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La Metafísica de los Presocráticos:

Sandy Paola Cabrera Arteaga 20171000502


Daniela A. Lobo 20151002215
Roberto Antonio Cruz Murcia 7914918
I. Empédocles y Anaxágoras
Empédocles y Anaxágoras nacieron en el siglo V. Estos dos pensadores hicieron un
cambio dentro de la filosofía de ese tiempo pues fueron los precursores del pluralismo
sin embargo el término ‘’pluralismo’’ tiende hacer bastante confuso ya que tanto
Empédocles y Anaxágoras están subordinados al monismo anterior, el pluralismo en
estos dos pensadores no es el mismo. Empédocles se dirige al ‘’pluralismo de la
sustancia’’ por su parte Anaxágoras niega la sustancia. Estos dos filósofos comparten
un mismo objetivo con los monistas y es el de encontrar la unidad cósmica de todas
las formas sin embargo a diferencia de ellos, estos buscaban también causas
extrínsecas, su idea de Dios era la de un ordenador. En estos dos observamos una
evolución en la metafísica, dicha evolución era necesaria debido a que había quedado
estancada con Parménides y Heráclito, esta evolución también pudo surgir debido a
un aspecto social, en plena guerra entre Atenas, Corinto y Esparta surgen conflictos
entre materialistas e idealistas; ciencia y religión. Las alianzas, los pactos, el poder
y el reconocimiento de otras culturas y otros dioses abren paso a un pluralismo
necesario.
El llamado pluralismo presocrático como analogismo. Estos 2 pensadores que
pertenecen más al plano histórico de la metafísica presocrática, tenían afición por las
cuestiones cosmológicas, dejando a un lado la idea del cosmos que es bajo el control
de los dioses (como Epicuro), esta idea era rechazada por su uso de razón. El
pluralismo –el pluralismo de la sustancia se le atribuye a Empédocles- se contrarresta
con el monismo.
Parménides habla de la inmutabilidad del ser: lo que es debe ser inmutable,
refiriéndose a que lo que ya está comprobado ya no puede ser más que eso.
Parménides tiene influencia en Anaxágoras, está en Empédocles no tiene mucho
parecer, Heráclito influye a ambos: Anaxágoras y Parménides, pero Heráclito rechaza
el tranformacionismo absoluto de Parménides.
Heráclito al igual que Anaxágoras piensa que lo semejante se conoce por su
desemejante (los opuestos se atraen, ejemplo de los pitagóricos y Platón). Aunque ese
es un monismo reducir a que solo los opuestos son unibles, y así como sustancias no
es posible, pues una sustancia pura en el sentido no puede mezclarse con otra, quizás
puedan estar en presencia, pero siempre serán opuestas. Solo puede haber cambios en
sus formas, pero se mantendrás intactas en el ser (Aristóteles). La metafísica no puede
reducirse a pluralismo versus monismo.
El desprendimiento de posiciones univocistas en el campo ontológico es lo que
caracteriza la metafísica de Empédocles y Anaxágoras. La monología introduce
funciones ontológicas por causas extrínsecas (causa final y causa eficiente). La
univocista no admite la separación de los entes, los pitagóricos niegan la causa
extrínseca. Aunque los pitagóricos atribuían a la monada originaria funciones
demiurgos (átomos). Los pitagóricos son contrarios a Platón (aunque lo hayan
influido un poco), limitados al plano corpóreo, o sea el mundo inteligente, va
combinado a un organismo cosmológico de signo monista.
Empédocles y Anaxágoras eran pluralistas a diferencia de sus antecesores que eran
monistas. Se ha querido incluirlos junto a Demócrito en una escuela neo jónica, pero
no son una escuela en sentido institucional, solamente tienen en común su
preocupación por problemas cosmológicos. A diferencia de Demócrito, Empédocles
y Anaxágoras se mantienen dentro de la metafísica presocrática. El pluralismo de
ambos permanece subordinado al monismo cósmico. El pluralismo de ellos ni siquiera
puede caracterizarse como un pluralismo de la sustancia, en cuanto contrapuesto con
un monismo cósmico, este solo se aplicaría a Empédocles ya que en cierta forma
Anaxágoras niega la sustancia. Muchos creen que tanto Anaxágoras y Empédocles
intentan hacer una conciliación entre Parménides y Heráclito sin embargo esto es
ambiguo. Tratan de conciliar a Parménides y Heráclito, pero también a los pitagóricos,
aunque niegan algunos aspectos de ellos. De Parménides toman la inmutabilidad del
ser un rasgo anti Heráclito. Heráclito está presente en su ontología de las
transformaciones. No la tesis del cambio sino las transformaciones, en tanto es
compatible con la inmutabilidad del ente.
