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UNIVERSIDAD MARIANO GALVEZ

Sede Coatepeque
Licenciatura en Enfermería
CURSO: ETICA PROFESIONAL
Catedrático: Lic. Eleazar Caballero

SESION 1: a) Concepto, ubicación y clasificación de la Etica


b) Bioética y Etica Profesional

A.- CONCEPTO, CLASIFICACION Y UBICACIÓN DE LA ETICA

La ética se relaciona con el estudio de la moral y de la acción humana. El concepto proviene del término griego ethikos, que significa “carácter”.
Una sentencia ética es una declaración moral que elabora afirmaciones y define lo que es bueno, malo, obligatorio, permitido, etc. en lo
referente a una acción o a una decisión.

Por lo tanto, cuando alguien aplica una sentencia ética sobre una persona, está realizando un juicio moral. La ética, pues, estudia la moral y
determina cómo deben actuar los miembros de una sociedad. Por lo tanto, se la define como la ciencia del comportamiento moral.

Claro que la ética no es coactiva, ya que no impone castigos legales (sus normas no son leyes). La ética ayuda a la justa aplicación de las normas
legales en un Estado de derecho, pero en sí misma no es punitiva desde el punto de vista jurídico, sino que promueve una autorregulación.

La ética puede dividirse en diversas ramas, entre las que se destacan la ética normativa (son las teorías que estudia la axiología moral y la
deontología, por ejemplo) y la ética aplicada (se refiere a una parte específica de la realidad, como la bioética y la ética de las profesiones).

Respecto a los autores fundamentales en el estudio de la ética, no puede obviarse al alemán Immanuel Kant, quien reflexionó acerca de cómo
organizar las libertades humanas y de los límites morales. Otros autores que analizaron los principios éticos fueron Aristóteles, Baruch Spinoza,
Jean-Paul Sartre, Michel Foucault, Friedrich Nietzsche y Albert Camus.

CLASIFICACION DE LA ETICA

Ética de Epicuro: según este personaje y sus seguidores, aquello que produce placer es bueno, ya que el placer es el propósito de la vida. El
placer fue definido como la paz del alma y el bienestar del cuerpo. Si al alma se encuentra en un estado de paz, las necesidades físicas serán
menores. Sin embargo el placer no debe ser algo descontrolado, si no que todo lo contrario, debe ser totalmente racional y moderado. Lo malo
es definido por esta corriente como lo que causa malestar a las personas, ya sea a nivel corporal, mental o espiritual.

Ética cristiana: casi todas las religiones poseen un elemento moral y tratan la problemática de la ética. Se considera que el principio de las
religiones por excelencia es tratar a los demás como nos gustaría ser tratados. En cuento a la corriente cristiana propiamente dicha, la ética es
considerada como el obrar, de buena o mala manera. Jesús mismo lo encomendó cuando dijo que hay que querer al prójimo como a uno mismo.

Ética utilitarista: la base de esta ética consiste en aumentar los buenos resultados para la mayor parte de la población. El bien o el mal de las
normas o el accionar quedan supeditados al uso que le puede dar la humanidad. Las respuestas que se producen deben llevar a la satisfacción y
la felicidad. En pocas palabras esta ética podría ser definida como “la mayor felicidad para la mayor cantidad de individuos”

Ética del deber: esta ética surge a partir de la filosofía de Kant. La base es la experiencia. El propósito de esta corriente es liberar a la humanidad
de los dogmas, para crear una ética totalmente racional. Esta debe depender de los juicios personales de los individuos. La subjetividad está
totalmente permitida ya que la moralidad puede variar dependiendo de los individuos.

Ética estoica: la moral según esta corriente depende de vivir de acuerdo a la naturaleza, ya que los hombres son parte de la misma. Es decir que
es necesario vivir en armonía con el cosmos y debe ser hecho lo que la razón determina. Esta es la base de la ética kantiana.

Ética marxista: esta ética tiene influencias de la economía, la filosofía, la teología y los escritos marxistas. La base es la lucha de las clases y el
materialismo histórico. Según el marxismo la sociedad se cambia regularmente, los cambios sociales permitirán acceder a un estado superador,
el socialismo. Como bien lo indica la dialéctica nos encontramos sometidos al cambio, no solo social e ideal, si no ue también la moral se
encuentra sometido al cambio. Su objetivo final es alcanzar una sociedad que no posea divisiones de clases. Según esta teoría, el estado
socialista resulta inevitable.

