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CARTOMAGIA
El arte de hacer maravillas con un mazo de naipes
P o r t a d a de
M. MARTINEZ PARMA
SEGUNDA EDICION
S. A. E D IT O R IA L B E L L
CAMPICHUELO 553 - BUENOS AIRES
A los amigos del Círculo Mágico Ar
gentino, Peña Amigoc de la Magia y
ex Abracadabra, en homenaje a los gra
tos momentos que hemos compartido.
IM PRESO EN LA ARGENTINA
hará es empujar ésta hacia atrás con el dedo medio grupo de cartas —veinte, por ejemplo— y déjelas caer
y sacar el naipe que le sigue. en pequeños lotes encima de las figuras que mira-
Forzar: Término aplicado para significar que el artista rarán hacia la izquierda, hasta agotar el grupo que
induce al espectador a tomar una carta que ya conoce ha retirado del medio. Sólo hay que prestar atención
anticipadamente y de manera que éste tenga la ilusión para no levantar, con la mano aerecha, ninguna de las
de haberla quitado o visto libremente. cartas que están en el lomo del mazo, y que en una
, u otra forma utilizará oportunamente. De serle ne-
Lomo: Designase de tal manera a la ultima carta de cesario conservar varias cartas en la boca del mazo,
arriba del mazo, con la figura tapada. El dorso mira
al techo estando el mazo en la posición común. Todas .—
las cartas restantes conservan igual orientación.
Mezcla falsa: Es el movimiento que da la ilusión de -------- X ^
mezclar genuinamente el mazo; sin embargo, la boca y \^ ¿
lomo no sufren ningún cambio de posición. Para lograr X.
ello proceda de la manera siguiente: ^ \
a ) 1: Estando la carta que debe retener en el lomo, ______
tome el mazo con la mano izquierda, en la posición ^
natural para mezclar, con el canto largo apoyado en \ V ----------
la palma; las figuras mirarán a la izquierda. La mano 's^ .. )N ^
derecha se dispone a mezclar (fig. 1 ). El pulgar de H V 1
la izquierda sujeta la carta de boca ejerciendo una ^ ©
ligera presión, y los demás dedos sujetan la de atrás, 'V
o sea la que queremos retener. — 2: La mano dere- x:
cha levanta el mazo, pero ¡atenciónl las cartas de
adelante y de atrás quedan retenidas por los dedos
de la izquierda (fig. 2 ) . La mano derecha deja caer las figuras mirarán a la derecha; las cartas que re-
en pequeños grupos los naipes sobre estas dos cartas. tire del medio déjelas caer sobre los dorsos. Puede
Se repite cuantas veces quiera esta operación; la car- ayudarse con el pulgar izquierdo para ir encimándo-
ta del lomo quedará siempre en el mismo sitio.—3: Pa- las. En ambos casos repita el proceso, siempre reti
ra conservar la carta de boca en el mismo lugar, tome rando cartas del medio, cuantas veces quiera.
el mazo de manera que el lomo mire a la izquierda, , . , , , j 7 7 ,
i . i • i i 1^ • Ver secretamente la carta de lomo o boca: Puede ha-
y proceda exactamente igual que en el caso anterior. cer]o mientras ejecuta la mezcla fa, sa> conservando la
b ) Si tuviera que retener varias cartas del lomo, coloque carta en el sitio que le interese, lomo o boca. Es po
los naipes en la misma posición que la explicada pa- sible mirarla disimuladamente en el momento en que
ra conservar una solamente. Sin hacer presión, con la mano derecha levanta todos los naipes, menos el de
la mano derecha levante del centro del mazo un adelante o de atrás.
AS DE COPAS
tome otras cuatro cartas y las deje, esta vez con las fi
guras mirando al techo, sobre las primeras. Que prosiga
tomando otras cuatro, colocándolas con las figuras miran
do al suelo, sobre las anteriores. Que continúe, siempre
alternando los grupos: cuatro caras arriba y cuatro caras
abajo, hasta agotar un mazo de 52 cartas. 4 ) Finalizado
el susodicho ordenamiento, le invito a cortar el mazo
cuantas veces quiera. Para "confundirme” más puede
darlo vuelta, es decir, hacer que la actual parte superior
pase a ser la inferior. 5 ) Entre semejante revoltijo —ex-
)lico— parecería increíble que alguien pudiera descubrir
Ía carta del espectador. Despliego el mazo en abanico,
las figuras mirando a mi cuerpo, y demuestro lo contra
rio en un santiamén. (Ver figura).
