-127 o en http:// www.academia.edu
/937710/ El_delito_de_ incesto_en_ Colombia_ razones _ para_su_despenalizacion.
208
Art.237 del Código Penal Delito de incesto: El que realice acceso carnal u otro acto sexual con un
ascendiente, descendiente, adoptante o adoptivo, o con un hermano o hermana, incurrirá en prisión de uno
(1) a cuatro (4) años. La Corte Constitucional de Colombia en sala Plena en Sentencia C-241/12 del
22/03/2012 en una demanda de inconstitucionalidad contra el artículo 237 de la Ley 599 de 2000 “Por la
Honduras213, México214, Nicaragua215, Panamá216, Paraguay217 , Puerto Rico 218
,
219 220
Uruguay y Venezuela .
cual se expide el Código Penal” resolvió que: “la restricción del libre desarrollo de la personalidad
mediante la penalización del incesto, se muestra necesaria al menos, por tres razones fundamentales. En
primer lugar, por cuanto la familia es en sí misma un bien jurídico que merece protección constitucional.
En segundo lugar, por las consecuencias negativas que apareja esta práctica en la consolidación de la
familia, en tanto espacio de interrelación básico de los individuos en el que se forjan gran parte de sus
valores constitutivos. Y en tercer lugar, porque se trata de un asunto sustraído de la órbita privada,
autónoma y disponible del individuo, en cuanto involucra la razón pública y los intereses del Estado y de
la sociedad.”. El fallo completo puede verse en
http://www.corteconstitucional.gov.co/RELATORIA/2012/C-241-12.htm
209
Art. 62 : 1) Cualquier hombre que mantenga relaciones sexuales con una mujer conociendo que es su
nieta, su hija, hermana o madre será pasible de pena de prisión de siete años.Si fuere probado que la
mujer fuese menor de 12 años , le será impuesta la misma pena que se establece en la sección 47 por
mantener relaciones sexuales con una mujer de menos de 12 años.
(Any male who carnally knows a female, who is to his knowledge his granddaughter, daughter, sister or
mother, shall on conviction thereof be liable to imprisonment for seven years: Provided that if, on an
information for that offence, it is alleged in the information and proved that the female is under the age of
twelve years, the same punishment may be imposed as may be imposed under section 47 for carnally
knowing a female under twelve years of age.)
2) No será relevante que las relaciones sexuales hayan sido consentidas por la mujer. (It is immaterial that
the carnal knowledge was had with the consent of the female.)
63. Cualquier mujer mayor de 16 años que mantiene relaciones sexuales consentidas con quien sabe que
es su abuelo, padre, hermano o hijo será pasible de pena de siete años de prisión.
Any female of or above the age of sixteen years who with consent permits her grandfather, father,
brother or son to have carnal knowledge of her (knowing him to be her grandfather, father, brother or son,
as the case may be) shall on conviction thereof be liable to imprisonment for seven years.
210
Art. 304. 1. El ascendiente que tenga relaciones sexuales con el descendiente, incurre en sanción de
privación de libertad de dos a cinco años. La sanción imponible al descendiente es de seis meses a dos
años de privación de libertad. 2. Los hermanos que tengan relaciones sexuales entre sí, incurren en
sanción de privación de libertad de tres meses a un año cada uno.3. Las sanciones previstas en este
artículo se imponen siempre que los hechos no constituyan un delito de mayor entidad.
211
Art. 375. El que, conociendo las relaciones que lo ligan, cometiere incesto con un ascendiente o
descendiente por consanguinidad o con un hermano consanguíneo, será castigado con reclusión menor en
sus grados mínimo a medio.
212
Art. 236. Comete incesto, quien yaciere con su ascendiente, descendiente o hermano. El incesto será
sancionado con prisión de dos a cuatro años. Art. 237. Quien, cometiere incesto con un descendiente
menor de edad, será sancionado con prisión de tres a seis años.
213
Art. 176: El acceso carnal entre ascendientes y descendientes o entre hermanos será sancionado con
reclusión de tres (3) a seis (6) años. Quien cometa incesto con un descendiente o hermano menor de
dieciocho (18) años será penado con cuatro (4) a siete (7) años de reclusión. Dichos menores no
incurrirán en pena alguna, p pero quedarán sometidos a las medidas tutelares que las leyes especiales
determinen.
214
Código Penal Federal de México. Artículo 272. Se sancionará con pena de uno a seis años de prisión,
el delito de incesto cuando los ascendientes tengan relaciones sexuales con sus descendientes, siempre y
cuando estos últimos sean mayores de edad. Cuando la víctima sea menor de edad, la conducta siempre
será entendida como típica de violación.
215
Art. 210.- Los que cometieren incesto conociendo las relaciones que lo ligan con un ascendiente o
descendiente por consanguinidad legítima o ilegítima o afinidad legítima o con un hermano consanguíneo
legítimo o ilegítimo, aunque sean mayores de veintiún años, serán castigados con prisión de dos a cuatro
años.
216
Art. 209: "El que con conocimiento de los vínculos que lo unen sostenga relaciones sexuales,
utilizando sus órganos, otras partes del cuerpo o cualquier objeto, en los genitales y otros orificios
naturales, con parientes por consaguinidad o adopción en línea recta ascendente o descendente y en la
línea colateral hasta el segundo grado, será sancionado con prisión de 3 a 5 años".
217
Art. 230 1º El que realizara el coito con un descendiente consanguíneo, será castigado con pena
privativa de libertad de hasta cinco años. 2º El que realizara el coito con un ascendiente consanguíneo,
será castigado con pena privativa de libertad de hasta dos años o con multa. La misma pena se aplicará,
En Europa la cuestión también se encuentra dividida: Albania221, Alemania222,
Austria223, Bosnia and Herzegovina224, Bulgaria225, Croacia226, Chipre227, República
cuando el coito haya sido realizado entre hermanos consanguíneos. 3º No serán aplicados los incisos
anteriores a los descendientes y hermanos, cuando al tiempo de la realización del hecho no hayan
cumplido dieciocho años.
218
Art. 131 Serán sancionadas con pena de reclusión por un término fijo de cincuenta (50) años, aquellas
personas que tengan una relación de parentesco, por ser ascendiente o descendiente, por consanguinidad,
adopción o afinidad, o colateral por consanguinidad o adopción, hasta el tercer grado, o por compartir o
poseer la custodia física o patria potestad y que lleven a cabo un acto orogenital o una penetración sexual
vaginal o anal, ya sea ésta genital, digital o instrumental. Se impondrá la pena con circunstancias
agravantes cuando se cometa el delito de incesto en cualquiera de las siguientes circunstancias:(a) resulte
en un embarazo; o (b) resulte en el contagio de alguna enfermedad venérea, siendo este hecho conocido
por el autor.Si la parte promovente de la conducta fuere un menor que no ha cumplido dieciocho (18)
años de edad, será sancionado con pena de reclusión por un término fijo de ocho (8) años, de ser
procesado como adulto.
219
Art. 276 Cometen incesto los que, con escándalo público mantienen relaciones sexuales con los
ascendientes legítimos y los padres naturales reconocidos o declarados tales, con los descendientes
legítimos y los hijos naturales reconocidos o declarados tales, y con los hermanos legítimos.
Este delito será castigado con seis meses de prisión a cinco años de penitenciaría.
220
Art. 381.- Todo individuo que, en circunstancias capaces de causar escándalo público, tenga relaciones
incestuosas con un ascendiente o descendiente, aunque fuere ilegitimo, con algún afín en línea recta o con
un hermano o hermana, hermanos, consanguíneos o uterinos, será castigado con presidio de tres a seis
años.
221
El Código Penal de Albania en su art. 106 establece que aquellos que mantengan relaciones
heterosexuales u homosexuales con parientes y niños, hermanos y hermanas entre personas vinculadas
por parentesco en línea recta o personas que estén bajo su custodia o ligadas por vínculo de adopción será
pasible de pena de prisión hasta un máximo de siete años.
222
En Alemania el incesto es un delito contra la familia previsto en el art. 173 del Cód. Penal: 173. “(1)
Quien realice acceso carnal con un descendiente consanguíneo, será castigado con pena privativa de la
libertad hasta tres años o con multa.(2) Quien practique el acceso carnal con un pariente consanguíneo en
línea ascendiente, será castigado con pena privativa de la libertad hasta dos años o con multa; esto rige
también cuando la relación de parentesco haya terminado. De la misma manera serán castigados
hermanos consanguíneos que practiquen el acceso carnal entre si.(3) Descendientes y hermanos no serán
castigados de acuerdo con este precepto, cuando ellos al tiempo del hecho no tuvieran 18 años de edad.
223
Código Penal de Austria StGB en su art. 211 dice: Incesto (1) Cualquier persona que mantenga
relaciones sexuales con quien está relacionado con él en línea recta, será castigado con pena de prisión de
hasta un año.(2) Si se trata de un pariente en la línea descendente, y es seducido a tener relaciones
sexuales, será castigado con prisión de hasta tres años.(3) El que, con su hermano o su hermana mantenga
relaciones sexuales, será castigado con pena de prisión de hasta seis meses. (4) Quién al momento del
hecho no ha alcanzado aún el decimonoveno año de vida no es punible a causa de incesto, si se ha dejado
seducir.
224
El Código Penal de este país establece en su art. 201 que aquel que mantenga relaciones sexuales con
un pariente en línea recta o un hermano será penado con multa o prisión por un término que no exceda los
tres años. Aquel que cometa el delito referido en el párrafo anterior con un niño o un menor de edad será
penado con pena de prisión por el término de uno a ocho años. La víctima que fuera menor al tiempo de
cometerse el delito no será punible. Esto resultará aplicable en los casos en los cuales la comisión del
delito continúe hasta que la víctima llegue a ser adulta.
225
En Bulgaria, el vínculo de parentesco además de agravar la pena en los casos de algunos delitos contra
la integridad sexual como la violación ( art. 152 párraf 2 apart. 2) es tomado en cuenta para regular la
figura autónoma del incesto en el art. 154 que dice que las relaciones sexuales entre parientes en las líneas
ascendentes y descendentes, entre hermanos y hermanas y entre adoptante y adoptados serán penados con
privación de la libertad hasta el máximo de tres años.
226
El art. 198 del Código Penal de Croacia establece que aquél que mantenga relaciones sexuales con un
pariente consanguíneo en línea recta o con un hermano será penado con multa o con prisión que no
exceda de un año. Si el delito se comete con un adolescente la pena será de prisión de seis meses a cinco
años. Si el delito se comete contra un niño la pena será de prisión de uno a ocho años. Además de agravar
la figura de abuso como lo establece el art. 191.
Checa228, Dinamarca229, Finlandia230, Grecia231, Islandia232, Irlanda233, Italia234,
Liechtenstein235, Macedonia236, Moldova237, San Marino238 y Eslovaquia239 penalizan el
incesto, sin perjuicio que existen matices propios en cada una de las legislaciones.
227
La sección 147 del Código Penal de Chipre en su capítulo 147 pena el incesto al determinar que
cualquier hombre que mantenga relaciones sexuales con una mujer, independientemente si ella ha
prestado o no su consentimiento, sabiendo que es su nieta, hija, hermana o madre será penado por delito
de incesto con una condena de prisión hasta siete años.
228
El art. 245 del Código Penal Checo reza: que aquél que tenga relaciones sexuales con un pariente en
línea recta descendiente o con un hermano o hermana será sentenciado a prisión por el pazo máximo de
dos años.
229
En Dinamarca el delito está tipificado como delito contra la familia. “La Repression De L'inceste”
Affaires Europeennes (Février 2002) http://www.senat.fr/lc/lc102/lc1020.html
230
La Sección 22 del Código Penal de Finlandia fija que aquella persona que mantenga relaciones
sexuales con su hijo/a o descendiente, su progenitor, su hermano o hermana será sentenciado por incesto
al pago de una multa o a pena de prisión por el máximo de dos años.Agrega además que aquella persona
que mantenga relaciones con su progenitor u otro ascendiente mientras sea menor de 18 años o aquella
que ha sido coaccionada o seducida ilegalmente a mantener dichas relaciones no será penada.
231
El texto del artículo no pudo ser ubicado pero la Corte Europea de Derechos Humanos incluye a este
país entre aquellos que regulan expresamente el delito de incesto en el texto del fallo “Stübing v.
Germany” de fecha 12 de Abril de 2012. El fallo completo puede leerse en la página oficial de la Corte:
http://www.hudoc.echr.coe.int o en el link:
http://www.hudoc.echr.coe.int/sites/eng/pages/search.aspx?i=001-110314#{"itemid":["001-110314"] .
232
El Art. 200 del Código Penal de Islandia dice que aquel que tenga acceso carnal o intimidad sexual con
su hijo/a u otro descendiente será penado con prisión por un máximo de 8años u 12 años si el niño es
menor de 16 años. Cualquier otro acoso sexual contra un hijo u otro descendiente además de lo
especificado en el párrafo 1 será sujeto a dos años de prisión o a 4 años si el niño es menor de 16 años.Si
los hermanos mantienen relaciones sexuales o cualquier otro tipo de intimidad sexual serán pasibles de
una pena de hasta 4 años de prisión. En el casos que un hermano o ambos no hayan alcanzado los 18 años
de edad al momento de ocurrir el acto, puede resolverse que la pena sea dejada de lado en lo que a ellos se
refiere.
233
El término incesto en el derecho irlandés se refiere a las relaciones sexuales que acontecen entre
parientes cercanos como hijos, hermanos o padres. No existe límites de edad. Este delito es penado por
the Punishment of Incest Act 1908 modificado por The Criminal Law (Incest Proceedings) Act 1995. No
existen límites de edad sin perjuicio de los cual, la mujer menor de 17 no puede ser penada por incesto. El
máximo de la sentencia es prisión perpetua para el hombre y siete años para las mujeres.
http://www.citizensinformation.ie/en/justice/criminal_law/criminal_offences/law_on_sex_offences_in_ire
land.html
234
Art. 564 Código Penal Italiano: Incesto: Cualquier persona, que da lugar a escándalo público, comete
incesto con un descendiente o ascendiente (CP540), o una afín en línea recta (CP75, 78 cc), o con una
hermana o un hermano, será castigado con pena de prisión de uno a cinco años. La pena será de prisión de
dos a ocho años en el caso de la relación incestuosa. En los casos previstos en las anteriores
disposiciones, si el incesto `es cometido por una persona mayor de edad con una persona menor de
dieciocho años de edad, la pena se incrementa (CP64) para el adulto.
La sentencia dictada importará la pérdida de patria potestad de los padres (o tutor legal) (CP34). La Corte
Constitucional Italiana en su sentencia N° 58/2000 dijo frente a un cuestionamiento de constitucionalidad
que no hay ninguna razón para excluir que la legislatura puede promulgar normas para la consecución del
propósito de protección de la familia, que no sólo representan puntos de vista acerca de la concepción
moral o religiosa de la misma. Y, del mismo modo, no hay ninguna razón para dudar de que corresponde
al legislador quien también tienen el poder - que se ejerce en su criterio discrecional en la materia de un
juicio de constitucionalidad sólo dentro de los límites de la arbitrariedad manifiesta – de evaluar la
ampliación de los tipos de relación familiar, es decir, para definir los límites de las especies relevantes en
la familia, en la que la prohibición impuesta por las sanciones penales funcionan como tales.
En el marco de los países del Common Law podemos mencionar entre este
grupo a Australia240, Nueva Zelanda241, Inglaterra y Gales242 .
Por otro lado, encontramos aquellos ordenamientos en los cuales la conducta
punible se legisla solamente como un agravante del delito de abuso sexual. Entre ellos:
Argentina, Bolivia, Brasil, Haítí, Perú, El Salvador.
En Europa Armenia, Azerbaijan, Bélgica, España243, Estonia, Georgia,
Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Mónaco, Montenegro, Portugal, Serbia,
Eslovenia y Ucrania siguen esta tendencia.
235
El art. 211 del Código Penal de Liechtenstein impone una pena de prisión hasta un año a aquella
persona que hay tenido relaciones sexuales u contacto sexual con un pariente en línea recta. La pena se
agrava a tres años si se tienen relaciones sexuales seduciendo a un descendiente. Para los hermanos que
mantengan relaciones sexuales la pena máxima es de seis meses. Y la pena no se aplica respecto de los
menores de 18 años que mantuvieren relaciones sexuales incestuosas.
236
El Código Penal de la República de Macedonia además de considerar el parentesco como agravante de
violación, en el art. 194 regula el tipo penal del incesto al sostener que será penado con pena de multa o
prisión de cinco a diez años aquel que violare a un pariente consanguíneo en primer grado o hermano o
hermana. Si la víctima es un niño o un adolescente la pena aumenta a diez años.
237
El Código Penal de Moldova ubica el delito de incesto en el capítulo de los delitos contra la familia y
en su art. 201 pena mantener relaciones sexuales entre parientes en línea recta hasta el tercer grado y en
la línea colateral (hermanos y hermanas) con un máximo de 5 años de prisión. No serán penados aquellos
que al momento del acto tuvieran menos de 18 años y que no existiera entre las partes una diferencia
mayor a dos años.
238
El texto del artículo no pudo ser ubicado pero la Corte Europea de Derechos Humanos incluye a este
país entre aquellos que regulan expresamente el delito de incesto en el texto del fallo “Stübing v.
Germany” de fecha 12 de Abril de 2012. El fallo completo puede leerse en la página oficial de la Corte:
http://www.hudoc.echr.coe.int o en el link:
http://www.hudoc.echr.coe.int/sites/eng/pages/search.aspx?i=001-110314#{"itemid":["001-110314"] .
239
El art. 203 del Código Penal Eslovaco dice que cualquier persona que mantenga relaciones sexuales
con un pariente en primer grado o con un hermano podrá ser pasible de pena de prisión hasta los dos años.
La pena resultará de uno a cinco años si el delito se comete contra una persona que se encuentre bajo su
protección.
240
Cada Estado y territorio tiene legislación que criminaliza las relaciones sexuales entre parientes
cercanos (Australian Capital Territory s62 Crimes Act 1900, New South Wales s 78 Crimes Act,
Northern Territory s 134 Criminal Code Act 1983, s 222, Queensland Criminal Code Act, South
Australia s 72 Criminal Law Consolidation Act, Tasmania s 133 Criminal Code Act, Victoria s 44
Crimes Act 1958, Western Australia s 329 Criminal Code Act 1913). La extensión del delito y la pena
varía de Estado a Estado. En consecuencia, el delito de incesto hace que cualquier tipo de relación entre
parientes sea penada. Se ha mencionado que en algunos casos se decide procesar a los ofensores por la
vía del incesto más que por el abuso sexual o “violación” ya que la figura no requiere adentrarse en la
cuestión del consentimiento o no de la víctima. En Australia también se presenta la discusión si la figura
del incesto debe reservarse para los casos en los cuales existen consentimiento o no. Heath Mary “The
law and sexual offences against adults in Australia” Publicado por el Instituto Australiano de Estudios de
Familia ISBN 0 642 39510 1 http://www.aifs.gov.au/acssa/pubs/issue/i4.html#incest.
241
Crimes Act 1961 modif. Amnedement Act 2005 Section 130 “ Incesto La relación sexual es
incestuosa si: a) se establece entre dos personas cuyo vínculo es de progenitor e hijo, hermanos, medio
hermanos, abuelos y nietos y b) la persona acusada conoce dicho vínculo. Toda persona de 16 años o más
que cometiere incesto es pasible de pena de prisión por un plazo máximo de 10 años.
242
Anteriormente la Sexual Offences Act de 1956 preveía en sus arts. 10 una definición de incesto y
penas para el hombre que incurriera en dicha conducta y 11 penas para la mujer que mantuvieran
relaciones con un pariente abarcando los casos de mayores de edad que consienten. Actualmente la
Sexual Offences Act 2003 establece dos tipos de delitos diferenciados: “ familial child sex offences” (
abuso sexual de niños intrafamiliar) y “ sex with an adult relative (relaciones sexuales con un pariente
adulto) http://www.legislation.gov.uk/ukpga/2003/42/contents
En el marco del continente europeo, la discusión llevó a que recientemente deba
expedirse la Corte Europea de Derechos Humanos en el caso “Stübing v. Alemania”244 -
la que adquirió firmeza el 24 de Septiembre de 2012- por el cual declaró que el art. 173
del Código Penal Alemán que pena las relaciones sexuales entre parientes
consanguíneos245 no viola el art. 8 del Convenio Europeo de los Derechos humanos que
prevé el respeto a la intimidad y a la vida familiar.
Dentro de esta mirada internacional del tema un caso curioso representa Francia,
país en el cual a partir de la sanción del Código de Napoleón en 1810 se abolieron las
leyes que penaban el incesto, quedando solamente vigente el agravamiento de la pena en
los casos que el abuso sexual fuera perpetrado por un pariente.
Sin embargo, el 27 de Enero de 2010, el Estado Francés sancionó una ley que
prohíbe el incesto denominándolo de esa manera y refiriéndose exclusivamente a los
casos de niños y adolescentes víctimas.
La Ley n° 2010-121 de 8 de febrero de 2010 incluyó la figura del incesto
cometido contra menores en el Código Penal con intención de mejorar la detección y el
tratamiento de las víctimas de incesto, modificando algunos artículos y creando algunos
nuevos en la Sección 3 del Capítulo II Libro II Título II de ese cuerpo legal .
Importante resulta destacar que la ley definió en su art. 222-31-1 que se tratará
de incesto cuando: la violación y el asalto sexual se cometiere dentro de la familia de la
persona de un menor por parte de un familiar, una hermana, hermano, o cualquier otra
persona, incluso el conviviente de un miembro de la familia, si tiene sobre la víctima
autoridad de hecho o de derecho.
Sin perjuicio de ello, el 16 de Septiembre de 2011 el Tribunal Constitucional 246
en decisión n° 2011-163 QPC declaró que este artículo resultaba inconstitucional247 al
no precisar la ley que entendía por “miembro de la familia” y la ley penal debe definir el
delito en términos suficientemente claros y precisos por el principio constitucional de
243
En España el delito se despenalizó en 1978 quedando solamente la figura agravada del abuso sexual.
244
Corte Europea de Derechos Humanos “Stübing v. Germany” de fecha 12 de Abril de 2012. El fallo
completo puede leerse en la página oficial de la Corte: http://www.hudoc.echr.coe.int o en el link:
http://www.hudoc.echr.coe.int/sites/eng/pages/search.aspx?i=001-110314#{"itemid":["001-110314"] .
245
Delito de Incesto: (1) Aquel que mantenga relaciones con un descendiente consanguineo será penado
con pena de prisión por no más de tres años o multa 2) Aquel que mantenga relaciones con un ascendiente
consanguíneo será penado con pena de prisión por no más de dos años o multa. Esta pena se aplicará aún
cuando la relación haya finalizado. Los hermanos consanguíneos que mantengan relaciones sexuales
serán penados de la misma manera. Los descendientes y los hermanos no serán penados si fueran menores
de 18 años al momento del acto.
246
O Consejo Constitucional como término equivalente. (Conseil constitutionnel)
247
El texto completo del fallo puede consultarse en http://www.legifrance.gouv.fr .
legalidad, lo que en última instancia llevó a su abrogación conforme las normas
constitucionales que rigen en ese país.
La misma suerte corrió el art. 227-27-2 que definía como incestuosos los
supuestos de los arts. 227-25, 227-26 y 227-27 (abuso sexual sin violencia a un menor
de quince años, sus figuras agravadas y el abuso sexual a un menor mayor de 15 años)
cuando se cometieran dentro de la familia de la persona de un menor por parte de un
familiar, una hermana hermano, o cualquier otra persona, incluso si se trata de una
pareja de un miembro de la familia tenga autoridad sobre la víctima de hecho o de
derecho. Éste fue declarado inconstitucional en fecha 18 de Febrero de 2012 por las
mismas razones.
En el ámbito nacional, en primer lugar hay que destacar que la legislación
argentina no contempla al incesto como delito autónomo.
Ni el Proyecto de Tejedor (1865-1868), ni el Código Penal de 1886 previeron la
figura del incesto como delito autónomo. Tampoco lo hicieron el Proyecto de 1891 y el
de 1906 que sirvieron de antecedente al Código Penal de 1922, ni los Proyectos de
reforma de 1936, ni el Anteproyecto de Soler de 1960, ni la reforma de la ley 25.087
que implicó una profunda reforma en los delitos sexuales previstos por el Código Penal.
Solamente el proyecto de 1941 previó el delito de incesto dentro del Título único
Delitos contra la familia; Capítulo I Delito contra la pureza familiar en el art. 120. El
delito comprendía al que tuviere acceso carnal con ascendiente, descendiente, hermano
o medio hermano y aplicaba privación de libertad de uno a cinco años. No existía
sanción si la persona era menor de quince años.
En nuestro país, cuando las relaciones sexuales incestuosas acontecen entre
adultos con capacidad legal para consentirlas desde todos los aspectos que ésta requiere,
no existe reproche penal en el ordenamiento jurídico. Así lo ha resuelto la
jurisprudencia: “La ley no castiga el incesto cuando se ha producido voluntariamente
entre personas con capacidad legal para consentirlo; pero éste es reprobado por la moral
a través de sus normas carentes de coercibilidad o del poder sancionatorio del derecho
penal. Lo que aleja la posibilidad del reproche frente al injusto”248
Tal como sostiene la doctrina no se penaliza el hecho objetivo del incesto, sino
que solo se castiga más duramente a quienes cometen los ilícitos penales mencionados,
valiéndose de la relación de parentesco o autoridad ejercida por la víctima249.
248
C. Penal, Santa Fe, Sala I, 23/8/85 JA 1986-II-108
249
Lamberti Silvio, ob. cit p. 170.
Existe cierta doctrina que postula la incriminación autónoma del delito de
incesto, tipificando el delito contra la persona de los niños/niñas, en su condición
porque es una manifestación gravísima de una violencia perturbadora del orden y
jerarquía que debe existir en las relaciones parentales.250
Desde el ámbito del derecho de Familia el Dr. Mizrahi , actualmente integrante
de la Cámara Nacional Civil se ha pronunciado expresamente a favor de la penalización
autónoma del delito de incesto teniendo en cuenta que nuestro país se encuentra
obligado a dar cumplimiento a lo previsto por el art. 19 de la Convención de los
Derechos del Niño.251
Como ya dijimos, el delito previsto en nuestro derecho se denomina abuso
sexual y la condición de pariente siempre ha sido un agravante del mismo, cualquiera
sea la denominación que haya tenido a lo largo del tiempo, cuestión a la que nos
dedicaremos a continuación.
250
Lamberti Silvio ob. Cit pág. 222 y siguientes.
251
Mizrahi Mauricio “ Familia, Matrimonio y Divorcio” Editorial Astrea. 2da edición ampliada y
actualizada. 2006.
cooperaren a la perpetración de los delitos comprendidos en este título serán reprimidos
con la pena de los autores.
Dentro del título haremos referencia a las figuras de abuso sexual ( art. 119) en
todas sus formas y los tipos penales de los arts. 120 y 125, haciendo referencia
especialmente en los casos en dichos delitos resultan agravados por ser cometidos por
un pariente, lo que llevaría a calificarlos de incestuosos.
En primer lugar, dedicaremos unas palabras al lenguaje jurídico empleado en la
regulación del título que engloba estos delitos.
La ley 25.087 sancionada el 14 de Abril de 1999 y publicada el 7 de mayo de ese
mismo año, modificó profundamente la regulación de estos delitos en el Código Penal.
Se ha mencionado que la reforma efectuada es de carácter ideológico que sigue
el rumbo marcado por otras legislaciones como por Ej. España.252
Hasta el año 1999 el título se denominaba “Delitos contra la honestidad” y la
forma en que se nombra los delitos que contenía resultaba diferente.
Coincidimos con quienes sostienen que la reforma de la ley importa un cambio
de paradigma del bien jurídico afectado, puesto que dentro de la propia denominación
del delito podemos observar la modificación de la visión social sobre el tema253.
La honestidad que era el objeto jurídico afectado en el sistema anterior
respondía a la concepción de la sexualidad como ligada a su legitimidad solamente
dentro del matrimonio y desde un punto de vista moral, como la inexperiencia sexual o
como el concepto público de honestidad o la honra de los varones allegados a la
víctima.254
Dicho concepto había sido criticado duramente por la doctrina argentina.255
252
De Luca, Javier A., Lopez Casariego Julio E. “ Delitos contra la integridad sexual” Edit. Hammurabi
1ed. Hammurabi 2009. Pág. 24.
253
Boumpadre menciona que la reforma responde a un cambio de ideología acerca de la intervención del
Estado en el ámbito de la sexualidad de los individuos, a la voluntad de dotar de mayor contenido el bien
jurídico y hacerlo más compatible con un derecho penal propio de un estado de derecho cuyas bases se
asientan en el marco de las líneas directrices impuestas por la reforma constitucional de 1994, que están
orientadas ciertamente, hacia un estado protector de las libertades individuales entre las que se inserta
precisamente la libertad sexual ( Boumpadre Jorge E. “Delitos contra la integridad sexual ( un paradigma
de lo que no hay que hacer) Algunas observaciones a la ley 25.087 de reformas al Código Penal Revista
de Ciencias Penales 1999-9 Edit Mave , Corrientes páginas 47 y ss. )
254
Así en los antecedentes parlamentarios se dijo que : "Una percepción de las agresiones sexuales acorde
con el estado actual de nuestra cultura debe considerar el crimen sexual estrictamente como una injuria a
la integridad física y psíquica y a la libre decisión de la víctima, y no una injuria a la pureza o castidad de
ella, ni al honor de algún varón.” L. L., Antecedentes Parlamentarios, No 4, 1999, p. 1614.
255
Para Soler pecaba por defecto y por exceso ( Soler, Sebastián, “Derecho Penal Argentino Parte
Especial”, 5ta ed., t. III, Edit. TEA, Buenos Aires p. 293) Para Donna: “No es aceptable un Derecho Penal
que no tutele bienes sino normas éticas o morales, o, lo que es lo mismo, que no garantice bienes jurídicos
sino indique la manera en que habrán de usarse esos bienes aun cuando de su uso diferente no derive
Con la modificación de la rúbrica no acabó la controversia, a pesar que
mayoritariamente se visualizó como un avance.256
Se dice que no finalizó la controversia porque los autores difieren en la
denominación que debe otorgarse al interés protegido por este título e incluso
cuestionan el vocablo utilizado “integridad sexual”.
Al respecto se cuestiona que el vocablo en su segunda acepción expresa:
“Cualidad de una persona íntegra, recta, honesta” y por lo tanto la nueva rúbrica no
aclara nada sobre cuál es el bien jurídico: en otras palabras se agregó “sexual” al
término honestidad (disfrazado con el vocablo “integridad”).257
A ello se ha agregado que una persona no deja de ser íntegra desde el punto de
vista sexual pese a no ser recta, proba o intachable y que de por sí íntegro se entiende
como aquello que no carece de ninguna de sus partes.258
En otro sentido, se ha mencionado que la segunda acepción en el diccionario del
vocablo refiere a “la pureza de las vírgenes”, lo cual pese a ser advertido en el trámite
legislativo, no mereció modificaciones. 259
Sin embargo, la doctrina deja en parte de lado esta cuestión respecto del
significado literal del término para ensayar distintas explicaciones respecto del bien
jurídico protegido.
Entre las variantes doctrinarias expresadas se ha mencionado que el bien jurídico
protegido resulta : la libertad, integridad y dignidad físico sexual260, la reserva sexual261,
afectación alguna de bienes jurídicos ajenos” (Donna, Edgardo A. Delitos contra la integridad sexual .
2da Edición Actualizada Edit Rubinzal Culzoni, Santa Fe 2001) Para Boumpadre era anacrónico,
impreciso y ambiguo, llevando a una confusión entre moral y derecho ( Boumpadre Jorge E. “Derecho
Penal Parte Especial” . Edit. Mave Corrientes 2000 pág. 334).
256
Ver en ese sentido: Tenca Adrian, “Delitos Sexuales”, Astrea, Buenos Aires 2001, Boumpadre, Jorge
E. “Los nuevos delitos de abusos sexuales en la reforma del Código Penal. Algunas observaciones a la ley
25.087” Zeus 81- D- 36, Parma, Carlos “Delitos contra la integridad sexual” Ed. Jurídicas Cuyo 1999
pág. 18, Russo Carlos, "El bien jurídico protegido en los delitos sexuales (análisis a la luz de la ley
25.087)" ED “Suplementos de Derecho Penal” vol. 1- 2004 pág. 24, Arocena, Gustavo A., “Acerca de
la Nueva Regulación de los ‘Delitos Sexuales’ (Ley Nacional 25087)” en “Semanario Jurídico” t. 81 ,
1999-B pág. 263, Boumpadre Jorge, “ Derecho Penal Parte Especial”, ob. cit. pág. 334.
257
Carreras Eduardo “Los delitos contra la honestidad y su modificación por la ley 25.087” L.L. 2000 –
C – 1059.
258
De Luca, López Cassariego, ob. cit. pág 28
259
Íbidem pág. 27
260
En tanto forma parte de un concepto integral del ser humano. Villada, Jorge Luis “Delitos contra la
integridad sexual” Edit. Lexis Nexis 2000 pág. 10.
261
Entendido como el derecho que tienen las personas a un consciente y voluntario trato sexual, lo que
comprende el derecho de mantenerlo con quien les plazca, en la forma que quieran y en las circunstancias
que lo deseen (Gavier Enrique A., “Delitos contra la Integridad Sexual. Análisis de la Ley 25087.
Antecedentes Parlamentarios”, Marcos Lerner Editora Córdoba, Córdoba, 1999).
el normal ejercicio de la sexualidad asentado sobre la libertad del individuo262, la
libertad sexual263, la integridad sexual tanto física como psíquica264, la intangibilidad e
integridad física, psíquica y también la autodeterminación sexual265, la incolumnidad de
la sexualidad266, el derecho al progresivo desarrollo en el ámbito sexual y a la
autonomía sexual267.
