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La Ofrenda del Holocausto

Cinco principales sacrificios y ofrendas eran esenciales para el Tabernáculo y


la adoración en el templo.
La tribu de Leví fue apartada como sacerdotes y funcionarios del Estado. Los
que no eran descendientes de Aarón ayudaban a los sacerdotes, guardaban el
Tabernáculo, y movían el campamento en el desierto. Había coros en tiempos del
Rey David e instructores de las personas. Los Diezmos sostenían al Tabernáculo
y el Templo, los Levitas y a los pobres
La religión Judía prohíbe absolutamente los sacrificios
humanos. Normalmente los sacrificios de animales se realizaban delante del
tabernáculo o templo. Los sacrificios de sangre eran del reino animal y eran sin
mancha, y no menos de ocho días de edad y no mayor a tres años de edad.
El adorador legalmente se purificaba, el animal era llevado al sacerdote, con el
cual él se identificó a sí mismo imponiendo sus manos sobre la cabeza del animal
(Levítico 1:4). La palabra para "sentar las manos sobre " tiene la idea de
apoyarse, o descansar sobre el animal. El adorador simbólicamente se
identificaba con el animal como su sustituto, presionando fuertemente sobre él
con las manos. El adorador estaba personalmente implicado en el asesinato, en el
desollado y la preparación del sacrificio. El sacerdote realizaba los rituales en los
sacrificios.
El holocausto (Levítico 1:3-17), olah es "lo que sube," y se refiere probablemente a que
el humo del sacrificio totalmente consumido es elevado hacia Dios. Consistía en un animal
macho de vaca, oveja o ave y era consumido por completo, a excepción de la piel, por el
fuego del altar. La piel era entregada al sacerdote y la sangre del sacrificio era rociada
alrededor del altar. Esta ofrenda diaria era hecha para la nación y para los individuos para
garantizar la expiación (v. 4). Una ofrenda de culpa de pecado generalmente continuaba
después del holocausto.
La idea central del holocausto era la entera consagración a Dios desde que el fuego
consumió el animal. Simbolizo el abandono de sí mismo y la entrega personal a Yahvé. A
causa del pecado personal, era necesario que la persona muera espiritualmente. No había
ninguna reserva ya que el sacrificio fue cedido al Señor en nombre de la
persona. . Jesucristo vino a hacer la voluntad de Su padre. ¿Qué mayor demostración por el
hecho de que podemos encontrarlo a Él como la ofrenda consumida totalmente de sí
mismo en la cruz? Jesús dijo: "He descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la
voluntad del que me envió" (Juan 6:38). Él vino a concluir este trabajo (4:34). Se dedicó
por completo a la voluntad de Dios. Él oró: "No se haga mi voluntad, hágase tu
voluntad." Esto totalmente lo consumió. Él fijo su rostro hacia la cruz y no vaciló. Era todo
o nada.
Todos los sacrificios de animales señalaban la muerte de Cristo. Cristo nuestra
consagración fue consumado por completo en el altar por la sentencia de fuego de Dios. Él
fue consumado totalmente por la voluntad de Dios para obtener nuestra justificación.
Hebreos capítulo diez enfatiza en el único sacrificio de Cristo, suficiente para expiar el
pecado.
"En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo
hecha una vez para siempre. Ciertamente, todo sacerdote está día tras día ministrando y
ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados.
Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se
ha sentado a la diestra de Dios" (Hebreos 10:10-12).
Se trataba de un sacrifico de una vez y para siempre, que nunca se repite como los
sacrificios de animales que sólo podían señalar y enseñar acerca de la venida del sacrificio
perfecto por el pecado. No podían hacer a ninguna persona perfecta delante de los ojos de
Dios (10:1-3). Todo sacrificio era un recordatorio constante de los pecados del
pueblo. "porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los
pecados" (v. 4). Sin embargo, "Y así, con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a
los santificados" (v. 14).
Jesucristo vino y pagó nuestra deuda de pecado en su totalidad. Cada creyente está
cubierto por medio de Su sacrificio.

No sólo tenemos un sacrificio perfecto en el Cordero de Dios, pero también tenemos un


Sumo Sacerdote perfecto "que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos
sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los pecados
de la gente, sino porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo"
(9:27).

