Sie sind auf Seite 1von 8

"Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.

"
(Mateo 4:1). Que versículo increíble. Mateo audazmente dice que el Espíritu de Dios
llevo a Cristo a una experiencia en el desierto donde tendrá que sufrir severas
tentaciones.

Aún más asombroso, este verso directamente sigue una escena de gran gloria. Jesús
recién haba sido bautizado en el Jordán. Cuando el salió del agua, los cielos se abrieron,
y el Espíritu descendió como una paloma y descanso sobre su hombro. Entonces una
voz del cielo declarar: "este es mi Hijo amado en quien tengo complacencia" (Mateo
3:17).

Quizás estás pensando: Si Dios estuviera tan contento con Jesús, diciéndole a todo el
mundo que este era su Hijo amado, por qué entonces llevó a Cristo a una experiencia
en el desierto?

Permíteme recordarte que Jesús es el modelo para nuestras vidas como


creyentes. Juan escribe: "como lo es, así somos nosotros en este mundo." (1 Juan
4:17). Es más, Cristo fue "tentado en todo según nuestra semejanza." (Hebreos
4:15). El mensaje de la Escritura es claro: Todos los que están en Cristo--el "amado"
de Dios, sobre quien su Espíritu descansa--sufrir una experiencia de prueba en el
desierto, así como Jesús. Y esa experiencia estar acompañada por tentaciones
satánicas.

Nota -- este principio no aplica a los creyentes de corazón tibio o frío. Tales pruebas
vienen solamente a aquellos que caminan en el Espíritu y en comunión con el Señor. De
hecho, mientras mayor es la pasión de una persona por Jesús, ms intensas serán sus
pruebas en el desierto.

Aún, cuando el Espíritu Santo nos lleva al desierto, Dios tiene un propósito eterno en
mente para nosotros. No te equivoques, sin embargo-- Dios no nos tienta. Es el diablo
quien tienta: "Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios;
porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni l tienta a nadie." (Santiago 1:13).

Para descubrir el propósito de Dios para nosotros en nuestras pruebas en el desierto,


necesitamos examinar la experiencia de Cristo. Fuera del desierto, las multitudes
enfrentaron sus propias tentaciones. Estas tentaciones eran bajas, tengan que ver con
la codicia, el adulterio, la violencia, el robo, la bebida, las apuestas. Esas personas
vivieron en un plano ms bajo en todo sentido.

Y Jesús estuvo por encima de todo. El no será tentado por tal totalidad de
pecado. Porque él era justo, amado, escogido, sus tentaciones vendrán a un nivel ms
alto. Serán más profundas, misteriosas, e intensas que los pecados bajos de la
vida. Sus tentaciones estarán en el reino espiritual--y tendrán consecuencias eternas.

Lo mismo es verdad para nosotros hoy. Una persona verdaderamente espiritual no es


tentada a lo largo de la totalidad de la carne. Por ejemplo, el no será tentado a salir
furtivamente a un bar para beber probablemente, o para alquilar un cuarto de hotel
para fornicar con una prostituta, o para desear a la esposa de otro hombre. Ni habrá
el considerado alguna vez las apuestas, el uso de drogas o maldecir.

Al contrario, su deseo diario es estar más cerca del Señor. el hace a Jesús Señor de
toda su vida--devorando la Palabra de Dios diariamente, buscándole en oración, su
alma llora: "Señor, quiero ir ms profundo contigo. Quiero caminar ms cerca de ti que
nunca."

Esto te describe a ti? En ese caso, tus tentaciones serán más como las del tipo que
Cristo soportó. Tendrán que ver con tu obediencia a Dios, y con tu dependencia en su
Palabra. Y Satanás hará todo lo que está a su alcance para tentarte. Él quiere
separarte del destino de Dios para ti. El intentara minar tu llamado, robar tu unción, y
convencerte de que la aprobación y bendición de Dios en tu vida es mentira.

1. Después de cuarenta días y noches de


ayuno, Jesús tuvo hambre.

En un momento cuando Jesús estaba físicamente vulnerable, el diablo trajo su primera


tentación. La Escritura dice de Cristo: "Y después de haber ayunado cuarenta días y
cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino a l el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di
que estas piedras se conviertan en pan" (Mateo 4:2, 3).