Ética Profesional: la ética profesional estudia las normas vinculantes recogidas por la deontología profesional. La ética sugiere aquello que es
deseable y condena lo que no debe hacerse, mientras que la deontología cuenta con las herramientas administrativas para garantizar que la
profesión se ejerza de manera ética. Cada profesión está supeditada a su Código Deontológico que en algunos casos, como Medicina,
Enfermería, Derecho, pueden tener la categoría de Ley.

LOS VALORES ETICOS UNIVERSALES

Se pueden clasificar en dos grupos a los valores éticos: Personales y


Públicos. Valores Éticos Públicos son los valores establecidos en la sociedad
para la sana convivencia entre las personas.
Valores Éticos Personales se denominan a los valores de cada
individuo. Solidaridad, Igualdad, Tolerancia, Paz, Diálogo, Libertad,
Equidad, Justicia Social.
Autenticidad, Creatividad, Honradez, Lealtad, Felicidad,
Amistad, Ternura, Profesionalidad, Autoestima

b.- BIOETICA Y ETICA PROFESIONAL, CONCEPTO Y PRINCIPIOS

CONCEPTO DE BIOETICA:

La Bioética es la disciplina que trata los problemas morales relacionados, no sólo con la persona sano o enferma, la familia y la
comunidad, sino que abarca además a todos los seres vivos que tienen relación con los seres humanos, es decir, los animales y las
plantas que forman parte de su entorno. Abarca el marco de valores que debe regir la filosofía de la profesión, en la época actual,
incluye tanto los principios de la ética médica y de Enfermería tradicionales, como los más recientes incorporados por la Bioética, y
jerarquiza además, las virtudes éticas que deben caracterizar a todo buen profesional de Enfermería.

LOS PRINCIPIOS UNIVERSALES DE LA ETICA

Principio de Beneficencia

En el ámbito médico, este principio obliga al profesional de la salud a poner el máximo empeño en atender al paciente y hacer cuanto pueda
para mejorar su salud, de la forma que considere más adecuada. Es un principio ético básico que se aplica primariamente al paciente, aunque
también a otros que pueden beneficiarse de un avance médico en particular. Es el principio ético primero de las actuaciones médicas y responde
al fin primario de la medicina, que es el promover el bien para el enfermo y la sociedad; en él se han fundamentado los códigos médicos, desde
el Juramento de Hipócrates.
La palabra beneficencia tiene aquí su sentido etimológico, no el de una caridad ineficaz y paternalista y resulta más adecuada que el de
benevolencia, en cuanto subraya el hecho de tener que hacer efectivamente el bien y no simplemente querer hacerlo o desear
hacerlo.

Principio de no-maleficencia

La práctica médica ha estado asociada con la máxima latina primum non nocere, “sobre todo, no hacer daño” que los médicos hipocráticos
practicaban y enseñaban. Este principio es distinto a la beneficencia, ya que el deber de no dañar es más obligatorio que la exigencia de
promover el bien. Implica, sobre todo, el imperativo de hacer activamente el bien y de evitar el mal. El daño que se hace a una persona es más
rechazable, en ciertas circunstancias, que el de no haber promovido su bien; la exigencia ética es más imperativa. De este principio se derivan
para el médico normas concretas como “no matar”, “no causar dolor”, etc.

Principio de autonomía

Este principio se basa en la convicción de que el ser humano debe ser libre de todo control exterior y ser respetado en sus decisiones vitales
básicas. Se refiere al respeto debido a los derechos fundamentales del hombre, incluido el de la autodeterminación. Es un principio
profundamente enraizado en el conjunto de la cultura occidental, aunque ha tardado en tener repercusiones en el ámbito médico. Significa el
reconocimiento de que el ser humano, también el enfermo, en un sujeto y no un objeto.
Cabe aclarar que el reconocimiento de este principio no significa que la decisión moral no tenga en cuenta el bien de los demás; la autonomía no
significa automáticamente que el paciente haga o elija lo que quiera. Sucintamente, el principio de autonomía significa, en el terreno médico,
que el paciente debe ser correctamente informado de su situación y de las posibles alternativas de tratamiento que se le podrían aplicar.
Asimismo, significa que deben respetarse las decisiones de los pacientes que, después de una adecuada información, tienen la suficiente
competencia para tomar la decisión. En cualquier caso, no debe entenderse de manera absoluta el principio de autonomía: no se respetan las
opciones del enfermo, aunque posea competencia, cuando son contrarias a las normas de la práctica profesional o a la ética del médico. La
conclusión más concreta del reconocimiento del principio de autonomía en el enfermo se centra en el llamado “consentimiento informado”, que
regula la relación entre el médico y su paciente.