SOTA DE COPAS
© (T hfítn fí
\
de Bocfí^áÑrES^
in v e a n u a ______ j —
CINCO DE BASTOS
c) M e z c la fa ls a .
CINCO DE OROS
d ) E x te n d e r e l m a z o c a ra s a b a jo p a ra q u e e l e s p e c ta d o r q u ite y
d e je fr e n te a la s m ía s tre s c a rta s c u a le s q u ie r a .
HAGO Y DIGO: 1) Doy a mezclar libremente el mazo
e) R e c o g e r la c in ta d e n a ip e s ; m e z c la fa ls a b y d iv isió n d e l m azo
e n tre s p ila s e je c u ta n d o la m e z c la a.
de naipes, y al recibirlo me fijo disimuladamente en la
carta de boca (supongamos sea el as de bastos). 2 ) E x
f) C o lo c a r d e sta p a d a s , so b r e la se g u n d a h ile ra , la s c a rta s d e la
tiendo el mazo sobre la mesa, en línea horizontal, de
p rim e ra h ile ra .
izquierda a derecha, con las figuras mirando al suelo.
g ) E n c im a r la s a la re s p e c tiv a p ila d e a b a jo .
3 ) Del mazo así esparcido invito al espectador a que
h ) C o r ta r y c o m p le ta r e l c o r te e n c a d a u n a d e las p ila s. saque dos cartas, sin necesidad de mirar sus caras. 4)
i) R e c o n stru ir e l m a z o . Recojo las cartas que he extendido y las igualo; en se
j) E s p a rc irlo , c a ra s a rr ib a , so b r e la m e sa , d e iz q u ie rd a a d e re c h a . guida le pido que tome las dos cartas que acaba de se
parar y coloque una en la boca y otra en el lomo del
k) Q u ita r c a d a u n a d e la s c a rta s ta p a d a s c o n la q u e e stá a su
iz q u ie r d a .
mazo. 5 ) "D e este modo —digo— podrá usted compro
bar que no utilizo ninguna carta clave.” Sin embargo,
l) D a r v u e lta la c a r ta ta p a d a d e c a d a p a re ja .
usted y yo sabemos que existe (el as de bastos) y que
esta carta clave es actualmente la segunda de boca. 6 )
Invito al espectador a que divida el mazo en dos partes
más o menos iguales. Recojo la que fué mitad superior
(cortado el mazo normalmente, estará a la derecha) y
la desecho "para hacer el juego más corto”. Queda en
tonces sobre la mesa un solo montón de cartas. 7 ) Pido
al espectador que divida este montón en dos partes. 8 )
Recojo la mitad superior (derecha) dejando sobre la
mesa la inferior (b o ca). 9 ) Manifiesto que "para el me
jor éxito del juego, debemos tener la misma cantidad de
cartas en ambos grupos” y, en consecuencia, le invito
a tomar sus naipes (mitad izquierda) y contarlos al mis
mo tiempo que yo. 10) Ambos contamos, entonces, de
aniba de nuestros respectivos grupos, una carta a la
128 JOSÉ KETZELMAN
c a rto m a g ia 129
vez, y las colocamos sobre la mesa una encima de la
hago movimientos ondulantes con la mano mientras el
otra. De este modo quedará invertido el orden, es decir
espectador está concentrando su pensamiento en la car
que la carta que antes estuvo abajo irá a ocupar el lomo
ta, las elevo v las bajo como si tuvieran un poder ex
del grupo. A esta altura del juego hay sobre la mesa
dos pilas de cartas. 11) La pila del espectador contiene, traño, y finalmente tomo una carta. Es precisamente
por ejemplo, doce cartas, y la mía once. ¡Atenciónl Pa el as de bastos.
ra "igualar cantidades” (pretexto que no tiene más ob Puedo asegurarle, amigo lector, que con este juego he
jeto que hacer que el mismo espectador invierta la po engañado a muchos de mis colegas y asombrado al pú
sición de sus cartas) retiro una carta del paquete de blico de inteligencia más que mediana. Fácilmente lo
sechado, NUNCA del correspondiente al espectador. Si grará usted repetir mi "hazaña” supermental.