Anaxágoras contrarresta la metafísica de Heráclito y sus opuestos (conexión a causa
extrínseca), pues dice que los opuestos nunca pueden darse por sustancias distintas,
sino vinculadas de un modo interno. Se refería a que una sustancia al dividirse no va
ser el opuesto de otra sustancia, sino que estos dos al desunirse van a ser sus opuestos
de la misma sustancia, por eso el vínculo.
Aparece una nueva idea, la de un dios demiurgo ordenador cósmico más que la de un
Deus Absconditus, más de la ontología actual, o sea un Dios ordenador que es motor
de todo, no un dios creacionista.
Un racionalismo compositivo suplanta al racionalismo de división (monismo), hay un
racionalismo que no va hasta los últimos principios de “mezcla contra separación”, lo
que nos lleva a preguntar ¿Cuál ha sido las causas de la nueva metafísica analogista?,
a) progreso: el univocista (metafísica arcaica) traspaso de Empédocles y Anaxágoras
a Parménides y Heráclito. Se desarrolló hacia el analogismo, de forma lineal. Un
retroceso a la mano del avance para la ciencia y filosofía en la razón.
b) el periodo de lucha entre Grecia y Atenas se consideró como un “materialismo
versus idealismo; ciencia versus religión”. A quien se ha de galardonar, no solo por
su lucha, sino doctrina filosófica. Es artificioso pues intraintelectualismo se medita al
proceso mundano que se desarrolla en el racionalismo.
La razón conoce la realidad del enfrentamiento con los enemigos que nos rodea, no
solamente desde dentro sino también desde fuera. La idea pluralista (política) puede
abrirse camino a la metafísica. A través de la historia los precursores sociales e
históricos de ambos territorios utilizan una metafísica univocista o monista.
II. La metafísica de Empédocles y Agrigento.
Empédocles nació en Agrigento en el siglo V a.c., Empédocles crece dentro de una
sociedad que está pasando su mayor esplendor, fue un seguidor de la democracia, un
hombre con gran popularidad, al cual le habían ofrecido el puesto de rey sin embargo
el no se interesaba por dichos designios. Se puede considerar a Empédocles como un
ecléctico ya que unió las ideas de los monistas creando su propia estructura del
universo.
Este apartado trata de los dos trabajos de Empédocles: Purificaciones y Sobre la
Naturaleza. Reduce los dos poemas al plano de la cuestión psicológica, la pregunta
es: ¿había Empédocles en su juventud sido demócrata y racionalista y en su vejez
haber tenido una crisis de religión?, pues las Purificaciones era para un público de
fieles, sin hablar engañosamente, mientras que Sobre la Naturaleza era más para un
público laico, fuera de fe, más próximo a los escolásticos. Afectan a la historia misma
de la razón filosófica ene l ámbito social, cultural y religioso. Existe contradicción
entre sus escritos, en “las purificaciones” enseña la supervivencia, reencarnación y
prexistencia del alma; y en “sobre la naturaleza”, sostiene una tesis materialista sobre
el alma. La figura de Empédocles no sobresale en la historia de la filosofía, pero es
una esencial, al significado religioso cuyo seno se abre paso al racionalismo filosófico
y científico.
La concepción global del mundo de Empédocles: se inclina decididamente del lado
del mito, y esto se olvida con frecuencia. Aunque su metafísica no se le compara a la
de Anaximandro y Anaxágoras. Se debe utilizar ideas ya expuestas de analogismo
(univocistas) y principalísimo, para responder a su ontología en forma de formula
(como la de Anaxágoras).
Analogismo: el ser “se dice de muchas maneras” Es una tesis de carácter ontológico
general, sin perjuicio de que estas maneras fueran identificadas por el con el agua, el
fuego, la tierra y el aire, es decir con los principios constitutivos del mundo. para
Empédocles fueron los 4 elementos, los más esenciales en su ontología, que son
principios constitutivos y principios homonimitos (el mundo de las formas).
