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M IN IST ER IO DE E D U C A C IÓ N Y CULTURA
(Dirección General de Enseñanza Superior e Investigación Científica
I Dirección General d e Cooperación y Comunicación Científica
L-
EL COMERCIO TRASATLÁNTICO: SOLUCIÓN Y
PROBLEMA. (SIGLOS XVII Y XVIII)
M A R ÍA P IL A R P É R E Z C A N T Ó
A firm ar que el com ercio ultram arino ocupó un papel protag onista en
las relaciones de la m etrópoli hispana con sus posesiones am ericanas es
una obviedad, sin em bargo constatar que este se presentaba a los teóricos
del los siglos X V II y X V III ora com o solución a todos los m ales d e la
M onarquía ora com o el causante de dichos m ales es quizá una tarea m e
nos obvia.
resultas de la expan sió n del com ercio. M uchos de esos efectos eran p o lí restantes se alinean ju n to al m onopolio y predican todo tipo de m ales si
ticos, sociales, y aun m orales, antes que puram ente e c o n ó m ic o s,...1. se abandonaba el com ercio com o bien exclusivo. Para estos últim os, el
análisis relacionaba la balanza com ercial con una política de poder y p o r
La econom ía hisp an a se vio afectada, desde el siglo X V I, por la lle
esa razón cobraban una relevancia especial las sacas de oro y plata d el
gada de los m etales am ericanos y la reflexión sobre los efectos secunda
R e in o 5.
rios, que dichas arribadas provocaron sobre ella, se intensificó a princi
pios del se isc ie n to s c u a n d o e n tre la m ay o r p arte de los sú b d ito s de la Los m em oriales que llegaban a la corte desde todos los territorios de
M onarquía creció el sentim iento de que los m ejores tiem pos del Im perio la M onarquía eran el fruto de la creencia generalizada de que todo sú b d i
habían pasado. A unque las explicaciones que hoy tenem os para la crisis to tenía la obligación de aconsejar a su Rey porque com o diría el je s u íta
del siglo X V II se apartan d e aquélla que lo etiquetaba com o de depresión R ivadeneira: ..no es posible que com prenda todas las cosas p o r s í m ism o,
generalizada, sin em bargo nos han quedado los testim onios de sus con sin que tenga necesidad de quien le alum bre y ayude en sus c o n se jo s6.
tem poráneos y en sus análisis y propuestas el com ercio o la carencia de Esta literatura que se ocupaba, en m ayor o m enor m edida, del arte de g o
él o cupan un lu g a r im p o rta n te 2. A sí m ism o, en la c e n tu ria sig u ien te, bernar, nos ofrece una panorám ica de los m ales que aquejaban a la re p ú
cuando la nueva dinastía pretendió relanzar el País entendió que cualquier blica enunciados desde muy diferentes puntos de vista. En aquellos m o
recuperación económ ica pasaba por A m érica y de nuevo el com ercio tran m entos no e x istía n fro n teras d iscip lin ares que c ru zar y sus au to re s
satlántico fue una de las piezas clave. N o se trata, sin em bargo de un tra tu v iero n p ro ced en cia dispar: filó so fo s, ecle siástico s, fu n cio n ario s reales,
bajo sobre el com ercio ultram arino sino del papel que los teóricos le ad sú b d ito s b ien in te n cio n ad o s o qu im érico s arb itristas en b u sca de p re b e n
jud icaro n en la econom ía y la política de la época. das, todos podían especular sin inhibiciones sobre la bondad o incon ve
nientes de la expansión com ercial.
B astaría un repaso a la B iblioteca de los E conom istas españoles de
los siglos XVI, X V II y X V III de C o lm eiro 3, o a los catálogos de m anus D urante el siglo X V II, para la m ayor parte de estos autores la res
critos sobre A m érica de nuestros fondos más reputados para, sólo a través tauración y la conservación de la M onarquía dependían de cóm o se re
de los enunciados, p ercatarn o s del papel estelar adjudicado al com ercio m ediasen sus principales m ales: despoblación, abandono de la agricultura,
p o r los autores de m e m o ria les, a rb itrio s o p ro y ecto s. N os pro p o n em o s exceso de tributos y los efectos perturbadores provocados por los m etales
destacar, por tanto, cual fue ese protagonism o y sobre todo bajo qué fór am ericanos. Al hilo de su argum entación sobre los precios, el valor de la
m ulas. La brevedad de la p o nencia im pone que seleccionem os los autores m oneda y la saca de m etales que estaban arruinando el R eino, todos los
m ás relevantes o aquéllo s cuyas propuestas fueron m ás originales o influ autores hacían referencia, aunque algunos de ellos de form a m arginal, a!
yentes en cada c e n tu ria 4. N o obstante, podem os adelantar que a lo largo com ercio ultram arino, sobre todo a los problem as que paises terceros in
del siglo X VII, los m ás entendían que el com ercio extranjero era perjudi flingen al m onopolio hispano, porque si bien todos estaban de acuerdo en
cial para la M onarquía y que los intercam bios con A m érica eran benefi la bondad del com ercio, no era m enos cierto que los beneficios com ercia
ciosos siem pre que se d ieran en el m arco de la exclusividad y protegien les de un país se lograban a expensas de otro. Se trataba por tanto de c o
do con los a ran celes la s m erc a n c ías p ro p ias. S e lecc io n an d o , e n tre los locar a la M onarquía en el lu g ar oportuno consiguiendo con ello una b a
autores citados por C olm eiro para el seiscientos, aquéllos que hacen refe laza com ercial favorable.
ren cia al co m ercio tra n sa tlá n tic o , de v ein tin u ev e a u to res solo ocho son En fecha tan tem prana com o la de 1600, M artín G onzález de C ellori-
partidarios de una m ay o r libertad com ercial, tres abogan por la creación go, en su M em orial de la P olítica necesaria y útil restauración a la R e
de com pañías privileg iad as a sem ejanza de otros países y los dieciocho p ú b lic a d e E sp a ñ a , sin d e d ic a r una a ten c ió n esp ecial al co m ercio , este
atraviesa ya todas sus argum entaciones y es considerado com o la salida
1. H irschm an, A .O ., L a s P asiones y los Intereses, M éxico, 1978, p. 59. natural de u n a re p ú b lic a in d u strio sa que se su sten ta no solo de lo que
2. P ara u n a visió n general sobre el m onopolio com ercial hispan o y la «crisis» del siglo p ro d u cen sus sú b d ito s sino tam b ién de los in tercam b io s con am igos y
X V II, v er O liv a M elgar, J.M ., «R ealidad y ficción en el M onopolio de Indias: u n a reflexión sobre
el sistem a im perial español en el sig lo X V II», en M anuscrits, 14, 1996, pp. 321-355. enem igos, sobre todo si logran arrebatar a estos últim os sus riquezas.
3. C olm eiro P enido, M ., B iblioteca de los E conom istas E spañaoles de lo s S ig lo s XVI, X V II y
X V III, M adrid 1953-54. D el m ism o autor H istoria de la econom ía p o lític a en E sp a ñ a , M adrid,
1965. 5. C olm eiro y P inedo, M ., B iblioteca d e lo s E co n o m ista s..., M adrid, 1953/54, p p . l l a 160.
4. Paz S oldán, J., M a n u scrito s de A m érica en la B iblioteca N a cio n a l, M adrid. D om ínguez 6. R ivadeneira, P., « T ratado de R elig ió n y virtudes que d eb e tener el p ríncipe c ristian o para
B ordona, J., M anuscritos d e A m éric a en el tom o IX del C atálogo d e la B ib lio teca de Palacio, gobernar y co n serv ar sus estados co n tra lo que N. M aq uiavelo y los políticos d este tiem p o en se
M adrid, 1935. ñan» en O bras esco g id a s, M adrid, 1927, pp. 553.
;
1742 MARÍA PILAR PÉREZ CANTÓ EL COMERCIO TRASATLÁNTICO: SOLUCIÓN Y PROBLEMA 1743
R especto al com ercio de Indias, en un capítulo dedicado a las causas trospección n acional en un desesperado intento p o r descubrir hasta que
por las que se saca el oro y la plata de esta R epública indicaba, al igual p u n to la realidad había sido escam oteada p o r la ilusión. P ero los arbi
que otros auto res de su época, que los m etales solo servían para facilitar tristas, com o su nom bre indica, no se lim itaban en m odo alguno a anali
la p erm utació n y que lo im portante era la producción de m ercancías: De zar. Tam bién tenían que h a lla r solución, p u es del m ism o m odo que S a n
lo cual p o d ría n esta r su ficientem ente instruidos los nuestros p o r lo que cho P anza tenía aún algo de D on Quijote, tam bién el m ás p esim ista de
cada día ven p ra ctic a d o p o r ellos y contra ellos: p o r ellos en las contra los a rb itristas conservaba aún algo de optim ism o en el corazón. Como
taciones de las Indias, en las cuales con las cosas naturales e industría consecuencia d e todo esto, el gobierno de F elipe III se vio literalm ente
les que allá fa lta n atraen a España el oro y la p la ta que allá hay, y bom bardeado p o r consejos, p o r proyectos innum erables, sensatos o f a n
contra ellos p o rq u e p o r m edio de las cosas que estos R einos p odrían g o tásticos, p a ra restauración de C a stilla 11.
zar p o r su m an u fa ctu ra hechas y labradas p o r no las querer hacer, a p li
C uando en 1618, el rey Felipe III pidió al C onsejo de C astilla que
cándose a ello los extranjeros les llevan el oro y la pla ta y el dinero que
p ropusiera rem ed ios para los m ales que aquejaban al R eino, su principal
la b ra n 7.
