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Autores
Daniela Ortiz Meneses
Marian Janile Yagüé Flórez
María Camila Rodríguez Sierra
Omaira Sastoque Montalvo
Yusseth Rocha Lozada
Nailly Tatiana Puertas Vargas
William Steven Rivera Plazas Programa Licenciatura en inglés
Yisela Montaño Montaña
Juan Camilo Barahona
Andrés Perdomo
Ingrid Lizeth Campos Ducuara
María Paula Alvarado Rodríguez
El hueco y otras instantáneas
Semillero de investigaciones
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4 Grupo literario Piedemonte
© Esta obra deberá ser citada de la siguiente manera:
ISBN: 978-958-8770-93-2
Título del libro: El hueco y otras instantáneas
Florencia – Caquetá
Primera Edición – Mayo 2017
El hueco y otras instantáneas
Contacto: semilleroidentidades@gmail.com
Impresión y encuadernación
Semillero de investigaciones IdentitieS
Hecho en Colombia
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DIRECTIVAS UNIVERSIDAD DE LA AMAZONIA
Memoria al futuro.............................................................. 90
Gisela Montaño Montaña ................................................... 91
Sombras de un hombre ...................................................... 92
Jhon Bolívar ........................................................................ 94
Sin título ............................................................................ 95
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9 El hueco y otras instantáneas
Escribir desde el hueco
Esto no tenía nada que ver con la cualidad, el tema o la forma del
texto, era como si efectivamente me estuviera lanzando a un
vacío, a un hueco que es ese otro. Sí acepto que esa sensación, a
la cual estoy llamando de riesgo, puede llegar a ser ofensiva para
muchos y es sobre esa construcción de lo riesgoso que pensé en el
momento de escribir aquí.
para estos jóvenes que parecían tan animados, que hablaban con
seguridad y que pedían con desparpajo que sus textos fuesen
leídos y comentados de manera pública?
Jeimy Espitia
felicidad, al fin termina otro día trágico para él. La chica toma
otro Jaggerboom para continuar con su buena noche, sale a tomar
aire, enciende otro camel con el fin de ver qué ocurre afuera. El
mesero cierra el bar, recibe su paga y se dirige a su casa, camina
dos calles, se coloca sus audífonos para emprender su camino con
agrado, en esas se detiene para cerrar nuevamente sus parpados
porque lo seduce la lluvia, los árboles, el humo, las casas, y su
canción “my buddy’s breathin his dyin’ breath… Oh god please
won´t you help me make it through…” alza sus brazos, sonríe, de
un momento a otro pasa un carro y se lo lleva por delante sin
ningún remordimiento, así como todo en esta vida. La chica quien
estaba afuera se acerca al tipo en el suelo y le dice, al parecer tú
tampoco eres mi tipo, pobre de ti, le da un beso en la frente y
continúa su camino sin remordimiento alguno.
góticas en los ojos que le salen cada vez que recuerda algo, al
consumir una botella de ese licor que lleva el mismo nombre de
él. Después de divagar cosas en mi cabeza, veo como ellas se
sientan con aires de estar agotadas, me ven a los ojos y me dicen:
Eres un perrito muy tierno, pero muy inocente, vamos a disco a
bailar algo movidito, fijo tu amigo el rarito y Roman ya se
aburrieron de estar en el piso y van a entrar al Salón Green
Velvet, que esta noche es la mejor noche, que todos van para allá,
a lo cual no me niego y les digo: “como quieran nenas, vamos”.
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Ingrid Ducuara
Defendiendo lo nuestro
– Si, hijos míos. Ese bello atardecer siempre está, desde muchas
generaciones atrás, y seguirá estando hasta que ustedes estén
viejos.
– Bueno padre.
– ¡Gurres!!!
Mientras tanto, los Gurres salieron por un pequeño roto que había
en el cuarto y corrían como nunca lo habían hecho, para salvar
sus vidas. Cuando se sintieron a salvo se tomaron un momento
para descansar, aún con sus corazones acelerados por la maratón
anterior, el mayor de los hijos dijo:
4:00 am, estoy sentada como un ánima y veo hacia el frente, sudo
hasta la punta de los pies. Jamás me había levantado así, de una
manera tan brusca, y es que me tienen los pensamientos a tope.
De repente han venido todos los ahogos en suspiros, peor aún; me
quitan el sueño, yo, que suelo caer como una piedra, justo la
piedra que no logro ser día a día por mi carácter permisible.
Grupo literario Piedemonte
En un bosque oscuro
Los ojos cerrados le vi,
Desesperada en el sollozo
Con dificultad para resistir.
Lo sabía.
Sus esfuerzos no valdrían,
Al fin y al cabo la culpa era mía.
Allí le había confinado,
Bajo el hechizo
Miserable que su alma hería.
El reloj de pared marcaba las seis y media. ¡Tenía que estar a las
siete!
El hombre rió.
