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TRABAJO PRÁCTICO FINAL

VIOLENCIA
FAMILIAR

ASPECTOS PSICOLÓGICOS
Y LEGALES

INSTITUTO NIÑO JESÚS

PROFESORADO ESPECIALIZADO EN JARDÍN MATERNAL

MATERIAS: PSICOLOGÍA SOCIAL


LEGISLACIÓN DEL MENOR Y LA FAMILIA
INTRODUCCIÓN:

Hasta hace pocos años no existía conciencia social sobre la violencia familiar.
En los últimos 20 o 25 años otros países de Europa ya estaban trabajando sobre el
tema; en nuestro país los primeros intentos de darlo a conocer fue en el año 1.980,
otorgándole la importancia que merecía aproximadamente en 1.988, cuando la justicia
le hizo un lugar en su legislación.
La violencia se da en la sociedad generada por la sociedad misma es por eso que la
violencia es un problema de todos.
Para abordar tan complejo problema y más aún si deseamos ser útiles en la tarea de
prevención, debemos manejar conceptos y definiciones, así como tener una mejor
comprensión de la dimensión del tema.
Por eso es importante conocer qué es la violencia familiar, el maltrato infantil, los
factores que intervienen, los tipos de maltrato, la institución educativa frente a la
violencia y los aspectos legales a tener en cuenta en estas situaciones.
VIOLENCIA

La violencia es un fenómeno sobre el cual se tienen intensas vivencias, forma parte


de las experiencias cotidianas y la mayoría de las veces es una presencia invisible que
acompaña gran parte de las interacciones diarias. Sin que al menos alguien se de
cuenta casi con naturalidad que la violencia circula en su entorno.
Es un campo muy amplio que nos permite visualizar toda forma de abuso que por
acción u omisión produce daño.
La violencia se caracteriza por tener una misma dirección; se ejerce desde el más
fuerte al más débil; desde el que tiene el poder al que no lo tiene, desde los sectores
que culturalmente están ubicados en ventaja sobre los que están en desventaja.
Hay tres factores que inciden en la violencia, la historia personal del individuo, lo
congénito, y lo social (aquí es donde uno puede actuar y modificar la situación). Desde
lo social, el indicador más alto es el abuso en la infancia, es decir niños que observan a
sus padres pegadores, o que fueron violados, y más tarde reproducen el mismo modelo.
La violencia se nutre de:
- desamor
- injusticias
- arbitrariedades
- desequilibrio
La violencia se manifiesta de diversas maneras en el deterioro de la calidad de vida.
Entre las primeras encontramos:

Violencia por acción: es aquel tipo de violencia en la cual los efectos son visibles.
- Maltrato: cuando el trato cotidiano hacia una persona es agresivo, ya sea de
palabra u obra.
- Agresión física-verbal: es la acción y el trato hacia una persona de insultos y
golpes.
- Denigración: desmerecer al otro al punto de que este sienta baja autoestima,
depresión y sumisión.
- Discriminación: es cuando alguien es marginado por una característica que otro
cree de poco valor. Discriminarlo por su origen, por su físico, por su religión, por su
educación, por su rol en la sociedad, etc.
- Rechazo: tiene que ver con la discriminación. Una persona es rechazada por los
demás, por diferentes motivos, visibles o no visibles.
- Explotación: se da cuando una persona toma a otra en una cuestión de servidumbre,
a la cual someten a tareas que no están de acuerdo con su edad, educación, etc; en una
actitud de "esclavo".
- Manipulación sexual: se ejerce de los adultos a los menores y de hombres a
mujeres. También en el caso de la publicidad en donde toman al cuerpo de la mujer
como "objeto".
- Exigencias desmedidas: es cuando un sujeto espera de otro que haga mucho más de
lo que puede hacer.

Violencia por omisión: es aquel tipo de violencia en la cual una persona es víctima de
desatención.
- Desatención: no asistir a una persona con lo que le es necesario.
- Indiferencia: tratar a la otra como si no existiera, ignorando sus intereses y
necesidades en todo momento.
- Negligencia: cuando una persona sufre violencia por otra que la ejerce con
conocimiento de los efectos que produce. Por ejemplo: niños desnutridos cuando su
nivel social permitiría una buena alimentación.
- Falta de alimentación e higiene: en una situación "normal", una persona priva a otra
de una buena alimentación e higiene diaria, pudiendo hacerlo bien "se elige" el acto
violento.

Sobreprotección patológica: es el caso en el que el o los padres ejercen hacia el o los


hijos cuidados excesivos, no dejándolo ser ni crecer, estableciendo un vínculo de
dependencia con ellos, formando así personas inseguras, culposas, inútiles, etc.

La violencia se desarrolla en distintos ámbitos: social, político, económico, familiar,


etc. Así mismo adquieren formas específicas de aparición en función de los contextos
en que se manifiesta, contextos que están determinados histórica y socialmente.

VIOLENCIA FAMILIAR

La familia se muestra como un reducto de amor, en donde la agresión física y/o


psíquica no se concibe como una posibilidad fácilmente aceptable, ni por cierto
deseable.
La consideración de que la violencia dentro de la familia es un problema privado y
circunscripto al ámbito de una familia trae como consecuencia negar la problemática y
deja o provoca inseguridades y trastornos de la salud (física y psicológica) como al
ámbito de la educación (niños con problemas de aprendizaje y conducta).
Se llama violencia familiar a las diferentes formas de relación abusiva que se
caracterizan de modo permanente o cíclico al vínculo intrafamiliar. Siendo el abuso, el
daño psíquico o físico que se le hace a un otro (ya sea obligándolo o privándolo de algo).
Cualquier acto de violencia de una persona a otra, constituye un crimen,
independientemente de que ocurra en la calle o dentro de una casa. Por esto, esta
problemática, no puede seguir siendo entendida como una cuestión privada ya que la
salud, la educación, el trabajo, la seguridad son cuestiones públicas y comunitarias en
donde se hacen evidentes las consecuencias de la violencia.
Dentro de la violencia, existen mitos o prejuicios que sostienen que la violencia
aparece sólo en familias carenciadas o en alcohólicos. La violencia se ejerce en
cualquier ámbito y siempre se trata de situaciones de poder que un miembro ejerce
sobre otro.

Hablar de las causas de las distintas formas de violencia familiar implica


introducirse en una compleja maraña de factores que se entrecruzan (socio-
culturales, psicológicos, ideológicos, educativos, económicos, etc.). Existen algunos
factores que ayudan a generar o a mantener las situaciones de violencia dentro de la
familia.
1)- Los estereotipos culturales delimitan formas de relación hombre-mujer y adulto-
niño que están caracterizados por un criterio jerárquico.
Las mujeres y los niños son definidos como seres débiles y dependientes; se los
ubica en un lugar en el cual deben ser sumisos y obedientes.
Se estipula la pasividad en las mujeres y la creencia de que su seguridad depende
del hombre. En cambio los varones son definidos culturalmente como seres fuertes
que no deben expresar debilidad, que deben ser competitivos y ganadores. Estos
estereotipos culturales la utilización de la violencia para resolver conflictos
familiares.
2)- La historia personal de quienes están involucrados en situaciones de violencia
familiar muestran que la violencia se aprende primariamente de modelos familiares, en
su infancia han sido víctimas o testigos de maltrato.
Han aprendido un modelo según el cual los conflictos dentro de la familia pueden ser
resueltos mediante la violencia.
3)- Los modelos sociales a los que una persona se ve expuesta desde el nacimiento,
proporcionan un mensaje reforzado del modelo familiar (medios de comunicación
masivos).
4)- Los factores de riesgo que influyen para aumentar el peligro de violencia familiar,
aunque no sean de por sí determinantes, son entre todos: crisis económica, desempleo,
alcoholismo, situaciones de pérdida, embarazos no deseados, aislamiento social,
inestabilidad laboral, drogadicción, etc.

No existe un perfil típico ni de víctima ni de agentes de la violencia familiar. La


combinación de los factores causales enunciados permite una distribución amplia en
cuanto a tipos de personalidad, estrato socio-económico y nivel educativo.
Esto debe alertar para no caer en la simplificación de dibujar una caricatura del
hombre violento, de la mujer golpeada o de los niños maltratados. Ellos pueden ser
iguales a cualquiera de nosotros. Para poner un solo ejemplo, la mayoría de los hombres
que son violentos dentro de su hogar, suelen ser personas socialmente agradables,
correctos en sus trabajos y simpáticos en el barrio. La mayoría de las mujeres
sometidas al maltrato sufren silenciosamente y tratan de disimular su drama frente
a los demás. Los niños víctimas de maltrato evitan demostrarlo por temor a mayores
castigos en represalia. Todo ello configura una espesa cortina detrás de la cual se
desarrolla el drama de la violencia familiar.

CATEGORÍAS DE VIOLENCIA FAMILIAR

1) Maltrato infantil: es cualquier acción u omisión no accidental que provoque daño


físico o psicológico a un niño, por parte de los padres, o cuidadores o de personas que
tengan proximidad y acceso al niño.

a)- Abuso físico: es cualquier acción intencional por parte de los padres,
cuidadores o cualquier persona cercana al niño; que provoque daño físico o enfermedad
en el niño. La intensidad del daño puede variar una contusión leve hasta una lesión
mortal.
b)- Abuso sexual: es cualquier sexual con un niño, por parte de un familiar o
tutor adulto. La intensidad del abuso puede variar desde la exhibición sexual hasta
violación.
c)- Abuso emocional: se presenta bajo la forma de hostilidad verbal crónica
(insultos, burlas, desprecio, críticas o amenaza de abandono), y constante bloqueo de
las iniciativas infantiles por parte de cualquier miembro adulto del grupo familiar.
d)- Abandono físico: es un maltrato pasivo, ocurre cuando las necesidades
físicas (la alimentación, abrigo, higiene, protección, vigilancia, cuidados médicos) no
son atendidas temporaria o permanentemente por ningún miembro del grupo que
convive con el niño.
e)- Negligencia o Abandono Educacional: No inscribir a su hijo en los niveles de
educación obligatorios para cada provincia; no hacer lo necesario para proveer la
atención a las necesidades de educación especial.
En diversas oportunidades realizar el diagnóstico de negligencia o descuido
puede presentar problemas de subjetividades. El descuido puede ser intencional como
cuando se deja a un niño sin comer como castigo, o no intencional como cuando se deja
solo a un niño durante horas porque ambos padres trabajan fuera del hogar. En este
último ejemplo como tantos otros que genera la pobreza, el abandono o descuido es
mas un resultado de naturaleza social que de maltrato dentro de la familia.
f)- Abandono emocional: es la falta de respuesta a las necesidades de contacto
afectivo del niño, ausencia de contacto corporal, caricias, etc. e indiferencia frente a
los estados de ánimo del niño.
g)- Niños testigos de violencia: es cuando los niños presencian situaciones
crónicas de violencia entre sus padres. Los estudios comparativos muestran que estos
presentan trastornos muy similares a los que caracterizan a quienes son víctimas del
abuso.
El factor común que subyace en todas las formas de maltrato es el abuso de poder o
actividad. El abuso ocurre cuando una persona más fuerte o poderosa ( padres-
adultos), aprovecha la ventaja que tiene sobre otra más débil (niño-mujer).
El maltrato, la crueldad, la violencia desarrollada desde la ventajosa postura del que
es más fuerte, genera sentimientos de injusticia, de humillación, de venganza, de
resentimiento.
Afectan los sentimientos de autoestima, entristecen, generan desesperanzas en sí
mismo y en el porvenir. Pueden llegar a trastocar toda la vida mental del sujeto. Desde
el punto de vista de la evolución y maduración psicológica, el daño puede ser
irreversible, ya que pueden instalarse desarrollos con perturbaciones severas de la
identidad y de la personalidad.
El maltrato infantil es un problema muy complejo, ya que algunas formas de abuso
son más difíciles de detectar que otras. Por ejemplo el descuido o negligencia (ya sea
física o psicológica) o las diversas formas de abuso emocional, muchas veces no
resultan fáciles de tipificar y detectar.