Cristo no ofreció Su sacrificio perfecto en el Templo hecho de manos "sino a través de


Su propia sangre, Él entró en el santuario una vez para siempre, habiendo obtenido eterna
redención.... ¿Cuánto más la sangre de Cristo, que a través de su Espíritu eterno se ofreció
a si mismo sin mancha a Dios, limpió vuestras conciencias de obras muertas para que
sirvamos al Dios vivo?"(9:12, 14).
No había ninguna reserva por parte de Cristo. Hubo completo sometimiento a la
voluntad del Padre a muestro favor. Como el escritor de Hebreos lo dice claramente, Su
sacrificio perfecto hace posible que el creyente se consagre como un sacrificio vivo a Dios.
Ahora le pertenecemos a Él. Él nos compró. "Pues habéis sido comprados por precio;
glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo" (1 Corintios 6:20). Ahora somos hechos
sacrificios vivientes. Por el sacrificio de Cristo, ahora podemos ser lo que Dios
originalmente destinó para nosotros. Podemos vivir en justicia. Pablo lo expresó así:
"Por lo tanto, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros
cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro verdadero culto. No
os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro
entendimiento, para que comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y
perfecta" (Romanos 12:1-2).
Él nos cambia de adentro hacia afuera. Ahora que tenemos una posición delante de Dios,
hemos de vivir vidas justas delante de Él. Pablo usa un término técnico para ofrecer un
sacrificio levítico. Toda nuestra persona se convierte en un sacrificio de adoración a través
de nuestras experiencias diarias. Presentémonos de una vez por todas con nuestros cuerpos
para la disposición de Dios. Ahora podemos ser, un sacrificio agradable a Él. Nuestro
sacrificio a diferencia de los sacrificios del Templo, es vivo. Pablo nos exhorta a "Y andad
en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y
sacrificio a Dios en olor fragante" (Efesios 5:2). Ahora que he sido redimido, toda mi vida
es adoración. Ahora es mi estilo de vida. Esto transforma la forma en que vemos nuestras
vidas y el propósito de Dios para nosotros en esta tierra. Nuestra vida puede ser ahora un
aroma "fragante" a Dios, antes que el hedor del pecado y la muerte. Que la dulce fragancia
de Jesús te contagie. Nosotros, también, ahora podemos ser consumidos por la voluntad de
Dios. Ahora somos la ofrenda del Holocausto para nuestro Dios.
El deseo del creyente en Cristo es: "No se haga mi voluntad, sino la tuya." La gracia de
Dios nos transforma desde el egoísmo a un estilo de vida que es consagrado a Dios. Nos
sometemos a Él como Señor y Maestro de nuestras vidas. En esa sumisión a la voluntad de
Dios encontramos alegría, paz y vida abundante. Un sacrificio vivo produce el fruto del
Espíritu en la vida cotidiana del creyente.
Si tú nunca has hecho un compromiso único y para siempre con Cristo Jesús ¿Quisieras
hacerlo ahora mismo?
El holocasuto de hoy (5)

En la actualidad, no ofrecemos holocaustos a Dios trayendo un cordero, un becerro o dos palomas.


Todo esto, era un simbolismo de Jesús, el verdadero "cordero de Dios que quita el pecado del
mundo", pero sin duda, los principios presentados en este tipo de sacrificio, siguen vigentes hasta
nuestros días.El apóstol Pablo dice: "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios,
que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto
racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro
entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta."

Según lo expresado, hoy en día continuando presentando "sacrificios" a Dios. Ya no son animales
lo que ofrecemos, sino que nos presentamos a nosotros mismos ante él. Nuestros cuerpos y
nuestras facultades intelectuales, deben ofrecerse al servicio y todo nuestro ser debe estar
santificado.

Dios quiere que no nos conformemos a este siglo, desea transformarnos, somos llamados a ser
distintos. Esto, sólo puede lograrse por una entrega completa a Dios, así como se hacía con el
holocausto bíblico.

Te extiendo la invitación a que tu cuerpo, tu mente, tus capacidades, tu vida entera sea entregada
completamente en las manos del Señor. Esta es una decisión de la cual nunca te arrepentirás.

publicado por juan en 5:43 5 comentarios:

martes, 28 de octubre de 2008

Estar dispuesto a darlo todo (4)

El holocausto era una de las maneras en que las personas de la antigüedad manifestaban su deseo
de entregar todo a Dios sin reserva alguna. Recordemos que en este tipo de sacrificio, la persona
entregaba todo el animal para ser quemado en ofrenda para Dios, no se guardaba nada para sí.

Uno de los aspectos que se mencionó de los holocaustos bíblicos, era su carácter voluntario. Dios
no pedía holocaustos, los mismos salían del corazón de la persona.Sin embargo existe unpersonaje
bíblico al cuál Dios le pidió un holocausto y del todo especial. Cierto día Dios dijo a Abraham:
“…Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quién amas y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en
holocausto sobre uno de los montes que yo te diré”. (Génesis 22: 2).Dios no sólo estaba pidiendo
un holocausto, sino que pedía a Abraham que ofreciera a su propio hijo.

