EQUIPOS DE TRABAJO: ¿CÓMO APLICARLES

PROGRAMACIÓN NEUROLINGÜÍSTICA?

Desde hace un par de décadas, la Programación Neurolingüística (PNL) ha hecho

carrera como un conjunto de técnicas que permite diseñar modelos de comunicación,
que crean ambientes propicios para la comprensión. Entonces, apoya el funcionamiento
de la mente, la hace más efectiva y le enseña a tener control sobre lo que se quiere y
hace.

Para aplicar PNL en grupos de trabajo se siguen algunos pasos básicos, que buscan
identificar las preferencias de pensamiento de los colaboradores y descubrir cómo
pueden dirigir sus relaciones.

A grandes rasgos, las preferencias de pensamiento son aquellas que determinan lo que
elegimos y cómo lo expresamos. Estas se adquieren y forman a medida en que se
construyen relaciones interpersonales, por eso conocerlas permite una mejor
comprensión entre los miembros de la organización y contribuye a que el clima
organizacional sea óptimo.

De acuerdo con el experto Alejandro Zambrano, consultor de la empresa ASEIA, todos

los individuos son distintos entre sí y su manera de expresión varía. “Cada uno tiene una
forma específica como mejor puede dirigirse hacia sus compañeros de trabajo y
mantener sus relaciones personales”, dice.

Cuando la persona logra identificar estas preferencias, la comunicación es más fluida y

logra un nivel máximo de comprensión. De acuerdo con el experto, existen tres
preferencias de pensamiento, que son:

Preferencia Visual: Las personas visuales plasman con palabras las imágenes y se
sienten más fuertes cuando tienen comunicación con la parte visual de su cerebro.
Suelen ser psicorígidas y, por lo tanto, podrían ser propensas a tener dificultades en su
entorno de trabajo. Le dan mucha importancia a la forma como ellos se ven ante los
demás y cómo se ven las cosas a su alrededor (ordenadas, limpias, agradables), procesan
la información usando los ojos, hablan de cómo se ve el asunto y prefieren explorar
sobre el aspecto de las cosas.

Preferencia Auditiva: En esta preferencia, las personas se caracterizan por ser selectivas
en el vocabulario que utilizan. Son algo individualistas y siempre están discutiendo
consigo mismos, se preguntan una y otra vez si lo que hacen es correcto. Pueden estar
más inclinadas a escuchar que a contar sus experiencias, pero aún así les resulta fácil
hablar de sus sentimientos.

Ordenan sus ideas con facilidad en medio de debates ideológicos.

Prefieren decir como suenan las cosas y no cómo lucen las sensaciones que provocan.
Son buenos conversadores y en comparación con la persona visual es más flexible por
lo general, puesto que no le presta mayor atención al aspecto de las cosas.

Preferencia Kinética: Los kinéticos son fáciles de percibir: expresan espontáneamente y

con facilidad todas sus emociones, por lo que actúan por el impulso del momento.

Ocasionalmente es difícil mirar directamente a los ojos de un kinético porque dirige su

mirada hacia el suelo. Esto no significa que está triste o deprimido, sencillamente está
calibrando sus sentimientos. Aprecia su sensibilidad y se alegra cuando usted muestra
sus sentimientos.

Generalmente disfrutan el contacto con las personas (abrazos, apretón de manos…)

Cabe anotar que, aunque en cada persona puede encontrar características de las tres
preferencias, siempre habrá una que predomine.

Aplicando la PNL
Una vez identifique las preferencias, determine cuál es su objetivo para aplicar
PNL, qué quiere lograr, modificar o instaurar. Es imprescindible que sea muy
preciso y enfoque el PNL hacia el grupo de personas que tienen que ver
directamente con el propósito. Por esta razón, hágalo con grupos pequeños de
tal forma que pueda percibir los cambios que su plan genere en
ellos.Enseguida, descubra las estrategias para hacer de esos objetivos algo
tangible y duradero: que se realicen pensando en que van a ser efectivos.De
acuerdo con Germán Sáenz, psicólogo organizacional, hay que buscar planes
de desarrollo o de capacitación, pedir apoyo al departamento de recursos
humanos o a personas que tengan experiencia en esos temas. “Valerse en
ocasiones de personas que no laboren dentro de la misma empresa y que
tengan experiencia en procesos de motivación y capacitación, agrega un
ingrediente a estas estrategias y pueden generar mayor expectativa entre los
individuos”, confirma Sáenz.

