Hospital de Tortosa Verge de la Cinta

Urgencies

PRÀCTIQUES CLÍNIQUES EN
UNITATS DE CRÍTICS
CICLE REFLEXIVO

Inês Damasceno
 En el marco de la etapa de Urgencia Pediátrica, realizada en el HTVC, tuve la oportunidad
de presenciar y acompañar a niños / padres que vivían la transición salud-enfermedad. Entre las
diversas situaciones de esa semana, opté por profundizar la urgencia de "Francesc".

El pasado 10 de enero de 2018, "Francesc" entró en el SU pediátrico del HTVC

acompañado por su madre. Francesc es un niño de 1 mes de edad, que se encontraba dormido
y con mucosas de color e hidratadas.

Según la madre, el bebé tenía fiebre desde el día anterior, con temperaturas que
rondaban los 38,7 ° C (temperatura rectal). En el momento del tamizaje, presentaba 37,5 ° C
(temperatura axilar). La madre negaba cambios en el apetito, vómitos, diarrea o cambios en las
características de la orina.

La fiebre es la manifestación más común en la edad pediátrica y se define como un

aumento de la temperatura corporal por encima de la normal variación diurna. La temperatura
corporal es determinada por el centro termorregulador hipotalámico, que responde a diversos
estímulos, siendo el principal la infección (DGS, 2004). La prescripción médica de análisis a orina
y sangre, tenía como objetivo identificar el foco de la fiebre, una vez que la fiebre tiene valor
como signo de enfermedad y no como enfermedad en sí misma, debiendo identificarse y
tratarse la causa de la fiebre. (DGS, 2004, p.7).

Se dio prioridad amarilla en la clasificación, por el contexto de la situación evaluada y

después de algunos minutos, recibimos la prescripción médica para la realización de análisis de
sangre (hemograma, bioquímica y hemocultura) y la orina (orina tipo II y urocultura).

El niño y la madre fueron encaminados al box de pediatría. A la entrada la madre parecía

tranquila, entrando sonriente y no vacilando. Para no realizarse de inmediato los
procedimientos, se estableció un diálogo para conocer la dinámica familiar de aquella familia,
experiencias anteriores semejantes, miedos, con el objetivo de comprender el proceso de
transición que vivía. Se pudo constatar que la madre ya había pasado por una situación idéntica
con otro hijo hace cerca de 1 año. Sin embargo, a medida que se hablaba con la madre, esta
mostraba algo ansiedad, constatada a través del temblor del habla y de las manos. La
enfermedad del niño constituye una crisis, no sólo para ella, sino también para toda su familia.
Percepciones y sentimientos referentes a la posibilidad de muerte, generan estrés y ansiedad
(Zulske et al, 2008).

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 El término "stress" puede ser usado para denominar el conjunto de reacciones que un
organismo desarrolla al ser sometido a una situación que requiere esfuerzo de adaptación. En
esencia, lo que tenemos es un estímulo que desencadena una respuesta. El estrés viene del
medio externo, del ambiente social o del medio interno, siendo capaces de dar lugar a una serie
de reacciones. Las familias se adaptan a los eventos estresantes de diferentes maneras,
gestionando y vivenciando su transición (Souza, 2008).

Un papel fundamental de la enfermería es ayudar a las personas a vivir las transiciones.

La razón para considerar esta un área importante para la enfermería es que las personas que
viven transiciones tienden a ser más vulnerables a los riesgos que pueden afectar a la salud y el
bienestar (Meleis, 2005). El desafío para los enfermeros y otros elementos involucrados, ante la
necesidad de soporte en los procesos de transición, es entender el proceso de transición e
implementar intervenciones que presten ayuda efectiva a las personas, con el fin de
proporcionar estabilidad y sensación de bienestar (Petronillo, 2007). La comunicación tiene un
gran papel en el proceso de las transiciones, ya que nos permite conocer cómo el niño / familia
está experimentando la transición, siendo ésta una competencia de "comunicar con el niño y la
familia utilizando técnicas apropiadas a la edad y estadio de desarrollo "," Demostrar
conocimientos profundos sobre técnicas de comunicación en la relación con el niño y la familia
"y" demostrar habilidades de adaptación de la comunicación al estado de desarrollo del niño ".
(Ordem dos Enfermeiros, 2010).

Se explicó a la madre las razones por las que “Francesc” iba a realizar estos
procedimientos y su objetivo. Después de la explicación de la enfermera la madre pareció un
poco más tranquila, calmando la voz y los temblores, agarrándose al bebé. La madre se quedó
junto al niño durante los procedimientos. Se realizó la limpieza de la región genital con agua y
esponja y se coloco el saco colector. El enfermero tiene un papel fundamental en el
establecimiento de asociación y comunicación con el niño / padres.