Introduciendo varios seres, en lugar de uno podría conciliarse el cambio a la ontología
eleática, este fue el salto al mecanicismo de la conciencia mítica. Diviniza los
elementos, pues los comparaba con dioses (Hera: tierra) en su poema Sobre la
naturaleza. Penetra para cubrirlo todo por la ontología no religiosa. Esto es lo que se
enfrenta con la concepción eleática del ser. Identifica a Zeus con el fuego y a Nestis
con el agua, con lo que diviniza esos elementos.
Empédocles de cierta manera es un mítico que no se aparta de las ideas politeistas de
su tiempo, para él sus cuatro raíces podían representar cuatro dioses ( Zeús, el fuego;
Hera, la tierra; Edoneo; el aire y Nestis, el agua) esto no significa que crea en estos
dioses si no que los materializa los hace ‘reales’’ y a su vez diviniza estos elementos.
Sería una casualidad si se considerara la explicación standard de que Empédocles
desarrollo esta explicación para conciliar la posición eleática con la de Heráclito, pues
el eleatismo queda arruinado en su tesis central sobre la unidad del ser. Empédocles
no ha tratado de adaptar la metafísica eleática a Heráclito, sino que ha atacado su tesis
central, la unicidad del ser. Ha conservado del eleatismo el principio ontológico de
conservación, según el cual lo que existe no puede haber comenzado ni dejar de
existir.
La ontología de Empédocles se comprende por su aplicación del principio ontológico
de conservación a un conjunto de argumentos presupuestos como sustancias
irreductibles, múltiples pero finitas, aunque postuladas como semejantes a los
contenidos del mundo: agua, aire, tierra y fuego. Esto implica la separación de
Parménides, ya que estos elementos aparecen eternamente separados.
El politeísmo racionalista de Empédocles aquel que ha triturado el ser-Uno de
Parménides, lo que es un politeísmo antropomórfico. El principio de conservación es
un principio eleático, la cual se refiere a la conservación de la materia y movimiento
y a la ley de inercia, esto explica la inmortalidad de la materia. Puesta esta metafísica
aplica este principio de conversación incluso desde ella ha podido formular con
claridad: tal es la contribución a la ontología de Parménides a la nueva ontología. Por
ejemplo, para los Jonios: sustancia es una, para los Eleatas quienes han añadido que
es inmóvil. (Todo esto ha sido considerado para Aristóteles y su Metafísica).
Para Parménides, el ser eleático es una unidad ontológica general y también la unidad
del mundo, la concepción del monismo. Parménides intenta salvar su filosofía, pero
su monismo es meramente intencional y cuasimítico, inconsistente, y en modo alguno
es efectiva. Se puede conciliar los 4 elementos como hizo Anaxágoras y su
homeomerías (innumerables partículas infinitamente pequeñas de las que se compone
la realidad), pero Empédocles esta conciliado a Parménides con sus sentidos. Si fuera
el semejante quien rigiera despóticamente los destinos de la realidad, el mundo, que
es mezcla de lo diverso, unión de los contrarios, se desvanecería en el Sphairos.
Empédocles no pensaba en una univocidad del ser como Parménides, miraba el ser de
manera pluralista. La nueva metafísica pluralista se encuentra de manera más visible
en la ‘’esfera acósmica’ de Empédocles, en esta esfera los elementos eternos están
separadas y solo se puede encontrar cierta unidad en la sucesión entre ellas. A
diferencia de la ‘’esfera cósmica’’ donde los elementos se mezclan.
El movimiento uniforme de los cielos, de Aristóteles, es un resultado del mismo
principio de conservación del movimiento en el sistema de Parménides conducía a la
inmovilidad del ser: el movimiento uniforme circular es una forma de realizarse la
inmovilidad del ser según el principio de conservación de movimiento. (el circulo
también es la imagen de eternidad de Platón). En plano lógico: la unidad del ser
inmóvil. A ontología de Empédocles puede definirse en sustancias irreductibles,
múltiples pero finitas, aunque postulados homónimamente.
