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Instituto de Pedagogía Crítica

Maestría en Pedagogía
Seminario “Pensamiento Pedagógico Contemporáneo”
Estudiante: Manuel Palacio

Análisis del pensamiento de Antón Makarenko

Makarenko puede considerarse uno de los grandes pedagogos de la Unión Soviética, toda su
práctica educativa y su reflexión teórica tuvo lugar a lo largo de la construcción de la Rusia
socialista de hecho, Makarenko tuvo como una finalidad de su obra, la construcción de los
hacedores de esa sociedad en pleno surgimiento. Como estudiamos, la práctica pedagógica
de este educador se desarrolló mayormente en instituciones tipo internados, donde se
encontraban niños y niñas marginalizados, abandonados, luego de la revolución de 1917,
Estos niños debían ser reeducados.
La práctica de Makarenko, podríamos decir hoy que tenía una orientación más cercana a la
pedagogía social o sociopedagogía, si bien comenzó como maestro de una escuela primaria,
su formación, interés y reconocimiento lo llevaron a involucrarse de lleno en el trabajo con
niños marginados, en instituciones que iban más allá de lo escolar, es en esas instituciones
que irá construyendo su propuesta pedagógica, más allá de las teorías existentes y más
cercano a la experimentación cotidiana de las colonias.

La crítica al Olimpo pedagógico y la ruptura con las teorías educativas del momento
Un hito importante del encuentro de Makarenko con los colonos, es la crisis que sufren con
sus colegas, al sentir que las teorías de los grandes pedagogos le eran inservibles con los chicos
de la colonia Gorki, lo manifestaba de esta manera en el capítulo 10 de su poema pedagógico:
“En las nubes y en sus proximidades, en las cumbres del «Olimpo» pedagógico, toda
técnica pedagógica en el terreno de la educación propiamente dicha era tenida por una
herejía. En las «nubes» se consideraba al niño como un ser henchido por un gas de
composición especial, cuyo nombre ni siquiera se había tenido tiempo de inventar. [...]
Se suponía (hipótesis de trabajo) que ese gas poseía la facultad del autodesarrollo y
que lo único que hacía falta era no ponerle trabas. Sobre ello se habían escrito muchos
libros, pero todos ellos repetían, realmente, las sentencias de Rousseau: «Tratad a la
infancia con veneración...», «Tened cuidado con poner trabas a la naturaleza...». El
dogma principal de esta doctrina consistía en que, en esas condiciones de veneración y
de obsequiosidad para con la naturaleza, el gas arriba mencionado tendría que
producir obligatoriamente, la personalidad comunista. Pero en las condiciones de la
naturaleza pura, lo que realmente surgía era sólo lo que podía brotar de una manera
natural, es decir, la vulgar maleza del campo. Ahora bien, este hecho no turbaba a
nadie: para los moradores de las nubes lo que tenía valor eran los principios y las ideas.
Mis indicaciones acerca de la discordancia práctica entre la maleza obtenida y el
proyecto que debía forjar la personalidad comunista eran tildadas de practicismo.
Cuando deseaban subrayar mi verdadera naturaleza, decían: «Makarenko es un buen
práctico, pero se orienta débilmente en la teoría»”.

La cita también nos muestra la ruptura que Makarenko hace con los planteos pedagógicos
románticos, especialmente con Rousseau y la idea de niño que éste plantea. Para el pedagogo
Soviético el niño no es una potencialidad a guiar, eso solo conduce a que crezca “maleza”,
para él la educación en una acción que direcciona, construye a hombres y mujeres, es una
práctica intencional de transformar en una dirección explícita a niños y niñas.
En sus últimos años Makarenko relataba en radios y también en libros recomendaciones para
las familias, sobre cómo educar a sus niños, él sostenía que la familia debía encargarse
seriamente de sus niños, con coherencia, disciplina y rectitud, esas directrices venían dadas
por el gobierno central, Makarenko hace otra ruptura con el lugar de la familia que proponían
los pedagogos anteriores, para él la familia tiene un lugar subsidiario en la formación de niñas
y niños.

