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La curva del olvido (Ebbinghaus), ¿qué ocurre

cuando repasas?
Por Luis 3 comentarios

Haz clic para aumentar

En la imagen puedes ver las distintas formas que toma la Curva del Olvido (según
Ebbinghaus)cuando repasas en ciertos momentos. Para acordarte de toda la información
el día del examen, necesitas modificar la primera curva con ayuda de repasos.

Por ejemplo,
siempre teniendo en cuenta que los datos son aproximados pero que se ajustan a la gran
mayoría de casos:

 Antes del Repaso número 1 han pasado ya 2 días desde que estudiaste y tendrás
suerte si recuerdas el 50% de lo estudiado. En cambio, si repasas en ese segundo
día, al final de esa sesión de repaso vuelves a recordar el 100% de la información.
 Antes del Repaso número 2 ha pasado alrededor de una semana. Si te fijas en la
primera función (Curva original del Olvido según Ebbinghaus), para entonces ya
casi no recuerdas nada (2-3%). Si hiciste el Repaso número 1, seguramente
recordarás entre un 80 y un 90% de la información. Ahora, si haces el Repaso
número 2, vuelves a refrescar los datos y recuperas la marca de 100%.
 Antes del Repaso número 3 han pasado ya dos semanas. Si no has repasado hasta
entonces, apenas recordarás nada de lo estudiado. Si has repasado una sola vez
(Repaso 1), es posible que llegues a recordar el 60% de los datos memorizados. Si
además has repasado en una segunda ocasión (Repaso 2), recordarás entre un 80 y
un 90%. Llegados a esa segunda semana desde que memorizaste la información,
si vuelves a repasar en una tercera ocasión (Repaso 3), terminarás la sesión de
repaso con el 100% de la información en memoria.

Cómo memorizar grupos de Mapas Mentales


II: El Gran Mapa Mental
Por Luis 3 comentarios

Problemas a resolver
1. Ya tienes todos los Mapas Mentales elaborados y ahora necesitas ordenar los
bloques (temas) en tu cabeza. Has memorizado el contenido de los Mapas
Mentales pero no tienes una sensación de dominio sobre el conjunto de la
información; O
2. antes de elaborar los mapas, decides hacerte con la ideal global de lo que vas a
tener que estudiar y quieres empezar a memorizar ya, yendo de lo GRANDE a lo
pequeño. Lo que haces entonces es elaborar un “Gran Mapa Mental” en el que
aparecen las principales áreas en las que se agrupan los temas que cubren todo el
temario del examen. Esta es la situación ideal, es decir, debes comenzar a estudiar
desde lo más abstracto y global y profundizar poco a poco hasta llegar al
detalle. Aunque también puede ocurrir que, tras hacer un Mapa Mental global y
luego elaborar todos los demás (más específicos) en segundo lugar, debas
modificar el primero (el más abstracto) para ajustar la información a tu criterio

Solución
1. De cada Mapa Mental específico, que cubre uno o pocos temas, coge el título (o
una abreviatura del mismo), la imagen que lo identifica o el número de tema e
incorpóralo al “Gran Mapa Mental”. Configura el gran mapa de forma que cada
rama contenga los temas que pertenecen a un mismo grupo
2. si todavía no has elaborado ningún Mapa Mental de ningún tema, con el material
de que ya dispones: libro(s), apuntes y demás documentos, empieza a crear ese
“Gran Mapa Mental” que te va a servir como punto de partida y, posteriormente,
cimiento sobre el que construir el resto del entramado de Mapas Mentales

¿Cómo memorizas enseguida el contenido de


un Mapa Mental?
Por Luis 3 comentarios

Está muy bien lo de hacer un Mapa Mental para entender el tema y no sólo el proceso
de elaboración es divertido, sino que luego la memorización es más fácil y sencilla.
Pero, en tiempos donde falta el tiempo por todas partes, ¿cómo hacer para acelerar el
proceso de memorización aún más?

Principios
 Desde el centro hacia el exterior
 No pasas de nivel hasta que acabes de saberte el actual (recorrido en círculo)
 El sentido del recorrido circular es el de las agujas del reloj
 El repaso es siempre Comprensivo en lugar de recitar sin pensar en lo que estás
haciendo
 El primer objeto a memorizar siempre está a las 12 horas o a la derecha de las 12
horas

Pasos
1. Parte del nodo central
2. Avanza al primer nivel, primera rama (a las 12 o inmediatamente a la derecha de
las 12)
3. Memoriza el objeto actual y muévete a la siguiente rama en el mismo nivel,
siguiendo el movimiento de las agujas del reloj
4. Repite 3. hasta la última rama del nivel actual [Objeto 1, 2 y 3 memorizados]
5. Repasa (Repaso Comprensivo, sin repetir “como un loro” o Método del
Papagayo) desde el nodo central
6. Avanza al siguiente nivel, primera rama
7. Repasa el/los objeto(s) en los niveles anteriores de la rama actual y memoriza el
objeto actual
8. Repite 7. hasta la última rama del presente nivel
9. Repasa la rama entera hasta el presente nivel
10. Repite desde 5. hasta acabar de memorizar el mapa entero

Ejemplo
Para el Mapa Mental que acompaña a este artículo, el orden de memorización sería el
siguiente (M=Memoriza y R=Repasa):

1. M(Objeto 1)
2. M(Objeto 2)
3. M(Objeto 3)
4. R(Objeto 1, Objeto 2, Objeto 3)
5. R(Objeto 1) + M(Objeto 1.1)
6. R(Objeto 1) + M(Objeto 1.2) + R(Objeto 1, Objeto 1.1, Objeto 1.2)
7. R(Objeto 2) + M(Objeto 2.1)
8. R(Objeto 2) + M(Objeto 2.2) + R(Objeto 2, Objeto 2.1, Objeto 2.2)
9. R(Objeto 3) + M(Objeto 3.1)
10. R(Objeto 3) + M(Objeto 3.2)
11. R(Objeto 3, Objeto 3.1) + M(Objeto 3.1.1) + R(Objeto 3, Objeto 3.1, Objeto
3.1.1, Objeto 3.2)
12. R(Objeto 1, Objeto 1.1, Objeto 1.2, Objeto 2, Objeto 2.1, Objeto 2.2, Objeto 3,
Objeto 3.1, Objeto 3.1.1, Objeto 3.2)

Esta no es la única forma de memorizar Mapas Mentales pero sí es un buen punto de


partida. Según vas cogiendo práctica trabajando con ellos, irás depurando la técnica que
mejor resultado te dé.

Elabora Mapas Mentales como un experto


Por Luis 7 comentarios

En su artículo “Mapa: las leyes de los mapas mentales“,


Philipe Boukobza explica con un solo Mapa Mental cuáles son las directrices a seguir
cuando elaboras este tipo de Ayudas Gráficas.

Quiero insistir una vez más en el hecho de no tomarlo todo como dogma indiscutible.
Es posible que variar algo suponga para ti un gran beneficio y debes estar abiert@ a
ello. Utiliza lo que te funciona, lo que no, siempre puedes modificarlo o desestimarlo.

También es cierto que una vez comienzas a elaborarlos tú mism@podrás comprobar


que, en mayor o menor medida, tus Mapas Mentales cumplen la mayoría de las reglas
que indica Philippe Boukobza. Incluso si ni siquiera las has aprendido con anterioridad.