preocupación era cóm o atajar la m erm a de las arcas reales, no obstante el
El m ism o au to r dedicaba un capítulo de su obra a ..lo que conviene C onsejo al elevar al m onarca su consulta en febrero de 1619 señaló las
guardar cerca de los m ercaderes y tra ta n te s8, en él dejaba m uy claro la causas de la enferm edad y los rem edios para su curación sin d ejar de re
necesidad de los com erciantes y sus actividades para el b ien com ún de la m arca r la g ra v e d a d de la m ism a. Lo in teresa n te, p ara n o so tro s, es que
R epública y com o com plem ento esencial de la recuperación de la agricul in sp irad o s p o r la c o n su lta , refo rm ad o res p o lítico s tan re lev an tes com o
tura, pilares am bos en los que se debía apoyar una sociedad no rentista Sancho de M oneada, Pedro Fernández N avarrete, y otros, desde am bos la
cuya población iría en aum ento, porque com o señalaba G onzález de Ce- dos del A tlántico, escribieron discursos y m em oriales m ediante los cuales
Uorigo, citando al R ey Sabio: en la m ultitu d del p u eb lo está la dignidad trataban de sugerir rem edios o proponer arbitrios para rem ed iar la m altre
del R ey y en la d ism inución de la gente la ignom inia del P rín cip e9. cha e c o n o m ía del R ein o y, en tre ellos, el com ercio u ltra m a rin o estuvo
Si bien es cierto que no todos los arbitristas proponían rem edios sen siem pre presente.
satos para reso lv er los m ales de la M onarquía y que fu e esta circunstan En 1619, vio la luz la R estauración política de E spaña de Sancho de
cia la que les acarreó una generalizada y mal m erecida fam a de visiona M oneada, que se reim prim ió en 1746 cuando las circunstancias dem anda
rios, sin em bargo en tre ellos no solo se pueden encontrar los gérm enes de ban de nuevo un relanzam iento de la econom ía y este se pensaba en cla
un p ensam ien to económ ico extrem adam ente rico com o nos recordará Jean ve m ercantilista. L a obra respondía a tiem pos especiales de deterioro y de
V ila r10, sino que algunos de ellos dejaron de m irar al pasado buscando alguna m anera su ideario fue en buena parte puesto en práctica por O li
un m odelo a restau rar y en su program a de reform as dieron prioridad al vares, si b ien los resultados no fueron los deseados y esa circunstancia le
com ercio, utilizan d o com o argum ento que la regeneración de la M onar acarreó críticas entre sus contem poráneos. Pero lo que a nosotros nos in
quía podría alcan zarse im itando a los países de nuestro entorno; para es teresa son las argum entaciones em pleadas por este autor para enm arcar al
tos últim os el o bjetivo debía ser no tanto restau rar com o innovar. com ercio transatlántico en un proyecto de restauración política.
S uperada la carg a peyorativa que tuvo la palabra arbitrista para los
A lo largo de ocho de sus nueve D iscursos, Sancho de M oneada, en
h isto ria d o re s d el sig lo X IX , so b re to d o p ara C o lm eiro , a lo largo de
cuadrado por L arraz en la escuela m ercantilista, invoca el papel que el
nuestro siglo se ha generado un m ovim iento de recuperación de aquellos
com ercio debe ju g a r en su m odelo económ ico. Para este autor, la riqueza
reform adores político s cuyas propuestas no solo abarcaban el cam po de la
firm e y estable de E spaña no se debía al rem edio de las causas que co
econom ía sino que sus observaciones dieron una im agen muy real de los
m unm ente se señalaban com o las generadoras de su ruina, tales com o la
problem as del R eino, J.H . E lliott nos dirá que: B ajo la influencia de los
despoblación o casionada por la conquista de naciones rem otas, entre ellas
arbitristas, la C astilla de principios del X V II se lanzó a una fren ética in
las Indias, la esterilidad de frutos, la dem asía de trajes, el rig o r de las le
yes o haberse dado todos a tener renta y quitado la labor, com ercio y
7. G onzález d e C ello rig o , M ., M em orial de la p o lític a necesa ria y útil restauración a la re oficios, la verdadera ruina nacía del nuevo com ercio de extranjeros. P arti
p ú b lica de E spaña, M adrid, 1991, p. 70.
8. G onzález de C ellorigo.M ., M em orial.., M adrid, 1991, p. 84 cipaba, com o todos los autores de su época, de la bondad del com ercio,
9. G onzález de C ello rig o , M ., M em orial..., M adrid, 199 l,p . 7.
10. V ilar, J., L ite ra tu ra y E conom ía, la fig u ra d el a rb itrista en el sig lo de O ro, M adrid,
1973, p. 290. 11. E lliot, J.H ., La E sp a ñ a Im perial, B arcelona, 1965, p. 326.
1744 MARÍA PILAR PÉREZ CANTÓ EL COMERCIO TRASATLÁNTICO: SOLUCIÓN Y PROBLEMA 1745
tanto in terio r com o exterior, pero siem pre que la b en eficiaría principal de bien la a m istad y el com ercio de E spaña. A dem ás de exigir el resp eto a
esas transaciones fuese E sp añ a y dedicaba la m ayor parte de su D iscurso las Leyes que prohibían a los extranjeros com erciar con los R einos d e In
1 a ex p licitar las razones que le habían llevado a tales conclusiones: La dias, desde la época de los R eyes C atólicos. No olvidaba hacer una re fe
razón p rim e r a es, p o rq u e con este co m ercio sa ca n los m a te ria le s y la rencia expresa al libro desbocado del m are liberum para term inar re iv in
plata de E spaña p a ra siem pre, que el daño que hiciesen unos a otros, o dicando ser V. M agestad señor del m ar y proponiendo las m edidas para
uno a todos, resultaría en p ro vech o de alguno del Reino y se quedaría restaurar el com ercio ultram arino convirtiéndolo en la vía natural de sa li
en él, com o si se p a sa se el dinero de unas gavetas a otras, o de m uchas da de los excedentes peninsulares 14.
ci una. La seg u n d a es p o rq u e e x tra n je ro s tiene d esa h u c ia d a a E spaña,
El título del capítulo tercero del D iscurso III: La pobreza de E sp a ñ a
p ues la p ro sp erid a d que es la vida de otros Reinos es la m uerte de E s
ha resultado del descubrim iento de las Indias O ccidentales ha llev ad o a
paña... P orque en toda p ro sp erid a d de España tienen p a rte el extranjero
algunos autores, entre ellos L arraz, a encuadrar a M oneada, sin m atices,
y no solo se la chupa y quita a E spaña sino que lleva todo ello a los
entre los seguidores de la doctrina cuantitativista, sin em bargo el cap ítu lo
enem igos, y los arm a contra España, de lo que resulta gran p elig ro :...y
al que hacem os referencia está dedicado a explicar, invocando a A ristó te
a s í se debe p ro cu ra r tal com ercio que sea útil a las dem ás naciones pero
les, que: todo el ser de la moneda, es trocarse a las cosas que son m e
no de fin a la E spañola n .
nester; y ansi no tiene otro valor sino el de lo que se com pra con ella.
El resto de sus argum entos se nucleaba en torno a la prem isa ex Si bien, es cierto que responsabiliza a los m etales de la subida de los
puesta, era preciso que el R eino no dejase salir m ercancías en crudo y se precios y sobre todo que: las Indias trajeron a España la raíz de todos
debía prohibir o gravar la entrada de m anufacturas, se conseguiría así in sus d a ñ o s, los extranjeros 1S. El clérigo toledano distinguía entre el b uen y
vertir el estado de cosas: que los naturales labrasen sus m ercancías y que mal uso de los m etales y no preconizaba la acum ulación de los m ism os
los extranjeros las llevasen transform adas con gran utilidad para la M o sino que les exigía que se convirtiesen en b ase de intercam bios p ro v ech o
narquía. C onseguir una balan za com ercial positiva era prim ordial para que sos, en contrapartida de los frutos hispanos. El m odelo m oncadiano fue
las virtudes del com ercio actuaran en la regeneración del Reino. co n ceb id o com o un v erd ad ero p lan de esta b iliz a c ió n para la e c o n o m ía
hispana y el com ercio de los naturales del R eino entre sí y con sus p o se
M oneada apoyaba sus aseveraciones con datos de la realidad cotidia
siones ultram arinas era la piedra de toque de todo el sistem a. L a re ite ra
na: La razón de haber em pobrecido España es porque gastando ellos (los
ción en hacer responsables de todos los m ales a los extranjeros y los m e
extranjeros) sus m ercaderías, han arrinconado todos los tratos y com er
dios inquisitoriales a los que no tiene inconveniente en recurrir no restan
cios de España, cuyas caídas experim entam os en Toledo, Burgos, M ed i
valor al diagnóstico y así lo entendieron los proyectistas de la centuria s i
na, S evilla y otros lugares m ercantiles, y están ricos los de las con tra ta
guiente.
ciones de los R einos vecinos.. C onectaba la ruina de las ciudades en feria
con el co m ercio u ltra m a rin o : ...lo s e xtra n jero s n eg o c iá n en E sp a ñ a de A fav o r de la exclusividad que preconizaba, contaban las posesiones
seis p a rtes las cinco de cuanto se negocia en ella, y en las Indias de ultram arinas, E spaña y sus Indias ofrecían un m ercado suficiente para las
diez partes, las nueve: de m odo que las Indias son p a ra ellos.. T erm in a industrias que se generarían una vez que se hubiese suprim ido la p en etra
b a su arg u m en to con la e x p re sió n m áx im a de d esalie n to , co m ú n en la ción de m ercancías extranjeras. El peligro de aislam iento se veía tam bién
ép o ca, p ara re fe rirse a la ru p tu ra del m on o p o lio am erican o : nos tratan p aliad o p o r este co n ju n to g e o g rá fic o e x trao rd in ario que co n fo rm ab a el
como Indios n . Im perio hispano al que se pretendía restaurar, el autor despreciaba la o p i
nión de los que creían, com o Struzzi, que cualquier m edida tom ada en
A delantándose a aquellos de sus coetáneos que preconizaban grandes
contra de la libertad de com ercio sería perniciosa desde el punto de vista
m ales si se lim itaba el com ercio extranjero y sobre todo a aquellos que
económ ico y político.
entendían que los intercam bios fom entaban la paz entre las diferentes na
ciones y la supresión de los m ism os podía convertirse en m otivo de gue A ños m ás tarde, en 1626, respondiendo a la m ism a C onsulta real se
rra, opinaba, por el contrario, que se trataba de invertir el sentido de las publicó La C onservación de M onarquías y D iscursos políticos de F ern án
ganancias y no de suprim ir el com ercio: porque a m uchos R einos les está dez N avarrete y en ella, su autor al tratar, en el D iscurso V III: D e la
d e sp o b la c ió n de C a stilla p o r los n u evo s d e scu b rim ien to s y co lo n ia s se
12. M oneada, S. de, R estauración p o lític a de España, M adrid, 1974, D iscurso I, cap. V,
p. 101. 14. M oneada, S. de, R esta u ra ció n ..., M adrid, 1974, D icu rso I, cap. X V III, pp. 123 y ss.