No hay ningún pecado en estar hambriento. Así que, Cual es el problema


aquí? Satanás estaba desafiando a Jesús: "Si eres totalmente Dios, entonces tienes el
poder de Dios en ti. Y ahora mismo, estas en una posición difícil. Por qué no usas el
poder que Dios te dio para librarte a ti mismo? No te dio ese poder para ver si tú lo
usaras apropiadamente?

"Tú no hiciste nada para estar en esta circunstancia de prueba. Y tú sabes que a Dios
no le gusta ver a sus hijos sufrir. As que, no tienes necesidad de soportar otra hora de
esto. Y no hay nada malo con satisfacer tu propia necesidad. Simplemente di la
palabra, y ordena salir de esto."

Aquí está una de las tentaciones más insidiosas que enfrentan las personas
verdaderamente piadosas. Como tu ejemplo, Jesús, tú tienes una pasión por
Dios. Has dispuesto tu corazón para estar rendido totalmente a él. Entonces el señor
te lleva a una experiencia en el desierto--y soportas un periodo largo de prueba y
sequedad. Después de un momento, las preguntas se levantan. Comienzas a perder
tu rumbo, preguntándote por los propósitos eternos de Dios en tu vida. Y mientras
tratas de orar y ganar la victoria, las tentaciones de Satanás parecen ms feroces que
nunca.

Esta fue la experiencia de David. El Espíritu Santo llevó a este hombre piadoso a una
prolongada experiencia en el desierto. Con el tiempo David llegó a estar tan
descorazonado, que pensó que el mundo entero se había vuelto loco. el clamó: "se
acabaron los piadosos... han desaparecido los fieles de entre los hijos de los hombres."
(Salmo 12:1). "Habla mentira cada uno con su prójimo... Hablan con... doblez de
corazón." (12:2).

David estuvo en dolor por un largo tiempo, comenzó a moverse en el espiral de la


desesperación. Él dijo "Con tristezas en mi corazón cada da" (ver Salmo 13:2). Y se
preguntaba cundo iba a terminar: "Hasta cundo, Jehová? Me olvidarás para
siempre? Hasta cundo esconderás tu rostro de mi? Hasta cundo pondr consejos en mi
alma, con tristezas en mi corazn cada da? Hasta cundo ser enaltecido mi enemigo
sobre m?" (13:1-2). Estaba preguntndole a Dios: "Por qu tengo que seguir intentando
salir de esto solo? No puedo encontrar la causa."

En el Salmo 35, David habla de una trampa que sus enemigos le haban puesto: "Sean
avergonzados y confundidos los que buscan mi vida... Porque sin causa escondieron
para m su red en un hoyo; Sin causa cavaron hoyo para mi alma" (Salmo 35:4,7). Qu
es esta trampa oculta?

Es la misma tentacin que Satans lanz a Jess. El enemigo quiere que actes
independientemente del Padre. Cuando ests en medio de tu prueba, el diablo dice:
"Tu sufrimiento no es de Dios. No tienes que pasar por esto. Tienes el poder de Dios
en ti, a travs del Espritu Santo. As que no tienes que aguantar esto otro da más. Di la
palabra--librate de tus profundas perturbaciones. Satisface tu propia hambre."

El primer esquema de Satans fue crear una falla en el poder. Estaba esperando que
Dios no honrara el clamor de Jess por pan, si l deba pedir. Si el poder celestial fallaba,
entonces Cristo podra dudar de su divinidad y apartarse de su propsito eterno en la
tierra.

Segundo, Satans saba que Jess fue enviado a hacer tan slo lo que el Padre le
dijera. As que trat de convencer a Cristo a desobedecer aqu para su propio
bienestar. De esa forma, si Jess usaba su poder ahora para evitar el sufrimiento,
podra hacer lo mismo despus para evitar la cruz.

El diablo ha usado esta misma tentacin en multitudes de seguidores de Cristo. Tales


creyentes una vez tuvieron una verdadera hambre de Dios. Eran ungidos, llenos de
oracin, y llenos del poder del Espritu Santo. Pero entonces fueron llevados a un
desierto de sufrimiento, necesidad y desesperacin. Y Satans les tent a dudar que su
prueba era dirigida por Dios, y usar el poder de Dios para salvarse a s mismos.