De todas las expuestas en su Mapa Mental, voy a comentar algunas de ellas, que por
algún motivo u otro me parecen interesantes. Puedes abrir el Mapa Mental de las leyes
de los mapas mentales en otra ventana del navegador para ir comparando:

 Papel: Horizontal (apaisado). En mi caso esto es clave cuando voy a elaborar un


Mapa Mental de considerable tamaño o complejidad. El mapa me resulta más
atractivo a la vista de esta manera incluso si contiene poca información
 Papel: Empezar: Centro. Como norma general, así lo llevo a cabo. Pero por
ejemplo: si empiezo a tener muchos Mapas Mentales sobre un mismo tema, me
sirve de ayuda situar el nodo principal a un lado, arriba o abajo; para diferenciar
algunos mapas de otros a golpe de vista
 Imágenes: Símbolos. El uso de éstos, gráficos y dibujos, debería estar siempre
presente a lo largo de todos tus Mapas Mentales. Sobre todo si son elaborados por
ti. La comprensión, la memorización y el repaso son los beneficiados
 Imágenes: Identificar el nodo principal de un Mapa Mental con una imagen es de
gran ayuda a la hora de repasar, por ejemplo. La imagen está asociada al nodo
principal y éste te lleva al resto de las ramas
 Palabras: Tamaño. Cuanto más cerca estén del nodo principal, más grandes
deberían ser. De forma que las hojas o las ramas finales del mapa deberían tener
el tamaño de letra más pequeño (aunque siempre legible)
 Ramas: Tamaño. Ajustarse a los límites indicados puede ser complicado en
algunos casos. Depende sobre todo de la complejidad y tamaño de los datos
 Ramas: Principales: Gruesas. Otro gran apoyo visual. Cuanto más cerca del nodo
principal, más gruesa debe ser la rama
 Colores: Hay algo que puede ayudarte sobre todo en la hora de la memorización y
el repaso. Y es utilizar un color por cada nivel de ramas. Es decir, por ejemplo, las
ramas del primer nivel podrían estar escritas en color negro, las del segundo nivel
en azul, las del tercero en rojo, las del cuarto en verde, …
 Estilo: Es importante que tú mism@ crees tu propio estilo pero también es
importante que no te preocupes por ello en absoluto. A través de la práctica y la
experiencia irás creando, modificando y adaptando tu estilo personal

Truco Sencillo para Mejorar la Atención y la


Concentración
Por Luis 33 comentarios

Reserva para este ejercicio entre 5 y 10 minutos cada día en los que sepas que no van a
haber interrupciones (no hay llamadas de teléfono, queda mucho para que te bajes del
autobús, tu programa favorito de televisión no empieza todavía, no has quedado con
nadie, …). Entonces empieza el proceso:

1. Siéntate cómodamente en una silla


2. Cierra los ojos
3. Respira profundamente
4. Fíjate en tu respiración. Nota cómo inspiras (el aire entra en tus pulmones
lentamente)… escucha cómo espiras (el aire sale lentamente de tus pulmones)…
5. Sigue pendiente de tu respiración. Nota cómo inspiras… y cómo espiras…
6. Si te das cuenta de que tu mente se va a otro sitio, eso está bien. Simplemente
vuelve a fijarte de nuevo en la respiración. De forma tranquila. Sin frustraciones.
Sin brusquedades, vuelta a la respiración
7. Sigue así un mínimo de 5 minutos

Enséñale a tu mente a concentrarse. Si no sabe cómo, ayúdale con este truco tan sencillo
y útil.
La curva del olvido (Ebbinghaus), ¿cuánto
recuerdas si no repasas?
Por Luis 11 comentarios

Ebbinghaus
El filósofo alemán Hermann Ebbinghaus (1850-1909) habló de la

naturaleza del olvido de información


como una función exponencial parecida a la que puedes ver en el gráfico (haz clic para
agrandar).

Memorización sin repasos


Sirva este artículo para que veas cuán rápido se olvidan los datos si no hay repaso entre
medias. Por ejemplo (datos aproximados aunque realistas):

 Un día después de haber estudiado y no haber repasado, puedes llegar a olvidar


un 50% de lo estudiado
 2 días después, lo que recuerdas no llega al 30%
 1 semana después, tendrás suerte si logras recordar más de un 3%
Click para agrandar

Así puesto parece que el repaso (gran olvidado algunas veces) cobra algo de
importancia, ¿verdad?

http://www.elartedelamemoria.org/2010/01/21/curva-del-olvido-ebbinghaus/

Curva del olvido


Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en
una publicación acreditada.
Este aviso fue puesto el 3 de diciembre de 2009.

Una representación típica de la curva del olvido.


La curva del olvido ilustra la pérdida de retentiva con el tiempo. Un concepto relacionado
es la intensidad del recuerdo, que indica cuánto se mantiene un contenido en el cerebro.
Cuanto más intenso sea un recuerdo, más tiempo se mantiene. Un gráfico típico de la
curva del olvido muestra que normalmente en unos días o semanas se olvida la mitad de
lo que hemos aprendido, a no ser que lo repasemos.
Una aproximación matemática a la curva de la memoria es la siguiente fórmula:

donde es la retentiva, la intensidad relativa del recuerdo y es el


tiempo "decrecimiento exponencial" (para mayor claridad véase crecimiento
exponencial).
La velocidad con la que olvidamos depende de diversos factores, como la dificultad de
la materia (por ejemplo si es absurdo o tiene sentido), su representación (véase regla
mnemotécnica) y factores fisiológicos como el estrés y el sueño. El ritmo de olvido
basal es prácticamente el mismo para todas las personas. La diferencia de
rendimiento (p.ej. en la escuela) podría depender de qué
representaciones mnemónicas hace cada individuo. Esto significa que unas personas
"crean" su memoria de forma más efectiva que otras.
El aprendizaje de las técnicas mnemónicas básicas puede ayudar a allanar tales
diferencias, al menos en parte. La mejor manera de mejorar la intensidad del recuerdo
implica:

1. mejorar las representaciones mentales (p.ej. mediante reglas mnemotécnicas)


2. repaso basado en intentos activos de recordar la materia (especialmente
el repaso espaciado)
Cada repaso aumenta el intervalo óptimo necesario antes del próximo repaso: para
una retentiva (casi) perfecta, al principio los repasos se realizan durante varios días,
luego con semanas e incluso años de diferencia.
El primer estudio importante en este campo lo realizó el psicólogo alemán Hermann
Ebbinghaus, autor de Sobre la memoria (1885). Ebbinghaus estudió la memorización
de sílabas sin sentido, como "WID" y "ZOF". Al hacerse pruebas a sí mismo a distintos
intervalos, pudo describir la forma de la curva de la memoria.
La curva de la memoria tiene una pendiente muy acusada cuando se memoriza
material sin sentido, como hizo Ebbinghaus. Sin embargo, es casi plana cuando se
trata de experiencias traumáticas. Por otra parte, una pendiente poco acusada puede
deberse, más que a las características de la información, a que se repasa de forma
implícita (p.ej. al revivir experiencias, al utilizar el alfabeto al buscar en un diccionario).

