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Aransis a Isidora
Rufete]
[Caracterización y evolución del personaje]
ÍNDICE
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De Isidora de Aransis a Isidora Rufete
INTRODUCCIÓN
Benito Pérez Galdós se consolidó como uno de los novelistas más importantes en la
España del siglo XIX introduciendo nuevas maneras de narrar en comparación con lo
que era tradición. Gracias a sus viajes y sus traducciones de obras que estaban en auge
fuera del país, adquirió nuevos conocimientos literarios y quiso plasmarlos en sus obras
rompiendo así con todos los esquemas y creando, más tarde, una corriente a la que le
seguirían escritores tales como Leopoldo Alas “Clarín”. Sus novelas tendían a basarse
en el realismo pero con La desheredada se llega a las primeras pinceladas de inserción
del movimiento naturalista en el país, años después de que llegara a otros países de
Europa como es el caso de Francia e Inglaterra.
Según Douglass Rogers (1979) Galdós se caracteriza por tener un estilo de obras en las
cuales se deja de lado la importancia y la complicación del argumento principal para dar
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mayor interés en todo lo vinculado a las relaciones humanas entre los personajes y su
comportamiento.
Es una de los personajes femeninos que tiene más pasión en la imaginación aunque esto
no es algo que venga de una manera natural. La de Rufete es un personaje que vive una
vida lejos de la realidad que la rodea y quien se cree nieta natural de la Marquesa de
Aransis a causa de una farsa que creó su padre falsificando documentos. Se la ha
adoctrinado con esta idea durante toda su vida por boca de su tío el canónigo que la
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mantenía y el cual se creía la mentira que había tramado el padre de esta. Isidora al igual
que su hermano Mariano ha tenido muy poca educación, pero es cierto que ella sí se ha
mostrado algo más interesada en la clase alta y en recibir algo de enseñanza y
formación, supuestamente por la cuestión de sus presuntos orígenes y además lleva toda
la vida leyendo el tipo de novelas denominadas folletinescas. Este es un punto
importante ya que es uno de los elementos por los cuales se la compara con Don
Quijote, en relación a la locura de este a causa de los libros de caballerías.
Como visión personal considero que a lo largo de la novela hay una evolución del
personaje, la cual está determinada por tres puntos concretos. Primeramente nos
encontramos a la que denomino “Isidora de Aransis”. Aunque el personaje
definitivamente no pertenezca a la noble familia eso no afecta a que ella no se lo crea,
incluso después de haber hablado con su presunta abuela, ella se comporta de una
manera completamente irracional ya que se cree algo que no es y no vive su situación
real causándose así la dependencia a la familia Relimpio y cada día más y más deudas
por comprar caprichos totalmente innecesarios, aunque para ella no lo sean. Más
adelante, ya en la segunda parte y con la presencia del hijo que ha tenido con Joaquín
Pez que no ha sido reconocido por él, ve que está sola y empieza a pensar que durante
unos años, que será lo que se extienda el pleito para conseguir sus derechos, puede
trabajar y no derrochar. Su intención, igual que la de José Relimpio, es la de
administrarse bien, algo en que los dos están completamente de acuerdo pero que no
acaban cumpliendo ya que no sabe comportarse de otra manera que no sea igual a la que
se ha comportado toda su vida. Finalmente, el cambio a mi parecer más radical, es el
que determina el final de la novela. El momento en que el abogado aparece en la cárcel
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y le da a entender que los documentos que acreditan que tiene ascendencia noble están
adulterados y que por ello la han acusado de falsificación es el momento justo cuando
vuelve de nuevo a la realidad, donde supuestamente nunca ha estado. Se siente como
alguien normal, alguien que se ha creído algo que nunca va a llegar a ser y
posteriormente tiene ideas relacionadas con el anarquismo. Expresa su frustración
cuando no entiende como algunos se ven rodeados de lujos desde que nacen hasta que
mueren y otros, entre los que se incluye, están atrapados en la carencia de por vida.
