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La carta a García o también, Mensaje a García, es un ensayo escrito por el estadounidense

Elbert Hubbard en 1899. El escrito representa con exactitud, la ineptitud de los empleados a la
hora de actuar bajo mandatos. Con una deducción acertada, podemos llegar a la conclusión de
que los empleados ineptos no son otra cosa que aquellos individuos, sin importar su lugar en la
empresa, que no sólo hacen su trabajo a medias con resultados de dudosa calidad, sino que
atrasan o entorpecen el ejercicio profesional de los demás.

Este ensayo, es un llamado contra la negligencia e intenta cambiar, esa falta de carácter, de
esmero, de ganas de hacer las cosas, esa actitud despreocupada que suelen acoger las personas al
sentirse inferiores a sus jefes. El mensaje se basa en la relación a las cosas y obligaciones de los
hombres, de los trabajadores, que suelen simples. Estás no necesitan de preguntas y excusas
tontas. Pues, busca enseñar que el deber debe cumplirse contra cualquier obstáculo. Las excusas
son para débiles, en un mundo en donde ser proactivo es el ideal.

Es irrevocablemente desolador el ver, como hoy en día las personas son tan conformistas. El
hecho de que no se propongan metas para “echar pa adelante” como usualmente decimos, pues
siempre debemos estar en busca de progreso. Cuando se anhela más de lo que se hace, las
personas tienden a caer en la mediocridad, pues anhelar infatigablemente que las cosas les
“caigan del cielo” es solo un estado más de está. El hecho de que en determinado punto alguien
pueda pasar todo el día lamentándose por lo que le pasa o por lo que no tiene me hace indignar.
¿Cómo es posible qué se busque de manera constante comparar la situación que se vive con la de
otros? El albergar resentimiento hacia los que están mejor que nosotros. ¿Sin buscar proponerse
alguna meta para cambiar eso? Se supone que podríamos encontrarnos cansados y avergonzados
de lo que somos o tenemos e incluirme busca sencillamente cumplir con mi deber de generalizar
pues, después de todo es solo decisión de nosotros mismos el poder cambiar. ¿Cuál es la razón
qué nos impide cambiar la historia? ¿Por qué no mejoramos? ¿Por qué no dejamos huella?”.

Muchos utilizan como excusa el ser pobres, no tener dinero, entre muchos otros. Pero como
dicen por ahí “en la vida no hay cosas imposibles sino hombres incapaces” lo cual representa que
el problema acá es que falta el interés necesario para cumplir lo que se nos proponga. Y llegado
a este punto nos preguntaremos pero, ¿Cuál es el propósito de seguir? Si no tienes a alguien o
algo que te impulse a hacerlo. Ese pensamiento erróneo. Es en donde radica el fracaso, ¿Por qué
esperar por alguien más? ¿Por qué debemos sentirnos impulsados por algo? Somos los motores
de nuestra vida, somos quienes debemos ponernos en marcha contra todo pronóstico y en
ocasiones, aunque resulte imposible, somos los únicos que podemos darnos consuelo para
continuar.

Y es que a pesar de que cumplir órdenes, no suele ser el propósito de nuestra vida cumplir
netamente lo que nos manden es un paso importante para poder crecer como personas.
Progresemos y nunca nos conformemos, a fin de que al final de cualquier jornada seamos esos
que fueron capaces llevar la CARTA A GARCIA.

Como reflexión última, busquemos siempre valorar la simplicidad hermosa que existe en lo
que tenemos, apreciando siempre sobre todas las cosas esas personas que hacen de nuestro día a
día algo especial pero, sobre todo valorándonos con perpetuidad a nosotros mismos.

“La grandeza de un hombre no se mide por el terreno que ocupan sus pies, sino por el
horizonte que descubren sus ojos”.

José Martí
Político y escritor cubano, destacado precursor del Modernismo literario hispanoamericano y
uno de los principales líderes de la independencia de su país.

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