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Palabras clave: SENAME, niños, niñas, adolescentes, abuso sexual, victimización secundaria,
Chile.
El abuso sexual constituye una forma de maltrato, además de una grave vulneración a
los derechos humanos fundamentales (Miranda, 2012). En este sentido, la denuncia de este
hecho supone para los niños, niñas y adolescentes someterse a una serie de pericias judiciales,
así como ponerse a disposición de intervenciones dirigidas a tratar el daño provocado por el
abuso sexual.
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reinserción social de adolescentes que han infringido la ley penal; y en conformidad con otras
consideraciones jurídicas.
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Respecto a la implicancia de la victimización secundaria en la presente revisión, esta
es definida como las “consecuencias psicológicas, sociales y económicas negativas que dejan
las relaciones de la víctima con el sistema jurídico penal” (Kreuter, 2006; Soria, 1998;
Landrive, 1998, citado en Gutiérrez de Piñeres, Coronel y Pérez, p. 50, 2009). Otros autores
(Montada, 1991; 1994; Albarrán, 2003, citado en Gutiérrez de Piñeres, Coronel y Pérez)
definen la victimización secundaria como una reacción social negativa generada por la
victimización primaria pero que se presenta en la intervención de las instituciones sociales y
gubernamentales, cuando éstas pretenden reparar un daño, rememorando la primera
victimización produciendo que la víctima vuelva a experimentar una violación a sus derechos
legítimos.
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2. Identificar el funcionamiento del diagnóstico psicosocial del SENAME en NNA
abusados sexualmente.
Resultados
Intervenciones: Diagnóstico.
que son requeridas tanto por Fiscalía como por Jueces de Familia.
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juvenil, estas constituyen informes técnicos, que no tienen el carácter de
● Fase de Evaluación: Entrevista pericial propiamente tal que busca dar respuesta a lo
solicitado por la autoridad competente; por medio de una indagación de aspectos
cognitivos, emocionales y sociales del sujeto. En los lineamientos también se destaca
la participación no solo del NNA en esta Fase, sino también del adulto responsable
del sujeto. Finalmente, esta Fase permite, en síntesis, otorga una visión completa del
posible daño asociado a alguna experiencia vulneradora, otorgar sugerencias a seguir;
la evaluación del tipo de vulneración de derechos, la gravedad del daño y el nivel de
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vulnerabilidad. Para esto se contempla la utilización de un amplio espectro de baterías
de pruebas, así como la utilización de la entrevista semi-estructurada.
Intervenciones: Programas
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● Fase de Calificación: Tiene por objeto evaluar si el NNA ha sido víctima de maltrato
físico grave y/o agresión sexual, así como la determinación de la pertinencia de
adoptar medidas en pos de su derecho de protección. El elemento relevante de esta
fase, para nuestra revisión, es la calificación del tipo de maltrato por medio de una
evaluación directa y/o por medio de un trabajo con las fuentes de derivación.
Entrevista Semi-estructurada.
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La entrevista focalizada es un tipo de entrevista semi-estructurada diseñada para la
investigación de los medios de comunicación. Tuvo por fundamento para su creación el
obtener una base para interpretar los hallazgos realizados con investigaciones estadísticas.
Para realizarse se diseña una guía de entrevista a partir de los siguientes criterios: Ausencia
de dirección, especificidad, amplitud, y la profundidad y el contexto personal. (Flick, 2004).
La entrevista semi-estandarizada es una elaboración específica de la entrevista semi-
estructurada que tiene por fin reconstruir las teorías subjetivas; este último concepto hace
referencia al hecho de que el sujeto posee un caudal de conocimientos sobre el asunto en
estudio. Esta entrevista se caracteriza por integrar ayudas metodológicas, consistentes en
distintos tipos de preguntas, que permitan dar cuenta de la teoría subjetiva del entrevistado;
así como por la inclusión de una técnica de representación gráfica denominada técnica de
generación de una estructura, que sirve para estructuras las declaraciones del entrevistado.
Por otra parte, también existe la entrevista centrada en el problema, la cual ha sido aplicada
destacadamente en la psicología alemana. Esta entrevista utiliza una guía que incorpora
preguntas y estímulos narrativos, los cuales permiten obtener datos biográficos sobre cierto
problema (Flick, 2004). La cual, además, se realiza sobre ciertos criterios, a saber: Centrarse
en un problema social pertinente; la orientación al objeto, y la orientación al proceso en el
proceso de investigación y en la manera de comprender el objeto de investigación. Según
Flick, existen dos tipos de entrevistas semi-estructuradas más: La entrevista a expertos y la
entrevista etnográfica (2004). No obstante, estas se encuentran ajenas al contexto que
presuponen las bases técnicas del Diagnóstico y PRM propuesta por el SENAME.