262
“Si bien algunos de los tipos pueden adecuarse más o menos a la denominación del rubro, otros
justificarían que se los tilde de indebidamente extensos. En tren de sugerencias hubiese sido preferible
seleccionar un rubro que designase una figura básica de la que los demás tipos pueden considerarse
emanaciones, al menos sino por su naturaleza, por imperio de la ley, como lo hace, por ejemplo, el
Código Penal Francés, que emplea el rubro genérico De las agresiones sexuales ” Creus, Carlos “Delitos
sexuales según la ley 25.087” JA, 1999-III-807.
263
Entendida como el derecho de toda persona a su autorrealización o autodeterminación en el ámbito de
la sexualidad ( Boumpadre “ Los nuevos delitos..” ob. cit Zeus, 81 – D. 36). De la persona mayor de 18
años y el libre desarrollo sexual de los menores de esa edad, ( Donna “ Delitos contra la integridad
sexual” ob.cit. pág. 12.). La libertad sexual de quienes tienen capacidad para expresar válidamente su
voluntad y la intangibilidad o indemnidad de quienes carecen de ella ( Reinaldi, Víctor F., Los Delitos
Sexuales en el Código Penal Argentino. Ley 25087, segunda edición actualizada, Marcos Lerner editor,
Córdoba 2005 pág. 33,. Para Parma se resguarda la libertad en su proyección hacia la sexualidad y la
integridad física, psíquica y espiritual de la persona, valores supremos, de proyección constitucional.
(Parma Carlos ob. cit., p. 20,). Para Fontán Balestra lo que realmente la ley quiere proteger es la libre
determinación del individuo con relación a ciertos hechos vinculados con lo sexual. En tal sentido, las
descripciones típicas, cuando se refieren a mayores, quienes tienen total capacidad para decidir qué hacer
con su sexualidad, toman en cuenta que su voluntad resultó viciada por algún género de violencia, engaño
o amenaza; en tanto que cuando se trata de menores, se presume ope legis que, en tal caso, falta, al sujeto
pasivo, libertad de determinación, es decir que atentan contra su voluntad sexual. ( Fontan Balestra,
Carlos Tratado de Derecho Penal Lexis Nexis 2007 Lexis Nº 1506/000484.
264
Elhart Raúl “El bien jurídico protegido en los delitos contra la integridad sexual. ¿Es la integridad
sexual? ¿Es la libertad sexual? ¿O aún no ha sido correctamente individualizada? en Suplemento
Actualidad L.L. 28/10/2000. Para este autor el significado de “libertad sexual” no se compadece con la
expresión “integridad sexual” pues propiciando la primera se confunde lo que fundamentalmente se
quiere proteger – integridad y dignidad física y psíquica de la persona – con la afectación previa de la
libertad de repeler o aceptar la conducta del agente agresor, que es un presupuesto común para la mayoría
de los delitos. En su concepto, la expresión “libertad sexual” se identifica más con el derecho de ejercer la
sexualidad de la manera en que cada uno elija, que con la facultad de repeler o aceptar las conductas de
terceros dirigidas a la propia sexualidad. Si bien agrega, que en gran parte de los delitos que incluye el
título se vulnera la libertad sexual, la afectación fundamental y de mayor relevancia no se encuentra en
aquélla.
265
Figari, “Delitos de índole sexual” Ediciones jurídicas Cuyo 2003 pág. 45.
266
Como el derecho de las personas que tienen capacidad para expresar válidamente su voluntad, a tener
un libre y consiente trato sexual o a no tenerlo contra su voluntad, y el derecho a la intangibilidad sexual
de quienes, por ser menores de ciertas edades o incapaces no pueden manifestar válidamente su
consentimiento. Arocena Gustavo “Delitos contra la integridad sexual”, p. 28, Ed. Advocatus, Córdoba,
2001.
267
Balcarce considera que con la leyenda integridad sexual se hace referencia a la posibilidad de todo
ciudadano con capacidad psico-física, según los estándares de la sociedad en determinado tiempo y lugar,
de elaborar su propio plan de vida sexual; ora de manera individual; ora en forma coordinada con
personas de distinto o igual sexo, compatibilizando el grado de renuncia que se alcanza en el ámbito de
disponibilidad de los distintos bienes jurídicos que concurren a la plenitud en la actividad sexual.
Sintetiza que es el derecho al desarrollo progresivo en el ámbito sexual y a la autonomía sexual. Entiende
que la ley 25.087 se enrola en una opción político – criminal neopersonalista Balcarce Fabián “El bien
jurídico tutelado en los delitos contra la integridad sexual” en www.eldial.com.ar EL DIAL DC316 pto.
5.4.
a) El delito de abuso sexual
El Código Penal prevé dentro de los delitos contra la integridad sexual una
figura genérica que denomina abuso sexual que se encuentra en el art.119. Párrafo
aparte el Código establece conductas que lo van agravando.
No abordamos la evolución legislativa del delito de abuso sexual en general por
exceder el marco de la presente investigación, sino que enfocaremos el estudio en la
legislación vigente y profundizaremos respecto del supuesto particular de la figura
cuando es cometida por un pariente.
268
Soler “Derecho Penal” ob. cit. pág. 322, Creus “Derecho Penal. Parte Especial”. 5ta edición , t. III,
Astrea pág. 231, ídem en “Delitos sexuales según la ley 25.087” ob. cit ; Laje Anaya- Gravier “Notas al
Código Penal Argentino” t. II com, art. 122 n° 16 Marcos Lerner Editora , Córdoba 1995. pág. 171,
Donna “Delitos contra la integridad sexual” ob. cit; Posadas “Delitos contra la integridad sexual en
“Prudentia Iuris” Dic. 2000, pág. 144, Calvete, Fernando H. “Análisis de la ley 25.087. Delitos contra la
integridad sexual” en DJ 2005-3-285.
269
De Lucca – López Cassariego, ob. cit. Pág. 50
270
Fontán Balestra Tratado de Derecho Penal t. III vol. II, Marcos Lerner Editora, Córdoba 1988 pág.
132, Nuñez , Ricardo C. “Tratado de Derecho Penal . Parte Especial. Tomo III vol. II, Lerner 1992, pág.
310, Donna “ Derecho Penal” ob. cit pag. 447, ídem “Delitos contra la integridad sexual” ob. cit. pág. 18,
Villada ob. cit. pág. 42, Arocena Gustavo “Delitos contra la integridad sexual” ob. cit. pág 38. , Parma ob.
cit. pág. 29. Quedan fuera del alcance de esta figura aquellos comportamientos ejercidos por el sujeto
activo en su propio cuerpo en presencia de otro y la contemplación, en la medida que no incluya desnudar
a la víctima ni la obligación de presenciar manifestaciones de a sexualidad ajen, ni las palabras
pronunciadas cualquiera sea su entidad impúdica o lujuriosa. ( De Lucca- Lopez Casariego ob. cit. pág.
50 y 51 y bibliografía allí citada).
Los delitos previstos en el art. 119 suponen la ausencia de un consentimiento
jurídico válido.
La norma comprende a los niños menores de 13 años sobre los cuales un
presunción iure et de iure de su inmadurez para comprender el sentido de su
comportamiento271. La ley 25.087 aumentó el límite mínimo de edad, que con
anterioridad era de 12 años.
También involucra los casos de víctimas mayores de la edad mencionada cuando
ha mediado violencia 272, amenaza273, abuso coactivo o intimidatorio de una relación de
dependencia, de autoridad, o de poder.
En este último caso el sujeto activo se encuentra en una relación de
preeminencia respecto de la víctima, con quien mantiene un vínculo jerárquico o de
autoridad. Es decir, el sujeto pasivo tolera pero no consiente.274
Cabría preguntarse si en los casos en los que el ofensor es un familiar en
ejercicio de un rol de autoridad dentro de la familia, sería estrictamente necesario
acreditar la intimidación o si ésta no se encuentra ínsita en la asimetría de poder
existente entre la víctima y el autor del hecho, atento la relación de dependencia que
puede existir entre ellos275.
Creemos que la respuesta debería ser afirmativa si estamos frente a adolescentes
menores de 18 años por imperio de la protección especial que les corresponde en virtud
de la Convención de los Derechos del Niño y entendiendo que para nuestro
271
Nuñez, Ricardo C. Manual de de Derecho Penal. Parte Especial Lerner, Córdoba 2008 pág. 105;
Fontán Balestra, Carlos “Tratado de Derecho Penal” ob. cit. pág. 206, Donna Edgardo “ Delitos contra la
integridad sexual” ob. cit. pág. 24, Reinaldi Víctor, ob. cit. pág. 44, Creus “Derecho Penal” ob. cit. pág.
191, Villada ob. cit. pág. 43., Figari ob. cit pag. 63. No estamos de acuerdo con aquellos que postulan
dejar de lado la presunción iure et de ure y realizar una verificación de inmadurez en cada caso ( Fontan
Balestra Derecho Penal ob. cit. pag. 206 y De Lucca- López Cassariego ob. cit. pág. 55) puesto que
importaría un enorme retroceso en la defensa de los derechos de los niños y niñas que quedarán expuestos
a que se evalué su condición de “maduros” sexualmente, lo que claramente implica una revictimización.
272
Entendida como aquella ejercida sobre el cuerpo de la víctima y que procura vencer materialmente su
voluntad ( Conforme De Lucca , Lopez Cassariego ob. cit. pág. 56)
273
La amenaza consiste en l afectación de la libertad mediante el empleo de algún medio intimidatorio.
En este caso se obliga a la víctima a elegir entre dos males, el que supone menor. El mal anunciado
puede recaer sobre la propia víctima o sobre un tercero ( Conforme De Lucca , López Cassariego ob. cit.
pág. 58). Representa la amenaza de sufrir un mal grave, injusto, determinado, posible, futuro y
dependiente de la voluntad del autor, el cual podrá recaer sobre cualquier bien, persona, o interés del
sujeto pasivo. El anuncio del mal debe ser de tal magnitud que intimide a la víctima y que le infunda un
miedo que doblegue la resistencia. ( Donna Edgardo, “Delitos contra la integridad sexual” ob. cit. pág.
27)
274
Pandolfi, “Delitos contra la integridad sexual” ob. cit pág. 57.
275275
Para Donna esta previsión no comprende los casos descriptos en el cuarto párrafo para los cuales
debe aplicarse la figura agravada ( Donna Edgardo “Delitos contra la integridad sexual” ob. cit. 29)
ordenamiento se encuentran bajo la autoridad de los padres en ejercicio de la
denominada hasta hoy patria potestad.
Comprende el artículo los casos en los que el autor comete el hecho:
“aprovechándose de que la víctima por cualquier causa no haya podido consentir
libremente la acción”. Estos supuestos incluyen los casos de las personas privadas de la
razón, algún tipo de alteración temporaria de la razón por cuestiones de salud mental o
intoxicación con drogas o alcohol y el autor del delito conociendo ese estado de cosas,
se aprovecha de esta situación circunstancial para cometerlo.
En general, tal como se ha sostenido desde el ámbito del los profesionales de la
salud y aquellos operadores jurídicos que tratan estos casos, la modalidad más frecuente
en los casos de niños pequeños no es la violencia sino que se utiliza el juego o la
seducción con técnicas menos visibles y que obviamente no dejan rastros físicos.
Distinto resulta en los casos de mayores de 13 años donde ya la violencia se hace
presente más explícitamente en numerosas oportunidades
El delito de abuso es un delito doloso por lo cual el autor debe querer y por ende
conocer la realización del tipo objetivo. Acordamos con aquella postura que sostiene
que no cambia el carácter doloso del acto que el autor no tenga un especial ánimo
lascivo.276
Ahora bien, si el autor realizó conductas dirigidas a un acceso carnal no
consentido algunos autores opinan que ya no estaría frente a un abuso sexual de estas
características, sino dentro de una tentativa de abuso sexual con acceso carnal
(anteriormente violación) 277. Si el acceso se consuma los actos de abuso sexual previos
quedan absorbidos por la figura más grave.278
Se plantea una discusión doctrinaria al respecto de la posibilidad de que exista
tentativa de abuso sexual en su forma simple. Algunos autores lo han aceptado sin
276
De Luca – Lopéz Cassariego ob. cit. Pág. 72. La jurisprudencia ha dicho que la figura de abuso
sexual no requiere dolo específico o intencionalidad específica alguna por parte del autor, bastando que la
acción mirada objetivamente sea impúdica y que el reo la haya realizado conscientemente, con desprecio
del resultado. (Cámara Nacional de Casación Penal, sala I, 19/04/10, Castro, Marta María s. recurso de
casación. La ley 30/09/2011, 30/09/2011, 7 - DPYC 2012 (agosto), 22/08/2012, 69) Para compulsar un
caso jurisprudencial que aún continua con este discusión ver Superior Tribunal de Justicia de la Provincia
de Río Negro, sala Penal 24/08/2012 K., J. C. s/ abuso sexual simple art. 119 1º CP LL Patagonia 2012
(octubre), 521).
277
Ledesma, Guillermo ¿Abuso deshonesto o tentativa de violación? En Doctrina Penal N°19 Vol 5.
Julio Septiembre 1982 pág. 541.
278
Donna Edgardo “Delitos contra la integridad sexual” ob. cit. pág. 35, Fontán Balestra, Carlos
“Derecho Penal. Parte Especial” ob. cit. pág. 214, Creus , Carlos “ Derecho Penal ob.cit. 234
distinciones279 mientras que otros la descartan por considerar imposible advertir actos
ejecutivos que no impliquen la consumación típica280.
Las lesiones leves sufridas por la víctima y la figura de la coacción ( art. 149 bis)
quedan también atrapadas por la figura del abuso sexual y de existir lesiones graves o
gravísimas se aplicará el agravante del inc. a) del art, 119.
Una variable que se presente en numerosas oportunidades en los casos de abuso
sexual intrafamiliar es la coacción posterior al acto ya sea que se trate de niños o
adolescentes, a fin de silenciar a las víctimas y evitar el develamiento de la situación.
Uno de los prestigiosos entrevistados en el presente trabajo se preguntaba por
qué en estos casos la figura de la coacción posterior cuando es expresada en numerosas
oportunidades por los niños, niñas y adolescentes no merece la investigación y la
consecuente sanción penal281.
Un supuesto que ha generado una gran discusión en nuestro país282 resultó de la
aplicación de aquella postura que sostiene que constituye un obstáculo a la comprensión
de la ilicitud del acto los supuestos del llamado error de prohibición culturalmente
condicionado283 como el de quien por provenir de otra cultura pese a conocer el
contenido sexual del acto, desconoce la ilicitud del comportamiento. 284.
279
Entre ellos: Nuñez Ricardo, “Tratado..” ob.cit pág. 317, Donna Edgardo “ Delitos…” ob. cit pág. 37,
Reinaldi, Víctor ob. cit. pág. 62, SC Tucumán LL 32-876, Figari, Rubén pág. 108.
280
Fontán Balestra Carlos, “Tratado..” ob. cit. pág. 140. Otros autores como Soler admiten la tentativa
cuando el abuso es cometido mediante violencia real y la descartan en caso de violencia presunta ( Soler,
Molinario, Villada) .
281
Psiquiatra. Miembro del Cuerpo Médico Forense. Entrevista efectuada el 20 de marzo de 2012.
282
La Suprema Corte de Justicia de Salta, en fecha 29 de septiembre de 2006. En autos C/C R., J. F. -
Recurso De Casación" (Expte. Nº CJS 28.526/06) declaró la nulidad del procesamiento de un integrante
de los wichis que había mantenido relaciones sexuales con la hija de 12 años de su pareja invocando este
argumente. En la disidencia del fallo se dijo que: “Sostener que en la conducta bajo examen no hay
agresión porque "se trata de otra concepción cultural de 'integridad sexual' o por no haber sufrido ningún
daño psico-emocional la supuesta víctima, significa apartarse del concepto de "integridad personal", del
cual la integridad sexual es sólo uno de los componentes; cobija, además, los efectos en la salud física,
teniendo en cuenta edad, consiguiente contextura física, riesgos en la salud por la sexualidad en sí y por la
temprana iniciación, maternidad precoz, efectos sobre los niños prematuros o mal nutridos por las
condiciones de las madres, etc. Asimismo, la integridad personal incluye el derecho a no tener que
soportar tratos considerados degradantes, conforme todo ello, a objetivos y parámetros médico-biológicos
y, fundamentalmente, desde los estándares mínimos de los derechos humanos más elementales (Philip
Alston y Bridget Gilmour-Walsh; "El interés superior del niño - Hacia una síntesis de los derechos del
niño y de los valores culturales", Ed. UNICEF, Bs.As., 1997; p. 35; v. acta fs. 46). La discusión se
transmitió a la sociedad entera con opiniones divergentes publicadas en el diario Página 12 del 22 de
octubre de 2012 entre las que se destaca la del Dr. Rozanski. Compulsar también: Superior Tribunal de
Justicia de la Provincia de Formosa (S.T. Formosa) ST Formosa ~ 2008/04/29 ~ G., R. H. - B., H. O. - S.,
S. A. (prófugo) LLLitoral 2009 (febrero), 01/01/2009, 29
283
Zaffaroni Eugenio, Alagia Alejandro y Slokar Alejandro “Derecho Penal . Parte General” Edit. Ediar
2000 pág. 704.
284
De Luca – López Cassariego ob. cit. Pág. 73.
Otra dificultad jurídica que presenta el delito de abuso sexual simple, con
injerencia particular en los casos abuso sexual intrafamiliar resulta del hecho que
frecuentemente no existe una sola forma de tocamiento o de manoseo sino que la
conducta es reiterada en el tiempo. En algunos casos transcurren meses o años y
generalmente la conducta abusiva se va profundizando de no interrumpirse el contacto.
Esto ha generado una discusión bastante profunda en la doctrina y en la
jurisprudencia. Si el imputado cometió la misma conducta típica por un lapso
prolongado de tiempo: ¿se trata de un solo hecho de abuso sexual o existe una
pluralidad de conductas típicas? ¿ Se trata de una figura distinta: el abuso sexual
gravemente ultrajante?
Algunos opinan que cada hecho abusivo debe ser independiente y por lo tanto se
debe aplicar la figura de concurso real de delitos285. Otros entienden que se trata de un
delito de ejecución continuada286
Por el contrario otros plantean que ya no se trataría de un abuso simple sino de
un abuso gravemente ultrajante por la reiteración. Parecería dificultoso establecer el
límite justo de transición entre una figura y otra. Más cuando los niños generalmente no
pueden precisar a cuántos manoseos fueron sometidos (incluso para los adultos también
lo sería) frente a un situación tan traumática.287
El segundo párrafo del artículo 119 dice “La pena será de cuatro a diez años de
reclusión o prisión cuando el abuso, por su duración o circunstancias de su realización,
hubiere configurado un sometimiento sexual gravemente ultrajante para la víctima.”
La doctrina ha intentado conceptualizar el tipo de situaciones que subsumen el
tipo señalado.
Se ha dicho que encuadrarán todas aquellas conductas que sin reunir los
requisitos específicos del acceso carnal, tengan un significado objetivo similar como la
285
Lo que permitiría adicionar las penas de cada delito.
286
Lo que importaría que la pena se acerque al máximo establecido.
287
Las diferentes posturas pueden verse plasmadas en el fallo de la sala IV de la Cámara de Casación
Penal CAUSA Nro. 4023 Rosales, Wilder Mauricio s/recurso de casación
introducción de objetos288, dedos o lengua en el cuerpo de la víctima 289, algunos incluso
incluyen a la fellatio in ore dentro de este tipo penal. 290
Se exige una prolongación del acto abusivo en su duración más allá de lo normal
como requisito típico del delito291, lo cual importa su reiteración292. La excesiva
prolongación temporal implica un peligro para la integridad física y un innecesario
vejamen para la dignidad de la víctima293.
O en su caso que el abuso sea gravemente ultrajante por sus circunstancias tales
como actos particularmente humillantes294 como los realizados en público 295, frente a
desconocidos o allegados296, lugares importantes para la víctima297, la obtención de
filmaciones o fotografías durante el abuso298, las prácticas sexuales de sadismo o
288
Reinaldi, Víctor F. ob. cit. pág. 66, Parma Carlos ob. cit. 69.
289
Fontán Balestra “Derecho Penal” ob. cit. pág. 216.
290
La discusión sobre si la fellatio in ore constituye un abuso sexual gravemente ultrajante o abuso sexual
con acceso carnal, excede los límites de este trabajo y por tanto no será aquí tratada debido a su extensión
y complejidad. Respecto de la postura que admite que se trata de la figura de abuso sexual con acceso
carnal en un caso de abuso sexual intrafamiliar puede citarse los siguientes fallos que resolvieron que:
“debe condenarse al imputado a la pena de prisión por ser autor del delito de abuso sexual con acceso
carnal agravado por el vínculo, si se acreditó que obligó a su hija a tocarle la zona genital y practicarle
una “fellatio in ore”. (Corte de Justicia de la Provincia de Salta 02/11/2011 Guerrero, Héctor Armando
s/recurso de casación Publicado en: LLNOA2012 (marzo), 162). Así también “La inmisión del pene del
autor en la boca de la víctima debe ser considerada como constitutiva del "acceso carnal por cualquier
vía" previsto por el art. 119 tercer párrafo Cód. Penal, puesto que un adecuado análisis teleológico de la
norma impide asignar al concepto de "acceso carnal" los mismos alcances que tenían en su anterior
redacción, por cuanto tornaría en estéril el aditamento "por cualquier vía" con la que se pretendió ampliar
el tipo penal bajo estudio.(Cámara Nacional de Casación Penal, sala IV, 14/09/2009, Mendieta, Carlos
Eduardo s. recurso de casación. LA LEY 30/09/2011, 30/09/2011, 7). En la misma línea se han
pronunciado Cámara Nacional de Casación Penal, Sala I “Plasencia Ancua, Javier Arcadio s/recurso de
casación” 10/07/12 Causa n° : 14166.
Sin perjuicio de ello todavía existen tribunales que consideran lo contrario: El accionar del imputado por
abuso sexual cometido contra su hija menor encuadra dentro de lo dispuesto en el segundo párrafo del art.
119 del Cód. Penal como gravemente ultrajante, si la víctima era sometida a la práctica de sexo oral, pues
no puede concebirse lo contrario respecto de lo que más se parece a un acto de ingreso o acceso al cuerpo
de otro que a tocamientos, y que ha rebajado su dignidad con mayor entidad vulnerante a un simple
abuso. (Tribunal de Impugnación Penal de Santa Rosa, Sala B 04/07/2012 Partes: P., R. C.- Ministerio
Público Fiscal Publicado en: LL Patagonia 2012 (octubre), 560)
291
Donna, Edgardo “Delitos..” ob. cit. pág. 44, Creus, Carlos, “ Delitos sexuales según la ley 25.087” ob.
cit. pág 809.
292
Fontan Balestra “Derecho Penal…” ob. cit. pág. 216
293
Donna, Edgardo “Delitos..” ob. cit. pág. 44 Cuando la ley se refiere a "duración" el legislador alude a
la excesiva prolongación temporal que excede el tiempo necesario para realizar el abuso sexual,
produciendo a la víctima una mayor afectación a su dignidad (conforme D'Alessio- Código Penal
comentado y anotado- Parte Especial- pág. 169). A su vez, esa duración, debe relacionarse con la
existencia de un sometimiento "gravemente ultrajante" hacia el sujeto pasivo.
294
Gavier Enrique A. ob. cit. pág. 29
295
Reinaldi, Víctor ob. cit. pág. 66, Creus, Carlos “Delitos..” ob. cit pág. 809, Parma, Carlos ob. cit. 68.
296
Fontán Balestra “Derecho Penal…” ob. cit. pág. 216, Tenca, Adrian ob. cit pág. 58.
297
Parma, Carlos ob. cit pág. 68
298
De Luca , Lopez Cassariego ob. cit pág. 82
bestialidad 299, presenciar u observar la satisfacción de necesidades fisiológicas de la
víctima, el autor o de un tercero300.
299
Reinaldi Víctor, ob. cit. pág. 66
300
De Luca , López Cassariego ob. cit. pág. 82
301
Para un estudio respecto de si la fellatio in ore importa abuso sexual con acceso carnal o bien abuso
sexual gravemente ultrajante compulsar: Antecedentes parlamentarios, año VI, n° 5 pág. 1623, Tenca ,
Adrian ob.cit pág. 85, Donna Edgardo ob. cit pág. 59, Reinaldi, Víctor ob.cit pág. 73 entre otros. Además
de la jurisprudencia citada en la nota 205 podemos agregar los siguientes fallos que admiten esta postura:
“la penetración del órgano genital masculino en cualquier vía —incluyendo la oral— constituye el delito
de abuso sexual con acceso carnal.” (Cámara Nacional de Casación Penal, sala II, 1/04/09, Benitez,
Sergio Javier s. recurso de casación. LA LEY 30/09/2011, 30/09/2011, 7) "En base a las pruebas
mencionadas, el A-quo arriba a la certeza que el encartado es el autor del hecho atribuido e investigado en
autos, le atribuye credibilidad y eficacia probatoria al testimonio de la niña e infiere la existencia de
indicios de abuso sexual en los que acredita la fellatio in ore, la que encuadra en el tercer párrafo del
artículo 119 del C. Penal, en función con el primero y cuarto párrafo inciso f) de la misma norma, atento
los hechos demostrados". (Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Mendoza, sala II, Fiscal c. N. F.,
M. A., 29/04/2008, LL Gran Cuyo, 2008-571 - DJ, 15/10/2008, 1683, Cita Online: AR/JUR/1805/2008).
302
Soler, Sebastián ob. cit. pág. 306, Moras Mon , Jorge R. ob. cit pág. 20
303
Fontán Balestra “ Tratado..” ob. cit. pág.58, Núñez, Ricardo ob. cit. pág. 250, Creus, Carlos “ Derecho
Penal …” ob. cit. pág. 189, Donna Edgardo “ Delitos ..” ob. cit. pág. 55, Reinaldi Víctor ob. cit. 70,
Villada Jorge Luis ob. cit. 65, Laje- Anaya Gaviero ob. cit. pág. 136.
304
De Luca , López Cassariego ob. cit. agregan incluso que una postura contraria contraría derechos
humanos básicos y elementales del ser humano.
305
De Luca , Lopez Cassariego ob. cit. Pág. 101 y ss.
El artículo 120 del Código Penal establece que:“Será reprimido con prisión o
reclusión de tres a seis años el que realizare algunas de las acciones previstas en el
segundo o en el tercer párrafo del artículo 119 con una persona menor de dieciséis
años, aprovechándose de su inmadurez sexual, en razón de la mayoría de edad del
autor, su relación de preeminencia respecto de la víctima, u otra circunstancia
equivalente, siempre que no resultare un delito más severamente penado.
La pena será de prisión o reclusión de seis a diez años si mediare alguna de las
circunstancias previstas en los incisos a), b), c), e) o f) del cuarto párrafo del artículo
119”
Conforme la doctrina este tipo penal comprende conductas que giran sobre dos
ejes: primero, la seducción de la víctima menor de 16 años, que debido a su inmadurez
sexual presta consentimiento para el acto. Y en segundo lugar, la mayoría de edad del
autor, que conforme ley 26.579 es de 18 años.306
La ley presupone que el consentimiento otorgado por el adolescente de entre 13
y 16 años resulta ineficaz por su estado de inmadurez sexual, su falta de experiencia y
por el accionar del autor quien lo ha seducido. En definitiva, se entiende que el
adolescente no ha podido consentir de manera válida, porque no ha podido comprender
la significación del acto307.
La doctrina entiende que para que se configure este tipo penal debió existir
acceso carnal o bien alguna de las conductas previstas en los casos de abuso sexual
gravemente ultrajante308.
Villada sostiene que el sujeto pasivo debe carecer de conocimiento y práctica de
carácter sexual que le permitan razonablemente realizar actos abusivos o carnales de parte
del sujeto activo309.
Advierten Gavier y Buompadre que el término "inmadurez sexual" es una expresión
impropiamente utilizada por la ley, teniendo en cuenta que el término inmadurez, en su
acepción jurídico-penal, alude a la falta de desarrollo de las facultades intelectuales como
para comprender la naturaleza de los actos realizados por el autor, y que el límite entre la
306
Donna “Delitos contra la integridad sexual” ob. cit. pág. 101.
307
Ibidem pág. 108.
308
Boumpadre Jorge, “Derecho Penal..” ob. cit. pág 393. En contra Volponi, María Valeria “El artículo
120 del Código Penal. La figura del estupro y el abuso sexual por aprovechamiento de la inexperiencia
sexual de la víctima” UNLP 2008-38, 01/01/2008, 436
309
Villada Jorge, ob. cit. pág. 10
madurez y la inmadurez sexual fue fijado por la propia ley a los 13 años: a partir de esa
edad podría hablarse de ingenuidad o inexperiencia sexual pero no de inmadurez.310
El juez, para verificar si existió aprovechamiento o no, investigue los medios de que
se valió el autor en la realización de la conducta típica (por ej. promesa de matrimonio,
excitación del instinto, regalos, engaños, etc.). El aprovechamiento debe manifestarse a
través de conductas tendientes a lograr el consentimiento de la víctima 311
Dado que la base del delito es el aprovechamiento de la inmadurez sexual de la
víctima, el injusto del hecho es más grave cuando alguna de las personas que se nombran en
los incisos respectivos realiza el acto, ya que se vale de la posición o la condición que tiene
frente a la víctima.312
e.1) Evolución legislativa del agravante que contempla los casos de incesto.
Desde el Proyecto de Tejedor en 1866 se contempló la figura del abuso en todas
sus formas para los casos en que se tratare de víctimas que fueran menores de edad o
quienes siendo mayores no hubieren o no pudieren haber consentido el acto.
Sin embargo, los agravantes de la figura en razón que el ofensor fuera un
pariente aparecieron poco tiempo después en la historia del derecho penal.
El proyecto de Código Penal de 1891 contemplaba que el “abuso deshonesto”
resultaba agravado (art.152) si había sido cometido por un ascendiente, descendiente,
afín en línea recta, hermano o encargado de la educación o la guarda de la víctima. Para
la figura de violación se aplicaba el art. 149 que preveía un incremento de la pena si el
hecho era cometido por esas mismas personas.
El art. 167 del Proyecto de 1895 fijaba un aumento de la pena si el hecho era
cometido por un ascendiente o descendiente legítimo o natural, afín en línea recta,
hermano o encargado de la educación o guarda de la víctima en los casos de abuso
deshonesto. Para los casos de estupro se preveía el mismo agravamiento de la pena pero
nada se decía en los casos de violación.
El Código de 1903 agravaba la pena si el abuso era cometido por ascendiente o
descendiente, afín en línea recta, hermano o encargado de la educación o guarda de la
niña o sacerdote. Lo mismo se disponía para el caso de violación.
310
Boumpadre Jorge “Derecho Penal..” ob. cit. pág. 396
311
Donna Edgardo, “ Delitos..” ob. cit. pág. 113
312
Ibídem pág. 116
El Proyecto de 1906 mantuvo las agravantes mencionadas en los casos de abuso
deshonesto y violación eliminando la mención de la niña respecto del encargado de la
educación o la guarda.
Ya en el Código Penal de 1921 el agravante por parentesco estaba previsto en el
art. 127 párraf. 2do y contemplaba al ofensor cuando fuera ascendiente o descendiente,
afín en línea recta, hermano. Para el caso de violación la disposición era análoga.
El art. 198 del Proyecto de 1941 fijó un agravamiento de la sanción si el delito
de abuso o de violación fuera cometido por un ascendiente, hermano, tutor o curador o
por persona a quien se le hubiera confiado la víctima.
Los proyectos de 1951 y 1953 no contemplaban un agravante particular más allá
de los previstos en forma general.
En 1960, el art. 162 del proyecto de ese año agravaba la figura de abuso
deshonesto si el autor era ascendiente, descendiente, adoptante, adoptado, afín en línea
recta, hermano, encargado de la educación, guarda o custodia de la víctima. La misma
disposición se estableció para el caso de violación en el art. 160. Dicha disposición fue
reiterada en el proyecto del año 1979.
La ley vigente 25.087 en el art. 119 inciso b) prevé una pena será de ocho a veinte
años de reclusión o prisión si el hecho fuera cometido por ascendiente, descendiente,
afín en línea recta, hermano, tutor, curador, ministro de algún culto reconocido o no,
encargado de la educación o de la guarda.
El agravante se aplica a todos los casos de abuso que contempla la norma
vigente.
313
En contra: Boumpadre quien sostiene que no estaría contemplado pero de lege ferenda postula su
inclusión. ( ob. cit pág. 364).
314
;Soler, Sebastián “Derecho Penal argentino” ob.cit. p. 299
315
Ure, Ernesto, “Los delitos de violación y estupro”, Ideas, Buenos Aires, 1952., p. 95;.
316
Creus, Carlos “Derecho penal, Parte especial ,ob. cit. p. 200.
317
La razón de ser del agravante puede derivar del carácter incestuoso de la relación pero también puede
consistir en que se supone que los parientes tienen el deber todos de velar por su familia en varios
aspectos, uno de los cuales es del comportamiento sexual ( Conforme Molinario Alfredo J. Los delitos,
texto preparado y actualizado por Eduardo Aguirre Obarrio Tipográfica Editora Argentina n° 48 p. 448 ,
Buenos Aires, 1996.
318
Nuñez Ricardo, ob.cit. pág. 217.
319
Boumpadre “Derecho Penal Parte Especial..” ob. cit 364. El autor postula que no resulta el
fundamento el carácter incestuoso de la relación puesto que no se logra comprender cómo resulta tan
grave la pena prevista en los casos de incesto violento o abusivo y que el ordenamiento jurídico lo
permita cuando es consentido.
320
Estrella Godoy Lemos, “ Código Penal. Parte Especial t. 1 art. 122 n° 30 Edit. Hammurabi pag. 357
321
Fontan Balestra , Carlos “Tratado…” ob. cit. p. 93.
322
Garona “El delito de violación en López Bolado Jorge Daniel (dir - coord.) Violación, estupro, abuso
deshonesto, Lerner Ediciones, Buenos Aires1971 pag. 72 y 73
323
Goldsztern Noemí “ Delitos contra la honestidad” en Levene (H) Manuela de Derecho Penal Parte
Especial Zavalía Buenos Aires 1976 pág. 191
324
Laja Anaya y Gavier ob. cit. pág. 150.
