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Pérez Flores, Edwin Guillermo

Introducción a la lingüística II
Semestre 2018-2

Reporte de lectura sobre 'Preliminares metalingüísticos' de John Lyons


En el primer capítulo de Semántica lingüística su autor expone, a lo largo de siete apartados de
dificultad gradual, el método con el que pretende formar en el lector los conceptos fundamentales
que rigen a la teoría semántica, el cual se centra completamente en el ámbito lingüístico pues la
naturaleza de su objeto de estudio involucra a otras disciplinas. Esta restricción queda explicita
cuando Lyons emite algunas consideraciones sobre los supuestos de sentido de común (una palabra
tiene un solo significado) que giran en torno a las materias primas de la semántica para introducir
o lograr un nivel mayor de abstracción de las bases de su modelo de análisis especifico. Dicho lo
anterior, comenzaré a explicar el contenido de cada sección que compone este texto.
En el epígrafe 1.1, el semantista emplea algunos enunciados con el fin de demostrar que el
sustantivo ‘significado’ y el verbo ‘significar’ cuentan con una infinidad de sentidos
interconectados entre sí, lo que permite su expansión a distintas áreas de conocimiento. Dicha
conclusión implica que la semántica, encargada de estudiar el significado, se divida en distintas
ramas. Por ello, Lyons marca a la semántica lingüística como el lugar donde va a resguardar su
paradigma analítico; de forma análoga, utiliza lenguas naturales para delimitar el sustantivo
‘lengua’.
En la segunda sección, primeramente, el lingüista británico reflexiona la importancia de
usar un metalenguaje propio de la semántica, es decir, un vocabulario unívoco y preciso
(reflexividad) para evitar el problema de la multiplicidad de significados que usualmente aparece
en las lenguas naturales. Sin embargo, opta por servirse de un vocabulario no técnico para nombrar
al binomio sustantivo-verbo de ‘significado’; y uno técnico para crear expresiones que surjan a
partir de dicha expresión. También, menciona que explotará, para los fines de su empresa, el
español estándar común (no coloquial) pues es patente la riqueza de este idioma. Por último,
menciona algunas convenciones de los usos metalingüísticos del lenguaje hablado y escrito, y la
correspondencia que existe al momento de representar una aseveración metalingüística de un medio
a otro.
En el tercer epígrafe, el autor reitera la perspectiva lingüística con que abordará a la
semántica pues con ello consigue examinar al lenguaje. También, menciona la capacidad de la
semántica lingüística para crear su propio marco teórico y redefinir conceptos para cumplir sus
objetivos. Luego establece a las lenguas naturales como sistemas de comunicación en los que
actúan la semanticidad y las propiedades de concepción (la estructura gramatical y semántica).
Esas características, en conjunto, le permiten expresar al lenguaje un significado: este a su vez
puede ser arbitrario, es decir, que no existe un nexo natural entre la forma y el significado de una
palabra o no arbitrario (iconicidad), es decir, un signo en donde sus componentes están en
consonancia como en las onomatopeyas (plaf, miau, guau, etc.). Lyons encuentra que las ultimas
propiedades señaladas abundan en los enunciados orales e indica a los rasgos prosódicos
(entonación, acentuación) y paralingüísticos (lenguaje corporal) como los responsables de este
hecho. Por último, declara a la indicidad (otro rasgo no arbitrario) con el poder necesario para
brindar información extralingüística (psicológica, biológica o social) de su fuente de emisión.
En la cuarta sección, el semantista europeo comienza a presentar la confusión (ambigüedad)
originada por la ambivalencia categorial de la palabra del español ordinario ‘lenguaje’, la cual
según la propiedad de la contabilidad puede ser un sustantivo contable, es decir, un vocablo con un
sentido especifico (esto lo logra al unir un sustantivo singular y un artículo definido o indefinido)
o como un sustantivo de masa (no contable) que hace referencia a una masa ilimitada de materia
como el agua, la información, los números, etc. Por ello, para erradicar dicha imprecisión, el autor