Las claves para memorizar (y IV): ¿Cuándo


repasar para recordarlo todo?
Por Luis 13 comentarios

Esta es la cuarta y última de las piezas clave (junto a la Imaginación, al Enlace o Asociación y a
la Estructura) para dominar las técnicas para memoria y memorizar cualquier cosa.

Idea
El Repaso. ¿Cuándo repasar?, ¿a menudo?, ¿muy poco?, ¿mucho?, ¿cómo evitar que se
nos olvide lo que ya hemos estudiado?

Todo se reduce a lo siguiente: cuando estudias algo y pasa 1 día sin que lo hayas
repasado, el 80% o más de lo que has estudiado ya se te ha olvidado como norma
general. Cada día que pasa sin repasar recuerdas menos. ¿Te parece exagerado? Haz la
prueba. ¿Te parece cierto y quieres hacer algo al respecto? Termina de leer estas
líneas. Sólo te va a llevar un minuto o dos y, si todavía piensas que no tienes cabeza
para estudiar, es porque sigues sin ponerlo en práctica.

¿Qué necesitas?
 Calendario (o agenda)
 Material estudiado, mapas mentales, conceptuales, resúmenes, diagramas

¿Cada cuánto tiempo?


Antes de responder, hazte la pregunta de: “¿quiero recordar esto para siempre?”, o lo
que es lo mismo: “¿quiero que lo que estoy estudiando ahora pase a mi memoria a largo
plazo?” Si la respuesta es “Sí”, abajo tienes el patrón de tiempos recomendado:

1. 10 minutos después de haber estudiado


2. 1 hora después
3. justo antes de acostarte por la noche
4. 24 horas después
5. 1 semana después
6. 2 semanas después
7. 1 mes después
8. 6 meses después
9. 1 año después
10. 2 años después

¿Cómo?
 Utilizando las ayudas gráficas que hayas utilizado para estudiar (mapas mentales,
conceptuales, resúmenes, diagramas, …)
 Empleando el menor tiempo posible. Para unas personas serán 10 minutos, para
otras 3, … por cada sesión de repaso
 Sobre todo: comprendiendo lo que repasas. Si repites “como un papagayo” no
vale. Repasa entendiendo lo que estás recordando. De esta forma no solamente lo
haces correctamente sino que además le das sentido a lo que estudias y repasas.
Es en estos momentos cuando más veces aparecen las situaciones de “¡Ajá!, ahora
lo entiendo. ¡Claro que sí!”. Estos también pueden ser de esos momentos en los
que ves cómo todo va encajando en su sitio. La euforia, gran seguridad en ti
mismo y una sonrisa tonta son algunas de las consecuencias de hacerlo de esta
forma. Y eso está bien, ¿no?
Memorización

https://lecturaagil.com/4-tecnicas-memorizacion/

¿Ejercitar tu memoria y velocidad al mismo tiempo?

Hoy te traigo 4 técnicas diferentes que he ido probando con los años que
ayudan a que la memoria y la comprensión trabajen mano a mano.

Además, como es verano y estamos de vacaciones, he pensado que


estas técnicas te vendrían bien para practicar con los libros que hemos
recomendado, sobre todo de cara al lanzamiento de nuestro curso
de Memoria Ágil, del que muy pronto recibirás noticias.

¿Qué es la Memoria?
‘La memoria es el pegamento que une los retazos de nuestra vida
mental’ dice el neurocientífico Eric Kandel, ganador del premio Nobel.

Cuando aprendes, adquieres información de forma casi automática. Esto


sería imposible sin tu capacidad de ‘almacenar’ conocimiento -datos,
nombres, referencias…-, como ya sabrás.

Es una herramienta esencial que no se puede separar de la lectura, ya


que es casi nuestra mayor fuente de información. Cuando necesitamos
saber algo, normalmente lo leemos (ya sea en libros u ordenadores). El
problema es que mucha gente cree que cuanto más repitas mejor se
graba la información en tu cerebro, cuando es precisamente al revés.

Una mejor comprensión incrementa tu capacidad de retención. Por


ello, a lo largo de los años se han inventado y mejorado una gran
cantidad de técnicas de memorización para mejorar nuestra lectura,
porque es algo vital. Hoy te traigo las que a mí me parecen más
interesantes:

¿Quieres mejorar tu memoria?


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del mundo.
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1. Técnica del Recuerdo


Esta técnica, que se basa básicamente en recordar, requiere de un
esfuerzo consciente por traer a la memoria la información. Seguro que la
conoces, pero quizá no sepas lo bien que puede llegar a funcionar.

Cuando estés estudiando, aparta el material y repítelo en tu cabeza,


con tus propias palabras si es necesario, asegurándote de que eres
capaz de retenerlo. Esto mejorará tu lectura del texto y tu comprensión
durante una segunda lectura, en vez de tener que estar repitiendo el
texto como un papagayos.

Otra opción para practicar esta técnica y ejercitar la memoria es hacer


una lectura activa. ¿Esto qué quiere decir? Que durante el texto has
de hacerte preguntas al respecto, tomar notas y prestar atención.
Pregúntate: ¿Por qué está ocurriendo esto? ¿Por qué es importante
saberlo? ¿Cómo podría explicárselo a otra persona?

Una tercera posibilidad, aunque es más costosa, sería volver a copiar el


texto con tus propias palabras. Sería como la versión escrita del primer
ejemplo, con la ventaja de que al escribir se fija en la memoria con
mucha más solidez.

2. Técnica de la Primera Letra


Esta técnica me pareció muy curiosa cuando la vi, y tras probarla me di
cuenta de que podía ser muy efectiva para memorizar textos largos
palabra por palabra.

Consiste básicamente en escribir la primera letra de cada palabra del


texto que quieras memorizar, formando una línea larga de letras sin
sentido. Después de poner el texto original a parte, has de leer la línea
tratando de recordar el texto original y guiándote sólo por la primera letra.

Por supuesto, puedes mirar el texto siempre que lo necesites pero el


truco está en practicar lo máximo posible sólo guiándote con las letras,
de modo que ejercites tu memoria para retener la información de forma
correcta.
De esta forma vas almacenando datos en tu memoria a corto plazo y con
la práctica, irá fijándose en la memoria a largo plazo logrando que, al
final, no necesites más que echar un vistazo a la línea de letras para
poder recitar el texto entero.

3. Asociaciones
Si llevas en Lectura Ágil algún tiempo ya sabrás que este es
prácticamente mi método favorito. La idea es muy sencilla: unir
conceptos para que regresen a tu memoria juntos mediante la creación
de imágenes alocadas.

Este método es muy poderoso cuando se hace bien, y es especialmente


útil para memorizar listas, nombres e incluso para mejorar tu vocabulario.
Lo único que tienes que hacer es coger el grupo de palabras y contar una
historia con ellas.

La clave es crear imágenes absurdas que destaquen y que se fijen en tu


memoria:cambia los colores, dale movimiento, y crea escenas
inverosímiles que te resulten especialmente divertidas. Una vez hagas
esto, verás que las palabras y los conceptos vuelven a tu mente de forma
muy fácil

Es la técnica que más usa Ramón Campayo, la cuál explicamos en más


detalle en este artículo.