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La evaluación psicológica pericial tiene un interés general por la valoración del estado
mental del sujeto, en pos de indagar sobre las repercusiones jurídicas de posibles trastornos
mentales. Las características que la distinguen de la evaluación psicológica clínica son el
contexto de aplicación -judicial-, el objeto de la demanda -pericial- y las repercusiones sobre
el futuro del evaluado en el ámbito legal. Los instrumentos más utilizados por este tipo de
evaluación son los autoinformes y las entrevistas estructuradas. Las aplicaciones de éstos se
ven, no obstante, condicionados por elementos propios del contexto. Entre estos está la no
presentación voluntaria del evaluado ante el profesional, sino que su participación y papel
están determinados por el proceso judicial (2011). Asimismo, las consecuencias del dictamen
pericial para el evaluado pueden exhortar a este a que manipule la información aportada para
conseguir un beneficio o evitar un perjuicio. Finalmente, el contacto con el abogado, y la
experiencia -en ciertos casos- en evaluaciones periciales previas, complican la labor del
peritaje. Debido a estas dificultades, la evaluación forense tiene un énfasis en el control de las
respuestas inadecuadas a los instrumentos utilizados (2011).
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precisa recolección de datos; debe obviar los juicios de valor, la presencia de datos injuriosos
o no verosímiles y conclusiones no probadas (2007).
En términos legales, la ley N° 19.927 se encarga de definir el abuso sexual como una
acción sexual de contacto con la víctima, que afecte a los genitales, ano o boca de la víctima,
sin incluir acciones del acceso carnal. Este punto se hace para diferenciar el abuso sexual de:
La violación, que respecta a las instancias en las cuales existe penetración por parte del
agresor; del estupro, sin consentimiento o con consentimiento no válido; y sodomía, que
refiere a instancias de penetración de varón a varón (Ramírez, 2007).
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Se ha encontrado que dentro de las formas de intervención psicoterapéuticas a lo que
refiere el Trastorno de Estrés Post Traumático que puede presenciarse en personas abusadas
sexualmente, las terapias basadas en psicoanálisis no muestran ser funcionales en casos de
abuso, por otro lado, existe una efectividad en terapias de tipo Psicodinámicas enfocadas en
el aliviar síntomas y sufrimiento del afectado, apuntando a una re significación de la historia
propia. También se ha encontrado beneficios de las terapias grupales debido a factores como
la cohesión, catarsis, y otros, teniendo gran. Así mismo, se ha encontrado efectividad en
terapias cognitivo conductuales, como la terapia de exposición, y por técnicas de
reestructuración cognitiva (Vallejo y Córdoba, 2012).
Victimización secundaria
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secundaria” lo que remite a que existe la posibilidad de que un informe psicológico pueda
resultar ser un instrumento que genere victimización secundaria y que, además, el psicólogo
tiene un rol activo en que este instrumento provoque o no victimización secundaria (p.465,
2010).
En otro estudio, las autoras Lama, Gutiérrez, Capella, Dussert, Rodríguez, Beiza, y
Águila (2015), refieren a que los niños, niñas y adolescentes valoran negativamente la
cantidad de interrogatorios que se les realizan, junto con la importancia de la protección al
momento de la declaración y la escasa información que reciben desde el sistema,
encontrándose en su estudio un ejemplo textual de una entrevista en que una adolescente
señala que no al final no hicieron nada, refiriéndose al sistema judicial, por lo que no desea
hablar del tema. Considerándose entonces que las prácticas llevadas a cabo durante el proceso
judicial se perciben como vulneradoras por los constantes interrogatorios a los que son
sometidos los NNA, interrogaciones que de acuerdo a las entrevistas realizadas en el estudio
no aportan mayores antecedentes a la investigación, sino que son una repetición de la misma
información, siendo por tanto prescindibles (Lama et al., 2015).
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Dentro de un marco similar, pero en nuestro país, Mayra Miranda se refiere a la
victimización secundaria en adolescentes víctimas de delitos sexuales en su paso por el
sistema procesal penal en Chile, en su tesis para optar al grado de magíster. En esta tesis se
hace un seguimiento a dos casos de abuso sexual reiterado (dos hermanas), abusadas por la
actual pareja de su madre, una de ellas viviendo actualmente con su padre y otra viviendo en
una residencia del SENAME. En este estudio se muestra como la lentitud de los procesos
penales, la repetición de los relatos, la atención clínica, entre otras intervenciones, llegan a
producir procesos de doble victimización y además re-victimización de parte de la institución
encargada de brindarle protección, puesto que es nuevamente abusada por un adolescente de
la residencia del SENAME a la que la niña entra a la edad de 5 años (Miranda, 2012).