Un niño, según la Ley considerando como tal en este sentido a todo menor de 18
años, es maltratado o abusado cuando su salud física o mental o su seguridad están en
peligro, ya sea por acciones u omisiones no accidentales llevadas a cabo por la madre o
el padre u otras personas responsables de su cuidado; produciéndose entonces el
maltrato por acción, omisión o negligencia.

Usualmente es raro encontrar un niño en el que el maltrato sea de un solo tipo ; un


niño golpeado es también maltratado emocionalmente ; un niño que evidencia signos de
falta de cuidado o negligencia, frecuentemente también padece maltrato físico o
emocional.

Dentro del maltrato por acción merece ser perfilado especialmente el síndrome del
niño apaleado. Podemos enunciar así cuatro tipos de maltrato:
* Maltrato por injurias físicas.
* Maltrato por abandono físico.
* Maltrato por abuso sexual.
* Maltrato por abandono emocional.

Maltrato por injurias físicas: dentro de este grupo encontramos el "síndrome del
niño apaleado", el cual presenta una discrepancia entre lo que el niño presenta y la
versión que los padres relatan.
Otro aspecto es la multiplicidad de lesiones, que no necesariamente tuvieron lugar
en el mismo lapso de tiempo; los más habituales son: hematomas de distinto color y
tamaño, quemaduras, lesiones de piel, labios, orejas, genitales externos, como así
observar actitudes de retracción o miedo en el trato con las personas mayores,
aprehensión, llanto inmotivado, a veces con conducta agresiva hacia otros niños o en
general, miedo a hablar de sus padres y familia. A veces pueden relatar, siempre con
resguardo o en forma incompleta, el maltrato.
A veces la patología que estamos describiendo es sumamente grave, pudiendo llevar
a la muerte, en mayor proporción en los primeros años de vida del niño, siendo causa
de mortalidad en cualquiera de las otras edades y de morbilidad emocional, en todos
los casos.
El abuso físico de los niños no es un fenómeno que se asocie con determinados
sectores , sino que se manifiesta en todos los grupos étnicos, religiosos, económicos y
culturales.
No hay un único motivo, sino más bien una combinación de condiciones y factores
determinantes, que permite explicar el maltrato hacia el niño. Dichos factores varían
ampliamente de un individuo a otro y ninguno, por sí mismo, puede identificar a un
abusador potencial. Las condiciones predisponentes incluyen una historia de abuso en
la familia de origen, sentimientos de inferioridad y baja autoestima, necesidad de
control sobre el entorno. Los factores precipitantes pueden adoptar prácticamente
cualquier forma que sea percibida por el adulto como amenaza a su control sobre la
situación. A menudo la crisis tiene que ver con situaciones familiares, pero también se
relacionan con contrariedades laborales o económicas, frustraciones o desilusiones
que refuercen el ataque a la auto-estima.
Muchas veces el maltrato es la consecuencia de un déficit en la comprensión por
parte del adulto, de las reales posibilidades evolutivas del niño. Los padres o
cuidadores tienen expectativas irreales con respecto al niño, y por lo tanto, cualquier
conducta normal para la edad puede convertirse en irritativa y desencadenante del
maltrato.
Los niños que han sido maltratados necesitan ayuda para no repetir el esquema de
abuso con otras personas. Si no reciben apoyo adecuado para aprender a resolver de
otro modo sus problemas, pueden convertirse ellos mismos en adultos abusadores.

Maltrato por abandono físico : en estos casos el niño no es atendido en sus


necesidades básicas. Hay negligencia en el desempeño de los padres y los niños no son
cuidados, no son alimentados adecuadamente, no se los higieniza y se los viste de
acuerdo a lo necesario. No se los asiste médicamente, no se preocupan por su
escolaridad (llegadas tardes, ausentismo, falta de concentración, o sueño), no hay
control ni vigilancia del niño y pueden ser abandonados merced a sus propias
decisiones, permaneciendo fuera de sus hogares, en la calle. No hay atención de sus
necesidades vitales. Pueden ser abandonados por sus padres completamente. Desde el
punto de vista emocional son igualmente desestimados.
No es menos peligroso que el abuso físico, ya que también conduce a la muerte,
sobre todo en niños pequeños, ya sea por falta de alimentación o cuidados generales,
como así también por no recibir asistencia médica en el momento preciso.
Medir la intensidad de la patología en el abandono físico no ha sido fácil; dado que
es necesario cruzar este dato con pautas imperantes en el medio social, acerca de la
crianza y luego cotejar. Sin embargo se considera que en cualquier comunidad pueden
aparecer este tipo de padres y que estas familias reconocen ciertas pautas comunes,
como por ejemplo: ser familias que se aíslan, no se comunican con los vecinos y donde
los padres demuestran carecer de sensibilidad hacia las necesidades del niño. En este
grupo los daños producidos en el desarrollo emocional dejan huellas indelebles,
fundamentalmente aparecen patologías actuadas sobre el medio social tal como por
ejemplo: la delincuencia, las patotas.
Podemos encontrarnos frente a un niño con estas características y puede no
tratarse de una víctima de abandono. Muchas veces las mismas pueden ser el
resultado de pautas culturales y realidades socio-económicas.

Maltrato por abuso sexual : de todas las formas de abuso tal vez la más difícil de
aceptar o reconocer es el abuso sexual hacia los niños. Sólo recientemente, las
investigaciones realizadas muestran que una de cada 5 niñas y uno de cada 8 niños
serán sexualmente abusados antes de llegar a los 8 años. En más de 90% de los casos,
el abusador será masculino y en más del 80% será una persona conocida por el niño.
Este tipo de abuso puede definirse como contactos o interacciones entre un menor y
un adulto, en los que el menor está siendo usado para la gratificación sexual del adulto.
Se incluyen una serie de actividades, desde la exposición de los genitales por el
adulto, hasta la violación del menor.
El abuso intrafamiliar ocurre cuando el abusador es parte de la familia (padres-
padrastro, hermano mayor).
Una forma particular del abuso sexual es el incesto. Este está definido por la ley
como el acto sexual entre familiares de sangre, tales como padre-hija, hermano-
hermana, padre-hijo, etc. Un alto porcentaje de niñas que son víctimas de abuso
sexual intrafamiliar, lo son a través del incesto padre-hija. La edad en que más
frecuentemente se produce es alrededor de la pubertad, y un padre puede continuar
manteniendo relaciones sexuales con una o más hijas a lo largo de varios años. Muchas
veces, el incesto no se revela hasta que la hija se va del hogar.
Cuanto más cercana sea la relación entre el adulto y el niño, mayor será el daño
potencial ya que el abuso sexual intrafamiliar ocasiona a la víctima importantes daños
psicológicos.
Los signos de abuso sexual en niños o adolescentes pueden ser:
- dificultad en la marcha o para sentarse.
- negación a realizar actividades físicas.
- dolor o picazón en las zonas genitales.
- cambios de conductales (retraimiento, regresión, inestabilidad emocional).
- actividad o conocimiento exagerado acerca de la sexualidad.
- actividad masturbatoria inusual.
- tendencia a la fuga de sus hogares y a delinquir.
- llanto fácil por poco o ningún motivo aparente.
- cambios bruscos en la conducta escolar y retraso escolar.
- llegar temprano a la escuela y retirarse tarde (ausentismo).
- conducta agresiva, destructiva.
- conducta sumamente sumisa.
- temor al contacto físico.
- manejan dinero que no se puede justificar, tienen conversaciones sobre el
suicidio, tienen alteraciones en el habla, temor al fracaso y se proponen metas
inalcanzables.
Con respecto al abuso sexual hay algunos datos que es preciso tener en cuenta:
* La fuerza física está presente sólo en un pequeño porcentaje en los incidentes de
abuso sexual a niños.
* La percepción del adulto como autoridad vuelve al niño más vulnerable a ser
amenazado, sobornado o inducido a obedecer órdenes.
* Los niños rara vez informan a alguien de lo que está ocurriendo, por miedo y porque
el abusador los induce a no comentarlo.
* Muchas veces desean contarlo, pero no lo hacen por temor a que no se les crea o a
ser lastimados.
* Los niños no inventan historias acerca de su propio abuso sexual. Si se animan es
preciso creerles.
* La edad promedio en que los niños son abusados sexualmente se ubica alrededor de
los 11 años, pero muchas veces inclusive niños de menos de 3 años fueron objeto de
abuso.
* El típico abuso sexual hacia un niño menor ocurre dentro de un período, pues el
ofensor utiliza su posición de poder.
Este tipo de abuso vulnera la estabilidad emocional y afecta la identificación sexual.

Maltrato por abandono emocional: este, en ausencia de daños físicos, resulta difícil
de demostrar, pero sus efectos pueden ser invalidantes, suelen ser diagnosticados por
psiquiatras y psicólogos cuando los síntomas de la alteración se hacen evidentes.
Admitimos también que los malos tratos físicos y la negligencia implican la presencia,
al menos de cierto agravio emocional, pero lo contrario puede ser no siempre cierto. A
veces, los actos nocivos son sobre todo verbales pero afectan en forma determinante
en el desarrollo psicoemocional del menor.
Este abuso es el más fácil de definir pero el más difícil de comprobar.
El niño se ve frente a insultos, amenazas, calificaciones, castigos y está así
gravemente herido emocionalmente, se siente despreciable, angustiado, sin embargo
no muestra cicatrices exteriores.
Algunos indicadores de abuso emocional pueden ser:
- falta de confianza en sí mismo
- exagerada necesidad de ganar o sobresalir
- carencia de atención
- mucha agresividad o pasividad frente a los niños
- retardos en el desarrollo físico y en el desarrollo mental
- retardo en el lenguaje y en la marcha
- hábitos perturbados: roquin (balanceo), chupeteo, tendencia a morder
- inhibiciones graves en el juego
- fenómenos neuróticos: rasgos histéricos, fóbicos, obsesivos, compulsivos
- y hasta cuadros psicóticos con tendencia al suicidio.
Los padres pueden actuar en base a intenciones buenas o con una justificación de
por medio, ya que dicen hacerlo para que el niño se eduque.
También es posible ejercer este abuso no brindando afecto, apoyo, ni la valoración
que todo niño necesita para crecer psicológicamente sano.
Cuando más temprana sea la conducta de abuso emocional mayores serán las
consecuencias psíquicas del menor. La conducta que ejercen estos padres no son más
que una respuesta de traumas emocionales propios.
Las familias en las que se da el maltrato emocional responden a dinámicas de
funcionamiento perturbadas, porque no cubren las necesidades de protección, afecto
y crecimiento integral de la persona.
El niño se convierte paradójicamente en el resorte regulador de los conflictos de
tan variadas situaciones emocionales.

