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NEMATODOS FITOPARÁSITOS EN EL CULTIVO DE LA PAPA

Dres. Tirzo Paúl Godoy Angulo, Roberto Gastélum Luque,


Moisés Gilberto Yáñez Juárez y Miguel López Meza

Facultad de Agronomía de la Universidad Autónoma de Sinaloa

Los géneros de nematodos de mayor importancia en el cultivo de la papa son:


Globodera, Meloidogyne, Nacobbus, Ditylenchus y Pratylenchus; no obstante,
también están reportados Trichodorus, Longidorus, Xiphinema, Paratylenchus y
Belonolaimus, entre otros.

NEMATODO DORADO DE LA PAPA


Introducción
En áreas con bajas temperaturas, el nematodo dorado de la papa (Globodera
rostochiensis (Behrens, 1975)), constituye uno de los problemas fitosanitarios más
serios en el cultivo de la papa a nivel mundial (Nuñez, et al., 2003). Esta especie,
además de dañar directamente a la planta y tener su impacto negativo en la
producción, una vez presente en los lotes infestados donde se siembra papa,
constituye una amenaza para la movilización de tubérculos para semilla, porque
hay que evitar la diseminación a través de cuarentenas.
Se considera que este nematodo tiene su origen en la zona andina de
América del sur, pero que a través del tiempo ha coevolucionado con las
subespecies de papa (Solanum tuberosum L.) y actualmente es un problema en
los lugares donde está presente (González y Franco, 1997). Sin embargo,
investigaciones con ADN ribosomal sugieren a México como centro de origen
(Ferris et al., 1995).
En nuestro país, el nematodo dorado de la papa se descubrió en 1971 en
lotes de Galeana, Nuevo León, México (Leo, 1972); después apareció en los
municipios de Saltillo y Arteaga, Coahuila (Arciga, 1992), situación que impidió la
comercialización de la papa como semilla, ocasionando pérdidas económicas
considerables en los productores.
Actualmente, la Dirección General de Sanidad Vegetal para poder emitir
permisos de siembra de papa como simiente, requiere de estudios nematológicos
que garanticen que los lotes estén libres del nematodo dorado de la papa (NDP).

Hospedantes
Los hospedantes del nematodo dorado de la papa se encuentran principalmente
en papa, tomate y berenjena.

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Síntomas
El primer signo de daño en el campo es la presencia de manchones con plantas
que muestran poco desarrollo, clorosis y marchitez (Figura 1). El sistema radical
es de tamaño reducido, sobre todo cuando se tienen altas poblaciones del
nematodo. Los síntomas inducidos por este nematodo se pueden diferenciar de
otros fitopatógenos por la presencia de quistes en la superficie de las raíces.
Las infecciones en los tubérculos son menos frecuentes (Figura 2), debido a
que el nematodo prefiere alimentarse detrás de la punta de la raíz o de la
prolongación de raíces activas (Utah University, 2010; citado por DGSV-CNRF,
2011).

Figura 1. Presencia de un manchón de plantas severamente afectadas por Globodera pallida.


Fuente: NAPPO, 2006.

Figura 2. Quistes de Globodera sp. sobre la superficie de tubérculos. Tomado de: Shell 2006,
citado por Canadian Food Inepection Agency, 2006.

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Descripción morfológica
Los machos son vermiformes, carecen de ala caudal y tienen una cola corta; su
longitud varía de 0.89 a 1.27 mm, poseen cuatro incisuras a la mitad del cuerpo,
pero al final de la cola sólo se aprecian tres (CABI, 2011).
La coloración amarilla de las hembras indica la presencia de G.
rostochiensis (Figura 3), pero la ausencia de hembras de este color en las raíces,
no significa necesariamente que se trata de G. pallida (Figura 4).
La preparación de los cortes perineales de los quistes y la observación de
las estrías cuticulares entre vulva y ano (Figura 5), es la manera de distinguir las
dos especies (Greco y Crozzoli, 1995).
Los quistes contienen huevos, que están protegidos por la cutícula de la
hembra; los nuevos muestran un orificio vulvar intacto, mientras los viejos no
presentan signos de sus genitales y sólo se aprecia un orificio en la cutícula que
muestra la posición de la fenestra (CABI; 2011).

