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¿Cómo Preparar y Presentar un Mensaje?

Este tema tiene un propósito doble: instruirnos de cómo podemos hacer para ordenar las ideas de lo que
queremos decir y además, enseñarnos cómo decirlo de forma clara y ordenada, de tal manera que
alcancemos el propósito por el cual decimos lo que decimos y causamos un efecto que conduce a una
acción en los que no oyen. La Biblia dice en la profecía de Isaías 55:10-11 que toda palabra que sale de
la boca de nuestro Dios, no vuelve a Él vacía, sino que producirá el efecto y cumplirá el propósito por
el cual ha salido de la boca de Dios. Notemos que en el pasaje de Isaías hay una ilustración metafórica
de la palabra de Dios como la lluvia (esto es un símil por el uso de la palabra como) además Dios tiene
un propósito en la palabra que habla, no solo son palabras, forman parte de un propósito de Dios. De
igual manera, la predicación, la enseñanza de la Biblia, deben estar sustentadas y orientadas por los
propósitos de Dios para el hombre, los cuales encontramos en las páginas de la Escritura.

En 2 Timoteo 2:15 Pablo exhorta a Timoteo a que cuidara con esmero dos aspectos importantes para
todo predicador: primero, esforzarse para presentarse delante de Dios aprobado, es decir que, Timoteo,
cada vez que abría su boca para predicar, tenía que recibir al apruebo de Dios; además de lo anterior,
debía esforzarse para aparecer delante de los hermanos como un trabajador que no ha incurrido en nada
que pueda avergonzarlo. Un segundo aspecto de la exhortación apostólica es precisamente lo
relacionado con la forma de preparar y presentar el mensaje. Debía interpretar correctamente la palabra
de verdad.

Hay hechos en el fondo de este pasaje que no se mencionan pero que están implícitos en el mismo. Por
ejemplo: ¿Cómo podía Timoteo interpretar correctamente la palabra sino la había leído y estudiado
previamente? ¿Cómo podía Timoteo trazarles a los hermanos la palabra de verdad si no conocía los
contextos de los textos y la situación de los hermanos que lo escuchaban? Además ¿Cómo hacía
Timoteo para saber que predicarles a los hermanos? En las cartas a Timoteo Pablo le recomienda que
se dedique a tiempo y fuera de tiempo, que cuide de la doctrina que enseñaba porque así se salvaría él y
los que lo escuchaban, en general, que se ejercitara, que usara el don de Dios que se le había entregado.

La predicación y enseñanza no es una tarea fácil, se necesita la gracia y amor de Dios para que cumpla
ese propósito de Dios para nosotros. Recordemos que debemos hablar conforme a la Palabra de Dios,
no nuestras propias ideas o pensamientos, no nuestras buenas intenciones y criterios, debemos hablar
conforme a la palabra de Dios. (1 Pedro 4:11)

La palabra hablada ha sido el instrumento que Dios ha elegido principalmente para la propagación del
evangelio de salvación; recordemos que evangelio significa buenas nuevas, estas buenas nuevas son,
esencialmente, habladas, en el lenguaje que las palabras oídas o leídas de alguna forma. Jesucristo es la
personificación de la palabra de Dios, es la palabra de Dios encarnada para la humanidad. Ahora,
nosotros nos debemos encargar de propagar esta palabra por medio de la predicación también.

¿Qué es predicar?
Es la comunicación en forma de discurso el mensaje de las Sagradas Escrituras, con el poder del
Espíritu Santo y a través de una persona, a fin de suplir las necesidades espirituales de un grupo o
congregación.

Existe diferencia entre predicar y enseñar. La palabra predicar viene del vocablo griego kerigma y tiene
el significado de proclamar, anunciar en voz alta, publicar un edicto real, los que anunciaban las
disposiciones reales se les llamaba kerussos o heraldos. Por otro lado, enseñar es explicar, demostrar,
conducir de la manera que se llegue a un conocimiento en que no hay dudas. Viene del griego didaje
(de donde vienen todos los términos que tengan que ver con la didáctica) La predicación puede incluir
la enseñanza pero es diferente en su presentación.

¿De qué temas predicar?

Para responder a esta pregunta debemos estar conscientes que las congregaciones son grupos de
personas y, en su calidad de personas, están sujetas a diferentes tipos de necesidades, problemas y
preocupaciones. Si nos corresponde predicar constantemente, debemos tener el cuidado de presentar
una especie de dieta balanceada para la edificación delos que nos escuchan.