AGENTES GOLPEADORES

Son aquellos que ejercen algún tipo de violencia ya sea física, emocional o sexual
hacia los menores.
Las investigaciones demuestran que cualquier miembro de la familia,
independientemente de su raza, sexo y edad pueden ser agente o víctima de la
relación abusiva. Las estadísticas revelan que es el adulto masculino quien más
frecuentemente utiliza las distintas formas de abuso y son las mujeres y los niños las
víctimas más comunes de dicho abuso.
Los padres golpeadores son aquellos que instalan un estilo de crianza caracterizado
por exigir o demandar resultados o logros determinados en sus hijos, produciéndose
así una primera patología de la situación de crianza ya que lo normal sería que el padre
provea sostén emocional al hijo para lograr un desenvolvimiento adecuado y no que el
hijo se vea obligado a obtener logros que gratifiquen al padre.
El rasgo más frecuente en las historias de familias que maltratan a los hijos, es la
repetición, de una generación a otra, de una pauta de actos violentos, negligencia,
pérdida o privación de progenitores.
Los padres que tienden a maltratar a sus hijos consideran también que el castigo
físico constituyen un método apropiado para tratarlos. Continúan del mismo círculo
vicioso: castigo, deterioro de la relación con el niño, frustración y de nuevo castigo.
Esta comprobado que es más fácil que los malos tratos a niños tengan lugar durante
un período de crisis, la pérdida de un puesto de trabajo, por ejemplo, pueden ser
motivos suficientes.
Existen así mismo, padres que maltratan a sus hijos y que tienen éxito en su trabajo
y no sufren dificultades financieras o domésticas. No obstante estos padecen crisis
en sus relaciones con las demás personas.
Parte del problema está representado quizás por el hecho de que los padres que
maltratan a sus hijos experimentan dificultades para pedir ayuda a otras personas,
tienden a aislarse.
El maltrato no es evidentemente un acto racional. No es algo premeditado por un
profundo pesar y un gran sentimiento de culpa.
A parte de los factores predisponentes principales existen otros que pueden actuar
como trasfondo tensional. Entre ellos se incluyen la inteligencia de los padres, su
estado se salud, su posición socio-económica, el trasfondo cultural y la estructura
psicológica.
Cuando la ausencia de capacidad de crianza por parte de los padres se combina con
dificultades emocionales e impulsividad, el niño corre peligro.
Existe en general un progenitor que es el que maltrata de modo activo al niño, o que
le descuida más destacadamente y otro que actúa de forma secundaria asistiendo,
animando o encubriendo los malos tratos o negligencia.

Los malos tratos en el niño requieren la presencia de 4 factores:


1- los padres tienen un trasfondo de privación emocional o física y quizás también
de malos tratos.
2- el niño ha de ser considerado indigno de ser amado o desagradable.
3- tiene que existir una crisis.
4- en el momento del conflicto no existe ninguna línea de comunica-ción con las
fuentes de las que podría recibirse apoyo. Este último factor es muy importante ya
que tales líneas de comunicación se utilizarían para solicitar ayuda, hay que establecer
rápidamente líneas exteriores en el tratamiento.
Desde el abordaje terapeútico de estas familias las estrategias son variadas. El
criterio más acertado parece ser un enfoque multidisciplinario. Debemos tener en
cuenta la gran importancia que tiene la comunicación como instrumento de
intervención. Los protagonistas de este tipo de problemáticas ocultan hechos, eluden
las respuestas ante la pregunta directa y evitan la comunicación directa, por lo tanto
se vicia dada la falta de sinceridad que se percibe por parte de ambos padres. La
desconfianza impide obtener datos más próximos a sí mismos y a las circunstancias
que rodean los hechos. Justifican las lesiones del niño con diferentes excusas. Pueden
también llegar a negar absolutamente todo.
Adquiere gran importancia el no perder contacto con este tipo de familia cualquiera
sea el enfoque terapeútico que se maneje.
Debe aceptarse, desde un principio, a los padres tal cual son: personas enfermas que
necesitan comprensión para llegar a cambiar su conducta y percatarse que en realidad
el progenitor no es un adulto sino un niño aterrorizado y lastimado, aunque por el
momento aparezca repudiable u odioso.

CARACTERÍSTICAS DEL NIÑO MALTRATADO


Resulta erróneo afirmar que la pobreza en sí, o las malas condiciones de vivienda, o
el desempleo son la causa de los malos tratos (ignorando el hecho de que hay muchos
millones de personas pobres que no maltratan a sus hijos aún cuando viven en
condiciones de privación), también resulta erróneo creer que un niño será maltratado
o descuidado por carecer de cualidades que faciliten el afecto. Muchos niños
dificultan la posibilidad de ser queridos como resultado de habérseles ofrecido muy
poco amor o de haber conocido una vida de mera supervivencia o de franco odio. Sus
cicatrices son ya profundas a una temprana edad.
Generalmente los datos demostrativos de negligencia están representados por el
síndrome del retraso del desarrollo que se encuentra principalmente en los dos
primeros años de vida, y esto puede prolongarse durante toda la vida.
Un niño puede comportarse de un modo positivo con la persona que lo maltrata
reiteradamente porque estos pueden no conocer otro tipo de atención y aceptar la
violencia como algo perfectamente natural.
No obstante, los signos de violencia aparecen más adelante mostrando deficiencias
en el desarrollo motor, social, cognoscitivo y del lenguaje.
Se podría hablar casi con certeza de que el retraso que trae como consecuencia el
maltrato está menos relacionado con la violencia física en sí que con la negligencia y
los agravios emocionales.
Naturalmente estos niños tienden a sentir angustia, resentimiento oculto y está
ausente la autoestima, también pueden ser asustadizos y tímidos, pasivos y
excesivamente obedientes. Contrariamente a esto se presenta otra característica
importante en estos niños que es la de relacionarse con los demás tomando como arma
principal la agresión, los actos violentos, en general conductas con las que conviven
diariamente, en su ámbito familiar.
Tienen gran dificultad para reconocer sus propios sentimientos y para hablar de sí
mismos, piensan que son malos, antipáticos y estúpidos. Les es muy difícil establecer
relaciones, a parte de establecer con rapidez amistades superficiales e inestables, o
bien tienden a ser solitarios, muestran poca alegría y espontaneidad. Han incorporado
la idea de que ellos nunca tienen razón, haga lo que haga y que su castigo está
justificado.
Los adolescentes tienden tanto como los niños más pequeños a ocultar como un
secreto vergonzoso los malos tratos proporcionados por parte de las autoridades.
Muchos comienzan a expresar la furia que han sentido durante tanto tiempo no en su
casa, sino mediante un comportamiento delictivo fuera de ésta.
Los niños maltratados, a primera vista, parecen estáticos, no expresando sus
sentimientos ni el dolor físico. Aparecen como aceptando cuanto suceda, dóciles,
ansiosos por agradar.
Por el contrario otro grupo presenta conductas negativas, son hiperactivos y
agresivos pareciendo auténticos demonios que han respondido a la experiencia de la
agresión con una actividad casi maníaca.

Consecuencias a largo plazo:


Los niños criados en hogares donde se los maltrata suelen mostrar desórdenes
postraumáticos y emocionales. Muchos experimentan sentimientos de escasa
autoestima y sufren de depresión y ansiedad por lo que suelen utilizar el alcohol u
otras drogas para mitigar su stress psicológico siendo la adicción al llegar la adultez,
más frecuente que en la población general.
Los efectos que produce el maltrato infantil, no cesan al pasar la niñez, mostrando
muchos de ellos dificultades para establecer una sana interrelación al llegar a la
adultez.
Algunos niños sienten temor de hablar de lo que les pasa porque piensan que nadie
les creerá. Otras veces no se dan cuenta que el maltrato a que son objeto es un
comportamiento anormal y así aprenden a repetir este "modelo" inconscientemente. La
falta de un modelo familiar positivo y la dificultad en crecer y desarrollarse
copiándolo, aumenta las dificultades para establecer relaciones "sanas" al llegar a
adulto. Puede que no vean la verdadera raíz de sus problemas emocionales, hasta que
al llegar a adultos busquen ayuda para solucionarlos.
"Para muchos niños/as que sufren de maltrato, la violencia del abusador se
transforma en una forma de vida. Crecen pensando y creyendo que la gente que
lastima es parte de la vida cotidiana ; por lo tanto este comportamiento se torna
"aceptable" y el ciclo del abuso continua cuando ellos se transforman en padres que
abusan de sus hijos y estos de los suyos, continuando así el ciclo vicioso por
generaciones."
Muchas personas no pueden cortar el ciclo del abuso, pero hay niños al que la
bibliografía mundial denomina "resilentes" que poseen características que les permite
superar este obstáculo. Estos niños tienen la habilidad de llamar positivamente la
atención de otras personas, se comunican bien, poseen una inteligencia promedio, se
nota en ellos un deseo por superarse y creen en sí mismos. Muchas veces es la
aparición de un adulto preocupado por ellos lo que les permite desarrollar esta
habilidad y romper con el ciclo del abuso.

Como todos sabemos, los niños aprenden de lo que viven.

El niño aprende lo que vive:


Si vive con tolerancia aprende a ser paciente
Si vive criticado aprende a condenar
Si vive con aprobación aprende a confiar en sí mismo
Si vive engañado aprende a mentir
Si vive en equidad aprende a ser justo
Si vive con vergüenza aprende a sentirse culpable
Si vive con seguridad aprende a tener fe en sí mismo
Si vive hostilizado aprende a pelear
Si vive en la aceptación y la amistad aprende a encontrar el amor en el mundo
( Traducido y Adaptado por el autor de "Children Learn What They Live" Children are
Worth Saving -CAWS- Community out Reach Program)
LA ESCUELA FRENTE A LA VIOLENCIA

El maltrato infantil está provocado por: "...múltiples causas que interactúan de un


modo altamente complejo y que se originan en todos los ámbitos de la vida social,
manifestándose en el deterioro de la calidad de vida de los niños, ya sea por acciones
u omisiones; las que impiden y retrasan el normal desarrollo de los niños, pudiendo
instalarse trastornos o perturbaciones severas de la identidad y la personalidad. El
maltrato, la crueldad, la violencia desarrollada desde la ventajosa postura del más
fuerte al más débil, genera sentimientos de injusticia, humillación y resentimiento que
afectan los sentimientos de autoestima provocando desesperanza en el mismo y en el
porvenir".
Considerando que la educación es un proceso social y un proyecto social, y que no hay
sociedad sin educación y no se da violencia sin sociedad; todo proceso educativo tiene
una raíz y un destino social, es por eso que la violencia es un problema de todos y
desde la educación se puede organizar su prevención.
El niño no inventa la violencia, él la recibe, la presencia en su propia casa, en la calle
y, reproduciendo modelos internalizados por la convivencia, acaba por aplicarla.
El tema de la violencia merece un tratamiento interdisciplinario, desde lo social,
psicológico y legal.
Para elaborar un análisis de la violencia vale la pena remitirse a las causas. Es
importante rastrear en la historia política de la sociedad, en la que aparece un claro
signo de autoritarismo; así, en educación, fue promovida una visión estructurada del
hombre-educando, desde una clase social, para esa misma clase social,
desconsiderando o desconociendo, en consecuencia, valores como igualdad de
oportunidades, de posibilidades, respeto, etc. Quedando así un sector social fuera de
toda oportunidad de realización social.
Con algunas, poco significativas variantes, este modelo se repite a lo largo de toda la
historia.
Afortunadamente, las ráfagas de períodos democráticos; intentaron instalar
sistemas de vida más humanitarios, propiciando el desarrollo de los grupos excluidos,
constituyéndose en valiosos hitos históricos, de los que, en este momento democrático
se nutren para aprehender como ciudadanos su valor y comprometerse desde el
ejercicio del rol de educadores.
Existen distintas formas en que se ejerce la violencia en la sociedad, hay propensión
a identificar violencia y sectores marginales, pero cada sector de la sociedad recibe,
reproduce y/o engendra su propia cuota de violencia.
Las pautas culturales varían y el umbral de violencia tolerada se modifica, basta con
tener presentes algunas expresiones que lo confirman, tales como: 'no te metas',
'porque te quiero te aporreo', 'una buena paliza a tiempo', 'me puse los pantalones',
'la letra con sangre entra', ... entre otras.
Detrás de cada ser abandonado hay una familia carenciada o desintegrada, detrás
de cada ser violento hay la vivencia de una historia propia de violencia.
En el intento de actuar preventivamente con respecto a la violencia cobra singular
importancia el cuidar el proceso de socialización de los educandos.
El proceso de socialización se inicia en la familia, las vivencias (buenas o malas) de
familia se internalizan y toda deficiencia en el proceso produce una alteración.
El individuo marginado es el producto de una socialización con características
distintas a la sociedad a la que pertenece.
La violencia puede ser abordada desde el campo educativo mediante la generación de
acciones preventivas. Prevención a partir de recortar la problemática, establecer sus
causales y en consecuencia proyectar la acción preventiva o sea establecer desde qué
realidad y hacia qué aspectos se van a dirigir las actividades, qué objetivos se van a
proponer para tratar de solucionar el problema.
"María Teresa Sirvent afirma que la educación por sí sola no puede generar una
transformación social, pero sí puede actuar como mecanismo facilitador o inhibidor de
esa transformación".
De muchas y diferentes maneras la Escuela estimula al niño y favorece su desarrollo
integral, es aquí donde si se instrumenta adecuadamente al educando desde la
comunidad a la que pertenece para la sociedad en la que va a desenvolverse, el día de
mañana logrará : salvar obstáculos, aceptar y elaborar con creatividad sus dificultades
y enmarcar la elaboración de sus propias frustraciones.
La educación es enseñanza/aprendizaje de conocimientos y mucho más: superando el
grado de información impartida arribando al de formación.
Entendiendo que el grado de formación concibe las internalizaciones de:
- el arte de la convivencia
- el sentido de la justicia
- la práctica del respeto y la solidaridad.
El estar frente a un niño maltratado conmueve, moviliza, paraliza o lleva
compulsivamente a la acción.
Frente a un problema puntual de maltrato, se deben juntar todos los involucrados en
la situación y ... detenerse para pensar, ya que la contención grupal ayudará a
encontrar la respuesta adecuada. La propuesta inicial es detenerse, pensar y luego
actuar.
Algunas de las premisas básicas que enmarcan el accionar y le dan matiz especial a
las estrategias de intervención a tener en cuenta son: que detrás de todo niño, hay un
padre con su propia historia de maltrato; que el niño es parte de una familia enferma
que necesita ayuda ; que el niño no quiere perder el lugar que ocupa dentro de esa
familia (proteger no siempre es excluir); que el niño y su familia deberán recurrir
ayuda en un centro de atención especializada en el tema; que la escuela es un agente
de contención no de tratamiento; que la escuela se puede contactar con
establecimientos de salud pública, delegaciones policiales, tribunal de menores, etc.
¿Cuáles son los derechos y obligaciones de la Institución Educativa?