Principio de justicia

Se refiere a la obligación de igualdad en los tratamientos y, respecto del Estado, en la distribución equitativa de los recursos para prestar los
servicios de salud, investigación, etc. Tradicionalmente, la justicia se ha identificado con la equidad, con dar a cada uno lo que le corresponde.
Esta justicia o equidad no significa que se deba tratar a todos los pacientes de la misma forma, pero sí que cada uno tenga acceso a los servicios
médicos adecuados, dignos y básicos. Asimismo, en el trato con el paciente, el PROFESIONAL EN SALUD no debe anteponer juicios de valor ni
hacer distinciones por origen racial, sociocultural o socioeconómico, creencias religiosas, ideológicas o de otra índole, sino que el médico
solamente debe ver en el paciente al ser humano sufriente que acude a él en busca de alivio a su dolor o sufrimiento.

Principio de Pertinencia Cultural: De conformidad con la doctrina de la doctora Madeleine en su actuar profesional el experto en salud debe
tomar en cuenta, valorar, respeta, promover, asumir, difundir aquellas prácticas culturales que provienen de comunidades cuya tradición
veterotestamentaria produce valor en el derecho a la salud.

Principios y virtudes de la práctica de Enfermería

La Enfermería profesional hizo suyos los tradicionales principios de la ética médica: "No dañar" y "Hacer el bien", y a ellos añadió los de: fidelidad
y veracidad. El primero es sinónimo de amor, respeto, compromiso. Ello significa ser fiel a los intereses de los pacientes que se atienden, por
encima de cualquier otro interés, siempre que no interfieran con los derechos de otros. Fidelidad al paciente, entendida como el cumplimiento
de las obligaciones y compromisos contraídos con el paciente sujeto a su cuidado, entre los cuales se encuentra el guardar el secreto profesional.

El secreto profesional o confidencialidad es la obligación de guardar reserva sobre la información que atañe al paciente que se atiende, mientras
éste no autorice a divulgarla o el silencio pueda llevar implícito el daño a terceros.

La veracidad es otro principio ético que rige el actuar de un (a) profesional en enfermería. Este principio ha estado más vinculado con el ejercicio
responsable de la profesión. Decir la verdad aunque ésta coloque al profesional en una situación difícil al tener que admitir el haber cometido un
error. Sin embargo, valdría la pena reflexionar acerca de las posibles violaciones de este principio, tanto cuando se dicen "mentiras piadosas" al
enfermo, contrario a su deseo de saber la verdad, como cuando se oculta el error de un colega u otro profesional, por "compañerismo", y con
ello se pone en peligro la salud y hasta la vida de otro ser humano, especialmente de uno que ha confiado esos bienes inapreciables a un
profesional de la salud que considera íntegro.

De todo lo anterior se infiere que no basta que la enfermera conozca los principios éticos en los cuales debe sustentar el ejercicio de su
profesión, sino que resulta imprescindible que dedique sus mejores esfuerzos a cultivar las virtudes morales que le permitirán cumplir con su
cometido social.

La honestidad, el humanitarismo, la integridad, la dignidad profesional, la justeza, la prudencia, la veracidad, la ecuanimidad, la paciencia, la
modestia, la diligencia, la lealtad o fidelidad al paciente, la perseverancia, unidas todas ellas a la generosidad y benevolencia; pero sobre todo a
la solidaridad, constituyen los patrones clásicos, y también actuales, del profesional en enfermería

En correspondencia con los principios y virtudes éticas que debe desarrollar un profesional de la salud, y en especial el profesional en
enfermería, sería una verdadera muestra de humanismo el responder, antes de iniciar la atención a cada paciente, las siguientes preguntas:

¿Qué yo haría, si este paciente fuera mi... (familiar)?


¿Cómo puedo mitigar su sufrimiento?
¿Qué es lo mejor para proporcionarle la óptima calidad de vida, en correspondencia con su estado?
¿En qué puedo ayudar o apoyar esta vida?

En conclusión, el individuo, la familia, la comunidad, la sociedad, constituyen el centro de atención y el deber ineludibles de cualquier profesional
de Enfermería que se respete como ser social, ciudadano y profesional.

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