Entre la variedad de temas posibles a predicar debemos considerar los siguientes:

a) Mensajes Doctrinales: los que sientan bases para creencias.


b) Mensajes Evangelisticos, como un llamando a los no creyentes.
c) Mensajes sobre el hogar y la familia.
d) Mensajes sobre el desarrollo de la personalidad y carácter cristiano.
e) Mensajes Devocionales, para fortalecer la vida de fe de los cristianos.
f) Otros.

¿Qué necesidades presenta el grupo al que me dirijo?

Todo predicador debe conocer en cierta manera el grupo al que se dirige el mensaje. En relación con el
tipo de necesidades que presentan las personas, podemos agruparlas de la siguiente manera:

1. Necesidades personales, como la ansiedad, soledad, dolor, sufrimiento, odio, ira, etc.
2. Necesidades físicas, como enfermedades, limitaciones propias dependiendo de la edad tal como la
senectud.
3. Necesidades espirituales, desgano espiritual, pecado y reconciliación, falta de compromiso
congregacional.
4. Necesidades Financieras, falta de empleo, mala administración, indisciplina en las ofrendas y
diezmos.
5. Necesidades de congregación, conflictos entre hermanos, proyectos congregacionales como nuevos
departamentos, construcción y equipamiento de alguna área especifica.
6. Necesidades públicas, psicosis por la violencia, alto costo de la canasta básica, cambio de gobierno,
corrupción generalizada, desastres naturales, problemas internacionales.
7. Necesidades de grupos específicos, jóvenes, adolescentes, madres solas, divorciados, padres de
familia, matrimonios, otros.

Todo predicador debe desarrollar una especie de sensibilidad espiritual para detectar cual es la
necesidad muy en particular que debe suplir con el mensaje. Si el predicador no esta completamente
consciente de las necesidades de los que le escuchan, el mensaje será irrelevante para ellos.

¿Cuál es el propósito del mensaje?

Todo mensaje debe tener un propósito, Dios no envía su palabra como para ver que resulta, sin saber
específicamente que es lo que quiere lograr. Dios tiene un propósito definido que busca que su palabra
cumpla. De igual manera, todo mensaje que preparemos y compartamos, debe tener un propósito
específico.
Entre los propósitos mas comunes que se buscan alcanzar con los mensajes están:

a) Motivar: para que ocurra algo o para que deje de ocurrir.


b) Convencer o producir convicción: fortalecer la fe de los hermanos, cimentando las creencias con
argumentos bíblicos.
c) Consolar: Reconforta corazones afligidos, sana heridas y produce paz.
d) Proclamar el Evangelio: presentar las verdades del evangelio de salvación para todo aquel que cree.
e) Conducir a la adoración: La intención es que los oyentes se integren a la vida de adoradores
individuales por las que un grupo de cristianos debe vivir.
f) Fijar normas: Establece normas congregacionales e individuales y congregacionales.
g) Establecer metas: proyectar propósitos personales y congregacionales definidos, metas para la vida
cristiana.
h) Tratar asentar doctrina: Importante para que todos conozcan la manera en que se deben conducir y
así lograr la unidad congregacional.
i) Tratar problemas específicos.

¿Qué tipos de mensajes podemos preparar?

Según el tema que se desea presentar, habrá que escoger que tipo de mensaje se usará para que el tema
tenga el máximo de efectividad. Existen gran cantidad de tipos de mensajes, pero presentaremos nueve
tipos básicos:

1. Textual: Se basa en un texto de la Biblia, el cual constituye el eje de todo el mensaje. Este tipo no
prohíbe pero si limita el uso de otros textos.
2. Expositivo: Abarca todo un capitulo o una buena porción del mismo. El cual viene a ser la base
para todo lo demás.
3. Biográfico: Toma como base la vida de un personaje bíblico, sobre su vida completa o solo una
parte.
4. Histórico: Se basa en un evento histórico o una serie de eventos en la historia bíblica y de esos
eventos aplica verdades a nuestra vida.
5. Tópico o Temático: Enfoca un tema cualquiera y lo desarrolla usando diferentes versículos para
cada punto.
6. Novedoso: En este tipo de mensaje, se presentan las verdades bíblicas relatadas de manera creativa
y dinámica, incorporando al mismo, narraciones, ejemplos, mostrando objetos, que se relacionan
con el propósito del mensaje.
7. Devocional: Regularmente es mas corto que los demás, debe ser sencillo pero profundo. Es un
mensaje de corazón a corazón; tiende a ser un tanto informal y su aplicación es directa a la vida.
8. Evangelístico: Se dirige a personas que no han recibido al Señor en sus vidas como salvador de sus
almas. Debe exponer las verdades esenciales del evangelio, con el propósito de convencer al oyente
de su necesidad de reconciliación con Dios y motivarlos a recibir a Cristo como su Salvador. Debe
ser sencillo, con convicción, respetuoso.
9. Doctrinal: Enseña principios básicos de las Escrituras para que los oyentes sepan lo que deben creer
y por qué lo deben creer. Regularmente son predicados por el Pastor, quien dirige a la
congregación.