La figura mítica ahora es la esfera (verdad de la nueva metafísica) que los elementos
están separados unos de otros. Es completamente incomprensible la mezcla de unas
sustancias que propiamente no existen, las sustancias primeras no pueden mezclarse,
pues ya están dadas como sustancias (en la esfera). Prevalece el principio de atracción
sobre el de repulsión (semejante a semejante).
La búsqueda de Dios es la búsqueda continua de toda filosofía, pero ya es tiempo en
la historia de que apareciera un dios abstracto, un demiurgo. La metafísica que ha
querido mantener el monismo cósmico, ha conocido ya la equivocidad (analogía del
ser), Dios es: Nous (Anaxágoras), inteligencia y causa final. Anaxágoras: no tiene
efecto alguno ordenador en el cosmos, del cual ni si quiera puede tener una noticia
que mancharía su pureza; Empédocles: las funciones son desempeñadas por el amor
y el odio, que mueve los cuatro elementos, es la exposición temporal de su metafísica,
en el desarrollo cíclico del ser, en el cíclico cósmico incesante, en donde se
manifiestan con claridad las inconsistencias irresolubles del sistema de Empédocles,
que se disimulan por las brillantes imágenes de cuño mitológico.
Diagrama del Progressus y Regressus de la esfera al mundo, según Empédocles.
Etapas del ciclo cósmico:
Situación 1: estado cósmico, cada elemento se une a si mismo por una separación
idempotente AA=A situación opuesta 2: es aquella en la que todos los elementos,
separados de sí mismo por el odio, están unidos por su mismo odio, están unidos unos
por otros por él. Ya no es unión de identidad. Situación 3: existe evidentemente una
tercera posibilidad. Aquella en la cual todas las casillas de la matriz autológica están
llenas (situación 2),; Anaxágoras no acepta el estado cósmico, solo acepta la siuacion
3.
Cada filosofo hace su comparación de las situaciones de Empédocles con el mundo
actual, pues no fue relevante como Aristóteles de las ciencias, pero si fue un indicio
histórico de importancia para una aclaración futura. Empédocles es precursor de la
fisiología, química y de la percepción, relación ciencia/metafísica, Empédocles es
caso eminente en el cual esta distinción no podría tener mucho sentido.
La metafísica de Empédocles por muy mitológica que fuese desempeño un papel de
drenaje de las filosofías monistas que paralizaban el desarrollo de la razón.
La matriz que muestra que bajo el reinado del amor los elementos están separados
entre sí y bajo el reino del odio están mezclados. Como Aristóteles había señalado en
Empédocles el amor separa y la discordia une. El mundo en que vivimos
correspondería a una situación intermedia.
Cuando el odio alcanza su dominio total, volverá de nuevo al amor a juntar lo
semejante con lo semejante, la negación del sentido sobrenatural de una enfermedad
no significa la reducción a un proceso físico, trata de concentrarse en la exposición
del monismo cósmico, más radical, al menos intencionalmente.
Comprensión del mundo de los fenómenos desde la categoría de mezcla, en la que el
principio de conservación se aplica axiomáticamente. Los dos más grandes aspectos
de pensamiento de Empédocles en esta dirección:
A) El concepto de elementos de la experiencia racional queda sistemáticamente
bloqueada por los supuestos metafísicos, la noción de sustancias determinada, la
sustancia entre sustancia, y de sustancia que a la vez es esencia. Surge de la
pluralidad pero a la vez de la finitud de su número. El cita el ejemplo de los
pintores que con cuatro colores elementales logran una gran variedad de tonos. La
idea de sustancia determinada, de sustancia entre sustancia y sustancia a la vez es
esencia, es una base para Empédocles y surge de su visión pluralista. Los
elementos para él surgen predestinados a la mezcla por ello miraba estos
elementos como sustancias. Se puede decir que Empédocles miraba estos 4
elementos como producto de la razón. Se puede considerar que la teoría de los
cuatro elementos se anticipe a la química pero esto sería bastante simplista puesto
que la teoría de los cuatro elementos abarcaría hasta la gramática y genética. Y
aunque exista una cierta anticipación a la química esta no es esencial, ya que
actualmente se sabe que los elementos químicos no son sustancias primeras, existe
materia mucho más compleja que los elementos, sin embargo los elementos
químicos están más cerca de los cuatros elementos de Empédocles que de los
átomos. Con la teoría de los cuatro elementos Empédocles contribuyó con dos
situaciones contradictorias hacía la química, ya que por una parte crea la idea de
‘’elemento’’ que es una base de la química y por otra parte su misma idea aplaza
y hace lento la constitución de la química como ciencia.

