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La enfermedad de Parkinson se caracteriza por la destrucción de estas neuronas,

llevando a una escasez de dopamina en el sistema nervioso central y, en consecuencia,


un trastorno de movimientos.

FACTORES DE RIESGO PARA EL MAL DE PARKINSON


Los síntomas de la enfermedad de Parkinson solamente ocurren cuando se destruyó
cerca del 80% de las neuronas. La causa de esta destrucción es todavía desconocida,
lo que hace que la enfermedad de Parkinson sea considerada una enfermedad
idiopática, es decir, sin causa definida. Sin embargo, se han identificado algunos
factores de riesgo:

 Edad: la enfermedad de Parkinson es una enfermedad de personas mayores,


comenzando generalmente alrededor de 60 años de edad. Es raro encontrar
pacientes con enfermedad de Parkinson antes de la edad de 40 años.
 Antecedentes: familiares de pacientes con Parkinson tienen un mayor riesgo de
desarrollar la enfermedad.
 Sexo masculino: el mal de Parkinson es más común en hombres que en mujeres.
 Traumas en el cráneo: aislados o repetitivos, como en los boxeadores, pueden
dañar las neuronas dopaminérgicas.
 Contacto con pesticidas: ciertas sustancias químicas pueden causar daños
neurológicos que llevan al Parkinson.

SÍNTOMAS DEL MAL DE PARKINSON


Los signos y síntomas del mal de Parkinson pueden dividirse en 2 categorías: motores
y no motores

1) Síntomas motores del mal de Parkinson

– Temblores: se producen principalmente cuando el paciente está en reposo y mejora


cuando se mueve el miembro. Esta es una característica que distingue el temblor de la
enfermedad de Parkinson de los temblores que se producen por otras causas.

En etapas iniciales de la enfermedad, el temblor es intermitente y suele pasar


desapercibido por la familia y los amigos. El paciente puede relatar una sensación de
“temblores internos”, como si algunos de los miembros estuviesen temblando cuando,
de hecho, el temblor no es perceptible a los demás. Los temblores perceptibles
usualmente comienzan en una de las manos, generalmente con movimientos entre el
dedo índice y el pulgar, como si estuviese contando el dinero. Con el pasar de los años
la enfermedad progresa y los temblores se convierten en más generalizados, llegando
a otros miembros.

El temblor en reposo es el síntoma inicial de la enfermedad de Parkinson en un 70% de


los casos. Con el desarrollo de la enfermedad, casi todos los pacientes presentarán
algún grado de temblor. Son pocos los casos de Parkinson que no causan temblores.

Como el temblor de la enfermedad de Parkinson se produce en reposo y mejora con el


movimiento, esto termina no siendo un síntoma muy incapacitante, a diferencia de la
bradicinesia.

– Bradicinesia: significa movimientos lentificados. La bradicinesia es el síntoma más


incapacitante del Parkinson. El paciente se siente cansado, con debilidad muscular
intensa y sensación de incoordinación motora. Tareas sencillas llegan a ser muy
difíciles, como abotonarse una camisa, escribir en la computadora, agarrar monedas en
el bolsillo o amarrar sus zapatos. El paciente refiere dificultad para iniciar cualquier
movimiento voluntario. El paciente se vuelve vacilante y descoordinado.

Con tiempo hasta caminar se convierte en una tarea difícil; los pasos se convierten en
cortos y lentos, el paciente tiene dificultad para levantarse y siéntese desequilibrado
cuando está de pie.

– Rigidez: la rigidez de los músculos es otro síntoma importante del mal de Parkinson.
Al igual que el temblor y la bradicinesia, la rigidez comienza solamente en un lado,
generalizándose conforme la progresión de la enfermedad. La sensación es que los
músculos están trabados, frecuentemente limitando la amplitud de los movimientos y
causando dolor. Una de las señales es la pérdida del balanceo de los brazos al caminar.