¿Cómo preparar un mensaje?


En Colosenses 3:16 Pablo nos exhorta para que la palabra de Dios more en abundancia en nosotros y
para que esto suceda, es necesario que estudiemos la Biblia y la meditemos constantemente y así
crezcamos en conocimiento de Dios. Los buenos mensajes requieren preparación, meditación,
investigación, trabajo diligente y sobre todo, mucha oración.

Preparación General:
La elaboración de un mensaje requiere de una preparación general continua de parte del que lo va a
predicar. El predicador no debe estudiar solo cuando le toca que predicar. El buen predicador mantiene
un hábito de estudio continuo para su propia alimentación espiritual. Estudia continuamente,
absorbiendo más y mas de las escrituras, orando al Señor fervientemente para que le de mas
entendimiento en su palabra, creciendo en el conocimiento de Dios. Esta preparación le dará mayor
unción del Espíritu Santo y su carácter será cambiado por la vida de estudio bíblico y oración personal
constantes.

Preparación especial:
Debe hacer una preparación especial para cada mensaje en particular. Debe tomarse el tiempo
suficiente para escoger con cuidado y oración el tema y la porción bíblica que se usará, juntando
ejemplos y explicaciones para enriquecer el mensaje. Los mejores mensajes son fruto de mucha
preparación u oración.

Fuentes de preparación:
La base principal la constituyen la oración y el estudio bíblico. La Biblia es la palabra de Dios,
inspirada por el Espíritu Santo y será siempre nuestra fuente más importante y principal de toda lectura
y estudio.

A continuación veremos algunos de los libros auxiliares que pueden ayudar a enriquecer nuestros
conocimientos y a preparar mensajes más sólidos y enriquecedores.

a) Concordancia: Es una lista alfabética de textos o temas bíblicos, facilitando la localización de


textos relacionados con un tema.
b) Diccionario Bíblico: Es un libro de referencia similar a un diccionario común, pero con palabras y
nombres de lugares, cosas y personales bíblicos. Registran gran cantidad de datos adicionales a los
temas y acontecimientos bíblicos extraídos de la historia universal, arqueología y gramática de los
idiomas originales.
c) Comentarios bíblicos: Elaborados por estudios especializados en distintas materias. También
existen los llamados Compendios Bíblicos, que presentan gran cantidad de datos, tablas, mapas y
otros artículos relacionados con un libro o sección de la Biblia.
d) Diccionario de la lengua española: Este servirá para explicar y ampliar el significado de alguna
palabra que resulta nueva al predicador. Ayuda a profundizar los conceptos claves en el mensaje.
e) Geografía Bíblica: Describe en detalle y con mapas los lugares donde tuvieron realización los
eventos de la Biblia. La mayoría de las Biblias traen mapas en la paste posterior de las mismas,
estos nos ayudan a visualizar las trayectorias de los viajes, la topografía de los terrenos, las
distancias, etc.
f) Biografías: La vida de personajes de éxito, los que logran muchas cosas sirve de estimulo al
predicador; sirven de gran estimulo y bendición, y desafío a nuestra vida cristiana.
g) Libros devocionales: abundan en las librerías cristianas, tratan de gran variedad de temas, debemos
tener cuidado de no tomarlos como fuente de doctrina para nuestra vida, recordemos que la doctrina
se recibe en la congregación.
h) Historia de la iglesia: proporciona informes de cómo creció la iglesia desde el tiempo de los
Apóstoles hasta nuestros días.
i) Diferentes Versiones Bíblicas: Este ejercicio nos ayudará a tener acceso a diferentes
consideraciones gramaticales de los idiomas originales. Ampliara nuestros conceptos, ya que las
versiones usan diferentes términos para decir una misma cosa. Encontraremos variantes pero esto
nos obligará ahondar en el estudio.

