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Según Cabanellas, la hipoteca, palabra de origen griego, significa

gramaticalmente suposición, como acción o efecto de poner una cosa debajo de otra, de substituirla,
añadirla o emplearla. De esta manera, hipoteca viene a ser lo mismo que una cosa puesta para
sostener, apoyar y asegurar una obligación.
Conforme al artículo 1877 del Código Civil, la hipoteca es un derecho real constituido
sobre los bienes del deudor o de un tercero, en beneficio de un acreedor, para asegurar sobre estos
bienes el cumplimiento de una obligación.
A diferencia de otros derechos reales, la hipoteca no confiere al acreedor hipotecario ningún
derecho de posesión, uso o disposición de la cosa hipotecada.
En caso de incumplimiento de la obligación garantizada con hipoteca, el acreedor
hipotecario puede solicitar la venta judicial del bien sobre el cual recae la hipoteca, con el fin de
satisfacer su crédito con el importe de la venta forzosa.
La hipoteca tradicional recae sobre bienes inmuebles, según se desprende del artículo
1.881 eiusdem.
Sin embargo, la hipoteca naval constituye una excepción a este principio, ya que el buque,
siendo un bien mueble por su naturaleza, a tenor del artículo 532 eiusdem, es susceptible de ser
objeto de hipoteca. En efecto, el buque es considerado un bien mueble sui generis. Siguiendo a
Fernández-Concheso, al buque se le reconoce una condición de bien mueble con características
especiales. Tiene un nombre, un domicilio y una nacionalidad, cuestión que no es propia de otros
bienes. Además, reafirmando su condición de bien mueble de características especiales, la
transmisión de su propiedad está sujeta a publicidad registral, cuestión que no es común en el caso
de los bienes muebles y es, además, susceptible de hipoteca.
Efectos dela hipoteca naval
Belisario explica que la hipoteca naval concede al acreedor hipotecario el derecho de
persecución, el derecho de remate judicial y el derecho de pago preferencial.
a) Derecho de Persecución. A través de este derecho, el acreedor hipotecario puede
intentar una acción contra el nuevo propietario, en el supuesto de que el buque haya sido enajenado.
De esta manera el nuevo propietario, aun no siendo deudor del acreedor hipotecario naval,
indefectiblemente tendrá que tolerar los resultados de la acción intentada. Este derecho de
persecución lo otorga el artículo 138 de la Ley de Comercio Marítimo (LCM).
b) Derecho de Remate Judicial. Por medio de este derecho, el acreedor hipotecario naval
tiene la potestad de embargar y rematar el buque para cobrar su crédito; otorgado por el artículo 138
mencionado
c) Derecho de Pago Preferencial. Mediante este derecho, el acreedor hipotecario naval
tiene la facultad de ser pagado antes que otros créditos de inferior prelación.
Constitución de la hipoteca naval
Conforme al artículo 130 de la Ley de Comercio Marítimo, los buques pueden ser objeto de
hipoteca naval, siempre que se encuentren inscritos en el Registro Naval Venezolano. La hipoteca
naval se constituye mediante su inscripción en el Registro Naval Venezolano. Éstas no serán válidas
ni oponibles a terceros hasta que no se haya practicado dicha inscripción. Así mismo, será necesaria
la inscripción de los actos y contratos en cuya virtud se modifiquen o extingan. (Subrayado propio)
Hipoteca naval sobre buques extranjeros
En cuanto a los buques extranjeros, los mismos pueden enarbolar la bandera venezolana de
manera temporal, en virtud de un contrato de arrendamiento a casco desnudo o de arrendamiento
financiero, según el artículo 130, numeral 4 de la Ley de Marinas y Actividades Conexas. Sin
embargo, el artículo 131 eiusdem proscribe que mientras el buque dado en arrendamiento enarbole
el pabellón venezolano, se registren hipotecas con relación a él, a menos que se evidencie por
certificación oficial del registro de origen del buque, debidamente legalizado por el Consulado de la
República Bolivariana de Venezuela en dicho país de origen, que pueden ser hipotecados o
gravados con derechos reales similares o equivalentes a la hipoteca en el país de origen mientras
estén registrados simultáneamente en otra circunscripción. En este caso, para hipotecar el buque se
requerirá, además, autorización expresa por escrito y debidamente autenticada del arrendador a
casco desnudo o financiero.

