Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
1
El Absurdo
“Hay que imaginarse a Sísifo dichoso”1, nos dice Albert Camus ante la gran
tragedia del absurdo. La vida toma un solo eje y se tiende a dejar de lado los aspectos de
conciencia. Esa es la tragedia: Sísifo logra captar todo el sentido de su castigo y ahí es
su roca. Es el peso de su vida, que no puede llevar, sino hasta cierto punto en donde se
detiene y toma conciencia de la misma.
Vemos, de todas formas, cierta esperanza en las tragedias griegas. Hay un lazo –
dice Camus- entre la dicha, lo absurdo y la tragedia. Esto no está más que en la
conciencia. “Conozco y sé mi destino, me apropio de él y, por tanto, desaparecen de lo
celeste los dioses”.
Sin embargo, vemos en el teatro del absurdo un aspecto interesante. Los “héroes
absurdos” parecen no conocer nada. Es posible, incluso, imaginar lo que sería, con
posterioridad, el teatro de las marionetas. Personajes que parecen carecer de sentido,
que, de cierto modo, poetizan, en la propia acción, la gran farsa de la vida.
En este sentido, “la futilidad de la existencia –que solo puede aliviar el amor y la
capacidad de vernos en nuestro propio absurdo-“ 2 queda representada solo en el teatro
del absurdo como máximo abuso hermenéutico de la vida en sí. Aquí no se trata de
egregios personajes ni toma importancia la “altura de la caída”. No. En el teatro del
absurdo nos ponemos, como público o lector –pero, por sobre todo, como público- ante
los más absurdos personajes y situaciones. Desde el principio que son “héroes
absurdos” y siempre lo serán.
2
Büchner –menciona Esslin- es precursor de un aspecto interesante del Teatro del
Absurdo. Lo pone de manifiesto como “drama violento y brutal de la aberración y la
obsesión, (…) en donde participan criaturas atormentadas, casi imbéciles, poseídas por
alucinaciones”. 3
Ante esto, la obra de Ionesco “La cantante calva” grafica de muy buena forma
la catarsis absurda a la que pueden llegar los personajes, casi en un estado colérico,
inconsciente de cualquier aspecto de la realidad cotidiana.
La cantante calva
Aspectos del Teatro del Absurdo
“El Teatro del Absurdo tiende hacia una radical devaluación del lenguaje, busca
una poesía que ha de surgir de las imágenes concretas y objetivas del escenario” 4. Es ahí
donde radica la máxima simbología del absurdo en el teatro como representación de la
realidad y como una crítica a la misma.
Sr. Smith: Hay algo que no comprendo. ¿Por qué en la sección del
registro civil del diario dan siempre la edad de las personas muertas y
nunca la de los recién nacidos? Es absurdo.
3
Ibid. 253
4
Ibid. 17
3
Evidentemente, abrazados con la camisa de fuerza de la lógica, podríamos decir:
“Es absurdo lo que ÉL dice, la edad de los recién nacidos es obvia; la de los muertos en
cambio, puede variar”.
Dentro de esa gran masa visual absurda aparece algo que en primera instancia
podría parecer la grieta que hace pasar la luz en lo oscuro. Sin embargo, pensándolo
bien, este comentario que parece ser consciente de la condición humana y bastante
racional no es más que otro absurdo, ya que se plantea en un contexto absurdo. El autor,
entonces, lo plantea como una ironía. El mensaje carece por completo de sentido. Ante
la incomunicación, no hay nadie a quien respetar ni nadie que respete.
SENTENCIA: Todo ser humano se encuentra solo.
4
poco en patas de gallo o algo así. Después siguió la
transformación de todo el cuerpo, hacia arriba, como sube el
agua en un estanque. Mi única esperanza estaba ahora en los
amigos, que inexplicablemente no habían llegado. Cuando por
fin llegaron, sucedió algo que me horrorizó: no notaron mi
transformación. Me trataron como siempre, lo que probaba que
me veían como siempre. Pensando que el mago los ilusionaba
de modo que me vieran como una persona normal, decidí
referir lo que me había hecho. Aunque mi propósito era referir
el fenómeno con tranquilidad, para no agravar la situación
irritando al mago con una reacción demasiado violenta (lo que
podría inducirlo a hacer algo todavía peor), comencé a contar
todo a gritos. Entonces observé dos hechos asombrosos: la
frase que quería pronunciar salió convertida en un áspero
chillido de pájaro, un chillido desesperado y extraño, quizá por
lo que encerraba de humano; y, lo que era infinitamente peor,
mis amigos no oyeron ese chillido, como no habían visto mi
cuerpo de gran pájaro; por el contrario, parecían oír mi voz
habitual diciendo cosas habituales, porque en ningún momento
mostraron el menor asimbro. Me callé, espantado. (…)”
Otro aspecto interesante en las obras del Teatro del Absurdo corresponde a lo
“atormentado e imbécil” de los personajes. Como mencionaba anteriormente, no es de
sorprender que haya dado paso al teatro de las marionetas. Y es claro. Sartre menciona
que “la guerra mata, incluso a los que sobreviven (…) La historia, en un solo y único
movimiento, reclama a sus héroes, los crea y los destruye al hacerlos incapaces de vivir
sin sufrir en la sociedad que han contribuido a forjar”. La sociedad se encuentra
desorientada o, mejor dicho, muerta y eso es precisamente lo que el Teatro del Absurdo
quiere representar.
5
Es de deducir, entonces, la característica muerta-viva de la sociedad posguerras.
Es evidente, así, que eso busca precisamente señalar Ionesco. No hay comunicación,
estamos solos, la vida es absurda. De esa manera, la sentencia esta vez es absolutamente
individual. La pregunta la hace Camus: ¿vale la pena o no vivir la vida?6
Tras bastantes diálogos sin sentido, tras la aparición del bombero que no
encuentra purificación ni redención en la casa inglesa de Los Smith (digo, abusando
hermenéuticamente, que no encuentra fuego, por tanto, “el fénix” o el espíritu de la
humanidad no renace) y mucho menos encuentra la curiosidad tan latente de los faunos
de Prometeo7 por explicarse la vida. Y tras la cuasi huida del mismo, viene, si no la más
interesante, la escena más insana. Es aquí donde quiero concentrar mi atención:
6
En la escena XI, los personajes comienzan a lanzar parlamentos que no se condicen en
ningún aspecto. Son frases al aire que, sin embargo, llevan en si mucho del sentido de la
obra.
8
BUKOWSKI, Charles. “Pulp”. Pp 149. Editorial Anagrama. 2010. Barcelona.
7
instancia. Como dije con anterioridad: se arrancan pedazos del mundo, ya destruido, a
cabezazos mientras se ríe y llora al mismo tiempo.
La cantante calva lo estaba cantando –o graznando- a gritos desde las brasas del
mundo como el más triste de los blues.
8
BIBLIOGRAFÍA
-Albert Camus. “El mito de Sísifo”. Editorial Losada. Buenos Aires. 1996.
-Albin Lesky. “La tragedia griega”. Editorial El Acantilado. Barcelona. 2001.
-Charles Bukowski. “Pulp”. Editorial Anagrama. Barcelona. 2010
-Eugene Ionesco. “La cantante calva”. Editorial Losada. Buenos Aires. 2008
-Martín Esslin. “El teatro del absurdo”. Editorial Seix Barral. Barcelona. 1996