el caso fuera a la inversa, por supuesto que pongo el
excedente sobre el paquete que no está en juego. 12) Ve
rifique, amable lector: con el movimiento precitado, el
as ae bastos, en el ejemplo, ha pasado automáticamente
a ocupar el segundo lugar, contando desde el lomo, en
el paquete del espectador. 13) Recojo el mío y suplico
al espectador que haga lo propio con el suyo. 14) Ahora
el espectador debe repetir EXACTAM EN TE mis movi
mientos: de mi paquete saco la carta que está debajo y
la meto en el medio del montón; luego la que está arri
ba la pierdo en el centro de mi paquete. Doy como ex
cusa una mayor imposibilidad de mi parte para adivinar
la carta que va a mirar. Y llegamos al momento cúspide
del juego. Invito al espectador a que mire y recuerde
la carta que actualmente está arriba de su paquete (es
el as de bastos), y que una vez hecho esto mezcle cuan
tas veces quiera su montón. 15) Sólo me resta revelar la
carta que miré en el movimiento número 1 (el as de
bastos) y que hice elegir tan sutilmente al espectador.
Para ello, el lector podrá inspirarse en los múltiples
ejemplos que hay en el texto, pero, no obstante, descri
biré el de mi agrado. Continuando el juego: 16) Mien
tras converso, también voy mezclando mi paquete; lue
go lo entrego al espectador diciendo: "Tome mis car
tas; le será más fácil mezclar las suyas.” Una vez com
placido, las recibo de nuevo y las agrego al paquete
desechado. Extiendo todas sobre la mesa, figuras arriba,
HAGO Y DIGO: 1) Dejo sobre la mesa dos mazos de
cartas, cuyos dorsos son distintos, para que un espectador
elija el que más le agrade. (Pueden estar sujetos por una
banda elástica, o en sus respectivos estuches). 2 ) Ya de
cidido por uno de ellos, lo hago cortar cuantas veces
quiera. Si luego de cortar cien veces está satisfecho, se
lo hago dividir en dos mitades, dejando una al lado de
la otra. (Normalmente la parte que era superior debe
quedar a la derecha). 3 ) Que del lomo de la mitad del
corte inferior, o sea el de la izquierda, tome las tres pri
meras cartas y las distribuya entre otras tantas personas
del público; ninguna de ellas, momentáneamente, debe
rá mirarlas. 4 ) Especule, amigo lector: desde este instan
te puede usted tener la oportunidad de consagrarse co
mo un prodigio en la cartomagia. Mientras el especta
dor procede a distribuir las tres cartas entre el público,
recojo primero el grupo de la D ERECH A y miro, disi
muladamente, la carta que está en boca; la retengo en
la memoria y en seguida la junto con la otra mitad, va
le decir que a esta altura del juego he reconstituido el
mazo elegido por el espectador. 5 ) Dejo este mazo en
poder del espectador, o hago caso omiso de su existencia.
6 ) ¡Atención! Tomo ahora el otro mazo, el no elegido,
y recalco especialmente que durante todo el tiempo ha
permanecido a la vista, dentro de su respectivo estuche.
Antes de abrirlo pronuncio estas palabras incomprensi
bles para todos (yo soy uno de to ao s): "MAJALAIMA-
132 JOSÉ KETZELMAN
juegos de naipes puedan, imbuidos y penetrados bajo Ia derecha, explicando: "Es una negra”. Saco nueva-
mi influjo de la esencia de la maravillosa virtud, descu- mente un naipe: "Es roja”, enseñando, a título de ilus-
brir, SIN EXAMINARLAS PREVIAM ENTE, el color de tración, que adiviné el color, y lo coloco arriba del guía
las figuras de un mazo de cartas. Voy, seguidamente, a de la derecha. (Las cartas indicadoras deben quedar cu-
demostrar que mis aseveraciones están en un todo de biertas por la mitad, de manera que puedan verse en
acuerdo con la más estricta y rigurosa verdad; no creo ga- todo momento). 5 ) De aquí en adelante, comienza a
nar nada fanfarroneando. Me valdré para ello de un es- operar el espectador, a quien entrego el mazo. "Quite
pectador, usted, por ejemplo. ¿Quiere pasar por aquí cartas, siempre del lomo, en forma lenta; concéntrese en
si no le es molesto? Gracias. Lógicamente, en el caso de d color que quiera, siga los impulsos que le dicte el sub-
que mi ocasional ayudante mire durante la prueba la
cara de un naipe, el experimento perderá su valor, pues &--------- 1 » o—------ -------- a
equivaldría a que una de las personas a las que he hecho A 'V V ^ \
mención antes, expidiera su opinión sobre los integran- A AA \A
tes previamente analizados de un producto. Bueno: ese .■ , ^ L ¡A
punto es tan elemental que no merece la consideración / <£> + ♦ i
que le estoy dando . . . ¿verdad?” 2 ) De un mazo de nai- t ^ ^ b ^ ^ ^ ^