13. M oneada, s. de, R estauración..., M adrid, 1974, D iscurso I, cap. X II, pp. 110 y 111. 15. M oneada, S. de, R esta u ra ció n ..., M adrid, 1974, D iscu rso III, cap, 11 y III, pp.1 4 2 y ss.
I
1746 MARÍA PILAR PÉREZ CANTÓ EL COMERCIO TRASATLÁNTICO: SOLUCIÓN Y PROBLEMA 1747
enfrentaba a la disy u n tiv a de eleg ir entre el coste dem ográfico que rep re d a d de E spaña... explícita su consideración sobre los intercam bios al de
sentaba para C astilla la conquista de las Indias o despreciar el com ercio cir que: Los reinos y las R epúblicas se m antienen de la fá b ric a y tráfico-
que se practicaba con ellas: ..porque la conservación de las Indias co n com ercio de las m ercaderías que proceden de las A rtes y de la labranza
siste en com erciar; y esto no es bien se p erm ita a extranjeros: y a s í es y cría de ganado con que reciprocam ente se ayudan unos a otros... y es
fo rzo so acudir a ello los e sp a ñ o le s16. L a presentación del com ercio com o p or esa razón por la que las naciones deben preservar el provecho de su
paliativo a la situación económ ica será de nuevo invocado en el D iscurso com ercio ya que de lo contrario si sus enem igos se lo arrebatan lo usaran
X I cuando, al enum erar los daños que producían los ju ro s, incluía entre en su co n tra. P a ra ilu stra r su arg u m en tació n , sig u ien d o a B o tero en su
ellos la m engua del com ercio y con él los derechos reales. Se m ostraba, R agione di Stato (1589) y a otros m ercantilistas de la prim era m itad del
tam bién, partidario de la p rotección de las m ercancías propias y reacio a siglo X V II, explicaba que: Siendo tan pobres los R einos y R epúblicas de
que: ..se traigan a E spaña infinitas m ercaderías necesarias y no necesa Francia, Génova, Venecia, F lorencia H olanda e Inglaterra se han hecho
rias: sacando con lo industrial de la m anufactura el oro y la p la ta que. ricas después que se se dio perm isión a que los vasallos de Vuestra M a
son los p rin cip a les fr u to s que tiene esta m o n a rq u ía 17. je s ta d consum iesen sus m ercaderías en España y las Indias, contra toda
buena razón de E stado...con que se han podido m ostrar soberbios contra
N o obstante no se le puede acusar de bullionista ya que su aprecio a E sp a ñ a 1'. A nunciaba, al igual que M oneada en el reinado anterior y m ás
los m etales no le h ace olvidar, en su D iscurso X VI: D e los m edios para tarde A lvarez O sorio para el reinado de C arlos II, que la tolerancia del
la población de C astilla, que ju n to al fom ento del m atrim onio y de la com ercio extranjero fue la causa única de la ruina de la M onarquía y que
a g ricu ltu ra, la in d u s tria d e b ía ser la p rin cip al b a se de la ec o n o m ía al en to rn o a ella g ira rá n sus d iscu rso s, con la in te n c ió n de p ro b a r tal
igual que en F ran cia, Italia y P aíses B ajos: que sin tener de su cosecha aserto.
oro ni plata, está n riq u ísim a s p o r m ed io de los fr u to s in d u stria les: de
suerte que apenas hay reino de los conocidos y d escubiertos adonde no Sin em bargo, com o ya indicam os al principio de este trabajo, no son
lleg u e-el com ercio de las m ercaderías obradas en dichos p a íses'* . Pero sus planteam ientos económ icos ni el sistem a propuesto para reso lv er los
im itar a otros países en aquéllo que puediese ser provechoso a la M onar problem as que aquejaban al R eino lo que querem os destacar sino el que
quía no suponía para el au to r p erm itir que:...toiáo lo que los E spañoles el autor entienda que: el com ercio que asentó España con las Indias fu e
traen de las Indias, adquirido con largas, pro lija s y p elig ro sa s navega el m ás felicísim o que jam ás se ha visto; la felicidad era asociada a una
ciones; y lo que ju n ta ro n con sudor y trabajo, lo trasladan los extranje actividad económ ica que proporcionaba riquezas pero sobre todo que pro
ros a su p a tria con descanso y con regalo haciéndose en sus p rovincias vo cab a otros b en eficio s en cascad a: in d u strias, a g ricu ltu ra, a u m en to de
suntuosísim os p a la cio s con la riqueza de España 19. U na vez m ás, el re población, capacidad para im poner la paz y m uchas otras. L a afirm ación
m edio estaba en ejercer el com ercio, del que se desprendían beneficios en contrario reforzaba su argum ento: Es infelicísim o el com ercio que a
tanto económ icos com o p olíticos, de la form a correcta; se debía invertir E spaña le ha quedado con las Indias; porque de qué sirve el traer tantos
la corriente de los intercam bios para que estos se convirtiesen de un pro m illones de m ercancías, y de plata y oro, la Flota y G aleones con tanta
blem a en la solu ció n para la M onarquía. costa y riesgos, si viene en perm uta y trueco de haciendas de F rancia y
de. G énova... con que continúan la g u e rra ...22. U na vez m ás el com ercio
O tro teórico interesado en b u scar solución a los m ales que aquejaban era percibido com o fuente de bienes pero siem pre enm arcado en el m ono
a la M onarqu ía fue F rancisco M artínez de M ata que se encargó de anali polio, éste reservaba todos los beneficios a la nación propia, hurtándolos
zar, en sus M em o ria les y D iscursos, el reinado de F elipe I V 20. D esde una a sus com petidoras, convirtiéndose así en un instrum ento de progreso in
perspectiva económ ica, continuadora de una corriente de pensam iento en terior a la vez que en un arm a de negociación política hacia el exterior.
la que ya había m ilitado M oneada, este clérigo de la O rden Tercera, en
su M em orial en razón del rem edio de la despoblación, p obreza y esterili En un siglo com o el X V II, en el que la religión estuvo tan presente
y las distintas confesiones determ inaron las relaciones internacionales, so
bre todo antes de V /estfalia, hom bres com o el jurisco n su lto S aav ed ia F a
16. F ern án d ez N avarrete, P ., C onservación d e M onarq u ía s y d iscu rso s p o lític o s, M adrid, jardo, con una perspectiva política y desde una atalaya p riv ileg iad a para
1982, pp. 75.
17. F ern án d ez N av arrete, P., C onservación d e M onarquías..., M adrid, 1982, p. 104.
co n te m p lar la fo rja de d ich as re la c io n e s in te re sta ta le s, en un m o m en to ,
18. F ern án d ez N av arrete, P., C onservación de M onarquías.., M adrid 1982, p. 120.
19. F ern án d ez N av arrete, P., C onservación de M onarquías.., M adrid, 1982, p. 124.
20. M artinez de M ata, F., M em oriales y D iscursos, Edic. y N o ta P relim inar d e A nes, G., 21. M artinez d e M ata, F ., M em o ria les y ..., M adrid, 1971, pp. 98-99.
M adrid, 1971. 22. M artin ez d e M ata, F ., M em o ria les..., M adrid, 1971, pp. 147-150.
1748 MARÍA PILAR PÉREZ CANTÓ EL COMERCIO TRASATLÁNTICO: SOLUCIÓN Y PROBLEMA 1749
adem ás, en que éstas em pezaban a cobrar una dim ensión diferente, no d e mom ento por sus contem poráneos, sin em bargo hacía hincapié en que: No
jan de ocuparse del com ercio ultram arino com o parte del arte de gobernar despreciaron la m ercancía, i trato los Principes de Tyro, ni las flotas que
y a él, com o podrem os ver, adjudica virtudes salvíficas y a su carencia el Rei Salom on em biava a Tharsis, traían solam ente las cosas necesarias,
todo tipo de desgracias. D esde su doble condición de C onsejero de Indias sino aquellas tam bién, con que podia grangear, i aum entar sus riquezas,
y P lenipotenciario en el C ongreso de M ünster, con inform ación p rivilegia y hazerse m ayor sobre todos los R eyes de la tie rra 15. Precisaba q u e los
da para em itir consejos, sopesaba el papel del com ercio transatlántico en nobles debían dedicarse al com ercio por terceras personas y los c iu d ad a
el conjunto de las decisiones que debía tom ar el Príncipe. nos por ellos m ism os.