Figura 3. Quistes de Globodera rostochiensis y en raíz de papa. Créditos: Central Science


Laboratory, Harpenden Archive.

Figura 4. Quistes de G. pallida en parte del sistema radical en una planta de papa. Tomada de:
Insect Images: Forest Health, natural Resources Silviculture Images 2006.

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Principales diferencias entre G. rostochiensis y G. pallida:

Figura 5. Cortes perineales de quistes de Globodera rostochiensis (izquierda) y G. pallida


(derecha), nótese el número de estrías entre la vulva (v) y el ano (a): más de 20 en G.
rostochiensis y menos de 12 G. pallida. Tomado de: Greco y Crozzoli (1995).

Biología
Globodera rostochiensis y G. pallida son nematodos endoparásitos sedentarios y
pueden permanecer normalmente en el suelo durante cinco o seis años. Una vez
que los exudados radicales del hospedante son detectados por los nematodos se

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estimula la eclosión de los huevecillos y emergen las larvas del segundo estado
juvenil (Greco y Crzzoli, 1995), mismas que penetran en las raíces.
Cada larva se alimenta de un grupo de células que originan a células
gigantes, a partir de las cuales se va a alimentar y permanece inmóvil en los
siguientes estados juveniles. Después de la última muda aparecen machos y
hembras. Estas últimas aumentan de tamaño y rompen el tejido radical, pero
permanecen unidas a las raíces.
Los machos después de la cuarta muda se tornan vermiformes y
abandonan la raíz, para buscar a las hembras y fecundarlas, una vez fertilizadas
por los machos, aumentan de tamaño y se tornan subesféricas. Los huevecillos
son producidos y retenidos dentro de las hembras, cuando las hembras están
completamente maduras mueren y se transforman en quistes, mismos que puede
contener 500 huevos, y logran mantenerse viables dentro del quiste por más de 20
años en ausencia del hospedero (Ortega, 2008; Smith et al., 1997; Stone, 1973).
El nematodo por sí mismo, sólo puede diseminarse a cortas distancias por
el movimiento de los juveniles, cuando estos son atraídos por los exudados
radicales de sus hospedantes; sin embargo, los quistes pueden diseminarse a
través de tubérculos, implementos agrícolas, agua de riego, viento y animales,
entre otros.
Generalmente la presencia inicial del nematodo no se detecta en los
primeros años, pero cuando la población del nematodo logra alcanzar más de dos
millones de quistes por hectárea, los problemas a consecuencia del nematodo son
evidentes (Crozzoli, 1989).
La temperatura óptima para la eclosión de los huevecillos de G.
rostochiensis es de 15 oC (Evans, 1968; citado por DGSV-CNRF, 2011). Una vez
que salen los juveniles de los huevecillos, penetran en el sistema radical y una
cuantas horas después de haber seleccionado el sitio de alimentación, la larva
prueba la célula introduciendo el estilete, luego es retraído y reinsertado
nuevamente dentro de la misma.

Importancia económica
Los daños ocasionados por los nematodos frecuentemente se atribuyen a otras
causas como una fertilización inadecuada, falta de humedad o agotamiento de los
suelos. En consecuencia, estos organismos pueden pasar desapercibidos cierto
tiempo, porque no se aprecian a simple vista y por la ausencia de síntomas
inicialmente.
En general, las pérdidas en rendimiento dependen de la asociación
hospedante-nematodo, de la raza, densidad poblacional, condiciones ambientales,
época de siembra y fertilidad de los suelos, entre otros aspectos (Pumisacho y
Sherwood, 2002).

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La presencia de un quiste o más de 120 juveniles por 100 gramos (g) de
suelo son causantes de pérdidas en el cultivo (Añez y Tavira, 1985). Otro estudio
indicó que cinco quistes viables por 100 cm3 de suelo pueden originar daños
económicos (Crozzoli, 1989). En México se considera a Globodera rostochiensis
como una plaga cuarentenaria presente.

CONTROL
Rotación de cultivos
Para disminuir la densidad poblacional de G. rostochiensis y G. pallida pueden
sembrarse cultivos no hospedantes como la cebada (CABI, 2011). La reducción
anual del nematodo enquistador es variable y depende de la densidad de
población inicial y factores relacionados con el suelo y la población bajo estudio.
Esta opción puede combinarse con el establecimiento de cultivos resistentes
(CABI, 2011).

