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MAQUINA DE

MOVIMIENTO
PERPETUO
TERMODINAMICA

En este documento se trata el tema de la máquina de


movimiento perpetuo, historia y la perspectiva del
alumno, además de su punto de vista y comentarios.

CRUZ SERDAN RAYMUNDO 3AM2


30/09/2013
¿Qué es la máquina de movimiento continuo?

El aparato de movimiento continuo o móvil perpetuo es una máquina que realiza un


trabajo continuo sin necesidad de energía exterior que la impulse. Una de estas
máquinas lograría crear energía de la nada, sería la fuerza de trabajo más barata que
uno pudiera imaginar. Por esto es entendible que tantas personas alrededor de
la historia hayan tratado de conseguirla.

El móvil perpetuo es una máquina hipotética que sería capaz de continuar funcionando
eternamente, después de un impulso inicial, sin necesidad de energía externa
adicional. Se basa en la idea de la conservación de la energía. Su existencia violaría
teóricamente la segunda ley de la termodinámica, por lo que se considera un objeto
imposible.

Dado que los principios de la termodinámica son algunos de los más comprobados y
estables a lo largo de siglos de la física, las propuestas de movimiento perpetuo serias
son siempre desdeñadas. Con frecuencia, este tipo de máquinas son utilizadas por los
físicos como una forma de poner a prueba sus conocimientos, demostrando, sin utilizar
la termodinámica, que no puede funcionar. Además, es frecuente la aparición de
"paradojas", al imaginarse experimentos mentales que parecen mostrar móviles
perpetuos; invariablemente se trata de errores de comprensión de las leyes de la
física, por lo que resultan muy instructivas.

Su historia

La idea de la máquina de movimiento continuo tiene su origen probablemente en el


siglo XII, en la India. Desde ahí llegó a Europa en el siglo XIII gracias a los árabes. Es
muy probable que éstos, muy necesitados en sus países de mano de obra para el riego
de los campos buscasen muy, una manera de propulsar sus numerosos elevadores
de agua. Los europeos medievales, según el historiador de la técnica Friedrich Klemm,
perseguían una finalidad más ideal: un movimiento circular continuo
como imagen terrestre del movimiento divino de las esferas celestes, profanando
"el pensamiento aristotélico, que reservaba los movimientos circulares eternos a
cielos".

En el siglo XVIII en Bavaria apareció la "rueda mágica". Era una rueda girando sobre
su eje gracias a unas piedras magnéticas (lodestones). Supuestamente podía girar
eternamente, pero la fricción la detuvo luego de un largo tiempo.

Los primeros diseños de máquinas de movimiento perpetuo fueron hechas por el


Matemático-Astrónomo Indio, Bhaskara II. Él describió una rueda que pretendía girar
eternamente.

En el siglo XIII, Villard de Honnecourt tuvo un croquis en uno de sus cuadernos.


Honnecourt era un maestro albañil y arquitecto Francés. El cuaderno trata sobre
mecánica y arquitectura.
Móvil perpetuo de Villard de Honnecourt (alrededor de 1230)

Siguiendo el ejemplo de Villard, Pierre de Maricourt diseñó otra máquina: una esfera
magnética que, si era montada sin fricción con su eje paralelo al eje celeste, giraría
una vez por día. Serviría como esfera astronómica automática.

Rueda del siglo XV de Taccola

Leonardo da Vinci realizó numerosos bosquejos de ingenios que, esperaba, producirían


energía libre. Da Vinci analizó unos pocos desequilibrios en ruedas. Además diseñó una
bomba centrífuga y la "chimney jack", usada para girar una brocheta de asar (un tipo
de turbina de reacción).

Johannes Taisnerius, un sacerdote Jesuita, describió una máquina de movimiento


perpetuo. El dispositivo magnético de Taisnerius consistía en una rampa, una piedra
imán y una bola de hierro. Pierre de Maricourt había visto antes ese sistema que hace
uso de la fuerza de la piedra magnética. El problema es que la integral de línea de una
fuerza en un lazo cerrado en un campo magnético es cero.

En 1518, Mark Anthony Zimara diseñó un molino "que se auto-sopla". Éste generaba
energía a partir de una serie de fuelles. Los fuelles volvían a soplar las velas del
molino.