Los docentes deben saber que existen leyes que protegen a los niños y niñas del
maltrato.
En primer lugar, la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada por nuestro
país mediante la Ley Nacional 23.849 y recientemente incorporada a nuestra
Constitución Nacional, ofrece el marco jurídico general mediante el cual nuestro
Estado y nuestra sociedad deben abordar esas situaciones. En ese sentido, la
Convención destaca "el interés superior del niño" como el bien central a proteger al
tomar cualquier medida que le concierna y obliga a los Estados a adoptar todas las
medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas para proteger a los niños y
niñas contra toda forma de maltrato por parte de los padres, representantes legales o
cualquier persona que lo tenga a su cargo (artículos 3 y 19).

En particular el artículo 19 señala que estas medidas deben comprende el


establecimiento de programas sociales para asistir al niño y también a quienes cuidan
de él, así como para prevenir, identificar, notificar, investigar, remitir a instituciones,
tratar y realizar el ulterior seguimiento de los casos.

Entre los principios que alienta la Convención, la preservación de los vínculos


familiares en cualquier circunstancias ocupa un lugar central, sin embargo, en los casos
de maltrato, el artículo 9, prevé explícitamente la posibilidad de que el niño sea
separado de sus padres o los responsables de su cuidado.

Por otra parte, la legislación Argentina vigente, ya tipificaba como delitos el


maltrato y abuso sexual perpetrados contra los menores de edad, estableciendo
penas diversas para el agresor, según el caso y el vínculo existente entre éste y el
niño. Dicha legislación, establece también, los derechos y obligaciones de las personas
que en cualquier circunstancia, conozcan la existencia de esos delitos.

El ciudadano común tiene el derecho pero no la obligación de denunciar el abuso o


maltrato a un menor. En ese sentido, el artículo 155 del Código Procesal Penal,
faculta para hacerlo a cualquier persona que presencie, o por cualquier otro medio
tenga noticias del maltrato físico o abuso sexual a un menor o incapaz.

Por el contrario, mediante el artículo 164 del Código Procesal Penal, la ley impone
a los empleados o funcionarios de la administración pública, el deber de realizar la
denuncia.
En esa categoría se halla incluido el personal docente y no docente de las escuelas
públicas, así como también los médicos, enfermeras, psicólogos y asistentes sociales
que trabajan en instituciones estatales.

El incumplimiento de estas normas, implica incurrir en las responsabilidades que


establece el Código Procesal Penal por delito de encubrimiento, cuyo artículo 277,
inciso 1, fija para tales casos, penas que van de seis meses a tres años de prisión.

La ley 24.717 de Protección contra la Violencia Familiar, promulgada en


Diciembre de 1994 y reglamentada por Decreto 235/96 de marzo de 1996, establece
en qué caso es obligatoria la denuncia en el plazo de 72 hs. y cuándo puede
prorrogarse. La denuncia debe efectuarse ante los jueces de familia y en su defecto
en los Juzgados Civiles, ya que no tiene por objeto principal la condena del agresor,
sino la reparación del agredido. En tal sentido, en su Art. 4º plantea que el juez, al
tomar conocimiento de los hechos, podrá ordenar la exclusión del autor de maltrato,
de la vivienda donde habita el grupo familiar, prohibiendo el acceso de éste al
domicilio del damnificado, como a los lugares de trabajo o estudio y decretar
provisoriamente alimentos, tenencia y derecho de comunicación con los hijos. La
antedicha ley nacional tiene vigencia efectiva en Capital Federal y en las Provincias de
Chaco, Corrientes y Chubut, no estando aún reglamentada en las restantes.

¿Cómo identificar si un niño/a es maltratado?

El maltrato y el abuso no siempre presentan huellas físicas fácilmente visibles, pero


siempre dejan su marca en la conducta. La observación sensible, la actitud receptiva y
la escucha atenta, son los mejores recursos para identificar al niño o niña maltratado.
Los maestros requieren de especial sensibilidad para detectar si un niño es objeto de
maltrato, porque frecuentemente éste por vergüenza o para proteger a otros
miembros de la familia, encubren la situación. Deben tener presente que para quien
está creciendo en un ambiente violento, la violencia no es cuestionada e incluso, puede
parecer el único modo de expresar los afectos. Un padre o una madre agresivos y/o
abusadores, significan un peligro real para la salud y la vida del niño, pero
generalmente son su principal o único referente afectivo y además, la violencia de los
padres produce un sentimiento contradictorio de afecto, rechazo y dependencia
emocional en el niño.

A veces, el niño o niña denuncia explícitamente el maltrato que sufre. La actitud


receptiva de los docentes puede animar a estos niños a confiarse. En estos casos es
indispensable disponer una escucha atenta y sobre todo:

 Creer en la palabra del niño o niña


 No culpabilizarlo en ningún caso
 Investigar la verdad.
 Consultar con otros profesionales.
 Recurrir a las autoridades correspondientes.

Indicadores físicos

 La alteración de los patrones normales de crecimiento y desarrollo.


Salvando las variaciones individuales normales, un niño que crece poco está
enviando una señal de alerta. Si bien es necesario considerar entre las causas
del problema los factores socioeconómicos que afecten a la familia, es
imprescindible indagar el caso antes de descartar la posibilidad de maltrato o
negligencia. El escaso crecimiento es -a veces- el único indicio físico que
presenta un niño maltratado emocionalmente.
 La persistente falta de higiene y cuidado corporal. Con las salvedades
anteriormente consideradas, puede ser un indicador de negligencia y acompañar
otras formas de maltrato, sobre todo en los niños pequeños que no pueden
valerse por sí mismos.
 Las marcas de castigos corporales. Con frecuencia se advierten a simple vista
e incluso, delatan la forma en que fueron provocados. Los dedos sobreimpresos
en la mejillas, los hematomas en los ojos, las marcas de golpes con cintos u
objetos duros o cortantes, las quemaduras provocadas por cigarrillos o
planchas, los moretones y/o escoriaciones en muñecas y tobillos, son signos
bastante evidentes de maltrato físico, pero en otros casos, pueden confundirse
con lesiones accidentales. Se debe tener presente que en sus juegos normales
los chicos suelen lastimarse las partes expuestas del cuerpo (frente, rodillas,
mentón, cara externa del brazo o de las piernas) pero difícilmente se lastiman
las partes no expuestas del mismo (cara interna de brazos y piernas, ojos,
cuello). Las lesiones en esas zonas deben mirarse con sospecha.
 Los "accidentes" frecuentes. Los familiares, y a veces también las víctimas,
justifican las lesiones producidas por el maltrato hablando de "accidentes".
Cuando éstos se reiteran es importante profundizar la investigación.
 El embarazo precoz. El embarazo temprano puede ser indicio de abuso sexual
y/o incesto. Debe tenerse presente que el acto sexual de un adulto con una niña
de 15 años, constituye delito de estupro y siempre se debe observar con
especial cuidado.
 Abuso sexual. Las manchas de sangre en la ropa interior de los niños o niñas,
los moretones en glúteos, muslos o genitales, la dificultad al caminar, la
presencia de enfermedades venéreas, son también indicios de probable abuso
sexual.

Los indicadores de conducta


El comportamiento de los niños maltratados ofrece muchos indicios que
delatan su situación. La mayoría de esos indicios son inespecíficos, porque la
conducta puede atribuirse a diversos factores. Sin embargo, siempre que
aparezcan los comportamientos que señalamos a continuación, es conveniente
agudizar la observación y considerar el maltrato y abuso entre sus posibles
causas.
 las ausencias reiteradas a clase.
 El bajo rendimiento escolar y las dificultades de concentración.
 La depresión constante y/o la presencia de conductas autoagresivas o ideas
suicidas.
 La agresividad y violencia con los compañeros, especialmente con los más
chicos.
 La docilidad excesiva y la actitud evasiva y/o defensiva frente a los adultos.
 La búsqueda intensa de expresiones afectuosas por parte de los adultos,
especialmente cuando se trata de niños pequeños.
 Las actitudes y juegos sexualizados persistentes e inadecuados por la edad.

¿Cómo puedo ayudar a la escuela a detener esta situación?

 Realizando actividades de prevención primaria con los niños y sus familias.


 Identificando los casos de maltrato.
 Realizando intervenciones preliminares en las situaciones detectadas, a través
del gabinete o de docentes sensibles y capacitados para abordar el tema.
 Derivando y/o denunciando los casos de maltrato a los organismos pertinentes.

Antes de que ocurra... La prevención primaria.

Entendemos por prevención primaria al conjunto de acciones dirigidas a disminuir o


eliminar los factores de riesgo que afectan a las familias y predisponen la existencia
del maltrato a los niños y niñas.Esta tarea no es en modo alguno privativa de la escuela
y los docentes. Por el contrario, debe ser emprendida interdisciplinaria e
interinstitucionalmente, en el marco de un conjunto de políticas públicas, dirigidas a
eliminar o reducir las circunstancias ambientales y sociales que favorecen la
existencia del maltrato. Pero dado que los factores culturales son fundamentales en la
constitución del problema, la escuela puede cumplir una importante función en la
promoción y transmisión de nuevos valores y actitudes, dirigidos a contrarrestarlo.

