Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Desde el primer cigarrillo, los cinco sentidos notan las consecuencias de fumar y los daños del tabaco ya comienzan a hacerse
palpables. Veamos cuáles son los síntomas de fumar en lo referente a los cinco sentidos:
Gusto: Las personas que fuman tienen menos apetito y padecen malestares digestivos de todo tipo, pero eso no es todo
porque además las papilas gustativas se atrofian por obstrucción debido a los componentes del cigarrillo y a la temperatura
que alcanza el humo en esta primera etapa del tabaco en el cuerpo. Todo eso sin contar uno de los principales síntomas
de fumar: el mal aliento que se desprende del consumo de nicotina, lo cual convierte fumar en un hábito cada vez más
antiestético.
Vista: ¿Sabías que fumar un cigarrillo disminuye el campo visual del fumador en un 22%? Eso se produce debido a que los
componentes del cigarrillo paralizan las terminaciones nerviosas del nervio óptico. Si no te parece suficiente, los últimos
estudios demuestran que el caso de ceguera en personas mayores causado por el consumo de cigarrillos es cada vez
mayor debido a la degeneración macular y, de hecho, los fumadores que consumen más de dos paquetes de cigarrillos al
día tienen tres veces más de posibilidades de padecer ceguera que los no fumadores.
Olfato: Es uno de los sentidos que más rápido se pierde y de hecho uno de los principales síntomas de fumar es
que provoca pérdida olfativa y resulta imposible identificar los aromas con la misma pureza que antes de fumar.
Oído: El humo del tabaco provoca que se formen placas en las paredes de los vasos sanguíneos lo que provoca la
reducción de riego del oído interno. En otras palabras: los fumadores pueden perder oído a edades más tempranas que
los no fumadores y son tres veces más propensos a padecer infecciones.
Tacto: La nicotina empalidece la piel, y debido a la acumulación de tóxicos sobre la piel le da ese característico tono amarillo
sobre todo en las manos, los dedos y las uñas lo cual lo convierte en uno de los daños del tabaco más evidentes tanto a
corto como a largo plazo. Por no hablar del cáncer de piel, algo que jamás deberíamos pasar por alto.
1. En el cerebro, el alcohol en exceso inhibe las funciones de la región frontal, por lo que disminuye la memoria,
la capacidad de concentración y el autocontrol.
2. En el hígado, los efectos de esta metabolización son náuseas, vómitos y dolor de cabeza.
3. En el riñón, elimina más agua de la que ingiere y provoca que el organismo la busque en otros órganos. Esto
provoca que las meninges (membranas que cubren el cerebro) pierdan líquido lo que genera el dolor de cabeza.
4. En el estómago, el alcohol aumenta las secreciones ricas en ácidos y mejora la digestión, pero cuando se bebe
en exceso causa erosiones en la mucosa del estómago producidas por el etanol, principal componente del
alcohol. El ardor estomacal será mayor si se mezclan diferentes bebidas, ya que la irritación gástrica se debe a
todos los componentes bebidos.
5. En la piel, el alcohol aumenta el flujo de sangre, por lo que presenta más sudoración.
6. En los pulmones, el alcohol acelera la respiración. Si el alcohol circulante es demasiado detendrá
la respiración.
7. En el corazón, los efectos del alcohol provocan un aumento en la actividad cardiaca y aceleración del pulso.
Cuando el alcohol llega a la sangre, se produce una disminución de los azúcares presentes en la circulación, lo
que provoca una sensación de debilidad y agotamiento físico.
Cuando se conjugan varios de estos factores se presenta la resaca o cruda. Algunos estudios revelan que es producto de los
procesos metabólicos del hígado, los efectos diuréticos del alcohol y la disminución del azúcar en sangre; es decir la
manifestación de los efectos enumerados anteriormente.