4. La Técnica del Estado de


Ánimo
El estado de ánimo juega una parte muy importante a la hora de estudiar
y memorizar. No sólo lo digo yo, sino muchos expertos a los que leo y
sigo: cuando uno está contento, memoriza mejor. ¿Y cómo podemos
aplicar esto al estudio o la lectura?

Es tan fácil como identificar una situación en la que nuestro estado de


ánimo fuese óptimo para la lectura. Si antes de empezar preparas el
ambiente y te concentras un minuto con los ojos cerrados en esa imagen,
poco a poco recrearás el estado de ánimo en el que estabas facilitándote
el trabajo.
Hay que avisar que si uno está especialmente triste o, al contrario,
especialmente contento, resulta mucho más complicado llegar a ese
punto intermedio donde se produce la concentración. Es como tratar
de calmar a un niño inquieto.

En ese caso lo mejor es no forzar y dejar que la situación fluya hasta que
podamos encontrar un estado emocional más óptimo para estudiar.

Además de estas técnicas, que son las que a mí más me gustan


para ejercitar la memoria, hay muchas otras que tocan áreas diferentes,
como la comprensión. En nuestra Guía Definitiva de Lectura
Rápida encontrarás todo lo necesario para que puedas empezar a
trabajar, ya que la memoria juega un papel vital en nuestras vidas. Es
nuestro almacenamiento.

Creo que lo mejor es variar para estimular así nuestro cerebro y que
nuestra capacidad se ensanche lo máximo posible. Y recuerda que
cuando uno tiene éxito en un área, eso se extrapola a otras partes de
nuestra vida reportándonos confianza, seguridad y las ganas de seguir
mejorando.

¡Disfruta de los beneficios de la memorización! Cuéntame en los


comentarios qué técnicas usas tú para que todos podamos conocerlas.

https://lecturaagil.com/4-tecnicas-memorizacion/

Los primeros 45 minutos de estudio debes comenzar con asignaturas de una dificultad media, para luego
descansar 5 minutos. En el segundo bloque, que es el peak de concentración, debes estudiar unos 45
minutos a una hora una materia de alta dificultad. Toma luego 10 minutos de pausa para finalmente
terminar con contenidos de dificultad baja, debido a que a estas alturas la concentración disminuye y el
cansancio aumenta. También es altamente efectivo realizar esta secuencia dentro de una misma materia,
explica Isidora. Por ejemplo, en matemáticas, partir leyendo la materia, continuar haciendo guías de
ejercicios y terminar estudiando con material multimedia. Controla los factores externos Independiente de
lo que estudies, cómo te prepares también juega un rol fundamental. Antes de comenzar tu jornada, los
expertos recomiendan mantener un orden en el escritorio o lugar de estudio, preferir la luz natural, una
adecuada ventilación y contar con los materiales necesarios. NOTICIA RELACIONADA Conoce las
estrategias de estudio más efectivas según Harvard 7 Por otro lado, organizar tu tiempo también es un
factor externo que es importante dominar si quieres alargar cuánto dura tu concentración. También
preocúpate de los factores internos Hay técnicas que te pueden ayudar a llevar de mejor manera la
ansiedad que genera rendir la prueba de admisión universitaria. No olvides cuidar tus horas de sueño,
mantener una dieta balanceada, hacer deporte y combinar el estudio con ratos libres. Adquirir hábitos
saludables te permitirá controlar de mejor manera el estrés y aumentar tu concentración. Usa fórmulas de
aprendizaje Los expertos recomiendan también un estudio activo. Está comprobado que, por ejemplo,
explicar la materia en un grupo de estudio mejora el aprendizaje. Otras formas útiles pueden ser
relacionar contenidos con anécdotas, inventar rimas o canciones con palabras claves, o realizar
esquemas y mapas para reforzar la memoria visual.
Fuente: Emol.com - http://www.emol.com/noticias/Nacional/2016/10/26/828485/Estudio-efectivo-Aprende-
a-entrenar-la-concentracion.html

Explicaciones derivadas de la teoría de Ebbinghaus

La curva del olvido es una gráfica que permite tener en cuenta la progresiva pérdida del
material memorizado anteriormente, siempre y cuando no se practique el repaso de dicho
material.

A partir de las observaciones que conllevaron a su realización han surgido diferentes teorías
que intentan explicar dicha pérdida, siendo dos de ellas las siguientes.

1. Teoría del decaimiento de huella

La teoría del decaimiento de la huella es una teoría elaborada por el propio Ebbinghaus que
pretende explicar la curva del olvido. Para el autor, la pérdida de información es debida
principalmente al poco uso dado a dicha información, con lo que la huella de memoria dejada
en nuestro organismo se debilita y desvanece con el paso del tiempo. A nivel biológico se
considera que las estructuras neuronales acaban por perder las modificaciones que el
aprendizaje produce en ellas, con lo que se volvería a un estado similar al previo al
aprendizaje.

Las investigaciones reflejan que el decaimiento de la memoria se da especialmente en la


memoria a corto plazo, pero si la información consigue pasar a la memoria a largo plazo pasa a
ser permanente. En el caso de que algo almacenado en la memoria a largo plazo no resulte
accesible, el problema se da principalmente a nivel de recuperación de la información.

Sin embargo esta teoría es criticada por el hecho de que no tiene en cuenta diversos factores,
como el hecho de que aparezca nuevo material que dificulte el acceso a la información.
Además existen muy diversas variables que influyen en la capacidad de recuerdo, como la
propia cantidad de material a recordar o la significación emocional de la información
procesada. Así, a mayor cantidad de material mayor la dificultad de mantenerlo en el tiempo y
en el caso de que el conocimiento despierte sensaciones y emociones fuertes en el aprendiz
resulta más sencillo que el recuerdo permanezca.

2. Teorías de la interferencia
Diversos autores consideraron que la teoría de la decadencia de la huella no era suficiente
para explicar el proceso del olvido. Teniendo en cuenta que el ser humano está
constantemente aprendiendo cosas nuevas, un elemento que dichos autores consideraron que
no se había tenido en cuenta son los problemas que provoca el solapamiento de nuevos o
viejos conocimientos con el material aprendido. Así surgieron las teorías de la interferencia,
que plantean que la información a aprender se pierde porque otras informaciones interfieren
en el acceso a ella.

Dicha interferencia puede darse de manera retroactiva o proactiva. En el caso de la


interferencia proactiva un aprendizaje previo dificulta la adquisición de uno nuevo. Si bien no
explica propiamente el olvido, sino un problema en codificar la información. La interferencia
retroactiva es la que produce la presencia de un nuevo conocimiento que solapa el material a
recordar. Así, aprender algo nuevo hace que nos sea difícil recordar lo anterior. Este fenómeno
explicaría en gran medida la pérdida de información que se da en la curva del olvido.

Cómo evitar el olvido

El estudio de la memoria y el olvido ha permitido la creación de diferentes estrategias y


técnicas con el fin de que los aprendizajes se mantengan en la memoria. Para evitar los efectos
observados en la curva del olvido resulta fundamental el repaso del material aprendido.