pes (de poker) que tengo figuras arriba, quito dos cartas
rojas ( cuatro de diamantes y as de corazones) y dos ne- m “
gras (siete y dos de tréboles). Sobre la mesa, y frente al ¡ ^ j £ * + A A \
espectador que habrá de secundarme en el experimento, i A A* & & ^ ^ ^ *
dejo las dos cartas rojas, una al lado de la otra (fig. 1) y L j . b __rr \
con las figuras mirando arriba. Las dos negras las ubico, / * A I * ^ A / ® ~ ¿ ^ \
en la misma posición, cerca de mi cuerpo y frente a cada (_______ v l_______ 1) [________v
una de las rojas (en línea vertical) (figura 2 ). 3 ) Luego, ^
con el mazo en la mano izquierda, figuras al suelo, quito
un naipe del lomo y explico al espectador qué es lo que consciente modificado por mi conciencia.” Explico que
deberá hacer. "Si cree que la carta que sacó es roja mi ayuda cartomágica controlada, pondrá en evidencia
colóquela, cara abajo, sobre cualquiera de las dos del su capacidad para discernir A CIEGAS los colores. 6) El
mismo color que están frente a usted; si considera que espectador comienza a echar cartas; le recuerdo, entre
es negra póngala encima de las que están a mi frente. tanto, que lo haga sin precipitación, que saque una por
Por ejemplo: esta que acabo de quitar es negra, de ma- vez> ciue vaya pensando, cantando y colocándolas sobre
ñera que la dejaré encima de la carta guía negra . . . (lo los cuatro naipes guías del color respectivo y encima de
hago) digamos de la izquierda.” 4 ) Tomo otra carta del l°s ciue Y° ya retiré al comentar el procedimiento. Mien-
lomo y digo: "Creo que es roja” (la muestro) y la de- tras canta "Roja, Negra, Negra, Negra, Roja, Roja”, por
jo, también tapada, sobre una de las guías rojas que es- ejemplo, va formando cuatro pilas de cartas SIN M i
tán en la mesa, a la izquierda. Quito a continuación otra, RARLAS. Si alguna de las pilas tiene pocas cartas, com-
siempre del lomo, y la encimo sobre la negra visible de parando con las demás, trato de insinuarle que la dis-
136 JOSÉ KETZELMAN
CARTO MAGIA 137
tribución sea pareja, y le sugiero que distribuya otras . , , . . T , , n ,N
sobre tal o cual montón. Por otra parte, de tanto en éstas en el lugar de las negras. Lo hago (figuras 3 y 4 ).
tanto exclamo: "¡Maravilloso!, ¡Fantástico! Capta de un Esta transmutación de colores prepara la base del pie-
modo asombroso la onda de intuición cartomágica con- §°; com° ver^ m^s adelante. 11) Para comp icarme
trolada.” El espectador continúa su t a r e a ... REPEN - mas> ™e Zole 5 mera cortar el remanente de las cartas
U N A M EN T E APARECE, EN E L LOMO D E L PAQUE- 3 ue tiene *;,n , Ia ™ n0' y completar el corte cuantas ve-
T E QUE CONSERVA EN LA MANO, UNA CARTA ces ílmera- (Podría hacerlas mezclar, pero es preferible
NEGRA CON LA FIGURA V ISIBLE (el seis de piques, cortar Para eliminar la posibilidad de que, al hacerlo mal,
figura 2 ) . 7 ) Detengo el juego y manifiesto que "ya
que accidentalmente quedó este naipe dentro del mazo ÍÍ+------- \
con la cara mirando al techo, déjelo así (figura arriba) ^ ^1
sobre cualquiera de las pilas con cartas negras, la de la
derecha, por ejemplo” (lo h ace). Sigo: "Presumo que
la próxima carta es también del mismo color” e invito termvmrn
al espectador a quitarla y darla vuelta. Comprueba que & &»
efectivamente adiviné el color. En seguida le ruego que j ^
la coloque destapada (como hizo con la anterior) en el 0
montón izquierdo correspondiente a los naipes negros ( 1 0 ( 2 H
de piques). (Si, como presumo, está siguiendo el juego con ” tj
un mazo, habrá de percatarse de que, hasta finalizar el
movimiento número 6 , el espectador na estado distribuyen-
do, en las distintas pilas, SOLAM ENTE cartas rojas.) . I
8 ) A continuación le ruego que invierta la posición de / ^ V ♦ *\ ^
la carta del lomo de cada una de las pilas que "por in- W - ■—
tuición cartomágica telepática controlada” ha creído que / ▼ % *\ „
son rojas (cuatro y cinco de corazones, figura 1 ). Lo ‘---------------- * ® ----------------- ^ ^
efectúa. Así comprueba que los dos últimos naipes de
dicho grupo son rojos. 9 ) Estas dos cartas rojas (una en , . , . A N
cada pila) las hago dejar con las figuras i j a n d o al te- Pueda ,Pe^ rse de 9 u®.,todas s° n negrfa s) , De ^
cho. A esta altur! del juego, hay sSbre la mesa cuatro en <>del^ t e , las que drstnbuya serán controladas por la
pilas de cartas: al frente de cada una, la guía correspon- car a s Tr aPa a en e j0m,° ü c,a .a P a
V . 1 i , 1 , ’ 6. i . 1 i ras 3 y 4 ) . Haga caso omiso de las anteriores guias.”