En el siglo XVI, John Dee informó haber visto una máquina de movimiento perpetuo
durante sus viajes (con una pensión de Elizabeth I), pero no se le permitió una
observación detallada.

En 1610, Cornelis Drebbel, un alquimista y mago, diseñó una máquina de movimiento


perpetuo que indicaba la hora, fecha y estación. La máquina de oro se montó en una
esfera sobre columnas y se alimentó con cambios de presión en el aire (el líquido en
un tanque sellado variaba su volumen debido a los cambios de presión atmosférica,
haciendo que funcione constantemente).

En 1630, Robert Fudd, un físico y místico propuso varias máquinas. La gente trató de
patentar variantes de la máquina de Fludd en 1870. La máquina de Fludd funcionaba
por recirculación por medio de una rueda hidráulica y un tornillo de Arquímedes. Este
dispositivo bombea agua de vuelta a su propio tanque de suministro.

Después de 1635 se concedieron muchas patentes de máquinas de movimiento


perpetuo. Varias eran variantes de la máquina desarrollada en la India del siglo XII. Un
diseño original es un cable proyectado 150 millas al cielo para inducir energía (la
tecnología de esa época limitaria su utilización práctica ya que pesaba 80 toneladas).
Para 1903, 600 de esas patentes habían sido concedidas.

En 1638, Edward Somerset, 2do Marqués de Worcester, desarrolló una máquina de


movimiento perpetuo. Ganó un nombramiento Real como inventor y constructor. El 3
de Junio de 1663 el Parlamento otorgó una patente por 99 años por su motor
"watercommanding" (un motor de vapor). Somerset demostró muchas ruedas
hidráulicas a Carlos I de Inglaterra, quien tenía relación con el movimiento perpetuo.

En 1664, Ulrich von Cranach, un ingeniero militar de Hamburgo, Alemania, diseñó una
bola de movimiento perpetuo que no funcionó en la práctica. La máquina tenía una
bala de cañón rotativa que descendía por un tornillo de Arquímedes dispuesto a lo
largo del perímetro de una rueda (como una rueda hidráulica), rodaba a través de una
guía, para luego ser llevada nuevamente hacia arriba usando un tornillo de Arquímedes
(impulsado por la bola-rueda). Arthur Ord-Hume documentó esta máquina.

Blaise Pascal introdujo una forma primitiva de ruleta, y la ruleta giratoria en el siglo
XVII como parte de su investigación hacia una máquina de movimiento perpetuo.

Robert Boyle ideó el "vaso perpetuo" ("cáliz perpetuo" o "paradoja hidrostática" ) que
fue discutido por Denis Papin en 1685 en el Transaciones Filosóficas (periódico
científico)

Johann Bernoulli (también conocido como Jean Bernoulli) propuso una máquina
energética de fluido. Bernoulli desarrolló el problema de Brachistrochrone en Junio de
1696 y es considerado el fundador del cálculo de variación.

En 1686 Georg Andreas Böckler, un arquitecto, ingeniero y autor alemán, diseñó


molinos de agua "auto operados" auto impulsados y varias máquinas de movimiento
continuo usando bolas en distintas variantes de tornillos de Arquímedes.

En 1712 Johann Bessler, también conocido como Orffyreus, investigó 300 modelos
distintos de movimiento perpetuo y alegó tener el secreto del movimiento perpetuo.
Aunque luego hubo una acusación de fraude (por parte de una sirvienta de su lugar de
trabajo), los investigadores de ese momento, como el abogado Willem Jacob
s'Gravesande, reportaron que no hubo tal fraude.

En la década de 1760, James Cox (con la ayuda de John Joseph Merlin) desarrolló una
máquina de movimiento perpetuo (conocida como el Reloj de Cox). El reloj es
accionado por los cambios en la presión atmosférica a través de un barómetro. El reloj
aún existe hoy en día (pero fue desactivado debido a la reubicación del mismo).

En 1775 la Real Academia de Ciencias en París, manifestó que la Academia "dejará de


tomar o aceptar propuestas relacionadas con el movimiento perpetuo. El argumento
fue que el movimiento perpetuo es imposible de conseguir y que su investigación
consume tiempo y es muy cara. Según los miembros de la academia, esas mentes
brillantes dedicando su tiempo y recursos a esta búsqueda, podrían ser utilizadas en
mejores y más razonables empresas. Sin embargo muchas personas continuaron
proponiendo y construyendo varias máquinas "perpetuas", en una cruzada por alcanzar
su meta final de energía libre.