Cultivos trampa
Los cultivos trampa se han usado con buenos resultados en el manejo de los
nematodos enquistadores, se da el tiempo requerido para que penetre el segundo
estado juvenil y tenga cierto desarrollo en el interior del tejido vegetal, pero antes
de que lleguen a su estado adulto, se destruye el cultivo aproximadamente unas
seis o siete semanas después de haberse establecido (Halford, et al., 1999).

Control físico (solarización)


Este método es adecuado para el control de nematodos en climas muy cálidos, el
suelo se cubre con dos capas de polietileno para incrementar el calentamiento del
subsuelo. Estudios han mostrado que el 97 % de los huevecillos de G.
rostochiensis fueron inactivados en los primeros 10 cm del suelo (LaMondia y
Brodie, 1984).
Por otra parte Franco et al. (1993) señalan que la temperatura debe
aproximarse a 45 0C para impactar en la supervivencia del nematodo antes citado.
Esta técnica en climas fríos no da buenos resultados.

Control genético
Existen fuentes de resistencia en una colección de papa de la Commonwealth y
entre ellas se mencionan a tres clones diploides de Solanum vernei (CPC 1051,
CPC 2443 y CPC 2414) y cinco clones tetradiploides de S. tuberosum ssp.
andigena (CPC 1595, CPC 1673, CPC 1685, CPC 169 y CPC 1692). Un clon fue
ampliamente usado como progenitor resistente creyendo que serviría para el
manejo de todas las poblaciones del nematodo enquistador de la papa, sin
embargo, en diversas partes del mundo se reportó que el nematodo se multiplicó
en líneas de este clon (Franco et al., 1993).

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Control biológico
Los hongos Verticillium chlamidosporium, Fusarium oxysporum y Cylindrocarpon
destructans han sido observados en el nematodo enquistador (Crump, 1987).
También se ha encontrado que F. oxysporum y F. solani parasitan huevos de G.
rostochiensis en un bajo porcentaje, por tanto, se consideran como invasores
secundarios (Franco et al., 1993).

Control legal
Para impedir la introducción y diseminación de un nematodo en áreas libres de
esa especie se establecen las cuarentenas. Esta medida limita el daño causado
por plagas importantes a través de requisitos fitosanitarios específicos para
importar o trasladar material vegetal propagativo y para establecer zonas bajo
protección o libres de plagas en un determinado cultivo (CABI, 2011).
En México se tienen normas fitosanitarias para la importación de material
propagativo, producción de material propagativo asexual de la papa,
establecimiento de zonas bajo protección y zonas libres de plagas cuarentenarias
(DOF, 1996; DOF, 1998; DOF, 2000; DOF, 2003).

Control químico
Los organofosforados y oximecarbamatos son nematicidas muy efectivos para el
control de los nematodos. Etoprofos se ha utilizado en programas de manejo
integrado; oxamil ha dado buenos resultados en el control del nematodo
enquistador en muchos suelos. De los nematicidas no fumigantes sólo este último
está registrado y autorizado en papa (CABI, 2011).

EL NEMATODO AGALLADOR
Introducción
El nematodo agallador es de distribución cosmopolita y es capaz de infectar a casi
todos los cultivos agrícolas: de las 80 especies descritas, siete se han asociado
con papa, pero sólo cinco están consideradas de importancia global.
Meloidogyne incognita es la más ampliamente distribuida en los trópicos, y
después le siguen M. javanica y M. arenaria; en tanto, M. hapla, M. chitwoodi, M.
fallax y M. thamesi se encuentran en regiones más frías (Taylor y Sasser, 1978;
Brown and Mojtahedi, 2004).
Aunque las pérdidas varían dependiendo del cultivar y las condiciones
ambientales, los reportes indican que pueden ser del 25 % o más (Mai et al.,
1981). El impacto consiste en un daño directo en las plantas y por consiguiente
merma la calidad de los tubérculos, ya que una vez infectados se convierten en
indeseables y sólo sirven como fuente de inóculo.