El enemigo susurr: "Ests cansado de todos estos problemas financieros. Y Dios no est
contestando ningunas de tus oraciones. Todos los das, te desesperas por lo que esta
te prueba te ha trado a ti y a tu familia. Y ahora no puedes soportarlo ms."

"Tienes la Palabra de Dios en tu corazn. Y l te ha dado poder a travs del Espritu


Santo. Por qu no ejerces ese poder para terminar con este sufrimiento? Descansa en
la promesa de Dios, y habla para salir de esta prueba, ahora mismo. Es por una buena
causa."

Creyeron la mentira de Satans. Y buscaron descansar en una sola promesa de


liberacin, para tratar de terminar con su sufrimiento. Dejaron de confiar, y en cambio
comenzaron a "ordenar" a las finanzas a llegar a su camino. Pero sus rdenes no
fueron validadas por el Espritu Santo--y sus planes fallaron.

As que tomaron el asunto en sus propias manos. Sobrepasaron el lmite en sus


tarjetas de crdito y tomaron prstamos. Contrajeron deudas profundas, mientras
alardeaban: "Dios est bendicindome." Pero con el tiempo, todo se estrell Ah fue
cuando se amargaron. Finalmente, perdieron inters en la Palabra de Dios y se
descarriaron. He sido testigo de esto una y otra vez.
Estas personas terminaron abortando el plan de Dios para su prueba. El Seor haba
deseado traerles a una total dependencia y confianza en l. l quiso que la prueba les
despojara de toda confianza en el hombre y en sus propias habilidades. l tambin quiso
producir en ellos una compasin como la de Cristo por otros en pruebas similares. La
Escritura dice que stos eran los propsitos de Dios para con su propio hijo: "Y aunque
era Hijo, por lo que padeci aprendi la obediencia" (Hebreos 5:8). "Pues en cuanto l
mismo padeci siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados."
(2:18).

Entonces, cmo respondi Jess a la tentacin del diablo? "l respondi y dijo: Escrito est:
No slo de pan vivir el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios"
(Mateo 4:4). Cristo dijo, en esencia: "Mi venida a la tierra no es por mis necesidades,
heridas o descanso fsico. Vine a dar a la humanidad--no a salvarme a m mismo."

Incluso en la plenitud de su sufrimiento, Jess no perdi de vista su propsito eterno. Y si


nuestro Seor aprendi dependencia y compasin a travs de una experiencia en el
desierto, as ser con nosotros tambin. De hecho, los creyentes que yo conozco, que
tienen la verdadera compasin de Cristo son aquellos que han soportado el sufrimiento
y han salido con un testimonio de la fidelidad de Dios. Pueden decir con Pablo: "yo
traigo en mi cuerpo las marcas del Seor Jess" (Glatas 6:17).

2. En segundo lugar, Satans llev a


Jess al pinculo del templo.

Cuando Jess estaba de pie en el punto ms alto del templo, Satans le susurr: "Adelante-
-salta. Si realmente eres el hijo de Dios, l te salvar. Su Palabra dice que los ngeles
acampan alrededor tuyo para protegerte, as que, nunca sufrirs heridas" (Mateo 4:5,6).

Ves la desviacin de Satans en esto? l aisl una simple promesa de la Escritura--y tent a
Jess para lanzar su vida entera sobre ella. l estaba sugiriendo: "Dices que Dios est
contigo. Bien, prubalo. Tu Padre ya me ha permitido molestarte. Dnde estaba su
presencia en eso? Puedes probar que l est ahora mismo contigo saltando. Si Dios est
contigo, proporcionar un aterrizaje suave. Entonces puedes basar tu confianza en
eso. Si no, es mejor que mueras que seguir preguntndote si ests por tu
cuenta. Necesitas un milagro para demostrar que el Padre est contigo."

Una vez ms, David soport una prueba similar. l haba testificado al mundo de la
fidelidad de Dios para con l. An ahora mismo David se encontraba en un hoyo de
desesperacin. Y Satans vino a l con burlas acusadoras: "Mrate. Ests derribado, y ni
siquiera sabes por qu. Dices que Dios es fiel, y sin embargo, ests espiritualmente
seco. Oras maana, medioda y noche. Pero todos los das te levantas con un anhelo
inexplicable, desconocido. Dnde est Dios en todo esto?"