Alarcón (2015), en su memoria para optar al título de periodista, retrata cómo los
sistemas jurídicos dejan a un lado a las víctimas produciendo una victimización secundaria,
en su memoria relata como por ejemplo, una madre debe llevar a su hija a declarar, para ser
citada a una pericia la semana siguiente, para que ella sea interrogada por Fiscalía en un
circuito cerrado, que luego de la interrogación le toman el test de credibilidad, luego otra
entrevista psicológica y una nueva en el SML, por lo que esclarece cuán reiteradamente se
somete a NNA a pruebas, pericias, entrevistas, etc.
El Diagnóstico o evaluación pericial, así como el programa especial para los casos de
abuso sexual propuesto por el SENAME y aplicado por sus organismos colaboradores, revela
los criterios y definiciones que están a la base de dichas intervenciones. Estas, estarían
delimitadas por bases técnicas definidas por el SENAME. Sin embargo, los elementos
técnicos, ya sea en el programa especial para casos de NNA abusados sexualmente, como
Diagnóstico, son particularmente escasos. En especial en lo referido a técnicas tales como la
evaluación pericial y la entrevista semiestructurada. Esto se constata si consideramos que en
esta misma investigación se revisaron dichos instrumentos; las cuales contrastan con las
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consideraciones técnicas estipuladas en los lineamientos ofrecidos por el SENAME para
definir sus intervenciones.
Discusión
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PRM; estas, como lo ha podido constatar la presente revisión bibliográfica, adolecen de
elementos que son relevantes de cara a su importancia en los procesos jurídicos en que
participan. Dentro de estos están la falta de precisión al momento de definir y explicitar los
instrumentos utilizados para recabar datos, vale decir, entrevista semiestructurada y
evaluación psicológica pericial, además de otros. Esta problemática permite la existencia de
un vacío técnico, vale decir, la ausencia de lineamientos, en el ámbito de diagnóstico y PRM,
para orientar la labor de los organismos colaboradores del SENAME. No obstante, esta
problemática no socava todo el escenario crítico que ofrecen las intervenciones del
SENAME: La ausencia de claridad y precisión en los lineamientos técnicos permite la
existencia de un espacio que esté regulado por el SENAME. Esta libertad de acción en el
ámbito técnico podría decantar en el fenómeno de la victimización secundaria en abuso
sexual. Podría plantearse como ejemplo la ausencia de regulación en la recopilación de datos,
a través de una entrevista semiestructurada, de un NNA abusado sexualmente; cómo podría
ser la experiencia dolorosa de revivir un evento tal como un abuso sexual sólo por el arbitrio -
no regulado- de un organismo colaborador del SENAME que aplica un programa -de dicha
institución- imprecisamente diseñado.
La problemática que hemos enunciado, empero, sólo constituye la capa externa del
problemático mecanismo de funcionamiento del SENAME. Nos referimos a través de esto a
la presencia de una institución pública que subvencione, acredite y guíe a una amplia gama de
organismos colaboradores. Esto da cuenta de una ausencia de presencia de la
institucionalidad estatal al momento de tratar ciertas problemáticas sociales, lo que se
manifiesta en la integración de organismos privados colaboradores en temáticas sociales. Esto
remite a una problemática esencialmente tácita de intereses: El sector privado, y sus intereses,
al interior de temáticas que son competencia primera del Estado.
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El abuso sexual en menores constituye una vulneración de derechos; tal evento
supone la intervención de instituciones que, como se ha estipulado, busquen tratar los efectos
negativos de dicha vulneración. Sin embargo, la presente revisión ha constatado que las
falencias de las regulaciones jurídicas, así como su concomitante deficiencia en el diseño
técnico de programas, puede incidir negativamente a través de procesos de victimización
secundaria. Es decir, se conforma una paradójica según la cual, la búsqueda por mejorar una
situación -intervención del SENAME- puede terminar por agravarla debido a la aplicación de
intervenciones deficientes y, en este caso en particular, la generación de victimización
secundaria.
Conclusión
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El funcionamiento del diagnóstico, así como del PRM resultó en una asociación
difícil de constatar. Esto debido a la ausencia de lineamientos técnicos que profundicen en los
procesos realizados por los programas a aplicar (PRM y Diagnóstico). La presente revisión
pudo constatar apenas la clarificación de una serie de fases en ambas intervenciones, las
cuales no contemplaban una profundización de los criterios técnicos, sin embargo, si se
enunciaron en dichos lineamientos los instrumentos utilizados. Entre estos destacamos en esta
revisión la entrevista semiestructurada y la evaluación diagnóstica pericial. Sin embargo, la
presencia de estas en las bases técnicas de los programas no está estipulada en términos
metodológicos o científicos. A saber, los lineamientos técnicos se limitan a recomendar a los
organismos colaboradores que utilicen estos instrumentos al momento de aplicar los
programas.
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