Como ya demostraron los experimentos llevados a cabo, el repaso repetido de la información


hace que el aprendizaje se consolide cada vez más, bajando progresivamente el nivel de
pérdida de información con el tiempo. El uso de estrategias mnemotécnicas también resulta
de gran utilidad, al mejorar la capacidad de representación mental. De lo que se trata es de
utilizar de un modo más eficiente los recursos de los que dispone el propio sistema nervioso
para agrupar de un modo más eficiente las unidades de información. Así, incluso si el cerebro
pierde neuronas y otras células importantes por el paso del tiempo, las que quedan pueden
comunicarse de un modo más eficiente, reteniendo la información importante.

Artículo relacionado: "11 trucos para recordar mejor al estudiar"

Referencias bibliográficas:

Averell, L.; Heathcote, A. (2011). The form of the forgetting curve and the fate of memories.
Journal of Mathematical Psychology. 55: 25–35.

Baddeley, A. (1999). Memoria humana. Teoría y Práctica. Ed. Mc. Graw Hill. Madrid.

Baddeley, A.; Eysenck, M. W. & Anderson, M. C. (2010). Memoria. Alianza.

Ebbinghaus, H. (1885). Memory: A Contribution to Experimental Psychology. Teachers


College, Columbia University. New York.

La curva del olvido

La memoria y la pérdida de información retenida en ella con el tiempo han sido objeto de
estudio. Con el paso del tiempo, las huellas de memoria se deterioran, provocando que la
información se vaya perdiendo. Esto puede ser debido, entre otras posibles explicaciones, a
que las nuevas informaciones que se van adquiriendo se van superponiendo a las antiguas con
lo que la información antigua sufre un deterioro progresivo debido a la interferencia que el
nuevo material produce.

Herman Ebbinghaus es famoso por sus estudios relacionados con la memoria. A partir de sus
investigaciones esbozó lo que hoy en día se conoce como la curva del olvido,a la pérdida de
información retentiva en el tiempo. Según dicha gráfica, que describe el proceso de olvido de
la información en ausencia de un repaso consistente de ésta, la cantidad de material retenido
va ir disminuyendo exponencialmente.

Si el primer dia se retiene un 100% del material el segundo, si no se repasa, tal porcentaje se
podría reducir a la mitad, y tras varios días más la cantidad de material retenido es cercano a
cero. Sin embargo, es importante resaltar que el repaso de la información a aprender permite
recuperar la información memorizada con mayor celeridad que si empezamos de cero. Cuanto
más se acerquen en el tiempo el momento del aprendizaje y el repaso de éste menos inversión
de tiempo será necesaria para recuperar el material almacenado.

Con el fin de retener la información y ayudar a agilizar y mantener el proceso de retención se


recomienda emplear una serie de trucos y estrategias mnemotécnicas, como algunas de las
que se explican a continuación.

Algunas técnicas mnemotécnicas útiles

A continuación vamos a contemplar algunas técnicas mnemotécnicas útiles para retener la


información y facilitar el estudio y repaso.

1. Construcción de una historia

Esta técnica mnemotécnica se basa en elaborar una pequeña historia que vincule todos los
elementos a memorizar. Se puede utilizar para recordar fechas, nombres y elementos de un
listado.
La historia en sí debería ser breve y significativa, ya que se trata de facilitar la memorización de
unos datos, y no de presentar un estímulo demasiado complejo que suponga un aprendizaje
extra. De este modo, se teje una narración que va manteniendo conectados entre sí los
elementos a recordar.

Este es uno de los trucos para recordar más eficaces, ya que cada parte de la historia contiene
elementos que anticipan la siguiente. Sin embargo, su principal desventaja es que requiere
algo de esfuerzo y de creatividad.

2. Utilizar acrónimos

De gran utilidad para recordar fórmulas y listados, esta técnica mnemotécnica básicamente se
basa en utilizar las iniciales de las palabras para formar otra que permita el recuerdo de todas.
Se basa pues en utilizar pistas muy concretas para rememorar la información.

De este modo, la sonoridad de un acrónimo nos da pistas que nos llevan con mayor facilidad
hacia las palabras y conceptos que tratamos de recordar.

3. Crear una ruta imaginaria

Se trata de un truco mnemotécnico conocido si bien puede ser complejo si las asociaciones no
se hacen bien. Su funcionamiento es simple, se trata de crear una ruta imaginaria en la cual
vinculemos los diferentes puntos de referencia a los nombres o elementos que estudiar. Para
que sea efectiva es necesario tener en cuenta que tenemos que ser capaces de recordar la
asociación (por ejemplo que sea el lugar donde se compra, tengan un color parecido, etc.).

4. Uso de rimas, palabras o frases semejantes

Emplear palabras que rimen con las de aquellos elementos que queremos aprender puede
permitir recordar mejor un material concreto. Dividirla en fragmentos más pequeños y más
fáciles de memorizar también puede ser útil. Básicamente se trata de poder asociar la palabra,
número o conocimiento a aprender con otro elemento que nos sea más accesible.

Este truco para recordar, por cierto, puede ser utilizado combinándolo con el de la creación de
acrónimos.
5. Emplear el sentido del humor y la imaginación

Los estados emocionales positivos facilitan la memorización. Por este motivo intentar vincular
humor y estudio, siempre que se realice en su justa medida y con unos conocimientos previos
suficientes, puede ser de gran utilidad para recordar mejor lo estudiado. El uso de pequeños
juegos, así como adivinanzas, puede resultar provechoso.

6. Utilizar tus gustos y hobbies

Otra técnica mnemotécnica que facilita la consolidación del material en nuestra memoria es
salpicar el proceso de estudio con cosas que te gusten. Por ejemplo, intenta vincular el
material a estudiar a tus series, películas o libros favoritos, o intenta imaginar una relación con
las cosas que te apasionen, tus hobbies.

7. Vincula lo nuevo a lo viejo

Para poder aprender de manera fácil y efectiva es necesario ser capaz de dotar de sentido a la
información que nos dan. La mejor forma de hacer esto es relacionar el material a aprender o
retener con conocimientos previos o experiencias vividas. Así, la información nueva no debe
crearse de cero, sino que se vuelve una profundización de cosas que ya hemos visto o vivido
con anterioridad, necesitando menos esfuerzo para codificar el material y memorizarlo.
Estamos hablando del aprendizaje significativo.

Siguiendo esta misma lógica, si lo que se quiere recordar mejor es un texto con ideas
relativamente complejas, repasar es indispensable y, aunque parezca mentira, muy eficaz. Leer
una segunda o tercera vez un texto no solo sirve para ver otra vez aquello que hay que
recordar; también nos permite ver relaciones entre las ideas que aparecen al principio y al final
del texto. Esto nos permite entender mucho mejor lo que estamos leyendo, y la comprensión
es la clave a la hora de recordar, porque significa integrar todos los datos en un sistema
coherente de información donde no hay “piezas sueltas”.

Estrategias para el aprendizaje

Al margen de las técnicas anteriormente mencionadas, resulta esencial aplicar algunas de las
siguientes estrategias para lograr el buen mantenimiento en la memoria del material a
recordar.

8. Repasa lo aprendido
Quizás no parezca una técnica mnemotécnica demasiado elaborada, pero teniendo en cuenta
que a lo largo del tiempo vamos perdiendo gran parte del material aprendido se trata de una
de las principales recomendaciones si se quiere recordar el material. Cada vez que repasamos
un contenido, este recuerdo va quedando más consolidado en nuestro cerebro.