Propuestas de trabajo que la escuela puede desarrollar con los niños y sus
familias:

 Realizar tareas de sensibilización y capacitación sobre las necesidades


evolutivas de los niños.
 Realizar talleres reflexivos con los padres sobre los mecanismos de control y
resolución de conflictos en la educación infantil.
 Desarrollar acciones de difusión y sensibilización entre los niños, las familias
y la comunidad acerca de los derechos especiales que asisten a la infancia.
 Articular con los contenidos, actividades dirigidas a revisar críticamente la
aceptación de la violencia, la discriminación y los modelos estereotipados sobre
la crianza de los hijos.
 Estimular por todos los medios, la confianza y autoestima de los niños y
niñas.
 Para desarrollar con éxito la función preventiva, la escuela como institución
debe ser capaz de revisar sus propias actitudes hacia el control de las
conductas de los niños y adolescentes.
 Ofrecer a los alumnos el espacio y las oportunidades para experimentar
formas no violentas de resolución de los conflictos. Las asambleas, los
consejos de aula y todo medio que estimule la participación democrática en la
vida escolar, puede ser un buen recurso.

Y si ya ocurrió, cuándo intervenir?


Siempre que un docente sospeche que un niño está siendo objeto de maltrato por
parte de adultos aun cuando fueren los responsables de su crianza, no debe dudar en
intervenir de alguna forma para impedir que la situación continúe. Para ello debe tener
presente:
 que las únicas normas de cuidado y de educación adecuadas para los niños,
son aquellas que consideran su bienestar en primer término. Si un niño crece
y se desarrolla sano y está normalmente contento, aunque las pautas culturales
de crianza de su familia difieran de las nuestras, no hay razón para creer que
son inaceptables.
 que los niños son personas con derechos propios y los padres no pueden hacer
lo que quieren con sus hijos e hijas, porque no son de su propiedad.
 que el abandono, el castigo físico y el abuso sexual a los niños son delitos
penados por la ley.
 que la escuela como institución tiene la responsabilidad de garantizar el
cumplimiento de los derechos infantiles protegiendo -en la medida de sus
posibilidades- la vida y la salud de sus alumnos.
 que prioritariamente debe ser tenido en cuenta el interés del niño que está
siendo objeto de maltrato y sólo en segundo lugar el de su familia. Aunque es
útil recordar que un buen abordaje del problema puede ayudar a todos los
miembros del grupo familiar, incluso a los maltratantes.
 que cuanto más tiempo se prolongue una situación de maltrato o abuso, más
graves son sus consecuencias y por ello es imprescindible actuar con
seguridad, en cuanto se la identifica.
¿A dónde recurrir?

El procedimiento. Frente a una situación de maltrato contra un niño usted puede


demandar orientación a equipos de profesionales que, luego de realizar el diagnóstico
correspondiente, cumplirán con los procedimientos legales. Esta instancia constituye
un modelo de intervención prejudicial que, sin desatender la seguridad del niño, se
orienta a la verificación del diagnóstico.
Cuando los hechos son indudables, puede y debe realizar una denuncia a los órganos
del Poder Judicial que asistirán a la familia protegiéndolo ante todo a la víctima. En
este caso, debe recurrirse a los Tribunales de Familia en las jurisdicciones donde
estén constituidos y en su defecto, al Fuero Civil.

Para recibir orientación y/o atención. Se puede recurrir a las siguientes líneas
telefónicas atendidas por profesionales, dirigidas a víctimas en situación de crisis, o
los testigos, para recibir orientación.

Consejo Nacional del Menor y la Familia.


Programa de Prevención y tratamiento de la violencia familiar
Maipú 171 P.B. de 9 a 17 hs.: Tel. 326-6575/5822
Servicio de atención telefónica las 24 hs.: 102
Ministerio del Interior
Subsecretaría de Derechos Humanos, Dirección Nacional de Técnica y Prevención
Moreno 711 1º (11.00 a 17.00 hs.) Tel. 343-2622
Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos
Defensoría del Menor Tel. 304-7263/305-8117 051-24347/227
Servicios contra el Maltrato en Hospitales Públicos
Hospital Alvear. Servicio de Violencia familiar (L. a V. 8.00 a 13.00 hs.)
Warnes 2630
Hospital de Niños Ricardo Gutierrez. Comité de Maltrato
(L. a V. a partir de las 18.00 hs.)
Sánchez de Bustamante 139 Tel.: 962-9229/47/80 int. 229
Hospital Durand. Equipo de violencia familiar (L. a V. 8.00 a 13.00 hs.)
Av. Díaz Vélez 5044 Tel. 982-5555/5655 int. 218
Hospital Elizalde. Unidad de Violencia Familiar (L. a V. 8.30 a 12.30 hs.)
Montes de Oca 40 1º Tel.: 307-5269
Hospital Zubizarreta. Equipo de Violencia (L. a V. 8.00 a 12.00 hs.)
Nueva York 3952 Tel.: 501-5775
Hospital Pirovano. Servicio de Salud (martes y viernes)
Olazábal 3960 Tel.: 541-2365
Servicios de Atención de Violencia Familiar
Capital Federal
Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires - Salguero 765
Niños (de 10 a 22 hs.) Tel. 925-4848
Pcia. Santa Fe - Rosario
Línea Amarilla Tel. 041-497777
Sociedad Argentina de Pediatría. Director: Dr. Luis Besedovsky.
Pcia. Córdoba - Córdoba
Comisión Intersectorial de Prevención de Maltrato Infantil Tel. 051-609047/600815
int. 407
Centro de Asistencia a la Víctima del Delito Tel. 051-212057/229143
Pcia. Entre Ríos
Defensoría del Menor del Superior Tribunal de Justicia
Laprida y Córdoba - Palacio de Justicia - Paraná (043) 230900
Provincia de Buenos Aires
Consejo del Menor
El cuida Niños Tel. 0800-32432
116 entre 70 y 71 - La Plata
Unidades de Fortalecimiento Familiar
Atienden familias y menores en riesgo y dependen de los Municipios de la Provincia de
Buenos Aires:
Lomas de Zamora Tel.: 245-3001
Gral. Alvarado Tel.: (0291) 20487
Gral. Pueyrredón Tel.: (023) 802741
Balcarce Tel.: (0266) 24007
Florencio Varela Tel.: 255-1814 200-9801
Esteban Echeverría Tel.: 296-9677
San Martín Tel.: 754-1086
Quilmes Tel.: 253-5582
Tres de Febrero de 8 a 12 hs. 750-2889
Morón Tel.: 489-3434
La Matanza Tel.: 656-9008
La Plata Tel.: (021) 27-1477
San Fernando Tel.: 744-0516
Avellaneda Tel.: 201-3790
Chacabuco Tel.: (0352) 28823
San Vicente Tel.: (0224) 82879
Bolivar Tel.: (031) 47203/04

Cómo realizar una denuncia. De acuerdo a los artículos 155 y 157 del Código
Procesal Penal, cualquier ciudadano puede denunciar una situación de maltrato o abuso
a un menor o incapaz, personalmente, en forma verbal o por escrito, ante las
siguientes autoridades judiciales:
-Asesor de menores, quien además de cumplir con el deber de informar, posee
competencia y recursos para amparo.
-Juez competente (Familia, Minoridad o Fuero Civil).
-Fiscal
En las categorías de violencia familiar además del maltrato infantil se encuentra la
violencia conyugal.

2)- Violencia conyugal: incluye situaciones de abuso que se producen en forma cíclica
y con intensidad decreciente entre los miembros de la pareja conyugal. El 2% de los
casos corresponden al maltrato hacia el hombre, el 75% de los casos corresponden al
maltrato hacia la mujer, el 23% restante son los casos de violencia recíproca o
cruzada.

Maltrato hacia la mujer: la mujer víctima de violencia por parte de su esposo o


compañero es uno de los casos más frecuentes de violencia familiar. La intensidad del
daño varía desde el insulto hasta el homicidio.
a) Abuso físico: incluye una escala que puede comenzar con un pellizco, y continuar
con empujones, bofetadas, puñetazos, etc., pudiendo llegar a provocar abortos,
lesiones internas, desfiguraciones y hasta el homicidio.
b) Abuso emocional: comprende una serie de conductas verbales tales como insultos,
gritos, críticas permanentes, desvalorización, amenazas. Además de la falta de amor,
indiferencia, celos, desconfianza, ejercer control constante y descalificar ideas,
opiniones y actos, desvalorizar y ridiculizar a la mujer delante de los hijos y de otras
personas, anular la sociabilidad con vecinos, parientes y amigos, culpar a la mujer de
los problemas que suceden en el hogar, etc. La mujer sometida a éste clima emocional
sufre una progresiva debilitación psicológica, presenta cuadros depresivos y puede
desembocar en el suicidio.
c) Abuso sexual: consiste en la imposición de actos de orden sexual, contra la
voluntad de la mujer. Incluye la violación marital. Además de forzarla a tener
relaciones sexuales sin atender al estado de ánimo y deseo del otro; en muchas
ocasiones mediante amenazas físicas, obligándola a "manera y antojo del otro" y
considerar a la mujer siempre disponible, imponiéndole el acto sexual mediante
comparaciones con otras relaciones, sospechas de infidelidad y/o amenazas de
calumniar frente a los hijos; en varias oportunidades desvinculando la sexualidad del
amor y el afecto.
Otro tipo de maltrato que sufre la mujer es en la comunicación, mediante insultos,
gritos, amenazas, discusiones constantes, indiferencia al diálogo, silencio, como
también ridiculizar sus ideas y opiniones, comunicándose de manera contradictoria,
por ejemplo: criticar a la mujer por su aspecto y luego desconfiar porque está
arreglada.
También existe el maltrato con respecto a la distribución de responsabilidades y
tareas; mediante la desvalorización en las tareas domésticas y no valorizando el
esfuerzo que significan, además de exigirle el cumplimiento de responsabilidades sin
prestar ninguna colaboración, como por ejemplo en la educación de los hijos,
culpabilizándola ante cualquier problema. Cuando el hombre no permite la participación
en las decisiones importantes, dejándola de lado en las cuestiones de dinero,
menospreciando su capacidad.
Violencia recíproca o cruzada: para poder clasificarla de este modo, es necesario que
exista simetría en los ataques, y paridad de fuerzas físicas y psicológicas en ambos
miembros de la pareja. El maltrato recíproco puede ser verbal o físico.

Qué piensa y siente la víctima de estos maltratos?


La víctima piensa que es normal, que el hombre tiene derecho a tratarla así. Se
siente culpable, considera que nunca hace las cosas bien, que se equivoca, que da
motivos para el enojo, que no es buena madre y esposa. Tiene sentimientos como 'no
valgo nada', 'soy una inútil', 'si no es él, quién me va a querer', 'no se hacer nada', 'yo
me lo merezco', etc. La víctima no puede reaccionar, queda sometida a esta situación,
no imagina respuestas adecuadas. Piensa: 'lo que pasa no es tan grave', 'al fin y al cabo
él es bueno', 'sólo se enoja a veces'. La mujer considera: 'yo lo elegí, ahora me lo
tengo que aguantar', 'la familia es para toda la vida', 'este es mi destino, es lo que me
tocó', 'ya no se puede hacer nada'. Espera: 'con el tiempo las cosas pueden cambiar',
'él siempre promete que va a cambiar, que va a ser como al principio', 'cuando deje de
estar tan nervioso...', 'cuando resolvamos los problemas'. La situación le provoca
mucho temor, a veces terror e inmovilidad. Le teme perder a los hijos o que los hijos
se críen sin padres. Se avergüenza de lo que sucede y no se atreve a comunicárselo a
nadie. Resolver los problemas económicos no es fácil. La víctima desconfía de sus
fuerzas y posibilidades. Se imagina con sus hijos en la calle o en la peor de las
indiferencias. Se ve a sí misma sin ninguna capacidad laboral y con un total desamparo
y faltas de apoyo por parte de la ley, instituciones, vecinos y familiares.