– Inestabilidad postural: nuestro equilibrio al caminar o permanecer de pie depende


del buen funcionamiento del cerebro; él controla nuestro tono muscular y reflejos
musculares que mantienen nuestro centro de gravedad estable. La pérdida de
estabilidad postural es un síntoma que ocurre solamente en etapas avanzadas de la
enfermedad de Parkinson, que se manifiesta sobre todo con caídas regulares.

Otros síntomas comunes del mal de Parkinson:

– Pérdida de la expresión facial (expresión apática)


– Reducción del pestañeo.
– Cambios en el habla
– Aumento de la salivación.
– Visión borrosa.
– Micrografía (cambios de escritura y las letras se convierten en pequeñas).
– Incontinencia urinaria.

2) Síntomas no motores del mal de Parkinson

Además de todos los cambios motores, los pacientes con enfermedad de Parkinson
también pueden desarrollar un montón de cambios neurológicos, como demencia,
cambios en el sueño, depresión, ansiedad, mala memoria, alucinaciones, psicosis,
pérdida del olfato, estreñimiento, dificultad para orinar, impotencia, razonamiento
lentificado y apatía.

PROGRESIÓN DE LA ENFERMEDAD
Las complicaciones de la enfermedad de Parkinson ocurren en personas que
desarrollan demencia o discapacidad física grave. Neumonía, caídas y aspiración de
alimentos son complicaciones que pueden ocurrir en los estadios más avanzados y que
pueden llevar a la muerte. En general, sin embargo, el paciente con Parkinson no tiene
la expectativa de vida menor que el resto de la población. El gran problema del
Parkinson es la gran pérdida de calidad de vida.

La progresión de la enfermedad de Parkinson es muy variable y no hay síntomas o


signos que permitan predecir con exactitud cómo evolucionará la enfermedad a largo
plazo en cada paciente. Sin embargo, la revisión de algunos estudios puede
proporcionarnos una amplia visión sobre la evolución de la enfermedad de Parkinson:

En un estudio antiguo llevado a cabo entre 1949-1964, la proporción de pacientes que


se encontraban discapacitados o muertos dentro de cinco años después de la aparición
de la enfermedad fue del 25%. Ese número aumentó para un 67% en 9 años y para un
80% entre los pacientes con enfermedad por cerca de 14 años. El estudio también
identificó la existencia de un pequeño grupo de pacientes que tuvieron una progresión
lenta, manteniendo el equilibrio, estabilidad postural y ausencia de discapacidad grave
inclusive después de más de 20 años de enfermedad.

Un estudio similar fue llevado a cabo entre 2000 y 2012 y han sido identificadas
complicaciones como demencia, discapacidad física o muerte en cerca del 77% de
pacientes con 10 años de enfermedad.

DIAGNÓSTICO DEL MAL DE PARKINSON


Varios otros trastornos neurológicos pueden presentar un cuadro clínico similar al mal
de Parkinson, lo que hace difícil de distinguir, sobre todo en fases iniciales de la
enfermedad.

El gran problema es que no hay ningún examen adicional, sea de sangre o de imagen,
que proporcione el diagnóstico de la enfermedad de Parkinson. El médico se basa
solamente en la historia clínica y en el examen físico para cerrar el diagnóstico, lo que
hace importante la experiencia del experto.

En general, para el diagnóstico es necesario identificar 2 de los 3 principales síntomas


(temblor en reposo, bradicinesia y rigidez), asociados con una mejoría con el uso de
medicamentos específicos para la enfermedad de Parkinson. No siempre el cuadro
clínico es suficientemente claro para establecer el diagnóstico.

TRATAMIENTO DEL MAL DE PARKINSON


No existe cura para la enfermedad de Parkinson, sin embargo, los tratamientos actuales
son muy eficaces en el control de los síntomas.

Una de las drogas más usadas es la levodopa + carbidopa (Sinemet), que se convierte
en dopamina en el cerebro. Pueden utilizarse varios otros medicamentos que imitan la
acción de la dopamina en el cerebro, incluyendo: bromocriptina, pramipexol y ropinirol.

Además del tratamiento medicamentoso, la práctica de ejercicios físicos regularmente


es importante para disminuir los síntomas motores de la enfermedad.

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