En su Idea de un P ríncipe p o lítico cristia n o, d edica a ia navegación Señalados los beneficios económ icos y políticos que se desprenderían
y al com ercio su E m presa 64, en cuyo em blem a estas actividades son los de un co m ercio u ltra m a rin o p racticad o en bien del R eino, no o lv id a b a
polos (H is polis, por estos polos, es el título de la E m presa) que susten Saavedra el objetivo m ás im portante para un Príncipe católico y term inó
tan la tierra sobre el m ar. L a im portancia de las m ism as era subrayada de la cita d a E m p resa se ñ alan d o que al igual que los R ey es de P o tu g a l:
inm ediato: A penas a ávido M onarquía, que sobre ellos (los polos form a ..a b riero n p o r ig n o to s m a res con las a rm as y el co m ercio en O riente,
dos por la navegación y el com ercio) no se aya fu n d a d o , i m antenido. Y con el com ercio sustentaron las armas, i fund a n d o con estas, i a quel un
refiriéndose a la M onarquía hispana, la im portancia de la navegación au nuevo, i dilatado Im perio, introdujeron la R eligión, la que no pudiera v o
m entaba por im perativo político: España, que retirándose de los Pirineos, lar a aquellas rem otas Provincias, ni despues a las de O ccidente, p o r la
se arroja al mar, i se interpone entre el Océano, i el M editerráneo, fu n industria, i valor de los C astellanos, si la entenas con p lum as de lino, i
de su p o d er en las arm as nabales, si quisiere a spirar al dom inio u niver pendientes del á rbol d e la cruz, no uvieran sido sus alas, con que llego
sal, i conservarle. ...i p a ra im pedir la navegación a las dem as Naciones, a darse a co n o zer a la G entilidad, la qual extraño los nuevos H u esp e
que se enriquecen con ella, i crian fu erza s, p a ra hazelle la guerra. P rin des,.. (y citando a Isaías añadía) «i recibiendo dellos la verdadera luz del
cipalm ente si con las arm as se asegurare el com ercio, i m ercancía, la Evangelio, i el d ivino Pan d el Sacram ento, llevado de tan le jo s » 26.
cual trae consigo el m arinaje, haze armerías, i alm agazenes los puertos:
El c o m ercio , ju n to a o tro s rem edios, p odía y debía d e v o lv e r a la
los enriquece de todas las cosas necesarias para las arm adas, da su b s
M onarquía su lu g ar entre las naciones y ese lugar llevaba im plícito, tam
tancia al Reino, con que m antenellas, i le puebla, i m u ltip lic a 23.
bién, la defensa de la R eligión tan costosam ente predicada en Indias y a
Las ventajas económ icas y políticas derivadas del ejercicio del co cuya defensa ahora debían dedicarse los esfuerzos de las O rdenes M ilita
m ercio eran m uchas, tantas com o las que hicieron florecer a las R epúbli res. L im piar el C aribe de corsarios y proteger las m ercancías que alim en
cas antiguas, entre las que se encontraba Cartago, que con el com ercio, i taban el com ercio ultram arino debían ser sus nuevos com etidos, la C o ro
trato flo reciero n en riquezas, i arm as. Quando fa ltó a Venecia, i Genova na, com o contrapartida, Ies colm aría de títulos y encom iendas.
el trato, i navegación fa ltó el exercicio de su valor, i la ocasion de sus
En el siglo X V III, el com ercio siguió siendo portador d e todo tipo
glorias, i trofeos, y tan im portantes que H olanda, sin ocuparse de la agri
de virtudes, y de él se ocuparon tanto grandes pensadores de la época
cultura y solo con los beneficios del mism o era capáz de m antener popu
com o hom bres de estado que diseñaban proyectos de gobierno. Fue prota
losas ciudades, F rancia no tiene m inas de plata, n i oro, i con el tra to , i
gonista de guerras y paces en las que se dirim ían hegem onías políticas y
pueriles invenciones de hierro, plom o, i estaño hace preciosa su industria,
fin alm en te fu e cap az d e c o n so lid a r unos in tercam b io s in ic ia d o s a p rin
i se enriquece, i nosotros descuidados perdem os los bienes del mar. A m
cipios del siglo X V I y que habían interconectado a todo el m undo cono
bas, H olanda y F rancia, hacen negocio con el esfuerzo de la M onarquía
cido.
hispana y desvían las ganancias del com ercio ultram arino hacia el resto
de Europa en provecho p ro p io 24. El com ercio transatlántico fue, así m ism o, el responsable de la p re
sencia del m undo colonial en las relaciones interestatales que se hizo pa
Sus lam entos por la d ecadencia económ ica del R eino, las causas de
tente en el T ratado de U trecht, 1713/14. El conflicto sucesorio en el im
la m ism a y los posibles rem edios, no diferían de los expuestos hasta ese
p erio esp añ o l p ro v o có una crisis que duró do ce años y en él se vio
im plicada la m ay or parte de E uropa y sus colonias. E sta guerra fue el re
23. Saavedra F ajardo, D ., Idea de un P ríncipe p o lític o christiano. M u rcia 1985, p. 515. El
subrayado es nuestro.
24. Saavedra F ajardo, D ., Idea d e un P rincipe..., M urcia, 1985, p. 517. E! subrayado es 25. Saavedra F ajardo, D ., Id ea de un P ríncipe..., M urcia, 1985, p. 518.
nuestro. 26. Saavedra Fajardo, D ., Id ea de un Príncipe.., M urcia, 1985, p. 519.
;
I
sultado de un problem a dinástico que se convirtió en un enfrentam iento E n 1724, apareció la Theórica, y P ráctica de Comercio, y de M arina
entre las potencias europeas. El testam ento de C arlos II había term inado de Jerónim o de U ztariz en edición m uy restringida, en ella, su autor des
con las e sp e c u la c io n e s que se c ern ía n so b re la C o ro n a e sp añ o la desde de su privilegiado puesto de observación: Real Junta de C om ercio y Se
1660. N o ob stan te, m uy pronto se puso de m anifiesto que las potencias cretario de su M ajestad en el C onsejo y C ám ara de Indias, se siente lla
m arítim as no aceptaban una alteración del reparto de fuerzas en Europa, m ado, en su doble condición de súbdito leal y fiel servidor, a aconsejar
tan grande com o el planteado por el citado testam ento: que el im perio es al R ey y p erfila un pro yecto con vocación de reform ar todos los ram os
pañol pasase a m anos de un principe francés, p o r m ás que se asegurase de la econom ía y ser aplicado con inm ediatez. El autor era un gran viaje
la independen cia de las dos C oronas, era intolerable para el resto de E u ro y un b uen lector de la literatura existente en E uropa acerca de la pla
ropa. nificación de las econom ías nacionales y conocía las obras de los econo
m istas p o lític o s h isp an o s qu e le han p reced id o y corno él escrib ie ro n
Pero lo que nos interesa señalar es el cam bio cualitativo en los m o ti ..diferentes D iscursos y calificados ejem p la res que, con específicas p ro v i
vos de dispu ta entre las naciones europeas: iniciándose un desplazam iento dencias se p ro cu ra n adaptar a la M onarchia E spañola, p a ra su pronta
de la com ponente religiosa por los intereses com erciales que se em peza restauración, beneficio universal, y m ayor fo rta le za contra los ¿m ulos de
ban a en trem ezclar con los dinásticos, aunque ese cam bio sería más claro la R eal C orona, tal com o rezaba parte del subtítulo de la obra dedicada a
a partir de 1750. N o hay que olv id ar que, com o se lam entaban nuestros F elipe V. D ebió conocer a M ontesquieu y a otros teóricos de la época,
teóricos del siglo X V II, E spaña era un m ercado im portante para las m er c itab a a H u e t y C o lb e rt en tre los ex tran jero s y a M o n ead a, F ern án d ez
cancías inglesas y holandesas y el tráfico ultram arino español estaba en N avarrete y S aavedra Fajardo entre los españoles, com o todos ellos creía
gran parte en sus m anos. En este contexto no nos puede extrañar la cali en las virtudes del com ercio y los beneficios de toda índole que m ediante
dad y cantid ad de los personajes que seguieron interviniendo para definir este pueden sobrevenir a las naciones.
el papel del c o m ercio en los p lan es d e ra c io n a liz a c ió n y rea c tiv a c ió n
económ ica d iseñados en E spaña por la nueva dinastía a lo largo del sete U n resum en de su proyecto era ofrecido al R ey en la dedicatoria de
cientos. la obra y en este nos adelanta el papel adjudicado al com ercio en la «res
ta u ra ció n » de la M o n a rq u ía y a la vez que d esg ra n a b a las v en tajas de
P ara H irsc h m a n -....el a rg u m e n to en fa v o r de que se d iese rienda
esta actividad, cuidándose, desde el capítulo segundo, de distinguir entre
suelta y a lien to a las actividades p riva d a s fu e a la vez el resultado de
un com ercio útil y com ercio dañoso. Para el autor navarro: ...entre todas
una larga línea de pensam iento O ccidental y un ingrediente im portante
las im portancias y m axim as del G ovierno de la M onarchia, ninguno p u e
del clim a intelectu a l de los siglos X V II y X VIII. E n el triunfo de los inte
de o frecerse de m ayor entidad, que estos, ni que interese tanto al benefi
reses de los súbditos frente a las pasiones de los poderosos, al com ercio
cio universal de ella, y al servicio y gloria de V.Mag. no solo p o r lo que
le h a b ía c o rre sp o n d id o un papel e ste la r y a s í lo co rro b o rab a n n tanto
esta se aum entará desde luego con la bien concertada p la n tifica ció n de
M ontesquieu com o los filósofos y científicos sociales de la Ilustración es
los C o m e rc io s, y de la M arina; sí tam bién por lo que sus im p o rtan tes
c o c e sa 27.