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Síntomas
En la parte aérea de las plantas no se aprecian síntomas específicos que permitan
diferenciarse de otros nematodos distintos del género Meloidogyne. En cambio las
raíces infectadas por en nematodo agallador poseen agallas de varias formas y
tamaños (Figura 6).
El grado de agallamiento depende de la densidad del nematodo y la
especie que se trate. Generalmente M. hapla y M. chitwoodi forman agallas más
pequeñas que las otras especies. Bajo condiciones favorables todos los tamaños
de los tubérculos pueden ser infectados (Jatala, 1975).
Los tubérculos infectados con M. incognita muestran agallas con apariencia
verrugosa, la profundidad de penetración del nematodo es variable, aunque las
hembras usualmente se localizan en el tejido vascular a uno o dos mm de la
superficie (Jatala, 1975). Todas las especies producen manchas necróticas en la
región existente entre la superficie y el anillo vascular, producto de la reacción del
tejido del tubérculo a la presencia de los huevecillos y la masa gelatinosa.

Figura 6. Tubérculos de papa con formación de agallas por el nematodo agallador del género
Meloidogyne

Agente causal
Las hembras maduras del género Meloidogyne tiene forma de pera, son de color
blanco y presentan anillos en todo el cuerpo y entre la vulva y el ano, estos últimos
forman patrones perineales característicos que permiten identificar a las especies.
El poro excretor se localiza antes del bulbo medio. Los machos son vermiformes,
no poseen ala caudal y la longitud de la cola es muy pequeña.

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Biología
La primera generación ocurre principalmente en el sistema radical, en tanto, las
generaciones posteriores atacan a los tubérculos.
El número de generaciones que pueden presentarse en el cultivo varían de
cinco a doce (Santos, 2001). Debido a que Meloidogyne infecta a una gran
cantidad de especies vegetales, la población de este parásito puede
incrementarse en malezas y plantas voluntarias de distintos cultivos, sin embargo,
la ausencia de hospedantes reduce drásticamente las poblaciones del nematodo.
De igual manera, si prevalecen condiciones ambientales desfavorables impactan
en menor reproducción y sobreviven en estado de huevecillos y juveniles.
M. incognita, M. javanica y M. arenaria se desarrollan mejor en altas
temperaturas, y son consideradas de gran importancia económica en las diversas
regiones tropicales del mundo; en cambio, M. hapla, M. chitwoodi y M. fallax
prevalecen en lugares con bajas temperaturas y tiene un óptimo a 20 0C (Taylor y
Sasser, 1978). Las especies antes mencionadas están distribuidas en
Norteamérica y Europa, aunque M. chtwoodi se encuentra en los países bajos y
México.

Sobrevivencia y diseminación
El nematodo agallador sobrevive principalmente bajo condiciones adversas en
forma de huevecillos, aunque las larvas del segundo estado juvenil también lo
pueden hacer en anhidrobiosis. Tubérculos infectados y restos de plantas pueden
diseminarse a través de maquinaria agrícola y agua de riego. Asimismo, plantas
voluntarias y malezas infectadas constituyen una fuente de inóculo importante.

Enfermedades complejo
Muchas especies de Meloidogyne interactúan con otros fitopatógenos e inducen
lo que se llama enfermedades complejo, quizás la interacción más importante de
este nematodo en papa es la asociación con Ralstonia solanacearum (Jatala et el.,
1975). Frecuentemente la resistencia de las plantas a la marchitez bacteriana se
rompe en presencia de Meloidogyne (Jatala et el., 1975). Otras interacciones
incluyen la presencia de VertIcillium y Rhizoctonia solani.

Control
El éxito en el manejo agallador consiste en una combinación integral de
estrategias donde se influyen el control físico, cultural, genético, químico y
biológico, entre otros.
El control físico se basa en la temperatura, humedad y radiación solar para
eliminar a los nematodos. La solarización consiste en cubrir el suelo húmedo con
plástico transparente y dejarlo expuesto al sol por varias semanas. La