¿Cómo preparar un bosquejo?

La presentación del mensaje debe ser ordenada, debe tener un principio y llega a su fin. Para que un
mensaje sea ordenado, debe haber una secuencia lógica de pensamientos, los cuales el predicador
preparó de antemano.

El bosquejo son las anotaciones principales del mensaje, es la estructura básica, es el esqueleto del
cuerpo del mensaje. Básicamente se elabora en una hoja pequeña y que luego servirá de referencia. Es
una síntesis del mensaje, que con pocas palabras da las ideas claves del mensaje.

En el bosquejo deben escribirse los puntos principales del mensaje; los detalles se irán agregando
conforme avance el mensaje. Las partes esenciales de un sencillo, pero efectivo bosquejo son:

a) El Titulo
b) El Propósito
c) El Texto
d) La Introducción
e) El cuerpo o desarrollo
f) Conclusión

1. El Titulo:
El tema del mensaje dará la clave para el titulo, el cual debe presentar la idea central del mensaje, debe
ser corto, llamativo y debe presentar, en pocas palabras, el tema o contenido del mensaje.

2. El Propósito:
Cada predicador debe definir el propósito del mensaje. Cada mensaje tiene un propósito específico. El
propósito debe señalar a los resultados que se espera ver en el grupo al que se dirige.

3. El Texto:
Anteriormente se les llamaba el texto aureo. La palabra aureo viene del griego aureos que significa oro.
Es decir entonces, el texto de oro, o mas valioso para el mensaje. También se le llama texto base. El
texto es la porción bíblica que se usara para el mensaje. Al estudiar el texto, el predicador deberá ir
anotando los pensamientos que le vienen a la mente mientras lo hace, al fruto de esta meditación previa
se le llama masa homilética.

4. Introducción:
La introducción es lo primero que se dice a los oyentes del mensaje. La introducción debe ser
interesante para despertar las mentes distraídas, debe lograr captar la atención de la congregación. Se
recomienda que no dure más de cinco minutos. La introducción puede ser el relato de un evento
reciente, una cita de algún escritor conocido, una anécdota o historia, una pregunta o una declaración
sorprendente.
5. El cuerpo del mensaje:
Esto constituye la parte mas importante del mensaje debe estar hecha a base de la palabra de Dios.
Debemos cuidar que no sea un desarrollo muy extenso que cueste integrar todas las partes, ni
demasiado corto que de la sensación de estar incompleto.

El cuerpo del mensaje presenta un pensamiento tras de otro y luego otro pensamiento que lleva a otro,
de tal manera que existe una progresión o movimiento hasta que se llega a convencer, a aclarar, a
mover a la congregación.

Un buen mensaje debe tocar la razón, llegando a las mentes de los oyentes explicando, dando
definiciones, presentando conceptos; también debe llegar a las emociones de las personas, tocando
sentimientos con ilustraciones que se identifiquen con los que escuchan. Pero también debe tocar y
sobre todo mover la voluntad de los que escuchan. Pero también debe tocar y sobre todo mover la
voluntad de los que escuchan, desafiándolos a tomar acciones y decisiones a partir del mensaje que han
escuchado.

Para preparar el cuerpo del mensaje y el bosquejo, se deberán anotar los puntos principales en forma de
una lista enumerada. Por ejemplo, punto uno, luego punto dos, y así sucesivamente. Se recomienda que
los bosquejos entre tres y cinco puntos principales, con sus respectivas subdivisiones si es necesario.

Cada punto debe tener relación con el texto principal. También debe tener relación con los demás
puntos, debe haber un orden lógico entre los puntos. Cada punto debe abarcar un aspecto diferente del
tema y deben ser breves y claros.

6. La Conclusión:
El mensaje debe terminar con una conclusión. Es el clímax del mismo y lleva a los oyentes a tomar
decisiones. La conclusión presenta un desafío para que cada persona reflexione sobre una decisión.
Debe incluir un breve repaso del mensaje, con una aplicación práctica, es decir, con una ultima
explicación de cómo poder vivir el mensaje escuchado.

¿Cómo presentar el mensaje?

Cada predicador tiene una forma muy particular de presentar los mensajes, esto por las diferencias de
personalidades. No es muy recomendable que intentemos imitar la predicación de otros.