Exigió al elemento con pluralidad, pero a la vez infinitud de su número, lo esencial no es


perder nunca de vista que el concepto de elementos aparece siempre en un contexto
operativo. Los elementos no tienen sentido al margen de la operación “mezcla” o de su
inversa, no se puede tomar la sustancia como algo originario, empedocles no ha podido
inventar la estructura de la razón si esta está ya no hubiese estado en marcha por
profesionales.
Idea de los elementos prefigurada en el sentido de los términos preparatorios en un cierre
categorial:
1. Finitud de los términos, en virtud de la cual hacen susceptibles de componer
mutuamente, para dar lugar a formaciones que pertenecen al campo.
2. Términos susceptibles de componerse consigo mismos, dando lugar a compuestos
de partes homogéneas que tienen como limite la idempotencia (A*A=A).
Serian meramente postulados a carecería de definición operatoria, pues los elementos
químicos no son sustancias primeras, que por debajo de ellos existen estratos de
materialidad mucho más complejos, los 4 elementos son sustancias puras, que los siglos
después entenderían en la ciencia modernas como la Química. Lo cierto es que los
elementos de los químicos modernos proceden, históricamente, no de la composición de
los átomos de Democrito, sino de la descomposición de los elementos de Empédocles.
La teoría de los cuatro elementos de importancia en la historia, pues el eligió 4 no 7 ni
12, específicamente por ser puros. Forman compuestos que ya no pueden descomponerse.
Como el agua, fuego, tierra y aire, que al mezclarse crean vida por los cuales nuestro
planeta es habitable, actualmente tenemos un nombre científico para esos elementos y
sabemos su composición químicamente a la perfección. El número cuatro era un número
distinguido en los pitagóricos, la tétrada simbolizaba la naturaleza floreciente. Fue el
creador de la idea de elemento tan necesaria a la química.
B) Consideraciones similares habría que hacer a propósito de los dos principios
extrínsecos introducidos por Empédocles: el amor y el odio. Estos principios son
peculiares en el plano ontológico. Acerca de los dos principios extrínsecos de
Empédocles, el amor y el odio. El amor es la atracción de lo semejante por lo
semejante. Un principio de gravitación lógica. Los semejantes atraen a los
semejantes, los seres vivos se juntan con los de su especie, las aves a la aves, etc.
El odio podría entenderse como una oposición correlativa a la identidad que une
a los elementos entre sí. Relación interna, inmanente y necesaria. El odio
permanece a fuera circundando a la esfera del amor, como causa extrínseca no
solo en el aspecto espacial sino en el lógico de la propia estabilidad del conjunto.

III. La Metafísica de Anaxágoras.


Anaxágoras nació en Clazómenas 500 a.c. y llegó a Atenas en el 480 a.c. escribió la obra
‘’sobre la naturaleza’’ un libro accesible y barato. Era un hombre interesado por la
astronomia, matemáticas y medicina. Anaxágora fue un precursor de la vida
contemplativa, la cual él consideraba que brindaba libertad. Funda la teoria del nous y
trata de explicar la relación de esta con el mundo. En el 467 a.c. surge un hecho curioso,
la caida de un meteoro a la tierra, se dijo que Anaxágoras predijo el hecho debido a que
para él el sol era un pedazo de fuego y le meteoro era parte de él, dicha idea causó asombró
debido a que el sol era mistificado. La metafísica de Anaxágoras tiene dos elementos
característicos, las homeomerías y el nous (mente o pensamiento). Dice Teofrasto que si
suponemos que según Anaxágoras la mezcla de todas las cosas es una sustancia indefinida
en especie y extensión, resulta que hay según los dos principios la sustancia de lo infinito
y la mente, por lo que sería el primer dualista en la filosofía. Las homeomerías nos remiten
al mundo y el nous a Dios. El nous está en función del mundo y no el mundo en función
del nous
El concepto de homeomería surge en Anaxágoras para explicar su doctrina de la
pluralidad infinita de realidades materiales cualitativamente distintas. Aunque el termino
proviene de Aristóteles no de Anaxágoras este habla de Spermata, “semillas”. En
Aristóteles homeomerías sirve para designar aquellas cosas que se dividen en partes
iguales entre sí, cuyas partes conservan las mismas cualidades, como por ejemplo el oro.