Reconocimiento de las hipotecas y gravámenes análogos sobre buques extranjeros


El artículo 132 LCM reconoce las hipotecas y gravámenes análogos sobre buques extranjeros.
Dicho reconocimiento quedará subordinado al cumplimiento de los siguientes requisitos:
1. Que hayan sido constituidos e inscritos en un registro público, de conformidad con la
legislación del país en que hayan tenido lugar.
2. Que dicho registro sea de libre consulta por el público y que se pueda solicitar y obtener del
registrador, extractos y copias de sus asientos.
3. Que en el registro se especifique como mínimo, el nombre y la dirección de la persona a
favor de la cual se haya constituido la hipoteca o el gravamen, o el hecho de que sido
constituida para garantizar obligaciones al portador, el importe máximo garantizado, la
fecha y otras circunstancias que, de conformidad con la legislación del país donde se
constituyó la hipoteca o el gravamen, determinen su rango respecto de otras hipotecas y
gravámenes inscritos.
Hipotecas otorgadas en el exterior
El artículo 131 LCM señala que la forma del acto se regirá por la ley del lugar de su otorga
miento o por la ley que rige la hipoteca o por la ley del domicilio del otorgante o del domicilio
común de sus otorgantes. Para que pueda tener efecto en Venezuela, deberá inscribirse el
documento de hipoteca en el Registro Naval Venezolano, debiendo contener la información a que
se refiere esta Ley, con las firmas de sus otorgantes y la firma del notario o funcionario público que
lo autentique, legalizadas por el Cónsul venezolano o debidamente apostillada.
Fernández-Concheso expresa que la previsión del artículo 131 en cuanto a que la hipoteca
naval, al otorgarse en el exterior, se rige por las formalidades de la ley del lugar de su otorgamiento,
pero que para tener efecto en Venezuela debe inscribirse en el Registro Naval Venezolano, debe
entenderse referida a los casos en los cuales la propiedad del buque se encuentra inscrita en
Venezuela, más no a los supuestos en que se encuentra en un registro extranjero y protocolizado el
arrendamiento a casco desnudo.
Hipoteca sobre buques y accesorios en construcción
El artículo 135 eiusdem reconoce además la posibilidad de constituir hipoteca naval sobre
buques o accesorios en construcción. De hecho, esto es bastante común, ya que siendo los buques
bienes de inmenso valor económico, la construcción de estos por lo general requiere de
financiamiento por parte de un tercero, el cual asume la forma de una hipoteca naval.
Para que proceda la hipoteca sobre un buque en construcción, el artículo 107 de la Ley de
Marinas y Actividades Conexas exige que el mismo esté inscrito provisionalmente en el Registro
Naval Venezolano, para lo cual se le otorgará un Registro de buque en construcción.
Orden de prelación de las hipotecas navales
Conforme al artículo 137 eiusdem, la fecha y hora de inscripción de la hipoteca naval en el
Registro Naval Venezolano determinará la prelación del crédito. Esto es, las hipotecas más antiguas
tienen preferencia sobre aquellas más recientemente inscritas en el Registro Naval Venezolano.
Ejecución de la hipoteca naval
Con respecto a la ejecución de la hipoteca, señala el artículo 141 eiusdem que el acreedor
hipotecario tendrá derecho a tomar posesión del buque y a explotarlo comercialmente con la
diligencia ordinaria requerida. Para obtener la posesión del buque el acreedor hipotecario podrá
solicitar su embargo. Ejecutado el embargo, el Juez competente ordenará la entrega de la posesión
del buque en favor del acreedor hipotecario. Igual procedimiento podrá seguir el propietario para
recuperar la posesión del buque, una vez que la obligación haya sido totalmente cancelada.
Adicionalmente, el artículo 143 eiusdem establece que el acreedor hipotecario puede
proceder a la venta directa del buque hipotecado en la forma pactada al constituirse la obligación,
en caso de incumplimiento del deudor hipotecario. En palabras de Álvarez, el pacto comisorio, cuya
estipulación se encuentra prohibida por el artículo 1.878 del Código Civil en lo que se refiere a la
hipoteca “terrestre”, se consagra expresamente, para el caso de la hipoteca naval, en el artículo 143
que se acaba de mencionar.
A falta de pacto, el acreedor hipotecario podrá optar por la ejecución forzosa del buque, de
conformidad con lo establecido en el Código de Procedimiento Civil.
El procedimiento de ejecución de hipoteca se rige por las normas establecidas en el Código
de Procedimiento Civil, que corresponden a los artículos 640 y siguientes.

Alumno: Kleyner Gutiérrez V-18.996.932


Derecho Mercantil II y Prácticas - 2017/A - Marjorie Pérez - SAIA E

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