En 1790 el Doctor Conradus Schiviers hizo una rueda accionada por correas. También
propuso una máquina en la cual varias bolas impulsaban una rueda hidráulica y la
cadena de un balde (volviendo a subir las bolas). Otros trataron de adaptar sus
diseños sin éxito, un siglo más tarde.
¿Por qué no es posible?

No importa el esfuerzo esta máquina nunca va a existir, esto se debe a que se opone a
las leyes de la termodinámica que a continuación se explican.

Móvil perpetuo de primera especie

Los móviles perpetuos de primera especie violarían la primera ley de la termodinámica,


que es la que afirma la conservación de la energía. Así, producirían más energía de la
que consumen, pudiendo funcionar eternamente una vez encendidos. Muchos de estos
diseños utilizan imanes como supuesta fuente de "energía libre", y asumen que no hay
rozamiento. Así, aunque estos inventos no puedan funcionar eternamente, son a veces
capaces de funcionar por sí mismos por largos períodos mientras conservan la energía
cinética inicial, siempre que no se les obligue a realizar ningún trabajo sobre su
entorno.

Primera ley de la termodinámica: Principio de la conservación de la energía

Afirma que, como la energía no puede crearse ni destruirse (dejando a un lado las
posteriores ramificaciones de la equivalencia entre masa y energía) la cantidad de
energía transferida a un sistema en forma de calor más la cantidad de energía
transferida en forma de trabajo sobre el sistema debe ser igual al aumento de la
energía interna (U) del sistema. El calor y el trabajo son mecanismos por los que
los sistemas intercambian energía entre sí, más precisamente:

Q + L = U

La máquina de movimiento continuo no cumple con esto debido a que ella crea su
propia energía, oponiéndose a esta ley. Además hay que tener en cuenta que la
energía no se crea ni se destruye, por lo tanto una máquina así acrecentaría la
cantidad de energía del universo, hecho imposible.

Cuando un sistema se pone en contacto con otro de menor nivel energético que él,
tiene lugar un proceso de igualación de los niveles energéticos de ambos. El primer
principio de la termodinámica identifica el calor, como una forma de energía. Puede
convertirse en trabajo mecánico y almacenarse. Experimentalmente se demostró que
el calor, que originalmente se medía en unidades llamadas calorías, y el trabajo o
energía, medidos en joules, eran completamente equivalentes.

La fuente para explicar la relación de esta ley con la máquina de movimiento continuo
dice: "En cualquier máquina, hace falta cierta cantidad de energía para producir
trabajo; es imposible que una máquina realice trabajo sin necesidad de energía. Una
máquina hipotética de estas características se denomina móvil perpetuo de primera
especie. La ley de conservación de la energía descarta que se pueda inventar una
máquina así. A veces, el primer principio se enuncia como la imposibilidad de la
existencia de un móvil perpetuo de primera especie."

El calor, igual que el trabajo, corresponde a energía en tránsito (proceso de


intercambio de energía), el calor es una transferencia de energía y puede causar los
mismos cambios en un cuerpo que el trabajo. La energía mecánica puede convertirse
en calor a través del rozamiento, y el trabajo mecánico necesario para producir 1
caloría se conoce como equivalente mecánico del calor. Según la ley de conservación
de la energía, todo el trabajo mecánico realizado para producir calor por rozamiento
aparece en forma de energía en los objetos sobre los que se realiza el trabajo. Joule
fue el primero en demostrarlo de forma fehaciente en un experimento clásico:
calentó agua en un recipiente cerrado haciendo girar unas ruedas de paletas y halló
que el aumento de nivel energético del agua era proporcional al trabajo realizado para
mover las ruedas.

Cuando el calor se convierte en energía mecánica, como en


un motor de combustión interna, la ley de conservación de la energía también es
válida. Sin embargo, siempre se pierde o disipa energía en forma de calor porque
ningún motor tiene una eficiencia perfecta.
Pero sin embargo alguien que apoye la existencia de una de estas máquinas podría
decir que esta no necesariamente tiene que violar esta ley, sino que es posible que
convirtiese el movimiento térmico en un movimiento mecánico ordenado sin crear un
desorden correspondiente en otro lado; a esta máquina se la llamaría móvil perpetuo
de segunda especie.