325
Moras Mon ob. cit. pág. 89.
326
No era uno de los "ascendiente"(s) era de su progenitor quien lejos de asumir el rol de fuerte
soporte de protección resultó su más directo agresor. De esa relación la niña lejos de ser la protegida
y amparada resultó su presa fácil y disponible. (Cámara Nacional de Casación Penal Sala III 13/12/12
Causa n°:16091 Aquino, Carlos David y otros s/recurso de casación. Registro n° 1775.12.3.)
La jurisprudencia señaló en relación a la agravante del inciso b) del art. 119 del
Código Penal no requiere de la convivencia de las personas, sino que es compatible con
la solución de continuidad y con relaciones de más corta duración. La razón de la
calificante por el vínculo en la nueva ley está dada exclusivamente por el hecho de que
la relación parental facilite la tarea del autor327
Sin embargo, el agravante de la convivencia previsto en el inciso f) ha permito
elevar la condena en aquellos casos en que se trata de abuso sexual intrafamiliar pero el
ofensor no es un pariente contemplado en el inc. b como por ejemplo un tío.328
f) La figura de corrupción de menores.
Hemos encontrado antecedentes jurisprudenciales que han aplicado las figuras de
abuso en sus dos formas agravadas: gravemente ultrajante y con acceso carnal en
concurso con la figura de corrupción de menores.
Esta última se encuentra prevista en el art. 125 del Código Penal que establece
que: “El que promoviere o facilitare la corrupción de menores de dieciocho años,
aunque mediare el consentimiento de la víctima será reprimido con reclusión o prisión
de tres a diez años. La pena será de seis a quince años de reclusión o prisión cuando la
víctima fuera menor de trece años. Cualquiera que fuese la edad de la víctima, la pena
será de reclusión o prisión de diez a quince años, cuando mediare engaño, violencia,
amenaza, abuso de autoridad o cualquier otro medio de intimidación o coerción, como
también si el autor fuera ascendiente, cónyuge, hermano, tutor o persona conviviente o
encargada de su educación o guarda.”
Se ha definido la corrupción de menores como la realización de actos idóneos
que por su perversión tienen como objetivo desviar la normalidad del desarrollo sexual,
y como consecuencia de ello, provocan un daño físico y mental en la salud329.
327
Cám. Nac. Crim. y Corr., Sala VI 28-2-2003 "Ledesma Vallejos".
328
En ese sentido se ha dicho que : Debe considerarse configurada la agravante prevista en el inc.f) art.
119 CP, que deriva tanto de la inmadurez de la víctima menor de 18 años como así también del
aprovechamiento del autor de la facilidad que le otorga la cercanía con las víctimas, como la confianza
que ésta pudieran dispensarle en razón de la convivencia, situación que se configuró en el caso, en
que el imputado abusó sexualmente de sus sobrinas nietas niñas de siete y cinco años, mediando una
relación de estrecha confianza entre el denunciado, las menores y sus padres, que convivían en la
misma vivienda. (Cámara Nacional de Casación Penal, Sala III, Causa n°: 16258 Registro n° 1712.12.3.
Peña Salazar, Juvenal s/recurso de casación 29/11/12)
329
Tribunal en lo Criminal Nro. 1 de Morón 15/11/2010 Romero, Horacio José LLBA2010 (diciembre),
1292
Específicamente se evalúa si los hechos han afectado el derecho del menor a no
sufrir interferencias por parte de terceros a su bienestar psíquico y a su normal y
adecuado proceso de formación sexual. 330
Se ha dicho que los actos corruptores “son aquellos actos de lujuria que siendo
prematuros por la edad o depravados por su clase, tengan la entidad objetiva suficiente
para producir sobre el espíritu de los menores una deformación psíquica que los altere
moralmente, produciendo un vicio o una perversión del instinto sexual” 331
Desde la jurisprudencia se ha condenado por esta figura en concurso con la
prevista por el art.119 al progenitor que obligó a su hija de escasa edad a mantener
relaciones sexuales de tipo swinger por la afectación que dicha conducta implica a la
sexualidad de la niña.332
Asimismo, en el fallo “Manrique, Alejandro Alfredo s/recurso de casación e
inconstitucionalidad”, la sala III de la Cámara de Casación Penal consideró que
constituye configurativo del tipo penal del art. 125 el hecho que el progenitor haya
pretendido instalar en la víctima, sin experiencia sexual previa, la idea de que los actos
incestuosos entre padre e hijo sean naturales.333
También se estableció que configura el tipo penal descripto el caso en el padre
exhibió a su hijo de 6 años películas pornográficas, promoviendo su corrupción, a partir
del conocimiento que la exhibición de las imágenes de sexo explícito, las cuales tenían
entidad para provocar en él un despertar sexual temprano y excesivo incompatible con
su edad y la voluntad de torcer, prematuramente, su normal desarrollo sexual334.
330
Cám. Cas. Penal , sala IV 22/03/2010"De Melo, José s/recurso de casación";
331
Cám. Cas. Penal , sala IV Nro. 13.417-sala IV 28/11/2011 “Cerón, Ulises s/ recurso de casación” . En
este fallo se citan además causa nro. 208: “García, Carlos H.s/ rec. de casación”, reg. nro. 406, rta. el
4/9/95; causa nro.1094: “Alvarado Carrasco, Julio s/ rec. de casación”, reg. nro. 1599, rta. el 23/11/98; y
causa Nro. 2553: “Dorrego Córdoba,Horacio s/ rec. de casación”, Reg. Nro. 3545, rta. el 7/8/01;entre
muchas otras).
332
Se configuran los delitos de los arts. 119 párrafo primero, segundo, tercero y cuarto en función
del inc. b del mismo y 125 párrafo tercero CP si se tiene en cuenta que las aberrantes y depravadas
acciones realizadas por el padre sobre una niña de escasa edad -tales como involucrarla en relaciones
swingers con tocamientos inverecundos de extraños, su hermana y de ella a su padre- conllevan una
clara afectación de la sexualidad de la menor, sin que resulte posible realizar un pronóstico acerca de
las consecuencias de estos episodios ya que se han ido comprobando consecuencias que
afectaron y afectan a la víctima ya sea desde la órbita social o educacional, con posibles y previsibles
incidencias en la sexual. (Cámara Nacional de Casación Penal Sala IV “Gutiérrez, Mauricio Juan
s/recurso de casación” 21/09/12 Causa n°:13019. Registro n° 1706.12.4. )
333
Cam. Casación Penal, sala III, “Manrique, Alejandro Alfredo s/recurso de casación e
inconstitucionalidad” 2/11/2010
334
Cám. Cas. Penal , sala IV 22/03/2010"De Melo, José s/recurso de casación";
g) La prescripción del delito.
La prescripción es una de las causales de extinción de la acción, que impide
ejercerla como consecuencia del tiempo transcurrido desde el momento de la comisión
del delito.335 Se encuentra prevista en el art. 59, inc 3° del Código Penal.
El art. 62 del Cód. Penal establece las pautas para que opere, y el art. 63 por su
parte prevé la iniciación de su cómputo desde la medianoche del día en que se cometió
el delito, o si fuese continuo, en que cesó de cometerse.
Desde la doctrina se han ensayado diversos fundamentos para el instituto entre
los que se encuentran la limitación temporal del poder represivo del Estado
extinguiéndose la facultad estatal para perseguirlo o investigarlo336, que la imposición
de una pena luego de transcurrido cierto lapso deviene ineficaz que la obtención de las
pruebas que sustentan el proceso penal resultan generalmente insuficientes o de difícil
recolección337, la irracionalidad de una respuesta punitiva a un conflicto que ha perdido
su carácter de tal como vivencia y sólo conserva carácter histórico338
El abuso sexual, es un delito que prescribe en el tiempo. Situación que mereció
debates y reformas recientes vinculadas a la ampliación de los plazos para la
prescripción del mismo.
La discusión respecto del plazo de prescripción en los delitos de abuso
intrafamiliar tomo fuerza socialmente a partir de la denuncia de un conocido diseñador
de moda339 que publicó un libro contando su experiencia personal junto con el accionar
de las organizaciones que bregan por los derechos de niños, niñas y adolescentes lo que
marca la clara evolución en la conciencia de los derechos de las víctimas340.
335
Righi, Esteban - Fernández, Alberto, "Derecho Penal. La ley. El delito. El proceso y la pena", pág.
381/391, Ed. Hammurabi, Buenos Aires, 1996.
336
Pastor, Daniel, "Prescripción de la persecución y Código Procesal Penal", Editores del Puerto, 1993
citado por Sansone, Virginia en “Prescripción de la acción penal en el delito de abuso sexual infantil” :
DJ2004-3, 317, Binder, Alberto, Prescripción de la acción penal; la secuela del juicio. Justicia penal y
Estado de derecho, Editorial Ad Hoc, Buenos Aires, 1993
337
Quien representa esta postura fue Binding, citado en "Derecho Penal Parte General", p. 883, 2° ed.,
Zaffaroni, Alagia, Slokar, Ed. Ediar, Buenos Aires, NUÑEZ, Ricardo C., Las disposiciones generales del
Código Penal, Editorial Marcos Lerner, Córdoba, 1988 (nota 13), pág. 280.
338
Zaffaroni, Alagia, Slokar ob. Cit. , Ed. Ediar, Buenos Aires. p. 884
339
Incluso los medios periodísticos la ley fue denominada con el apellido del diseñador . Se ha dicho que
fueron sus abogados quienes redactaron el proyecto que posteriormente presentó la diputada Estensoro.
En el año 2004 ya se había presentado el mismo debate con otro caso que tomó notoriedad social sin que
pudiera modificarse la ley.
340
En el año 2004 ya se había presentado el mismo debate con otro caso que tomó notoriedad social sin
que pudiera modificarse la ley, quizás debido a que todavía no existía la suficiente concientización
respecto de los derechos de las víctimas, más cuando éstos fueran niños, niñas y adolescentes.
El 7 de septiembre de 2011 fue sancionada la ley 26.705 reformó el artículo 63
del Código Penal, al modificar el cómputo de la prescripción para los delitos contenidos
en los artículos 119, 120, 124, 125, 125 bis, 128, 129 —in fine— y 130 —párrafos
segundo y tercero— del Código Penal, en los casos en los cuales la víctima es menor de
edad al momento de la comisión del hecho.
La ley establece el plazo de prescripción del delito comenzará a correr a partir de
la medianoche del día en que la víctima alcanzare la mayoría de edad.
La exposición de motivos de la ley dice que:"...Parte de la doctrina sostiene que
el fundamento de la prescripción es que luego de transcurrido cierto tiempo el hecho
delictivo deja de ser conflictivo para la sociedad y, por tanto, no corresponde mantener
abierta la incertidumbre sobre la coerción penal, una vez que la herida cicatrizó. Por
ello, la naturaleza del delito cometido no es indiferente para determinar el plazo de la
prescripción (...) Del mismo modo, los delitos sexuales sufridos por menores de edad
justifican un cómputo diferencial del plazo de prescripción de la acción, ya que los
daños producidos se perpetúan en el tiempo y se mantienen vigentes en la medida en
que no hubo oportunidades reales de denunciar el hecho.” 341
El informe citado también pondera la circunstancia que el abuso sexual en
numerosas oportunidades es develado cuando la persona alcanza cierta madurez
emocional.
Asimismo, en virtud del principio de protección especial la modificación del
cómputo del plazo de prescripción importa otorgar a niños, niñas y adolescentes la
posibilidad de denunciar en el momento en que existen condiciones para hacerlo,
configurando ello un paso adelante en la consolidación de sus derechos, y evitando que
el hecho por el cual fueron ofendidos quede impune342.
341
Exposición de Motivos ley 26.705. Cámara de Diputados de la Nación, Diario de Sesiones Ordinarias
2011, Orden del día N° 2283.
342
La sanción de la ley resulta auspiciosa más allá de alguna crítica efectuada por la doctrina. ( Ver
Casola, Laura Monasterolo, Natalia “Sobre el (des)acierto de la reciente reforma al régimen de
prescripción de algunos delitos contra la integridad sexual” DJ23/05/2012, 1.
5. Normas de Relevancia en su Aplicación a los Procesos Penales de Abuso Sexual
Intrafamiliar.
343
Conforme Fontan Balestra, Carlos “Tratado …” ob. cit, C. Crim. y Corr. Villa María, LL 38-895 C.
Crim. Cap. Fed., JA 9-499 y 20-491
La denuncia, no está sometida a formas sacramentales344. Luego de la denuncia
el Estado está obligado a proseguir el trámite como si se tratase de una acción pública
cualquiera.345
Ahora bien, consideramos que a la luz del nuevo paradigma de los derechos de
los niños, niñas y adolescentes ya no puede sostenerse tan estrictamente aquella postura
doctrinaria y jurisprudencial que rezaba que si la denuncia fue efectuada por un menor,
en lugar de serlo por sus representantes legales, corresponde declarar insubsistente todo
lo actuado346
En el tema que aquí analizamos la actuación será siempre oficiosa puesto que
nos encontramos dentro de alguna de las excepciones a la norma, sea que se trate de
delito cometido por ascendiente tutor o curador (art. 72 , párr. 2º, in fine) o porque
existen intereses gravemente contrapuestos entre el niño, niña o adolescentes y sus
ascendientes, tutor o guardador (art. 72 , último párrafo). En éste último caso puede
pensarse en el delito cometido por otro pariente que no sea un ascendiente como por
ejemplo un hermano bajo la autoridad parental del mismo ascendiente.
Además debe siempre recordarse que el principio de la instancia privada ha sido
consagrado como una prerrogativa a favor de la víctima y nunca como una garantía
acordada al imputado347”
Alguna parte de la doctrina entiende que la norma establece queda en manos del
fiscal determinar si actúa de oficio cuando así resultare más conveniente para el interés
superior del menor o incapaz 348
¿Es obligación del fiscal instar la acción o simplemente está facultado para
hacerlo? Para Donna la ley no podría “obligar” al fiscal a hacerlo dada la complejidad de
las relaciones en juego, lo cual sería contraproducente y no conveniente349.
344
S.C.B.A. JA 1958-IV-325, C.S.J. La Rioja JA 1953-III-35, C.S.J Tucumán LL 65-208 Cám. Crim.
Capital sala 1ª, causa "Scirica, M.", del 12/5/1978)
345
C. 2ª Apel. Trelew, "Q., S. B.", del 19/11/1998) y no puede detenérsela por perdón (C. Crim. Cap.
Fed., sala 7ª, "Fernández, F.", del 30/11/1989); renuncia C. Crim. y Corr. Tucumán, JA 1963-II-603) o
desistimiento (C. Crim. Cap. Fed., sala 7ª, "Urretavizcaya, Martín F. y otros ", del 13/6/2003, todos cit.
por Romero Villanueva, Horacio J., Código Penal de la Nación anotado, Buenos Aires, 2005, p. 252,
notas 9 a 12).
346
Sup. Corte Just. Tucumán, LL 27-5; C. Crim. Concepción del Uruguay, LL 99-543; C. Fed. Bahía
Blanca, LL 63-7; C. Crim. Cap. Fed., sala 4ª, causa "González", del 8/4/1975, cit. por Romero
Villanueva, y sala 3ª, causa 19.951, "Martínez, R. ", del 13/3/1986).
347
(Baigún, David y Zaffaroni, Eugenio Raúl, “Código Penal y normas complementarias. Análisis
doctrinario y jurisprudencial”, Ed. Hammurabi, t° II-B, 2007, pág. 383).
348
Fontan Balestra, “Tratado Tratado de Derecho Penal Lexis Nexis 2007 Lexis Nº 1506/000484.
349
Donna, Edgardo “ Delitos contra la integridad sexual” ob. cit pág. 38.
La jurisprudencia ha resuelto en un caso de un adolescente de 14 años quien se
había fugado de su hogar alegando que era sometido a abusos sexuales por parte de su
padre y su primo que: “A los efectos de determinar la posible existencia de intereses
contrapuestos que podría presentar la madre, lo que permitiría habilitar la intervención
oficiosa del Ministerio Público Fiscal en la acción contra L. B. T. y R. T., entendemos
que resulta conveniente realizar una entrevista a J. T., conforme los recaudos
establecidos en el art. 250 bis del ordenamiento adjetivo, la cual, como bien lo señalara
la Sra. Defensora de Menores, no sería revictimizante, atento a que debe prevalecer el
interés superior del niño y su derecho a ser oído y manifestar su opinión (conf. arts. 1,
24 y 27 de la ley 26.061 y 12, 19 y cctes. de la Convención sobre Derechos del
Niño)”350.
La doctrina ha opinado que cuando el menor es víctima de un delito por parte de
un ascendiente, no cabe exigir que sea éste el que formule la denuncia. La excepción,
por lo demás, lo consagra expresamente la última parte del párrafo segundo del art. 72
del C. Penal. Además de ser una cuestión de sentido común, la supremacía de la ley de
fondo por sobre la ley de forma elimina toda duda respecto de cuál es la solución que
cabe dar a este caso351.
La ley 25087 efectuó un agregado con relación a la disponibilidad de la acción
por parte de las víctimas quienes podrán instar el ejercicio de la acción penal pública
con el asesoramiento o representación de instituciones oficiales o privadas sin fines de
lucro de protección o ayuda a las víctimas.
No especifica la ley si esa representación es viable aun contra la voluntad de
quienes se hallan autorizados a instar la acción penal por el artículo 72. Entendemos que
en esa hipótesis, deberá intervenir el fiscal, en virtud de la existencia de "intereses
gravemente contrapuestos"352.
El 19 de febrero de este año, la sala I de la Cámara Criminal y Correccional
revocó la resolución que dispuso el archivo de una causa por imposibilidad de proceder
debido a que la representante legal de una niña no había instando la acción. En un
elogioso fallo el tribunal dijo: “Sin perjuicio de tratarse de un delito dependiente de
350
CN.Crim. y Corr, Sala I,, causa n° 40.095, “T., L. y otro” 13/05/2011.
351
González, Ramón L.: “Los derechos de las víctimas de abuso sexual” LLLitoral 2009 (setiembre),
01/01/2009, 849)
352
Ibídem pág. 39. La sala IV de la Cámara de Casación Penal en la causa Nro. 9009 “ Sánchez, Carlos
Alberto s/recurso de casación” rechazó el pedido de nulidad formulado por la defensa al entender que la
denuncia que inició la madre quien luego se retractó de la misma sirve para instar la acción teniendo en
cuenta el interés superior de la niña.
instancia privada que pudo haber ofendido a las menores en su esfera más íntima y
secreta y que por ello la ley estima prudente dejar librado a criterio de quien las
representa legalmente la decisión de realizar la denuncia respectiva o de no hacerla, el
requisito de la instancia de la acción para que el Estado ejerce su pretensión punitiva no
puede convertirse en un escollo que conduzca al olvido o a la indiferencia de todo
cuanto manifestaran, decidieran y no consintieran hasta ahora las madres de las
damnificadas, porque el interés superior de las menores debe situarse por encima de las
exigencias procesales, máxime cuando ya se expuso judicialmente el suceso”353.
También se observa desde la jurisprudencia un avance hacia la armonización de
las diferentes normas que involucran el tratamiento judicial del abuso sexual
intrafamiliar.
La sala II de la Cámara Nacional Correccional y Criminal debió resolver un caso
en el cual la denuncia de abuso sexual intrafamiliar se inicia con la actuación de una
abuela en defensa de los derechos de sus nietos ante la Oficina de Violencia Domestica
de la CSJN.
De allí se realizó la derivación al fuero penal, pero este juez declaró la nulidad
de la denuncia en virtud de los establecido por el art. 178 que según el cual “Nadie
podrá denunciar a su cónyuge, ascendiente, descendiente o hermano, a menos que el
delito aparezca ejecutado en perjuicio del denunciante o de un pariente suyo de grado
igual o más próximo que el que lo liga con el denunciado”.
El Fiscal apeló dicho decisorio al entender que no resultaba de aplicación en el
caso puesto que la abuela al instar la denuncia contra su propia hija y yerno, protegía los
intereses de su nieta, una niña y que, la norma citada no podría ser aplicada en estos
casos por contrariar las disposiciones de la Convención de los Derechos del Niño.
El fallo de Cámara hace lugar al recurso del fiscal, argumentando en extenso
sobre la armonización de la legislación y la protección especial de los Niños. Agrega
además que en el caso se encontró involucrado el deber de los funcionarios públicos de
denunciar los hechos cuando toman conocimientos de éstos conforme ley 24.417 art.2 y
su dec. Reglamentario, arts. 29 y 31 de la ley 26.061, Acordada CSJN 40/2006.354
353
CN.Crim. y Corr, Sala IV,, Causa n° 43/13 “C., L. s/ Archivo ” 19/02/2013
354
Cam. Crim. y Correc. Sala II - Causa n° 29.269 “L. R. s/nulidad y sobreseimiento”. Expte. n°
1883/2009/1.
Fallos como el comentamos supra permite vislumbrar que existe un movimiento
hacia una nueva concepción sobre la apertura de la instancia judicial y la obligación de
los funcionarios públicos.
Una evolución que tiene como eje dejar de lado aquella idea que pregona que
develar un abuso sexual intrafamiliar importa una decisión que principalmente tiene en
cuenta la protección de la intimidad y el decoro de esa familia como eje básico, para
pasar a aquella que contemple como cuestión principal la protección que la víctima
vulnerable merece en situaciones como las que comentamos.
355
Díaz Cantón , Fernando “Las manifestaciones de la victima menor de edad como prueba en los delitos
contra la integridad sexual y física. ¿Es posible conciliar el ejercicio del derecho fundamental del
imputado a interrogarla con la necesidad de evitar la revictimización?“ En UNICEF, Asociación por los
derechos Civiles (ADC), Junta Federal de Cortes y Superiores Tribunales de Justicia de las Provincias
Argentinas y Ciudad Autónoma de Buenos Aires (JUFEJUS) “Acceso a la Justicia de Niños/as Víctimas.
Protección de los Derechos de niños, niñas y adolescentes víctimas, testigos de delitos o violencia”, en
http://www.unicef.org/argentina/spanish/OriginalLibroVictimas.pdf ob. cit. Pág. 166.
356
Al respecto se ha dicho que: “ en los casos de hechos llevados a cabo sin terceros
presenciales, donde sólo el atacante y la víctima estuvieron 'presentes, justifica que la fuente
de comprobación remita en lo sustancial a la denunciante. ..En consecuencia, las pruebas son
múltiples en su naturaleza aunque tengan como fuente de producción al mismo sujeto. .(Cam.
Casación Penal Sala II 9/2/2010 Del voto del Dr. Yacobucci en Causa Nro. 10.239 Sala II
"Benitez, Bernardino s/ recurso de casación"). Y: “...toda vez que en los delitos de abuso sexual
se advierte el restringido ámbito de privacidad en que suelen perpetrarse y la consecuente
imposibilidad de recoger prueba directa de su perpetración, la versión de las damnificadas,
menores con capacidad para transmitir episodios de esta naturaleza [...] constituyen un aporte
especialmente valorable si los estudios psicológicos contribuyen a la verosimilitud de los
hechos...” (conforme Cam. Nac. Crim. y Corr., Sala VI, c/n° 27.888, “Isaci Martínez, Pablo”, rta.,
25/10/2005, en donde se citó Cam. Nac. Crim. y Corr., Sala VII, c/n° 21.927, “Suárez, Daniel”,
rta. 17/7/03. En el mismo sentido, Sala IV, c/n° 17.531, “Rodas Jaras, Domingo”, rta. 8/11/01
Cam. Nac. Crim. y Corr. Sala VI Causa N° 39.441 “O., C. s/ procesamiento” Interlocutoria) .
Recientemente La sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal anuló el sobreseimiento
dictado por el Tribunal Oral y confirmado por la Cámara al entender que : “No existen razones
En otro nivel de discusión podríamos plantearnos que acontecería en aquellos
casos en los cuales la víctima no se encuentre en condiciones de declarar. Ello pudo
observarse en el fallo de la Corte Suprema de Justicia en autos “ G.L.” comentado en el
punto I y en algún otro antecedente que hemos encontrado donde se ha llevado adelante
el proceso y logrado una condena sin que intervenga la víctima357.
Las dificultades que presenta la declaración de los niños en el proceso ha sido
abordada por números especialistas tanto de las ciencias jurídicas como así también de
los profesionales de la salud que abordan la temática.358
valederas para desconocer la validez, utilidad y aptitud probatoria que revisten las
declaraciones de los calificados testigos “únicos”. Es que ante la presencia de un testigo en
soledad del hecho no debe prescindirse de sus manifestaciones sino que ellas deben ser
valoradas con la mayor severidad y rigor crítico posibles, tratando de desentrañar el mérito o la
inconsistencia de la declaración mediante su confrontación con las demás circunstancias de la
causa que corroboren o disminuyan su fuerza, y examinando cuidadosamente las calidades del
testigo.”Cámara Nacional de Casación Penal , Sala IV Causa Nro. 12605 “Rivero, Onésimo
Fabián s/recurso de casación”
Para compulsar un caso en un criterio opuesto ver el fallo de la sala III Tribunal de Casación Penal de
Buenos Aires, 01/02/2011 A., S. G. publicado en la La Ley Online por el cual se resolvió casar la
sentencia del tribunal inferior y absolver al imputado en un caso de abuso sexual con acceso carnal
agravado por el vínculo. En el fallo se dijo que los resultados de los informes periciales médico,
psicológicos y psiquiátricos, los que si bien concluyen en la falta de indicadores de fabulación, describen
un cuadro de angustia, temor, vergüenza que pueden también relacionarse con el pudor originado en una
relación sexual, pero que no reviste de suficiente entidad como sostén de un único medio probatorio -
declaración de la víctima- que acredite la violencia ejercida en esa relación o la identidad del sujeto
activo que participara en la misma. Se consideró que toda esa prueba no era suficiente para rebatir la
declaración del propio imputado y de las hermanas de la víctima. Criticamos además dicho decisorio con
firmeza por hacer referencia a la “madurez sexual” de la víctima ( de 14 años) y no citar ni una sola
norma referida a los derechos de los niños, niñas y adolescentes o de protección contra la violencia de
género.
En esa misma línea se pronunció la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Venado Tuerto: “Si bien de los
elementos probatorios incorporados se puede considerar que la versión de la menor surge creíble,
corresponde revocar la resolución que condenó al imputado como autor del delito de abuso sexual con
acceso carnal agravado —en el caso, se lo absolvió por duda—, ya que en definitiva nos encontramos
ante un caso de palabra contra palabra sin apoyo de ninguna prueba directa, pues los dichos de la
psicóloga y de la médica incorporados a la causa y la carta que la menor le habría dirigido a su madre, son
los propios dichos de la presunta víctima introducidos en la causa de diversas maneras, es decir, no son
pruebas de origen distinto que corroboren esa versión. (Cámara de Apelaciones en lo Penal de Venado
Tuerto 10/12/2009 J. M. C. LLLitoral 2010 (junio), 586)
357
No obsta a lo dicho que se hubiera efectuado la reconstrucción fáctica sin contar con los dichos de la
menor cuando, como en la especie, puede recrearse lo ocurrido a través de distintos cauces probatorios; el
pronosticado daño que le podría causar el hecho de concurrir a declarar, y cuanto dispone la Convención
Sobre Los Derechos del Niño en su art. 18 respecto de la tutela del interés superior del niño; fueron sin
duda las circunstancias por las que el tribunal a quo prescindió correctamente de la convocatoria
reclamada por la defensa.(Cámara Nacional de Casación Penal sala I autos "Vilca Mamani s/recurso de
casación" 11/08/2008).
358
En ese sentido compulsar: Berlinerblau. Virginia “Lineamientos Forenses Para La Evaluación De
Niños, Niñas y Adolescentes En Denuncias Por Presunto Abuso Sexual. Especificidad Forense.
Protocolos. Cuestiones Éticas. Publicado En La Revista De Familia ¨El Derecho¨, Agosto De 2011 Y
¨Violencia Familiar Y Abuso Sexual¨. Compilación De Viar y Lamberti. Editorial Universidad, 1998.
Capítulo: Abuso Sexual Infantil: Una Perspectiva Forense, Novkovic, Adrián “ La cámara Gesell en la
evaluación del abuso sexual infantil Publicado en: Sup. Act. 22/12/2011, 22/12/2011, 1, Echeburúa
Enrique, Subijana Ignacio José International Journal of Clinical and Health Psychology, Vol. 8. Nº 3 pp.
A los fines de la protección de los niños víctima, a nivel jurídico se han previsto
algunas pautas para la recepción de su testimonio: a) la necesidad de recibir la
declaración en un ámbito adecuado, alejado de la presencia del imputado (por ejemplo
en cámaras Gesell); b) la necesidad de que la entrevista sea conducida por un psicólogo
especialista en niños y adolescentes; y c) la necesidad de evitar la repetición del acto359.
A ellas nos referimos a continuación
En este tema, existen varios puntos a tratar que hacen al estado de la cuestión en
la legislación y la jurisprudencia.
Sea cual fuera el punto que se aborde, siempre encontraremos la conflictiva que
se presenta cuando se confrontan los derechos de los niños, niñas y adolescentes frente a
los derechos del imputado en el proceso penal.
Desafortunadamente, aún encontramos jurisprudencia relativamente actual que
ha dicho que el derecho del niño -y de la víctima- a ser oído, está supeditado a los de los
imputados, en particular, al debido proceso360 , sosteniendo una posición claramente
contra legem que violenta los estándares internacionales hasta aquí reseñados.
Sin embargo, no es ésta la postura mayoritaria actual frente a los conflictos que
se plantean y qué a continuación comentamos.
En una primera exposición del conflicto ha de mencionarse que frente al derecho
del imputado a interrogar a los testigos de cargo361, prevalece el derecho del niño, niña y
adolescentes a ser protegido en su integridad física y psíquica y por tanto, aquél derecho
cede frente a éste último362.
363
Cam. Casación Penal Sala II 9/2/2010 Del voto del Dr. García en Causa Nro. 10.239 Sala II "Benítez,
Bernardino s/ recurso de casación"
la medida, no pudiendo en ningún caso ser interrogados en forma directa por dicho
tribunal o las partes; b) El acto se llevará a cabo en un gabinete acondicionado con los
implementos adecuados a la edad y etapa evolutiva del menor; c) En el plazo que el
tribunal disponga, el profesional actuante elevará un informe detallado con las
conclusiones a las que arriban;d) A pedido de parte o si el tribunal lo dispusiera de
oficio, las alternativas del acto podrán ser seguidas desde el exterior del recinto a
través de vidrio espejado, micrófono, equipo de video o cualquier otro medio técnico
con que se cuente. En ese caso, previo a la iniciación del acto el tribunal hará saber al
profesional a cargo de la entrevista las inquietudes propuestas por las partes, así como
las que surgieren durante el transcurso del acto, las que serán canalizadas teniendo en
cuenta las características del hecho y el estado emocional del menor.
Cuando se trate de actos de reconocimiento de lugares y/o cosas, el menor será
acompañado por el profesional que designe el tribunal no pudiendo en ningún caso
estar presente el imputado.”
La misma ley incorporó el artículo 250 ter que fija que: “Cuando se trate de
víctimas previstas en el artículo 250 bis, que a la fecha de ser requerida su
comparecencia hayan cumplido 16 años de edad y no hubieren cumplido los 18 años, el
tribunal previo a la recepción del testimonio, requerirá informe de especialista acerca
de la existencia de riesgo para la salud psicofísica del menor en caso de comparecer
ante los estrados. En caso afirmativo, se procederá de acuerdo a lo dispuesto en el
artículo 250 bis.”
Existieron planteos jurisprudenciales que alegaban que dicha disposición
resultaba inconstitucional por vulnerar la garantía del juez natural los que fueron
rechazados, ya que el juez sigue controlando el proceso de interrogatorio a través del
procedimiento mencionado.364
364
CN.Crim. y Corr, Sala I, causa n° 24.987, "B., R. A. s/ inconstitucionalidad del 250 bis del C.P.P.N.",
28/12/04; íd. S., M. 12/10/05 c. 27.178. , íd. Causa Nº. 10.239 - "B., B. s/ recurso de casación", CNCP,
sala II - 09/02/2010 en la que se resolvió que: “En el campo de los procedimientos criminales que tienen
por objeto la determinación de hechos de abuso sexual del que un niño aparece como víctima, el derecho
del imputado de interrogar o hacer interrogar al niño como testigo puede entrar en tensión con la
necesidad de protección moral del niño, o de su seguridad, lo que puede justificar el establecimiento de
condiciones especiales para su interrogación que impliquen ciertas restricciones en la medida que no
afecten el núcleo esencial del derecho de interrogar o hacer interrogar a los testigos. Cuando los intereses
prevalecientes de protección moral del niño o de su seguridad, justifican ciertas restricciones al derecho
que regularmente se concede frente a testigos mayores de edad, las restricciones sólo están justificadas en
la medida estrictamente necesaria para proteger los intereses del niño, y la restricción debe ser
suficientemente compensada con otras garantías sobre el modo de producción del testimonio, dando
oportunidad útil de formular preguntas, pedir aclaraciones, y en general de controlar el desarrollo del acto
de recepción del testimonio.