diente al color, y sobre el lomo, un naipe destapado T ^ -l • * u Y
. .j } y y j , . /l . , . ,l . 12) El espectador echa naipes nuevamente sobre los ac-
que coincide con el color de la carta guia, también vi- . \ „ A tt. cta * p a t a r^rw/mr w í v '-ki'tt? trr
. y . , , .J r i. ir\\ « tj tuales guias HASTA AGOTAR COM PLETAM ENTE E L
sible, puesta al comienzo del expenmento. 10) Para u , 7 a6 v , , . ., .,
, / , / j . £/ ., r , . , ' MAZO. Yo sigo simulando, como antes, una ilusión men-
hacer la prueba más difícil, voy a cambiar las cartas que .i P ,
., yi \ i ., , . J tal, y cuido de que la distribución sea pareia. 13) Vea-
están hacia arriba en el lomo de cada pila, es decir, que ^ u , , r J. . ' „ .f.
, , , j . , y r \ i . 1 mos ahora cómo ha trabaiado su subconsciente: verifi-
pondré las dos cartas negras en el lugar de las Toias v
1 i ; qUe en pnmer término, las pilas que están a su ctrente,
i , .
138 JOSÉ KETZELMAN CARTOMAGIA 139
es decir, aquellas cuya segunda carta dada vuelta, con- PROCEDIM IENTO: Como muchos de los juegos, éste
tando desde abajo, es negra. Sin lugar a dudas, afirma- es muy simple, casi infantil, pese al asombro que produce,
ría que la clasificación por "intuición cartomágica con- Me es necesario, únicamente, dar al mazo una ordena-
trolaaa” ha obedecido ciegamente a mis directivas. Fí- cion previa; para ello apelo al siguiente recurso: separo
jese, entonces, si los naipes que están ARRIBA de las primero, en dos grupos, las cartas rojas de las negras,
cartas negras visibles (6 y 10 de piques, figura 5 ) son ubicándolas una encima de la otra, figuras abajo, so
todos negros; de la misma manera observe si los que bre la mesa. En el grupo de las negras invierto la po
se encuentran sobre las guías rojas son del mismo color sicion del naipe aue hace de lomo, es decir, que la fi
que éstas. (As de corazones y cuatro de diamantes, fi- gura debe mirar hacia el techo, y encima coloco, caras
gura 5 ) . Entretanto, pondré a un lado todos los que se abajo, las veintiséis cartas rojas. De este modo resulta es-
encuentran cerca de mí, ya clasificados por usted.” (Aten- ter ubicada en la mitad del mazo (en el puesto veintisiete
ción: esta separación difiere completamente de la que ha- contando desde arriba) una carta negra destapada, y que
ce el espectador, y deja listo el juego para su culmina- aparece al finalizar el movimiento número 6. En seguida
ción. Recojo íntegramente la pila de mi derecha, inclu- quito del lomo dos naipes rojos, depositándolos debajo,
yendo la carta negra que está en boca (2 de tréboles, fi- alternados con los negros, vale decir que vistos desde la
gura 6 ) y, tal como se encuentra, la coloco encima de boca quedarán así: uno negro, uno rojo, uno negro y, por
la pila izquierda, cuidando de no alterar el orden, y de- fin, uno roj°' Esta colocación obedece a los requerimien-
jando sobresalir la guía negra de abajo (7 de tréboles). tos del movimiento número 2, que puedo iniciar con un
De este modo, hay ahora una carta negra visible (el 7 corte falso. En la forma descripta en el "Hago y Digo”,
de tréboles, figura 6 ) , y sobre ésta, un bloque uniforme movimientos 3 y 4, quito, del lomo, cuatro cartas que
de naipes. Sosteniendo con el dedo índice de la mano sPn rojas; a dos de ellas llamo negras y, sin mostrar sus
izquierda la guía negra, aparto hacia un costado, con la figuras, las deposito sobre las guías negras; en cambio,