9. Haz resúmenes y esquemas

El hecho de realizar esquemas y resúmenes de un temario concreto ayuda a ejercitar la mente


y obliga a focalizar la atención con lo que es un buen truco o estrategia para recordar mejor al
estudiar. De este modo establecemos categorías con la información a memorizar, habiendo de
priorizar unos contenidos sobre otros, establecer jerarquías y en general trabajar con la
información a nivel cognitivo.

10. Utiliza diferentes vías para procesar la información

A menudo pensamos en estudiar como una actividad en que básicamente nos quedamos
sentados leyendo un contenido concreto hasta que se grabe en la memoria. Si bien se trata de
un método para aprender, también pueden utilizarse diferentes tipos de ayuda. La
visualización de videos, el uso de audios y ejercicios a través de los cuales poner en práctica los
conocimientos adquiridos son de gran ayuda.

11. Explica a otros el material/ Estudia en grupo

De igual modo que en los dos casos anteriores, el hecho de tener que exponer ante otros el
material a memorizar fuerza a trabajar con la información, de modo que su retención es
mayor. Además, el hecho de trabajar de manera colaborativa hace que la visión del tema
pueda enriquecerse con las perspectivas de otros y ayuda a adoptar otros puntos de vista.

Asimismo también facilita tomarse el estudio de una manera más relajada o seria, según el
tipo de persona que nos acompañe, pudiendo motivar al estudio o rebajar el nivel de tensión.
Sin embargo también se corre el riesgo de desviarse demasiado o de mantener posturas
demasiado opuestas al respecto de un tema específico, de modo que debe valorarse el tiempo
disponible y el tipo de vinculación con la otra persona.

Referencias bibliográficas:

González, R. (2004). Estrategias y Técnicas de estudio. Editorial Pearson Prentice Hall, Madrid,
España.
Hernández, F. (1990). Aprendiendo a aprender. Métodos y Técnicas de estudio para alumnos
de E.G.B.- B.U.P.- F.P. Murcia:Grupo Distribuidor Editorial.

Manzanero, A.L. (2008): El olvido. En A.L. Manzanero, Psicología del Testimonio (pág. 83-90).
Madrid: Ed. Pirámide.

https://psicologiaymente.net/psicologia/curva-del-olvido

http://www.elartedelamemoria.org/2009/02/06/las-claves-para-memorizar-ii-enlace-o-
asociacion/

CRNOGRAMA DE ESTUDIO

Método para Crear un Cronograma de


Estudios Eficaz
1. Determina el número de horas que tendrás para estudiar durante el día o la
semana. Sé realista y no te olvides de equilibrar tu rutina incluyendo actividades de
ocio y tiempo de descanso.
2. Escoge el mejor horario de estudio, ya sea de día o de noche. Específica el horario
de inicio y de fin de tu estudio. Recuerda que con disciplina, es más fácil organizarse.
3. Divide tu horario de acuerdo con el número de materias que debes estudiar y el
tiempo que tienes para alcanzar tus metas. Por ejemplo: Si tienes 8 materias y 2 meses
hasta los exámenes, estudia 2 asignaturas por día y deja deja un día de la semana para
descansar y hacer otras actividades.
4. Rediseña tus cronograma semanalmente para que la rutina no acabe contigo.
Sugerencias para un Cronograma de
Estudios Equilibrado
1. No es necesario utlizar el mismo número de horas para todas tus asignaturas.
Prioriza las materias que para ti tienen más dificultad.
2. No es recomendable estudiar la misma materia por más de tres horas seguidas.
Después de un tiempo realizando la misma actividad, nuestro nivel de atención decae.
3. Alterna entre asignaturas teóricas y prácticas. Incluye en tu rutina diferentes
actividades y metodologías para evitar el cansancio. Por ejemplo, alterna entre lectura
comprensiva, crear un Mapa Mental y resolver un Test.

Herramienta para Crear tu Cronograma


de Estudios Online

GoConqr ofrece gratuitamente la herramienta del Calendario de Estudio donde es


posible insertar todas tus asignaturas, actividades y el tiempo que le dedicas a cada
una de ellas.

De manera sencilla, es posible dividir tu horario en las distintas actividades que


realizas como clases, lectura, ejercicios o estudio en general. De esta manera, podrás
planificar tu estudio de manera realista y equilibrada. A continuación, puedes ver un
cronograma de estudio de ejemplo en el que se incluyen tanto horas de estudio como
pausas y otras actividades.
¡No dejes que el trabajo se te acumule! Establece tus metas de estudio y respeta tus
propios límites. De esta manera, tu esfuerzo será recompensado con buenos
resultados, ya estés en el colegio, el instituto o la universidad

¿Estás preparado? Entra ahora y empieza a crear tu cronograma de estudios.

En cambio, Newport recomienda estudiar hasta el punto de poder explicar


el tema de forma sintética, en voz alta y sin tener que mirar el material:
“esto es lo que indica que has aprendido, no el número de veces que lo hayas
leído”.
Las claves para memorizar (y IV): ¿Cuándo
repasar para recordarlo todo?
Por Luis 13 comentarios

Esta es la cuarta y última de las piezas clave (junto a la Imaginación, al Enlace o Asociación y a
la Estructura) para dominar las técnicas para memoria y memorizar cualquier cosa.

Idea
El Repaso. ¿Cuándo repasar?, ¿a menudo?, ¿muy poco?, ¿mucho?, ¿cómo evitar que se
nos olvide lo que ya hemos estudiado?

Todo se reduce a lo siguiente: cuando estudias algo y pasa 1 día sin que lo hayas
repasado, el 80% o más de lo que has estudiado ya se te ha olvidado como norma
general. Cada día que pasa sin repasar recuerdas menos. ¿Te parece exagerado? Haz la
prueba. ¿Te parece cierto y quieres hacer algo al respecto? Termina de leer estas
líneas. Sólo te va a llevar un minuto o dos y, si todavía piensas que no tienes cabeza
para estudiar, es porque sigues sin ponerlo en práctica.

¿Qué necesitas?
 Calendario (o agenda)
 Material estudiado, mapas mentales, conceptuales, resúmenes, diagramas

¿Cada cuánto tiempo?