Anaxágoras según Sinnige habría fundado la doctrina de que la multitud infinita de
pequeñas partes de un todo, puede constituir un todo finito. La pregunta es ¿cómo un
mundo homeomérico, continuo, formado por partes infinitamente divisibles y tales que
cada una está en las demás, puede tener conexión con el nous?
El nous sería una causa extrínseca, exterior al mundo infinito, pero que su misión consiste
en trasformar un mundo infinito y absolutamente mezclado en un cosmos (un orden donde
la entropía disminuye). Por tanto el nous tendría una función motora y una ordenadora en
oposición a la entropía. En Anaxágoras dios no es creador pero si motor y ordenador, un
demiurgo que actúa por la sola acción de su pensamiento.
El nous se nos aparece como una unión de dos funciones ontológicas que pueden
separarse: la función motora (cusa eficiente) y la función ordenadora (causa final).
El filósofo jónico Anaxágoras, en su concepción del mundo sensible, siguió el concepto
de un cosmos formado a partir de una masa originaria con infinidad de elementos y
partículas mezcladas. De acuerdo con Parménides, esas partículas, indestructibles, se
mezclan posteriormente para formar los objetos y se separan cuando éstos se destruyen.
Anaxágoras, sin embargo, no está de acuerdo con que las cuatro unidades últimas sean
los cuatro elementos de Empédocles (tierra, aire, agua y fuego), y cree que aquello que
tenga partes cualitativamente similares al todo es último y no derivado de ninguna cosa.
En el inicio, pues, todas las cosas estaban confusas y fundidas unas en otras. En la masa
no hay vacíos, nada destaca o se manifiesta en ella (C. Ramnoux). Entonces, ¿qué es lo
que da forma a las cosas que contemplamos al mundo sensible? Para Empédocles la causa
y el movimiento del universo era la acción alternante de dos fuerzas, el Amor y la
Discordia. Para Anaxágoras, en cambio, el responsable es el nous, la Mente o Inteligencia.
Gracias al nous se inicia el movimiento diferenciador del universo; lo cálido se separa de
lo frío, lo luminoso de lo oscuro, lo pesado de lo ligero, etc. La inteligencia es, pues, la
que genera la discriminación de las cosas, la que separa los opuestos, la que permite
existencia de cosas concretas. Es definitiva, el nous es el principio y causa del movimiento
original, una realidad inteligente, la más pura y ligera.

Sin embargo, aunque cada cosa esté repleta de todas las demás, en porciones
insignificantes o, bien, en una fracción significativa (es precisamente la abundancia o
proporción mayor de ciertas partículas las que nos hacen denominar así a un objeto; un
trozo de madera está formado mayoritariamente por madera, pero también contiene
infinidad de otras partículas, como tierra, agua, etc.), sólo el nous no está mezclado con
nada, aunque pueda formar parte de una mezcla. El nous habita en todas partes, tanto en
los animales como en el hombre, tanto en la masa indiferenciada como en las demás cosas,
pero en efecto, no se mezcla con ella; está en ellas, pero siempre fuera de ellas (Ramnoux).
Todo es, por lo que respecta a la materia, grande y pequeño: es grande porque la materia
puede dividirse en múltiples partes (en infinitas partes, de hecho), y es pequeña porque
puede formar un todo mayor por agregación (Mas). El nous, a su vez, también es la más
grande y la más pequeña de las cosas, porque está en todo, aunque no pueda mezclarse, o
hacerse hacerse mayor o menor.
