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EMPECEMOS EN EL INICIO

(Génesis 1: 24 - 31)

INTRODUCCION: Hemos escuchado por mucho tiempo acerca de la batalla que existe entre 2
creencias, el Evolucionismo y el Creacionismo. El evolucionismo es la teoría más defendida por los
científicos modernos, el Creacionismo es la creencia de nosotros, los cristianos. Hoy hablaremos
de un tema muy interesante y que es fundamento de nuestra fe, hablaremos de la creación, pero
nos centraremos en una de las mas maravillosas creaciones de Dios, el Hombre.

1. Los 5 días anteriores a la creación del Hombre, Dios había creado todo lo necesario para
que su obra más maravillosa pudiera venir a habitar esta tierra y tuviera todas las
comodidades (relatar la historia de la creación).

2. El hombre fue creado, a imagen de Dios (Gen 1:24 – 31 Luego dijo Dios: Produzca la tierra
seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su
especie. Y fue así. E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su
género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era
bueno. Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra
semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda
la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su
imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo:
Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en
las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Y dijo Dios: He
aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol
en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. Y a toda bestia de la tierra, y a
todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda
planta verde les será para comer. Y fue así. Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí
que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto)
Las Escrituras nos enseñan que el hombre no es un accidente o el resultado de un proceso
impersonal, sino la obra creativa de un Dios eterno. Después que Dios creó todas las demás
criaturas, Él formó a Adán, el primer hombre del polvo de la tierra, sopló en su nariz aliento
de vida y él llegó a ser un ser viviente. De Adán, Dios formó a la mujer Eva para ser su
compañera y ayuda idónea. Luego, Dios les mandó para que se multiplicaran y llenaran la
tierra que había sido puesta bajo su dominio. Toda la humanidad encuentra su ascendencia
en esta unión de Adán y Eva. Las Escrituras enseñan claramente que el hombre y la mujer
fueron creados por Dios y para Dios, y encuentran el sentido de su existencia sólo en
amarle, glorificarle y hacer Su voluntad. Únicos entre todas las demás criaturas, sólo ellos
fueron creados a imagen de Dios y se les concedió el privilegio de vivir en compañerismo
personal con Él.

Gen 1:26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra
semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la
tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.

Un dato importante de todo esto es que Dios no dice, “Sea el hombre,” como con el resto
de la creación (1:3, 6, 14), sino “Hagamos al hombre.” Esto comunica la idea de una
relación mucho más personal. La frase “Hagamos…” tiene dos posibles interpretaciones: (1)
Es una pluralidad de majestad. Era una costumbre común escribir los decretos de
personajes reales como si una pluralidad de personas estuviera hablando. (2) Es una
referencia a la Trinidad. El Padre (Génesis 1:2), el Hijo (Juan 1:1-3; Colosenses 1:16), y el
Espíritu Santo (Génesis 1:2) fueron involucrados en la creación.

Otro dato importante es que Dios no dijo, “según su género,” como con el resto de la
creación (1:11-12 21, 24-25), sino “a nuestra imagen.” La humanidad es única entre la
creación en que solo ella lleva la imagen de Dios. La imagen de Dios puede referirse a lo
siguiente: Personalidad – Adán y Eva eran criaturas personales y auto-conscientes. No eran
meros animales llevados por sus instintos o máquinas programadas para responder a cierto
estimulo. Espiritualidad – Las Escrituras declaran que “Dios es Espíritu” (Juan 4:24), y por
eso es razonable esperar encontrar este mismo atributo en el hombre que fue creado a la
imagen de Dios. Adán y Eva eran más que barro animado. Eran espirituales, dotados de una
capacidad genuina de conocer a Dios, de tener compañerismo con Dios, y responder a Dios
en obediencia, adoración, y acción de gracias. Conocimiento – En Colosenses 3:10, las
Escrituras enseñan que un aspecto de la imagen de Dios es el poseer un conocimiento
verdadero de Él. Esto no significa que Adán y Eva sabían todo lo que se puede saber de
Dios – una criatura finita no puede comprender plenamente a un Dios infinito. Más bien
significa que el conocimiento que Adán y Eva poseían era puro y sin mezcla de error. Auto-
Determinación o Voluntad. Adán y Eva habían sido creados con una voluntad, poseían el
poder de auto-determinación, y se les concedió la libertad de escoger. Inmortalidad –
Aunque Adán y Eva fueron creados y tuvieron un comienzo, y aunque cada momento de su
existencia dependía de la bondad de su Creador, ellos poseían un alma inmortal – una vez
creada, su alma nunca dejaría de existir. La inmortalidad del alma debe motivar a todos los
hombres a considerar cuidadosamente su asombrosa responsabilidad de auto-
determinación. Puesto que el alma es eterna, las decisiones que hacemos tendrán
consecuencias eternas de las cuales no podremos escapar.

No contentos con todo lo anterior Dios dice y señoree, nótese que El hombre y la mujer
recibieron el privilegio y responsabilidad de reinar sobre toda la creación como vice-
regentes de Dios. Su reinado no debía ser independiente del reinado de Dios, sino existir
en perfecta conformidad a Su voluntad. Ellos debían reinar para el beneficio y cuidado de
la creación y para la gloria de Dios.

3. En Génesis 1:26-28, aprendemos que el hombre es único de entre el resto de la creación en


que solo él fue creado a la imagen de Dios. Dios lo diseño para tener un compañerismo con
él, para que fuera administrador de todo lo demás que había hecho.

CONCLUSIÓN: Dios nos creo para su deleite y para su servicio, en esencia el hombre fue creado
bueno, pero hubo un pequeño inconveniente, el pecado hizo aparición en la humanidad y
trastorno todo lo que Dios había creado.

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