Antes de responder, hazte la pregunta de: “¿quiero recordar esto para siempre?”, o lo
que es lo mismo: “¿quiero que lo que estoy estudiando ahora pase a mi memoria a largo
plazo?” Si la respuesta es “Sí”, abajo tienes el patrón de tiempos recomendado:

1. 10 minutos después de haber estudiado


2. 1 hora después
3. justo antes de acostarte por la noche
4. 24 horas después
5. 1 semana después
6. 2 semanas después
7. 1 mes después
8. 6 meses después
9. 1 año después
10. 2 años después
¿Cómo?
 Utilizando las ayudas gráficas que hayas utilizado para estudiar (mapas mentales,
conceptuales, resúmenes, diagramas, …)
 Empleando el menor tiempo posible. Para unas personas serán 10 minutos, para
otras 3, … por cada sesión de repaso
 Sobre todo: comprendiendo lo que repasas. Si repites “como un papagayo” no
vale. Repasa entendiendo lo que estás recordando. De esta forma no solamente lo
haces correctamente sino que además le das sentido a lo que estudias y repasas.
Es en estos momentos cuando más veces aparecen las situaciones de “¡Ajá!, ahora
lo entiendo. ¡Claro que sí!”. Estos también pueden ser de esos momentos en los
que ves cómo todo va encajando en su sitio. La euforia, gran seguridad en ti
mismo y una sonrisa tonta son algunas de las consecuencias de hacerlo de esta
forma. Y eso está bien, ¿no?

http://elprofedefisica.es/2017/09/26/cuantas-horas-deberias-estudiar/

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El ambiente de estudio
En esta conferencia, Lobdell destaca que un aspecto importante del proceso
de concentración y memorización tiene relación directa con el contexto de
estudio. Seguro que habréis oído en más de una ocasión que siempre hay que
estudiar en el mismo sitio y aislados de cualquier tipo de distracción. Pues
bien, según los expertos, para predisponer incentivar el proceso de
concentración es fundamental disponer de un espacio dedicado únicamente al
estudio, para evitar a toda costa prácticas muy comunes como estudiar
tumbado en la cama o sentado frente al televisor. Parece que el contexto
influye decisivamente en el proceso de concentración y por eso recomiendan
que dicho espacio no esté asociado ningún otro tipo de actividad cotidiana.
Sesiones más cortas
Según el profesor, nuestra capacidad para retener información se intensifica
durante los primeros 20 minutos de estudio, pero es a partir de los 30 minutos
cuando nuestra capacidad de retención de datos desciende progresivamente al
igual que nuestro rendimiento. Por tanto, conviene fragmentar las habituales
sesiones de estudio de dos o tres horas seguidas en fases mucho más cortas, de
unos 25 a 30 minutos, espaciadas entre si con descansos intermedios de unos 10
minutos.
Reconocimiento y recuerdo
El Dr. Lobdell hace hincapié también en la diferencia entre reconocimiento y
recuerdo para saber si estamos estudiando correctamente. El reconocimiento de
datos requiere de un estímulo para que active un recuerdo determinado
afianzado en nuestra memoria, y como podréis imaginar, se trata de un
mecanismo débil y poco fiable a la hora de enfrentarse a un examen con un
tiempo preestablecido. Por tanto, confiar en que algún dato o pista de una
pregunta del examen active dicho recuerdo es un error muy común que
debemos evitar.
Por el contrario, se aconseja trabajar activamente con el foco del
recuerdorealizando autoevaluaciones periódicas con el objetivo de reactivarlo
y afianzarlo en nuestra memoria a largo plazo. Es lo que se conoce como
el método SQ3R, una técnica de estimulación del recuerdo que complementa la
mera lectura del texto con un proceso de autoevaluación periódicabasado en
lectura del texto, la codificación de lo que se desea recordar mediante
la comprensión y repetición de concpetos, y por último, la recuperación de la
información almacenada mediante el ejercicio diario de su recuerdo
estimulando la memoria a largo plazo.
Conceptos y hechos
Por último, se recomienda no memorizar textos completos. Es preferible
extraer las ideas principales para tener una compresión global del texto a
recordar para después ampliar los conceptos con tus propias palabras en el
momento de la evaluación. De esta forma mejoraremos la productividad de
nuestras sesiones de estudio, optimizaremos nuestra capacidad memorística
con datos relevantes y tendremos un control más amplio del texto. Cabe
diferenciar los conceptos fundamentales de un texto de la categoría de los
hechos, ya que estos últimos requieren de otros recursos igual de eficientes
para su memorización como las denominadas técnicas nmemotécnicas.
El profesor Marty Lobdell asegura que con estas claves básicas sobre cómo
estudiar mejor, invertirás menos tiempo en el proceso pero a su vez
optimizarás al máximo tu memoria.

Imágenes | vía pixavay

https://blogthinkbig.com/consejos-para-retener-la-informacion

Intervalos de estudio
Por Luis 12 comentarios
Mi experiencia personal
En mis tiempos de Universidad y cuando me ponía a estudiar yo era de estas personas
que se tiraban los últimos días y, en el mejor de los casos, las últimas semanas
estudiando todo lo que no había hecho desde el principio. Lo cual suponía estudiarlo
todo al final. Dejaba de ir a clase y me metía en la biblioteca o me quedaba en casa
estudiando. Pasaban las horas y yo no paraba. El miedo a suspender el examen me
llevaba a exprimirme al máximo. Descansaba lo imprescindible y otra vez a la carga.

Consecuencias
Me levantaba temprano y me acostaba muy tarde. Cuando ya mi cabeza decía: “Pero ¿a
dónde vas, chaval? Si hace 1 hora ya que estás leyendo el mismo párrafo y !todavía no
te has enterado!” Es verdad, empezaba bien, fresco y motivado. Pero después de un
tiempo la fatiga se apoderaba de mí. No había perdido motivación. Pero aquellos
párrafos en los que al principio del día empleaba 10 minutos para simplemente leerlos,
según avanzaba el día el tiempo se incrementaba de forma exponencial para leer
párrafos de igual complejidad a los de la mañana. Luego eran 12 minutos, 15, 25, 40, 1
hora, …

Pero… ¡si existe otra forma!


Unos años después, cuando empecé a investigar sobre distintas formas de afrontar el
estudio, me di cuenta de que estaba completamente equivocado siguiendo la estrategia
del todo para el final. En aquellos momentos ni siquiera me planteaba que pudiese estar
mal y además me permitía pasar unos primeros meses antes del examen centrado en
cosas como el deporte o las fiestas y los fines de semana de forma exclusiva. Pero ahora
veo que cambiando dicha estrategia por algo más respetuoso con mi mente y mi cuerpo,
los resultados habrían sido infinitamente mejores. Además, habría podido disfrutar
plenamente del deporte, los fines de semana y demás, sin remordimientos de conciencia
por no estar estudiando. Tampoco habría ido exhausto al examen ni mi rendimiento
habría sido tan mediocre como consecuencia de ello.

Problema resuelto
Intervalos cortos de tiempo son la solución para mí. Siempre había pensado que se
trataba de estudiar durante horas seguidas lo que debía hacerse para aprobar y, si encima
se querían sacar notas brillantes, entonces más horas todavía. No hablemos ya de la
preparación de Oposiciones o exámenes de reválida del tipo de la Selectividad de hace
años en España. En este tipo de pruebas se examina sobre una cantidad ingente de
información en muy pocos días. Por lo que yo pasaba que para aprobar algo así tenías
que encerrarte en casa y eliminar cualquier contacto con el exterior durante meses para
poder tener alguna opción de aprobar.

Cómo
La duración de los intervalos puede variar para cada persona. Un reloj de cuenta atrás
cualquiera sirve para llevar el control.

En mi caso, los ciclos de estudio son de unos 40 minutos. Repartidos de la siguiente


forma:

 1ª parte: 2 minutos de respiración, entrada en un nivel de concentración ideal para


el estudio y fijación de mi objetivo en mente;
 2ª parte: estudio durante 30 minutos;
 3ª parte: actividad de tipo físico durante 5 minutos (subir y bajar una planta por
las escaleras, barrer, fregar los platos del desayuno, …).