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temperatura se incrementa a niveles superiores a los 45 0C, condición que causa
la muerte de los nematodos fitoparásitos.
La solarización ha mostrado resultados variables en el combate del
nematodo agallador, ya que la efectividad depende de las condiciones
ambientales que prevalezcan en el período que se lleva cabo esa actividad. No
obstante, en regiones de clima caliente es donde mayores beneficios se han
observado al implementar esta estrategia.
Entre las prácticas culturales se mencionan al barbecho, cultivos trampa,
enmiendas orgánicas, biofumigación, entre otros. El barbecho es una práctica que
si se realiza durante los meses con mayor temperatura contribuye
significativamente en la reducción de las poblaciones de Meloidogyne.
La rotación de cultivos, en combinación con el uso de variedades,
resistentes ayudan a bajar las poblaciones de los nematodos formadores de
agallas de manera significativa. La rotación con maíz y col ha demostrado su
efectividad en el manejo M. incognita en el cultivo de papa (Stefanova y
Fernández, 1995).
Los cultivos de cobertura más utilizados contra los nematodos se
encuentran la flor de muerto (Tagetes patula L.), zacate sudán (Sorghum vulgare
var. sudanense Hitchc.) y algunos representantes de los géneros Crotalaria y
Ricinus (Widmer y Abawi, 1998).
Estudios efectuados por diferentes investigadores han demostrado que el
uso de la composta ha permitido logros similares a los obtenidos con productos
químicos (Rivera, 2005).
En la biofumigación se combate a los parásitos con las sustancias volátiles
que se producen por la degradación de materia orgánica en el suelo; esta acción
está limitada a la incorporación de grandes cantidades de materia orgánica al
suelo, los isotiocianatos que se forman en el proceso de descomposición de las
Brassicaceas tienen una eficaz acción nematicida (Gómez et al., 2005).
Los principales microorganismos que se reportan como agentes de control
biológico del nematodo agallador están Pasteuria penetrans, Paecilomyces
lilacinus y Pochonia chlamydosporia, entre otros (Rojas y Marban, 1999).

NEMATODO DE LA PUDRICIÓN DE LA PAPA


Ditylenchus destructor Thorne, 1945

Introducción
La producción de papa y tomate tiene mucha importancia económica para el país,
porque la superficie que estaría en riesgo es de 109 156 hectáreas,
aproximadamente, con un valor de producción de 26 mil 509 millones de pesos
(SIAP, 2010; citado por SINAVEF, 2012). Ambos cultivos citados anteriormente
son hospedantes preferenciales de D. destructor.

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Los estados más importantes en la producción de hortalizas son: Sinaloa,
Baja California Norte y Sur, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Guanajuato, Jalisco,
Michoacán, Querétaro, Zacatecas, Tamaulipas, Estado de México, Morelos,
Puebla, San Luis Potosí y Veracruz (Financiera Rural, 2008).
D. destructor infecta más de 120 especies de plantas (cultivadas y
silvestres), aunque la papa es el principal hospedante y cuando no hay plantas
superiores que infecte el nematodo se puede reproducir en al menos 70 especies
de hongos (Escuer, 1998; CABI, 2011).
El mayor impacto negativo del nematodo en el cultivo de la papa se ha
encontrado cuando la temperatura oscila entre 15 y 20 0C y la humedad relativa
que prevalece es del 90 al 100 % (SINAVEF, 2012). El mayor impacto negativo del
nematodo en el cultivo de la papa se ha encontrado cuando la temperatura oscila
entre 15 y 20 0C y la humedad relativa que prevalece es del 90 al 100 %
(SINAVEF, 2012).

Riesgo fitosanitario
El Laboratorio Nacional de Geoprocesamiento de Información Fitosanitaria
(LaNGIF) del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiología Fitosanitaria desarrolló
el mapa de temperatura media del país para conocer el área donde existen
condiciones óptimas para D. destructor, considerando que 23.5 oC es la
temperatura media para el desarrollo de esta plaga (Escuer, 1998; SINAVEF,
2012). Por tanto, existen condiciones para que prospere esta plaga en diversas
entidades en nuestro país.

Distribución
Ditylenchus destructor está presente en Europa, Asia, África, América del Norte y
del Sur y Oceanía. Actualmente no se tienen reportes oficiales de su presencia en
México, pero hay evidencias de una distribución restringida en nuestro país.

Agente causal
El nematodo D. destructor es ligeramente curvado, los anillos de la cutícula son
finos, el campo lateral tiene seis líneas.
La región labial de este nematodo es poco más angosta que el cuerpo, el
estilete mide generalmente de 10 a 12 μm, el esófago está sobrepuesto
dorsalmente, el saco posvulvar se encuentra al 45-98 % de la distancia entre la
vulva y el ano, la bursa rodea la cola en un 50-90 %. La espícula mide de 24 a 27
μm y la cola en ambos sexos es cónica y se curva ventralmente (Figura 7), entre
otros aspectos (Escuer, 1998).

