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Los edictos fueron leídos en primer lugar ante un grupo de daimios reunidos en el Castillo
Fushimi, por el shōgun retirado Ieyasu Tokugawa, en el séptimo mes lunar de 1615.
Fueron compilados por una serie de estudiosos al servicio del shogunato incluyendo a
Ishin Sūden, y estaban destinados principalmente a limitar el poder de los daimios y así
proteger el control del shogunato en el país.
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Enmienda
Nuevas estipulaciones
1. Se debe tener cuidado de mantener las carreteras, barcos, puentes y muelles con
el fin de facilitar las comunicaciones rápidas.
2. Las barreras de peaje privados están prohibidas, al igual que la eliminación de las
rutas de transbordadores existentes.
3. Se prohíbe la construcción de barcos que puedan transportar más de 500 koku.3
4. Las tierras que le pertenecen a los santuarios sintoístas y templos budistas no
podrán ser despojadas de ellos.
5. El cristianismo está prohibido.
El bakumatsu
La verdadera causa que inició este período fue la llegada del Comodoro Matthew Perry
que llegó a la bahía de Edo con varios buques de guerra en julio de 1853, y exigía
enérgicamente la apertura de Japón a barcos estadounidenses dentro de un año, que de
lo contrario tomaría acciones militares contra el shogunato. Evidentemente a pesar de
que existía la política de sakoku y algunos daimyō estaban dispuestos a hacer guerra
contra los extranjeros, el shogunato observó con preocupación la superioridad tecnológica
de los buques de Estados Unidos, y prefirió firmar el Tratado de Kanagawa en 1854, que
garantizaba la apertura de dos puertos a naves estadounidenses, garantizaba el buen
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trato a los náufragos estadounidenses y se asignó un cónsul estadounidense en Shimoda,
al sudoeste de Edo.
Esto ocasionó un daño a la imagen del shogunato, que estaba en franca debilidad y bajo la
crítica de los daimyō radicales; así Abe Masahiro, quien negoció con los estadounidenses,
decidió realizar la Reforma Ansei de 1854 a 1856, donde intentó fortalecer al régimen
shogunal con la creación de defensas y naves con la ayuda del gobierno holandés, así
mismo con el entrenamiento naval de parte de dicho país. Debido a estas reformas, hubo
una oposición entre los fudai daimyō, y Abe fue reemplazado por Hotta Masayoshi en
1855.
Entre tanto la disidencia estaba liderada por Tokugawa Nariaki, quien tenía una lealtad
militante al Emperador y sentimientos xenófobos. La escuela de Mito, quien tenía bases
neoconfucianistas y sintoístas, también tuvo como meta la restauración del Emperador,
en conjunto con un acercamiento a las potencias extranjeras.
En los años finales del shogunato aumentó el contacto con las potencias extranjeras, al
igual que las concesiones que el shogunato otorgaba a dichos países. Un tratado con los
Estados Unidos en 1859 y que permitiría más libertades incluyendo la extraterritorialidad,
fue el punto de discordia entre los opositores. Hotta había perdido el apoyo dentro del
shogunato, esto era una señal del inmiscuimiento del Emperador en las políticas internas,
suceso que no había ocurrido en siglos y Nariaki aprovechó y apeló ante la Corte el apoyo
de su hijo Tokugawa Yoshinobu, que a su vez tenía el apoyo de los shinpan y los tozama
daimyō. No obstante los fudai daimyō presionaron e instalaron a Tokugawa Iemochi como
shōgun y arrestando a Nariaki y a Yoshinobu, incluyendo con la ejecución de Yoshida
Shōin, quien fue el impulsor del movimiento intelectual sonnō-jōi, que se oponía al
tratado estadounidense y arengaba una revolución contra el shogunato.
Así durante los siguientes años el ejército y la marina serían modernizados y formarían las
bases del Ejército Imperial Japonés y la Marina Imperial Japonesa. Durante los años
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finales, el shogunato poseía ocho naves de guerra de estilo occidental, sobresaliendo el
acorazado Kaiyō Maru. Adicionalmente en 1867, una misión militar francesa ayudó a las
tropas del shogunato.
Del otro lado, la figura del emperador Kōmei era usada como símbolo de la unidad
japonesa, y fue usada por los extremistas como chivo expiatorio para realizar asesinatos
contra las autoridades shogunales, feudales y extranjeros durante la década de 1860, y
que fue encarnado en el Incidente de Namamugi de 1862, en donde murió un británico; y
el surgimiento de los Cuatro Hitokiri del Bakumatsu, cuatro samurái que utilizaban el
asesinato de figuras shogunales como medio de represión. Otros hechos encendieron el
odio a los extranjeros, tales como el Bombardeo de Kagoshima de 1863, donde los
británicos se vengaron del incidente del año anterior y que causó daños al clan Satsuma.
