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CONTRATOS Y OBLIGACIONES
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LOS CONTRATOS EN EL DERECHO ROMANO
Convención y obligación
Un primer concepto para entender el Derecho Romano es el de la Convención
(conveniere; venire cum) que significa pacto o convenio. Se trata de un acuerdo de
voluntades entre dos personas sobre un mismo fin. Las convenciones con
trascendencia jurídica son aquellas que crean, modifican o extinguen obligaciones
entre las partes. Un acuerdo entre dos amigos para salir a cazar el domingo no
crea una relación jurídica, pero un acuerdo por el que uno de ellos le vende al otro
una lanza para cazar si crea obligaciones para ambas partes.
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Nexum. Fue la primera forma de contrato jurídico, que nació para los préstamos
de dinero. En una ceremonia solemne denominada “per aes et libram”, acreedor y
deudor comparecían antes cinco ciudadanos, pronunciaban unas palabras
solemnes e invariables que determinaban el alcance de las obligaciones del
contrato para cada parte, y se pesaba en una balanza una cantidad de cobre que
equivalía al dinero prestado.
Sponsio y Stipulatio. Junto al Nexum existía desde antiguo otra forma de contratar,
denominada Sponsio (del verbo spondere: prometer). Este tipo de contrato se
perfeccionaba por el empleo de determinadas palabras solemnes, una pregunta y
una respuesta, donde el acreedor preguntaba por ejemplo “”Si in Capitolium
ascenderis, quinque aureos dare spondes?” y el deudor respondía “Spondeo”. Se
utilizaba para negocios jurídicos distintos del préstamo y se requerían testigos en
la ceremonia.
Clases de contratos.
Todos los contratos fueron evolucionando a partir del Nexum y de la Sponsio,
según evolucionaba el tráfico económico y mercantil entre los ciudadanos y
habitantes de Roma, así como en su relación con otros pueblos.
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Dicha evolución llevó a lo largo de los siglos a la existencia cuatro tipos de
contratos, clasificables según su forma de perfeccionarse, y que son la base de
nuestros actuales contratos:
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LAS OBLIGACIONES
Concepto.
Obligación tiene su origen en la palabra latina “obligatioonis”, que a su vez viene
del ob y ligo-as-are, que significa atar. Las Instituciones de Justiniano definen la
obligación como el iuris vinculum, quo necesítate adstringimur alicuius solvendae
rei, secundum nostrae civitatis iura
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La obligación puede ser definida como un vínculo jurídico entre dos o más
personas, de las cuales una o más (sujeto activo o sujetos activos) están
facultados para exigir de otra, u otras, cierto comportamiento positivo o negativo
(dare, facere, praestare, non facere), mientras que el sujeto o los sujetos pasivos
tiene el deber jurídico de observar este comportamiento, deber sancionado
mediante una acción personal.
Elementos de la Obligación.
La obligación crea un lazo de derecho (“vinculum”), que tiene dos extremos,
supone dos sujetos: uno activo, otro pasivo. La obligación tiene el efecto de sujetar
a dos personas, en cierta medida la una de la otra, quitándole algo de su libertad
natural y haciendo adquirir a la otra una cierta ventaja que no está contenida en el
simple ejercicio de la suya. La persona ligada es el “debitor o reus” (deudor o reo),
la dueña del lazo recibe el nombre de “creditor” (acreedor). La ley pone a la
disposición d el acreedor determinados medios coactivos (las acciones y las vías
de ejecución) para lograr que el deudor preste la conducta debida.
La obligación una vez nacida es naturalmente perpetua, ya que ningún lapso basta
para hacerla desaparecer, el tiempo por sí solo no podrá modificar la relación una
vez establecida entre dos personas.
Clases de Obligaciones:
1. Según sus fuentes las obligaciones pueden definirse en:
a) Contractuales.
b) Delictuales.
c) Cuasi contractuales.
d) Cuasi delictuales.