Móvil perpetuo de segunda especie

El móvil perpetuo de segunda especie sería aquel que desarrollase un trabajo de forma
cíclica (indefinida) intercambiando calor sólo con una fuente térmica. También es
llamado móvil de Planck, y es imposible de construir bajo la Segunda ley de la
termodinámica.

Segunda ley de la termodinámica:

En términos más sencillos se diría lo siguiente: "No existe un proceso cuyo único
resultado sea la absorción de calor de una fuente y la conversión íntegra de este calor
en trabajo".

Por lo tanto si esto no fuese cierto sería posible el móvil perpetuo de segunda especie,
como por ejemplo hacer funcionar una central térmica tomando el calor del
medio ambiente; aparentemente no habría ninguna contradicción, pues el medio
ambiente contiene una cierta cantidad de energía interna, pero debo señalar dos
cosas: primero, la segunda ley de la termodinámica no es una consecuencia de la
primera, sino una ley independiente; segundo, la segunda ley nos habla de las
restricciones que existen al utilizar la energía en diferentes procesos, en nuestro caso,
en una central térmica. No existe una máquina que utilice energía interna de una sola
fuente de calor. Esto es debido a que el rendimiento energético de una máquina
térmica cíclica que convierte calor en trabajo siempre será menor a la unidad y ésta
estará más próxima a la unidad cuanto mayor sea el rendimiento energético de la
misma.

Esto dicho por R. J. Clausius ingeniero francés es: "No es posible proceso alguno cuyo
único resultado sea la transferencia de calor desde un cuerpo frío a otro más caliente".
O sea que siempre se necesitará un poco más de energía por que las temperaturas
tienden a igualarse.

Ahora supongamos que esta máquina es posible, esta sería muy poco practica debido a
que sería peligrosa y habría que prohibirla, por seguridad. En caso de que los
consumidores no utilizaran en cada instante toda la potencia que produjese la
máquina, ésta almacenarían en su movimiento o en su estructura el sobrante: se
aceleraría y calentaría, y acabaría por fundirse o por explotar. No nos extrañemos de
no encontrar móviles perpetuos, si hubiesen existido alguna vez, ya habrían reventado
hace tiempo por un exceso de energía.
Experimentos mentales

En física teórica, es frecuente la utilización de experimentos mentales para comprobar


los límites del conocimiento de las leyes físicas. Algunos de estos experimentos
llevarían a un móvil perpetuo, y son:

El demonio de Maxwell: se trata de violar la segunda ley, al separar dos gases


mezclados, introduciendo un hipotético demonio que fuera moviendo las moléculas de
los gases hacia el lugar apropiado. Sirve para entender mejor la relación
entre entropía e información.

El trinquete de Brown de Richard Feynman: un "móvil perpetuo" que extrae trabajo a


partir de fluctuaciones térmicas, aparentando funcionar eternamente, aunque
realmente sólo lo haga mientras el entorno esté más caliente que el trinquete.

Intentos de móvil perpetuo

La invención de los móviles perpetuos es el pasatiempo favorito de muchos


excéntricos, que con frecuencia terminan con elaboradas máquinas al estilo Rube
Goldberg, Heath Robinson, o los inventos del TBO. Aunque estos inventos parezcan
funcionar sobre el papel, tienen siempre fallos u ocultan fuentes de energía externa
que los hacen inútiles en la práctica.

CONCLUSIÓN

Esta llamada máquina de movimiento perpetuo es imposible de crear, hay diversos


factores que impiden que sea posible, los dos principales son las leyes de la
termodinámica, considero que otro factor es que no existe algún material que nunca
sufra desgaste, sin embargo, esto genera que la curiosidad y la ambición por lograr
crear una máquina así sea más fuerte y puede ser que en un futuro si sea factible
contar con algún mecanismo así. Este tema permite que de una fantasía, pueda
concretarse en un algo posible, quizás no son suficientes los conocimientos que se
tienen en la actualidad y se requiera de muchos más años el poder acercarse a este
desafío y romper leyes establecidas, creando unas nuevas.

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