opta por crear los términos especializados (de Saussure) de ‘lengua’ y ‘habla’ porque el primer
término hace alusión a un sustantivo contable que denota a las lengas artificiales, las cuales no se
refieren a los lenguajes formales artificiales, lenguajes corporales (sistemas de comunicación
extralingüísticos) ni a los sistemas de comunicación no humanos y el segundo es el producto
resultante de utilizar un sistema lingüístico o lengua natural (en particular). Por lo que no hay una
relación de enfrentamiento entre lengua y habla, sino una de complicidad, de correspondencia.
Luego, hace una comparación entre los términos saussureanos y chomskianos (‘competencia’ y
‘actuación’) para sintetizar su tricotomía sistema-proceso-producto pues dichas expresiones no
concordaron en algunos aspectos.
El epígrafe 1.5, el más largo, Lyons establece las convenciones notativas de las tres
funciones metalingüísticas diferentes que desempeña la forma escrita de una palabra en una
situación peculiar, las cuales son: las comillas simples para designar unidades expresivas
compuestas (palabras) que tengan forma y significado; letra cursiva y sin comillas para las formas
orales y escritas de un enunciado, y comillas dobles para simbolizar los significados.
Posteriormente, el autor manifiesta algunas especificaciones de la simbología antes expuesta: las
primeras van enfocadas en la forma pues una palabra tiene más de una forma gramatical puesto
que se flexiona según las propiedades morfosintácticas de número (p/s) y de género gramatical; y
la forma de cita, además de referirse a la totalidad compuesta de una palabra, se utiliza para ubicar
una palabra en los diccionarios (convención tradicional) pues es su aspecto más básico el que se
deposita ahí (masculino singular). Las segundas se focalizan en efectuar algunas meditaciones
lexicográficas acerca del significado entre ellas están la crítica a la autoridad que tienen los
diccionarios para imponerse por encima de otros (DRAE), sobre la imposibilidad de saber cuántos
significados tiene una palabra, la arbitrariedad de los lexicólogos para otorgar un significado a una
palabra, la notación que emplea para indicar una homonimia. También, precisa los factores
necesarios para que haya una homonimia: diferencia etimológica y no relación semántica entre dos
palabras. Por último, habla de la identidad material (medio físico en que se realiza una forma) y la
identidad gramatical (flexión).
En la penúltima sección, el autor dice que las lenguas naturales tienen oraciones
(expresiones dotadas de forma y significado) que cuentan con un significado propio, el cual está
compuesto de palabras con forma y significado que componen el significado de la oración, pero
también se toma en cuenta su función gramatical (significado y función gramatical de una palabra),
de igual modo, resalta la su independencia del contexto y la relación intrínseca entre oración y uso
característico. También define tanto la convención notativa (letra cursiva) como el significado del
‘enunciado’ (sucesión de símbolos inscritos en un algún medio físico). También establece la
distinción del significado de un enunciado y una oración
En la última sección, el autor hace un recuento de las diferentes teorías del significado que
pretenden responder a la pregunta base de ¿Qué es el significado? (conductista = estímulo,
condiciones de verdad = lógica). Sin embargo, a pesar de no estar, según Lyons, debidamente
argumentadas construyeron los supuestos básicos que orbitan en la semántica lingüística. También,
por medio de varias traducciones de dos preguntas que buscan el significado de ‘concepto’, logra
explicar el significado de usuario, en donde el sentido de un verbo se relaciona con una intención
comunicativa. Para terminar el texto, clasifica a los significados como descriptivos (cualidad de las
lenguas naturales para expresar una aseveración falsa o verdadera) o no descriptivos (componente
expresivo por medio del cual el hablante revela creencias, actitudes y sentimientos. Este va
acompañado del significado interpersonal, el cual a su vez se divide, según la estructura y función
de las lenguas naturales, en socioexpresivo e interpersonal).

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