Posteriormente se entrega a la prostitución teniendo un nuevo suicidio social cuando la
novela acaba.
En relación al pensamiento y las acciones del personaje es importante decir que durante
toda la novela hay una evolución también en sus relaciones sentimentales. En un primer
lugar se le relaciona con Augusto Miquis, un buen amigo de la infancia y sale con él en
diferentes ocasiones haciendo caso omiso de las proposiciones del chico declinando la
idea del matrimonio siempre ya que tiene otros objetivos de vital importancia. A la vez
que sale esporádicamente con Miquis también espera ansiosamente la visita de Joaquín
Pez, el cual proviene de una familia con muchos recursos y que tiene muchos contactos
con el funcionariado de Madrid. Con él incluso llega a tener un hijo, no reconocido
legalmente por él. Pero ante la imposibilidad de la vida en común de los dos personajes,
ya que él no resulta ser lo que ella espera, empieza a verse con Sánchez-Botín, un
político con estirpe y casado. Este hombre resulta ser muy rico y cuando está con él no
tiene ningún problema económico pero a la vez también es muy rudo y la quiere tener
controlada en todo momento, algo que ella no está dispuesta a consentir. Al mismo
tiempo que se ve con este político, quien es la razón de su estabilidad económica, sigue
viéndose en ocasiones con Pez, aunque solo y cuando él necesita que ella le preste
dinero o algún favor. Ella accede en muchas ocasiones hasta que Joaquín le pide que
vaya con ella a Cuba ya que piensa irse a hacer fortuna allí y ella declina la proposición:
la vida que puede tener cuando el pleito le determine que es hija de Virginia Aransis es
más importante que no la vida que puede tener con él. Posteriormente, él vuelve rico y
de la mano de otra mujer y no se acuerda en ningún momento de quien le ayudó.
Hay teorías que comparan el amor que siente Isidora Rufete por Joaquín Pez que el
amor que siente Fortunata por Juan Santa Cruz y de acuerdo con las ideas de Daria J.
Montero-Paulson (1988), pienso que no se trata del mismo tipo de amor. Isidora cree
que es el hombre perfecto para ella, rico, con clase, con contactos y entra perfectamente
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en el contexto de la vida imaginaria que vive. Pienso que su verdadero amor siempre va
a ser el ansia por conseguir ganar el pleito, es una de las razones por las que decide
rechazarlo todo, incluida la misma realidad. Fortunata quiere Juan Santa Cruz por
encima de todo y no hay nada que pueda poner por delante de él a diferencia de Isidora
que en un principio se enamora más del lujo que rodea al chico que no por su persona.
Más adelante tiene relaciones con Juan Bou un anarquista de Barcelona que es dueño de
una imprenta donde colocará a Mariano. Aquí podemos ver el primer descenso de la
clase de relación amorosa, pasa de un señorito a un obrero, propietario de una imprenta
pero un obrero al fin y al cabo. Rechaza en incontables ocasiones al catalán, incluso
cuando Miquis le dice que tiene que dejar de lado las ensoñaciones y vivir la realidad
casándose con Bou, ya que es la mejor oferta que tiene. Finalmente, coincidiendo con la
salida de la cárcel, acaba teniendo relaciones con un proxeneta que la maltrata tanto
psicológica como físicamente y que hace que vuelva a la realidad tras haber visto que
no era quien deseaba ser.
Hay que tener en cuenta también el comportamiento y la manera de hablar que tiene
durante toda la obra si se sigue la evolución que se ha explicado anteriormente
comparando las dos partes. Se puede apreciar que al final de la segunda, teniendo la
influencia del proxeneta maltratador al lado y el sentimiento de infravaloración por no
ser quien había pensado durante toda su vida, viendo por los suelos el esfuerzo
económico de los abogados, deja de lado completamente la clase y la educación que ha
recibido comportándose y hablando de manera bruta y blasfemando sin parar.