Del mismo modo, recomienda que antes de comenzar una capacitación enfocada al
cumplimiento de un objetivo en común, este curso esté dirigido al auto-conocimiento.
Estas permiten a la persona conocer tanto sus habilidades y falencias, como la de sus
compañeros. Así se determinan los puntos que entre sí aportan y afectan en la
consecución de los propósitos, y refuerza aquellos que deben mejorar.

Después de este tipo de capacitaciones, se enfatiza en el objetivo común y se proponen

estrategias que desarrollen por ejemplo el trabajo en equipo.

Las estrategias de desarrollo hacen sentir a los miembros de la organización importantes

y tenidos en cuenta. Inconscientemente provocarán que asuman una actitud con mayor
compromiso y responsabilidad frente a su puesto de trabajo, incluyéndolas en su manera
de actuar con los demás.

Las estrategias de capacitación que aplique deben resaltar las “siete creencias” de la
PNL, las cuales fijaron John Grinder y Richard Bandler, creadores de la técnica, y que
ayudan a utilizar más a fondo los recursos con que se cuentan:

1. Todo pasa para mi bien

Pensar que todas las situaciones positivas o negativas que ocurren de cara a lo que se
quiere lograr sirven para plantearse mejores posibilidades de llegar a la meta propuesta
inicialmente. Las personas exitosas siempre buscan la manera de sacar provecho de las
malas experiencias, aprender, corregir hábitos y ser cada vez mejores.
Si uno cree firmemente en una posibilidad, lo más factible es que llegue a realizarla.

2. Aún perdiendo se sigue ganando

Creer en el fracaso intoxica la mente e impide que se realicen los planes. Perder es el
resultado de no desarrollar bien una estrategia o un método, por lo cual es simplemente
un llamado para modificar acciones y obtener lo que se quiere.

3. Yo soy el responsable de mi mundo

Pensar que la responsabilidad sobre los resultados obtenidos es de uno mismo, es la

actitud madura que hay que asumir, quienes la poseen ejercen el poder. Quien domina la
situación, domina el éxito.

4. La buena suerte la mando llamar

Visualizar con antelación la obtención positiva de un objetivo, atrae las cosas buenas.
Desde que exista un pensamiento positivo alejado del pensamiento fracasado, las cosas
buenas siempre llegarán.
5. El trabajo es un juego

Buscar creatividad a la hora de realizar el trabajo es la puerta para progresar hacia

mejores trabajos. Es ver la manera de buscar hasta dónde podemos llegar y examinar
alternativas.

6. El éxito duradero se logra con una entrega personal absoluta

Quienes han logrado sus propósitos, se caracterizan por la dedicación y el compromiso

con que hicieron su trabajo. Es un premio a la perseverancia.

7. Nuestros mayores recursos son los recursos humanos

Un buen trabajo en equipo conlleva a mejores resultados y relaciones humanas más

efectivas: si existen respeto y aprecio hacia ellas, el espíritu de unidad se mantendrá
intacto. Una empresa es gracias a sus empleados y es un punto que debe ser trabajado
continuamente.

Para finalizar, ejecute ese plan de desarrollo. Cumpla todos los pasos que se requieren
en este proceso, no deje a nadie por fuera de él, sea objetivo y claro. Si ve que algo
empieza a fallar o que algunas de las personas con las que se encuentra trabajando no da
señales de estar a gusto o no presenta algún cambio, intente nuevas estrategias, la idea
es que todos vayan encaminados al mismo punto. Nunca desista de su propósito,
recuerde una de las presuposiciones importantes que hace la PNL es que “Si continua
haciendo lo que siempre ha hecho, no llegará más allá de donde siempre ha llegado”.

Para Alejandro Zambrano, la PNL puede aplicarse en todas las organizaciones

y en todos los ámbitos. Sin embargo, nunca resultará si se utiliza con personas
que definitivamente no quieran hacerlo .Entre las razones para que una
persona no quiera utilizar PNL están aquellas relacionadas con los principios y
valores del individuo, o por resistencia natural al cambio, a involucrarse más
hacia los objetivos comunes del equipo o de explorar nuevas alternativas en
pro de la mejora y la excelencia continua personal. Zambrano recalca que
quienes la quieran aplicar deben tener un buen uso de la ética y moral,
actuando congruentemente y abarcando su parte física, mental y emocional.
Mal usada, la PNL puede lograr el cambio significativo de valores y principios.