progresos podrán vincular su perm anencia; produciendo estas providencias
L a lleg ad a de una nueva disnastía sem bró la esperanza de m uchos de copiosos frutos dentro de b reve tiem po... relata a continuación todos los
los que creían que no se podían seg u ir dem orando la tom a de drásticas beneficios que seguirían a la práctica de un com ercio útil apoyado en una
decisiones que reco n d u jesen la econom ía de la M onarquía, porque si bien M arina fuerte: dom inio indiscutible del m ar, desem peño del erario real,
era cierto que a la altura de 1690 eran visibles los síntom as de cierta re alivio tributario de los vasallos, aum ento de población, opulencia de los
cuperación económ ica, entendían que las reform as debían proseguir y so R einos, fortalecim iento de los arm am entos terrestres y navales, seguridad
bre todo adaptarlas a las nuevas necesidades de la econom ía peninsular. de fronteras y costas, cohesión interna de la M onarquía, los Sagrados A l
Los prim eros B orbones intentaron refo rm ar los tráficos atlánticos y perfi tares defendidos contra las invasiones de Infieles y Sectarios, respeto in
lar cual era el papel reservado a las colonias en el nuevo planteam iento. ternacional en la guerra y en la paz, presencia en los pactos y confedera
H asta 1740 el intento se apoyó en el viejo sistem a de flotas pero más ciones interestatales, capacidad de proteger a otros países m ás débiles... y
tarde é ste fu e ab a n d o n a d o y n u estro s te ó ric o s b u sc a ro n m o d elo s en las todo ello ..quanto con los auxilios de Com ercio estuviere m as p ro p o rcio
potencias m arítim as de Europa. nadam ente arm ado ( V . M ag.) p o r M ar y p o r Tierra., p ara term inar el
catálogo diciendo: Estos, y otros grandes beneficios p o d rá n labrarse, y
27. H irschm an, A . O ., L as P asiones y..., M éxico, 1978, p. 77. perm anecer, siem pre que con el debido zelo, y a ctivid a d se trabaje sobre
1752 MARÍA PILAR PÉREZ CANTÓ EL COMERCIO TRASATLÁNTICO: SOLUCIÓN Y PROBLEMA 1753
sólidos cim ientos de una p roporcionada A rm ada y de un Com ercio bien com ercial y ev itar que los m etales saliesen del País com o co n trap artid a a
reglado y m ejo r p ro te x id o ...2S. m ercancías extranjeras, pero ahora el hincapié no estaba en la prohibición
Al igual que M ontesquieu, U ztáriz opinaba que la influencia del c o de la saca sino en la búsqueda de m edidas favorecedoras del co m ercio de
m ercio sobrepasaba las ventajas económ icas y era en la cultura y la po lí los naturales para que ésta no se produjese. Su m irada al resto de E u ro p a
tica en donde su incidencia llegaba a ser determ inante, para el autor fran buscando ejem plos válidos para im itar, le llevaron a estudiar el com ercio
cés: El espírtu del com ercio trae consigo el espíritu de la fru galidad, de transatlántico de holandeses, franceses, ingleses y austríacos. A dm iró glo
la econom ía, de la m oderación, del trabajo, de la sabiduría, de la tra n b alm en te los re su lta d o s o b ten id o s p o r estas nacio n es cuyas p o se s io n e s
quilidad, del orden y de la regularidad. En esta form a, m ientras p re v a eran inferiores a las de la M onarquía, pero no se quedó en la lam entación
lezca este espíritu, la riqueza que crea, no tiene ningún efecto p ern icio sino que analizó: las leyes de navegación inglesas, costes de los fletes,
s o 29. S u m ay o r p re o c u p ac ió n era c o n tra rre s ta r la a rb itra rie d ad de los sistem as de navegación o las com pañías de com ercio privilegiadas en es
poderosos y estaba persuadido de que instrum entos com erciales com o la tos países.
letra de cam bio y el arbitraje de divisas evitaban el abuso del poder ili En el contexto de la política de Patiño en favor del establecim iento
m itado. El co m ercio in tern acio n al sien d o una tran sació n en tre n acio n e s, de C om pañías C om erciales, iniciada en torno a 1714, no nos puede ex tra
tendría una gran influencia en la guerra y el p a z 30. ñar que U ztáriz prestase a las m ism as una atención especial. A nalizadas
U ztáriz, aunque fue un autor em inentem ente práctico que perseguía todas las ventajas com erciales que éstas reportaban, sobre todo en H o lan
la búsqueda de soluciones concretas e inm ediatas para sacar a la M onar da e Inglaterra, y quizá influido por la no tan afortunada experiencia de
quía de lo que él entendía com o m arasm o económ ico, no olvidaba e n m ar Francia, su valoración final fue positiva en cuanto a los beneficios eco n ó
car su p ro yecto en una argum entación teórica en sintonía con toda la co m icos que las m ism as significaban para los com erciantes pero en últim o
rrien te in te le c tu a l eu ro p ea del m o m en to y al igual que o tro s au to res térm ino se declaraba contrario a su im plantación y lo hacía por co n sid e
rubricaba en el frontispicio de su o b ra los beneficios de toda índole, so raciones políticas, pues opinaba: que conservando la R epública el derecho
bre todo políticos, que la M onarquía debía esperar si fundaba la solución de S oberanía, d exa tácitam ente el exercio, y p rofesion de ella a los N e
de sus problem as en el Com ercio y la M arina o en el Com ercio y N a ve g o cia n tes, que co m p o n en la C o m p a ñ ía ...32. P la n team ien to s sem ejan tes
gación com o había insistido S aavedra F ajardo en la centuria precedente. sostendría B ernardo de U lloa en su R establecim iento de las fá b r ic a s y co
C om ercio ultram arino y restauración del R eino eran ideas que se daban m ercio español: errores que se pad ecen en las causas de su decadencia,
de form a conjunta y se form ulaban en positivo. El com ercio con las In cuáles son los legítim os obstáculos que le destruyen y los m edios eficaces
dias debía ser activo para los súbditos de la C orona, al m enos en su m a de que flo r e z c a 33. O bra publicada en 1740 y en la que el autor dedica
yor parte, esto significaba planificar las flotas, construir los barcos, fijar una atención especial al com ercio colonial y sobre todo a la incidencia
los fletes y las com isiones, ordenar los aranceles y las franquicias... de que sobre él han tenido algunas de las cláusulas del T ratado de U trecht
form a que com o resultado de un conjunto de m edidas am plio, d etallado y al conceder a Inglaterra el N avio de P erm iso y el asiento de negros, en
estadísticam ente apoyado resultase una balanza com ercial p o sitiv a 31. tanto que am bos acuerdos abrieron una brecha lícita en el m onopolio co
m ercial hispano que agravó las practicadas ilícitam ente por el contraban
A lgunos autores han identificado a U ztáriz com o un m ero co n tin u a
do y la participación de extranjeros en el com ercio de Cádiz.
dor de la escuela m ercantilista castellana, las citas por él de M oneada y
F ernández N avarrete apoyarían, según ellos, esta afirm ación, sin em bargo A p esa r d e los in te n to s de P a tiñ o , in clu so re c o n o c ié n d o le alg u n o s
la form ulación de su proyecto parece pertenecer más bien a una época de éxitos com o el de la C om pañía G uipuzcoana de C aracas, el P royecto de
transición entre un proteccionism o a ultranza y la aplicación de algunas G aleones de 1720 no había arrojado los resultados esperados, las élites
m edidas liberalizadoras, la m ism a distinción del com ercio entre útil y da com erciales coloniales no estaban dispuestas a colaborar con la flota por
ñoso introduce una m atización en el lenguaje utilizado en el siglo prece más que defendieran el m antenim iento de un sistem a que en m uchos as
dente. D eseab a, com o los arb itrista s del sig lo X V II, in v e rtir la b alan z a p ectos les b e n e fic ia b a . D esp u és de 1740, era e v id en te, tam b ién p ara la
Corona, que el viejo régim en com ercial estaba agotado y se inició una
28. U ztáriz, J., T heórica y P ráctica de C om ercio, y de M arina , M adrid, 1968, s/p. D edicato etapa de transición que abría al com ercio directo con C ádiz, rutas no re-
ria de la obra a F elipe V. Se respeta la grafía, ei subrayado es nuestro.
29. M ontesquieu, C .L ., El E spíritu de las L eyes, Libro V, Cap. 7.
30. H ierschm an, A. O., L as pa sio n es y..., M éxico 1978, p.p. 86 y ss. 32. U ztáriz, G ., T h eó rica y..., M adrid, 1968, cap. X X X V III. p. 86 y ss.
31. U ztáriz, J., Theórica y..., M adrid, 1968, caps. XXX, X LV H, LX X V y C V I en tre otros. 33. U lloa, B., R e sta b lecim ien to de la s fá b r ic a s y co m ercio esp a ñ o l.., M adrid, 1740.
1754 MARÍA PILAR PÉREZ CANTÓ EL COMERCIO TRASATLÁNTICO: SOLUCIÓN Y PROBLEMA 1755
corridas hasta entonces y transitadas ahora por navios de registro sueltos. ducir, sino enferm edades, y m uertes p o lític a s36. Política era, p o r tanto, la
Los intentos en la d écada de los cincuenta en restitu ir las viejas reglas im portancia dada a esta actividad económ ica, y políticas eran las conse
com erciales fueron una ilusión de los m ercaderes m onopolistas que pron cuencias derivadas de su práctica inadecuada y todo ello a pesar del títu
to se reveló inútil. lo de la obra y las intenciones pragm áticas de su autor. L a actividad a la
que h ace re fe re n c ia deb e d arse, p o r tanto, bajo ciertas co n d icio n es que
Los problem as no resueltos, el ejem plo de los países vecinos en los son las que le convierten en fuente de virtudes y éstas son entre otras:
que el com ercio se había convertido en el nervio de la nación y la am e m irar la libertad com o alm a del com ercio. L ibertad que para los ilu stra
naza de que finalm ente se p erdiese el im perio, alim entaron una corriente, dos era irrenunciable pero que no iba m ás allá de una extensión de los
nunca interrum pida, de econom istas políticos que incorporaron las nuevas intercam bios a todos los puertos del im perio y a favor de la totalidad de
ideas en la búsqueda de solucines. En 1743, don José C am pillo y C ossío, los sú b d ito s de la C o ro n a. P re cisan d o m ás su id ea del co m e rc io com o
m inistro de G uerra y H acienda de F elipe V y hom bre form ado a la som instrum ento de cam bio político indicaba: N o fu e m enos la que contribuyó
bra de P atiño, escribió su N uevo sistem a de g obierno económ ico p a ra la al lam entable daño de E spaña la errada m axim a del m inisterio en el s i
A m érica, esta o b ra no vio la luz hasta 1789 pero circuló m anuscrita entre glo pasado en no m irar el Com ercio, sino el concepto m ercantil, ni to
m iem bros del gobierno y sus propuestas fueron visibles m ás allá del rei m ar m as luces para su dirección que de los com erciantes, de E uropa y
nado para el que fueron diseñadas. Am érica, sin considerar que el C om ercio P olítico es el nervio principal
d el estado y la sangre que da vigor y augm ento a todo el cuerpo de la
C am pillo fue, y esta obra es un buen testim onio de ello, un m ercan-
tilista que analizó el com ercio bajo el prism a de las «luces» y le reasignó M o n a rch ía 37.