Actualmente, la discusión jurisprudencial se centraliza en si el dispositivo que
establecen estos artículos debe ser considerado prueba testimonial o pericial365, si tiene
carácter de irreproducible366, si resulta obligatoria la notificación al imputado de la
entrevista en Cámara Gesell a la víctima367, si la falta de notificación de la entrevista368
en Cámara Gesell al imputado importa la nulidad del procedimiento 369 que podría llevar
365
La declaración de un menor de dieciséis años que reviste el carácter de víctima de un delito de
naturaleza sexual, no deja de ser una declaración testimonial ya que la circunstancia de que la escucha —
en resguardo del principio de protección integra— sea recepcionada en un gabinete especialmente y
técnicamente acondicionado o Cámara Gesell con la intervención de un psicólogo, no transforma o muta
a dicho acto, por sus condiciones de realización, en una prueba pericial sino que contrariamente mantiene
su carácter o naturaleza de prueba testimonial. Con este criterio se han expedido las Salas VII y V de la
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal, las que sostuvieron
que esta perspectiva instrumental es un modo distinto de producir una declaración testimonial para
proteger al menor, en coordinación con la Convención sobre los Derechos del Niño - Arts. 3 inc. 1ro y 39
y a los fines de garantizar un impacto menor sobre la intelectualidad y psicología de la víctima por la
posible victimización producto del delito cometido" (C.C.C., Sala VII, c. 26.128, López, Raúl Arturo, del
30/3/05; C.C.C., Sala V, c.35.455, Corsi, Jorge, del 07/10/08). ( Cámara de Acusación de Salta, sala I
16/08/2011 Murillo, Néstor s/ corrupción calificada LLNOA2011 (diciembre), 1237
366
En ese sentido se pronuncian: Díaz Cantón, Fernando. Ob. cit. pág. 172. y Castro, Julio César
“Cuando los niños tienen la palabra. A propósito de la validez de la toma de sus dichos mediante un
procedimiento diferenciado.” En UNICEF, Asociación por los derechos Civiles (ADC), Junta Federal de
Cortes y Superiores Tribunales de Justicia de las Provincias Argentinas y Ciudad Autónoma de Buenos
Aires (JUFEJUS) “Acceso a la Justicia de Niños/as Víctimas. Protección de los Derechos de niños, niñas
y adolescentes víctimas, testigos de delitos o violencia”, en
http://www.unicef.org/argentina/spanish/OriginalLibroVictimas.pdf pág. 204. La Acordada Nº 9827 del
Corte de Justicia de Salta en su Anexo I punto 3) que determina que para el acto procesal rigen las
previsiones del Art. 195 del CPP por su condición de irreproducible y definitivo, debiendo el Juez dar la
debida intervención a las partes, notificándolas con antelación suficiente de la realización de la medida, su
fecha y hora, a efectos de no vulnerar la garantía constitucional del debido proceso y defensa en juicio.
En contra de esta postura se ha dicho que: “en atención a su naturaleza y características, la medida de
prueba cuya validez se discute, lejos de resultar "definitiva" (art.250 bis del C.P.P.N.), es perfectamente
reproducible” (CNCrim y Correc - Sala V - 'P., J. I. s/ violación de menor de 13 años' - 02/09/2008). En
este sentido, se ha dicho que diligencias como la cuestionada, no son actos en sí definitivos e
irreproducibles y por ende, para poder declarar la nulidad sobre la base de la omisión de aviso previo, se
debe demostrar la imposibilidad de ulterior reedición de dicho examen (Almeyra, Miguel Ángel, director,
Código Procesal Penal de la Nación, tomo II, p. 129, La Ley, Buenos Aires, 2007).
367
El régimen establecido en el art. 250 bis del CPPN ,y de algunos códigos provinciales que lo siguen, no
contemplan la obligación de notificar a la defensa ni la sanción de nulidad en caso de incumplimiento.
Algunos autores han opinado que deben aplicarse a las primeras declaraciones las normas sobre
notificación obligatoria a la defensa y aseguramiento de la posibilidad de anticipación del contradictorio
establecidas para los actos definitivos e irreproducibles. Sin perjuicio de destacar que el régimen del art.
250 bis del CPPN y de los códigos epígonos no consagra esa obligación de notificar a la defensa para
darle la posibilidad de intervenir en el acto de recepción de la prueba. (Díaz Cantón, Fernando ob. cit
pág. 173)
Respecto de la obligatoriedad de la notificación se ha dicho que el cumplimiento de ambas exigencias
constitucionales: la protección de la víctima y la defensa del imputado debe ser atendido con el propio
procedimiento, esto es, con la debida notificación al imputado para que pueda ejercer mediante el
procedimiento reglado su efectiva defensa. Entonces, la notificación debe ser fehaciente y con la debida
antelación. (Castro, Julio ob. cit. pág. 181.)
368
“Vale apuntar sobre si esa obligación en términos procesales debe traducirse en la notificación a la
defensa del imputado de la realización de la entrevista con la víctima menor de edad, a fin de evitar,
paradójicamente, la repetición de tal acto procesal” (Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y
Correccional de la Capital Federal, Sala V, causa n° 35.084, “P., J. I., s/ violación de menor de 13 años.
Nulidad.”, del 2/09/08).
369
Dado que no se notificó a la defensa la declaración en Cámara Gesell de la menor que habría sido
a que se efectué nuevamente o bien el sobreseimiento o la absolución del imputado370 o
bien si estos planteos deben ser rechazados atendiendo al interés superior del niño371 o
porque existen otras pruebas de cargo372.
víctima de un delito de abuso sexual, debe declararse la nulidad de ese acto( ..)por su condición de
irreproducible y definitivo, debiendo el Juez dar la debida intervención a las partes, notificándolas con
antelación suficiente de la realización de la medida, su fecha y hora, a efectos de no vulnerar la garantía
constitucional del debido proceso y defensa en juicio. ( Cámara de Acusación de Salta, sala I 16/08/2011
Murillo, Néstor s/ corrupción calificada LLNOA2011 (diciembre), 1237.
370
Frente a la falta de notificación existen quienes sostienen que el demandado podría válidamente
oponerse a la lectura de esa prueba en juicio, o plantear una nulidad posterior, por haber transgredido el
interrogatorio su derecho de defensa. (Arrigone, María Carolina “Los derechos del niño abusado
(víctima) en tensión con la defensa del acusado” Revista de Derecho Procesal Penal 2009-1 , Rubinzal
Culzoni, Santa Fe, pág. 574). En coincidencia con dicho criterio se cita el fallo de la C.N.C.P., sala II del
2-10-1008 “Amil Gustavo Alfredo s/ recurso de casación” causa 8389 en la que se resolvió que: “ si no se
ha ofrecido a la defensa una oportunidad útil y efectiva para interrogar o hacer interrogar a eventuales
testigos de cargo en la audiencia de juicio, entonces sus declaraciones no controladas por la defensa no
pueden ser tomadas como base de la sentencia”.
Un claro ejemplo en este sentido resulta la sentencia de la Sala II de la Cámara de Casación Penal en los
autos “Bautista Cabana, Gabriel causa n° 8458 el 9 de Mayo de 2008. La Dra. Ledesma en su voto
minoritario resolvió absolver al imputado del delito de abuso sexual agravado por haber sido cometido
con acceso carnal en perjuicio de una menor de trece años, reiterado en cuatro oportunidades. En los
pasajes de su voto se dice lo siguiente: “la preponderancia del interés superior del niño por el interés de
los derechos de la defensa tiene que sopesarse en argumentos pertinentes y suficientes para restringir el
control de ese testimonio”. Por lo que concluyó, que “existen casos en los cuales un interrogatorio
desarrollado mesuradamente, en un ambiente adecuado, y con explicación suficiente de la finalidad del
interrogatorio, más que renovar la victimización puede dar ocasión a la reparación, en la que el niño se
sienta protagonista” (confr: La Ley, 2002-F, p. 15). “Resulta nula la sentencia que sustentó su
pronunciamiento condenatorio en los testimonios de las víctimas, ya que al no haber tenido la defensa la
posibilidad de controlar dicha prueba durante el proceso, se viola el derecho del imputado de defensa en
juicio (art. 18 de la C.N., artículo 8.2.f de la Convención Americana de Derechos Humanos y el artículo
14.3.c del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos)”. “La reedición del interrogatorio en
Cámara Gesell provocaría la revictimización de las menores N.C., M.B. y J.A.C., en contra de la
previsión expresa de la Convención de los Derechos del Niño, por cuanto los derechos allí reconocidos
son asegurados y sustentados en el principio del interés superior del niño, y en tal sentido los derechos a
la dignidad y a la integridad personal (art. 9° de la ley 26.061) se verían afectados”
La mayoría de la sala II si bien acordó con la nulidad de la sentencia entendió que la posible reedición del
interrogatorio provocaría la revictimización de las menores, debe tenerse en cuenta que se realizan con
una profesional psicóloga, y que por sus edades actuales -conservando buena memoria de los episodios
que relatan- mayor angustia podría provocarles la impunidad de su supuesto victimario, por razones
meramente formales.
371
La jurisprudencia ha rechazado la nulidad basada en la falta de notificación al decirse que: “si bien se
ha omitido notificar a la asistencia del imputado de la producción de la medida dispuesta por el art. 250
bis del Código Procesal Penal de la Nación, existe la posibilidad de llevarla a cabo nuevamente y de que
el letrado defensor realice las sugerencias que sostiene se ha visto impedido de formalizar en la
oportunidad precedente. De allí se desprende que la declaración de nulidad propuesta no resulta necesaria
para hacer efectivo el derecho de defensa en juicio del imputado(…)”(CNCrim. y Corr., sala IV, 25
/10/2005, causa 27.777 “Ruiz Diaz, Santos Isabelinos/abuso sexual”. En el mismo sentido CNACrim. y
Corr., Sala VII “S., R.”Procesamiento. Abuso sexual. Instr. 48/145. 27/03/2009 y CNACrim. y Corr.,
Sala V, 02/09/2008 'P., J. I. s/ violación de menor de 13 años'. C.N.C.P., sala III, causa 6304, “Brancca,
Carlos Alberto, s/recurso de Casación”, rta. el 7-6-2006). Merece destacarse también la sentencia de la
C.N.C.P., sala II del 15-12-98 en autos “Barra, Alfredo s/ Recurso de casación” causa 1836 en la cual se
resolvió que : “La tutela a los derechos de la víctima contenida en la ley ritual no es sino un
reconocimiento a su dramático protagonismo en el hecho objeto del proceso, orientado incluso a procurar
que su participación no signifique una revictimización, vale decir, que no sea víctima también del
proceso. Ese reconocimiento será una herramienta que permitirá, aunque mínimamente reconstruir la
pérdida de confianza en el sistema judicial, desde el solo hecho de que un juez o los miembros de un
tribunal oral garanticen sus derechos, implica una clara demostración de que, frente al delito, el Estado
Resulta importante destacar algunas pautas que en este tema ha marcado nuestro
Máximo Tribunal.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación en los últimos años ha afirmado
uniformemente que: “El daño psicológico que podría sufrir el niño como consecuencia
de las reiteradas convocatorias a testimoniar, y la consiguiente lesión de los derechos
que le asisten en virtud de la Convención sobre los Derechos del Niño (…) causa un
gravamen de insusceptible reparación ulterior”373
A los fines de evitar que dicha controversia afecte en definitiva los derechos de
las víctimas la resolución de la Procuración General de la Nación 8/2009, exige a los
fiscales que “se proceda a notificar al imputado y a su defensa la realización de dicho
acto”. Además, los fiscales deberán constatar que en todos los procesos en los que se
investigue la presunta comisión de delitos contra la integridad sexual de menores de
dieciocho años de edad “se notifique al imputado y a su defensa la realización de
peritajes sobre las víctimas374”.
También se ha planteado como obstáculo a las declaraciones de los niños
víctimas o testigo, que estos declaren contra sus progenitores en virtud de la prohibición
establecida en el art. 242 del Cód. Procesal de la Nación.
La jurisprudencia ha desechado dichos planteos teniendo en cuenta la
supremacía de la protección especial de los niños, niñas y adolescentes frente a una
norma interna. Así se resolvió que “el interés superior de la menor damnificada que
surge de un tratado que goza de jerarquía constitucional (artículo 75, inciso 22 de la
Constitución Nacional), prevalece sobre una disposición de carácter procesal que
impide a un hijo declarar en contra de su padre (artículo 242 del Código Procesal Penal
de la Nación) -máxime en este caso en donde los vínculos familiares entre los
acude en su auxilio, generando una sensación de amparo o protección”. Desde la doctrina se ha dicho que
"no corresponde anular la declaración del menor por falta de notificación de la defensa, desde que al
tratarse de una testimonial y no de un peritaje, la omisión de notificación no se encuentra específicamente
sancionada con nulidad, ello sin perjuicio de resaltar la importancia y conveniencia de la notificación a las
partes" (La prueba de la Cámara Gesell y el derecho de defensa- Miguel Asturias- LA LEY, 2008-F,
1191).
372
C.N.C.P., sala I, causa 9263, “Vilca Mamani. Liborio s/recurso de casación”, 11-8-2008. También
puede consultarse el fallo del Supremo Tribunal de Justicia de Córdoba, Sala Penal, en los autos “Franco
Aníbal Héctor”, del 26-6-2008 y más recientemente Cámara Federal de Casación Penal ,Sala IV-
C.F\.C.P. "Suarez, Juan Carlos s/recurso de Causa casación".Nro, 15468. 22/03/2013 . En este último
precedente se discute la cuestión del planteo de la nulidad frente a la existencia de otras pruebas de cargo
y si el informe del Cuerpo Médico Forense puede erigirse en la única prueba que funde una sentencia
condenatoria.
373
CSJN, “Recurso de hecho deducido por B. N. (querellante) en la causa M., A. y otros s/ abuso
deshonesto –causa 42.394/96–” del 27/06/02.
374
Lo mismo se prevé en la resolución 903 del año 2012 de la Suprema Corte de Buenos Aires, el Código
Procesal Penal de Córdoba y el de Chubut.
involucrados ya se encontraban debilitados con anterioridad a la comisión del ilícito a
punto tal que la guarda de los menores estaba a cargo de los abuelos maternos-; motivo
por el cual, aquélla adquiere relevancia a la hora de elegir entre la aplicación de una u
otra norma al caso planteado”375.
Desde la doctrina se ha dicho que: “el sentido común y los más elementales
derechos de protección de las víctimas permiten fundar, sin contradicción alguna, que
esa norma es inaplicable porque, de hacerlo, se niega un derecho fundamental de acceso
a la justicia de una persona que incluso, se encuentra en un estado de mayor
vulnerabilidad que otras víctimas.”376
Resulta importante recordar tal como lo hace el Dr. Julio César Castro que este
ámbito “es el espacio del menor, pero el espacio de la escucha y no de la interrogación.
Se trata de que la asimetría presente en la relación intersubjetiva traumática que
vivenció en su entorno se vea compensada con la intervención del derecho En
definitiva, significa un lugar de respeto y protección, donde las normas tuitivas se
materializan saliendo de los textos para ser efectivamente reivindicatorias del interés
superior del menor.377.”
Creemos importante destacar que, tal como sostiene la Dra. Beloff, cuando
aparece la tensión entre el derecho del imputado y el derecho de la víctima en un mismo
plano, el problema está mal planteado. En el punto de la tensión entre los derechos del
imputado, basados en su mayor debilidad durante el proceso, y los derechos de la
víctima menor de edad, debería incorporarse el matiz diferencial relacionado con la
protección legal especial del niño víctima378.
Para esta autora en el caso de una víctima menor de edad: “el tribunal debería
explicar por qué desconsidera la garantía de protección especial que tiene ese tipo de
375
CN.Crim.y Correc. Sala V Causa 41.225 “O, C. R. s/abuso sexual - nulidad.124”
376
(González, Ramón L.: “Los derechos de las víctimas de abuso sexual” LLLitoral 2009 (setiembre),
01/01/2009, 849)
377
Castro Julio C. ob. cit pág. 184. En ese sentido la jurisprudencia ha dicho que “los artículos 250 bis y
ter que incorporó al Código Procesal Penal la ley 25.852 fueron incluidos en el capítulo atingente a los
‘Testigos’ y no al siguiente vinculado a los ‘Peritos’ y como emerge de la primera de las normas, se
pretende evitar la interrogación directa del tribunal o las partes en los casos de menores que han sufrido
hechos que importen lesiones y delitos contra la integridad sexual, para hacerlo a través de facultativos
especializados” (Cn Crim. y Correc. Sala VII causa n° 26.128, “L., R. A.”, del 30 marzo de 2005).
378
Beloff Mary “El menor de edad víctima en el proceso judicial: garantías procesales y deberes de
prestación positiva del Estado” en UNICEF, Asociación por los derechos Civiles (ADC), Junta Federal
de Cortes y Superiores Tribunales de Justicia de las Provincias Argentinas y Ciudad Autónoma de Buenos
Aires (JUFEJUS) “Acceso a la Justicia de Niños/as Víctimas. Protección de los Derechos de niños, niñas
y adolescentes víctimas, testigos de delitos o violencia”, en
http://www.unicef.org/argentina/spanish/OriginalLibroVictimas.pdf pág. 25
víctima en el derecho argentino y en el derecho internacional. En este punto la tensión
normativa se complejiza y ello exige elaborar nuevos argumentos. Es claro que si se
suman normas de protección y principios de protección a la niñez –en particular uno
muy problemático pero que en este punto resulta crítico como lo es el interés superior
del niño–, la balanza parece inclinarse a favor de la víctima menor de edad”379.
Coincide con ello Rozanski: “El derecho de defensa es sagrado, como lo es el
derecho del niño. Por cierto, la defensa no se ve afectada por el hecho de que se
respeten los derechos del niño. Plantearlo en términos contradictorios es un error
conceptual muy serio”380.
Para ello debe tenerse en cuenta que en este tipo de procesos existe claramente
una asimetría caracterizante del proceso - entre el adulto y el niño que a veces es
soslayada por los jueces porque, tal como entiende el autor citado supra, si ésta fuera
considerada seriamente jamás llevarían a una criatura a una situación de victimización,
sea en un juicio o en cualquier ámbito381.
En cuanto al deber del Estado, coincidimos con quienes sostienen que si éste
por priorizar su interés punitivo o el derecho de defensa del imputado, viola garantías
fundamentales de las personas, entraría en contradicción con su deber de respetar y
asegurar los derechos humanos contenidos en su propia normativa. 382 .
379
Ibídem
380
Rozanski, Carlos “La intervención del Estado y la protección de los derechos en los casos de abuso
sexual infantil” en ” En “El menor de edad víctima en el proceso judicial: garantías procesales y deberes
de prestación positiva del Estado” en UNICEF, Asociación por los derechos Civiles (ADC), Junta
Federal de Cortes y Superiores Tribunales de Justicia de las Provincias Argentinas y Ciudad Autónoma de
Buenos Aires (JUFEJUS) “Acceso a la Justicia de Niños/as Víctimas. Protección de los Derechos de
niños, niñas y adolescentes víctimas, testigos de delitos o violencia”, en
http://www.unicef.org/argentina/spanish/OriginalLibroVictimas.pdf pág. 204.
381
Ibidem pág.159.
382
Fortete César ob. cit. . pág. 204.
383
Claria, Olmedo Jorge A. Derecho Procesal Penal Tomo II, Editorial Rubinzal Culzoni. pág. 30. Dice
el autor que Se diferencia del "instante" {art. 72, Cód. Pen.) porque éste sólo libera un obstáculo para el
ejercicio de la acción penal por el órgano público de la acusación.
La facultad de constituirse en parte querellante se encuentra tradicionalmente
limitada al ofendido y en los casos de niñas, niños y adolescentes a sus representantes
legales del conforme art.82 2° párrafo del Código Procesal Penal de la Nación.
La postura jurisprudencial clásica al respecto de ello entiende que como los
niños, niñas y adolescentes son menores de edad les estaría, en principio, vedada la
posibilidad de constituirse en parte querellante, debiendo asumir tal rol su representante
legal (art. 82, 2° párrafo de C.P.P.N.).
En ese sentido se resolvió que correspondía declarar la nulidad del proceso penal
en la que el damnificado de un delito dependiente de instancia privada instó la acción
penal cuando era menor de edad sin estar representado por su tutor, guardador o
representante legal384.
Sin embargo a partir de la aplicación de las disposiciones de la Convención de
los Derechos del Niño y lo normado por la ley 26.061 este criterio rígido parece irse
modificando.
Nótese que en los casos de abuso sexual intrafamiliar generalmente quien es el
representante legal puede ser el ofensor o en algunos casos podría ser el encubridor de
éste. También pueden presentarse casos en los cuales los niños se encuentren en estado
de abandono y desprotección.
En ese orden de ideas, se ha resuelto que negar al niño la facultad de constituirse
en parte querellante constituye un exceso que debe ser resuelto por vía de excepción
fundando en que la Convención sobre los Derechos del Niño, de rango constitucional
conforme el art. 75, inc. 22 de la C.N., otorga a los niños, niñas y adolescentes amplias
facultades para ser oídos en sede judicial (art. 12). En consecuencia, al estarle
reconocidas al menor dichas facultades para defender sus intereses en sede penal, no
puede una norma infra-constitucional (en este caso el art. 82 del C.P.P.N.), restringir
385
tales prerrogativas de un modo evidentemente no admitido por la convención .-
Asimismo, se ha dicho para admitir esta petición que: “tampoco deben
soslayarse las disposiciones previstas en la ley 26.061 que ratifican el deber de la
Argentina de garantizar el ejercicio y disfrute pleno, efectivo y permanente de aquellos
derechos reconocidos en el ordenamiento jurídico nacional y en los tratados
384
Cámara Nacional de Casación Penal, sala II 2002/03/20 Ríos, Diego A. ED, 198, 205 - LA LEY,
2002-E, 3
385
CNCrim y Correc , Sala I , C. 22475 - " S., L. P. S/ Denegatoria De Ser Tenida Por Parte Querellante"
- 18/03/2004. En el caso asumió el rol de querellante la niña junto con la Defensoría de Niños, Niñas y
Adolescentes de la Ciudad de Buenos Aires.
internacionales en los que la Nación sea parte y que disponen que la Convención sobre
los Derechos del Niño es de aplicación obligatoria (arts.1 y 2 de la ley precitada)386.
Incluso algún precedente ha permitido que el representante legal y el niño actúen
en forma conjunta como querellantes con representación unificada.387
5.5 La suspensión del juicio a prueba en los casos de abuso sexual intrafamiliar.
La figura de la suspensión del juicio a prueba se encuentra en estado de franca
revisión en lo que respecta a los delitos de abuso sexual cuando estos se comenten
dentro de la esfera familiar contra cualquiera de sus integrantes sean adultos o niños.
Incluso, existen severos cuestionamientos a la aplicación de la figura cuando los niños
sean víctimas del delito en cualquier caso que se efectúe.
La actualidad de la discusión de la suspensión del juicio a prueba en los casos de
abuso sexual no resulta casual, teniendo en cuenta la reciente derogación del art. 132 del
Código Penal que contemplaba la figura del avenimiento 388.
Este artículo establecía que si: “la víctima podrá instar el ejercicio de la acción
penal pública con el asesoramiento o representación de instituciones oficiales o
privadas sin fines de lucro de protección o ayuda a las víctimas. Si ella fuere mayor de
dieciséis años, podrá proponer un avenimiento con el imputado. El Tribunal podrá
excepcionalmente aceptar la propuesta que haya sido libremente formulada y en
condiciones de plena igualdad, cuando, en consideración a la especial y comprobada
relación afectiva preexistente, considere que es un modo más equitativo de armonizar
el conflicto con mejor resguardo del interés de la víctima. En tal caso la acción penal
quedará extinguida”.
Sin extendernos en el tema porque excede el marco del presente trabajo, debe
recordarse que la derogación del art. 132 por la ley 26.738 fue impulsada por el leading
case de Carla Figueroa en La Pampa que tuvo gran impacto a nivel social y en el mundo
jurídico389.
386
CNCrim y Correc Sala VI , 7/11/2008 Causa N°36.063 “B., P. s/corrupción de menor” Interlocutoria
(1)
387
CNCrim y Correc Sala I – C. 37.906 – R., F. Denegatoria de ser tenida por parte querellante 6/ 4/
2010.
388
Para ver un análisis conjunto de ambos Gorkiewicz Moroni, Erica “No existe fundamento legal para
conceder la suspensión del juicio a prueba en delitos contra la integridad sexual” LLNOA2012 (octubre),
937
389
Carla Figueroa de 19 años fue asesinada en diciembre de 2011 por su pareja, Marcelo Tomaselli.
Ella lo había denunciado por abuso sexual en abril de ese mismo año, pero luego lo perdonó y propuso la
Este hecho social y jurídico propulsó una nueva mirada de la norma penal bajo
el prisma de los derechos constitucionales de la víctima y el abordaje de la violencia de
género, teniendo en cuenta también las obligaciones internacionales previamente
asumido por el Estado Nacional.
Dicho ello, veamos que acontece actualmente con el instituto de la suspensión
del juicio a prueba en el marco del abuso sexual.
En primer lugar debe aclararse que atento que abuso sexual en su figura simple
(art. 119 1er párrafo) tiene una pena de 6 meses a 4 años, se hace procedente que haya
suspensión de juicio a prueba (probation), atento que la pena puede ser inferior a tres
años y el procesado o el condenado puede solicitarla.
La suspensión del juicio a prueba extingue la causa penal. El procesado o el
condenado se obliga cumplir cierto tipo de conductas, tareas comunitarias, un cierto tipo
de reparación a la víctima. Si se cumplen con estas pautas y después de determinado
tiempo (tres años según el Código Procesal Penal de la Nación) se puede pedir la
extinción de la causa penal sin que quede ningún antecedente.
Tal como explica la C.S.J.N. en el reciente fallo Górgora390: “Si examinarnos
las condiciones en las que se encuentra regulado ese beneficio en la ley de fondo
resulta que, de verificarse las condiciones objetivas y subjetivas previstas para su
viabilidad, la principal consecuencia de su concesión es la de suspender la realización
del debate. Posteriormente, en caso de cumplir el imputado con las exigencias que
impone la norma durante el tiempo de suspensión fijado por el tribunal
correspondiente, la posibilidad de desarrollarlo se cancela definitivamente al
extinguirse la acción penal a su respecto (cfr. Articulo 76 bis y articulo 76 ter. del Cód.
Penal)”.
La aplicación del instituto a los delitos contra la integridad sexual y muy
especialmente si se trata de niños víctimas o bien de casos intrafamiliares se encuentra
severamente cuestionada desde la jurisprudencia actual.
El Superior Tribunal de Formosa391 en un caso en que la víctima era una niña de
11 años revocó la suspensión del juicio a prueba decido en las instancias anteriores por
figura del avenimiento para lograr su libertad y casarse con él. Pocos meses después, fue acuchillada por
Tomaselli frente al hijo ambos.
390
CSJN 23/4/2013 “Górgora Daniel Arnaldo s/ causa 14092”.
391
Superior Tribunal de Formosa 17/11/2011 "Gallardo, Jose Ramon s/abuso sexual sin acceso carnal
reiterado –tres hechos- en concuso real" en:
http://www.jusformosa.gob.ar/index.php/jurisprudenciaacerca/fallosdestacados/926-probation-en-delitos-
sexuales-limites.
no tenerse en cuenta la edad de la niña al momento de los hechos y opera
inexorablemente el artículo 3.1 de la Convención sobre los Derechos del Niño.392
La Corte de Justicia de Catamarca en fecha 13 de Abril de 2012 en oportunidad
de entender de los autos: “Villalba, Mario Daniel s/abuso sexual” 393 sostuvo que en
virtud de que las víctimas del delito resultaban niñas y mujeres debía rechazarse la
suspensión del juicio a prueba, conforme lo dispuesto por los tratados internacionales
que protegen a los niños y la debida diligencia comprometida por el Estado argentino
ante la comunidad internacional para la prevención, sanción y erradicación de toda
forma de violencia contra la mujer
Determinó además el Tribunal que enfrentados los derechos de los niños con los
del imputado aquellos tienen primacía sobre los segundos394.
Creemos importante destacar las palabras del Superior Tribunal de Córdoba que
claramente dijo que los ámbitos de violencia contra las mujeres y contra los niños
coinciden en tener como eje una relación asimétrica entre autor y sujeto pasivo, donde
sólo se verifica una igualdad formal -es decir, de igualdad ante la ley- de los
protagonistas, pero a la vez se advierte una manifiesta desigualdad en la estructura
vincular y en las relaciones de poder, aspectos éstos que tornan inviable que haya una
libre negociación entre la víctima y su agresor. Por lo tanto rechazó la suspensión de
juicio a prueba solicitada por la imputada en un caso de abuso sexual simple. 395
La admisión de la suspensión del juicio a prueba en los casos en los cuales las
víctimas son niños o bien en los casos de violencia importa violentar normas que
contienen responsabilidades asumidas por el Estado Argentino en los Tratados
Internacionales mencionados en el punto 1.A del presente trabajo.396
En principio queda claro que vulnera el interés superior del niño contenido en el
392
Tribunal Superior de Neuquen 13 /4/2012 “Z.,J.M. s/ abuso sexual”.
393
(Corte de Justicia de la Provincia de Catamarca 13/04/2012 Villalba, Mario Daniel s/abuso sexual
Publicado en: LLNOA 2012 (octubre) , 937, )
394
En el mismo sentido se pronunció la sala II de la Cámara Nacional de Casación Penal en la causa
Acosta Jung, Pablo s/rec. de casación. 3/10/12 Registro n° 20499.2 Causa n°: 15352
395
Superior Tribunal de Justicia de Córdoba “P., M. de los A. p.s.a. abuso sexual simple -Recurso de
Casación-” 25/07/2012 . Sentencia 176.
396
El Tribunal Superior de Justicia de la Provincia del Neuquén resolvió en un caso en el cual el tío
había abusado de su sobrino de cinco años que la concesión de la suspensión del juicio a prueba a un
imputado por el delito de abuso sexual simple contra un menor resulta contraria a toda la normativa
supranacional y constitucional que implica dejar de lado los compromisos asumidos por el Estado de dar
debida protección a los derechos de las víctimas en general y, en particular, de los niños. ( Tribunal
Superior de Justicia de la Provincia del Neuquén 17/04/2012 Partes: A., L. A. s/Abuso Sexual Publicado
en: LLPatagonia 2012 (agosto), 398).
art. 3 de la Convención de los Derechos del Niño397.
En ese sentido, el art. 34 de la Convención sobre los Derechos del Niño que
comprende la garantía de la protección de los niños contra toda forma de abuso sexual
exige investigar el delito de esa naturaleza del que haya sido víctima, con arreglo a un
procedimiento judicial favorable a ella, y realizar el juicio para que, en su caso, el autor
sea declarado culpable y condenado a sufrir la justa pena.
Otro tanto acontece con las obligaciones que surgen de la Convención
Interameramericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer,
suscripta en Belém do Pará, República Federativa del Brasil, el 9 de junio de 1994,
aprobada por Ley del Congreso Nº 24.632, el 13 de marzo de 1996 por las cuales el
Estado argentino comprometió entonces su debida diligencia para prevenir, investigar y
sancionar la violencia contra la mujer; incluir en su legislación interna las normas
necesarias a esos fines y para erradicar esa violencia; establecer procedimientos legales
justos y eficaces para la mujer que haya sido sometida a violencia, que incluyan un
juicio oportuno y el acceso efectivo a tales procedimientos, y los mecanismos judiciales
y administrativos necesarios para asegurar que la mujer objeto de violencia tenga acceso
efectivo a resarcimiento, reparación del daño u otros medios de compensación justos y
eficaces (art. 7º), teniendo especialmente en cuenta la mayor vulnerabilidad en que
pueda encontrarse en razón de ser menor de edad —entre otros motivos— (art. 9º).
En ese sentido la Corte Suprema de Justicia en Abril de este año determinó que
la adopción de alternativas distintas a la definición del caso en la instancia del debate
oral es improcedente cuando se trata de supuestos de violencia de género puesto que
“prescindir en el sub lite de la sustanciación del debate implicaría contrariar una de
las obligaciones que asumió el Estado al aprobar la "Convención de Belem do Pará"
“.398
Dijo el Máximo Tribunal de nuestro país que el impedimento de aplicar la
suspensión de juicio a prueba surge, en primer lugar, de considerar que el sentido del
término juicio expresado en el art. 7 inc. f de la Convención “resulta congruente con el
significado que en los ordenamientos procesales se otorga a la etapa final del
procedimiento criminal (asi, cí. Libro Tercero, Titulo 1 del Código Procesal Penal de
la Nación), en tanto únicamente de allí puede derivar el pronunciamiento definitiva
397
En el plano interno vulnera el mismo principio contenido en el art. 3, ley 26.061 , el derecho "a ser
oídos y que su opinión sea tenida en cuenta" (arts. 3, inc. b; 24 y 27, incs. "a" y "b", ley 26.061) y el
derecho a la integridad sexual de los niños (art. 9, ley 26.061 y art. 19, inc. 1, ley 2302).
398
CSJN 23/4/2013 “Górgora Daniel Arnaldo s/ causa 14092”.
sobre la culpabilidad o inocencia del imputado, es decir, verificarse la posibilidad de
sancionar esta clase de hechos exigida por la Convención”. Y que: “no debe tampoco
obviarse que el desarrollo del debate es de trascendencia capital a efectos de
posibilitar que la víctima asuma la facultad de comparecer para efectivizar el "acceso
efectivo" al proceso (cfr. también el inciso "f" del artículo 7 de la Convención) de la
manera más amplia posible, en pos de hacer valer su pretensión sancionatoria.
Cuestión esta última que no integra, en ninguna forma, el marco legal sustantivo y
procesal que regula la suspensión del proceso a prueba”.
Auspiciosamente existen proyectos de ley399 con trámite parlamentario que
prevén eliminar la posibilidad de la suspensión del juicio a prueba en los casos de
delitos contra la integridad sexual cuando media violencia de género o violencia
familiar.
Consideramos que dicho proyecto debería incluir también que el instituto no
debería ser aplicado en los casos de niños víctimas de delitos por su condición de
vulnerabilidad.400
399
http://www1.hcdn.gov.ar/proyxml/expediente.asp?fundamentos=si&numexp=5556-D-2012 .Proyecto
que prohíbe la aplicación en los casos de violencia de género o familiar.
400
En el mismo sentido se pronuncia la doctrina : Manchini, Héctor “Interés superior del niño.
Improcedencia de la suspensión del juicio a prueba.” LLPatagonia 2012 (diciembre), 01/12/2012, 616 y
Gorkiewicz Moroni, Erica “No existe fundamento legal para conceder la suspensión del juicio a prueba
en delitos contra la integridad sexual” LLNOA2012 (octubre), 937.
protección de la víctima frente a los riegos que le generaría el mantener un contacto con
el imputado.