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Figura 7. Morfología de Ditylenchus destructor. Créditos: Peter Mullin, Collage Becky Higgins.

Síntomas
Este nematodo es capaz de infestar las partes subterráneas de la planta, así como
las aéreas y causar enanismo, decoloración y deformación en las hojas. Las
plantas pueden llegar a morir cuando las poblaciones son elevadas.
Frecuentemente no se aprecian síntomas evidentes en las plantas, aunque los
tubérculos estén infectados, pero al final las plantas mueren.
Los tubérculos infectados muestran manchas ligeramente decoloradas que
contrastan con el tejido sano, conforme pasa el tiempo las manchas se agrandan y
son de consistencia seca granular, y después los tejidos oscurecen por la
presencia de microorganismos.
Los tubérculos altamente afectados manifiestan áreas levemente hundidas
con la epidermis agrietada y arrugada, las cuales se desprenden (Figura 8); bajo
condiciones ambientales favorables en el campo o en el almacén los tubérculos
se destruyen por pudriciones bacterianas (CABI, 2011).
Los daños por D. destructor en el almacén se incrementan conforme sube
la temperatura, al nematodo no se le detecta en hojas ni tallos pero sí en las
partes subterráneas de la planta (CABI, 2007).

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Figura 8. Daños en tubérculos de papa inducidos por D. destructor. Créditos: CSL, York (GB)–
British Crown

Biología
D. destructor es un endoparásito migratorio que se desarrolla en temperaturas de
5 a 34 0C y con una óptima de 20 a 27 0C. Bajo condiciones de 6 a 10 0C el ciclo
biológico dura 68 días, pero en temperaturas de 20 a 24 0C es de 20 a 26 días, sin
embargo, a mayor temperatura (27-28 0C) el ciclo se acorta a 18 días (Escuer,
1998). También se reporta que el ciclo de vida de D. destructor puede llevarse a
cabo durante un período de 3 a 4 semanas, bajo condiciones ambientales óptimas
(Dropkin, 1980).
Las hembras depositan los huevecillos que dan origen al Juvenil 1, la primer
muda tiene lugar en el huevo y la larva entra en su segundo estado juvenil; ésta al
encontrar una fuente de alimento inicia el proceso de alimentación y después pasa
por tres mudas, dando lugar finalmente al adulto (Taylor, 1971).
El nematodo penetra en los tubérculos a través de las lenticelas o de la
epidermis (Mai et al., 1980), y puede continuar su desarrollo en tubérculos ya
cosechados, la sobrevivencia a bajas temperaturas durante el invierno se realiza
probablemente en el estado de huevecillo (Mai et al., 1980).
El nematodo no es resistente a la desecación y sólo es importante en
suelos fríos y húmedos, donde logra sobrevivir por más de un año. Asimismo, se
menciona que puede sobrevivir en invierno en forma de huevo. También se indica

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que si D. destructor no encuentra tubérculos de papa u otros cultivos que le sirvan
de alimentación es posible que sobreviva en malezas y hongos del suelo.

Diseminación
El nematodo no tiene la capacidad para dispersarse en forma natural a grandes
distancias, entonces su principal diseminación es a través de tubérculos infestados
u otras partes subterráneas de las plantas.
El transporte de suelo infestado y el agua de riego son otras formas de
moverse D. destructor (CABI, 2007).

Control
El uso de material propagativo libre de nematodo es una forma eficaz para evitar
la diseminación de este parásito. Otra opción es la solarización por un período de
4 a 6 semanas, misma que ha contribuido en el control del 40 al 100 %.
En caso de observar síntomas típicos del nematodo en el material
propagativo se deben de desechar o someterse en agua caliente a 45 0C durante
un período de 15 minutos a 3 horas, dependiendo del material a tratar.
Se sugiere establecer pruebas previas para determinar la temperatura y el
tiempo requerido para eliminar el nematodo sin que se dañe el material de
propagación (Ortuño y Oros, 2002).
Se reportan cuatro especies prometedoras en el control biológico de D.
destructor, pero la más agresiva es Monacrosporium cytosporum (Drechsler)
Subrom; sin embargo, todavía no se tienen evidencias que se utilicen en el
biocontrol de este nematodo (Venter, 1994).
El hidróxido de amonio, sulfato de amonio y cloruro de potasio mostraron
efecto inhibidor y nematicida sobre larvas y huevos de D. destructor, aunque
fueron más susceptibles las larvas que los huevos (CABI, 2011).
La mayor reducción de daños ocasionados por el nematodo se ha logrado
mejor con fumigantes que con los carbamatos y órganofosforados, tal vez esto se
deba al efecto fitoestimulante de los fumigantes (Rousselle et al., 1999).