el papel que le correspondía en un m undo en el que la razón se basaba El com ercio transatlántico era un asunto de estado que no se podía
en la experiencia y en la que hom bres ilustrados, com o éi, creían en la dejar en m anos de los com erciantes, éstos sólo m iraban por sus ganan
ciencia útil y la capacidad de cam b iar la sociedad desde leyes ju stas y cias, a éstos sólo se les debía encom endar el m anejo p rá ctico del m ism o
acordes con la razó n natural. N o entrarem os en la polém ica sobre C am pi pero no su diseño ya que: p a ra arreglar el de toda una nación, de m odo
llo y W ard y aunque dejarem os de lado el Proyecto económ ico del irlan que redunda su influxo en beneficio universal de todas las clases sociales
dés para centrar n u estro s com entarios en la obra del prim ero, quiza seña del Reyno que fo m e n te la agricultura, y las Artes, y que adelante los in
lar el factor de o p ortunidad que supuso la parición del P royecto., en una tereses de todos los individuos desde el Rey al ultim o jo r n a le r o 38, eran
fecha tardía en la que sus ideas tuvieron una recepción p o sib le 34. T am po precisas una legislación y unos m edios que solo el poder político era ca
co analizarem os las m edidas concretas que diseñó C am pillo para raciona paz de planificar. Sentado cuál era el papel del com ercio, quiénes debían
liz a r y re n ta b iliz a r el co m e rc io u ltram arin o , nos in teresa , sin em b arg o , ser los im pulsadores de la reform a y señalados los m ales que se preten
evidenciar el papel adjudicado a los intercam bios atlánticos en ese nuevo d ía n re m e d ia r m ed ian te un a n álisis m uy c rítico , m ira ría a su en torno,
sistem a que estab a llam ado a reso lv er, según su autor, los problem as que com o ya habían hecho otros autores, en busca de m odelos: F rancia e In
la M onarquía arrastraba desde la centuria precedente. D espués de invocar glaterra fueron los espejos en lo que buscó pruyectar una nueva im agen.
los datos de la ex p erien cia y etiq u etar com o de letargo general el siglo A dm iraba a C olbert y el tratam iento que había dado al com ercio colonial
X V II, anunciaba que: E ste G ovierno econom ico es el asum pto prin cip a l fundado en el apoyo a los colonos y el abaratam iento de los aranceles a
de esta obra, si en adelante tocásem os el P olítico será solam ente de paso
sus nacionales, de los ingleses apreciaba sobre todo la to lerancia en la
y en quanto su a rreglo que es uno de los principales fu n d a m en to s de la
práctica del m onopolio que se había convertido en una su erte de libertad
buena econom ía del E sta d o 35.
com ercial, pero sobre todo: La m axim a era, que el fin de la colonia, es
En otro pasaje de la obra concretará m ás el papel del com ercio en el beneficio de la P atria a quien debe el ser., para añadir a continuación
ese p ro y e c to y d e fin irá al m ism o d icien d o que: El co m ercio es el que que el error de E spaña había estado en no acom pasar la p ráctica de la
m antiene a l cuerpo p o lítico, com o la circulación de la sangre el natural; e x c lu siv id ad co m ercial a los d iferen tes tiem pos h a c ié n d o la e v o lu cio n ar
pero en A m érica donde es el com ercio un estanco general, no p uede p ro con ellos.
34. W ard, B ., P royecto económ ico, M adrid, 1982. 36. C am pillo y C ossío, J., N u eb o sixtem a .., 1.a Parte, 13.P. m 1144. f. 111
35. C am pillo y C ossío, J., N uebo sistem a de gobierno económ ico p a ra la A m erica, P rim era 37. C am pillo y C ossío, J., N u eb o sixtem a ..., M adrid, 1743, B .N ., m. 1144, f. 119.
parte, B iblioteca de P alacio, m. 1144, f. 106. M adrid, 1743. 38. C am pillo y C ossío, J., N u eb o sixtem a .., M adrid, 1743, B .P ., m. 1144, f. 120.
1756 MARÍA PILAR PÉREZ CANTÓ EL COMERCIO TRASATLÁNTICO: SOLUCIÓN Y PROBLEMA 1757
Los beneficios que se esperaban de la aplicación de este nuevo siste A este gravísim o crim en concurren deliquentes tres clases de g en tes: los
ma económ ico eran en su m ayor parte de tipo económ ico pero no solo: el extranjeros con la inducción, los españoles, que les com pran, y los m i
com ercio es el alm a que anim a la industria y da vigor p ara em prender nistros, o ju e c e s de los distritos, que, o lo consienten p o r soborno, o no
cosas g ra n d es, aum entará la población de las Indias y sus naturales se lo rem edian p o r culpable om isión...*1. Señalados los responsables, a b u n
convertirán en súbditos útiles y felices, el cultivo de sus tierras proporci- dan las explicaciones sobre cóm o se debería atajar el contrabando p e ro lo
nará a la m etrópoli sus frutos, serán m ás rentables sus m inas, cam biaran que nos in te re sa se ñ a la r es q ue p ara este súbdito, p o sib lem en te c o m e r
las relaciones entre las dos repúblicas, la de los indios y la de españoles, ciante, la m ala práctica de una actividad tan beneficiosa para la M o n ar
aum entarán los ingresos del erario público con la práctica del com ercio quía, la ha convertido en causa de perturbación de la paz, d estructora de
libre, se fortalecerá la m arina, se abaratarán los géneros para los vasallos la ju sticia y aniquiladora del m ism o com ercio.
am ericanos, se acabará el contrabando, habrá una extracción e introduc
ción tan grade q ue ja m á s se habrá conocido igual en el N uevo M undo y D ispuesto a recuperar el viejo sistem a de flotas, no duda en señ alar
todo ello d evolverá a E spaña el papel que le correspode en el concierto los inconvenientes de las C om pañías de com ercio y de la navegación m e
europeo. P o r tanto si el Soberano quiere hacer rentables sus Indias y ev i diante navios de registro sueltos, su vuelta a un pasado idealizado lo con
tar que su sustancia de fu e r za y riqueza a los que algún día la volverán cretaba en la aplicación del Proyecto de G aleones de 1720, quizá o lv id an
contra ella, deberá superar todos los intereses particulares que se oponen do que el fra caso de é ste se d ebió, en gran m ed id a, a la fa lta de
a la aplicación del nuevo sistem a económ ico y m ostrar su firm eza para c o la b o ra c ió n de los co m ercian tes am erican o s, en nom b re d e los c u a le s
hacer respetar sus d e re c h o s39. El optim ism o que im pregnaba el trabajo de parece dirigirse al Rey. No obstante m erece la pena señalar el papel ad ju
los proyectistas y su fé en la razón y en la ciencia para transform ar la dicado al com ercio: E l com ercio es el espíritu vital que anim a, conserva
sociedad quedaba evidenciada cuando advertía: El com ercio no es ningún y augm enta las m onarchias: bien actuados de esta verdad todos los so b e
m isterio. La luz natural que es com ún a todos nos descubre los p rin c i ranos del m undo a proporción de sus fa cu lta d es aplican el m aior cu id a
p io s en que se fu n d a p a ra establecerle y aum entarle, tenem os la p ractica do y esm ero a su fo m e n to , su b sisten cia y a d ela n ta m ien to in stru id o s de
de los hom bres m as grandes de Europa, que en siglo y m edio se han d e que este p roduzca las R iquezas y de que estas en el soberano, en su s es
dicado a p e rfeccio n a r este ramo p rin cip a l de la ciencia política, y nos tados y en sus vasallos aseguran el poder y con este sus consecuencias y
han dejado reglas tan seguras que solo p o d em o s errar y erram os a par favorables p ro g reso s: por lo que se ve en todas las naciones el zelo y
tándonos de ella s o dejando de se g u irla s40. aplicación con que auxilian y protegen el co m ercio ...42.
N o faltaron, sin em bargo, quienes abogaban p or cam bios m enos drás En el m ism o sentido se dirigen a la C orte funcionarios y co m ercian
ticos com o la creació n de C om pañías o los que en sentido contrario, se tes que se sienten perjudicados por los cam bios introducidos en esta p ri
ñalaban com o problem a todas aquellas m edidas que se pretendían adoptar m era m itad de siglo; bajo un lenguaje m uy retórico pretendían enm ascarar
com o solución y solicitaban al M onarca la vuelta al sistem a de F lotas y la defensa de sus intereses con la solución de los problem as de la M o n ar
G aleones. Los catálag o s sobre m anuscritos de A m érica contienen buena quía. U n M anifiesto que hizo al M inisterio de Indias un sujeto versado
m uestra de m em oriales en uno y otro sentido. En torno a 1749 un perso en m aterias de com ercio , apoyaba la recuperación del régim en de flotas
naje que dice h ab lar en nom bre de los com erciantes y en favor de la cau com o solución a todos los m ales. Un com erciante en ejercicio, de form a
sa p ú b lica , dirigió un M em orial a S.M. con algunas reflexiones acerca de m ás explícita, en un M anifiesto que hace F rancisco V ilanova m atriculado
la d eca d en cia d el co m ercio con A m é rica y m ed io s p a ra vo lverlo a su en el com ercio de Indias del deplorable estado en que se halla el de es
antiguo esplendor, en él se lam entaba de la falta de correspondencia entre tos R eynos... se lam entaba de la R.C. de 1749 que hab ía perm itido a los
las posesiones del M onarca y los beneficios del com ercio ultram arino, ha com erciantes am ericanos abastecerse directam ente en C ádiz y por co n si
cía referencia, sobre todo, a los intercam bios con A m erica del Sur. El au g u ie n te d ism in u ía n las g an a n c ia s de los co m ercian tes a u tó c to n o s. P ara
tor creía en las virtudes generadas p or el com ercio pero, volviendo a co otros lo realm ente perjudicial era la práctica del com ercio m ediante na
locar a la balanza de pagos com o preocupación fundam ental, rechazaba el vios de registro sueltos que llegaban sin fecha fija y quitaban rentabilidad
com ercio ilícito de los extranjeros y precisaba los térm inos del problem a: al contrabando practicado por los propios com erciantes m onopolistas am e-
39. C am pillo y C ossfo, J., N uebo sixtem a.., M adrid, 1743, 2 .“ Parte, m. 2600, pp. 366 y ss. 41. A nónim o, M em o ria l a S.M . con a lg u n a s reflexiones.., B .N ., m. 2027 1 2 , f. 2.