Agregó que si bien la prohibición de acercamiento impuesta conculca garantías
constitucionales de N. B. -ej. principio de inocencia y libertad ambulatoria-, toda
medida de coerción coarta derechos de la persona sometida a proceso, los cuales, y que
por otro lado, dichos derechos tampoco son absolutos.401
La misma decisión tomó el Juzgado de Instrucción N° 44 en Marzo de 2011 en
los autos "A., P. N. s/denuncia de abuso sexual” donde resolvió “imponer al
demandado, y hasta tanto se adopten otras medidas la prohibición de acercamiento a
menos de doscientos metros del domicilio, escuela u cualquier otro lugar en que se
encuentren sus hijos menores,
a los fines de evitar una situación de riesgo en la que los niños se encontrarían, si se
acreditara fehacientemente la veracidad de las denuncias realizadas por la progenitora
de los menores en el sentido de que ellos fueron víctimas de abuso sexual, con acceso
carnal, por parte de su progenitor.402”
En sentido contrario, en marzo de 2010 el Tribunal Oral N° 2 en el marco de
una ya elevada a juicio que se encontraba impedido de adoptar -ni siquiera
preventivamente- la solicitud de la medida de coerción ( prohibición de acercamiento)
por parte de la madre de la niña victima que actuaba como querellante, “ya que ello
importarla un claro prejuzgamiento sobre una situación procesal del imputado y una
violación a la presunción de inocencia garantía de rango constitucional que éste goza en
la actualidad”403.
Consideramos que en este tema en particular confluyen varias ideas.
En primer lugar, resultan aplicables los mismos conceptos señalados supra
respecto de la “mal entendida” colisión entre los derechos del imputado y los derechos
de las víctimas, los cuales no están en el mismo plano.
En segundo lugar, desde las leyes de protección los principios son claros: debe
primar la protección de la víctima y por lo tanto la medida de no acercamiento resulta
procedente.
401
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Sala VI, 4/8/2009 Causa Nro. 37750
“N. B., C. S/ prohibición de acercamiento”.
402
Juzq. Nac. Crim Instr. Nro. 44, 11/ 3 /2011 A., P. N. s/denuncia de abuso sexual” En caso la
adolescente había sido abusada desde los siete años por su padre, agravándose los actos con el tiempo. Al
momento del proceso judicial la adolescente de 15 años presentaba tendencias suicidas y había decido
hacía años “hacerse pasar por hombre” . La madre conociendo la situación se encontraba imposibilitada
de realizar la denuncia la que es efectuada por la Defensoría Zonal de Pompeya.
403
Tribunal Oral N° 2 Expte. 3683 “J.H.H. s/ Abuso deshonesto” En RDF – 114 31/03/2010.
Tal como sostiene Beloff y citáramos anteriormente deberá el juez explicar
porqué deja de lado la protección especial a las víctimas y permite el acercamiento del
presunto ofensor a éstas.
Por otro lado, lo resuelto por la Corte Suprema de Justicia con sus argumentos
en autos “G. M. S. c/ J. V. L. A. s/ Divorcio Vincular” comentado en el punto 2.1
resulta claramente aplicable a los casos citado en materia penal e importa una
aplicación armónica del plexo normativo en su conjunto.
6. Protocolos de actuación.
Como cierre, podemos dedicar algunas palabras a aquellos avances que se han
realizado a los fines de integrar los criterios legales descriptos anteriormente con el
objeto de unificar las prácticas en las diferentes áreas que abordan el tratamiento del
abuso sexual.
En 2010 elaborada por Unicef se redactó una versión preliminar de una Guía de
Buenas Prácticas para el abordaje judicial de niños/as y adolescentes víctimas y testigos
404
.
Ese mismo año, la Provincia de Entre Ríos aprobó su propio protocolo.405
A nivel nacional, la Corte Suprema de Justicia de la Nación adoptó en 2011
“Protocolo para víctimas de delitos contra la integridad sexual”406 que como
mencionamos rige en la Ciudad de Buenos Aires por convenio entre ambos.
En noviembre de 2012 el Superior Tribunal de Justicia de Formosa aprobó el
"Protocolo Interinstitucional Para el Acceso a la Justicia de Niños/as y Adolescentes
Víctimas o Testigos de Violencia, Abuso Sexual y Otros Delitos."407
404
Unicef Guía de buenas prácticas para el abordaje judicial de niños, niñas y adolescentes víctimas o
testigos de violencia, abuso sexual y otros delitos.Protección de sus derechos y obtención de pruebas
válidas para el proceso
http://www.unicef.org/argentina/spanish/GuiaVersionPreliminar_Sept2010final.pdf
405
http://www.entrerios.gov.ar/CGE/2010/planeamiento/files/2012/11/Protocolo-Abuso-Sex-Inf-ER.pdf.
406
El llamado Protocolo Único de Examen, fue elaborado por el Cuerpo Médico Forense de la Justicia
Nacional, el Programa de Atención a las Víctimas de Violencia Sexual de la Ciudad de Buenos Aires
(Hospital General de Agudos “Dr. Teodoro Álvarez”) y la División de Medicina Legal de la Policía
Federal. El Protocolo es un cuadernillo que consta de cuatro partes; 1) Registro Hospitalario; 2) Protocolo
Único de Examen; 3) Tratamiento y Seguimiento; y 4) Glosario Anexo. Puede visualizarse en
http://www.csjn.gov.ar/docus/documentos/verdoc.jsp
407
http://www.sinmordaza.com/noticia/175112-avanza-protocolo-de-atencion-para-ninos-victimas-de-
delitos.html. El texto completo puede verse en:
http://www.proteccioninfancia.org.ar/sites/default/files/documentos/protocolo_interinstitucional_para_el_
acceso_a_justicia_de_ninos.pdf
El 8 de febrero de 2012 mediante acta acuerdo 477 el Superior Tribunal de
Tierra del Fuego aprobó la Guía de Buenas Prácticas para el abordaje judicial de niños,
niñas y adolescentes (NNyA) víctimas de delitos contra la integridad sexual (DIS)408 .
En Jujuy el protocolo fue presentado por el Tribunal Superior en Marzo de este
año409.
El 19 de abril de 2013, se presentó en Tucumán el Protocolo interinstitucional
para la atención de niños, niñas y adolescentes víctimas o testigos de abuso sexual
infantil o violencia.410
En Santa Fe, se encuentra en proceso de trabajo el "Protocolo de atención
interinstitucional para el acceso a la justicia de niños/as y adolescentes víctimas o
testigos de violencia, abuso sexual y otros delitos411". Lo mismo ocurre en La Rioja
donde diputada provincial Judit Díaz Bazán en el cual se propuso la necesidad de
elaborar un protocolo único de abordaje al menor víctima del maltrato y abuso412
Todos estos instrumentos tienen por objeto unificar prácticas y en general
constan de capítulos dedicados a cómo deben actuar los diferentes profesionales que
intervienen en el proceso: funcionarios, abogados, profesionales de la salud, fuerzas de
seguridad en relación a los niños, niñas y adolescentes víctimas o testigos en los
procesos de abuso sexual conforme los estándares internaciones mencionados.
408
http://www.justierradelfuego.gov.ar/politicainstitucional/Acceso/Protocolo%20ASI.pdf.
409
http://www.cij.gov.ar/nota-10917-Presentan-protocolo-para-el-acceso-a-justicia-de-menores-que-
sean-victimas-de-violencia-sexual.html. El texto completo puede verse en
http://www.proteccioninfancia.org.ar/sites/default/files/documentos/protocolo_para_el_acceso_a_la_just
icia_de_ninos_y_ninas_victimas_o_testigos_de_violencia_abuso_sexual_y_otros_delitos.pdf
410
http://www.proteccioninfancia.org.ar/sites/default/files/documentos/protocolo_tucuman.pdf.
411
http://www.sinmordaza.com/noticia/175112-avanza-protocolo-de-atencion-para-ninos-victimas-de-
delitos.html
412
http://www.lariojaesnoticia.com.ar/noticia.asp?id=15228
TERCERA PARTE
EL DISCURSO JUDICIAL EN LA CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES:
LOS TRIBUNALES DE FAMILIA
1.1) Perfil A
El grupo de discursos y relatos que reunimos bajo la denominación de perfil A,
muestran una exaltada valoración del vínculo del niño con sus padres como valor
central y bajo una forma prioritariamente abstracta. Es decir, desvinculada de las
modalidades concretas del tipo de vínculo real del niño con sus padres y del modo en
que este vínculo garantiza o bien vulnera los derechos básicos de los niños.
Aquí observamos que la noción de “interés superior del niño”, cobra una forma
más bien abstracta o se refuerza y define en torno al derecho del niño al vínculo con
ambos padres, desdibujándose en gran medida al niño como sujeto individualizado. La
protección del niño es enunciada pero no se la observa de manera clara en las
actuaciones judiciales, a no ser por la vía del restablecimiento del vínculo con el
familiar denunciado. Si bien en la mayor parte de los casos se implementan las medidas
de interrupción del vínculo en la primera etapa de los procesos judiciales que cursan en
paralelo con una causa penal (en gran parte bajo sugerencias provenientes de los
informes de riesgo elaborados por la Oficina de Violencia Doméstica – O.V.D.), vemos
que al momento de ser el juez quien tiene que tomar una usualmente una carencia de
estrategias intermedias en cuanto a la regulación del vínculo parental.
Se observa, en las actuaciones judiciales y en las reflexiones que hacen los
jueces englobados bajo este perfil, una concepción dicotómica entre el mantenimiento
del vínculo sin regulación o su suspensión, primando una concepción de la intervención
judicial más de tipo estática y no como un proceso adecuado a las necesidades de cada
niño y en cada momento de este.
Por último, existe un núcleo temático donde encontramos enunciados de alta
carga valorativa personal que surgen al momento de referirse al tema de las “falsas
denuncias de abuso”. Encontramos que el tópico de las “falsas denuncias de abuso”
concita en estos discursos muchas veces centro temático de enunciación y el eje por el
cual se perfilan las actuaciones judiciales de manera más o menos explícita. Por este
motivo, es que destinaremos una parte importante de nuestro desarrollo a su estudio.
1. 2. Perfil B
En el otro perfil, que definimos como perfil B, observamos que el niño alcanza
una mayor individualización como sujeto, sin por ello perder su carácter de persona en
desarrollo y su dependencia estructural con los adultos. Aquí el enunciado del “interés
superior del niño”, cobra formas más tangibles y claras tendientes a la protección y
garantía de derechos amplios incluyéndose una variada gama de derechos que suelen ser
delimitados y enunciados. La protección del niño ocupa un lugar central y se observa
una mayor flexibilidad en cuanto a las posibilidades de regular las formas y vínculos
parentales para que estos se adecuen a modos de cuidado y protección. Prima una idea
de proceso, antes que de estado, al momento de pensar el papel e intervenciones de la
justicia.
En un sentido similar, al comienzo de otra entrevista nos dicen: “Lo mas interesante
que estamos viendo en materia de abuso sexual en el ámbito de la justicia de familia, es
la existencia de la falsa denuncia de abuso sexual como una estrategia jurídica para
obtener la suspensión del régimen de comunicación con el padre denunciado. De modo
que, siempre que sea más o menos verosímil la denuncia, se abre la causa penal y
mientras se investiga hay un corte de relación entre el progenitor denunciado y el niño,
y esto puede durar un tiempo largo. En este tiempo, más las lealtades que existen a
veces entre el niño y el papá, o la mamá que lo tiene a cargo, más toda una actividad
desarrollada alrededor del niño para en alguna medida hacerle creer que existió lo que
no existió, esto hace que sea muy difícil después reconstruir un vinculo.
O bien, otro de los entrevistados “Ahora está como de moda denunciar el abuso.
Antes era por temor, por pudor, porque no existía o porque no se les ocurría. Hoy está
todo el mundo como con un tema de aprensión con el abuso. Antes como era muy
esporádico esto, hace años atrás, el juez civil se metía un poco y por ahí orillaba una
solución, convencía a la madre mediante una evaluación psicológica del chico o la
chica, le decía: “Mire Sra. eran sospechas infundadas y todo quedaba en la nada.”
Ahora en alguna medida incluso dudamos de la veracidad de esas denuncias en sede
civil por eso las derivamos a penal”
En el mismo sentido nos dice una jueza al preguntarle sobre las denuncias sobre
abuso sexual y su incremento o estabilidad en el tiempo: “en muchos de los casos se
trata de falsas denuncias, porque acá tenemos el problema de las visitas que
generalmente las madres quieren impedir, impedir que el padre vea a sus hijos.
Generalmente, esto es como un patrón, vienen esos casos que se suscitan cunado hay
una ruptura conflictiva en la pareja”. Al preguntarle avanzada la entrevista si la
negativa de la madre a que los hijos vean al padre se refiere exclusivamente a los
conflictos de pareja en el divorcio o si ve que hay casos donde existen otras razones:
protección de los niños, riesgo de violencia, negligencia, etc.; nos responde que “yo
creo que tiene que ver con la ruptura”
Esto hace que podamos pensar y caracterizar a las falsas denuncias en cuanto
“tema”, entendido este como las “acciones y situaciones” que están referidas a
“esquemas de representabilidad históricamente elaborados y relacionados, previos al
texto”413 (tomaremos aquí al texto como texto discursivo, sea entrevistas, artículos o
expedientes). Este carácter de exterioridad que caracteriza a un “tema”, explicaría en
parte, el hecho de que este ya estuviese instalado en el discurso judicial surgiendo en las
entrevistas de diverso modo según el lugar y la evaluación que sobre el mismo tuviese
los actores
413
O. Steimber. Semiótica de los medios masivos. El pasaje a los medios de los géneros populares.
Capítulo II. Pág. 44. Editorial Atuel. 1993. Buenos Aires, Argentina.
Por todo ello es que consideramos que la temática de las falsas denuncias es
un eje transversal y estable que atraviesa el conjunto de los discursos estudiados
variando el lugar que tiene en cada uno de ellos según los perfiles caracterizados
por esta investigación. Es decir, la manera de relacionarse con él, las creencias al
respecto, la validez dada al mismo y la centralidad que adquiere; como también la
presencia o no de este en las actuaciones judiciales.
CAPITULO IX: LAS FALSAS DENUNCIAS DESDE LA PERSPECTIVA JURIDICA
¿De qué hablamos cuando nos referimos a “falsa denuncia de abuso sexual”?.
414
Cárdenas, Eduardo José “ El abuso de la denuncia de abuso” La Ley 2000-E-1043.
vive como una ocasión de retroceso.11) El niño recita las acusaciones de una manera
tosca. El niño está deseoso de contar la historia del abuso o la cuenta sin dificultad, o
usa lenguaje de adulto para narrarla. 12) El adulto acusador ha evaluado
repetidamente al niño con diferentes profesionales y no le satisfacen nunca aquellos
que le son adversos o que no repiten el discurso que espera. 13) El adulto acusador
recibe con beneplácito exámenes médicos repetidos y frecuentes interrogaciones al
niño, aun cuando puede perturbar o ser doloroso o perjudicial para el menor. 14) Hay
una relación simbiótica y confusa entre la madre y el menor. La madre insiste en
acompañar al menor a la evaluación psicológica 15) El síndrome de alienación
parental o bien está presente o en proceso, con el niño alejado o impedido de una
vinculación normal con el padre acusado, acentuando la formación de un frente con
el acusador. El acusador será remiso a permitir visitas frecuentes.”415
Más allá de las consideraciones que pueden efectuarse desde el ámbito de la
psicología o la psiquiatría al respecto, no existe entre los elementos señalados conceptos
de corte jurídico o que sean propios de la ciencia del derecho, lo cual complejiza su
análisis dentro de éste ámbito.
En otro orden de ideas, Cárdenas sostuvo en su artículo que “Hace muchos años
que se sabe en el exterior, y recientemente aquí, que alrededor del 70% de las
manifestaciones de los niños sobre abuso sexual, en el contexto de separaciones de
pareja destructivas, son falsas.” 416.
En un todo de acuerdo con ello, Sirkin ha afirmado que : “se dan los múltiples
casos de impedimento de contacto del progenitor conviviente con el otro; (…) mediante
la utilización de las medidas cautelares que habilitan a los jueces a dictarlas; otras,
ocultando el propio desequilibrio mediante falsas acusaciones se apropian de sus hijos
en la inteligencia que se ocuparán más del impedimento so pretexto de una evaluación
de los menores, dejándose de lado la evaluación de quien promueve la acción, muchas
veces generadora junto a algún familiar de la escalada judicial que confirma el
impedimento de contacto.” 417.
En el mismo sentido, se ha hablado de “la proliferación de las denuncias de
abuso sexual que se están dando en un divorcio destructivo o en el contexto de una
415
Basset Ursula “Visitas y relaciones conflictivas..” ob. cit. y de la misma autora “Tres supuestos de violencia
familiar que merecen recepción jurisprudencial. Violencia económica, detractación del cónyuge ausente y falsa
denuncia de abuso sexual (síndromes PAS, Münchhausen y Falsa Memoria)” ED, 208-769
416
Cardenas, Eduardo José “ El abuso de la denuncia de abuso” ob. cit..
417
Sirkin Eduardo “ Acerca de la revinculación familiar” Citar: elDial.com - DC16BA Publicado el: 15/09/2011.
disputa por la tenencia de un hijo” y que “los motivos alegados no son verdaderos y
carecen de razón suficiente para obstaculizar el acceso del otro a los hijos” “la mayor
parte es promovida por uno de los progenitores contra el otro en situaciones de
separación o divorcio destructivo”. 418,
No logramos encontrar el fundamento empírico en el cual los autores basan su
afirmación porque no existen en la actualidad estadísticas nacionales que respalden sus
dichos.419.
Quienes se enrolan en esta corriente de opinión proponen que frente a una
denuncia por violencia que tenga como efecto el dictado de una medida que interrumpa
la comunicación entre el progenitor y el hijo, se debería evaluar al denunciante “atento
a la posible existencia de una falsa denuncia que pone en funcionamiento los
mecanismos jurisdiccionales”.420
Debido a que postulan como frecuentes los casos “en que la madre de las
menores padezca un trastorno límite de la personalidad con ideación de tinte
paranoide que la afecte; una actitud omnipotente y negadora de la realidad limitativa
de la plena estructuración de la personalidad del niño y la necesidad de establecer un
corte de la relación simbiótica con la madre para evitar la alienación de los
menores.”421
Cabe aclarar que no hemos encontrado dicha situación planteada como asidua en
la jurisprudencia que hemos compulsado, en la cual la valoración de la personalidad de
la denunciante carece de peso específico frente al estado de salud psíquica y física de
los niños víctimas422.
418
Iparraguirre Diego El Régimen de Comunicación de los Hijos con el Padre no Conviviente: Consecuencias y
Posibles Soluciones de las Denuncias por Abuso Sexual de Uno de los Padres contra el Otro. elDial.com - DC443
419
Para una visión de los estudios clínicos efectuados en Norteamerica Cánada y Gran Bretaña ver
Lawrie Moloney, Bruce Smyth, Ruth Weston, Nicholas Richardson, Lixia Qu and Matthew Gray
“Allegations of family violence and child abuse in family law children's proceedings: a pre-reform
exploratory study” (Acusaciones de violencia familiar y abuso sexual infantil en los procesos de familia
que involucran a niños: un estudio exploratorio previo a una reforma) Instituto Australiano de Estudios
de Familia Australian Institute of Family Studies, 2007. ISBN 978 0 642 39550 4. ISSN 1447-1469
(Print); 1477-1477 (Online http://www.aifs.gov.au/institute/pubs/resreport15/main.html). Research report
( Reporte de Investigación) No. 15, 2007. El instituto australiano de estudios de familia es una agencia
legal estatal del Gobierno Australiano dentro del Departamento de Asuntos de Familia, Domésticos, de la
Comunidad e Indígenas. Fue establecido en Febrero de 1980 por el Family Law Act 1975 . Su rol es
conducir investigaciones y comunicar los resultados que afecten el bienestar de las familias a los
legisladores, proveedores de servicios y a la comunidad.
420
Sirkin, Eduardo “ Acerca…” ob. cit En el mismo sentido se pronuncia Iparraguirre quien sostiene que : “Ante la
sospecha o duda de que la denuncia de abuso sexual infantil pudiere ser falsa o se hiciere en el marco de un divorcio
destructivo o disputa por la tenencia, debe realizarse un psicodiagnóstico del grupo familiar.” (ob. cit nota anterior).
421
Ibídem.
422
Solamente encontramos en forma reciente el antecedente de la Cámara Federal de Casación Penal SALA III
“Urbano, Alejandro Gabriel s/ recurso de casación” 29/12/2008.
Dentro de este mismo tópico se dice que : “si la madre denunciante no está en
sus cabales; si es una delirante; si ha sido partener de un psicópata en su niñez,
adolescencia o adultez; si ha sido por ende complementaria, si su delirio le ha hecho
perder el equilibrio mental; ¿los niños están en condiciones de permanecer al amparo
(o desamparo) de esa persona que obtiene o retiene la guarda?
Nos encontramos con una situación frecuente en la que la denunciante no es
evaluada, sólo ante su denuncia el denunciado es mal visto, social, judicial y
psicológicamente y lo importante que es determinar el estado de salud mental de la
progenitora a quien se le dejan los niños desde el principio, en los trámites judiciales
no se da. Inclusive en casos en que se ha demostrado después de dos años que la
denuncia fue falsa, los menores estuvieron en compañía de la madre que
cotidianamente ha influenciado en la mente de sus hijos.”423.
Parece acordar con ello Basset quien sostiene que “queda claro que es
obligatorio extremar el rigor de análisis, poniendo bajo la lupa no sólo al presunto
abusador, sino también al denunciante de abuso”. 424
En el ámbito de los efectos que puede producir que se determine que una
denuncia de abuso sea falsa, se menciona que: “cuando un progenitor realiza una
denuncia de abuso sexual de un hijo contra el otro padre, sea verdadera o falsa,
debemos saber que este hecho puede provocar un grave daño en el menor y las
consecuencias pueden ser potencialmente devastadoras sobre la vida del niño”425 .
De esta manera, se equiparan los efectos de un abuso sexual probado al
resultado que podría lograrse con la interposición de una denuncia “falsa” para un
niño o niña. Tampoco se hace referencia a cuáles son las consecuencias en cada
caso y porqué resultan equiparables.
A ello se agrega que “durante el trámite del proceso la presunción de inocencia,
la igualdad ante la ley, la protección de la intimidad y el debido proceso son garantías
constitucionales que asisten al acusado, aun si fuera culpable. También rige la
exigencia del Estado de tutelar el interés superior del menor en mantener una adecuada
comunicación con ambos progenitores y la tutela de los vínculos de familia.”426 Y al
423
Sirkin, Eduardo “ Acerca…” ob. cit
424
Basset Ursula ob. cit.
425
Iparraguirre Diego El Régimen de Comunicación de los Hijos con el Padre no Conviviente: Consecuencias y
Posibles Soluciones de las Denuncias por Abuso Sexual de Uno de los Padres contra el Otro. elDial.com - DC443
426
Basset, Úrsula C. “Tres supuestos de violencia familiar que merecen recepción jurisprudencial. Violencia
económica, detractación del cónyuge ausente y falsa denuncia de abuso sexual (síndromes PAS, Münchhausen y
Falsa Memoria)” ED, 208-769
respecto de este último tema “Es preciso mantener el vínculo del progenitor acusado
con el niño a como dé lugar”427
Dentro de lo expuesto por esta doctrina se ha sugerido que desde un punto de
vista jurídico que: “quien haga una falsa denuncia de abuso sexual infantil (en forma
deliberada o intencionada), incurrirá en el delito de falsa denuncia previsto en el art.
245 del Código Penal y será reprimida con prisión. Además, puede ser pasible de una
acción de daño moral que no sólo corresponderá al progenitor falsamente denunciado,
sino al hijo menor”. 428
En el punto siguiente, veremos cómo la figura de la falsa denuncia del art. 245
del Código Penal y el delito civil de acusación calumniosa con su acción de reparación
de daños y perjuicios se vinculan con este tema.
Para Basset “ El denunciado, no habiéndose podido probar la denuncia, y ante
la acumulación de validators429 que indiquen la presencia de los síndromes de
enajenación y abuso emocional, procede la indemnización por daños y perjuicios,
inclusiva del daño moral. En general, en todos los casos de falsa denuncia de abuso
sexual es procedente el cambio de custodia. La primera medida será despojar al
denunciante de la representación del menor. Sin embargo, el cambio de tenencia es
viable por la naturaleza del atentado al interés superior del menor perpetrado por el
denunciante.
Ante la gravedad de la falsa denuncia de abuso sexual, se ha sugerido,
conjuntamente con el cambio de tenencia, la suspensión temporal de contacto con el
verdadero abusador (el falso denunciante). Ello para que se regenere la esfera de
intimidad con el nuevo custodio. El contacto debe reanudarse progresivamente y con
visitas supervisadas”430
427
Ibídem
428
Iparraguirre Diego ob. Cit.
429
La palabra “validators” se encuentra así escrita en el texto original. No se especifica cuáles son y a qué
se refiere con dicho vocablo.
430
Ídem nota anterior. No hemos encontrado antecedentes jurisprudenciales que respalden la consecuencia
señalada. A nivel internacional justamente se ha señalado lo contrario: “En la mayoría de los casos reportados
cuando un juez considera que una acusación de abuso efectuada por un progenitor custodio ha sido infundada, el
denunciante continúa ejerciendo la tenencia, a pesar que en algunos casos el juez advierte al denunciante que si
persiste en efectuar acusaciones infundadas de abuso, la tenencia puede ser modificada”. Los autores mencionan
algunos casos jurisprudenciales pero el cambio se encuentra fundado en el interés superior del niño. Bala Nicholas
M.C., Mitnick Mindy, Trocmé Nico, and Houston Claire “Sexual Abuse Allegations and Parental Separation:
Smokescreen or Fire?”
https://www.mcgill.ca/files/crcf/2007-sexual_Abuse_Allegations_Parental_Separation.pdf. Página 4
Habiendo reseñado lo que la doctrina entiende por “falsa denuncia de abuso
sexual” veremos ahora si podemos enmarcar el concepto tomando algunos de los
elementos jurídicos mencionados, sin dejar de mencionar la complejidad y la vaguedad
que parece rodear al tema.
431
Iparraguirre, Diego ob. cit
432
Villada Jorge L. “ Delitos contra la función pública” Abeledo Perrot , Buenos Aires 1999 pág. 99, Donna Edgardo,
“Derecho Penal Parte Especial” Rubinzal Culzoni Santa Fe 2000, pág. 132.
433
Boumpadre Jorge “Derecho Penal Parte Especial” Mauro Viera Editores Tomo III, 2003 pag. 122.
434
Nuñez, Ricardo C. “Derecho penal argentino” Edit. Lerner Córdoba 1974 t. VII pág.56
435
Sandro, Jorge A. “ Relación jurídica existente entre calumnia y falsa denuncia “ JA . 1975 pág. 265, Boumpadre
Jorge, ob. Cit. Pág. 124.
desconocidas violentaron la puerta de mi domicilio, me agredieron, etc.". En todos
estos ejemplos no se menciona ni se pretende atribuir el delito a persona determinada.
Estas denuncias falsas caen en la previsión del art. 245 del Cód. Penal. En doctrina se
las denomina "simulación de delito"436.
Resulta importante destacar la doctrina penalista entiende que este delito exige
para la concreción, un contraste entre el conocimiento personal que posee el autor y la
externa manifestación que el propio sujeto efectúa al no declarar la verdad que posee,
es decir, el objeto de conocimiento tal como se presenta a su intelecto437.
Así, se dice en forma reiterada que: “El derecho no impone ni puede exigir a
ningún destinatario de la norma la pretensión absoluta de una coincidencia con la
realidad histórica en la declaración de quien expresa un determinado conocimiento,
sino que lo que estima jurídicamente relevante es la coincidencia o no entre lo que el
sujeto manifiesta y lo que el sujeto conoce. La norma penal se limita a exigir, en orden
a la fundamentación del injusto típico, la relación contradictoria entre el contenido
cognitivo que el sujeto posee y la distorsionada manifestación externa del mismo.
La declaración "objetivamente falsa" (no ajustada a la realidad histórica), pero
coherente y fiel al personal conocimiento del autor y su versión de los hechos que el
mismo posee, en la que el sujeto se limita a manifestar "su verdad subjetiva", tal como
él conoce la realidad, no cumple el tipo, en la medida en que tal expresión no incorpore
la actitud anímica de falsedad subjetiva requerida por el tipo de injusto”438.
Se ha indicado que la falsedad significa el saber que se está formalizando la
falsa imputación ante una autoridad del Estado que enderezará la actividad de la
administración a la investigación del delito439.
El autor debía tener conciencia de la inexistencia del hecho denunciado, o de la
alteración de sus circunstancias, y la voluntad de ponerlos en conocimiento de la
autoridad. No requiere el tipo una especial motivación en la conducta del autor. Quedan
al margen de la tipicidad subjetiva el dolo eventual y las conductas imprudentes440.
En ese sentido, la jurisprudencia ha resuelto que: "No toda querella que culmine
con sobreseimiento definitivo puede ser entendida como constitutiva del delito de falsa
denuncia, pues este ilícito, por el particular aspecto subjetivo, determina que todo
436
Orgeira, José María “La doble persecución penal de las falsas denuncias calumniosas” LA LEY2002-C, 449 -
Sup. Penal2002 (mayo), 25
437
Boumpadre Jorge ob. cit. Pág 124 y SS.
438
Polaino Navarrete, Miguel, El injusto típico en lo teoría del delito Mave, Corrientes, 2000, ps. 204 y ss.
439
Pinto, Hugo “Falsa denuncia y calumnia: la historia de un desencuentro” LA LEY1993-B, 216.
440
Boumpadre Jorge, ob. cit. pág. 125 y ss.
error, incluso el imputable a título de precipitación, excluye el saber que exige la
configuración de aquél"441 .
La falsa denuncia es un delito de acción pública y, comprobada su existencia,
cualquier autoridad deberá impulsar obligatoriamente la iniciación del juicio penal, con
participación oficiosa en el proceso del juez y del fiscal, con sumario y debate oral442.
Se plantea una discusión en la doctrina y en la jurisprudencia respecto a lo que
acontece en los casos que una persona impute falsamente a otra persona determinada la
comisión un delito de acción pública.
Para una tesis cuando ello acontece el delito no es falsa denuncia sino calumnia
y la primera figura penal desaparece, es excluida por la otra, más comprensiva, que
absorbe el tipo y su pena. El art. 109 del Cód. Penal excluye al art. 245 del Cód. Penal
por absorción.443
Esta posición fue la adoptada por el voto de la mayoría en el fallo plenario
"Rulog Jorge", resuelto por la Cámara Nacional Criminal y Correccional de la Capital
Federal el 27 de marzo de 1952444, la cual es seguida por la jurisprudencia
mayoritaria445.
Otra tesis sostiene que existe concurso ideal entre los delitos de calumnias y
falsa denuncia (unidad de hechos y pluralidad de encuadramientos jurídicos). Lo que
conduce a la imposición de la pena más grave que es la prevista para el delito de
calumnias.446
Una tercera opinión entiende que existe concurso real de ambos delitos447. Por
último, existe aquella tendencia que manifiesta que debe prevalecer el delito de falsa
denuncia por sobre el de calumnia 448.
La jurisprudencia ha distinguido ambas figuras al decir que: “La imputación
calumniosa consiste en la atribución a otra persona determinada, judicial o
extrajudicialmente y a sabiendas de la falsedad de la atribución, de ser autora o
441
Cám. Crim. y Corr., sala VI, 24-7-81, "Knobel, L. I.", c. 7411.
442
Orgeira, José María ob. Cit., 25.
443
Sandro Jorge, ob. cit. pág. 262., Nuñez Ricardo, ob. cit. págs. 48 y ss.
444
La Ley tomo 70 pag. 112, JA 1953-III-220.
445
D'Alessio, Andrés, “Código Penal comentado” Comentario al art. 245 C.P pág. 780/81 Edit. La Ley, Parte
Especial, Edición 2006; Cám. Crim. y Corr., Sala VI, causa n° 25.678, Gatti, Guillero rta. 5/5/05 y Cám. Crim. y
Corr., Sala VI, causa n° 28.785, Correa, Lorena rta. 2/6/06, Cám. Casación Penal Sala II n° 25.254 “M., O.”, rta. el
11/7/07, reg.n° 27.103 Causa n° 27.384 “Martínez Medina, Wilfen R. s/sobreseimiento” 17/09/2009 y Sala I causa
n° 41.213 “Gonzalez”, rta. el 13/3/08, reg.n° 247.
446
Fontan Balestra Carlos, “El delito de falsa denuncia, "Rev. de Derecho Penal y Criminología Buenos Aires, 1952;
id.. “Tratado de derecho penal Abeledo-Perrot, Buenos Aires, t. VII, p. 373.
447
Soler Sebastián, “ Derecho Penal Argentino” Edit . TEA Tomo III pág 244 nota 20.
448
Blasco Fernández de Moreda, Francisco, LL, t 70, p. 925, Jiménez De Asua, Luis,” Tratado de derecho penal”, t.
II, 2da ed., ps. 549 y siguientes.
partícipe de un delito determinado perseguible por acción pública; en tanto la falsa
denuncia presupone que la denuncia no le imputa un delito a una persona
determinada”449.
Mientras la calumnia hecha judicialmente tiende a menoscabar al honor ajeno de
una persona individualizada, la denuncia falsa tiende a engañar a la autoridad,
ofendiendo así a la Administración Pública encargada de la persecución o juzgamiento
de los delitos, ya que perturba su normal desenvolvimiento”450.
La acción penal por calumnias sólo la puede promover el ofendido, mediante
una querella -con trámite propio para los delitos de acción privada451, sin etapa
instructoria ni intervención del Ministerio Público, que sólo controla la legalidad del
procedimiento452.
Esta figura también requiere dolo en su aspecto subjetivo, es decir conocer que
se está imputando una falsedad453.
La jurisprudencia ha resuelto que “para que el delito de calumnias se configure
es indispensable que la falsedad de la imputación sea subjetiva, esto es, que el sujeto
autor de la imputación haya mentido a sabiendas. No basta, pues, para configurar la
calumnia, la falsedad objetiva, resultado de errores o de falsas o incompletas
informaciones.”454
La doctrina al respecto del tipo penal de calumnia entiende que: “la atribución
es falsa cuando el agente conoce que no corresponde, o puede no corresponder, con la
realidad; o sea, cuando es una mentira porque aquél sabe que no es verdad o duda que
lo sea.