La situación se torna más crítica con la repentina muerte del shōgun Tokugawa Iemochi en
1866 y la muerte del Emperador Kōmei en 1867. Asumirían respectivamente Tokugawa
Yoshinobu y el Emperador Meiji, en la que Yoshinobu intentó reorganizar el gobierno
restaurando al emperador preservando el liderazgo del shōgun, y que sería llamado kōbu
gattai. En 1866, los feudos disidentes de Satsuma y Chöshü poseían un mayor poder y
lograron derrotar una fuerza del shogunato que pretendía reducirlos; Yoshinobu evitó de
algún modo empeorar el conflicto y no seguir luchando, eso dio ventaja a las fuerzas de
Satsuma-Chōshū que se dirigieron a Kioto para presionar a la Corte Imperial de que
emitiera un edicto que dejara sin efecto al shogunato.
Fotografía de varios samurái del clan Satsuma, rivales acérrimos del shogunato Tokugawa
durante la Guerra Boshin. Sería la última guerra japonesa en donde los samurái tendrían
participación, siendo reemplazados por el ejército regular durante la Restauración Meiji.
Fotografía de Felice Beato.
Poco después se realizó una conferencia con los daimyō, y la Corte Imperial promulgaría
un edicto que removía el poder del shogunato a finales de 1867. No obstante los líderes
de Satsuma y Chōshū, junto con otros extremistas decidieron rebelarse y tomar el Palacio
Imperial y anunciar el inicio de la restauración el 3 de enero de 1868.
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Yoshinobu no tuvo más que aceptar el edicto y renunciar como shōgun, suceso que acaba
con un gobierno autoritario que dominó Japón por más de 260 años. Aun así, temiendo
que los aliados del clan Tokugawa intentaran consolidar el poder del shogunato, las
fuerzas de Satsuma, Tosa y Chōshū declaran la Guerra Boshin, que tendría una duración
de 16 meses y terminaría en mayo de 1869, donde poco a poco las fuerzas anti-
shogunales e imperiales forzarían la rendición de la ciudad de Edo y del arresto de
Yoshinobu; motivando el traslado de las fuerzas shogunales hacia la isla de Hokkaidō,
liderado por el Almirante Enomoto Takeaki, quien instauró la efímera República de Ezo a
finales de 1868 y mediados de 1869.
En junio de 1869, los últimos remanentes de las fuerzas leales al shogunato Tokugawa
fueron vencidos y así se consolidó de manera absoluta la Restauración Meiji en toda la
nación, que aboliría para siempre los feudos, haría desaparecer los samurái en Japón,
iniciando un proceso de expansión y modernización de parte del Emperador Meiji, quien
ahora tenía el poder absoluto en el país y cambiaría el nombre a Imperio de Japón.
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en la segunda mitad del siglo XV, el octavo shōgun, Yoshimasa, promovió la cultura
Higashiyama,72 en la que el budismo zen y la estética wabi-sabi influyeron en la
armonización cultural entre la Corte Imperial y la clase samurái, y el florecimiento de
expresiones artísticas como la ceremonia japonesa del té, el ikebana, el kōdō, y el renga,
entre otros.71
Durante la etapa final del período Sengoku se produjo el arribo de los primeros europeos
a Japón. Ocurrió en 1543, cuando un barco con portugueses a bordo naufragó en las
costas de la isla de Tanegashima (al sur de Kyushu) y en dicho barco existían armas de
fuego, que serían las primeras en ser introducidas a Japón. Posteriormente en 1549 el
jesuita español Francisco Javier llegó a Kyushu y comenzó a propagar el cristianismo en
Japón.71 Durante los años siguientes, comerciantes portugueses, holandeses, ingleses y
españoles llegaron a Japón, al igual que misioneros jesuitas, franciscanos y dominicos. Los
japoneses consideraron a los visitantes europeos como los nanban (南蛮? «bárbaros del
sur») debido a que llegaban a Japón desde esa dirección, mientras que los europeos
consideraron a los japoneses como una sociedad feudal compleja, con una gran
urbanización del país y una sofisticada tecnología pre-industrial.
Las armas de fuego traídas por los portugueses fueron la mayor innovación durante el
período, ya que se comenzaron a producir armas de fuego en muchas zonas de Japón y
fue un factor decisivo el uso de arcabuces en la batalla de Nagashino en 1575. El
cristianismo se propagó muy rápidamente, sobre todo en el oeste, e incluía la conversión
de algunos daimyos.71 No obstante, las autoridades japonesas eventualmente
consideraron el cristianismo como una amenaza que podía desencadenar una posible
conquista europea de Japón, por lo que prohibieron con violencia su práctica y
progresivamente cortaron los vínculos comerciales con el resto del mundo (excepto China
y Países Bajos) a comienzos del período Edo.
