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A la hora de realizar una actividad física, existe una reiterada preocupación: el ácido
láctico y sus efectos negativos al momento de entrenar. El ácido láctico se forma
cuando el organismo descompone carbohidratos para utilizarlos como energía, y de
esta manera lidiar con la fatiga. La mejor manera de controlarlo y neutralizar sus
contraindicaciones es comprendiendo la naturaleza de su generación y metabolización.
El lactato se produce debido a una falta de oxígeno durante la contracción muscular. Además se
establece que el lactato puede generarse bajo condiciones aeróbicas, siendo su producción el
resultado del uso de la glucosa por las células musculares bajo ciertas condiciones aeróbicas.
La acumulación de ácido láctico en los músculos no hace que los músculos se cansen antes, sino
que incluso puede permitir al músculo que se contraiga más eficientemente, lo que puede
aumentar su resistencia, tal como era el pensamiento generalizado.
El umbral del lactato será la máxima intensidad que un deportista puede mantener una actividad
durante un cierto periodo de tiempo sin que se produzca una fatiga excesiva que le obligue
directamente a abandonarla.
Un atleta posee un umbral del lactato superior a la mayoría de las personas; en la mayoría de las
ocasiones es debido a un factor genético, potenciado, eso sí, por el entrenamiento
Por ello, si nuestro objetivo es mejorar el umbral del lactato, ello pasará por potenciar la capacidad
de limpiar el lactato, y de este modo la clave será entrenar las fibras Tipo I (lentas u oxidativas)
para estimular el crecimiento y generar mayor densidad mitocondrial, además del complejo
fisiológico relacionado.
Pero claro, el anterior cuadro según la fuente, cambia el contexto. No será lo mismo una persona
que recién comienza a entrenar, que alguien que lo hizo siendo un niño, y ha mantenido ese ritmo
durante toda su vida. Ha generado una tremenda adaptación y los resultados son clarividentes:
posee una capacidad de sufrimiento al esfuerzo mayor que otras personas, y puede lograr aguantar
durante mayor tiempo dicha situación. Posee un mayor umbral del lactato.
Tal como cualquier cualidad, se puede entrenar, y es mas, hablando en estos términos, pese a al
controversia que genera, el lactato nos puede beneficiar en nuestro rendimiento.
Ciertas investigaciones, al contrario que se pensaba antaño, pueden remarcar el hecho de que el
lactato puede mejorar la contracción muscular:
La contracción muscular ocurre gracias a los impulsos eléctricos, la cual es generada en las
membranas celulares, promoviendo que el potasio se mueva dentro de la célula y los iones de
cloruro queden fuera de la misma. Sin embargo, ante un ejercicio intenso y vigoroso, aumenta la
acumulación de iones de potasio fuera de la célula. A medida que dicha acumulación va
incrementándose, en la parte externa de la célula, el impulso eléctrico es cada vez menor, y es
más, los propios iones de cloruro impiden que el potasio vuelve al interior. En este caso, el ácido
láctico elimina el cloruro, de modo que el potasio podrá volver al interior de la célula.
Así, el ácido láctico incrementa el ratio de potasio dentro del entorno celular, siendo más eficaz la
contracción muscular.
Ante lo anterior podemos extraer una clara conclusión, nuestro rendimiento será más elevado
cuánto mayor capacidad de aguantar el lactato seamos capaces de soportar.