mano derecha, toda la pila. Al desplazarla queda sobre enseño las dos rojas restantes, ya que realmente son de
la mesa la carta negra APARENTEM ENTE OLVIDA- dicho color- E \ espectador está completamente ajeno, no
DA. En forma "casual” la levanto, y la deposito encima s<^ ° a es^a primera faz del engaño, sino también a la
de todo el grupo con la cara mirando al techo (figura 7 ) . siguiente, cuando, con sus propias manos, inicia la dis-
14) Una vez que la persona del auditorio terminó de com- tribución de las cartas por colores, sin mirarlas, influen-
probar que "las cartas realmente obedecieron a mis di- ciado por la mentira pseudo científica narrada en la
rectivas”, prosigo: 15) "Miremos ahora estas cartas” y charla inicial. Honestamente, usted y yo sabemos que
entrego al espectador la pila que aparté. E l espectador da ^as primeras cartas del lomo SON TODÁS ROJAS y que
vuelta las cartas una a una y comprueba que todos los el remanente, a partir de la que aparece con la figura
naipes que están DEBAJO de los que aparecen con las fi- mirando al techo, tiene, sin excepción, NAIPES NE-
guras mirando al techo (fig. 7, o sea las ex cartas guías) GROS.
coinciden exactamente en su color. Sólo me resta despe- Réstame sólo pedir al lector que estudie debidamente
dir al espectador, felicitándolo por su rápida captación ^a separación de las pilas que explico en el movimiento
en materia de colores y, naturalmente, por su colabora- Para ílue jueS° termine felizmente; lo demás sale
ción en el experimento. en forma automática. Cuanto más comedia forje. . . más
140 JOSÉ KETZELMAN
a mi cuerpo. Me dirijo al primer espectador: "¿Qué carta Si usted, amable lector, ha seguido con el mazo en la
pensó?” Contesta: "E l as de espadas.” Inmediatamente mano las explicaciones del texto, estoy plenamente con
quito y doy vuelta las dos cartas: "Son dos ases de es vencido de que habrá llegado a la culminación del juego
padas; capté correctamente su pensamiento.” Procedo sin tropezar con ninguna dificultad.
con el segundo de la misma forma y enseño luego los dos
sietes. Finalmente hago ver las dos restantes, que, por
supuesto, son los dos reyes. Al ser iguales, manifiesto
que "no sólo encontré las cartas elegidas, sino que tam
bién ejercí mi influencia mental para que el paquete
fuera cortado en el sitio exacto en que coincidían am
bos cortes con las dos últimas cartas.”
a) D e m i m a z o q u ito el r e y d e c o p a s (m o v . 3 ) q u e d e jo ta p a d o .
c) D e m i m a z o re tiro e l a s d e esp a d a s q u e d e jo ta p a d o (m o v . 8 ) .
d ) E l e sp e c ta d o r a p a rta e l s ie te d e oros (m o v . 9 ) .
e) L o c a liz o e l s ie te d e o ro s e n m i a b a n ic o , y lo c o rto d e m a n e ra
q u e e l s ie te d e o ro s q u e d e e n su lo m o (m o v . 1 0 ) . Ig u a lo
la s c a rta s y la s d e jo , fig u ra s a b a jo , so b re la m esa .
g ) C o r to m i m a z o e n dos p a rte s ig u a le s (m o v . 1 1 ) ,
h ) E l e sp e c ta d o r c o r ta e l su y o (m o v . 1 1 ) .
j) C o lo c o , c ru z a d a , la m ita d in fe r io r d e l p a q u e te d e l e sp e c ta d o r
e n c im a d e la m ita d su p e rio r d e l m ío . E n e sta ú ltim a m ita d
e stá e l sie te d e oros (m o v . 1 2 ) .
R E V IS T A S N O R T E A M E R IC A N A S
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