Francisco de Jaso y Azpilicueta, más conocido como Francisco de Javier o Francés de Jaso
(* 7 de abril de 1506 –† 3 de diciembre de 1552) fue un religioso y misionero navarro de la
Compañía de Jesús nacido en el Castillo de los Jaso (Javier, Reino de Navarra) y fallecido
en la isla Shangchuan (China). Fue canonizado por la Iglesia católica con el nombre de san
Francisco Javier.1
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Francisco de Javier fue un relevante misionero jesuita, miembro del grupo precursor de la
Compañía de Jesús y estrecho colaborador de su fundador, Ignacio de Loyola. Destacó por
sus misiones que se desarrollaron en el oriente asiático y en el Japón. Recibió el sobre
nombre de Apóstol de las Indias.
Cosme de Torres, S.J. (n. 1510, Valencia - † 2 de octubre de 1570, Amakusa, isla de la
prefectura de Kumamoto actual, Japón). Jesuita español del siglo XVI. Fue uno de los
jesuitas que iniciaron las misiones cristianas en Japón.
En 1549 llega a Kagoshima (Japón) con los jesuitas Francisco Javier, Juan Fernández y el
traductor Anjirō. Por eso fue uno de los primeros españoles que llegaron a Japón.
En 1570 muere en Shiki, un lugar de la isla de Amakusa (en actual la villa de Reihoku,
prefectura de Kumamoto).
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Saichō (最澄? La más alta claridad, 767, provincia de Ōmi - 4 de junio de 822, monte
Hiei) fue un monje budista japonés que fundó la rama japonesa de la Escuela Budista del
Tiantai, llamada Tendaishū. Su nombre póstumo es Dengyō Daishi (伝教大師?). El
Tendaishū parte del Tiantaizong chino, que difundía su conocimiento desde la cordillera
del Tiantai. El Tendaishū tenía su templo principal Enryaku-ji en la Montaña Hiei,
cercana a Kyōto.
Ordenado a la edad de 13 años, estudió en China y regresó con las enseñanzas del
budismo Tendai, el cual adopta el Sutra del Loto. A diferencia de otras sectas budistas
en Japón, esta afirma que el mundo material puede guardar significado y significancia,
que los preceptos de Buda son alcanzables para todos y no solamente para algunos
elegidos.
Saichō gozó del favor del gobierno pero a veces se ganó la enemistad de los líderes de
otras sectas budistas japonesas. El monasterio que construyó en el monte Hiei se
convirtió en uno de los más grandes centros de aprendizaje budista.
La guerra de Ōnin o rebelión de Ōnin (応仁の乱 Ōnin no Ran?) (1467–1477) fue una
contienda civil ocurrida en el centro de Japón que destruyó los remanentes de la
autoridad gubernamental e indujo a un siglo de conflictos armados. Este conflicto se
desencadenó por la disputa entre Hosokawa Katsumoto y Yamana Sōzen, que devino en
una guerra nacional que involucró al shogunato Ashikaga y a los más poderosos daimyos
del período Muromachi.
Esta guerra desembocó en lo que conocemos como Sengoku jidai, "la era de los estados
combatientes". Esta época fue larga, salpicada de luchas por la dominación bajo un solo
daimyo, provocando un conflicto masivo entre varios clanes para tomar la totalidad de
Japón.
Fue durante este período, difícil e inestable, que surgieron las personalidades que serían
consideradas, más tarde, los tres más grandes daimyos del período Sengoku, y, que,
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eventualmente reunificarían al archipiélago nipón; fueron Oda Nobunaga, Toyotomi
Hideyoshi, y Tokugawa Ieyasu.
En 1587 se dicta el primer edicto de persecución contra los cristianos a instancia del
bonzo Nichijoshonin.5
Soy japonés y hermano jesuita y no he cometido ningún crimen pero muero sólo por
haber predicado la religión de Jesucristo, Nuestro Señor. Siento gran regocijo de morir
por esta causa. Para mí es una gran bendición. Puedo garantizar y afirmar que el único
modo de salvación es a través del camino cristiano.
Pablo Miki
Luego de 1597 y hasta 1614, los casos de martirio fueron escasos, 70 en total. En ese año
el shōgun Tokugawa Ieyasu a instancias de William Adams decide expulsar a los jesuitas.
Se calcula que durante el inicio del siglo XVII al menos 5.500 cristianos fueron
asesinados.6
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En 1614, el gobernador español de Filipinas le ofreció al daimyō cristiano Takayama
Ukon asistencia militar para derrocar al gobierno japonés, pero Ukon se negó.7
La rebelión estalló en 1637 y uno de los líderes fue el adolescente cristiano Amakusa
Shirō. Cerca de 37.000 rebeldes fueron muertos durante los combates, la mayoría de
ellos cristianos.
Cincuenta y cinco personas de todas las edades y de ambos sexos fueron quemados
vivos en el cauce seco del Río Kamo en Kioto, entre ellos había un niño de cinco o seis
años en los brazos de su madre, llorando e implorando, "¡Jesús, recibe sus almas!"
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