– Usted es…
– Sofía Martínez–– dijo por lo bajo, sacudiéndose la falda y
los pies ––apúrele.
Gimió de impotencia.
Javier… había querido cambiar por él años atrás, cuando era una
niña a la que temían por sus riñas. Se enamoró ciegamente, pero
se enteró de lo peor: había sido utilizada y expuesta.
respeto de la gente.
He querido llorar,
Pero algo en mi corazón no me deja desahogar,
Algo que me dice ríndete no eres capaz,
Me rindo no quiero enfrentar el mal,
Pero pienso que terminare fatal
Y al final lo vuelvo a intentar.
Es que por ti todo lo puedo soportar
Y aunque no me gusta esperar,
Trataré de hacer con la paciencia una gran amistad.
Y si esta vida me quiere derrumbar,
Se que tu alma me hara perdurar.
De lo imposible a lo posible en un flash,
Asi es como creceremos hasta llegar al altar.
Aunque mi mente este a punto de estallar,
Aunque mi cuerpo termine deslizándose en el mar,
Jamas podre dejarte de amar.
Y aunque estas palabras se puedan olvidar
Espero que no para que te puedan acompañar
Grupo literario Piedemonte
Para que en todo momento sepas que hay alguien que por ti todo
da.
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Bienvenidos al infinito
Sin duda esta sangre era diferente era como si estuviera con
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vida con alma propia pues ella fue la autora de que la persona
hubiera tenido compasión para que llamara la ambulancia.
Aunque en este mundo roto ni siquiera ella pudo hacer que
tantas personas que pasaron por allí hayan querido ayudarlo
solamente por su apariencia física y sus harapos que lo
protegían.
nuestro cuerpo.
Yo, por ejemplo, no puedo pasar el día sin beber por lo menos
tres vasos de agua.
enciende con fósforos una y otra vez hasta que los documentos
van desapareciendo en medio del olor a plástico quemado.
Después de cinco minutos pasa la perturbación del mal sueño,
entonces se frota los ojos y abre rápidamente la llave del agua,
pero es tarde para rescatar algo de los documentos.
Cosas curiosas
Lucas Chiribiquete
La pelea
combate.
Las instrucciones no esperan, los gritos se incrementan, las
gargantas calientes reclaman mayor contundencia.
2. ¿Qué soy para ti? Preguntaste. Para mi eres lo que quieras ser,
eres un te quiero encadenado y prematuro, eres una
confidencialidad eterna, eres el AC. Me guardé mucho más, solo
para mí, incluso la pregunta que precedía la tuya: ¿Yo que soy
para ti? Retumbando los paradigmas y recuerdos en mi cabeza, un
"¿También me quieres?" en tono elocuente. ¡También me querrá!
Pero el sentimentalismo, creo, no tiene rol aquí, no tiene voz ni
voto, es tóxico, repulsivo para ambos. Esos pensamientos vagos y
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4. Cada uno por su lado, con el aroma a sudor del otro, con la
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Omaira Sastoque
El hueco
Era un acto de valor sobrevivir después de ser elegida, pero era un
acto aun mayor y extraño seguir viviendo después de meses;
aunque la vida ahí adentro no existiera ¿porque quién puede vivir
después de la muerte?
Era el inicio del año 1999, habitaban dos hombres por cada mujer
en aquel lugar; era un micro mundo sumergido en la espesura de
la montaña que nadie podía imaginar.
Las otras mujeres que habían sido llevadas con la niña, estaban
frente al hueco, emitiendo sonidos desconocidos que parecían
estar llamando a quienes habitaban en la profundidad del hueco.
Nunca antes la sangre se había hecho tan tangible, eran las 11:45
El hueco y otras instantáneas
En este terreno la vida es otra cosa, parece ser otro pueblo dentro
de un pueblo al que nadie hace caso. Los de acá, se supone, deben
cumplir ocho horas de labor y dos horas extras sin más
recompensa a ser un empleado de pica y pala. Terminada su labor
pueden dirigirse a casa. No hay opciones de progreso. Las
mujeres, algunas trabajan y otras acarrean el labor de su propia
casa. Cuando anochece, la gente de los suburbios se relaja,
aunque la tormenta caiga, los oídos no se espantan. Sin embargo,
cuando amanece, el desastre se siente en los ojos pero no en la
mente.
Nuevas generaciones:
la aventura da cromatismo al cuerpo,
la libertad, corazón de fuego.
Anden caminos viejos,
recorran el paisaje idílico
cada vez más plano,
cada vez más desnudo,
Y exalten lo puro, lo vibrante
de las tierras ancestrales.
No se ahoguen en los hechos,
Repudien lo labios que delaten
palabras a la impunidad,
Grupo literario Piedemonte
a la memoria no reconstruida.
Desciendan y no olviden
enseñar al niño que aprende
a llorar amargamente
Sobre la historia enterrada,
Sobre el follaje seco,
A no ocultarse
Cuando la tierra,
con pasaje gratis,
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-¿Dónde estamos?