La finalidad de la educación: la formación de hombres y mujeres comunistas


Makarenko entendió que el libre desarrollo de niños y niñas de ninguna manera significaba el
pleno desarrollo de éstos. Su preocupación principal fue la reeducación de los niños y su
inclusión en el proceso revolucionario que tenía lugar en Rusia, dicho proceso era altamente
complejo y difícil en términos políticos, sociales y económicos, tenía bien en claro que los
deseos individuales no debían ser aplacados, pero al mismo tiempo, debían subordinarse a las
necesidades sociales y colectivas de la revolución. Su práctica pedagógica estaba guiada
directamente por esa finalidad: la formación de mujeres y hombres socialistas, proletarios.
Estos hombres y mujeres no podían hacerse bajo los influjos de las pedagogías “burguesas”,
su experiencia significó un gran aporte a la pedagogía Soviética.

Principios metodológicos: Colectividad, autogestión y trabajo productivo


Desde su lugar como director en la Colonia “Gorki” Makarenko se decidió a elaborar una
propuesta que surgiera de su propia práctica, la sensación de soledad e inutilidad que le
produjeron los desarrollos teóricos de los pedagogos del momento, las dificultades materiales
y el comportamiento de los colonos, le dejaron pocas opciones. A partir de ciertos
presupuestos del materialismo histórico, comenzó a ensayar ciertas acciones que, en un
tiempo corto empezaron a darle resultados, no sin fracasos y muchos incidentes (es famoso
el incidente que tiene con un colono al cual, en un ataque de ira lo abofetea, y sin esperarlo
empieza a obtener reconocimiento por parte de estos) y con mucha paciencia, Makarenko
empezó a conducir a los niños y jóvenes en desafíos organizativos que hacían a la vida
cotidiana y el mantenimiento de la colonia. La organización diaria, la toma de decisiones, el
reparto de tareas, el acopio de mercadería, la disciplina, entre otras se decidían en formas
colectivas y participativas, era fundamental que la colectividad tuviera metas claras,
Makarenko decía “Un carácter se puede formar sólo mediante una prolongada participación
en la vida de una colectividad bien organizada, disciplinada, forjada y orgullosa”. Una vez
incorporada estas prácticas, las dinámicas colectivas le permitieron superar las urgencias
materiales de la colonia y la abundante producción permitió que los colonos llevaran adelante
la autogestión casi total de la colonia, sin la necesidad de seguir recibiendo el apoyo del
estado. Esta dinámica autogestiva estaba ligada estrechamente a la producción material del
trabajo, los colonos trabajaban duro todos los días, lo que les significaba la posibilidad de tener
al alcance variadas opciones culturales y sociales, por ejemplo, los viajes, la compra de
instrumentos musicales, materiales escolares, ropa, etc. El trabajo autogestivo se hizo más
complejo y amplio en la experiencia de la Comuna Dzerzhinski.
En la práctica de Makarenko no aparece el trabajo como algo intrínsecamente conectado con
la construcción de conocimiento escolar, más bien se nota la intencionalidad o el abandono
de la pretensión de conectarlos, Makarenko lo dijo explícitamente en distintos escritos, lo
educativo del trabajo es su sentido y finalidad social, su actividad en sí misma.
La formación de mujeres y hombres socialistas se complementaba con juegos, gimnasia,
hábitos de aseo y orden, música, teatro, literatura, etc. estas acciones eran muy importantes
para el pedagogo soviético, fue su intención de formar sujetos integrales, voluntariosos,
esforzados, disciplinados, que obedecieran conscientemente a los dirigentes y, a la vez
estuvieran preparados para dirigir, dejando de lado todo interés egoísta.

Consideraciones finales
En la praxis pedagógica de Makarenko los maestros tienen un lugar importante, concentran
en ellos la máxima autoridad de la colectividad, son quienes organizan, delegan y marcan los
tiempos de la vida en la colonia, más allá de resaltar el valor que tienen para Makarenko, es
importante decir también que esta posición marca cierta verticalidad y autoritarismo en la
relación pedagógica.
La subordinación individual a las necesidades del colectivo, la rigidez de ciertos planteos y la
férrea disciplina de las colonias, no aparecen acompañadas en sus escritos, con la
problematización de la alienación que estas prácticas pueden causar en los sujetos, la
alienación también es parte del corpus teórico marxista, sin embargo, aparece casi totalmente
invisibilizado en su obra.
Makarenko estuvo empeñado en la construcción de una pedagogía científica que permitiera
la construcción de sujetos comunistas, se trataba de elaborar un teoría educativa general,
pero debo decir, que es complicado traspolar su propuesta de manera completa, esto no
quiere decir que sus experiencias no se hayan expandido a otros espacios, pero a diferencia
de Freinet y sus “técnicas”, Makarenko no señalaba la posibilidad de reconstruir su propuesta.

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