Literatura citada
Añez, R. y Tavira, D. 1985. La rotación de cultivos y los rendimientos de papa en suelos infestados
con nematodo dorado. Rev. Fac. Agron (LUZ) 2: 733-740.
Arciga, F.B. 1992. Situación actual del nematodo dorado de la papa Globodera rostochiensis
(Wollenwneber, 1923) Behrens, 1975 en algunos terrenos de Navidad, municipio de
Galeana, N.L. Tesis Profesional. Universidad Autónoma Agraria “Antonio Narro”. Buena
Vista Saltillo, Coahuila, México. 58 p.
Brown, C.R.and Mojtahedi, H. 2004. Breeding potato resistance to Meloidogyne species and
trichodorid-vectored virusues. In: Breeding the Solanacea (in press).
nd
CABI. 2007. Crop Protection Compendium. Global module 7 Edition. CAB International. UNK.
nd
CABI. 2011. Crop Protection Compendium. Global Module 7 44. Edition. CAB Internacional. UNK.

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Crozzoli, R. 1989. El nematodo dorado de la papa. Agronomía al día. 2 (4).38-40.
Dirección General de Sanidad Vegetal-Centro Nacional de Referencia Fitosanitaria (DGSV-CNRF).
2011. Nematodo dorado de la papa (Globodera rostochiensis) (Behrens, 1975)) SAGARPA
SENASICA México, D. F. 5 p.
DOF. 1996. NORMA Oficial Mexicana NOM-012-FITO-1996, por la que se establece la cuarentena
exterior para prevenir la introducción de plagas de la papa. Diario Oficial de la Federación
(DOF). Publicada el 13 de febrero de 1996.
DOF. 1998. NORMA Oficial Mexicana NOM-007-FITO-1998, por la que se establecen los
requisitos fitosanitarios y especificaciones para la importación de material vegetal
propagativo. Diario Oficial de la Federación (DOF). Publicada el miércoles 30 de noviembre
de 1998.
DOF. 2000. NORMA Oficial Mexicana NOM-025-FITO-2000, para el establecimiento de zonas bajo
protección y zonas libres de plagas cuarentenarias de papa. Diario Oficial de la Federación
(DOF). Publicada el 12 de junio del 2000.
DOF. 2003. NORMA Oficial Mexicana NOM-041-FITO-2002, requisitos y especificaciones
fitosanitarias para la producción de material propagativo asexual. Diario Oficial de la
Federación (DOF). Publicada el martes 4 de marzo de 2003.
Dropkin, V. 1980. Introduction to plant nematology. New York, Wiley. 293 p.
EPPO. 2010. Globodera rostochiensis y G. pallida (en línea:
HTTP.//www.eppo.org/QUARANTINE/nematodes/Globodera_pallida/HETDSP_ds.pdf
citado el 23 de agosto de 2013).
Escuer, M. 1998. Nematodos del género Ditylenchus de interés fitopatológico. Bol. San. Veg.
Plagas, 24:773-786.
Ferris, V.R.; Miller, L.I.; Faghihi, J.; Ferris, J.M. 1995. Ribosomal DNA comparisons of Globodera
from two continents. J. Nematol. 27:273-282.
Financiera Rural, 2008. La producción de hortalizas en México. Disponible en
http://www.financierarural.gob.mx/informaciónsectorrural/Documents/hortalizas.pdf
(consulta 25 de agosto del 2013).
Gómez, L.; Rodríguez, M.; Díaz-Viruliche, L.; González, E.; Wagner, F. y Hidalgo, L. 2005.
Evaluación de materiales para la biofumigación en instalaciones de cultivos protegidos para
el manejo de Meloidogyne incognita. En: XXXVII Annual Meeting of ONTA, p. 74.
González, A. y Franco, J. 1997. Los nematodos en la producción de semilla de papa. En: Hidalgo,
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