40. C am pillo y C ossío, J., N uebo sixtem a.., M adrid, 1743, B.P., m. 1144, pp. 162 y 163. 42. A nónim o, M em o ria l.., B .N ., m . 202 7 1 2 , f. 18.
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1758 MARÍA PILAR PÉREZ CANTÓ EL COMERCIO TRASATLÁNTICO: SOLUCIÓN Y PROBLEMA 1759
ric a n o s43. U n cargador de Indias con m ás de treinta años en la práctica aplicación y los resultados de las reform as Carolinas por autores de tradi
del com ercio y residente en N ueva E spaña envió al M arqués de la E nse ción h isto rig ráfica diferente com o C éspedes del C astillo o John L ynch, es
nada un Inform e que em b irtu d de real orden de 14 de Septiem bre hizo a com únm ente aceptado que a partir de 1762, A m érica pasó a ser una prio
S.M. D on M a n u el C lem ente R odríguez Raquejo. D e todo cuanto conviene ridad para la M onarquía. P ara unos se trataba de defender el im perio y a
a su R eal servicio y utilid a d del común, en la navegación del com ercio ello ded icaron toda una suerte de m edidas que encontrarían sus lím ites en
de E spaña con el de A m érica y su navegación, en el que solicitaba la re los intereses divergentes de las élites criollas. O tros historiadores, sin em
cuperación de las flotas y el P royecto de G aleones de 1 7 2 0 44. No faltaron bargo, han puesto m ayor énfasis en la iniciativa del gobierno borbónico
quienes, provinientes tam bién del m undo del com ercio, pensaban que la para recuperar los recursos am ericanos, lo que Lynch denom inará la «re
solución de sus problem as y por ende de los de la M onarquía, nacía de conquista» de A m érica y cuyo corolario necesario sería la em ancipación.
las reform as introducidas, aunque en ocasiones m atizaban dichos cam bios N o o b stan te, y esto es lo qu e nos in teresa, los p ro y e c to s p a ra d ise ñ a r
y diferían en la im portancia adjudicada a cada uno de ellos. Para m uchos aquellas reform as siguieron llegando a la C orte, la singularidad del perío
las C o m p a ñ ía s c o m e rc ia le s se c o n v irtie ro n en la p an acea de to d o s ios do estuvo en que algunos de los teóricos que escribían sobre las posibles
problem as que aquejaban al com ercio y a recom endar su im plantación se soluciones a aplicar eran los responsables de llevarlas a cabo, m inistros
aprestaron desde todos los ám bitos: En 1725 en una serie de D iscursos com o C am pom anes, visitadores generales com o G álvez y virreyes com o
anónim os sobre el abatim iento en que se halla el com ercio de Indias..., R evillagigedo hacían ahora sus propuestas ju n to a personajes anónim os o
se proponía com o único m edio de resurgim iento com ercial la creación de funcionarios de m enor rango que nunca cejaron en su intento de aconse
una g ran C o m p a ñ ía p ara el el co m e rc io con A m é ric a al e stilo de las ja r a su R ey y, a la larga, form aron una opinión generalizada cuya valo
com pañías holandesas del seiglo X V II. En unos A rbitrios pro p u esto s en ración no se debe subestim ar en lo que tuvo de influencia para los p o líti
24 de Febrero d el año 1730 p o r D. M iguel G erónim o de Santos, natural cos de la é p o c a 46.
de S evilla pero vecino de C ádiz que dice haber ejercido com o funcionario
E ntre los prim eros, C am pom anes ocupa un lugar de excepción y en
para concesionarios de asientos y recaudadores de rentas reales y trabaja
tre sus obras Las R eflexiones sobre el com ercio español a Indias, no es
do a las órdenes de hom bres de negocios durante más de cuarenta años,
b alad í que el recién nom brado fiscal del C onsejo de C onsejo de C astilla
proponía al Presidente del C onsejo de Indias com o solución: el estanco
inicie en 1762, año de la tom a de L a H abana por los ingleses, la redac
de ciertos productos, rem em orando el viejo sistem a inglés de los géneros
ción de esta obra. A esas alturas estaba claro que lo esencial era definir
enum erados. El arbitrio aparece acom pañado de una respuesta del citado
la estrategia que preservara el im perio y lo hiciese retable, el com ercio
presidente ofertando com o altern ativ a la creación de una C om pañía, la de
ultram arino se presentaba com o pieza clave en el intento por h acer de las
C aracas había visto la luz en 1728 y Patiño había iniciado ya ese cam ino.
posesiones ultram arinas verdaderas colonias. A poyaba sus reflexiones en
L a enum eración de testim onios en un sentido y otro sería m uy prolija,
la co statación de tres hechos fundam entales: el atraso económ ico del país,
solo queríam os ev idenciar la preocupación de la época a la que no eran
el c o n traste de ese atraso con o tro s estad o s eu ro p eo s y las n u m ero sas
ajenos diferentes grupos de la sociedad y la pervivencia de la costum bre
guerras coloniales que debía m antener E spaña con otras potencias y cuyos
de a c o n se ja r al R ey en m a te ria de g o b iern o , pu es de g o b iern o se tra
tratados de paz habían sido nefastos para los intereses de la 'n a c ió n . R efi
ta b a 45.
riéndose a este últim o aspecto A lbert O. H irschm an señala que: En reali
L a llegada al trono hispano de C arlos III en 1759 y la tom a de La dad, la opinión acerca del efecto del com ercio sobre la disco rd ia o la
H abana por los ingleses en 1762 m arcaron el cam bio de ritm o de unas a rm o n ía in te rn a c io n a le s ca m b ió co n sid era b lem en te del s ig lo X V II al
reform as m ás o m enos titubeantes en las que A m érica y el com ercio u l XVIII. Ya fu e s e a causa de la doctrina m ercantilista o p o r el hecho de
tram arino habían tenido su protagonism o a lo largo de la p rim era mitad que los m ercados eran en efecto tan lim itados que una expansión del co
del siglo. A p esar de la distinta valoración realizada sobre el diseño, la m ercio de un p a ís solo p odría obtenerse desplazando el de o tro...*1 esas
circ u n sta n c ia s h ic ie ro n a C o lb e rt d e fin ir al co m ercio com o un com b ate
43. M anifiesto que hizo a l M inisterio..., B.P., m. 2863, f. 94. M a nifiesto q ue h ace Francisco
V ilanova.., B .P ., m. 2834, f. 81. D iscurso so b re el estado del com ercio del P erú el a ñ o 1739, 46. C ésp ed es del C astillo, G ., « A m érica en la M onarquía», en «El R ey y la M o n arq u ía» , A c
B.P., m . 2816, f. 141. tas d e l C ongreso In tern a cio n a l so b re «C arlos III y la Ilustración», T. I, M adrid, 1989, pp. 91-
44. Inform e de d. M a n u el C lem ente R equejo..., B.P., m. 2819, f. 341 y ss. 193. L ynch, J., E l sig lo XV III, B arcelona, 1991, pp. 295-336 y La a d m in istra ció n c o lo n ia l esp a
45. D iscursos anónim os.., B .P ., m . 2826, f. 8 y ss. y A rb itrio s p ro p u esto s....p o r M ig u el G e ñola, B uenos A ires, 1962, pp. 11-31.
rónim o de Santos, B .P ., m. 2823, f. 137. 47. H irschm an, A .O ., Las P a sio n es y.., M éxico, 1978, p. 96.
1760 MARÍA PILAR PÉREZ CANTÓ EL COMERCIO TRASATLÁNTICO: SOLUCIÓN Y PROBLEMA 1761
perpetuo y a J o s i a h C hild com o a una especie de guerra. L as doctrinas bondad y riqueza de nuestras C olonias en com paración con las Inglesas,
básicas en to r n o a l a b ondad del com ercio, tan ponderadas p o r M ontes- reducidas a la pesca y al transporte de m adera y com estibles»49.