Según los enunciados descriptivos (Ordem dos Enfermeiros, 2001), el enfermero debe
tener respeto por las capacidades, creencias, valores y deseos de la naturaleza individual del
cliente; establecer una búsqueda constante de la empatía en las interacciones con el cliente;
establecer asociaciones con el cliente en la planificación del proceso de atención y empeñarse,
teniendo en cuenta el menor impacto negativo en el cliente, provocado por los cambios de
ambiente forzados por las necesidades del proceso de asistencia sanitaria.

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 El siguiente procedimiento sería la toma de sangre. Se proporcionó 2 ml de sacarosa y
se explicó a la madre su objetivo. Se pidió la colaboración de la madre en la administración de
la sacarosa, a medida que hablaba y acariciaba al bebé, para establecer una asociación de
cuidados. La atención de los padres aleja el miedo que el niño siente y proporciona seguridad,
protección, tranquilidad y bienestar (Zulske et al, 2008). A medida que se procedía a la punción,
la madre fue dando la sacarosa en la parte anterior de la lengua y estimulando la succión con el
chupete. La solución de sacarosa es eficaz en el alivio del dolor en el procedimiento de punción.
La administración de la sacarosa oral en la parte anterior de la lengua se recomienda 2 minutos
antes del procedimiento doloroso. Sin embargo, a pesar de la sacarosa, deben aplicarse otras
medidas no farmacológicas, como la succión no nutritiva, caricias y / o sujetar como hizo la
madre de "Francesc" y surtió mucho efecto (Gaspardo et al, 2005). La administración de la
sacarosa minimizó el dolor en el niño y la asociación establecida con la madre promovió la
vinculación niño / madre, siendo estas competencias del enfermero.

El bebé estuvo tranquilo durante todo el procedimiento. La finalidad de la profesión es

el bienestar de otros seres humanos. Así, es sobre la base de esta finalidad que debemos
encontrar los mejores medios para resolver las situaciones que se nos presentan como
dilemáticas, en el transcurso de nuestro ejercicio profesional (Deodato, 2006). Se le comunicó a
la madre que actuó de la mejor manera en traer al niño al SU y que estaba en el lugar adecuado
para descubrir el origen de la fiebre y intervenir lo más precozmente posible.

La madre fue a dar de mamar al "Francesc". Pasados 30 minutos, regresó, refiriendo que
el bebé ya había orinado. Se llevó a cabo la prueba Combur®, que resultó negativa en todos los
parámetros.

La Pediatra optó por el internamiento, para descubrir el foco de la fiebre. La madre fue
informada por la médica y de inmediato se procedió al internamiento. "Francesc", un niño
vulnerable y dependiente, queda en vigilancia. El bebé, en virtud de su inmadurez biológica,
reflexiva, ética, social y afectiva, es un ser profundamente dependiente, frágil, susceptible de
ser objeto de desconsideración por los derechos inherentes a su real condición de ser humano
y, en esa medida, carente de una particular protección, tanto mayor cuanto más marcada a su
personalidad (Almeida, 2006).

Hubo la oportunidad de conversar con la madre en el internamiento. Parecía más

ansiosa, con los ojos muy abiertos, voz trémula y preguntando constantemente a la enfermera:
"¿De qué será la fiebre?". Otra preocupación, era para los otros dos hijos, que al estar el marido

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fuera del país, tuvo que dejarlos con una amiga. Al ser abordada la transición salud-enfermedad,
la madre refirió, "estoy viviendo completamente una transición". La madre fue recordada que
está en el lugar indicado para descubrir el origen de la fiebre y tan pronto como se supieran los
resultados, sería informada. Se le entregó la Guía de bienvenida y subrayé que si ella al día
siguiente quisiera ir a casa o estar con los otros hijos, podría quedarse otro familiar
acompañando al bebé, lo que tranquilizó bastante a la madre, refiriendo "no sabía que era
posible, que bueno. "Así mañana voy a casa a organizar lo que dejé pendiente y mi madre está
aquí ese rato." Se dijo que durante la noche habría siempre enfermero y pediatra y para llamar,
si necesitase alguna información o ayuda.

Al final de este turno, constaté que actué ante la transición salud-enfermedad

vivenciada por la madre. A pesar de toda la ansiedad e incertidumbre del diagnóstico, el diálogo
establecido con la madre a lo largo del proceso, la explicación de todos los procedimientos, la
concienciación de que estaba en el lugar adecuado para intervenir lo más precozmente posible
y el hecho de mencionar que estaría siempre "allí" alguien para lo que necesitara, tranquilizaron
a la madre. Esta ha dicho "tengo mucha confianza en ustedes, sé que mi hijo está en muy buenos
cuidados". Según Deodato (2006), el deber del enfermero deriva de la naturaleza de su relación
profesional con la persona que presta atención, cuya base es la confianza. He aplicado algunas
competencias de enfermera especialista, como "comunicar con el niño y la familia utilizando
técnicas apropiadas a la edad y estadio de desarrollo", "demostrar conocimientos profundos
sobre técnicas de comunicación en la relación con el niño y la familia" y "demostrar habilidades
de adaptación de la comunicación al estado de desarrollo del niño "(Ordem dos Enfermeiros,
2010).

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