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2.

Historia Nuestro tema es el florecimiento de la lógica, significativo en la historia de la


filosofía, en España, Portugal, y los virreinatos ibéricos durante el período que corresponde
aproximadamente al Siglo de Oro (los siglos XVIXVII). Su origen se asocia al renovado interés
en la lógica (y otras disciplinas) en la universidad de París después de la restauración de los
nominalistas en 1481. Entre estos filósofos figuraban varios españoles, quienes prosiguieron
su trabajo a principios del siglo XVI en las universidades de Alcalá y Salamanca. El
entusiasmo por la lógica se extendió a otros centros de estudios superiores en la Península y
luego en América. Las varias corrientes de la LSO siguieron desenvolviéndose en el ambiente
académico hasta debilitarse en el siglo XVIII a medida que crecía el predominio de la filosofía
“moderna” (ésta, sin embargo, apenas si alcanzó el nivel de sofisticación de la lógica
escolástica que reemplazaba). A mediados del siglo XVI había una tendencia a simplificar los
libros de texto, revisión que varios filósofos veían como una “edad de oro” de la lógica. A fines
del mismo siglo se nota cierto fortalecimiento del aristotelismo y del tomismo y, en la primera
mitad del siglo XVII, una rebeldía contra posiciones tradicionales, la cual corresponde quizás
al espíritu moderno al norte de los Pirineos. La filosofía de la que la LSO forma parte, se llama
“escolástica” por sus raíces en las “escuelas” medievales, las cuales continuaban a su vez las
tradiciones de los padres de la iglesia y de los filósofos griegos y romanos. Una gran parte del
contenido de la LSO refleja este pensamiento anterior. La aproximación extensional de la
lógica se asocia a una corriente “moderna” (en un sentido distinto del de arriba) que se
remonta sobre todo a Guillermo de Ockham y otros “nominalistas” del siglo XIV. La otra
aproximación era la de los “realistas”, una posición percibida en la LSO como “antigua”. No
hay que exagerar la incompatibilidad entre estas concepciones de la lógica (y la ontología y
epistemología que encarnan), porque las posiciones realistas podían incluir las nominalistas;
en efecto, los realistas participaban en las discusiones “modernas” (U41, U75) 3 . La LSO
hacía interesantes aportes a estas tradiciones y frecuentemente cuestionaba, como la lógica
actual, hasta los fundamentos más “aceptados” de la lógica. Está fuera del alcance de este
estudio señalar el desarrollo histórico de las doctrinas expuestas. Por lo tanto, cuando
explicamos algún punto, no queremos afirmar ni negar que fuese “descubrimiento” de la LSO.
En particular no queremos dar la impresión de que todos los autores estuvieran de acuerdo
sobre todas las doctrinas que escogemos para exponer; eran en realidad tan polémicos como
los lógicos de hoy. Sin embargo, aludimos frecuentemente a las controversias de aquel
tiempo. En general la LSO investigó los mismos problemas lógicos y trató de resolverlos con
los mismos recursos como en las otras fases de la historia de la lógica. Efectivamente, su
problemática y metodología no distaba mucho de la lógica “simbólica” o “matemática” de hoy,
y hasta los enfoques propios de la LSO tienen interesantes correspondencias con la lógica
actual y no pocas veces la complementan. La LSO, pues, no es sólo de interés histórico, y es
por eso que su estudio constituye una introducción a la lógica a secas. Por ello, al explicar
alguna doctrina de la LSO, no se niega que pueda ser también un lugar común de la lógica de
hoy; a menudo señalamos las correspondencias entre la LSO y la lógica actual

Redmond, Walter. La lógica del Siglo de Oro. Una introducción histórica a la lógica, EUNSA,
2004.
I. LÓGICA GRIEGA

1. Aristóteles

Con el trabajo de Aristóteles (384-322 a.c.) surge la lógica en el mundo. Él desarrolla la


teoría del silogismo, a la que se alude cuando se habla de la lógica aristotélica como un
antecedente remoto de la lógica con temporánea. En el despliegue de la parte central de
su teoría, Aristóteles sólo considera cuatro tipos diferentes de enunciados o proposiciones
a partir de los cuales formula sus propuestas de argumentación válida. Los cuatro
enunciados (o, mejor, formas enunciativas, esto es, expresiones en las que figuran
variables y que se convierten en enunciados una vez que estas variables se sustituyen por
las expresiones adecuadas correspondientes) en cuestión son el universal afirmativo,
'Todo S es P' (A), el universal negativo, 'Ningún S es P' (E), el particular afirmativo, 'Algún
S es P' (1) y el particular negativo 'Algún S no es P' (O). En donde las letras 'S' y 'P' son
variables predicativas que toman como valores sustantivos generales, de tal manera que
una forma enunciativa del tipo (1), 'Algún S es P', se convierte en el enunciado 'Algún
hombre es mortal' al sustituir 'S' y 'P' por 'hombre' y por 'mortal', respectivamente.
Finalmente es preciso señalar que Aristóteles también consideró otra clase de enunciados,
los individuales, como 'Sócrates es mortal', que comentaristas posteriores asimilaron a los
enunciados universales afirmativos, creando bastante con fusión, pues la predicación tiene
características diferentes en ambos casos. La manera gráfica, postaristotélica, de
representar las relaciones lógicas entre los enunciados (formas enunciativas) categóricos
aristotélicas (A, E, 1, O), se conoce con el nombre de cuadrado de oposición y es el
siguiente:
Las relaciones lógicas que se dan entre estos enunciados son: los contrarios (A, E; esto
es, los enunciados universales), pueden ser ambos falsos, pero no ambos verdaderos; los
subcontrarios (1, O; esto es, los enunciados particulares), en cambio, pueden ser ambos
verdaderos, pero no ambos falsos; por otra parte, con respecto a la subalternación, de la
ver dad de cualquiera de los contrarios (A, E), se sigue la verdad del subcon trario
correspondiente (1, O) Y de la falsedad de cualquiera de los subalternos (1, O), se sigue la
falsedad del contrario correspondiente (A, E). Finalmente, los enunciados contradictorios
tienen siempre valores veritativos opuestos: si uno de ellos es verdadero, el otro es falso
ya la inversa. La silogística aristotélica forma parte de la que hoy se considera la teoría
general de la inferencia deductiva. Conforme a ésta, se define lo que es un argumento
deductivo válido (y aquí tendremos que apelar a

