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El valor del autoestima

El valor del Autoestima es la suma de la confianza y el


respeto, por uno mismo. La confianza como pilar fuerte, ya
que es la creencia en sí para afrontar todo aquello que se va
dibujando poco a poco, o lo que aparece repentinamente. Y
el otro producto es el respeto, que funciona como enganche
del valor que debemos darnos nosotros mismos, a nuestro
propio yo interior.

El autoestima puede ser una emoción que tenemos frente a


nosotros mismos. Esta tiene dos fines completamente diseñados, que son:

 La habilidad y la fuerza para afrontar, comprender y superar los retos y


problemas de la vida.
 El derecho al camino de la felicidad, es decir, el respeto y la defensa de
nuestros propios intereses y nuestras propias necesidades.

Los seres humanos necesitamos pilares, metas y valores para poder apoyarnos y
agarrarnos en diversos momentos y circunstancias de la vida, y así mantener el
valor del autoestima.

Honestidad
La honestidad (Del latín honestĭtas, -ātis1 ) o también
llamado honradez, es el valor de decir la verdad, ser
decente, recatado, razonable, justo y honrado. Desde un
punto de vista filosófico es una cualidad humana que
consiste en actuar de acuerdo como se piensa y se siente.
Se refiere a la cualidad con la cual se designa a aquella
persona que se muestra, tanto en su obrar como en su manera de pensar, como
justa, recta e íntegra. Quien obra con honradez se caracterizará por la rectitud de
ánimo, integridad con la cual procede en todo en lo que actúa, respetando por
sobre todas las cosas las normas que se consideran como correctas y adecuadas
en la comunidad en la cual vive.
En su sentido más evidente, la honestidad puede entenderse como el simple
respeto a la verdad en relación con el mundo exterior, los hechos y las personas;
en otros sentidos la honestidad también implica la relación entre el sujeto y los
demás, y del sujeto consigo mismo.

Honestidad y honradez, términos originariamente distintos, se han aproximado con


el lapso del tiempo y la influencia del idioma inglés; de tal modo que se está
produciendo una suerte de refundición de ambos para aludir a la definición de
honradez, siendo ésta sólo una de las acepciones del vocablo "honestidad".

Responsabilidad
La responsabilidad es un valor que está en la conciencia de la
persona que le permite reflexionar, administrar, orientar y valorar
las consecuencias de sus actos. Puesto en práctica, se establece la
magnitud de dichas acciones y de cómo afrontarlas de la manera
más positiva e integral para ayudarte en un futuro.

Una persona se caracteriza por su responsabilidad porque tiene la


virtud no sólo de tomar una serie de decisiones de manera
consciente, sino también de asumir las consecuencias que tengan
las citadas decisiones y de responder de las mismas ante quien
corresponda en cada momento.

En la tradición kantiana, la responsabilidad es la virtud individual de concebir libre y


conscientemente los máximos actos posibles universalizables de nuestra conducta. Para Hans
Jonas, en cambio, la responsabilidad es una virtud social que se configura bajo la forma de un
imperativo que, siguiendo formalmente al imperativo categórico kantiano, ordena: “obra de tal
modo que los efectos de tu acción sean compatibles con la permanencia de una vida humana
auténtica en la Tierra”. Dicho imperativo se conoce como el principio de
responsabilidad. Según Nietzsche la responsabilidad es esencial en el ser
humano, ya que no es por cuestiones divinas lo que nos sucede, es por
nuestras decisiones.

Obediencia
El término obediencia (del Lat. ob audire = el que escucha), al igual que la
acción de obedecer, indica el proceso que conduce de la escucha atenta a
la acción, que puede ser puramente pasiva o exterior o, por el contrario,
puede provocar una profunda actitud interna de respuesta.
Obedecer requisitos se realiza por medio de consecuentes acciones apropiadas u omisiones.
Obedecer implica, en diverso grado, la subordinación de la voluntad a una autoridad, el
acatamiento de una instrucción, el cumplimiento de una demanda o la abstención de algo que
prohíbe.

La figura de la autoridad que merece obediencia puede ser, ante todo, una persona o una
comunidad, pero también una idea convincente, una doctrina o una ideología y, en grado sumo, la
propia conciencia, o una deidad en el caso de las religiones.

Respeto
El respeto es la especial consideración de alguien o incluso algo,
al que se le reconoce valor social o especial diferencia. Muchas
formas de respeto se basan en la relación de reciprocidad
(respeto mutuo, reconocimiento mutuo, etc.), sin embargo, en lo
que se refiere al respeto de las personas hacia objetos,
costumbres e instituciones sociales, se fundamenta en otras
consideraciones diferentes de la reciprocidad.

Tradicionalmente se considera que las muestras de respeto


están relacionadas con cuestiones morales y éticas, aunque en
algunos casos tienen que ver con cuestiones legales y culturales.
El término respeto aparece en diversas disciplinas como la
filosofía política y otras ciencias sociales como la antropología, la sociología y la psicología.1

El respeto en las relaciones interpersonales comienza en el individuo, en el reconocimiento del


mismo como entidad única,2 que necesita y quiere comprender al otro.3 Consiste en saber valorar
los intereses y necesidades de otro individuo, por ejemplo en una reunión.

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