¿Cuánto estarías dispuesto a dar por Dios?

Sin duda alguna no fue fácil para Abraham tomar una decisión entre obedecer a Dios y sacrificar a
su hijo, pero es importante destacar que entre esas dos opciones haya elegido la primera, es decir,
obedecer a Dios y estar dispuesto a sacrificar a su propio hijo si eso era lo que Dios pedía.En
realidad, Dios no quería que Abraham matara a su hijo, tampoco era una especie de “juego” para
ver la resistencia de este hombre. Pero ese día él aprendió verdades preciosas.

En el mismo momento que Abraham estaba por matar a su hijo, una voz del cielo le dice… “No
extiendas tu mano sobre el muchacho”, al desviar su mirada, Abraham se dio cuenta que un
carnero había quedado atrapado en una planta y entendió que este era el regalo de Dios para que
él no sacrifique a su hijo. ¡¡¡Con cuánta alegría reemplazó a su hijo por este carnero!!!

Este carnero ocupó el lugar de Isaac y es la representación de aquel que también ocupó mi lugar y
el tuyo. Jesús murió para que tengamos vida y en abundancia!!! Como habrás notado, el
holocausto era dar todo a Dios y la única razón para hacerlo era porque Dios da todo por el ser
humano. No temas darle hoy mismo a Dios tu corazón de manera completa, sin reservas. Ese es tu
holocausto de hoy.

Cuestión de gratitud (3)

Jesús muchas veces utilizó parábolas para dar a conocer las verdades celestiales a las personas.
Estas ilustraciones tienen como objetivo principal explicar lo que no vemos a partir de lo que
conocemos o con lo que nos relacionamos cada día.

Pero también hay historias en la Biblia que funcionan como “parábolas vivientes”, es decir, la
experiencia de los personajes bíblicos, son ejemplos que me ayudan a entender lo que no veo.

¿Qué historias bíblicas nos ayudan a entender lo que significaba un sacrificio como el holocausto?
hay varias, una de ellas es la historia de Noé.
Significado del holocausto en la vida de Noé:

Noé vivió en una época difícil, la sociedad de su tiempo pensaba continuamente sólo el mal (Gn. 6:
5), y a causa de esto, se le dio a la humanidad un plazo de 120 años para cambiar el curso de su
historia (Gn. 6: 3).Noé predicó durante ese tiempo rogando a la gente que cambiara su vida y la
prueba era un arca. La tierra sería destruida por un diluvio y todo aquel que quisiera salvarse podía
entrar al arca. Todos conocemos la historia… aún los animales comprendieron, pero de las
personas sólo 8, entraron al arca

¿Cuánto tiempo estuvo Noé y su familia dentro del arca?

Muchos piensan que tan sólo 40 días… pero este fue el tiempo que llovió. Incluso Noé y su familia
entraron al arca 7 días antes de que empezara a llover. La Biblia nos ayuda al relatar que el diluvio
comenzó a los 17 días del mes segundo cuando Noé tenía 600 años (Gn. 7: 11), y que salieron del
arca a los 27 días del mes segundo del año 601 de Noé, es decir, estuvieron poco más de un año
dentro del arca. Entonces al salir… ¿Qué fue lo primero que hizo Noé? Creo que lo estás
imaginando… sí, ofreció un holocausto (Gn. 8: 20).

¿Por qué un holocausto?

Porque el holocausto, al ser voluntario, al nacer del corazón de una persona sin que Dios lo pida,
era una manera de demostrar agradecimiento por las cosas dadas por el Señor. Noé demostró allí
el inmenso agradecimiento que tenía para con Dios. No fue el arca lo que salvó a los animales, a él
y a toda su familia, el arca sólo fue un medio por el cuál Dios los cuidó de la calamidad.

¿Cuán agradecido sos con Dios? A veces vivimos como si mereciéramos todo lo que tenemos,
pero… ¿te detuviste a pensar alguna vez que Dios es quien da todas las cosas?Por ello la actitud de
Noé es un claro ejemplo del significado que tenía un holocausto.

Él podría haber pensado: “yo construí el arca” “mis manos salvaron a estos animales, a mi familia y
a mí mismo de perecer en las aguas del diluvio”, pero ese no fue su pensamiento, en lugar de esto,
estaba tan agradecido a Dios que al salir del barco lo primero que hizo fue edificar un altar y
ofrecer voluntariamente un holocausto para Dios.

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