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Tono muscular:
Reflejos:
- Reflejos primarios: fisiológicos en los primeros meses de vida, son reflejos subcorticales y su
presencia indican un tronco cerebral indemne. Su ausencia o presencia cuando tenían que haber
desaparecido, son un signo de afectación neurológica. La valoración secuencial permite evaluar el
desarrollo madurativo (tabla 19.2, pág 843).
Los más importantes son:
a) Moro: en supino, realizando una tracción sobre las manos hacia delante y soltando bruscamente
sobre la camilla de exploración, se produce primero abducción de brazos y extensión de antebrazos
con apertura de manos (primer tiempo), seguido de adducción de brazos y flexión de antebrazos
(segundo tiempo) acompañado generalmente de llanto o ansiedad.
b) Succión: al estimular con el meñique la parte media de la lengua o el paladar, se provoca la succión
sobre el dedo.
c) Búsqueda: estimulando con el dedo la zona superolateral de los labios superiores, provocamos el
giro de la cabeza a uno y otro lado y apertura de la boca.
d) Galant: en posición prono, el roce de la región paravertebral, produce incurvación de la columna
hacia el lado estimulado.
e) Extensión cruzada: la estimulación de la planta del pie desencadena en la pierna libre rápida
flexión, apertura de dedos y aducción del pie hacia el estimulado.
f) Graspping de mano y pie: al apretar con el dedo índice sobre la parte media de palpa o planta,
debe producirse una flexión de los dedos.
g) Marcha automática: con el niño en posición vertical, al apoyarlo sobre una base firme se produce
primero una reacción de enderezamiento y al inclinarlo hacia delante, una sucesión de pasos. Puede
estar ausente los primeros días de vida.
h) Reflejo tónico asimétrico del cuello (inconstante): en supino al girar la cabeza hacia un lado, se
produce una extensión del miembro superior ipsilateral al lado que gira la cabeza y una flexión del
contralateral, acompañada o no de una respuesta similar en las extremidades inferiores.
i) Reflejos osteotendinosos (rotuliano, bicipital) y cutáneos (cutáneo-plantar): no son de gran interés
y a veces difíciles de explorar si no se tiene experiencia. Son relevantes cuando no se obtienen de
forma global y en varias exploraciones y asocian hipotonía, pues puede sugerir afectación
neuromuscular. Tener en cuenta que el reflejo cutáneo plantar en el neonato es extensor y eso no
es patológico (variable según naturaleza y localización del estímulo). La presencia de un clonus
aquíleo breve y fatigable o temblor, también puede ser normal en el neonato si no asocia otros
signos.
j) Reflejos táctiles superficiales: no desaparecen con la maduración. Pueden dar respuestas motoras
de flexión o involucrar a músculos del abdomen, suelo pélvico o esfínteres. Éstos últimos ayudan a
examinar la integridad de segmentos medulares lumbares o lumbosacros. Ej: reflejo anal externo y
bulbocavernoso (reflejos sómaticos S2-S4), contracción dartos, anal interno (reflejos autonómicos
T12-L2).
Nervios craneales:
- II, III, IV y VI: los valoramos juntos. Primero valorar fijación a la luz y seguimiento, presente al
nacimiento. También los movimientos oculares espontáneos en todas las direcciones y la respuesta
pupilar a la luz que requiere integridad del II y III par craneal. El estrabismo puede ser fisiológico los
primeros días cuando es variable. Debe ser considerado patológico los movimientos erráticos,
nistagmo, ausencia de fijación, signo del sol poniente o el S. Horner.
- Trigémino o V par craneal: ver exploración neurológica del niño.
- El VI, VII, IX, X, XI y XII los valoramos en conjunto valorando la succión-deglución. Un nervio
importante es el XII, lo exploramos observando la lengua, su atrofia y la presencia de fasciculaciones
de la misma, es sugestivo de degeneración del núcleo hipogloso, la cual aparece en atrofia muscular
espinal infantil tipo I (werdnig- Hoffman). El VII a partir de la mímica facial, la parálisis facial
unilateral produce asimetría cuando llora desviándose la boca al lado sano, si el origen es periférico
la parálisis es total permaneciendo el ojo del lado afecto abierto; en cambio en la central el cierre
del ojo es posible. Si la parálisis es bilateral buscar síndrome de Moebius.
Movimientos generales: movimientos que involucran a diferentes partes del cuerpo sin una
secuencia espaciotemporal característica. La presencia de estos movimientos generales
normales, constituye un excelente marcador de normalidad neurológica. En cambio la
presencia de movimientos alterados identifica niños con alto riesgo de parálisis cerebral y/o
trastorno del neurodesarrollo.
- Motricidad espontánea de manos y dedos: si las manos permanecen constantemente cerradas hay
que intentar abrirlas; si se deja abrir se trata de una inactividad pasajera, pero si es difícil abrirla y
el pulgar está inactivo se denomina pulgar adductus, considerándose un signo de lesión cerebral
prenatal.
- Movimientos anormales: los temblores y clonías en extremidades son normales en los primeros
días, sólo tienen significación si se aprecian en un niño tranquilo.
a) Sensibilidad al tacto ligero y presión: con reflejos primitivos táctiles que inducen reacciones
motoras estereotipadas (búsqueda, Galant, prensión..).
Sensibilidad al dolor: examinar la respuesta al estimular la piel con una aguja roma cuando está
tranquilo.
b) Temperatura: valoración de respuesta ante la aplicación de un tubo frío (no discriminan entre frío
o calor).
c) Vibración: medir respuesta motora a la colocación de un diapasón sobre un promontorio óseo.
d) Propiocepción: ningún método es aplicable a neonatos. Su desarrollo repercute en la
neuroconducta y sobre los reflejos ventilatorios.
Neuroconducta: dentro del examen neurológico se deben valorar los estados del neonato,
su variedad, el tiempo que permanece en cada uno y su adaptación al cambio.
-Alerta (4 niveles): nula o muy baja (coma), baja presta una atención fugaz con importantes ayudas
del examinador, intermedia cuando la alerta dura 5-15 segundos precisando ayuda moderada, alta
la alerta dura >15 segundos sin necesidad de ayuda.
-Irritabilidad, llanto: el término reacciona ante un estímulo perturbador con irritabilidad durante
unos pocos segundos, disminuyendo rápidamente al retirar el estímulo. Las reacciones del
prematuro son menos intensas, más prolongadas, en general menos consolables, pudiendo
acompañarse de cambios autonómicos.
-Habituación: refleja la capacidad para de protegerse ante estímulos desorganizados, objetivándose
la formación de una memoria. Cuando la corteza temporal y occipital están ausentes, no hay
habituación a estímulos visuales (disminución de la respuesta a la luz) ni auditivos (disminución de
la respuesta al sonido).
-Orientación: exige reevaluación posterior, ya que muchos neonatos no responden en un momento
dado.
Orientación olfativa: se detecta a los pocos minutos del nacimiento para la alimentación. A
partir de las 29 semanas se detecta este comportamiento.