quieu y los il u s t r a d o s escoceses, se m antenían, sin em bargo los nuevos D esde M éxico y tam bién bajo el im pacto de la tom a de L a H ab an a
datos e v id e n c ia b a n e l cam bio, los intereses económ icos se estab an im p o por los ingleses en 1762, el m isionero Fray Andrés de E chandía: m aestro
niendo sobre o t r a s co n sid eracio n es políticas causantes de las guerras de en Sgda. T eología, V icario G eneral de la R eal O rden de N tra. Sra. de L a
antaño. M erced en las provincias de la N ueva E spaña escribió un D ictam en qu e
C am p o m a n e s te n ía com o objetivo principal dem o strar que todos los bajo el título de Thesoro de España. D iscurso sobre el com ercio de E s
m ales del c o m e r c io se originaban en la m anutención de! m onopolio gadi pa ñ a con sus A m éricas, m al entendido y m edios que devia usar, y no lo s
tano y que la s o l u c ió n pasaba por la im plantación del com ercio lib re con observa, p o r las restricciones con que se halla establecido, en grave p e r
A m érica de t o d o s lo s p u e rto s esp añ o les. P a ra a p o y a r su a rg u m e n tac ió n ju ic io de la nación; y utilidad de los E xtranjeros que clandestinam ente
utilizó el m o d e lo in g lé s : describió su bonanza, explicó su sistem a y, so giran sus Costas y M ares, dirigía a D. M anuel de L erguinarzabal, con el
b re todo le y ó a lo s te ó ric o s d e aque! país. E scritores ingleses com o D eve- ruego de que !o haga llegar al M onarca. En él reiteraba ideas, no por c o
n an t y C h ild , f r a n c e s e s co m o M o n tesq u ieu y F o rb o n n a is o esp a ñ o le s nocidas m enos relevantes: Los com ercios son los m as grabes em peños de
com o F e rn á n d e z d e N av arrete, M oneada, U ztáriz, W ard y probablem ente las M onarquías, la p o lític a m a s a fila d a se em bota en d is c e rn ir el q u e
C am pillo fo r m a ro n p arte de un bagaje cultural que no sólo u tilizó sino conviene, aprovecha o daña a su respectiva Nación. Por sus intereses se
que en m uch o s c a s o s editó, prologó o divulgó sus ideas rescatándolas del arm an exercitos, su rca n M ares, y conm uebe el M undo con e sp a n to so s
olvido. E sta e n o r m e erudición y su adm iración por el m odelo británico ha ruidos y profusiones de sangre: cansados los Principes, m as que rendidos
hecho que a u to r e s c o m o V icen t L lom bart consideren esta o b ra com o una a las H u m anidades, h a zen tra ta d o s con el sobre escrito de p a ze s: de
ad ap ta ció n h is p a n a del « m ercan tilism o lib eral» in g lé s, o tro s p refieren aquí es sin duda que el com ercio viene a ser la sustancia F uente y M a
aplicar a sus p la n te a m ie n to s el apelativo de «m ercantilism o ta rd ío » 48. En nantial de todos los R eynos; p ero qual, quantos y com o com benga exer-
cualquier caso u n esla b ó n , innovador si se quiere, de una cadena ininte cerse p o r sus respectivos vasallos es el m as obscuro punto de los Ynge-
rrum pida d e e s c r ito r e s q u e agrupam os bajo el nom bre genérico d e teó ri nios. R esum en perfecto de lo que significaba el com ercio en esta segunda
cos en e co n o m ía p o lític a , vieron en el com ercio ultram arino una solución m itad del siglo.
o un problem a. El clérig o ex p o n ía, con g ran p recisió n y acierto las c a ra c te rístic a s,
Lo que n o s in te re sa de C am pom anes es su enorm e capacidad para lugares y protagonistas del contrabando que estaba arruinando a la M o
acu m u lar a rg u m e n to s en fa v o r d e la lib ertad d e co m erc io y el m éto d o narquía y añadió a las consecuencias políticas y económ icas ya conocidas
com parativo s e g u id o en su fundam entación, conocía a los autores m ás re su singular visión del problem a: la benenosa infección de sus execrables
levantes que h a b ía n tratad o el tem a y hacía de sus obras una exégesis, en heregias que bierten. L a b úsqueda de soluciones le llevaba a p ed ir una
aquellos ap a rta d o s q u e le interesaban para d espejar inconvenientes y de m ayor consideración social para los com erciantes y una im plicación de la
m ostrar el a c ie rto d e su propuesta. Para él la solución tan esperada para nobleza hispana en las tareas com erciales, em ulando a los nobles de los
restaurar la M o n a rq u ía , no era otra que la liberalización del com ercio y países enem igos. Pero su rem edio fundam ental, a la altura de 1764, era el
a sí expresará en el últim o capítulo de las R eflexio n es: «E ste m étodo es co m ercio lib re, m o stran d o un a e n o rm e sin to n ía con las so lu c io n e s que
m uy sencillo y e sta b a reservado p ara el fe liz R eynado de C arlos III. D i desde el poder político se preparaban y que tan sólo un año m ás tarde
choso el P rin cip e e n cuyo tiem po abrace la N ación este p ro yecto d e ex iban a iniciar la liberalización gradual del com ercio am ericano.
tender a todo e l R e y n o el C om ercio de Am érica. Esta sola p ro vid en cia y
Sin em bargo, no todos p ercibían la libertad de com ercio com o la so
la atención a n u e stra s C olonias con los p rin cip io s que van to ca d o s y a
lución de los m ales de la M onarquía, por el contrario confundiendo sus
la pesca, a b re v e s a ñ o s p o n d ría a la m arina Española en estado de h a
propios intereses con los del com ún se m ostraban contrarios al abandono
cer fr e n te a la In g lesa , p o rq u e m ucha p o b la ció n y nuestra m arina no se de un m onopolio a la som bra del cual habían prosperado y en m om entos
rían en n úm ero y en ca lid a d y estaría de nuestra p a rte la ventaja p o r la tan tem pranos com o 1765, cuando apenas se había iniciado la liberaliza
ción del com ercio, D. C asim iro Ponce de León escribe un D iscurso d iri
48. L lom bart, V ., C am pom anes, econom ista y p o lític o de C arlos III, M adrid, 1992, y «M er
cantilism o tardío, « lib eralizac ió n » com ercial y Explotación colonial am ericana: Las Reflexiones
sobre el com ercio esp añ o l en Indias del Cde. de C am pom anes», en Ilu stra ció n española e In d e 49. R odríguez C am pom anes, P., R e fle xio n es so b re el com ercio esp a ñ o l e n In d ia s, M adrid,
p endencia a m erica n a , B arc elo n a, 1979, p. 133 y ss. 1988, p. 385
1762 MARÍA PILAR PÉREZ CANTÓ
gido al D uque de L osada, gentil hom bre de cám ara y sum iller de Corps
de S.M . para que com o valido advierta los daños que se están producien
do con el com ercio libre. L os argum entos utilizados para ped ir fu n d a r de
nuevo y d a r vuelta p o r entero a todo el gran globo del com ercio a m eri
cano no son sino los m ism os enunciados para avanzar h acia un com ercio
ultram arino sin tra b a s50.
E n 1769, D . Ju an F ra n c isc o V illan o v a en un d o cu m en to titu lad o UN TESTIMONIO ALEMAN DESCONOCIDO SOBRE
E quilibrio de el M undo y rem edio de España en disciplina com ercial, cri
EL COMERCIO Y LA NAVEGACIÓN EN EL
ticaba el com ercio libre y p roponía una vuelta a la d efensa de la balanza
com ercial y a una reducción del com ercio con otras naciones al trueque ATLÁNTICO: LA CURIOSA DESCRIPCIÓN DE
de m ercancias. Lo más interesante, en fecha tan tardía, es el tono «con FRIEDRICH MARTENS DE UNA NAVEGACIÓN DE
servador y m etalista» que im pregna el d iscu rso 51.
F in a lm e n te lo que tra ta m o s de e v id en c iar en e ste b re v e trab ajo es
que la expansión del com ercio y las actividades asociadas a él com o la H O R S T P IE T S C H M A N N
industria, fueron a lo largo de los siglos X VII y X V III presentadas como
solución para el R eyno y su carencia o mal ejercicio com o un problem a
que provocaba la ruina de la M onarquía. Y sobre todo que esta percep
ción fue generalizada y los m em oriales, arbitrios, inform es, dictám enes y
proyectos surgieron de todos los grupos sociales y asum idos, cuando no
generados, por el grupo d om inante capaz de hacerlos realidad. E stos plan
El com ercio y la navegación desde Sevilla y de la B ahía de C ádiz
team ientos, p or otra parte, no eran específicos de ninguna M onarquía eu
hacia A m érica, com o el m ovim iento inverso, han sido objeto de una gran
ropea, por el contrario, y tal com o afirm a A lbert O. H irschm an: D esde la
cantidad de estudios históricos al m enos desde fines del siglo pasado, ya
edad M edia, y sobre todo a resultas de la frecu en cia creciente de la gue
sea en cuanto a sus aspectos generales com o tam bién bajo perspectivas
rra y las guerras civiles, se buscaba un equivalente conductista del p r e
especiales, com o por ejem plo los tipos de barcos em pleados en esta nave
cepto religioso, reglas de conducta e instrum entos nuevos que im pusieran
g ació n , su to n elaje, sus trip u la c io n e s, rutas reco rrid as, su o rg a n iz a c ió n
la disciplina y las restricciones tan necesarias a g obernantes y g oberna
institucional y el régim en fiscal vigente a través de los siglos, tipos de
dos p o r igual, y se p en sa b a que la expansión del com ercio y la industria
m e rc an c ías tra n sb o rd a d o s, los v alo res glo b ales de lo e x p o rtad o y de lo
era p rom eted o ra en ese s e n tid o 51. El com ercio llevaba cam ino de conver
im portado, etc., e t c .1. Y a es sobradam ente conocido en líneas generales el
tirse en el p ro tag o n ista d e una época en la que la d isidencia confesional
gran papel que tuvo el contrabando en este com ercio y la im portancia de
y los interese dinásticos hab ían dejado de ser prioritarios.
las m ercancías extranjeras que se exportaron y el derram e de los produc
tos traídos desde A m érica por todo el continente europeo. C on todo hay
que a d m itir qu e las ru ta s m arítim as in traeu ro p eas qu e fu ero n cen trad as
por aquel com ercio indiano se han estudiado en m edida m ucho m enor, de
m anera que sólo se conocen a grandes rasgos. Es cierto que la in v estig a
ción se ha fijado bastante en los últim os decenios en las colonias de m er
caderes extranjeros residentes o en Sevilla, en C ádiz y en otros puertos
de A ndalucía, pero con todo, se sabe relativam ente poco de las rutas de
navegación, de los barcos, sus tripulaciones y sus cargas, etc., del com er
cio que afluía desde el A tlántico norte y, especialm ente, desde el m ar del
50. D iscurso y p a recer de D on C asim iro P once de León co n reflexiones críticas..., B.P., m.
2819, f. 77. 1. C fr. K lau s-P eter S tarke, «D er sp an isch -am erik an isch e K olonialhandel. D ie E n tw ick lu n g der
51. E quilibrio de el M undo y rem edio de España ..., R.P., m. 2831, 108. n eueren H isto rio g rap h ie u n d k ü n ftig e F orsch u n g sp ersp ek tiv en » . H am burger Ib ero -A m erik a S tudien,
52. H irschm an, A .O ., L as p a sio n es..., M éxico, 1978, p. 133. vol. 8. M ünster 1995.