Lógica. EIAF 7, edited by Carlos E. Alchourrón, et al., Editorial Trotta, S.A., 2013.
Historia de la Lógica

ⓐ Edad antigua
Aristóteles de Estagira (384 a.c. – 322 a.c.) considerado como creador de la Lógica, sin embargo sus
predecesores desarrollaron y cultivaron la inferencia y la prueba en los diferentes debates que por aquel
tiempo realizaban los filósofos.

En el plano sintáctico y semántico del lenguaje Protágoras fue el primero en estudiar las oraciones,
Platón en su obra Sofista trató también las afirmaciones y las negaciones, introduce la noción del
método axiomático que más tarde fue completado por Aristóteles cuyo mérito radica el haber
sistematizado la lógica formal codificando las formas de argumentación correcta que es donde radica la
naturaleza de la lógica como ciencia. Los escritos lógicos de Aristóteles están contenidos en su libro
Organon que significa “instrumento” para pensar correctamente (propedéutica o metodología), este libro
contiene los cinco tratados siguientes: las categorías, las proposiciones, los analíticos, (primeros y
segundos) los tópicos y las refutaciones sofísticas. Los analíticos es el tratado que contiene la naturaleza
de la lógica y el Silogismo que trata del razonamiento lógico aristotélico usando proposiciones
categóricas.

Aristóteles aporta a la lógica la introducción del uso de variables, las proposiciones por su cantidad y su
cualidad, el raciocinio deductivo, las formalizaciones de la Lógica y el desarrollo silogístico.

Más adelante Teofrasto y Eudemo aportaron los silogismos hipotéticos condicionales perteneciente a la
lógica de las proposiciones los Megariacos plantean el significado de las proposiciones “Si - entonces”
los Estoicos desarrolla la lógica Verdadero – Falso de las proposiciones.

ⓑ Edad media
La Lógica Medieval se basa en el trabajo de Aristóteles, es recogida por los sacerdotes y cultivado
mayormente en los conventos, escuelas y universidades de Europa Occidental.

Los estudios de los lógicos profesionales estuvo dirigido al comentario del Organon destacando Pedro
Hispano y Juan Buridan estableciendo que “de Dos premisas contradictorias, se puede deducir cualquier
conclusión”.

ⓒ Edad Moderna
La época moderna marca el inicio de la Lógica Matemática. El precursor de esta lógica es Guillermo G.
Leibniz quien introdujo el cálculo lógico llamado “Mathesis Universalis” que fuese
operacionalmente mecánico, inequívoco y no cuantitativo que permitiera acabar con todas las disputas y
controversias. también desarrolló el cálculo de la Lógica Proposicional. Euler es otro de los precursores
de la Lógica Matemática, introdujo los diagramas que llevan su nombre para ilustrar geométricamente
los silogismos.

ⓓ Edad Contemporánea
El siglo XIX se caracteriza por el nivel de abstracción que alcanza la lógica matemática destacando
Hamilton sobre la cuantificación de todo o alguno. Augusto de Morgan considera que la base, común de
la lógica radica en las relaciones de inclusión o exclusión parcial o total entre clases; George Boole
construye la Teoría de Clases. Venn aclara los procedimiento de Boole representando los procesos
algebraicas en los diagramas de Venn. Giussepe Peano da a la lógica el nombre de lógica matemática
creando un lenguaje simbólico para las demostraciones matemáticas propuso el uso de los puntos
auxiliares y un modo de simbolizar los cuantificadores. Bertrand Russell en su obra “Los Principios de la
matemática” propone que las matemáticas puedan reducirse a una rama de la lógica generando en su
obra investigaciones sobre la inferencia y sus respectivas aplicaciones.

En el siglo XX la lógica simbólica, que tanto debía a la matemática había desembocado, desde principio
del siglo, en cuestiones irresolubles. Esto produjo un paulatino alejamiento de la lógica con respecto a la
matemática, así como un deslindamiento de las competencias respectivas. Por un lado, la lógica,
alejándose del excesivo formalismo y simbolismo, empieza a ocuparse y preocuparse de problemas
semánticos, es decir de las relaciones entre los símbolos y lo que expresan. Se producen así un
acercamiento de la lógica a la lingüística y a la epistemología. Filósofos como L. Wittgenstein, R.
Carnap inicialmente bajo la influencia formalista y logicista, dan un viraje en su filosofar orientándose
hacia preocupaciones lógico - semántica.

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