David clam: "Mis enemigos me afrentan, dicindome cada da: Dnde est tu Dios?"
(Salmo 42:10). Entonces agreg estas palabras a su lamento: "Mira, respndeme, oh
Jehov Dios mo; Alumbra mis ojos, para que no duerma de muerte; Para que no diga
mi enemigo: Lo venc. Mis enemigos se alegraran, si yo resbalara" (13:3-4).
La batalla que ruga en la mente de David es comn a todas las personas piadosas. A
veces Dios parece callado. Podemos encontrarnos en luchas que no
entendemos. Como David, lloramos: "Cunto tiempo, Seor? Cundo me mostrars
evidencias que ests conmigo? Por favor, dame una seal, una prueba del bien."

A estas alturas, puedes preguntarte: Qu hay de malo en confiar en las promesas de


Dios? La Biblia dice que todas las promesas de Dios son 's y amn' para aquellos que
creen" (vea 2 Corintios 1:20). De hecho, somos libertados por las promesas fieles de
nuestro Seor.

Pero existe un serio peligro para cualquiera que saca un versculo del resto de la
Escritura y coloca su fe entera en l. Permteme darte un ejemplo. Conozco una mujer
que estaba desesperada totalmente por sus finanzas. Necesitaba una serie de
milagros para sobrevivir. As que puso toda su fe en una sola promesa bblica: "Traed
todos los diezmos al alfol y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice
Jehov de los ejrcitos, si no os abrir las ventanas de los cielos, y derramar sobre
vosotros bendicin hasta que sobreabunde." (Malaquas 3:10).

Esta mujer se lanz del templo y descubri que no haba ninguna red. El diablo tuvo xito
destruyendo su fe. Cmo? La convenci para que ignorara el consejo completo de la
Escritura.

S, Dios promete abrir el cielo a los dadores. Pero l tambin requiere una cierta condicin
del corazn de aquellos que diezman: "Si los cielos se cerraren y no hubiere lluvias, por
haber pecado contra ti" (2 Crnicas 6:26). Esta mujer nunca trat con otros pasajes que
requieren su necesidad de perdonar. Alberg envidia y celos en su corazn.

La mayora de la falsa doctrina, error y sectas religiosas salen de tales intentos


desviados. Cuando las personas intentan aislar una promesa de la Escritura, quieren
obligar a Dios a que demuestre ser fiel a esa promesa. Sin embargo, ignoran lo que el
resto de la Escritura demanda y las condiciones requeridas. sta es la razn de la
respuesta previa de Jess a Satans: l respondi y dijo: Escrito est: "No slo de pan vivir el
hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mateo 4:4).

Ahora, en el techo del templo, encuentro profundo que Dios permitiera que su Hijo
fuera llevado a tal peligroso punto de decisin. Y, porque Jess era totalmente humano
as como totalmente Dios, debe haber tenido preguntas. Pregunt: "Padre, s que me
has llamado a entregar mi vida? Y lo acepto alegremente. Pero, dnde ests en todo
esto? Por qu me has permitido estar puesto en tal prueba?"

Cmo respondi Jess? Declar: "Escrito est tambin: No tentars al Seor tu Dios" (Mateo
4:7). Qu exactamente Jess quiere decir aqu por "tentar a Dios?"

El antiguo Israel es un ejemplo. Diez veces el Seor se mostr fiel a los israelitas, el
pueblo de Dios recibi pruebas visibles de que su Seor estaba con ellos. Sin embargo,
todas las veces, el pueblo hizo la misma pregunta: "Est Dios entre nosotros o
no?" Dios llama a esto "tentarle". Si Dios lo hubiera permitido, no habra fin a su
bsqueda de "pruebas."