Por lo tanto, no estaremos ante la falsedad típica cuando el hecho, con las
características y condiciones que se dicen y la participación del sujeto atribuido,
existieron en la realidad (aunque el agente crea lo contrario: se tratará entonces de un
delito putativo), así como tampoco cuando el agente crea con certeza, pero
449
Cám. Nac. Crim. y Correc., sala VII 05/11/1999 “C., O.E. y otra” DJ 2000-3, 971. En la doctrina Donna coincide
con esta opinión ver “Derecho Penal. Parte Especial” T III Editorial Rubinzal Culzoni pág 133 y Creus, Carlos
“Derecho Penal. Parte especial”, 5a ed., Ia reimp., Astrea, Buenos Aires, 1996, t. II, | 1904.
450
Cám. Crim. y Corr, sala VII 05/11/1999 “C., O.E. y otra” DJ 2000-3, 971. Nuñez, Ricardo C., "Manual de
Derecho Penal, parte especial" ps. 91 y 423.
451
Art. 415 y sigtes., Cód. Procesal Penal
452
Orgeira, José María, ob. cit., 25.
453
Conforme Donna Ob. cit T. I pág 341.
454
Molinario Alfredo, “Los delitos”, T°I, tea 1996 pág. 337 y ss. y en particular 347.
erróneamente, que existieron (y en este último caso se tratará de un supuesto de
ausencia del tipo, no sólo de culpabilidad)”455.
La jurisprudencia agrega que “...la circunstancia de que un proceso finalice con
el sobreseimiento por entender el magistrado actuante que el hecho no era delictuoso
no determina sin más la procedencia de una querella por calumniar, ya que existiría la
posibilidad de que quienes pueden recurrir a la justicia para la averiguación de un
suceso, se abstengan de hacerlo ante la amenaza de tener que responder a una acción
privada. Cuando en el juicio principal se sobresee o absuelve, tal decisión no tiene
siempre validez como prueba de la falsedad de la imputación en el juicio de calumnias,
aunque el querellado haya participado en el juicio principal...”456
Claramente podemos decir que la llamada “falsa denuncia de abuso sexual”
en los términos planteados no coincide con el tipo penal descripto por el art. 245 del
Código Penal.
En principio, porque este delito requiere que la denuncia no se efectúe respecto
de persona determinada, cuestión que resulta central en la concepción a la que
referimos.
Se sostiene como rasgo típico que llamada “falsa denuncia de abuso sexual”
que se dirija hacia el progenitor no conviviente (en su mayoría los padres).
Otra distinción resulta del hecho que para la configuración del delito de falsa
denuncia no se requiere una especial motivación del autor. Contrariamente, ello es el
eje en la construcción que analizamos puesto que es justamente la presunta motivación -
el objetivo de interrumpir el contacto progenitor con el hijo- lo que determina que la
sospecha de “falsedad” de la denuncia.
A todo evento deberá entonces interponerse la correspondiente querella por
calumnia lo que requerirá acreditar el elemento subjetivo del tipo penal.
No hemos encontrado publicado jurisprudencia del fuero penal que haga
referencia a alguna acción por calumnias o por falsa denuncia originada en una
acusación de abuso sexual intrafamiliar.
Sin perjuicio de ello, en el ámbito penal la sala III del Tribunal de Casación
Penal de Buenos Aires en los autos “F., D. J. s/recurso de casación” de fecha
457
31/05/2011 toma la teoría esbozada por Cárdenas al resolver un caso en el cual, la
455
Creus Carlos “Derecho Penal. Parte especial” Edit Astrea 1997 pág. 136.
456
Cám. Fed. Casación Penal Sala IV, causa 28.457 “Rodríguez, María Celia” del 10 de marzo de 2006.
457
Tribunal de Casación Penal Buenos Aires, Sala III “F., D. J. s/recurso de casación” 31/05/2011 LA LEY 2011-E
madre y la abuela de una niña habían instando un proceso penal contra el padre a quien
le sindicaban haber efectuado tocamientos de índole sexual a la pequeña.
El tribunal inferior había condenado al padre a la pena de seis años de prisión.
Sin embargo, el fallo de Casación revoca la sentencia y lo absuelve.
En lo que aquí interesa, el fallo contiene una visión específica sobre la
credibilidad del testimonio de los niños que nos interesa resaltar porque se relaciona con
la teoría que comentamos. En ese sentido se afirma que: “La tendencia de creerle al
niño y aceptar los informes de abuso sexual como reales es muy grande, sin importar si
los relatos son increíbles, si las denuncias se hicieron para causar daño, obtener
ventajas materiales y procesales, o son producto de semanas, meses o años de
terapia.”, “creerle a priori al niño, implica validar sistemáticamente la comisión del
abuso y conculcar el debido proceso legal.” “cuanto menor es la edad de una persona,
más fácil es que sea inducido a tomar como sucedido algo que no sucedió y que
incorpore el suceso en su memoria con toda convicción, en especial si el relato le es
repetido varias veces y si proviene de alguien con un gran ascendiente sobre él, como
pueden ser los padres, maestros o algún piscoterapeuta.” citándose específicamente la
teoría esbozada en el artículo del Dr. Eduardo Cárdenas al respecto.458
Si bien no se hace referencia directa a la construcción que analizamos, en
ciertos fallos penales aparece la circunstancia de la relación conflictiva entre los
progenitores como elemento preponderante y valorado como primordial por sobre la
restante prueba (incluso por sobre las pericias psicológicas o psiquiátricas o bien el
testimonio del niño víctima).459
Más arduos resultan aquellos casos en los cuales el grupo familiar se encuentra
inmerso en una situación de violencia intrafamiliar crónica, en los cuales el tratamiento
, 218, con nota de Daniel Gustavo Gorra; LLBA 2011 (noviembre) , 1084, con nota de Héctor Luis Mancini; DPYC
2011 (diciembre) , 254, con nota de Inés Lucero. El fallo aborda varias cuestiones entre ellas la valoración de la
prueba pericial en los procesos de abuso sexual con una visión particular de la misma.
458
Llama poderosamente la atención que hacia el final del fallo se reconoce expresamente que “esta modalidad de
contacto entre padre-hija en situaciones que pueden llegar a calificarse de poco felices (no ocultarse al orinar o
dejarse ver en desnudez), puedan haber dado lugar a una construcción en los adultos y una co-construcción en la
niña, que los llevara sin mala intención a iniciar este proceso, pero de ninguna manera, -luego de haberse debatido
la prueba propuesta por ambas partes-, alcanzan a vencer el principio de inocencia” y que no se valore dicha
conducta como indicador o como perjudicial para la niña.
459
Ver en ese sentido: Cámara Nacional de Casación Penal, Sala IV “Cutzarida, Alejandro s/recurso de casación”
7/11/2008 donde se habla de “ la inducción a la que puede exponerse por parte de un adulto, en particular en el
difícil contexto de un divorcio controvertido” y que “el derecho del niño -y de la víctima- a ser oído, está
supeditado a los de los imputados, en particular, al debido proceso.”
de la cuestión difiere diametralmente si se incorpora la construcción mencionada en la
resolución del caso.460
Sin embargo, merece destacarse que desde la justicia penal se ha marcado la
diferencia respecto de aquellas denuncias que finalizan con una absolución en base a la
duda, de aquellas que importan la inexistencia del hecho ocurrido o descartan la autoría
del denunciado. Así, la sala III de la Cámara de Casación Penal el 30 de Diciembre de
2009 en autos “Blyznyuk, Sergi s/recurso de casación” 461 modificó la imposición de
costas a la parte querellante por entender que: “mediaban circunstancias que permitían
fundar en ella la creencia de que se encontraba ante la existencia de un hecho delictivo,
conforme también fuera interpretado por los órganos jurisdiccionales intervinientes” y
que la sentencia absolutoria que recayó en la causa se vinculó que el estado de duda
respecto de la ocurrencia del hecho denunciado.
También, se modificó la imposición de costas por la “razón plausible para
litigar” de la madre denunciante en autos: “Di Bacco, Juan Martín s/recurso de
casación” al entender que “más allá de la situación de disfunción familiar que sirvió de
contexto a los hechos investigados en autos, no menos cierto es que la presentación de
la denuncia que originó la sustanciación de las presentes actuaciones encuentra
sustento en la “evaluación de riesgo” de abuso sexual (aunque no de “existencia”)
efectuada oportunamente por el Cuerpo Interdisciplinario contra la Violencia Familiar
del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación, computada
por el “a quo”462
En el acápite siguiente veremos el posible encuadramiento del tema en el ámbito
civil.
460
En ese sentido compulsar los fallos de la Cámara Federal de Casación Penal sala II “Giménez, Félix Rubén
s/recurso de casación” causa Nro. 13.168, 14 de Julio de 2011 y Cámara Federal de Casación Penal sala IIIC.F.C.P.
“Aquino, Carlos David s/rec. de casación“. Causa N°16091 de fecha 13/12/2012 donde puede observarse desde el
discurso el diferente tratamiento del tratamiento del abuso sexual intrafamiliar en un marco familiar signado por la
violencia. Asimismo, se valora como positivo en la jurisprudencia penal un avance en cuanto a dejar de lado algunos
de los mitos que rodean al tratamiento de los casos del abuso sexual intrafamiliar. En ese sentido de han encontrado
fallos que reconocen que el niño víctima puede demostrar sentimientos ambivalentes hacia el progenitor abusivo, la
posibilidad de su retractación y las causas de la misma, que no otorgan una preeminencia importantísima al
diagnóstico de personalidad del denunciado, la condición de vulnerables de las víctimas. En ese línea ver Cámara
Federal de Casación Penal sala IV “Gauna, Sergio Ernesto s/recurso de casación” 15/10/2010 y causa Nro. 9817
“Pérez Ochoa, Rafael s/recurso de casación” 29/10/2010, Cámara Federal de Casación Penal Sala I Causa N° 14.416
“Arequipa Flores, David Santiago s/recurso de casación” 24/05/2012 y Cámara Federal de Casación Penal sala IV ,
9/9/2011 causa Nro. 11.657 - “Morín, Gustavo Rubén s/recurso de casación”. También debe mencionarse otro fallo
de la Cámara Federal de Casación Sala IV que modificó el sobreseimiento decretado en una causa de abuso sexual
intrafamiliar y ordenó escuchar a los niños. Dicha causa generó gran preocupación debido a que en sede civil se
ordenó la revinculación de los niños con el progenitor acusado. No hemos encontrado el fallo publicado pero la
noticia periodística puede verse en http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-223427-2013-07-01.html
461
Cám. Casación Penal, sala III “Blyznyuk, Sergi s/recurso de casación” 30/12/2009 causa n° 11128
462
Cám. Casación Penal, sala IV 21/11/2011 “Di Bacco, Juan Martín s/recurso de casación” causa Nro. 11.426
IX. 3.- El delito civil de acusación calumniosa
El art. 1090 del Código Civil establece que: “Si el delito fuere de acusación
calumniosa, el delincuente, además de la indemnización del artículo anterior, pagará al
ofendido todo lo que hubiese gastado en su defensa, y todas las ganancias que dejó de
tener por motivo de la acusación calumniosa, sin perjuicio de las multas o penas que el
derecho criminal estableciere, tanto sobre el delito de este artículo como sobre los
demás de este capítulo.”
La jurisprudencia ha definido la “acusación calumniosa” como: “la consistente
en la falsa imputación de un delito que pone en movimiento una acción judicial, ya sea
por querella o simple denuncia. Los requisitos de esta figura son la imputación de un
delito de acción pública, que se formule la correspondiente denuncia ante autoridad
pública —policial o judicial— y la falsedad del acto denunciado, pudiendo hablarse de
denuncia calumniosa o falsa denuncia cuando, además, el proceso iniciado por la
denuncia ha terminado por absolución o sobreseimiento.”463
Los requisitos que caracterizan a la configuración de la acusación calumniosa
son: a) la existencia de una denuncia o acusación; b) efectuada ante autoridad
competente; c) relativa a la imputación de un delito de acción pública; d) que dicha
denuncia sea falsa y e) efectuada a persona determinada.464
El problema se presenta al intentar determinar el alcance jurídico del vocablo
“falsa”. Veamos entonces algunos criterios jurisprudenciales.
Uniformemente, se dice que la decisión judicial que absuelve o sobresee al
imputado es insuficiente para que éste pueda reclamar daños y perjuicios465. Es decir,
que la absolución o sobreseimiento en sede penal, no implica por sí misma que una
denuncia sea considerada como falsa.
Incluso la Corte Suprema de la Nación ha sentado este criterio sosteniendo que la
sola existencia de un fallo judicial que disponga la absolución o sobreseimiento del
imputado no hace procedente, sin más, la acción de daños y perjuicios derivados de la
463
Conforme Cám. Nac. Civ., sala J, 2011/10/27 “Scott, Sonia Lorena c. Guerra Cruz, Angelina s/daños y perjuicios”
AR/JUR/67333/2011, ídem 20/2/2008, Expte. Nº 43.272/2001 “Calandrino, Alberto c/Llanos, María D. s/Daños y
perjuicios.”, Idem 5/11/2011 “Neuhaus, Ariel y otro c/Boehringer Ingelheim S.A. s/Daños y Perjuicios”.
464
Kemelmajer de Carlucci, Aida en Belluscio, Augusto C. y Zannoni Eduardo "Código Civil Comentado, anotado y
concordado", t. 5, Astrea 2004 pág. 255, n° 6; Llambías Jorge Joaquín, "Tratado de Derecho Civil-Obligaciones", t.
IV-A, pág. 142 n°2390).
465
Cám. Nac. Civ, sala G 18/07/2008 “ L., E. c. S., R. I.” AR/JUR/6630/2008, . CNCiv., sala K, R. 97.017, del 24-
8-99
denuncia, pues resulta indispensable que a su autor pueda imputársele dolo, culpa o
negligencia466.
Existe una corriente dentro de esta opinión mayoritaria que exige, para que
exista derecho resarcitorio, la absolución o el sobreseimiento únicamente por las
causales de inexistencia del hecho o de falta de participación del imputado.467
La cuestión debatida se presenta en el factor de atribución que se requiere para
calificar a una acusación de calumniosa.
Para cierta doctrina, la acusación será calumniosa cuando se obre con dolo, es
decir con intención de dañar en los términos del art. 931 del Código Civil y habrá
responsabilidad civil a mérito del art. 1090 del mismo cuerpo normativo.
Dentro de esta posición se enrola la jurisprudencia que sostiene que: “entiendo
inadecuado denominar “denuncia calumniosa” cuando no se imputa dolo en el actuar
del autor de la denuncia; considerando que es apropiado ser claro y concreto en
cuanto que lo imputado es una conducta culposa, pues como ya dije, requiere distinto
contenido en la voluntad del autor y, por ende, también distinta la prueba a requerir al
actor para considerar cumplidos los requisitos de responsabilidad, variando a su vez,
las consecuencias a resarcir por el denunciante.”468
Y que: “no se puede exigir a las víctimas de delitos que formulen la acusación
munidas de pruebas incontestables que no dejen dudas sobre su autoría, pues ello
llevaría al extremo de imponerles la carga policial exhaustiva de los delitos para no
errar respecto de la manifestación que formulan ante la autoridad. Por ello, no toda
denuncia de delitos es apta para generar la responsabilidad civil en la eventualidad de
que los nombrados fueran ajenos al hecho”469.
O bien aquella que dice: “a los fines de considerar calumniosa a una acusación,
se trate de querella o de simple denuncia, no basta la simple falsedad de la imputación,
siendo menester que el denunciante haya obrado sin razón ni fundamento alguno y con
pleno conocimiento de la inocencia del acusado.”470. En este punto parecería que el
término “falsedad” está empleado como contrario a la realidad.
466
CSJN Fallos: 319: 2824; 330:2464.
467
Zavala de Rodríguez, Matilde, “Resarcimiento de daños, Daños a las personas (integridad espiritual y social)”,
Tomo 2 C, Editorial Hammurabi, pág. 389; Pizarro, Ramón Daniel y Vallespinos, Carlos Gustavo, “Instituciones de
Derecho Civil – Obligaciones”, Editorial Hammurabi, Tomo IV, pág. 370, entre muchos otros
468
Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial y Laboral de Gualeguaychú 16/10/2012 "Denoni Daniel Antonio
C/De Zan Rafaela Vanina y Su Acumulado Expte. Nº 2362 Y Nº 2407 S/ Ordinario". Expt.Nº 3247/C.
469
Cám. Nac. Civ, Sala I, 26-9-00, LA LEY, 2001-C, 744
470
Cám. Nac. Civ, sala G 18/07/2008 “ L., E. c. S., R. I.” AR/JUR/6630/2008.
Sin embargo, un otro sector mayoritario de la jurisprudencia y la doctrina
entiende que en virtud del principio general según el cual todo el que por su culpa o
negligencia ocasiona un daño a otro está obligado a reparar el perjuicio (art. 1109), si el
denunciante ha actuado culposamente también deberá responder. Sin perjuicio que, en
estos casos se suele exigir la existencia de una culpa grave o grosera.471
Desde la doctrina se ha dicho que “es el juzgador quien debe evaluar si el
denunciante ha tenido graves y sobrados motivos para hacer la denuncia, si ha habido
razón valedera por los hechos y las circunstancias para prevenir al aparato represivo,
falta de culpa o negligencia, cabe sostener que el acusador responde si actúa con
temeridad o ligereza culpable.”472
Desde ya resulta importante ver los criterios respecto de la carga de la prueba del
actuar culposo.
Cierta doctrina, respondiendo al criterio tradicional en la materia, entiende que
en estos casos "el afectado debe acreditar que el contrario ha incurrido en
precipitación, ligereza o imprudencia de hecho o de derecho al impetrar la denuncia473
Empero, dada la necesidad de preservar el interés social en la investigación y
represión de los delitos penales, esa culpa debe ser grave y grosera, sin que cuadre
exigir al denunciante una diligencia mayor que la que normalmente y según las
circunstancias del caso corresponda a una actuación semejante”.474
En el mismo sentido se expidió la sala J de la Cámara Nacional de Apelaciones
al sostener que la carga de la prueba recae sobre el actor y que la culpa del denunciante
471
Kemelmajer de Carlucci , Aída en Belluscio, Zannoni "Código Civil Comentado, anotado y concordado", ob. cit.,
Cám. Nac. Civ, Sala B, 17-6-94, LA LEY, 1994-E, 37, Aguiar, Henoch D. " Hechos y actos jurídicos en la doctrina y
en la ley", Buenos Aires: TEA (Tipográfica Editora Argentina), 1950 t. V, vol. 2, pág. 115; Cazeaux, Pedro Néstor y
Trigo Represas, Felix A. "Derecho de las obligaciones", 2da. ed., t. 4, La Plata: LEP (Librería Editora Platense), 1979
pág. 297; Borda, Guillermo "Tratado de Derecho Civil-Obligaciones", 8va. ed., t. II, Buenos Aires, Abeledo Perrot
1998 pág. 231, n° 1354, ap. 2; Pecach, Roberto "Responsabilidad Civil por denuncia o querella precipitada o
imprudente" en JA, 65-117, n°5; Parellada, Carlos A. "Responsabilidad emergente de la denuncia calumniosa o
negligente", en JA., 1969-III-694, ap. IX. En este supuesto jugarían los principios generales (art. 1109) y se trataría
de un cuasidelito y no un delito, ya que en éste es elemento configurativo del mismo la intención de dañar, el dolo
(art. 1072), Bustamante Alsina, Jorge, "Teoría General de la responsabilidad Civil", p. 264, A fin de determinar si una
conducta puede encuadrarse o no en la figura de la acusación calumniosa, lo que interesa, en definitiva, es que el
autor de la denuncia o querella haya actuado con culpa o negligencia al efectuar la imputación (conf. Cám. Nac. Civ
sala I, R. 19.949 del 10-8-99)
472
Cifuentes, Santos, "Derechos personalísimos", Astrea Buenos Aires 1995 pág. 467. A fin de determinar si una
conducta puede encuadrarse o no en la figura de la acusación calumniosa, lo que interesa, en definitiva, es que el
autor de la denuncia o querella haya actuado con culpa o negligencia al efectuar la imputación (conf. CNCiv., sala I,
R. 19.949 del 10-8-99)
473
Pecach, Roberto, ob. cit. pág.110 y sigtes
474
Kemelmajer de Carlucci, en Belluscio-Zannoni, "Código Civil..." ob. cit., t. 5, p. 259; Bustamante Alsina, Jorge,
"Teoría General de la Responsabilidad Civil", p. 350, núm. 852; Cifuentes, Santos, ob. cit., p. 467; Parellada, Carlos
A., ob. cit. 656 y sigtes.; Pecach, Roberto, ob. cit. 110 y sigte", Cám. Nac. Civ, Sala G, 10-10-00, LA LEY, 2001-D,
104, Cám. Nac. Civ, sala B “Verdaguer, Alejandro c/ Sociedad Anónima Financiera Inmobiliaria Porteña s/ Daños y
Perjuicios. 14 /02/ 2012.
o acusador quedará evidenciada cuando se advierta que se excedieron los fines en cuyo
interés se ha acordado la posibilidad de acusar. Tal transgresión se pondrá de manifiesto
ante una incriminación formulada sobre bases inconsistentes, o con omisión de
elementales actos de comprobación de la verdad de los hechos, o cuando la denuncia o
querella se revela como un mero instrumento para denigrar o menoscabar al afectado.475
Sin embargo, se ha mencionado también que: “para descartar la culpa en la
formulación de una denuncia penal basta la concurrencia de algunos antecedentes que
justifiquen moralmente el ejercicio de la facultad de denunciar, o sea que el
denunciante tenía motivos para pensar que los hechos podían constituir delitos”.476
A continuación veamos algunos de estos criterios aplicados a casos de denuncias
por abuso sexual.
La sala C de la Cámara Nacional Civil en el año 2007 hizo lugar una acción de
daños y perjuicios en virtud de lo que se consideró una acusación calumniosa de abuso
sexual otorgándose una indemnización a la actora de $20.000. 477
Si bien el caso en cuestión no es de carácter intrafamiliar, resulta interesante
analizar las pautas que de él surgen.
En primer lugar, cabe destacar que la sentencia de la Cámara Criminal ya había
calificado expresamente de “temeraria” la denuncia instada por el padre del niño contra
la empleada doméstica quien fue sobreseída en sede penal. Con ello se vincula la
circunstancia que el decisorio considera que por aplicación del art. 1103 del Código
Civil, la sentencia penal que decreta el sobreseimiento en base a la inexistencia del
hecho denunciado no puede ser cuestionada por el juez en lo civil.
En lo atinente al factor de atribución es importante destacar que si bien el fallo
califica en principio de dolosa la actitud del progenitor querellante en sede penal en
virtud de consideraciones generales de la causa, los magistrados admiten que a todo
evento la culpa grave del padre se encontraría fundada en no haber “antes de la
denuncia penal,( ..) arbitrado el sencillo recurso de indagar psicológicamente y por
personal autorizado en ello, acerca de la veracidad o no de tamaña problemática”.
Contrariamente al criterio sustentado y en otro caso de denuncia contra un
tercero, la Cámara Civil y Comercial de San Juan resolvió que el deber de progenitor
475
Cám. Nac. Civ, sala J, 15/2/2011, Expte. Nº 88.484/2000 “Román Hontakly, César Adrián c/Hechy, Marta
Susana y otros s/daños y perjuicios” y 2011/10/27. “Scott, Sonia Lorena c. Guerra Cruz, Angelina s/daños y
perjuicios”. AR/JUR/67333/2011.
476
Cám. Nac. Civ, sala G, 31-8-95, LA LEY, 1995-E, 423.
477
Cám. Nac. Civ, sala G 20/07/2007 Fernández, María Rosana c. Pereyra, Iraola Luis Jorge La Ley
Online; AR/JUR/4163/2007
era suficiente para instar la denuncia. Se dijo que: “contribuye a excluir la ligereza o
temeridad de la denuncia la circunstancia de que el denunciante era el padre de los
niños que relataron los hechos sospechosos, condición que no sólo le da el derecho de
tener los hijos consigo y de educarlos y cuidarlos, sino que incluso le impone el deber
de protegerlos, formarlos y guardarlos de todo peligro (arts. 264, 265, 276 y
concordantes del C. Civil), obligaciones que resultan reiteradas en atención a los
derechos reconocidos al niño por los Tratados internacionales con jerarquía
constitucional (Convención Americana Sobre Derechos Humanos (Pacto de San José
de Costa Rica) art. 19, y Convención Sobre Derechos del Niño, arts. 18 y 19)”478.
En el marco de las denuncias de abuso sexual intrafamiliar podemos mencionar
como antecedentes los siguientes casos:
La Cámara Nacional Civil sala G en el año 2006 debió resolver el recurso de
apelación interpuesto contra la sentencia de primera instancia que rechazó la demanda
de daños y perjuicios por acusación calumniosa que efectuó el actor contra la madre de
su nieta.479
En el caso siguiendo los criterios que venimos reseñando se dijo que “el interés
general de la sociedad exige que no se desaliente, a través de injustificadas condenas a
indemnizar daños y perjuicios, la formulación de denuncias acerca de delitos penales
de acción pública, por la sola circunstancia de que la investigación no haya podido
colectar los elementos de convicción necesarios para llegar al procesamiento de los
eventuales culpables y sin que pueda imputarse al denunciante el conocimiento
concreto de la falsedad de su imputación o la grave negligencia o imprudencia de su
conducta al realizarla”.
La demanda fue rechazada en virtud que la actora había expresado en sede penal
que requería de orden judicial para efectuar un psicodiagnóstico de su hija frente a la
negativa del padre (hijo del actor), que la niña había expresado en la pericia psiquiátrica
que existieron los tocamientos y que los profesionales habían recomendado efectuar la
profundización de la investigación en un ámbito terapéutico apropiado. Todo ello aún
cuando la sentencia penal resolvió el sobreseimiento del abuelo que fuera denunciado.
Haciendo alguna alusión al tópico de la falsa denuncia en el fallo se dice que:
“En otras palabras y sin desconocer la existencia de denuncias maliciosas en esta
478
Cámara 2a en lo Civil, Comercial y Minería de San Juan 24/06/2009 “ E.L.I. c. C.L.M.” LLGran Cuyo2009
(noviembre), 1006.
479
Cám. Nac. Civ Sala G 3-mar-2006“S. I. J. c/ P. S. Y. s/ daños y perjuicios” Cita: MJ-JU-M-7277-AR | MJJ7277 |
MJJ7277
materia tan delicada, que los jueces de este fuero, con especialización en derecho de
familia, hemos podido comprobar en algunos casos, en que se las destinaba a separar a
un menor de una parte importante de su familia, en el caso sometido a debate no puede
predicarse que la demandada hubiera formulado esta denuncia con pleno y cabal
conocimiento de la falsedad de la imputación o que hubiera actuado de manera
imprudente y desaprensiva, a poco que se examinen los antecedentes más importantes
de la causa “. ( El destacado nos pertenece).
En este supuesto se puede vislumbrar claramente la influencia del concepto de
“falsa de denuncia de abuso” que es incorporado en el lenguaje del fallo.
Sin embargo, la sentencia no toma la construcción mencionada para resolver
sino que aplica los principios que desde la doctrina y la jurisprudencia se aplican a la
figura de acusación calumniosa y valora los elementos que se encontraban a disposición
de la progenitora al instar la denuncia.
Desde una posición más amplia respecto de la admisión de las demandas de
daños y perjuicios por acusación calumniosa en los casos de abuso sexual intrafamiliar
encontramos el fallo de la Cámara Primera de Apelación en lo Civil y Comercial de
Bahía Blanca.480
El juez de Primera instancia había admitido también la demanda. Entendió que
no se acreditó la existencia del hecho investigado en sede penal, estimando irrefutables
las conclusiones de dicha resolución en virtud del art. 1103 del Código Civil.
Además, aclaró que: “los hechos denunciados son de tal gravedad que pueden
generar con la sola denuncia daños irreparables, de modo que se debe exigir que quien
los denuncia que extreme todos los recaudos y no que sólo se comporte como una
buena madre de familia.” No surge del texto del fallo qué conducta importaría ese plus
que se exige por encima de una buena madre de familia.
Como pauta determinante de la conducta culpable de la demanda el aquo resolvió
que: “el grave conflicto matrimonial de las partes obnubiló el razonamiento de la
demandada, oscureciendo su juicio y llevándola apresuradamente -sin agotar los
medios necesarios previos para confirmar los hechos- a poner en movimiento la
investigación penal, máxime cuando contaba con la opinión en sentido contrario del
médico de cabecera del niño.”
480
Expte n° 126.971 - "B., G. M. c/ A., M. E. s/ Daños y perjuicios" - Cámara Primera de Apelación en lo Civil y
Comercial de Bahia Blanca - (Pcia. buenos aires) - sala II - 19/09/2006.
Merece destacarse el estándar empleado en el decisorio que parece exigir
un grado de certeza mayor a la común a cualquier otro tipo de denuncia que se efectúe:
“no se puede admitir que se eche mano a este tipo de denuncias sin la existencia de un
grado de certeza tal que no hagan exigible otra conducta que la denuncia misma, ya
que el daño que se produce es mayor".-
El fallo de Cámara confirmó la sentencia de Primera Instancia tomando el
mismo criterio.
En primer lugar la sentencia equipara una sentencia penal de sobreseimiento a
una absolutoria entendiendo que para el caso tienen los mismos efectos.481
El fallo consideró que la conducta culpable quedaba demostrada a partir de
varias cuestiones.
En primer lugar, hizo referencia a que el relato del niño estaba influenciado por
su madre. Luego, se analizó ese relato en relación a las restantes pruebas y la
actitud de la demandada respecto de ellas.
Principalmente, se reprochó que la madre no tomara en cuenta el diagnóstico
del pediatra que atendía al niño quien descartó el abuso sexual indicando que padecía de
una constipación crónica, diagnostico que después ocultó al resto de los profesionales.
Que además si bien existían informes médicos que avalaban la posibilidad del abuso,
éstos fueron “claramente buscados a través de expresiones mendaces de la
denunciante”.
481
El fallo textualmente dice: “cabe equiparar en supuestos como el que se debate en autos a la absolución con el
sobreseimiento; y ello por varias razones, a saber: a) En la época de redacción del Código Civil por Dalmacio Vélez
Sarsfield no existía el sobreseimiento como instituto autónomo en el derecho procesal penal por lo que mal podría
haber distinguido el codificador lo que en ese momento no era susceptible de distinción; b) La absolución y el
sobreseimiento resuelven sobre los mismos aspectos y con el mismo efecto; c) Debe confiarse más, incluso, en una
inexistencia del hecho criminal resuelta en un sobreseimiento definitivo que en una absolución porque en el primer
supuesto el juez penal debe tener certeza absoluta de que el hecho investigado nunca aconteció mientras que en el
segundo puede llegar a esa conclusión concediendo al acusado el beneficio de la duda; d) De ordinario, las
resoluciones de la justicia penal que concluyen en la inexistencia del hecho criminal se encuentran encerradas en el
marco del sobreseimiento pues habitualmente se toma conocimiento de tal inexistencia durante la investigación, sin
que sea necesario llegar al plenario; ergo, interpretar literalmente el art. 1103 lo dejaría prácticamente vacío de
contenido; e) El art. 1103 del Código Civil tiene por evidente finalidad evitar el escándalo jurídico; y éste se
presentará siempre que el juez civil declare la existencia de un hecho reputado inexistente por resolución firme
emanada del fuero penal, independientemente del marco procesal en que tal irrealidad se hubiera decidido por el
juez del crimen.”.
Con criterio diferente se ha dicho que : “El sobreseimiento definitivo basado en el "beneficio de la duda", no puede
equipararse sin más al sobreseimiento liso y llano o a la absolución, pues al derivar de una situación vinculada
exclusivamente con las pruebas producidas, mas no con el derecho, no decidió acerca de la real culpabilidad o
inocencia del denunciado.” (Cám. Nac. Civ, sala A 14/02/1991 Solá, José A. c. IOA S. A. y otro Publicado en: LA
LEY1991-E, 196 - DJ1991-2, 977). En el mismo sentido, Cám. Nac. Civ, sala A Fecha: 04/09/1985 Partes: González,
Gerónimo A. c. Delgado, Franco O. Publicado en: LA LEY1986-A, 322 - DJ1986-2, 19 )
Asimismo, se estimó que la demandada descartaba aquellas opiniones de los
profesionales de la salud que rechazaban la ocurrencia del abuso.
Se valoró que los testigos de la causa relataron que el niño expresó que quería
estar con su padre.
Finalmente, como elemento gravitante se toma como origen el grave conflicto
entre los progenitores.
Claramente, la sentencia toma los elementos que la doctrina ha construido en
torno a la figura de la “falsa denuncia de abuso sexual intrafamiliar” y los aplica al caso
en concreto.
Más allá de la decisión final, el fallo impresiona por la cantidad de aseveraciones
fundadas en prejuicios y sin sustento alguno entre los cuales destacamos las siguientes
frases: “cabe señalar que siempre deben tomarse "con pinzas" los relatos de los
menores de edad máxime cuanto tienen corta edad”, “la Sra. A., (..) se veía obnubilada
por la seria conflictiva mantenida con el padre de G.”, “Estas contradicciones
deberían haber llevado a la Sra. A. a dudar -cuanto menos- de la palabra de su hijo
(suponiendo sólo por vía de hipótesis que ella no lo hubiera aleccionado en sus
relatos), quien para colmo sólo contaba con siete años de edad”, “Parece ser, vaya a
saber por qué razón, que la Sra. A. quería imperiosamente escuchar que su hijo había
sido sexualmente abusado y hacía todo lo posible para lograr que ese fuera el
diagnóstico”, la madre “se refirió veladamente a la condición de homosexual de su ex-
marido, lo que no aparece corroborado por ningún elemento probatorio, acotación que
indudablemente buscó llevar a la médica a la convicción de que el menor había sido
violado por su padre.”, “Vaya a saber por qué, a pesar de su condición de peluquera,
la demandada era también una experta en situaciones de abuso, estrategias y acciones
a realizar a partir de la confirmación del diagnóstico”
Todo este cúmulo de expresiones traducen nociones que han sido expresadas
desde la doctrina entre aquellos que postulan el aumento de las “falsas denuncias de
abuso sexual” y que, sin definir el concepto utilizan diferentes elementos para
identificarlas.