Qué actitudes o comportamientos, encuentra la mujer que no la ayudan a salir de la


situación?
En nuestra sociedad hay gran cantidad de personas que piensan y sienten como la
víctima, por lo tanto, en muchas ocasiones se enfrenta con actitudes que no la
estimulan ni la apoyan a salir de la situación: encuentra poca comprensión y disposición
de los demás para expresar sus sentimientos; recibe consejos de resignación y
aceptación pasiva como si se tratara de una situación irremediable; mucha gente
piensa que la violencia es una forma de resolver los conflictos de pareja, por lo que no
es necesario hacerse tanto problema; existe personal de instituciones que no desean
enfrentar problemas de violencia familiar. Evitan realizar la atención, muestran mala
predisposición y/o derivan a otros lugares; en ocasiones, no hay donde recurrir, los
lugares de atención no están cerca o no es fácil su acceso. A veces se los desconoce;
es necesario que la mujer pueda escuchar a quienes realmente están dispuestos a
orientarla y ayudarla.

Qué necesita saber la víctima?


- Por ser persona, vale por sí misma y tiene derecho a ser tratada con amor,
dignidad y respeto.
- Tiene derecho a llevar una vida acorde con su condición de persona y a ser
respetada en sus sentimientos, necesidades, intereses.
- El maltrato en la pareja suele manifestarse mediante una forma denominada "ciclo
de la violencia".

Ciclo de la violencia conyugal


Este ciclo tiene 3 etapas o fases:

Arrepentimiento o Luna de
Miel (arrepentimiento y
promesas de cambio)

Acumulación de tensión Crisis (todo tipo de agresión


(insultos, reproches, malestar física incontrolable)
permanente y creciente)

Cuando este ciclo sucede más de una vez, nos encontramos ante una situación de
violencia conyugal.
La mujer generalmente se encuentra en la fase de acumulación de tensión, donde
trata de satisfacer al marido en todo, volviéndose obsesiva en sus conductas. Su
estado es muy desaliñado. La mujer busca ayuda en la fase de crisis. Es importante
que sienta que le creen, que la entienden y que siempre será tratada bien, sin hacerle
juicio alguno.
Al pasar este momento de crisis, la mujer retorna al hogar y entra en la fase de luna
de miel, donde todo vuelve a empezar.
La mujer en estos casos se presenta con determinadas características emocionales:
padece insomnio, no tiene memoria, se distrae, tiene un relato incoherente, hace poco
uso de la primera persona, es decir, rara vez usa el pronombre "yo" ( al igual que el
hombre pegador). Su discurso es indirecto "él dice...", "tiene una idea particular del
amor", "él me ama pero", presenta baja autoestima.
En general la mujer permanece en el hogar, por su dependencia económica y la no
toma de decisiones. Tampoco tiene posibilidad de defenderse y nadie le ayuda desde
la sociedad que piensa "algo hizo para provocar al marido...".

Los derechos que asisten a la mujer en los casos de violencia son:


- Toda persona tiene derecho a que se la respete en su integridad física y psíquica.
- Toda persona es sujeto de derecho y no objeto ni pertenencia de nadie.
- Toda persona tiene derecho de defensa, a tener un abogado que la defienda y juez
que la escuche.
- Con relación a los hijos no se deberá tener miedo ante las amenazas de que le van a
quitar la tenencia, porque se está actuando en defensa o resguardo por situaciones de
peligro.
- Las amenazas de denuncias por abandono del hogar o privación de los derechos a la
vivienda no pueden tener fundamento ante una situación de riesgo.
- Antes de firmar cualquier tipo de documentación, deberá requerir asesoramiento
legal.

Para solicitar protección legal :

En lo penal:
-concurrir a la comisaría más cercana, al juzgado criminal o
correccional o a la fiscalía de Cámara correspondiente a su domicilio.
- identificar con nombre, apellido y domicilio al denunciado.
- leer la denuncia a los fines de verificar que consten todos los hechos
relatados.

En lo civil:
- también puede dejar asentada una exposición civil, que no es denuncia,
sino una constancia de los hechos ocurridos, por ejemplo, la necesidad de salir del
hogar.
- en cuanto a las acciones en derecho de familia, tenencia, régimen de
visita, exclusión del hogar, asignación de vivienda, divorcio, etc., deberá solicitar
asesoramiento ante la Defensoría, o a su abogado de confianza.
CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO

Si bien la declaración de los derechos del niño de 1959 ha sido una guía para la
actuación privada o pública a favor de los niños y constituye un marco moral para
todos los derechos del niño, será la CONVENCIÓN de los DERECHOS del NIÑO la
que irá más allá en cuanto hace jurídicamente responsables de sus acciones respecto
de los niños a los Estados que aceptan la Convención.
La Convención fue adoptada, por unanimidad, por la Asamblea General de las
Naciones Unidas. El espíritu que la inspira es el interés superior del niño. Establece el
derecho del niño a ser el autor de su propio desarrollo, expresar opiniones y hacerlas
valer en la adopción de decisiones relativas a su vida. La Argentina, mediante ley
23.849, la incorporó a la legislación nacional. En su articulado se manifiesta un nuevo
criterio sobre el trato de los niños y adolescentes, y se los coloca en una situación
jurídica diferente de la que tenían antes. Hoy los chicos son reconocidos como sujetos
de derecho.
Las implicancias de esta nueva ley se verifican no sólo en los casos en que un niño
tenga conflictos con la ley, sino también en el trato diario que se les brinda.
Anteriormente nos hemos referido a las situaciones que pueden vulnerar los
derechos del niño en la vida cotidiana.

Elementos destacados de la convención

 Todo niño tiene derecho intrínseco a la vida; los Estado garantizarán en la máxima
medida posible la supervivencia y el desarrollo del niño.
 Todo niño tiene derecho a un nombre y a una nacionalidad desde el nacimiento.
 Los tribunales, instituciones de bienestar social o autoridades administrativas que
se ocupen de los niños, atenderán a una consideración primordial que es el interés
superior al niño.
 Los Estados velarán para que cada niño disfrute de todos los derechos sin
discriminación, ni distinciones de ninguna clase.
 Los niños no serán separados de sus padres, excepto cuando las autoridades
competentes los juzguen necesario para su bienestar.
 Los Estados protegerán a los niños contra los peligros físicos o mentales y el
descuido, incluido el abuso sexual o la explotación.
 Los niños impedidos tendrán derecho a recibir un trato, una educación y unos
cuidados especiales.
 El niño tiene derecho a disfrutar del más alto nivel de salud. Los Estados velarán
porque se preste atención sanitaria a todos los niños, atribuyendo particular
importancia a las medidas preventivas, la educación en materia de salud y la
reducción de la mortalidad infantil.
 La enseñanza primaria será gratuita y obligatoria.
 La disciplina escolar deberá respetar la dignidad del niño. La educación preparará
al niño para la vida en un espíritu de comprensión, paz y tolerancia.
 Los niños tendrán tiempo para el descanso y el juego.
 Los estados protegerán al niño contra la explotación económica y el trabajo que
pueda entorpecer su educación o ser nocivo para su salud y bienestar.
 Los estados protegerán a los niños contra el uso ilícito de drogas y contra su
participación en la producción o el tráfico de estupefacientes.
 Se tomarán las medidas necesarias para impedir el secuestro y la trata de niños.
 No se castigarán con la pena capital ni con la de prisión perpetua los delitos
Cometidos por menores de 18 años.
 No participará de las hostilidades ningún menor de 15 años; los niños afectados por
un conflicto armado recibirán protección especial.
 Los niños pertenecientes a poblaciones minoritarias e indígenas disfrutarán
libremente de su propia cultura, religión e idioma.
 Los niños que hayan sido víctimas de malos tratos, abandono o detención recibirán
cuidados adecuados para su recuperación y reintegración.
 Todo niño de quien se alegue que ha infringido las leyes penales será tratado de
manera acorde con el fomento de su sentido de la dignidad, y procurando su
reintegración en la sociedad.
Los Estados deberán dar a conocer ampliamente, los derechos enunciados en la
Convención tanto a los adultos como a los niños.
La Convención de los derechos del niño consta de un Preámbulo y 54 artículos.

Los niños y sus derechos

Cuando un adulto entra en conflicto con la ley se enfrenta con una serie de
mecanismos institucionales llamados procedimientos. Si recurre (cuando le es posible)
a un profesional, un asistente letrado, podrá informarse sobre su situación y reclamar
un justo ejercicio de los derechos que le son propios. La inseguridad jurídica debería
beneficiar a las partes en conflicto, las partes como sujetos de derecho. Respecto de
los niños, la situación cambia; el menor es también un sujeto de derecho, pero muchas
veces no se le reconoce esa condición.
Los derechos de los niños no son abstracciones; pueden reclamar sus derechos por sí
o a través de sus representantes (padre, tutores, adultos que los tengan a cargo,
etc.). Los adultos deben acompañarlos en el ejercicio de sus derechos, para que hoy
los niños y adolescentes sean mañana adultos responsables.
El niño, en su crecimiento, va incorporando “normas” en las que se plasman sus
derechos, que a la vez le generan obligaciones.
Será a través de todos sus vínculos, en la familia, en las instituciones educativas, en
la comunidad, ante un eventual proceso judicial, donde sus derechos deben ser
respetados; este respeto incidirá sobre la forma de ejercer cada uno de sus derechos
y con ello, en el transcurso del tiempo, traerá aparejada la obligación de respetar los
derechos de sus padres y de los adultos.

JUSTICIA DE MENORES. ALGUNAS PREMISAS

Todos los textos internacionales pueden considerarse complementarios de la


Convención de Derechos del Niño: a partir de ellos podemos señalar que el sistema de
la justicia de menores debería girar en torno de determinadas premisas:
a) La posibilidad del menor de participar en todas las instancias del proceso de
cualquier tipo, en el cual se encuentre involucrado.
b) La obligación del Estado de garantizar que lo asista en todas sus presentaciones
un asesor letrado, que puede ser provisto por el Estado, o a la elección del
menor o su familia en forma privada.
c) Estos dos principios no están limitados a los menores imputables, sino a
cualquier menor que vea afectados sus derechos o que debido a un proceso
judicial o administrativo pueda ver afectados en el futuro estos derechos
debido a la resolución que en el mismo se tome.
d) La privación de libertad utilizada en general como pena, o como medida de
protección cuando el menor pueda ser peligroso para sí mismo. Siempre deberán
ponerse a su disposición los mecanismos de control de dicha privación, de
manera tal que ésta pueda ser revisada en forma periódica por el tribunal o
autoridad que la dictó, como también a pedido del propio menor.
e) La privación de libertad siempre se debe dar por el menor tiempo posible.
f) La existencia de medidas alternativas a la privación de libertad, no sólo como
disposición tutelar, sino también como pena.
g) Los centros de detención/internación deben ofrecer condiciones mínimas, que
garanticen el respeto al individuo como tal, brinden educación gratuita en
general y en especial acerca de sus derechos, así como una fluida comunicación
con el tribunal.
h) El desarrollo de políticas donde la propia comunidad de origen tienda a resolver
las situaciones de riesgo en la cual se encuentran sumidos los adolescentes, sin
que sea necesaria la intervención del sistema judicial penal.
i) La obligación del Estado de generar conciencia en la comunidad sobre los
derechos y deberes de los niños, a través del sistema educativo, capacitando a
los docentes; y respecto de los medios de comunicación, capacitando a los
periodistas.
j) El respeto de los derechos humanos se inicia por la manera en que la sociedad
trata a sus niños. Una comunidad atenta a ellos dará libertad y dignidad a los
adolescentes, se esforzará por crear todas las condiciones para que ellos
puedan desarrollar sus potencialidades, y prepararse para una vida futura plena.
PROVINCIA DE BUENOS AIRES
LEY 12.569

CAPÍTULO I

Art. 1: A los efectos de la aplicación de la presente ley se entenderá por Violencia