Ahora Jess usa esta misma frase --"tentar a Dios"-- en su respuesta a Satans. Qu nos
dice esto? Nos muestra que es un grave pecado dudar de la presencia de Dios, no
debemos preguntar si l est con nosotros.
Muy a menudo, todos los cristianos ponen a Dios a prueba en sus experiencias del
desierto. Dicen: "Seor, no puedo seguir a menos que me des evidencia de que ests
conmigo. Satans est acusndome, y no puedo dejar de sentir que l tiene la
ventaja. Ests conmigo o no? Si no me libras pronto, o me das una seal de tu
bendicin, dejar la lucha."

Sin embargo, como con Israel, Dios ya nos ha dado un cuerpo entero de
evidencias. Primero, tenemos en su Palabra mltiples promesas de su
cercana. Segundo, tenemos nuestra propia historia personal con Dios--un testimonio
de sus muchas liberaciones pasadas en nuestra vida. Tercero, tenemos una Biblia
llena de testimonios de la presencia de Dios en siglos pasados de pruebas y
penalidades. Sin duda, nuestro Seor se ha mostrado a nosotros una y otra vez. Pero
todava exigimos evidencias fsicas--con condiciones.

La Biblia es clara: debemos caminar con Dios por fe y no por vista. De otra manera,
terminaremos como la infiel Israel.

3. Jess fue llevado a lo alto de la montaa desde


donde se le mostraron los reinos de este mundo.

En la montaa, Satans tent a Jess con esta oferta: "Todo esto te dar, si postrado me
adorares" (Mateo 4:9). Esto suena tan extrao, tan ridculo: Cmo podra ser considerada
una tentacin? Satans crey que Jess realmente sera tentado por esto?

Cralo o no, esta era una poderosa e incitante oferta. Satans estaba desafiando a Jess,
diciendo: "Dios te ha llamado a entregar tu vida por un mundo perdido. Y has venido
a libertar de mis manos a los prisioneros. Jess, te digo, puedes lograr todo eso ahora
mismo, en un instante.

"Te prometo que si te postras simplemente bajo mis pies, en un sencillo acto de
adoracin, dejar la pelea. Entregar todo mi poder sobre estos reinos. No poseer o
esclavizar a nadie ms. No ms esclavitud demonaca, no ms hostilidad de mis
principados y potestades. S que amas a la humanidad lo suficiente como para ser
maldito por Dios por su causa. As que, por qu esperar? Puedes sacrificarte ahora
mismo, y libertar al mundo desde este mismo momento."

Esto hace eco de las palabras del apstol Pablo: "Porque deseara yo mismo ser
anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes
segn la carne" (Romanos 9:3). Satans estaba jugando con la compasin humana de
Cristo aqu. Estaba tentando a Jess con una visin de un mundo dnde el diablo
renunciaba a su dominio sobre la gente malvada-- todo a cambio de un acto.

Por qu el diablo estaba dispuesto a renunciar a todo su poder por esto? De nuevo, l
estaba tratando de salvar su propio pellejo. Satans saba que su destino eterno se
sellara en el Calvario. As que, si l poda impedir que Jess fuera a la cruz, podra librarse
de ese destino. Y convenciendo a Cristo que rindiera su vida ahora, la cruz nunca
podra ocurrir. El diablo estaba diciendo, en esencia: "S maldito, Jess, por salvar el
mundo ahora."

Puedes preguntarte: "Cmo puede relacionarse esto conmigo?" Satans todava tienta al
justo con una oferta similar. Permteme explicarte.

Primero, Satans sabe que los creyentes consagrados nunca se postraran a l en ningn
acto de adoracin. As que, en cambio, viene a nosotros con amenazas y
acusaciones. Nos dice: "No tienes que adorarme--porque ya tengo acceso a tu
carne. Conozco todas tus debilidades y tendencias. He estado nutrindolas desde que
eras un nio. Y puedo llenarte con ellas a mi voluntad."

No hay ninguna victoria en la cruz para ti. Las promesas del pacto son todas
mentiras. Tengo control total de tu naturaleza admica, tus pecados ocultos. Te lo he
demostrado una y otra vez. Sabes que puedo agobiarte cuando quiera, cuando menos
lo esperas.

"As que, sigue adelante y testifica de tu libertad en Cristo. En el momento que cantes
tus alabanzas en voz ms alta, doblegar tu mente con el mal. Traer tu pecado tan
poderosamente a ti que, desesperars por ser libre. T eres impotente. An ahora cedes
ante mi tentacin ms ligera."