Los tiempos son modificables, pero como norma general siempre se respetan. Uno de
los motivos por los que esto es así es porque de esta forma aumenta mi sensación de
control. Yo estoy llevando las riendas del asunto. El estudio no me puede a mí ya que
estoy cumpliendo en todo momento con el horario fijado.

Hay ocasiones en las que estoy en medio de un cálculo o memorizando algo y me


encuentro inspirado por lo que no quiero romper ese momento. De ser así, procuro
prolongar lo mínimo esos 30 minutos de la segunda parte hasta terminar con lo que
estaba.

Consecuencias
Los principales beneficios que encuentro son (además de la confianza en mí mismo que
me da el hecho de estar en control de la situación)

 alto rendimiento y puesta en perspectiva de lo estudiado,


 equilibrio de esfuerzos.

Respecto al alto rendimiento alcanzado, aclarar que se debe principalmente a que


respeto las necesidades de mi cuerpo en este sentido. Si prolongo la 2ª parte mucho más
de esos 30 minutos, el esfuerzo que tengo que hacer para mantener la concentración es
tremendo. Cuando hablo de puesta en perspectiva me refiero a que, tras volver de la 3ª
parte, cuando repaso el objetivo que quiero cumplir al estudiar, tengo “a vista de pájaro”
lo que he hecho hasta ahora y lo que me queda por hacer. ¿No te pasa algunas veces que
estás dándole vueltas o profundizando en un concepto que en realidad no te aporta
ningún conocimiento significativo pero en el que empleas mucho tiempo o esfuerzo y
no te das cuenta del tiempo por lo que sigues y sigues con ellos? A mí me ocurre
algunas veces y gracias a los intervalos de 40 minutos cada vez menos. Porque al tener
que parar a los 30 minutos y luego volver a repasar mi objetivo en la 1ª parte del
siguiente intervalo, me doy cuenta de no debo seguir empleando más tiempo en ello.

Sí, pero ¿cómo?


El secreto para averiguar cuál es el tiempo ideal de tus intervalos es probar y escuchar a
tu cuerpo. Él te dirá qué te viene mejor a ti.

Ahora acabo porque la alarma de mi reloj acaba de saltar y, si quiero seguir en control,
debo parar ahora mismo. En otro artículo hablaré del número ideal de intervalos de
tiempo de estudio en un día. Por el momento, quizás quieras probar a estudiar el
siguiente tema a intervalos como los arriba expuestos.

http://www.elartedelamemoria.org/2008/08/22/intervalos-de-estudio/

2 poderosas razones por las que estar relajado


cuando lees o memorizas
Por Luis 6 comentarios

La tensión es un gran enemigo a la hora de leer o estudiar. Si tus músculos están tensos,
tu cuerpo tiene que trabajar para seguir manteniéndolos en esa situación de esfuerzo, por
lo que no dispones de todos tus recursos para la tarea que tienes delante.

¿Qué dos importantes razones hay para querer estar relajado justo antes y durante una
sesión de lectura o memorización?

1. Ahorro de tiempo. Lo vas a utilizar mucho mejor. Más eficientemente. Lees a una
velocidad mayor y memorizas más rápidamente.
2. Mayor facilidad para memorizar y [mayor facilidad para] comprender lo que lees.

¿Por qué?
 El nivel de concentración que alcanzas es superior al que llegas cuando estás
tenso y además lo mantienes elevado durante más tiempo
 Tu capacidad de atención aumenta
 Tu imaginación y tu creatividad ven el camino libre. No encuentran tantos
obstáculos para entrar en escena que cuando estás bajo tensión. Y ya sabes lo que
ocurre cuando utilizas tu imaginación y creatividad para memorizar:
 Elaboras rápidamente los enlaces que necesitas para recordar la
información, siendo más llamativos, llenos de color, humor, sonido,
exageración, movimiento, … Para más detalles puedes leer “Las claves
para memorizar (II): Enlace (o Asociación)“

Y, para leer:

 Visualizas lo que tienes escrito delante tuya. Y ésta es una habilidad de
personas que leen a gran velocidad: visualizan el texto creando imágenes de
lo que están leyendo.

 Todo te cuesta menos esfuerzo, tu energía no se malgasta sino que se emplea en


lo que tienes delante
 Alcanzas mejores resultados
 Eres más productivo y eficiente, consigues más con menos

De forma que, para sacarle el mayor partido a una sesión de lectura o memorización,
elimina las tensiones (mentales o físicas) que puedas tener para que no estén presentes
ni antes ni durante el tiempo que dure tu lectura o tu tiempo de memorización. Notarás
la diferencia desde el principio. Si no estás seguro, haz la prueba y cuéntanos.

Un poco de estrés no es malo

En situaciones emocionales o de estrés moderado, la activación de


estructuras cerebrales como la amígdala y la liberación en la sangre de
hormonas como la adrenalina y los glucocorticoides pueden contribuir a
la facilitación del aprendizaje y la memoria actuando directa o
indirectamente sobre los circuitos neuronales del cerebro. Los
glucocorticoides regulan además la presencia de los mencionados
receptores NMDA en el cerebro, y promueven cambios epigenéticos que
facilitan en el ADN de las neuronas la expresión de los genes que hacen
posible la síntesis de las moléculas necesarias para formar las memorias.
Un modo de inducir esa emoción o estrés moderado en los alumnos
consiste en proporcionarles antes de nada información motivadora sobre
la materia a aprender, algo que conocen sobradamente los buenos
docentes.

8. Homenaje a la lectura

De todas las actividades intelectuales potenciadoras de capacidades


mentales la más asequible y la que proporciona un mejor balance
costo/beneficio es, sin duda, la lectura. Leer es uno de los mejores
ejercicios posibles para mantener en forma el cerebro. Es así porque la
actividad de leer requiere poner en juego un importante número de
procesos mentales, entre los que destacan la percepción, la memoria y el
razonamiento. Cuando leemos, activamos preferentemente el hemisferio
izquierdo del cerebro, que es el más dotado de capacidades analíticas en
la mayoría de las personas, pero son muchas las áreas cerebrales de
ambos hemisferios que se activan e intervienen en el proceso.
Decodificar las letras, las palabras, las frases y convertirlas en sonidos
mentales requiere activar amplias áreas de la neocorteza cerebral.
Las evaluaciones orales generan una memoria a largo plazo
mucho mejor que la que resulta del tipo de estudio consistente
en repasar una y otra vez textos o apuntes de una materia
Las cortezas occipital y temporal se activan para ver y reconocer el valor
semántico de las palabras. La corteza frontal motora se activa cuando
evocamos mentalmente los sonidos de las palabras que leemos. Los
recuerdos que evoca la interpretación de lo leído activan poderosamente
el hipocampo y el lóbulo temporal medial del cerebro, que son zonas
críticas para la memoria. Las narraciones y los contenidos emocionales
del escrito, sean o no de ficción, activan la amígdala y demás áreas
emocionales del cerebro. El razonamiento sobre el contenido y la
semántica de lo leído activa la corteza prefrontal y la memoria de trabajo.
La lectura refuerza también las habilidades sociales y la empatía,
además de reducir el nivel de estrés del lector. El libro y la lectura, como
gimnasio asequible y barato para la mente, deberían incluirse en la
educación desde la más temprana infancia y mantenerse durante toda la
vida.

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