Obligaciones “stricti iuris” y obligaciones “bonae fidei”. En caso de
una obligación stricti iuris (de derecho estricto), el sujeto pasivo está
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obligado únicamente a lo estrictamente pactado, sin que el sentido común o
la equidad puedan agravar o atenuar el contenido de su deber. En caso de
una obligación bonae fidei (de buena fe) el deber del sujeto pasivo debe
interpretarse a la luz de las circunstancias especiales del caso, de las
practicas comerciales y de la intención de los contratantes. Como
consecuencia de la anterior surgen, por primera vez en el campo de las
obligaciones bonae fidei, figuras como la compensación, la culpa, el dolo
por omisión y el derecho del juez a fijar soberanamente los daños y
perjuicios. Las obligaciones nacidas de contratos unilaterales eran stricti
iuris; las que provenían de contratos bilaterales eran bonae fidei. En el
derecho civil moderno, las obligaciones son todas bonae fidei.
Obligaciones civiles y obligaciones naturales. La obligación civil
proporciona al acreedor la posibilidad de acción, en caso de incumplimiento
del deudor. La obligación natural, por el contrario, no crea un derecho
procesalmente eficaz. Si el deudor no cumple, el acreedor no encontrará
acción alguna a su disposición para forzarle a cumplir o a entregar el
equivalente monetario del objeto de la obligación, más daños y perjuicios.
Obligaciones divisibles y obligaciones indivisibles. Las obligaciones
indivisibles son:
a) Las que por la naturaleza de su objeto indirecto son indivisibles, o sea,
las obligaciones en las que la división del objeto indirecto haría peder,
parcial o totalmente, a éste su valor.
b) Las que en virtud de una disposición especial del derecho positivo son
indivisibles, como las servidumbres reales.
c) Las que por convenio especial o testamento han recibido el carácter de
indivisibilidad.
Obligaciones específicas y obligaciones genéricas. En el primer caso, el
deudor debe un objeto específicamente determinado; en el segundo, un
objeto solo determinados en términos de cuantía y de género. La
importancia de esta clasificación se manifiesta, sobre todo, en caso de
pérdida del objeto por fuerza mayor, antes de la entrega. Como regla
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general, en una obligación específica, el objeto se pierde para el acreedor;
si se trata de una obligación genérica, se pierde para el deudor.
Obligaciones correales y obligaciones de un solo acreedor y un solo
deudor
Obligaciones conjuntivas, obligaciones facultativas, obligaciones
alternativas, y obligaciones con un solo objeto.
Obligaciones de dar, de hacer, de prestar y de no hacer. Obligaciones
de dar (“dare”) son aquellas cuyo objeto consiste en la transmisión de la
propiedad de una cosa o en la constitución de otro derecho real sobre la
misma.
Obligación de hacer (“facere”). Papiniano dice: “el término hacer
comprende toda clase de hacer: dar, pagar, entregar dinero, pasear. Las
obligaciones de hacer conllevan la realización de un hecho por parte del
obligado, como cavar un foso, pintar una casa.
Obligación de prestar. (“praestare”), son aquellas cuyo objeto no consiste
en transferir la propiedad de una cosa o en constituir un derecho real sobre
la misma, sino tan sólo en conceder el simple uso de una cosa a una
persona, como en el caso del comodato o la locación.
Obligación de no hacer (“non facere”) consisten en una abstención, en un
no hacer por parte del deudor, es decir, que se cumple con esta obligación.
Obligaciones positivas y negativas, estas se encuentran resumidas en
las anteriores divisiones: positivas sería las de “dare, praestare y facere”;
obligaciones negativas serían las de no hacer (“non facere”).
Obligaciones simples y obligaciones compuestas. Las primeras son
aquellas que sólo comprenden una prestación; las segundas, las que
implican varias prestaciones.
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Luego, Justiniano, amplió la lista de las fuentes de las obligaciones, señalando
cuatro: contratos, delitos, cuasicontratos y cuasidelitos.
El contrato puede definirse como un acuerdo entre varias personas, que tiene por
objeto producir una o más obligaciones civiles.