Conozco ministros que fueron libres de la esclavitud del pecado durante


dcadas. Entonces, ms tarde en su vida, en un momento de gran uncin o bendicin, su
vieja lujuria apareci. El enemigo lo puso ante ellos para tratar de asustarlos y traerles
pensamientos de condenacin. Esto me ha pasado a veces durante mi ministerio. El
enemigo me ha perseguido con malos pensamientos y me ha dicho que el pacto era
mentira-- que era impotente contra el dominio del pecado, y mi pecado siempre se
levantara sobre m.

Cmo respondemos a las acusaciones de Satans? "Resistid al diablo, y huir de


vosotros" (Santiago 4:7). No importa cuntas tentaciones Satans te lance. No
necesitas temer ningn pecado del pasado. Si la sangre de Cristo lo ha cubierto,
entonces el diablo no puede hacer nada para separarte del Padre.

Claro, siempre enfrentars sorpresas repentinas de pecado. Pero el Espritu Santo es fiel
para exterminar todas esas viejas lujurias mientras clamamos a l para mortificarlas. l
no permitir que nos destruyan. Las promesas del pacto de Dios nos libertan del poder
y del dominio del pecado.

4. El diablo le dej y los ngeles le ministraron.

Suponte que vino a Jess en da cuarenta y uno--el da siguiente de su tentacin en el


desierto. Su cara est brillando, porque los ngeles han refrescado su espritu. l se est
regocijando, alabando al Padre, porque ha ganado una gran victoria. l ha vencido las
tentaciones del enemigo.
Ves a Jess irradiando vida y confianza. Ahora est listo para enfrentar los poderes de
infierno. As que se prepara audazmente hacia las grandes ciudades que estn en
tinieblas. Predica el evangelio, seguro de la Palabra de Dios. Y sana a los enfermos,
sabiendo que su Padre est con l.

Ahora, cuando examinas tu propia vida, ves justamente lo contrario. Todava ests
enfrentando tu propia experiencia de sequedad en el desierto. Has soportado los fieros
ataques de Satans, y tu alma est postrada. No puedes dejar de pensar: "Jess nunca
pas por pruebas como las mas. l estaba por encima de todo esto."

Vas a la iglesia con este marco en tu mente--tentado, probado, desesperado. Ahora


ante ti est de pie tu pastor--un hombre que parece fuerte en la fe. Parece tan seguro
de la presencia de Dios, como si hubiera sido visitado por el ministerio de los ngeles. T
piensas: "l nunca ha tenido problemas como los mos."

Si slo supieras. No estabas all cuando Dios llam a este hombre a predicar. El Espritu
Santo le dio un llamamiento glorioso--e inmediatamente lo llev a un desierto para ser
tentado penosamente. No sabes nada de esos das, semanas y meses que l fue
plagado por un hambre profunda por Dios que no fue saciada. Nunca has
experimentado las mentiras que Satans puso en su mente, los malos pensamientos
que le han presionado a veces. No estabas all en los das que fue reducido a nada,
postrado en desesperacin. Y no te das cuenta que a menudo sus mejores sermones
han salido de las pruebas de su propia vida.

Pablo nos advierte de no medir nuestra justicia por lo que pensamos de los otros:
"Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a
s mismos; pero ellos, midindose a s mismos por s mismos, y comparndose consigo
mismos, no son juiciosos." (2 Corintios 10:12).

No podemos leer los corazones de otros. Quin habra imaginado que en el da cuarenta
y uno Jess haba salido de una larga y horrible tentacin? Quin habra imaginado que la
gloria que vieron en l sali de la peor lucha que cualquiera podra soportar?

Debemos mirar slo a Jess. Y debemos confiar slo en su justicia, su santidad. l nos ha
dado a todos igual acceso a esto.

Dios te ama en tus tiempos de prueba. Su propio Espritu te ha llevado al desierto. An


su propio Hijo ha estado all--y l sabe exactamente por lo que ests pasando. Djale
completar su obra de formar en ti la dependencia y confianza absoluta en l. Saldrs con
confianza--y compasin piadosa y fortaleza para ayudar otros.

Das könnte Ihnen auch gefallen