En el ámbito del derecho de familia hemos encontrado antecedentes en los
cuales se hacer referencia a las “falsas denuncias de abuso” en el marco de un proceso
de divorcio contradictorio como configurativas de la causal de injurias graves prevista
en el art. 202 inc. 4 del Código Civil.
La imputación de un delito no probado constituye una injuria grave en los
términos del art. 202 del Código Civil.
Cabe destacar que en este supuesto también resulta relevante que se acredite que
dicha imputación fue efectuada mediante un actuar doloso o culpable como cualquier
otra de las conductas que configuran una causal de divorcio del art. 202.
En los casos en que dicha conducta dolosa o culpable se acredita, los
magistrados han decretado el divorcio declarando la culpabilidad de aquél que denunció
al otro.
Asimismo, en virtud de la doctrina plenaria de la Cámara Nacional Civil del año
482
1994 , existen precedentes jurisprudenciales que han otorgado una indemnización en
virtud de los daños y perjuicios sufridos a partir de este hecho como constitutivo de
causal de divorcio.
El primer fallo que encontramos al respecto, aplica la noción de “falsa denuncia
de abuso sexual” y sus componentes.
La sala E de la Cámara Nacional Civil el 24 de Noviembre de 2008483 resolvió el
recurso de apelación interpuesto contra la sentencia de primera instancia en un proceso
de divorcio que promovió el Sr. M.P.G. contra la Sra. B.L.G.N. por considerarla incursa
en las causales de abandono voluntario y maliciosos e injurias graves entre las que se
encontraba haberlo denunciado penalmente por abuso respecto de la hija de ambos, de
la cual resultó absuelto.
El juez de Primera Instancia había hecho lugar a la demanda del marido y
ordenó a la mujer abonar la suma de $15.000 en concepto de indemnización por los
daños y perjuicios ocasionados.
La denuncia se había originado en un expediente civil entre la partes y luego
girada a la Justicia Penal donde la cónyuge se constituyó en parte querellante.
El fallo hace lugar a la demanda por entender que no existían elementos serios y
objetivos serios y contundentes que justifiquen la denuncia efectuada, sin perjuicio que
los informes médicos, psiquiátricos y psicológicos resultaban contradictorios. Se hizo
hincapié en la inexistencia del abuso sexual y en la personalidad compleja de la
demandada que podría haberla llevado a iniciar la denuncia que efectuó.
482
"En nuestro derecho positivo es susceptible de reparación el daño moral ocasionado por el cónyuge culpable,
como consecuencia de los hechos constitutivos de las causales de divorcio" Cám. Nac. Civ.., en pleno, 20/9/1994,
"G.,G.G. v. B. de G.,S.M.", J.A. 1994-IV-549
483
Cám. Nac. Civil, sala E R.507.667 autos: “ M. P. G. c/ B. L. G. N. s/divorcio” 24/11/2008
En el decisorio se dice que: “Y, en la especie, en mi concepto no existe duda que
el proceder de la señora B. ha sido incorrecto y grave, primero al efectuar una
apresurada denuncia de abuso sexual respecto de la hija de las partes y después -tal
como analizara-al dificultar la revinculación de los hijos con su padre y familia
paterna, en una actitud que excede la natural y loable intención de proteger a los
vástagos. En tal sentido, es dable destacar lo que resulta del análisis de A. por el
estudio de videograbación, donde la experta nota la presión emocional que ejerce la
madre sobre la niña (ver fs. 205, punto 1, de la causa penal). Y dicho proceder de la
madre -quizá víctima del denominado "síndrome de alienación parental" (ver Díaz
Usandivaras, "El síndrome de alienación parental (SAP): una forma sutil de violencia
después de la separación o el divorcio, en revista Derecho de Familia, n° 24, pág. 127,
ed. LexisNexis; Cárdenas, El abuso de la denuncia de abuso, en L.L. 2000-E-1043)-
tiene para mí una evidente gravedad pues se ha privado a través de este medio al actor
de tener contacto con sus hijos por un largo período (más de 10 años).”
Como aquí vemos la aplicación de la concepto es clara y precisa e incluso remite
a las fuentes doctrinarias mencionadas.
En otro precedente más reciente, La sala A de la Cámara Nacional Civil con
fecha 11 de Noviembre de 2010, en autos "P., G. A. v. H., V. I. s/divorcio"484, debió
entender en el recurso de apelación interpuesto contra la sentencia de Primera Instancia
que decretó el divorcio por culpa de ambos cónyuges, sin perjuicio de otorgar una
indemnización de $20.000 a favor del ex marido en virtud de la denuncia por abuso
sexual promovida por la ex cónyuge de la cual había sido absuelto.
El fallo no contiene demasiados detalles respecto de lo acontecido pero se hace
referencia configuró una injuria el hecho de haber acusado al ex cónyuge del delito de
abuso deshonesto perpetrado contra el hijo de ambos, puesto que la denuncia no
respondió "realmente a la sospecha fundada de que su hijo se encontrara en riesgo,
sino más bien a una clara intención de herir al cónyuge impidiéndole el contacto con su
hijo a cualquier precio y bajo cualquier motivo".
Como puede apreciarse, el concepto de falsa denuncia de abuso sexual tiene
mayor aceptación dentro del ámbito de la justicia civil.
484
Cám. Nac. Civ., Sala “ A, P., G. A. c/ H. V.I.” 11/11/2010. El texto completo puede encontrarse en
http://www.asapmi.org.ar/publicaciones/jurisprudencia/articulo.asp?id=596
IX. 4.- Conclusiones.
Si bien los conceptos reseñados que configuran la construcción de la noción de
“falsa denuncia” aparecen muy presentes en las entrevistas efectuadas y en el discurso
social y jurídico en general485 no hemos encontrado gran cantidad de fallos que tomen el
concepto y lo plasmen dentro de su texto.
Llama poderosamente la atención que al compulsar los autores que refieren a la
materia, parecería a priori que existiría copiosa cantidad de resoluciones
jurisprudenciales que avalaran la cantidad de casos que desde esa postura se postula que
existen.
Nada de ello ocurre. Al efectuar la búsqueda en los tomos de jurisprudencia
respecto de decisorios jurisprudenciales referidos a falsa denuncia, calumnias o
procesos civiles en la cual se haga referencia al tema, ésta no ha arrojado resultados en
los extremos que se alega.
También nos interesó determinar en la medida de lo posible, la existencia de
jurisprudencia penal publicada en sitios oficiales que nos den una panorama de
condenas o sobreseimientos de causas penales por abuso sexual intrafamiliar.
Al no existir estadísticas oficiales hemos compulsado distintas fuentes a los fines
de obtener algunos datos concretos. De los fallos publicados en las páginas oficiales del
poder judicial de la nación: www.pjn.gov.ar y del centro de informática judicial
http://www.cij.gov.ar.
Bajo la voz “abuso sexual” se encontraron 28 fallos de la Cámara de Casación
Penal publicados desde el 29 de Abril de 2008 y hasta el 15 de Junio de 2013 en los
cuales se trató de un delito imputado a un pariente consanguíneo en línea recta o
colateral y 8 cuya imputación recayó sobre parientes afines o bien vinculados por
mantener una relación de hecho con la madre, abuela u otro pariente consanguíneo de la
víctima.
485
Este fenómeno puede verse en la cantidad de sitios de internet que tratan el tema, sin ningún tipo de referencia
científica o respaldo jurídico o bien la mención de la problemática en los medios de comunicación con afirmaciones
sin ningún tipo de respaldo. Sin perjuicio de ello, esta situación no es propia de nuestro país. En Australia también se
han preguntado el porqué de la aceptación de estas teorías que generalmente han sido rechazadas por la comunidad
científica. Así se relata que una encuesta telefónica de 2000 personas determinó que el 46% por ciento de los
encuestados estuvieron de acuerdo con la siguiente afirmación: “ Las mujeres que se encuentran inmersas en un
conflicto de tenencia de hijos generalmente inventan denuncias de violencia familiar para mejorar su caso. En el
informe se sostiene que estas percepciones populares suelen persistir aún frente a evidencia basada en hechos
concretos. (Moloney, Bruce Smyth, Ruth Weston, Nicholas Richardson, Lixia Qu and Matthew Gray Allegations of
Family Violence and Child Abuse in Family Law Children’s Proceedings: Key findings of Australian Institute of
Family Studies Research Report No. 15 http://www.aifs.gov.au/institute/pubs/fm2007/fm77/lm.pdf)
En éste último grupo, todos los fallos publicados resultan condenatorios486.
Respecto de los delitos en los que se indicó como posible autor a un pariente
consanguíneo directo encontramos: 5 sobreseimientos, 20 condenas, 2 fallos que
revocan un sobreseimiento en la instancia anterior y 1 que deniega la excarcelación del
imputado.
De los 5 sobreseimientos decretados en 2 (dos) de ellos se hizo referencia a la razón
para litigar del denunciante.
Desde el punto de vista conceptual, la definición de una falsa denuncia de abuso
sexual no tiene una regulación particular en el ordenamiento jurídico.
Como ya hemos visto no es comprendida dentro de la figura del delito de falsa
denuncia del 245 del Código Penal.
Podría configurar una calumnia o una acusación calumniosa siempre que se
cumplieran con los requisitos de cada uno de ellos.
Quizás el conflicto radica en que quienes postulan la masividad y
preponderancia de las falsas denuncias de abuso sexual entienden que esos elementos
que consideran configurativos de la figura, conforman a priori y casi sin margen de
duda un actuar doloso o bien de culpa grosera por parte del denunciante.
A ello debe agregarse que el concepto de “falsa denuncia de abuso sexual”
es definido a través de elementos no jurídicos sino más bien de la apreciación
subjetiva de hechos, o bien mediante el auxilio de otras disciplinas.
Teniendo en cuenta las dificultades que se plantean en ese aspecto no puede
omitirse lo que en la literatura comparada se ha advertido: “Cuando se toman en
consideración las investigaciones respecto de las falsas acusaciones de abuso en el
contexto de una separación, es necesario distinguir aquellas acusaciones claramente
infundadas (o falsas) de aquellas dudosas ( o sospechosas). En la categoría de
claramente infundadas es importante distinguir entre aquellos casos que son el
resultado de una fabricación consciente (mentira) ya sea para tomar venganza o
manipular el sistema legal de aquellos que son el resultado de un mal entendimiento o
mala comunicación.”487
En nuestro país la Dra. Berlinenblau ya lo había notado al decir que: “hay
alguna confusión semántica acerca de la palabra "falso" que puede ser tomada para
significar tanto mendaz, engañoso, así como erróneo o equivocado. Por ello, el número
de denuncias falsas a veces es erróneamente confundido con el número de denuncias
no sustanciadas o infundadas, algunas de estas denuncias podrán ser validadas con el
seguimiento del caso. Por lo tanto el número de falsas denuncias es probablemente
considerablemente menor que el número de casos infundados o no sustanciados.
Algunos investigadores reservan la designación de "denuncias falsas" a aquellos casos
donde hay intención deliberada y maliciosa de producir una denuncia falsa.”488
Debe destacarse que la justicia penal se ha pronunciado expresamente en la
discusión entre aquellos que sostienen que las falsas denuncias de abuso sexual son
materia frecuente y quienes afirman lo contrario, encontrando el punto de equilibrio en
la valoración de la palabra de los niños: “los operadores judiciales debemos tener sumo
cuidado en enrolarnos en cualquiera de estas dos corrientes, porque so riesgo de
sobreestimar los dichos del niño podemos desoír episodios sumamente traumáticos de
carácter abusivo que dejarán marcas de por vida en la psiquis del menor”489
Y es en virtud de los derechos de esos niños que la definición de falsa
denuncia de abuso sexual no puede efectuarse a través de elementos que tengan
como norte la simple apreciación subjetiva dejándose de lado los componentes
jurídicos que la doctrina y la jurisprudencia que la conforman y la carga de la
prueba que corresponde en dichos casos.
487
Bala Nicholas M.C., Mitnick Mindy, Trocmé Nico, and Houston Claire “Sexual Abuse Allegations and Parental
Separation: Smokescreen or Fire?” https://www.mcgill.ca/files/crcf/2007-
sexual_Abuse_Allegations_Parental_Separation.pdf. Página 4. Se ha cuestionado aquellos primeros estudios
clínicos norteamericanos de los 80 y 90´s entre otras cuestiones que emplean un clasificación binaria simple para
tratar las acusaciones ( “verdadera” o “falsa” ) no se distingue entre aquellas que son efectuadas en forma maliciosa
de aquellas que resultan infundadas ( unsubstantiated) pero efectuadas de buena fe. Varios investigadores han
mencionados, las acusaciones pueden quedar indeterminadas por varias razones, y allí radica la gran confusión en
el tema de la definición. (Lawrie Moloney, Bruce Smyth, Ruth Weston, Nicholas Richardson, Lixia Qu and
Matthew Gray “Allegations of family violence and child abuse in family law children's proceedings: a pre-reform
exploratory study” (Acusaciones de violencia familiar y abuso sexual infantil en los procesos de familia que
involucran a niños: un estudio exploratorio previo a una reforma) Instituto Australiano de Estudios de Familia
Australian Institute of Family Studies, 2007. ISBN 978 0 642 39550 4. ISSN 1447-1469 (Print); 1477-1477 (Online
http://www.aifs.gov.au/institute/pubs/resreport15/main.html). Research report ( Reporte de Investigación) No. 15,
2007.)
488
Berlinerblau Virginia ”El ´Backlash y El Abuso Sexual Infantil”. Revista SAGIJ volumen 10 N° 2 y en Revista
Querencia. Revista de Psicoanálisis. N° 7. Facultad de Psicología. Universidad de la República. Montevideo,
Uruguay cita online http://www.querencia.psico.edu.uy/revista_nro7/virginia_berlinerblau.htm.
489
Cámara Federal de Casación Penal sala IV , 9/9/2011causa Nro. 11.657 - “Morín, Gustavo Rubén s/recurso de
casación”
CAPITULO X: LAS FALSAS DENUNCIAS DESDE LA PERSPECTIVA
PSICOLOGICA
490
Gardener, R. “The Parental Alienation Syndrome”
491
La Flolie a Deux es una categoría psiquiátrica muy específica, poco frecuente y propia de los cuadros
severos de psicosis. Se la utiliza para diagnósticos de adultos. No tenemos noticia de que en la
bilbliogarfía psiquiátrica se hayan producido diagnósticos de este tipo en la infancia, en la relación
adulto-niño, hecho que debiera ser agumentado puntualmente dado que los niños se encuentran en
proceso de estrucitración psíquica a diferencia de los adultos.
492
Gardener, R. “Therapeutic Intervention for Children whit PAS” ADENNDUM 91 y 92. Véase El
pretendido Síndrome de Alienación Parental. Sonia Vaccaro y Consuelo Barea, Editorial Descleé de
brouwer. 2009. España.
493
Gardner, Richar “The parental Alienation Syndrome”. Traducción Sonia Vaccaro. Op. Cit.. Pág 48-49
Todas las recomendaciones que el autor denomina “terapéuticas” no son
acciones específicas de los profesionales de la salud, sino que son propias de la
actuación judicial. Propuesta que torna, al menos equívoco la función del especialista, o
perito que se basa en un tipo de razonamiento derivado de evidencias científicas del
campo, y no en razonamientos o intervenciones legales.
Un capítulo aparte lo compondrían las posiciones del autor acerca del abuso
sexual, posiciones alarmantes por su aceptación de la pedofilia. Entre otras puede citarse
las siguientes: Asimismo, hemos encontrado algunas referencias de los textos de
Gardner, alarmantes en cuanto a su contenido y posición sobre el abuso sexual. Entre
otras, puede citarse la que sostiene que “la sexualización de los niños puede tener
propósitos procreativos, porque un niño sexualizado puede reproducir a una edad más
temprana. Cuanto más joven la máquina de supervivencia en el momento en que
aparecen los impulsos sexuales, más largo será el lapso de capacidad creativa, y mayor
la probabilidad de que el individuo cree más máquinas de supervivencia.494 Si el padre
no sabe esto debe ser ayudado a darse cuenta de que la paidofilia ha sido considerada
la norma por la vasta mayoría de los individuos en la historia del mundo. El tiene que
darse cuenta que, en nuestra sociedad occidental especialmente asumimos una posición
muy punitiva y moralista respecto de tales iniciaciones”495
En lo que hace al padre acusado, este no será evaluado sino solo por “el
contexto” en que surge la denuncia. Y sobre la madre, tampoco se requiere evaluación,
aunque se presume el carácter maligno de la misma o se la equipara con un “gurú de
secta” cuando caracteriza el perfil de las madres alienadoras.
Junto a la noción de “síndrome de alienación parental”, existe otra noción
semejante propuesta por R. Underwager (master en teología) cercano al autor, con quien
compartió ámbitos de trabajo. Esta noción es la de “Síndrome de falsa memoria” que ha
sido utilizada para desacreditar el testimonio de mujeres adultas que recordaban abusos
sexuales en la infancia. Dicho síndrome ha sido utilizado por su mentor en un juicio
494
Gardner, R. “Verdaderas y falsas acusaciones de Abuso Sexual Infantil” 1992. p. 25 y 25. Citado en
“Backlash: una lectura desde lo jurídico” de J. P. Viar. En: Maltrato Infantil. Riesgos del compromiso
profesional. Lamberti, S. compilador. Editorial Universidad. Buenos Aires, 2006
495
Gardner, R. “Acusaciones de Abuso Sexual Infantil” 1992. p. 593. Citado en “Backlash: una lectura
desde lo jurídico” de J. P. Viar. En: Maltrato Infantil. Riesgos del compromiso profesional. Lamberti, S.
compilador. Editorial Universidad. Buenos Aires, 2006
Gardner, R. “Verdaderas y falsas acusaciones de Abuso Sexual Infantil” 1992. p. 549. Citado en
“Backlash: una lectura desde lo jurídico” de J. P. Viar.
iniciado en su contra por su propia hija, por acusación de abuso sexual. La semejanza
entre ambos se basa en que sirven a la desacreditación de los relatos por abuso sexual.
496
Cárdenas, Eduardo José “ El abuso de la denuncia de abuso” La Ley 2000-E-1043.
497
Op. Cit. Pág 1 y 2
También se ha hecho referencia a este texto por medio de la utilización de la
metáfora con que se titula el artículo “el abuso de las denuncias de abuso”. Encontramos
que muchas veces se hace una equiparación entre el “abuso” sexual y el “abuso” de las
denuncias, sosteniendo que es tan abusivo o dañino para un niño el abuso sexual como
una denuncia falsa.
Por ejemplo, se ha dicho que “denunciar falsamente a un papa y someter al niño
a todo lo q significa una investigación de un hecho como el abuso es un abuso” (Perfil
A) o bien “No decirlo es tremendo pero decirlo cuando es mentira también (6) y en el
mismo sentido ponderan la existencia de una denuncia del siguiente modo “que sea
verdadera o que sea falsa para ese chico es devastador” (Perfil A)
Otro dato notorio, relevado a partir de las entrevistas, es la fecha en que los
actores judiciales ubican como momento de incremento de las falsas denuncias de
abuso, período que se corresponde con la fecha de publicación del artículo referido
498
Refiere al artículo de la periodista Mariana Carabajal “Acciones contra expertos en violencia familiar:
Una campaña que es un abuso. Diario “Página 12”.
499
Berlinemblau. Op- Cit. Pág. 4 y 5 revista Querencia. Uruguay
500
Vaccaro, S. y Barea Payueta, C. El pretendido síndrome de alienación parental. Un instrumento que
perpetúa el maltrato y la violencia. Capítulo “Nada nuevo bajo el sol”. La experiencia Argentina Pág121 -
124 Editorial Decleé de Brouwer. España, 2009.
X. 4) La comunidad profesional ante el Síndrome
Dice una autora referente en el estudio de la temática del SAP que “los
diagnósticos basados en los criterios del “SAP” son nulos lógica y científicamente
porque no se correlacionan con ninguna patología identificable. Los síntomas del
supuesto síndrome no llevan a una causa determinada solo describen un fenómeno, y
mal. Por lo tanto y tal como concluyen diversos investigadores (Deed y Darnall)
llegaron a la conclusión de que la aplicación del SAP en casos de divorcios con
acusaciones de abuso sexual o de maltrato suelen producir resultados equivocados”502
501
"El resultado final es que no es un trastorno en un individuo", dijo el Dr. Darrel Regier, vicepresidente
del grupo de trabajo de la elaboración del manual. Nueva noticia sobre el síndrome de alienación
parental, distribuida por la Agencia Associated press. Viernes, 21 de septiembre 2012
502
Véase. El pretendido Síndrome de Alienación Parental. Vaccaro y Barea. Editorial Desclée de
Brouwer. Bilbao España, 2009. Pág.89
Respecto del síndrome y de sus alcances dice Silvia Molina que “quienes
cuestionamos el uso del SAP contra los niños y las niñas en la justicia, no debatimos el
nombre, tampoco si es un síndrome o no. A mi entender, lo más tóxico que contiene no
es que sea un invento de un médico estadounidense jamás probado ni puesto al análisis
de la comunidad científica, sino que además ideó una escala especial para su medición
nunca convalidada, y acto seguido propuso un 'tratamiento' que consiste en efectuar un
cambio de custodia inmediata y automática hacia el otro progenitor. Esto sin que el
niño o la niña tome contacto con su madre hasta luego de tres meses, cuando ella será
evaluada por un "especialista en SAP" que dirá si está en condiciones de volver a tener
contacto con sus hijos. La trampa es perfecta”503.
Sonia Vaccaro en la misma dirección que “El SAP es una construcción psico-
jurídica sin base científica. El SAP es la descripción sesgada y subjetiva de un
fenómeno que puede observarse a veces, en el ámbito judicial, interpretado bajo los
parámetros de una subjetividad ideológica”504. “El SAP es un artefacto legal del a
defensa para conseguir la defensa sin base científica505”
A lo cual podemos agregar las palabras de Andrés Montero cuando sostiene que
“el SAP no es más que una hipótesis, que de momento perdura más de veinte años en
contra de las evidencias. Esa perdurabilidad del SAP, en contra de toda evidencia,
puede responder también a otra hipótesis: que es un artefacto psico-jurídico
instrumentado por maltratadores en relaciones de violencia, para desacreditar el
rechazo justificado que sienten los niños hacia el agresor de su madre506'.
Todo esto ha llevado a considerar al síndrome como una “etiqueta” o bien como
una “caja de Pandora” en la que se reúnen indicadores y signos inespecíficos y
desarticulados entre sí, que confunde “fenómenos” observables, con lo que desde la
literatura médico-psiquiátrica se considera síndrome, figura que consiste en un conjunto
de signos que reunidos entre sí explican comportamientos predecibles, estables y por
tanto estudiables y tratables terapéuticamente.
503
Silvina Molina “SINDROME DE ALIENACION PARENTAL: ¿ y los niños y niñas?,”. | 19.7.2007.
Artemisa Noticias. www.artemisanoticias.com.ar
www.artemisanoticias.com.ar/site/notas.asp?id=7&idnota=4606
504
Vaccaro, S. Op. Cit. Pág 74
505
Vaccaro, S. Op. Cit. 83
506
Andrés Montero Gómez, presidente de la Sociedad Española de Psicología de la Violencia. Citado en
Silvia Molina. Op. Cit.
Por ello el Dr Paul Fink, ex presidente de la American Psyquiatric Association,
sostiene que al “SAP como “ciencia basura” ya que “la ciencia nos dice que la razón
más probable para que un niño rechace a un progenitor es la propia conducta de ese
progenitor. Etiquetas como el SAP sirven para desviar la atención de esas conductas”.
En un sentido similar se sostiene que “La teoría del SAP lejos de indagar los motivos
que podrían originar el rechazo de los niños, se etiqueta a todas las criaturas con un
mismo rótulo: está “alienado” y por carácter transitivo, la alienadora es la “madre507”
Pero quizá el dato más llamativo respecto del modo de circulación social del
síndrome es el hecho de que para los profesionales de la salud mental y, más
especialmente para aquellos abocados al trabajo con niños, el tema del Síndrome de
Alienación Parental no forma parte de su bagaje de información, ni siquiera cuenta
como un constructor desacreditado, sino que prima el desconocimiento de manera
notoria; sobre todo si se lo compara con la fuerte presencia que tiene el mismo en el
ámbito judicial. No es así para el caso de quienes asisten a niños que transitan por
procesos judiciales de violencia familiar o bien de abuso sexual por su vinculación con
el ámbito judicial.
507
Vaccaro Sonia. Op. Cit
508
Proyecto n° de expediente 2953-D-2013 ((09/05/2013), de las diputadas GONZALEZ, GLADYS
ESTHER - SCHMIDT LIERMANN, CORNELIA. El proyecto tienen dictamen de la comisión y llevo la
firma de todos los diputados.
procedencia o fuerza como categoría psicológica o psiquiátrica, sino por su peso
ideológico y/o subjetivo.
509
Vaccaro, Sonia. Pág 31. op. Cit.
adueñarse”510. Podemos afirmar desde aquí que la sobreviencia de los enunciados del
SAP en el discurso y prácticas judiciales puede entenderse como una figura del discurso
por medio de la cual se lucha disputando la hegemonía del discurso sobre el tema.
Hegemonía que a su vez mantienen en pie una serie creencias y valores sobre la familia,
la sexualidad y los géneros.
Los estudios en materia de abuso sexual, coinciden en señalar que hay dos zonas
de complejo tratamiento del problema del abuso sexual familiar: a) La credibilidad en la
palabra del niño; y b) La culpabilización/estigmatización de las madres (no abusadoras).
Vemos que el SAP es un constructo ideológico tendiente a unir en un mismo esquema
ambas dimensiones del tratamiento del problema transformando por medio del discurso
a las madres en alienadoras y a los niños en sujetos inducidos, sin discurso propio.
X. 6 CONCLUSIONES
A lo largo de la investigación nos preguntarnos por qué y cómo aparece un
autor, Richard Gardner, y una figura, el Síndrome de Alienación Parental.
Para estudiar este fenómeno, nos auxilian las palabras de Sergio Albano
referidas a la obra de Michel Foucault. Dicho autor sostiene que “un autor será leído
según el régimen específico de transmisión, circulación y recepción del texto
producido, según el régimen de proposiciones y enunciados a los que se vincula511”
510
Foucault, M. El orden del discurso. pág. 15
511
Albano, Sergio. Michel Foucault. Glosario de Aplicaciones. Editorial Quadrata. Buenos Aires, 2005.
En función de ello nos preguntamos ¿cuál es el régimen específico de
transmisión, circulación y recepción de los textos vinculados al SAP?. O bien ¿cuáles
son las proposiciones y enunciados a los que se vincula?
Como ya fue señalado, lo que articula el tema del SAP con el problema de la
infancia en riesgo no es su vinculación científica. Por tanto, pensamos que la figura del
SAP no crea un régimen de enunciados nuevos sino que, más bien, formaliza
enunciados que antes circulaban informalmente. Es la preexistencia de este régimen de
enunciados el que produce que las falsas denuncias y el pretendido síndrome alcancen la
difusión y circulación que conocemos. Si estos enunciados antes formaban parte de
núcleo de creencias informales, del soporte ideológico y de la posición de enunciación
desde la cual se pensaban y trataban los problemas del incesto en determinados sectores
del ámbito judicial, vemos que ahora este nucleo de creencias encuentra en estas figuras
-técnicas en un caso y o seudo-científicas en otro- un soporte para formalizarse.
Estas creencias son: que las mujeres/madres no son confiables (pueden
engañar, mentir o inducir a los niños; o ser cómplices de los abusos); y que los niños
son dudosos en su capacidad de portar un discurso propio (influenciables, incapaces de
expresarse, frágiles en su capacidad de recordar y ser interrogados, etc.). Estas
creencias, importa remarcar, operan como juicios, o prejuicios, previos al encuentro con
el caso y no como conclusiones de tal o cual caso.
CAPITULO XI: EL ACTOR DE LAS FALSAS DENUNCIAS: LAS MADRES
512
SILVIA CHEJTER La voz tutelada: violación y voyeurismo. Editorial Nordan, Comunidad.
Montevideo, 1990.pág.110.
513
Ganduglia, A. sostiene que “considero a las madres de los niños/as sexualmente abusados como
víctimas primarias de la violencia sexual. Situación agravada porque:… “la limitada credibilidad de las
mujeres y los niños como testigos, especialmente cuando informaban sobre asaltos sexuales perpetrados
por hombres respetables y poderosos, tiene una larga historia en todo el mundo” (Bell & Offen, 1983;
Olafson et al., 1993).
Así lo expresa un juez de familia, reconocido por su actitud protectora y
garantista hacia los niños: “Aquellas denuncias que aparecen desde los equipos de
salud o desde la escuela, estas son ciertas. Las que aparecen por el lado del progenitor
que tiene al chico a cargo son las que hay que mirar con lupa porque, te vuelvo a
repetir, está esta estrategia nueva de la falsa denuncia”.
En el mismo sentido, se expresa orto funcionario judicial que ejerce en un
organismo oficial destinado a tratar temas de delitos sexuales: “Pensá que en el marco
del abuso sexual infantil con lo único que contás es con la declaración de un menor y
verdaderamente es un elemento muy solitario, muy solitario… No quiere decir que no
sirva para fundamentar una condena, pero muchas veces está rodeado por ciertos
cuadros de la situación familiar y muchas veces las situaciones familiares generan un
margen de duda que impide determinarlo”.Luego de lo cual introduce la hipótesis base
que vemos repetirse en gran parte de los entrevistados: “imaginemos que el chico vive
con su mamá y ve en el marco de un régimen de visitas a su padre y se denuncia que
hubo algún tipo de tocamiento. Imaginemos que la declaración del menor no sea
contundente y uno ve los motivos que puede tener la madre para limitar o anular el
régimen de visitas. Esto entonces contribuye para que esta única prueba que es el
testimonio del chico sea tomada con pinzas”
El “mirar con lupa” ciertas denuncias como lo señalaba el juez, o bien “tomar
con pinzas” el discurso de un niño como lo define el otro funcionario, son algunas de las
expresiones que muestran la antelación de “sospecha culpable” que existe en una parte
importante del discurso judicial ante los casos de denuncias de incesto. Sospecha que no
es una actitud de “no juicio”, de posición investigativa, sino de una anticipada falta de
credibilidad y de juicio adverso.
Otros jueces lo expresan del siguiente modo “En general son las mujeres las que
hacen las denuncias, hay todo un sentido de propiedad de las mujeres, de ´los hijos son
nuestros´. Hay veces que no saben como cortar de manera sana con el padre, y no
incluir el conflicto matrimonial en la coparentalidad.” (perfil A) “Muchas veces hay
intervenciones de las abuelas “el nene me dijo mientras veia TV….” y empieza a
hacerse como un….no quiero decir que sea un invento siempre, hay veces que no lo es”
. O bien ““por ejemplo se inicia un divorcio controvertido y supongamos hay 1
desengaño amoroso del sr. c/otra mujer, además intereses económicos importantes y 1
ó 2 hijos y x ej vamos a pensar la señora quiere verlo destruido al Sr. a cualquier
precio y entonces introduce algo del orden del abuso” (perfil A)
Asimismo “las falsas denuncias en general son de las madres que quieren
impedir que el padre vea a sus hijos. Generalmente es como un patrón. Estos casos se
suscitan cuando hay una ruptura conflictiva en la pareja, es una reacción: “bueno,
entonces no ves a los chicos” y empiezan a buscar y por último sale la denuncia de
abuso y después desgraciadamente tenemos q interrumpir esas visitas x la denuncia”
(perfil A)
514
Véase el “Protocolo de buenas practicas para la investigación de delitos contra la integridad sexual que
afecten a de niños, niñas y adolescentes”. Procuración General de la nación, año 2012. Anexo, pto A.
“Primer contacto del niño/a o adolescente o persona con deficiencia o padecimiento mental con la
autoridad judicial, policial u otra” .Pág.1.
Una madre de tres chicos incestuados durante años por su padre, se refiere al
juicio que concluyó con una sentencia de nueve años para el padre. “En el juicio en vez
de sentirme cuidada, me sentí todo el tiempo acusada. Los ojos de los jueces estaban
tanto en el papá de los chicos, como en mí. Uno de los fiscales le dijo a mi abogada una
vez que terminó el juicio “díganle a la señora que no pida por más años de cárcel para
el padre porque ella también tendría que estar sentada acá por encubridora”. “Yo no
me di cuenta pero cada vez que hablaba con un psicólogo o cada pericia que me hacían
durante el juicio me estaban juzgando también a mí..
Una madre de una niña incestuada (con informe clínico y de cuerpo médico
forense que corrobora el incesto) nos dice luego de que se ha tomado la medida judicial
de desvinculación definitiva con el padre: “A mi me está citando un juez para ver si
puedo tener una audiencia conciliatoria con el padre!! …. Si a mí me cita a una
conciliatoria es porque en algún punto está dando lugar a que esto puede tener que ver
con algo personal entre él y yo, una vendetta de parte mía, que yo manijié a la nena
para joderle la vida a él, que es lo que él argumenta (el padre). Y un juez que me cita a
una conciliatoria le está dando espacio a ese argumento. Se está olvidando del informe
del cuerpo médico forense de la nena515 y está escuchando a un tipo que dice “no, esta
516
es una hija de puta que está inventando esto para joderme la vida” .
515
El informe corrobora la presencia de indicadores y relato preciso de abuso sexual
516
El juez que lleva la cusa dice en una entrevista “Yo no se si hubo realmente o no abuso en ese caso, si
me acuerdo que rondaba el tema del abuso.”