La idea anterior es la que da título al trabajo ya que, a nivel personal, considero que al
menos en la mente de la protagonista empieza siendo Isidora de Aransis para
convertirse en algo más bajo que Isidora Rufete, pero Rufete en definitiva.
Daria J. Montero-Paulson (1988) expone también que hay teorías que expresan que el
desenlace de Isidora en La desheredada tiene que ver con el comportamiento negativo
que ha tenido durante toda su vida, se podría decir que es una especie de castigo.
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De Isidora de Aransis a Isidora Rufete
Personalmente creo que es un personaje adoctrinado con una mentira que aunque tenga
un comportamiento no acorde con la realidad que vive, prefiere seguir teniendo
esperanza para salir del mundo en que se encuentra. Se puede ver en esta caso que no es
solo una opinión individualista si no que Isidora Rufete es una plasmación de la
sociedad Española del siglo XIX y que vemos en ella el comportamiento generalizado
de la mayoría del país, siendo esta una de las marcas del naturalismo que promovió
Galdós en su momento.
ISIDORA Y LA IMAGINACIÓN
De acuerdo con las ideas que se exponen en El imaginario visual de Benito Pérez
Galdós de Cristina Arroyo Díez hay dos tipos de imágenes. Por un lado existen las
denominadas miméticas, las cuales nos transmiten ideas que se perciben por los sentidos
y las analógicas, que representan lo abstracto y que provienen del interior de la mente
del personaje. Es una narración que nos transmite las ideas interiores del personaje sin
ser él mismo quien las expone, acercándose a la práctica del narrador impersonal. Este
último grupo es muy importante ya que constituye una de las bases del Naturalismo y es
uno de los factores a destacar para poder decir de la obra La desheredada es una de las
que abre el camino hacia dicho movimiento.
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De Isidora de Aransis a Isidora Rufete
herencia natural. Tiene claro que vive en la miseria más absoluta y que en ocasiones se
ve obligada a desprenderse de sus más valiosas posesiones para reclamar sus derechos.
Por otro lado él no entiende la diferencia entre realidad e imaginación, vive una ilusión
transformada en realidad y está convencido de que es un verdadero caballero andante
(Arroyo Díez, 2013).
Siguiendo las ideas que se exponen en El imaginario visual de Benito Pérez Galdós,
hay una clasificación de la manera de transmitir la imaginación. Por un lado se ha de
hablar de los sueños y por lo tanto también de los insomnios o de los momentos de
duermevela. Los insomnios aportan una visión del mundo y de los verdaderos
pensamientos o sentimientos de los personajes. Durante la espera para la conciliación
del sueño nocturno suelen magnificarse esos pensamientos teniendo dimensiones
diferentes y suele ser en ese mismo momento donde se encuentran diferentes puntos de
vista en las situaciones vividas con normalidad (Arroyo Díez, 2013). En el caso
concreto de Isidora Rufete se puede ver que en sus vigilias se anticipa a las conclusiones
de las situaciones viéndose en ellas de forma exitosa, cuando la realidad no acaba
siendo de esa manera. Durante toda la novela ella va creando su versión de los hechos
antes de que sucedan y en el momento de su resolución ocurren de manera
completamente contraria. Un ejemplo de esto es cuando se entrevista con su supuesta
abuela, la Marquesa de Aransis, y ella le explica que las probabilidades de que Isidora y
Mariano puedan ser sus nietos son mínimas ya que su verdadera nieta murió y su nieto
está viviendo con ella. Isidora había programado un encuentro melodramático en el que
se reconocían la una a la otra y en el que se le reconocían a ella todos sus derechos y
todos sus problemas desaparecían. En el insomnio anterior a ese día ella pretende
dormir pero la necesidad del cambio de vida que ella cree que ha de tener por derecho y
la no llegada de este cambio le impide el sueño.