Familiar, toda acción, omisión, abuso, que afecte la integridad física, psíquica, moral,
sexual y/o la libertad de una persona en el ámbito del grupo familiar aunque no
configure delito.
Art. 2: Se entenderá por grupo familiar al originado en el matrimonio o en las uniones
de hecho, incluyendo a los ascendientes, descendientes, colaterales y/o consanguíneos
y a convivientes o descendientes directos de algunos de ellos.
La presente ley también aplicará cuando se ejerza violencia familiar sobre la persona
con quien tenga o haya tenido relación de noviazgo o pareja, o con quien estuvo
vinculado por matrimonio o unión de hecho.
Art. 3: Las personas legitimadas (sujetos activos) para denunciar judicialmente son
las enunciadas en los artículos 1 y 2 de la presente ley, sin necesidad del requisito de
la convivencia constante y toda persona que haya tomado conocimiento de los hechos
de violencia. La denuncia podrá realizarse en forma verbal o escrita.
Art. 4: Cuando las victimas fueran menores de edad, incapaces, ancianos o
discapacitados que se encuentren imposibilitados de accionar por si mismos, estarán
obligados a hacerlo sus representantes legales, los obligados por alimentos y/o el
ministerio público, como así también quienes se desempeñen en organismos
asistenciales, educativos, de salud y de justicia, y en general, quienes desde el ámbito
público o privado tomen conocimiento de situaciones de violencia familiar o tengan
sospechas serias de que puedan existir.
La denuncia deberá formularse inmediatamente.
En caso de que las personas mencionadas precedentemente incumplan con la obligación
establecida, el juez o tribunal interviniente deberá citarlos de oficio a la causa,
además podrá imponerles una multa y, en caso de corresponder remitirá los
antecedentes al fuero penal.
De igual modo procederá respecto del tercero o superior jerárquico que por cualquier
medio obstaculizara o impidiera la denuncia.
Art. 5: los menores de edad y/o víctimas de violencia familiar podrán directamente
poner en conocimiento de los hechos al juez o tribunal, al ministerio público o la
autoridad pública con competencia en la materia, a los fines de requerir la
interposición de las acciones legales correspondientes.
Art. 6: Corresponde a los Tribunales de Familia a los Jueces de Menores, a los
Juzgados de Primera Instancia en lo Civil y Comercial y a los jueces de paz del
domicilio de la víctima la competencia para conocer en las denuncias a que se refieren
los artículos precedentes.
Cuando la denuncia verse sobre hechos que configuren delitos de acción pública o se
encuentren afectados menores de edad, el juez que haya prevenido lo podrá en
conocimiento del juez competente y del ministro público sin perjuicio de tomar las
medidas urgentes contempladas en la presente ley tendientes a hacer cesar el hecho
que diera origen a la presentación. Se guardará reserva de identidad del denunciante
cuando este así lo requiriere.
Art. 7: El juez o tribunal deberá ordenar con el fin de evitar la repetición de los
actos de violencia algunas de las siguientes medidas conexas al hecho denunciado:
a) Ordenar la exclusión del presunto autor de la vivienda donde habita el grupo
familiar.
b) Prohibir el acceso del presunto autor al domicilio del damnificado como a los
lugares de trabajo, estudio o esparcimiento del afectado y/o del progenitor o
representante legal cuando la víctima fuere menor o incapaz; como así también
fijar un perímetro de exclusión para circular o permanecer por determinada
zona. Asimismo arbitrará los medios necesarios para que el agresor cese con
todo acto de perturbación o intimidación contra la o las víctimas.
c) Ordenar a petición de quien ha debido salir del domicilio por razones de
seguridad personal su reintegro al mismo previa exclusión del presunto autor.
d) La restitución inmediata de los efectos personales a la parte peticionante, si
ésta se ha visto privada de los mismos por hechos de violencia familiar.
e) Proveer las medidas conducentes a fin de brindar al agresor y al grupo familiar
asistencia legal, médica y psicológica a través de los organismos públicos y
entidades no gubernamentales con formación especializada en la prevención y
atención de la violencia familiar y asistencia a la víctima.
f) En caso de que la víctima fuere menor o incapaz puede otorgar su guarda
provisoria a quien considere idóneo para tal función, si esta medida fuere
necesaria para su seguridad psicofísica y hasta tanto se efectúe un diagnóstico
de la situación. La guarda se otorgará prioritariamente a integrantes del grupo
familiar o de la comunidad de residencia a la víctima.
g) Fijar en forma provisoria cuota alimentaría y tenencia
h) Toda otra medida urgente que estime oportunamente para asegurar la custodia
y protección de la víctima.
Desde el conocimiento del hecho hasta la adopción de las medidas no podrá
exceder el término de 48 horas.
En caso de no dar cumplimiento a las medidas impuestas por el Juez o Tribunal, se
dará inmediatamente cuenta a éstos, quienes podrán requerir el auxilio de la
fuerza pública para asegurar su cumplimiento.
Art. 8: El juez o tribunal requerirá un diagnóstico de interacción familiar efectuado
por peritos de diversas disciplinas para determinar los daños físicos y/o psíquicos
sufridos por la víctima, la situación del peligro y medio social y ambiental de la familia.
Las partes podrán solicitar otros informes técnicos. Este requerimiento del Juez o
Tribunal, de acuerdo a la gravedad del caso, no podrá exceder las 48 horas desde que
tuvo conocimiento de la denuncia.
En caso de que la denuncia esté acompañada por un diagnóstico producido por
profesionales o instituciones públicas o privadas idóneas en la materia. El Juez o
Tribunal podrá prescindir del requerimiento anteriormente mencionado.
Art. 9: El Juez o tribunal interviniente en caso de que lo considere necesario
requerirá un informe al lugar de trabajo y/o lugares donde tenga actividad la parte
denunciada a los efectos de tener un mayor conocimiento de la situación planteada.
denunciada con la finalidad de conocer su conducta. Asimismo deberá solicitar los
antecedentes judiciales y/o policiales de la persona denunciada con la finalidad de
conocer su conducta.
Art. 10: La resolución referida en el artículo anterior será apelable con efecto
devolutivo y la apelación se otorgará en relación.
Art. 11: Adoptadas las medidas enunciadas en el art. 7 el juez o tribunal
interviniente citará a las partes en días y horas distintos y en su caso al ministerio
publico a audiencias separadas contando con los informes requeridos en los art. 8 y 9.
En las mismas, de considerarlo necesario, el Juez o Tribunal deberá instar al grupo
familiar o a las partes involucradas a asistir a programas terapéuticos. En caso de
aceptar tal asistencia, será responsabilidad de las partes acreditar periódicamente la
concurrencia a los mismos.
Art. 12: El Juez o Tribunal deberá establecer el termino de duración de la medida
conforme a los antecedentes que obren en el expediente, pudiendo disponer su
prórroga cuando perduren situaciones de riesgo que así lo justifiquen.
Art. 13: El juez o tribunal deberá comunicar la medida cautelar decretada a las
instituciones y/u organismos públicos o privados a los que se hubiere dado
intervención en el proceso, como así también a aquellos cuyos intereses pudieren
resultar afectados por la naturaleza de los hechos.
Art. 14: Ante el incumplimiento de las obligaciones impuestas en esta Ley o la
reiteración de hechos de violencia por parte del agresor, el juez o tribunal
interviniente podrá bajo resolución fundada ordenar la realización de trabajos
comunitarios en los lugares que se determinen.
Dicha resolución será recurrible conforme a lo previsto en el Código Procesal Civil y
Comercial concediéndose el recurso al solo efecto suspensivo.
Art. 15: el poder ejecutivo a través del organismo que corresponda instrumentará
programas específicos de prevención, asistencia y tratamiento de la violencia familiar
y coordinará los que elaboren los distintos organismos públicos y privados incluyendo
el desarrollo de campañas de prevención en la materia y de difusión de las finalidades
de la presente ley.
Art. 16: De las denuncias que se presenten se dará participación al Consejo de la
Familia y desarrollo humano a fin de que brinde a las familias afectadas la asistencia
legal, médica y psicológica que requieran por sí o a través de otros organismos públicos
y de entidades no gubernamentales con formación especializada en la prevención y
atención de la violencia familiar y asistencia a la víctima.
Art. 17: Créase en el ámbito del consejo de la familia y desarrollo humano el registro
de organizaciones no gubernamentales especializadas en el que se podrán inscribir
aquellas que cuenten con el equipo interdisciplinario para el diagnóstico y tratamiento
de violencia familiar.
Art. 18: El poder judicial llevará registro de denuncias de violencia familiar en el que
se dejará constancia del resultado de las actuaciones registrando resguardándose
debidamente el derecho a la intimidad de las personas incluidas.
Art. 19: La procuración general de la suprema corte de justicia de la provincia de
Buenos Aires, realizará todas las acciones tendientes a capacitar sobre el tema
Violencia Familiar a las actuales Fiscalías Departamentales dictando los reglamentos e
instrucciones que resulten necesarios
Art. 20: El poder ejecutivo arbitrará los medios y los recursos necesarios para el
cumplimiento de los siguientes objetivos:
- Articulación de las políticas de prevención, atención y tratamiento de las víctimas de
violencia familiar.
- Desarrollar programas de capacitación docente y directivos de todos los niveles de
enseñanza orientados a la detección temprana, orientación a padres y derivación
asistencial de casos de abuso o violencia así como a la formación preventiva de los
alumnos.
- Crear en todos los centros de salud dependientes de la provincia equipos
multidisciplinarios de atención de niños y adolescentes victimas y sus familias
compuestos por un médico infantil, un psicólogo y un asistente social con formación
especializada en este tipo de problemáticas. Invitar a los municipios a generar equipos
semejantes en los efectores de salud de su dependencia.
- Incentivar grupos de autoayuda familiar con asistencia de profesionales expertos en
el tema.
- Capacitar en todo el ámbito de la provincia a los agentes de salud.
- Destinar en las comisarías personal especializado en la materia... y establecer un
lugar privilegiado a las victimas.
- Capacitar al personal de la policía de la provincia de Buenos Aires sobre los
contenidos de la presente ley, a los fines de hacer efectiva la denuncia.
- Crear un programa de Promoción familiar destinado a sostener en forma temporaria
a aquellos padres o madres que queden solos a cargo de sus hijos a consecuencia de
episodios de violencia o abuso y enfrenten la obligación de reorganizar su vida
familiar.
- Generar con los municipios y las entidades comunitarias casas de hospedajes en cada
comuna que brinden albergue temporarios a los niños, adolescentes o grupo familiares
que hayan sido víctimas.
- Desarrollar en todos los municipios servicios de recepción telefónica de denuncias
dotados de equipos móviles capaces de tomar contacto rápido con las familias
afectadas y realizar las derivaciones correspondientes haciendo seguimiento de cada
caso.

CAPÍTULO II

Art. 21: Las normas procesales establecidas en esta Ley serán de aplicación, en lo
pertinente, a los casos contemplados en el artículo 1º, aún cuando surja la posible
Comisión de un delito de acción pública o dependiente de instancia privada.
Cuando las víctimas fueren menores o incapaces, se estará a lo dispuesto en el artículo
4º de la presente.
Art. 22: Para el caso de que existiesen víctimas menores de edad se deberá requerir
al Tribunal de Menores y en forma inmediata, la remisión de los antecedentes
pertinentes.
Art. 23: El magistrado interviniente estará facultado para dictar las medidas
cautelares a que se refiere el artículo 7º, inc. a), b), c), d), e), sin perjuicio de lo
dispuesto por el Juez con competencia en la materia.
Las resoluciones serán apelables con efecto devolutivo y la apelación se otorgará en
relación. Las resoluciones que denieguen las medidas, deberán ser fundadas.

CAPÍTULO III

Art. 24: El incumplimiento de los plazos establecidos en la presente Ley, será


considerado falta grave.
Art. 25: Incorpórase como inciso u) del artículo 827º del Decreto-Ley 7.425/68
Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Buenos Aires- texto según Ley
11.453-, el siguiente:
“Inciso u) Protección contra la violencia familiar”
Art. 26: Autorízase al Poder Ejecutivo a efectuar las adecuaciones presupuestarias
que demande el cumplimiento de la presente.
Art. 27: Comuníquese al Poder Ejecutivo.