Podemos preparar un excelente mensaje, pero si no lo presentamos de manera adecuada, lo podemos


echar a perder. Debemos considerar lo siguiente:

Mantengamos la mirada en los oyentes. Esto nos servirá para mantener la atención de todos, no fijemos
la vista en una persona específicamente, puede dar la idea que le dirigimos especialmente el mensaje o
una parte del mismo. Miremos a todo el grupo los de adelante, los de atrás, los que parecen interesados
y a los distraídos.

Voz clara y fuerte para que se escuche y entienda lo que decimos. Debemos de cuidar la modulación
para que no ofendamos a los oyentes con el tono de voz. Si hacemos uso de amplificación de sonido,
debemos usar de manera apropiada el micrófono para no lastimas a los oyentes. Debemos cuidar la
velocidad de cómo hablamos, no tan despacio que parezca que nos dormimos, ni tan rápido que no se
entienda lo que decimos. Cuidemos de no repetir muchas veces una misma expresión, dará sensación
de inseguridad y nerviosismo.
En general, de debe hablar de manera natural, con estilo de conversación, por algunos momentos y
dependiendo del tipo de mensaje y el entusiasmo del predicador se alza la voz o baja la voz, todo esto
debe ocurrir de manera natural y no forzada, la congregación se dará cuenta y pensará que tratamos de
manipularlos.

Cuidar el vocabulario, debe ser sencillo y directo. No intentemos lucir palabras rebuscadas, complicar
los razonamientos para impresionar o dar muestras de mucho conocimiento. Si se necesita usar
palabras difíciles, se debe explicar que significan. Una anécdota de una hermana muy anciana que dijo
“debería traer mi diccionario en vez de la Biblia”

Los gestos, todos usamos el lenguaje de los gestos, con un movimiento de la mano logramos decir
mucho. La manera de mirar, de pararnos, el movimiento de los ojos, del cuerpo en general, todo esto
quiere decir algo. Los gestos se deben usar de manera natural para dar énfasis a declaraciones durante
el mensaje.

Algunos padecemos de ciertos gestos que se hace de manera involuntaria en determinadas


circunstancias, cuando estamos nerviosos, inseguros, impacientes, enojados, avergonzados, etc.
Cuidémonos de no hacer gestos extraños mientras damos el mensaje porque esto distraerá la atención
de algunos oyentes y puede causar comentarios negativos para el predicador.

Ingredientes importantes del mensaje

Para que un mensaje sea llamativo, interesante y sobretodo edificante, debe incluir:

- Afirmaciones y declaraciones de la palabra de Dios.


- Explicaciones de términos y circunstancias que la congragación no conozca.
- Ejemplos adecuados de la vida diaria o imaginarios.
- Datos y argumentos técnicos o científicos, que de alguna manera comprueben lo que se esta
diciendo.
- Aplicaciones, que es la adaptación del mensaje a la vida de los oyentes. Pueden hacer durante o al
final del mensaje.
Homilética, cuya palabra se deriva de la palabra griega, "homilía", significa: un discurso, conversar,
comunicar. Homilética, es el arte de predicar.

Predicar, es proclamar el Evangelio de Jesucristo y otras verdades Bíblicas relacionadas con El, de
manera que los oyentes son motivados a creer y a tomar una decisión.

La predicación de la Palabra de Dios se encuentra entre los privilegios más grandes confiados al hombre.
Es además una de las más grandes responsabilidades.

A través de la "locura de la predicación", Dios ha escogido revelarse a los hombres.

Este conocimiento divino, comunicado a través de la predicación, puede conducir a los hombres a la
salvación eterna a través de la fe en Cristo Jesús.
Es también capaz de transformarlos a la imagen y semejanza de Dios.

"Homilética" es considerada como "el arte de la predicación". Es aquel ramo de la Teología que trata
con exhortaciones, sermones o discursos de un carácter moral o de la conducta personal, de la
salvación y la relación de Dios para con los hombres.

Homilética, es el estudio de todo lo relacionado con el arte de preparación y presentación de un


sermón y mensajes bíblicos. Buenos sermones (comunicación), nacen al tener una buena comunión
(compañerismo, con Dios y con los hombres).
Un buen sermón es un discurso bien preparado, en orden lógico, ilustrado, basado en la Escritura, de
manera que agrade a los oyentes y los lleve a creer y a tomar una decisión. Es por eso que decimos
que predicar es "un arte".

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