Dejando de banda los insomnios, por otro lado, están los denominados sueños. Para
Galdós, el mundo de los sueños es un acercamiento a los pensamientos y sentimientos
más profundos del personaje, un lugar donde la represión queda a un lado (Arroyo Díez,
2013). En La desheredada, la protagonista se siente perseguida por pesadillas donde el
tema principal es su acceso a la clase alta. Los sueños que tiene con su hijo mientras
está en la cárcel reflejan el profundo malestar que está viviendo en la vida real. Hay uno
en concreto en el que se encuentra a Riquín vestido de militar el cual acaba pegándole
un tiro, matándola. Este sueño aunque es sencillo y fácil de entender, es algo difícil de
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integrar en la psicología del personaje, puede constituir una liberación para toda la
angustia que padece al ser acusada de falseamiento de documentos (Arroyo Díez, 2013).
Tal y como se ha dicho anteriormente, Galdós nos dejó la herencia de una literatura la
cual fue pionera en el uso de una nueva forma de narrar y para una mayor sensación de
realidad es posible encontrar personajes, familiares de esos personajes o comentarios
referentes a ellos en otras obras de las cuales no son protagonistas. Con esto, además,
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buscaba en ocasiones el cierre total de la historia que había abierto. Rosalía de Bringas
es un ejemplo claro de esta práctica.
La primera vez que sabemos de ella es en la novela Tormento y se nos presenta como
una mujer influenciada por la sociedad que la rodea. Desea por todos los medios una
clase social más alta y no se detendrá ante nada para conseguirlo. Es una mujer que está
condicionada a las decisiones económicas de su ahorrador marido, el cual no quiere
pertenecer a la clase de gente que se endeuda por un trozo de tela, aunque en esta obra
no se habla de demasiados detalles. Transmite una negatividad en la historia ya que no
puede soportar ver como una persona a la que ella ha mantenido alcanza más clase
social que su persona y es esta la razón de su mal comportamiento frente a Amparo
Emperador.
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En este caso La de Bringas es uno de los personajes que más podría parecerse al de
Isidora Rufete, aunque hay ciertos matices que marcan una diferencia entre ellas. Las
dos tienen un objetivo y son buscadoras de lujo, no obstante Isidora nunca pierde de
vista el objetivo principal, el pleito contra la casa de Aransis. Es cierto que con Joaquín
Pez, como anteriormente se ha citado, pierde un poco el norte en un par de ocasiones
incluso llegando a dejarle dinero cuando su padre deja de mantenerle económicamente,
pero cuando él le pide que le acompañe a Cuba ella no accede ya que cumplir su sueño
es mucho más importante que todo lo bueno que pudiera pasarle con él. Por otro lado,
no está casada y por lo tanto no es un modelo a seguir. No es buena esposa, ni siquiera
cuando su situación económica es buena ya que engaña a Sánchez-Botín con Joaquín y
tampoco es buena madre porque pone por delante de todo la importancia del pleito,
incluyendo la alimentación de su propio hijo.
Es interesante ver el seguimiento de las dos mujeres en sus respectivas obras y ver que
en muchas ocasiones coinciden de parecer y cometen prácticamente los mismos errores,
aunque no del todo iguales. Además, los dos personajes tienen una continuación,
aunque Rosalía lo hace con un libro entero dedicado a ella. El escritor quiso que el
lector interesado en los personajes aparecidos en Tormento y en La desheredada
tuviesen una información sobre cómo había acabado o si había habido alguna clase de
perdón para alguna de ellas.
Por su parte Rosalía de Bringas no tiene un final tan digno. Tal y como se ha hablado en
párrafos anteriores, es despojada de la seguridad económica del palacio Real con la
revolución de 1868, pero parece que tiene una especie de sanación de la locura por la
apariencia. Llega a entender que la familia depende de ella y de nadie más y se ve
obligada a dejar muy atrás el comportamiento cursi y las relaciones con la gente con
poder (Montero-Paulson, 1988).
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CONCLUSIONES
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BIBLIOGRAFÍA
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