“UNA MEDICINA REALMENTE PREVENTIVA”

Es común que escuchemos en algunos países desarrollados hablar de que la medicina debe ser
preventiva, pero generalmente cuando se dice eso, se refieren a tener un sistema de
vacunación organizado para prevenir la aparición de ciertas enfermedades ya conocidas, eso
sin dudas, es una buena táctica, pero pienso que el viejo concepto de medicina preventiva va
mucho más allá.

Cuando estudiamos los principios filosóficos de la medicina china, notamos que la idea de la
prevención está siempre presente, incluso en el tratado clásico de la acupuntura se plantea
que el buen médico es aquel que es capaz de detectar los síntomas de la enfermedad mucho
antes de que esta se manifieste, para poder tomar medidas a tiempo y evitar su aparición, de
esta manera, el buen médico evita que ud se enferme, aun sin ud ni imaginarlo.

En una etapa donde la enfermedad ya se está manifestando, no queda otra opción que tratarla
y ayudar al cuerpo a sobreponerse, usando todos los medios disponibles. A veces recibimos
personas en nuestro salón que llegan adoloridas, que han ido al médico y éste les ha recetado
antinflamatorios y vitamina B, esto los alivia por un tiempo, pero luego vuelve la crisis. Ahí es
donde falla el sistema, lo que el médico mandó, son paliativos para que la persona pueda
descansar y someterse al tratamiento necesario sin o con menos dolor, no fue una cura, o sea,
sólo hicimos la mitad de lo que la medicina prevé, calmar el dolor rápidamente es sólo el
primer paso.

Igualmente el dolor, en muchos casos es una bendición, tanto así que es como un sistema que
nuestro cuerpo usa para avisarnos de que algo está funcionando mal, si anulamos el dolor sin
buscar la causa, es como si quitamos la alarma y no cogemos al ladrón. Según la medicina
tradicional china, un dolor es el estancamiento de la energía y la sangre, que no fluyen
libremente por alguna parte de nuestro cuerpo, por eso se tratan los meridianos implicados en
el área que duele. Lo que puede pasar, si no se atiende correctamente dicho dolor, es que la
energía no esté llegando a determinado órgano de forma óptima y si esta situación no se
arregla puede llegar a afectarse el órgano al que alimenta dicho meridiano. Es como
comentamos en un escrito anterior: “El que no atiende un dolor que siente hoy, ya tendrá que
atender una dolencia mañana”. Entonces, llegamos a la conclusión de que atender los
síntomas de nuestro cuerpo es uno de los puntos vitales para poder lograr una medicina
preventiva.

No esperemos a enfermarnos, entendamos que estar gordos es un problema que atender, no

dormir bien, no tener buen nivel de concentración, no poder caminar las distancias que
caminábamos antes sin cansarnos, tener mal carácter y falta de paciencia para con los demás,
todas esas son señales de que nuestra salud se está deteriorando y si no tomamos medidas
ahora, pronto se pueden convertir en enfermedades que podríamos haber evitado si nos
quisiéramos más y nos prestáramos más atención a nosotros mismos.

Más que cualquier médico, nosotros mismos somos los verdaderos responsables de nuestra
salud, cómo comemos, cómo dormimos, cómo respiramos y hasta cómo pensamos son la
causa de muchas de nuestras dolencias y solo con un poco de amor propio y cuidado se
pueden evitar.

El ideal de una medicina realmente preventiva, debe comenzar por cada uno de nosotros!

Bendiciones.