ASPECTOS JURÍDICOS A TENER EN CUENTA ANTE UN CASO DE MALTRATO


INFANTIL

Debemos tener presente que toda persona menor de edad:


 Es sujeto de derechos, goza de derechos y garantías constitucionales desde su
concepción hasta la mayoría de edad (21 años). Constitución Nacional, artículo 22;
Constitución de la Prov. De Bs. As.; arts. 12 y 36; Ley 23849 (Aprobación de la
Convención Internacional de los Derechos del Niño y Adolescentes).
 Tiene derecho al respeto de su integridad física, psíquica y a lograr su pleno
desarrollo.
 Tiene derecho a protección, a ser escuchado por el Juez, y en todo proceso
judicial debe contar con representación del Asesor de Menores. Puede reclamar
ayuda por sí mismo a los organismos judiciales y administrativos correspondientes.
 Tiene derecho a ser reconocido por sus padres, derecho a su identidad, a conocer
su propia historia. Todo acto contrario a ello es un acto de maltrato.
 Tiene derecho a ser criado y educado por sus padres, quienes tienen “el derecho a
una corrección moderada”, es decir, nada justifica el maltrato u otros actos que
menoscaben su persona.
 Quienes son responsables del cuidado y educación están obligados a promover las
acciones y denuncias correspondientes como medidas de protección y resguardo
ante situaciones de riesgo.

Ante el conocimiento de que un niño/a se encuentra sufriendo maltrato se


deberá:
1. Proceder con el mayor cuidado, resguardándolo de nuevos hechos de maltrato.
2. Cuando se realice la denuncia, adjuntar toda la información que se tenga sobre el
caso, comprometiéndose las instituciones que han intervenido o conocen al niño/a
(jardín maternal, unidad sanitaria, secretarías de acción social municipal y
provincial), u otras personas como tíos, padrinos, vecinos, que por temor o
desconocimiento no pudieron ofrecer ayuda directamente. Todo ello resulta
imprescindible a los fines de que, en el momento de resolver una medida de
protección, se tengan las pruebas suficientes sobre quienes puedan resultar
responsables de los malos tratos y sobre quienes en su caso podrían, en forma
provisoria o definitiva, hacerse cargo del cuidado del niño/a, evitando en lo posible
el desarraigo u otras circunstancias como la internalización en alguna institución.
3. Cuando existan situaciones de “peligro moral o material”, contravenciones como la
explotación laboral de niños, la deserción escolar o la internalización hospitalaria
sin intervención de un representante legal (decreto ley 10.067), se deberá dar
intervención al Tribunal de Menores en Turno o Juzgado de Paz, o realizar la
denuncia en la Comisaría más cercana o Fiscalía de Cámara. No se requiere
patrocinio letrado.
4. Se podrán interponer acciones ante el Juez o Tribunal de competencia en Familia
con patrocinio letrado (abogado de confianza, Defensor Oficial, Consultorio
Judicial gratuito del Colegio de Abogados).
Teniendo en cuenta el marco legal se puede concluir sobre el maltrato infantil en
que:

En 1989 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención sobre los
Derechos del Niño, la que hasta la fecha ha sido ratificada por más de 160 países,
aprobada por nuestro país mediante la Ley Nacional 23.849 y recientemente
incorporada a nuestra Constitución Nacional.
El artículo 19 de dicha Convención estipula que los países "tomarán todas la medidas
legislativas, administrativas, sociales y educativas adecuadas para proteger al niño de
toda forma de violencia física o mental, de traumatismos o de maltratos, de descuidos
o tratamiento negligente, de maltrato o explotación, en especial del abuso sexual,
mientras se encuentre al cuidado de sus padres, del guardián legal o de cualquier otra
persona que esté al cuidado del niño".
La Primera Cumbre Mundial en favor de la Infancia se realizó en septiembre de
1990 en la sede de las Naciones Unidas. En ella los presidentes de más de 70 países
acordaron comprometerse en la lucha contra el hambre, la pobreza, la enfermedad, la
explotación, el descuido y el analfabetismo, flagelos que sufren de igual manera los
niños de los países desarrollados y los de países en vías de desarrollo.
El Programa Nacional por los Derechos del niño/a y el adolescente, dependiente
del Ministerio de Cultura y Educación de la Nación, enfatiza que "se deberán disminuir
o eliminar los factores de riesgo que afectan a las familias y predisponen a la
existencia del maltrato infantil. Esta tarea debe ser emprendida interdisciplinaria e
interinstitucionalmente. Pero dado que los factores culturales son fundamentales en la
constitución del problema, la escuela puede cumplir una importante función en la
promoción y transmisión de nuevos valores y actitudes dirigidos a contrarrestarlo."
UNICEF, en su Data Social de Políticas para la niñez y la adolescencia, plantea que:
" para dinamizar y coordinar las iniciativas de la sociedad civil, organizaciones no
gubernamentales y empresas es necesario que el Estado cumpla su rol de vincularlas
en el planeamiento, diseño y ejecución de las políticas dirigidas a la niñez. Para ello se
debe avanzar en esquemas de trabajo que involucren a la sociedad civil y el Estado
para tomar decisiones consensuadas."
Los medios de comunicación masivos, diarios, revistas, televisión, Internet, etc.,
juegan un rol fundamental como formadores de opinión. En relación al maltrato
infantil, en estos últimos años, se han difundido innumerables actos de abuso y
maltrato a menores. Lamentablemente en muchos casos el abordaje periodístico ha
sido desde una óptica sensacionalista, siendo escasas las oportunidades en que los
medios se han involucrado en la tarea de prevención aprovechando un hecho puntual
para promover y difundir temas como los derechos de la niñez , las dimensiones
nacionales del maltrato infantil y la violencia juvenil y sus posibles consecuencias.
El abandono y maltrato infantil son problemas de interés comunitario, por lo que la
sociedad en su conjunto tiene la responsabilidad legal, moral y ética de asumir un
protagonismo activo en todas sus formas, con el objeto de organizarse y hacer frente
a este problema. No obstante ello, la responsabilidad primaria de responder al
maltrato infantil radica en los organismos oficiales a nivel local de cada comunidad y
en forma complementaria en otro tipo de respuestas que cada comunidad, a través de
agrupaciones no gubernamentales hayan sabido organizar para hacer frente a este
problema.
En la cotidiana realidad y en la mayoría de los casos, las víctimas no encuentran una
respuesta adecuada en las instituciones oficiales que paradójicamente deberían
brindar contención y ayuda para cortar con el ciclo de la violencia.
Todos aquellos que de un modo u otro tienen o han tenido participación en esta
problemática saben de la existencia de una enorme desproporción entre las
necesidades para un eficaz abordaje a esta problemática y los limitados recursos que
el Estado (municipio, provincia o nación) destina a tal fin. También suele angustiar la
asimetría entre la urgencia de acciones que demanda un caso y el tiempo que el Estado
suele tomarse para "encontrar" la respuesta . Es habitual entonces que, ante la falta
de una solución acorde a la urgencia o necesidad planteada, la ayuda llegue de parte de
organizaciones no gubernamentales, de fundaciones, de profesionales independientes
y aún dependientes de organismos oficiales pero que intervienen en forma particular,
o peor aún, que esta ayuda no llegue nunca.

Para hacer frente a un problema tan complejo como el maltrato infantil se requiere
de un compromiso presupuestario nacional, provincial y municipal acorde con la
magnitud y gravedad del tema que aquí tratamos.
CONCLUSIÓN

Se puede afirmar que la violencia forma parte de la cotidianeidad del hombre, y se


expresa a través de diferentes formas.
Puntualizando el tema de la violencia familiar se llega a la conclusión de que el
recurso básico resulta el diálogo, instrumento que se necesita para evitar las
situaciones límites que llevan al conflicto.
Al no utilizarse dicho recurso, se toma al menor o a la mujer como blanco de
descarga en un ambiente donde se los percibe como los más débiles.
Resulta determinante la influencia que tiene el contexto socio-económico en el que
se encuentran insertas las familias implicadas en estos casos.
Otro factor a tener en cuenta es el cambio en las relaciones de poder dentro de la
familia, entre las que se destaca la pérdida de autoridad disciplinaria del hombre
sobre la mujer.
La violencia familiar debe ser vista como un problema de interés público y tratar de
cuestionar la creencia general de que lo que sucede dentro del ámbito familiar es una
situación absolutamente privada.
Las víctimas de la violencia familiar son generalmente los niños y las mujeres. Se
debe tener en cuenta que la violencia ejercida hacia estos, no es un fenómeno que se
asocia exclusivamente a una determinada clase social, sino que se manifiesta en todos
los estratos, ya sean sociales, culturales, económicos, religiosos, etc. Es por eso que
dicha problemática nos involucra a todos como miembros de una sociedad que debe
tomar conciencia de las graves consecuencias que arroja esta situación, sino se la
toma en cuenta y no se le da la importancia que merece.
Una de las posibilidades de detectar casos de violencia familiar es dentro del
ámbito escolar. La institución recibe al niño constituyéndose en el segundo ámbito de
socialización. La escuela es un espacio muy significativo en la vida de todo niño o
adolescente, lo que proporciona la oportunidad de acompañarlo en su crecimiento y
ayudarlo en la medida que se pueda ver y comprender lo que les pasa. Es así como la
escuela es ámbito de contención y no de tratamiento, la cual puede conectarse con
otras instituciones (hospital, grupos de autoayuda, Tribunal de Menores, etc.) para
una intervención adecuada en cada caso.
Entonces, revalorizando el rol de la escuela se puede decir, que si se logra contener
al niño agredido y a su familia se le brindará la posibilidad de crecer en salud y
preservar la vida.
Es necesario contar con instituciones integradas por profesionales de distinta índole
y otras personas que desean ayudar, con el fin de reconstruir los vínculos de la
familia, brindándoles un apoyo psicológico, social y legal.
El tratamiento y análisis de este tema no se agota aquí, puntualizando que en él
estamos todos comprometidos desde los distintos roles, que permitan conocer y
transformar una problemática que necesita tener urgente ayuda.

BIBLIOGRAFÍA:

- Congreso "Violencia Familiar". Buenos Aires. A.S. de Tornquist. 01/11/90.


- Curso dictado por María Rosa Rivero. Ciudad de Huanguelén. 22/08/92
- Informe del Ministerio de Salud de la Provincia de Bs. As. Escuela Superior de
Sanidad y de Servicio Social de Bahía Blanca.
- Folleto: "El maltrato en los niños 2". Dirección de Psicología y Asistencia Social
Escolar. Dirección Gral. de Escuelas y Cultura.
- Folleto: "La escuela frente al maltrato". Dirección de Psicología y Asistencia Social
Escolar. Dirección Gral. de Escuelas y Cultura.
- Apunte "Violencia y Educación". Facilitado por Bienestar Social de la Municipalidad
del Partido de Saavedra.
- Folleto: "Mujer víctima de violencia familiar". Consejo Provincial de la Mujer. Gente
de Trabajo de la Pcia. de Bs. As. 1.994. La Plata.
- Ley 12.569. Dada en la Sala de Sesiones de la Honorable Legislatura de la Provincia
de Buenos Aires, en la ciudad de La Plata, a los seis días del mes de diciembre del año
dos mil. Departamento de Leyes. Gobernación.
- Convención de los Derechos del Niño. (Ley 23.849)
- Información sobre el maltrato infantil bajada de INTERNET,2.001
TRABAJO PRÁCTICO FINAL

VIOLENCIA
FAMILIAR

ASPECTOS PSICOLÓGICOS
Y LEGALES

INSTITUTO NIÑO JESÚS

PROFESORADO ESPECIALIZADO EN JARDÍN MATERNAL

MATERIAS: PSICOLOGÍA SOCIAL


LEGISLACIÓN DEL MENOR Y LA FAMILIA

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