Pese a suponerlo como una inteligencia diferenciadora, el nous también está presente “en
cualquier cosa, en la rodeante masa”; afirma después el filósofo que ocupa un lugar en el
espacio, por lo que algunos, como Burnet, han sugerido que Anaxágoras, si bien dota de
pureza al nous, pureza de la que carecen las demás cosas, no le concede el grado de ser
inmaterial e incorpóreo. Es decir, Anaxágoras sostiene una visión del mundo materialista,
algo que puede hacernos comprender por qué ilustres pensadores le recriminaron en su
día esa forma de entender el universo. El nous pone en marcha el torbellino o movimiento
rotatorio, cierto, pero lo que sucede con posterioridad es obra del propio torbellino, no de
la inteligencia. Aristóteles comenta en su Metafísica que Anaxágoras, “siempre que no
sabe explicar por qué algo sucede, introduce [al nous] a la fuerza, pero en los demás casos
atribuye la causa a lo que sea, antes que a la Mente”. Por su parte, Platón se queja de que
no le suponga bondad alguna al nous, eliminando cualquier rasgo ético; tal vez entendía
que una inteligencia tal debía actuar siempre en pos del mayor interés por el bien del
mundo.

Hay que tener en cuenta, no obstante, que en la época de Anaxágoras no había, por parte
de los pensadores, una concepción inmaterial del espíritu; esto es algo que llegaría más
adelante. Que Anaxágoras conciba el nous como ocupando un volumen no implica que
lo tuviese como algo material; en opinión de Copleston, todo lo más que puede decirse es
que, en su concepción de lo espiritual, Anaxágoras “no consiguió comprender del todo la
radical diferencia que hay entre lo corpóreo y el espíritu”. Parece, pues, que todo se reduce
a que Anaxágoras no entendió la diferencia entre el espíritu y la materia a la que da forma
o pone en movimiento.

Más allá de esta inseguridad acerca de la concepción definitiva que tuviese Anaxágoras
del nous, quizá cabría plantearse si la “radical separación entre lo corpóreo y el espíritu”
que comenta Copleston, de la que carecía Anaxágoras, es o no tan radical. Porque aunque
en la historia de la filosofía occidental podamos hallar multitud de teorías y concepciones
acerca de la separación entre mente-cuerpo, este dualismo tan primordial no es universal:
cabe citar, por ejemplo, algunas de las doctrinas hindúes o chinas, en las que se concibe
al ser humano como entidad integral y no separada en esas dos partes.

De ahí que la idea del nous de Anaxágoras pueda ser interpretada de varias maneras:
podemos entenderla como un ente puramente material, si bien más puro que las demás
materias y que no participa más que en la génesis de su separación; podemos verlo como
un ser que pone en marcha la maquinaria de lo existente, y que separa asimismo las cosas
y ‘vive’ en ellas, no mezclado con nada; o podemos, en el caso de que, atreviéndonos,
hagamos una interpretación a partir de las filosofías orientales, entender el nous como
una especie de realidad constitutiva de todo, mente y materia, que otorga al mundo una
unidad: el nous, entonces, sería la causa de la diferenciación del mundo sensible, el
“torbellino” que impulsa el movimiento, jugando además un papel en la esencia misma
de las cosas (aunque habría que matizar bastante más esta definición, claro está)

Sea cual sea la interpretación que del nous y su materialidad hagamos, resulta interesante
constatar que el universo revelado por la ciencia a partir de Isaac Newton ha tenido mucho
más en común con la visión de Anaxágoras que con la propuesta de Platón o su discípulo
Aristóteles. Pese a las críticas vertidas por éstos hacia el filósofo jonio, nuestro cosmos
físico ha resultado ser un lugar en el que no hay bondad ni eticidad alguna, como sugirió
Anaxágoras: sólo indiferencia ante las volubles e insignificantes pasiones y tragedias
humanas.
Para Anaxágoras todo estaba contenido en todo, una línea podía dividirse en otras líneas
y así hasta el infinito. Se puede considerar que la homeomerías esstán de cierta manera
vinculadas a las matemáticas, debido a su idea de la divisibilidad infinita de estas semillas.
Cuando Anaxágoras habla de esta divisibilidad pone límites, pues las homeomerías solo
se pueden dividir en otras que son esencialmente las mismas. Ahora es necesario poder
vincular el principio de Homeomerías con el de Nous y surge un problema ¿Cómo en un
mundo infinito de infinitos puede existir el nous? Podría entonces tratar al nous como
causa extrínseca a este mundo pero ¿no habría ninguna vinculación el mundo infinito y
el nous? Se puede justificar que hay una cierta vinculación debido a dos causas que
cumple el nous.

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