517
Teubal, Ruth Artículo: La experiencia de las madres protectoras frente al abuso sexual intrafamiliar de
sus hijos. Pág. 9 Publicado en Psicología y Sociedad- XII Congreso Metropolitano de Psicología.Edit:
El conjunto de las apreciaciones referidas, permite corroborar que la actitud de
sospecha que encontramos en el discurso de los magistrados, tiene su efecto en las
propias madres que atravesaron por instancias judiciales. Actitud de sospecha que puede
adoptar dos formas: sospecha de estar induciendo al niño a falsear lo ocurrido, o bien
sospecha de la complicidad con el incesto.
Uno de los especialistas más destacados en el tema y provenientes del campo judicial
(juez penal durante más de una década y creador de la ley 25.852 conocida como “ley
Rozanski”) sostiene que “la presión a que se ve sometida la madre conduce a fuertes
retracciones. Esta presión y sus nefastas consecuencias, son quizá uno de los desafíos
más grandes durante la etapa de instrucción y, en su momento del juicio”520
Ruth Teubal señala a su vez que “las investigaciones muestran que la protección
y el apoyo del niño por parte de la figura parental no abusadora (mayormente, la madre)
es un determinante mayor en cuanto a los efectos de recuperación positiva de los
hijos/as. (Hooper 1992;Plummer 2006; Faller2007:K.C.; Deblinger y Heflin1996).”. Por
ello merece resaltarse que las actitudes negativas y estigmatizantes de la justicia hacia
las madres, además de un daño a ellas, suponen a su vez una desprotección hacia el niño
por debilitar o dañar a la figura de sostén. Siendo que a su vez el sostén en estos casos
es una función sumamente perentoria en niños traumatizados producto de los abusos
incestuos.
520
Rozanski. Abuso Sexual Infantil. ¿Denunciar o silenciar? Editorial Carolina Di Bella. Buenos Aires,
2003 Pág.199
interpretación sobre lo verdadero o no del hecho incestuoso (es decir su ocurrencia real
o falseada), y no -como los estudios sobre la materia indican-, la evaluación focalizada
del niño.
Hemos observado como patrón general, situación que se torna más evidente en
la lectura detenida de los expedientes, que los jueces de familia identificados en el perfil
A, brindan una escasa o bien nula atención a: 1) el relato que el niño ha hecho (a un
familiar, a un terapeuta, maestro, perito o a varios de ellos); 2) los datos particulares que
este relato arroja (si es vago o si es preciso, etc.; 3) los datos extra-discursivos de alto
valor clínico (negativa o evitación del tema, retracciones; etc.); 4) el estado emocional
geral del niño (síntomas o no que presenta, conducta, trastornos etc.); 5) qué informa
quien dirige un tratamiento terapéutico (en caso de que lo hubiera) y si existen o no más
datos producidos luego de las evaluaciones forenses en ese ámbito.
521
Alicia Ganduglia en “Dilema para psicoanalistas: las consultas por abuso sexual de niños en las
instituciones de salud”.Violencia Familiar y Abuso Sexual. Capítulo XV. Compiladores: Lamberti-
Sánchez – Viar. 4ta. Edición. Año 2008. Editorial Universidad
la ambivalencia y la retracción son hechos típicos en los niños abusados y muy
especialmente en los incestuados. Mencionamos estos elementos porque observamos
que los mismos muchas veces son tomados en cuenta por los jueces y también por
algunos peritos como indicadores que corroboran la idea de las “falsas denuncias” y,
particularmente, de la “inducción” que han sufrido los niños por parte de las madres;
como si la ambivalencia o la retracción fueran un segundo tiempo que indica el relato
verdadero del niño. La ambivalencia muestra, como el término lo indica, la presencia de
dos afectos en el niño (tendencia universal de los afectos, y más aún de los afectos en el
seno familiar), mientras que la retracción es señalada como una forma de reacción
típicamente observable y constituye una etapa esperable en los procesos de
develamiento de situaciones abusivas.
522
Solo por poner un ejemplo, entre muchos otros de madres que han podido creer a sus hijos, dice una de
ellas: Cuando empiezo a tomar contacto con alguien que esta del otro lado que sabe de lo que me está
hablando y que me dice que pasó, qué es así; era como un balde de agua fría. Yo en ese momento no
razonaba. Yo recibía información y no procesaba. Me decían “quedate parada y me quedaba parada,
me decían sentante y yo me sentaba”. Yo no se ni cómo me moví en ese momento porque el shock es tan
fuerte, es tan fuerte, es un golpe tan duro!!!! que uno piensa que no puede salir nunca más de eso. Bueno,
después de alguna manera te empezas reconstruir .
Otra madre de una nena con un incesto comprobado judicialmente y con un matrimonio de 11 años dice:
“fui con mi mamá a hacer la denuncia, me deje llevar a hacer lo que sabía que tenía que hacer. No lo
sentía pero sabía que lo tenía que hacer. Para firmar esa denuncia creo que estuve como 4 horas en la
comisaría. Después me agarró el miedo, toda la familia de él vino a decirme…, más que todo la hermana
se sentía muy culpable porque si no era por ella yo no me enteraba de nada, ella decía “yo lo que quería
era salvar a la nena pero no hundir a mi hermano, ahora por mi culpa…” y yo le decía, “por tu culpa no
porque la que denuncié fui yo”, Hoy por hoy está loca, en un loquero. A mi me asustaba mucho la idea
de que vaya preso, de que lo violen, se contagie de sida, mil cosas. La cárcel era como un ogro. Hice la
denuncia ese mismo día, en ese momento sin pensar en nada y después pensaba en las consecuencias y
me daba miedo y quería volver atrás… hice la denuncia y cuando vuelvo a mi casa, a la de mi mamá,
viene toda la familia de él y me terminan de convencer por el miedo de lo que le podía pasar a él y vuelvo
a la comisaria para sacar la denuncia y el comisario me dice que no, que la denuncia no podía ir para
atrás y entonces quedó.
XII: EL OBJETO DE LAS FALSAS DENUNCIAS: EL NIÑO
Importa remarcar cómo la sospecha inicial hacia la madre, impacta a su vez
en la orientación y mirada hacia el niño. Bien porque no se centra la atención en él,
bien porque se sospecha que su discurso está inducido. El niño queda desdibujado
como sujeto central a escuchar, comprender y proteger.
Dice uno de los jueces entrevistados “muchas veces esos dibujos son
inducidos por la madre o el padre que quieren obtener una resolución final. O
cuentos o relatos, o todas esas cosas. Nunca es un certificado de garantía lo que dice
el chico porque puede estar inducido” o bien “para mi esta psicóloga está
mintiendo,¿ no habrá hecho ella los dibujos?” “Yo con este caso tengo dudas,
porque la nena está tan mal que no se si es verdad lo que dice. Lo que si es seguro es
que la madre está re loca” (testimonio de una secretaria ante un caso severo de
incesto que lleva cuatro años en el juzgado y que cuenta con cuatro informes clínicos
que corroboran el abuso en base al relato, síntomas de la niña que continúa viendo a
su padre. El caso fue cerrado en la justicia penal).
Estas expresiones, cabe destacar, tienen la virtud de ser explícitas y abiertas a
diferencia de otras que son más subrepticias y donde la no credibilidad en la palabra
del niño opera como núcleo ciego sin textos enunciados formales. Ambas, sin
embargo, carecen de elementos de juicio sobre la psicología evolutiva, la infancia y
los efectos traumáticos a pesar de lo cual inciden de manera decisoria en el curso de
las causas.
Un alto funcionario judicial que se desempeña en el ámbito de la CABA en una
unidad especializada en la investigación de delitos sexuales, dice sobre el testimonio de
los niños “No se puede decir que los chicos mienten, o que los chicos no mienten sobre
estas cosas. (se refiere a los abusos incestuoso). Uno no puede entender cómo un chico
podría mentir sobre algo que no puede saber si no lo vivió. Pero esto queda reservado
a la apreciación del perito que lo tiene enfrente y evalúa si miente o no”.
Y dice uno de los jueces entrevistados que ““nunca es un certificado de garantía
lo q dice el chico x q el chico puede estar inducido”
Nuevamente surge en primera instancia la pregunta acerca de si el niño miente o
no miente; y la caracterización de la función de los peritos en torno a este
desciframiento. La función de los mismos no es la de descifrar si el niño “miente o no
miente”, sino indagar si su relato, su estado emocional y los síntomas que presentan son
compatibles con vivencias de abuso sexual; y, la vez evaluar, cómo se encuentra ese
niño, cómo es su entorno vincular, etc.
La palabra del niño “sospechada”, es la que prima en muchos de los casos donde
surge una denuncia de abuso incestuoso
Partiendo de esta antelación de sospecha, existen otras tensiones y exigencias a
las que debe enfrentarse un niño al momento de producir una declaración testimonial o
ser evaluado. Nos referimos a qué se espera de su discurso y que dispositivos jurídicos
están construidos para su escucha. No solo las pericias (sus modos y sus tiempos), sino
también la forma en que son tomadas por los jueces; es decir las condiciones de
enunciabilidad del discurso pericial. ¿Qué es lo que se espera y en última instancia qué
se le pide a un niño para ser escuchado?
Hay una exigencia que recae sobre los niños que consiste en esperar que estos
relaten de modo sostenido y coherente una situación que los adultos mismos –no siendo
objeto directo del hecho incestuoso- no están en condiciones de sostener por medio del
discurso, hecho que se constata en la dificultad de los adultos por ejemplo para relatar
los episodios de abuso sexual. Todos los fenómenos que van desde el hecho más simple
de “no poder creer” -como repertorio estándar de cualquier sujeto que se enfrenta ante
el relato de un hecho de incesto-, pasando por los fenómenos de tabú, silenciamiento y
negación; hasta aquellos vinculados a las reacciones adversas como lo son el backlash
en lo que hace al incesto; muestran la existencia de procesos sociales (tensiones y
contra-reacciones) que caracterizan y modelan la relación de los sujetos adultos con el
tema del incesto.
Lo llamativo, es que para el caso de los niños que han sido víctimas de incesto
recaiga el peso, no solo de la develación de un hecho, sino además el requerimiento de
un modo de vincularse con ello que, en términos sociales, no está disponible para los
adultos. Hay que tener en cuenta que el niño o adolescente que tiene que develar una
situación, usualmente también está atravesado por amenazas directas proferidas por el
abusador (que a veces continúan y/o se acrecientan en los períodos de evaluación
judicial: bien porque se mantiene el vínculo, bien porque se incrementan o despiertan
inra-psíquicamente) y también amazas simbólicas y reales por los efectos familiares que
producirá su relato y por las consecuencias que esté tendrá sobre el agresor. Además de
lo cual, estos niños está altamente afectados, traumatizados por lo vivido.
Si bien son comprensibles los requerimientos jurídicos para la producción de
“prueba”, no lo es la caracterización implícita de la infancia para el caso del incesto.
Esta caraterización desconoce las particularidades de los niños en esta situación, a la vez
que los destituye de la condición común de la infancia ofreciéndoles un trato diferencial.
Y esto se explica porque dicha exigencia no recae de igual modo para otros niños que
tienen que testimoniar en la justicia.
Quisiéramos cerrar este capítulo con las palabras de la psicóloga Alicia
Ghanduglia cunado dice que “En este sentido se expresa la Psicóloga Alicia
Ganduglia al decir que “Cuando parecía que las fantasías y mentiras infantiles como
explicación de los abusos sexuales, habían quedado atrás, junto con la
descalificación revictimizante de la seducción y el ánimo vengativo de la victima,
ahora la supuesta alienación de la palabra del niño por parte de una madre
maliciosa viene a restaurar mitos de segunda y tercera generación.(texto tehuelche). –
Por ello la “la problemática del Abuso Sexual Infantil en nuestro país, revela la
"vulnerabilidad psico-social" de la categoría "niño" a nivel de la sociedad en general,
así como la "selectividad" con la que las instituciones de salud se orientan hacia la
"mujer", construyendo "estereotipos" de ambos523.
523
Alicia Ganduglia en “Dilema para psicoanalistas: las consultas por abuso sexual de niños en las
instituciones de salud”.Violencia Familiar y Abuso Sexual. Capítulo XV. Compiladores: Lamberti-
Sánchez – Viar. 4ta. Edición. Año 2008. Editorial Universidad
CUARTA PARTE
LECTURA DE LOS EXPEDIENTES Y LA ESTRUCTURA DE LAS
LLAMADAS FALSAS DENUNCIAS
Los expedientes relevados por esta investigación guardan, al igual que las
entrevistas, el valor de fuentes primarias y serán analizados desde el enfoque cualitativo.
Hemos tomado 9 expedientes que tuvieron trámite judicial en los juzgados en los que
realizamos entrevistas.
Como fue mencionado en el apartado metodológico hemos tomado también
como referencia para el análisis el conjunto de casos relatados espontáneamente por los
entrevistados en el marco de las entrevistas. Estos no fueron estandarizados por ser
relatos más de tipo informal, con datos imprecisos o incompletos para la inclusión en la
grilla destinada a los expedientes. Sin embargo, fueron tomados como marco referencial
más amplio y como fuentes de contraste respecto de lo observado en los expedientes.
Tal como ya lo hemos hecho antes, descartamos toda pretención de un enfoque
representativo en términos de muestra probabilística para este apartado.
Al respecto dice la Dra Kathleen C. Faller, que “parecen existir una variedad
de relaciones entre la acusación de abuso sexual y el divorcio (…) por lo menos existen
4 circunstancias posibles que pueden terminar en una acusación de abuso sexual
mientras se disuelve un matrimonio o después de su disolución: 1) la madre descubre el
abuso sexual y decide divorciarse del padre ofensor, 2)existe un abuso sexual de larga
data que solo se revela en el contexto del divorcio, 3)existe un abuso sexual que ha sido
precipitado por la disolución matrimonial, y 4) la acusación es falsa525.
La misma autora pone en cuestión la creencia de que el marco de divorcios
conflictivos sea la oportunidad o produzca escalada de falsas denuncias de abuso. Para
ello releva una variedad de investigaciones, entre las cuales se destaca “en términos de
tamaño y fuente de la muestra el estudio más completo metodológicamente llevado a
cabo por la Association of family and Conciliation Courts Research Unit (Yheonnes,
Pearson, y Tjeden, 1990). Los investigadores examinarlo 9.000 casos en los que había
un divorcio y disputa por la tenencia. Los casos provenían de 12 Estados diferentes. De
524
Esto puede observarse en parte de los expedientes estudiados donde los peritajes forenses no descartan
la existencia posible de un incesto. A ello se refieren algunos jueces cuando expresan lo conflictivo que
resultan evaluaciones de este tipo, las que en la jerga llaman los peritajes “ni”. Así lo expresa un juez
entrevistado “un estudio de abuso sexual lleva mucho tiempo y siempre queda flotando la duda. Yo creo
que tampoco hay una definición categórica. A veces sí la hay, ya sea por no, o por sí. Pero nosotros
recibimos evaluaciones y nunca son categóricos en un 80% son de este tipo. Y ¿por qué? Porque los
profesionales tienen miedo al juicio de mala praxis profesional.”. Una preocupación semejante expresaba
la jueza de familia Dra. Adriana Carminati en una conferencia sobre el tema de los falsos alegatos, al
referirse a la dificultad de los jueces ante los peritajes que no permiten afirmar ni descartar los incestos.
Véase Dra. Adriana Carminati. Jueza de Familia. Exposición personal. Mesa de debate “Falso Alegato de
Abuso Sexual”. 6 de abril 2011. Organizado por ASAPMI. Biblioteca Nacional. Buenos Aires
525
. Kathleen C. Faller pág 112, Capítulo 2 “Acusaciones de abuso sexual en divorcios” Pág. 74 en
Abuso sexual en la infancia tomo 3. Editorial Lumen Humanitas. Buenos Aires, 2008.
estos 9.000 casos estudiados, solamente el 1,9% (169 casos) incluyó acusaciones de
abuso sexual”526
Por último, el hecho de que los jueces centren su atención en los casos de
divorcio, supone la exclusión de todo otro gran conjunto de casos donde los incestos
ocurren al interior de parejas constituidas. De hecho, muchos de los incestos que luego
526
Kathleen C. Faller pág 112, Capítulo 2 “Acusaciones de abuso sexual en divorcios”. Pág. 62 y 63 en
Abuso sexual en la infancia tomo 3. Editorial Lumen Humanitas. Buenos Aires, 2008.
527
Véase. El pretendido Síndrome de Alienación Parental. Vaccaro y Barea. Editorial Desclée de
Brouwer. Bilbao España, 2009. Pág.46
producen entre otros de sus efectos el divorcio de los padres, cuentan con una historia
de convivencias de prolongada duración.
528
Entre otras: visión del cuerpo de un familiar adulto desnudo, interacciones de la crianza que
comprometen el cuerpo sexuado como ser vestir, bañar, secar, etc. y que no se realizan adecuadamente,
compartir el dormir o bañarse con los niños, situación que muchas familias realizan y a veces aparecen
incuídas en creencias sobre la libertad como ocurre en algunos sectores sociales medios; interacciones
violentas y de maltrato que pueden comprometer al cuerpo sin ser necesariamente sexual.
CAPITULO XIII Problemas de clasificación: las falsas denuncias y las denuncias
infundadas
529
Berlinemblau, V. Backlash y Abuso Sexual Infantil. Capítulo “Algunas imprecisiones sobre la
denominación de “falsas denuncias”. Revista Querencia Pág. 12
530
Kathleen C. Faller Capítulo 2 “Acusaciones de abuso sexual en divorcios” Pág. 64 en Abuso sexual en
la infancia tomo 3. Editorial Lumen Humanitas. Buenos Aires, 2008. .
Entendemos que es de gran utilidad para nuestro estudio su inclusión, pues
inaugura una valiosa vía interpretativa. Del conjunto de denominaciones propuestas
para este nuevo tipo clasificatorio escogimos la de “denuncias no probadas”, por ser la
más representativa del conjunto de casos que suelen englobarse en este tipo
clasificatorio, a la vez que porque despeja dudas sobre otros términos más imprecisos o
confusos para el campo judicial, como ser la denominación de denuncias
“insustanciadas”.
Al momento de indagar sobre la distribución estadística de casos según las
categorías, según una investigación realizada por Dra. Virgina Berlinemblau (psiquiatra
del cuerpo médico forense, basada en una muestra de 315 casos de abuso sexual
evaluados entre los años 1994 y 2000), la siguiente distribución:
531
Berlinemblau, Op. citada
realizada a sabiendas de que era falsa, discriminándola explícitamente de lo que aquí se
describe como “denuncias infundadas o no probadas”.
De la lectura de los expedientes y los casos relatados por los magistrados en esta
investigación, como de la experiencia clínica acumulada por los especialistas en abuso
sexual infantil, se deduce que los casos que podrían incluirse en la categoría de “casos
no probados” son heterogéneos entre sí. Se trata de casos donde:
532
V. Berlinemblau Op. Cit pág ..
- finalmente se corrobora que no existió abuso pero que generaron una sospecha
válida a partir de ciertos elementos indicativos
- efectivamente ocurrió abuso sexual y con el correr del tiempo suman elementos
de prueba para confirmarlo.
- casos de falsas denuncias
533
Berlinerblau, V. Op. Cit
Si se tratara finalmente de una percepción errónea, entendemos que su
caracterización como falsa denuncia sería problemática en la medida que “falso” es
interpretado por el discurso judicial estudiado aquí, siempre como un acto de mala fe.
Por todo ello, entendemos que la noción de “falsa denuncia” continúa siendo es
en si misma (aún de incluir la categorización propuesta aquí más precisa y amplia), una
categoría problemática, pues está sustentada y asociada directamente a aspectos
subjetivos y morales de quien la interpreta y no, como pareciera inicialmente o se
pretende, en la figuras jurídicas ó jurisprudenciales, como tampoco en categorías
psicológicas.
XIII. 2) Conclusiones
La posibilidad de contar con un arco más preciso de variables para la
clasificación de las denuncias, permite definir con claridad el tipo de casos a los que se
refieren los discursos judiciales, a la vez que identificar el peso de la variable
“subjetiva” presente al momento de clasificar.
Definir como “falsa” una denuncia, en los casos que no hay argumentos válidos
para esta afirmación, supone una atribución de sentido de alto peso. Y este alto peso
valorativo tiene consecuencias serias en la tramitación de las causas y en la vida de los
niños.
Como ya señalamos, los discursos relevados por esta investigación sobre las
falsas denuncias, no se caracterizaban por una actitud de duda o de tipo investigativa,
más correlativa a la noción de “no fundadas” que a la de falsas denuncias. De hecho, se
ha explicitado que no se referían a estos casos. Por el contrario, la seguridad
evidenciada al momento de interponer la noción de “falso” nos permiten afirmar que en
ella hay de manera encriptada, una valoración sobre la ocurrencia de los abusos sexuales
en la infancia. Esencialmente, una valoración por la cual se descree de la ocurrencia del
abuso, se estigmatiza a las madres denunciantes y se desprotege a los niños al no centrar
la investigación judicial en su protección. Todo ello lleva a pensar en la pregnancia que
aún tiene una vieja noción de “familia” con su carga moral valorativa por la cual se
prioriza su “unión” a secas, como valor esencial, en detrimento de la consolidación de
otras nociones de “familia” tendientes al fortalecimiento de los vínculos de cuidado,
respeto y sostén.
Dadas las características que adopta el abuso sexual, en cuanto a la prevalencia
de género masculino entre los abusadores, en esta vieja noción de “familia” guarda un
atravesamiento de las lógicas patriarcales por las cuales los hombres siguen siendo
amparados de sus violencias en detrimento de la figura femenina.
CONCLUSIONES FINALES
“La afirmación de una epidemia de falsas denuncias en situaciones de divorcios o conflictos
con la tenencia o de visitas, parece ser la etapa en que las denuncias por sospecha de abuso
incestuoso han quedado “normalizadas” bajo un control social menos duro que el del sistema
penal transformándose en expedientes de visitas o tenencia en los juzgados de familia, con lo
cual el tipo de abordaje del tema termina confirmando de manera autocumplida el prejuicio
del que partió: que se trata en el abuso incestuoso de un problema familiar más que de un
delito producido por la violencia de género”534
Analizar el problema de las “falsas denuncias” desde una perspectiva que, como
la nuestra, no consideraba que se trate de tal problema en la mayor parte de los casos
englobados, resultó una tarea compleja y supuso adentrarse en la lógica de los propios
actores para desentrañar el proceso interpretativo que lleva a la construcción y
exaltación de esta categoría. Un trabajo similar supuso la deconstrucción de la noción de
Síndrome de Alienación Parental como uno de los argumentos o focos interpretativos de
base que componen el problema de las falsas denuncias.
Este informe de investigación ha ido demostrado en los apartados anteriores con
el rigor suficiente, una serie de razones para echan por tierra la validez de esta figura en
tanto práctica ocurrente a gran escala en los tribunales de familia porteños. Asimismo,
se ha puesto de relieve el peso subjetivo e ideológico que atraviesa a esta figura en
cuanto a la mirada de la infancia, la familia y los géneros.
Sin embargo, merece explicitarse que todo el trabajo realizado, engorroso y a
veces excesivamente pormenorizado, no se explica en un afán meramente
“demostrativo” o “cientificista”, sino que se basa en la necesidad de producir
conocimiento socialmente válido que contrarreste lo que entendemos es el efecto más
perjudicial que tiene la divulgación y presencia de la figura de las falsas denuncias en el
discurso judicial: su poder de crear realidad.
Con ello queremos decir que el enunciado de las falsas denuncias, ha sido
central para esta investigación porque guarda una fuerza que, algunos autores estudiosos
del discurso, denominan “preformativa”. A pesar de que esta investigación no está
534
Ganduglia, A. H. La respuesta institucional a las madres en el abuso sexual incestuoso (en prensa) Pág
12
sustentada en el marco teórico referido al Análisis del Discurso, tomamos la noción de
enunciados preformativos pues contribuye a dar claridad al análisis del problema.
Entendemos que las falsas denuncias pueden pensarse como un enunciado
perfomativo, que como tal, construye la realidad que enuncia. Dice Mora Costa y
Rafael Gagliano que “los juicios preformativos tienen la propiedad no de informar, sino
de hacer actuar535”. Cuando un juez, secretario o cualquier funcionario judicial se
expresa altamente preocupado por las “falsas denuncias” o refiere que han “crecido
como hongos después de la lluvia” o las llama “epidemia”, o bien, produce enunciados
referidos a su preocupación por las madres que “alienan” o los chicos “alienados” o
“inducidos,” etc., no solo habla de su propia percepción sobre las cosas, sino que por
medio de esos enunciados actúa creando sentidos en la realidad que interpreta. Hace
existir en el discurso a las madres alienadoras, a los niños alienados y a las falsas
denuncias como mal endémico y peligroso que acecha al problema del abuso sexual
infantil. Los hace existir porque cuando se escucha a un niño, o se lee un informe
psicológico o psiquiátrico se lo escucha como un relato o un informe de un posible niño
alienado y no de un niño a secas. O bien, cuando se recibe una madre ó se lee un
expediente, se lo hace bajo la sospecha de entrada de que puede ser una madre
maliciosa, engañadora, etc. y no, en principio, que es la madre del niño a secas. Del
mismo modo, cuando se elude hablar de los padres abusivos, violentos, o bien, no se
espera que esta sea la posibilidad primera en una denuncia de abuso, se desdibuja de la
realidad a ese padre, como padre sospechado de abuso. Junto a ello, e inequívocamente
unido a lo anterior, está el hecho de lo que los jueces deciden respecto de la regulación
de los vínculos y de la protección de los niños. Deciden sobre la vida de los niños y de
las madres.
Por ello, los discursos judiciales no fueron investigados aquí, solamente como
meros enunciados sino, como decíamos, como la producción de discurso proveniente de
uno de los poderes con mayor capacidad de determinación para la vida de un niño que
transita por la justicia en calidad de objeto de un abuso incestuoso. Es lo que los jueces
hacen respecto de la administración de justicia lo que nos interesa, lo que producen en la
vida de los niños como consecuencia.
Por tanto, en esta investigación no se trató solamente de desandar las
interpretaciones judiciales, ni de contrastar empíricamente el carácter falaz de alguna de
535
Cap 2. Las infancias de la minoridad. En Tutelados y asistidos. Silvia Duchatzky (coompiladora).
Editorial Paidós. 2000, Buenos Aires. 12 reeimpresión.. Pág 113
ellas, sino que, se trató de poner de relieve el peso de los enunciados y actos para ver lo
que con ellos “se hace”.
Respecto de lo que se hace con palabras, retomamos los postulados del lingüista
Jhon L. Austin536, García Negroni y Torresillas Colado en el libro La enunciación de la
lengua537 discriminan tres sentidos en los que decir algo es hacer algo:
- El acto locucionario: es el acto de decir algo (una oración con cierto
significado). Para nuestro estudio sería la preponderancia del significado de
“falso” para las denuncias por abuso,
- El acto ilocucionario: es el acto que efectuamos al decir algo (una promesa, una
orden, una afirmación). Para nuestro estudio podría ser las sentencias judiciales
realtivas a la regulación del vínculo paterno-filial, y
- El acto prelocucionario: es el acto que provocamos por el hecho de decir algo
(son los efectos producidos por nuestras palabras sobre nuestros interlocutores,
efectos que pueden ser deseados o no: convencer, persuadir, inducir a error,
etc.). para estudio podría ser el acto de instaurar a las madres como sospechosas
de alienar y a los niños como sujetos alienados
Estas tres dimensiones del acto, están entrelazadas y se realizan simultáneamente.
536
J. L. Austin 1955 Como hacer cosas con palabras. Traducción castellana Editorial Paidós. Barcelona
1982
537
M. M. García Negroni y M. Torresillas Colado. La enunciación de la lengua: de la deixis a la
polifonía. Ediciones Gredos. Madrid, 2001.
para nuestro caso por medio del trato diferencial que reciben las madres que denuncian
y los niños se sospecha son incestuados.
Arfuch, Leonor. La entrevista. Una invención dialógica. Editorial Paidós. Buenos Aires, 2010
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Giberti, Eva (coordinadora). Prácticas para asistir y defender a niños, niñas y adolescentes.
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Presidencia de la Nación. Publicación del
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, Buenos Aires 2011
Giberti, E. - GIBERTI, E Incesto Paterno- Filial. Editorial Universidad. 1998. Pág 35.
JELIN, Elizabeth (1998). Pan y Afectos. La transformación de las familias Editorial Fondo de
Cultura Económica.
KATHLEEN C. Faller “Acusaciones de abuso sexual en divorcios” en Abuso sexual en la
infancia tomo 3. Editorial Lumen Humanitas. Buenos Aires, 2008.
PERRONE; R. y BAK, F. Secuelas del abuso sexual en el desarrollo del pensamiento. Artículo
publicado en la revista Perspectivas Sistémicas. Nº 46. Mayo/
Junio de 1997. Buenos Aires. Originalmente publicado en francés en: Perrone, R. y Bak, F.
(1996):Approche des séquelles de la violence sexuelle á l'ègard des enfants au
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TEUBAL, Ruth. .Violencia familiar, trabajo social e instituciones. Editorial Paidós. Año 2001.
Buenos Aires. Argentina
TORRADO, S. (2003) Historia de la familia en la argentina moderna (1870-2000) Ediciones
de La Flor.
VIAR, J.P y LAMBERTI, S “Maltrato infantil intrafamiliar. los derechos del niño/a en el
derecho comunitario y en el derecho judicial.” (Buscar datos de edición)
VOLNOVICH, J Comp (2002) Abuso Sexual en la infancia 1. Editorial Lumen. Bs. As.
Argentina
(2006) Abuso Sexual en la infancia 2. Campo de análisis e intervención.
Editorial Lumen. Bs. As. Argentina
Investigaciones
- Director: Tkach, Carlos Eduardo. Co-directoras: Franco, Adriana Noemí y Gómez, Valeria
Mariel. Facultad de Psicología U.B.A. Tipo de investigación: Investigación Clínica.
“Apropiación subjetiva de la sexualidad genital en adolescentes que han sido abusados
sexualmente en la infancia.”. UBACyT. (2012. “Cruces y articulaciones de una paradoja: el
poder contar y la vivencia traumática”. Artículo presentado por el equipo de investigación
clínica “Apropiación de la sexualidad genital en púberes y adolescentes que han sido abusados
sexualmente en la infancia”. Revista: Anuario de investigación. Facultad de Psicología U.B.A.
investigación UBACyT.
- Director Dr. Martiniano Terragni, Dra. Carla Villalta. “Niños, niñas y adolescentes víctimas
de los delitos de explotación sexual, trata y corrupción. Análisis de sentencias judiciales”.
Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Dirección de políticas públicas e
investigación, departamento de investigación. Dirección de asuntos jurídicos. Departamento de
control jurídico. Consejo de los derechos de niños, niñas y adolescentes. Septiembre de 2007
- Directora: Ma. Inés Bringiotti. “Prevalencia del abuso sexual infanto-juvenil” (UBACYT
2008-2010. Facultad de Filosofía y Letras UBA. Programa de Infancia Maltratada).
- Directora Ruth Teubal. “La experiencia de las madres frente al abuso sexual infantil
de sus hijos/as”. UBACyT. 2008-2010. Directora Facultad de Ciencias Sociales. Facultad
de Trabajo Social. U.B.A.
ANEXO
I. 1) Ámbito judicial
1. Entrevista al Juez Nacional de Primera instancia en lo Civil, Dr. Lucas Cayetano Aón.
Juzgado de familia n° 25. Asimismo, luego de la entrevista se han tenido charlas
informales con el magistrado en función de la lectura de expedientes habilitados de su
juzgado. Las mismas estaba relacionadas con la temática y los expedientes revisados.
2. Entrevista a la Jueza Nacional Primera Instancia en lo Civil Dra. Ana María Pérez
Catón Juzgado de Familia. Nº 81.
3. Entrevista al Juez Nacional de Primera instancia en lo Civil, Dr. Ezequiel Goitía.
Juzgado de familia N°9
4. Entrevista al Juez Nacional de Primera instancia en lo Civil, Dr. Miguel Ricardo
Güiraldes. Juzgado de familia N° 56.
5. Entrevista al secretario Dr. Francisco de Irgazábal (Jueza con Licencia Myriam
Rustan de Estrada. Actualmente a cargo el juez Guiraldes. Juzgado de familia N° 106.
Agosto 2011
6. Entrevista al secretario Dr. Diego Martín Coria (jueza María Cecilia Albores) y a la
trabajadora social Lic. Graciela Breglia. Juzgado de familia N° 76. Fecha: 17 de
agosto 2011
7. Entrevista a la jueza Dra. Martha B. Gómez Alsina y a la trabajadora social Daniela
Galdiz. Juzgado de familia N° 102. Fecha: 17 de agosto 2011
8. Entrevista a la jueza Dra. María del Carmen Bacigalupo de Girard. Juzgado de
familia N.° 86. Fecha aprox.: octubre 2011. A su vez se mantuvieron conversaciones
informales con la secretaria y asistentes sociales del juzgado
9. Entrevista al juez Dr. Diego Iparraguirre y a la psicóloga Ana María Fernández..
Juzgado de familia N.° 7. Fecha: 20 de septiembre 2011. La trabajadora social cumple
funciones en otros juzgados simultáneamente.
10. Entrevista a la jueza Silvia Guahnon y la secretaria Patricia Martín. Juzgado de
familia N° 4. Fecha: 31 agosto 2011
11. Entrevista a la jueza Julia M. Servetti de Mejías. Juzgado de familia N° 8. Fecha: 18
noviembre 2011
1. Fiscales
Entrevista al Fiscal. Dr..Julio César Castro. Tribunal Oral. N° 13. Fecha: mayo 2011
2. Camarista
Entrevista a Dr. Alberto Seijas. Presidente de la Sala IV de la Cámara de Penal de la Justicia
Nacional. Fecha: abril 2011
Caso III: . Carátula. Civil: cuerpo principal “pedido por tenencia”, otros “medidas
precautorias”. Juzgado penal…..sin datos
Tiempo total del proceso: denuncia noviembre 2006. Sobreseen: junio 2007. En civil sigue
abierto
Identificación del caso: niña de 4 años
Caso XIX Carátula: “X s/Violación según párrafo 4to. Art. 119 inc.
Juzgado Penal: Tribunal oral en lo criminal nº 18.
Tiempo total del proceso penal: 2 años