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Conferencia # 10.

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Consideraciones sobre la remuneracion del
Interventor.
INTRODUCCIÓN.
Ya se ha establecido que el Interventor, antes que funciones y tareas, debe cumplir
con una misión, satisfa- cer unos objetivos y asumir unas responsabilidades, razón por
la cual asume compromisos específicos con el proyecto para lo cual debe desarrollar
algunas actividades, aportando recursos, principalmente humanos, para el
cumplimiento eficaz de su misión.
La interventoría, sea cual sea su alcance, es una labor de consultoría. Pero también
es una labor de con- fianza, dado el nivel de delegación de responsabilidad que recibe
el Interventor. Cuando, por mandato de la ley, la interventoría la debe ejercer un
particular, surge la inquietud de cual es el sistema más justo y conve- niente que se
debe aplicar a la remuneración de los servicios prestados en esta delicada disciplina.
Tanto los estudios como las interventorías deben ser preferiblemente contratados con
consultores Colom- bianos quienes, dependiendo de la complejidad y de la
experiencia previa en el país en cuanto a los servi- cios requeridos, los adelantarán
por si solos o podrán asesorarse de firmas consultoras o de expertos indi- viduales, ya
sean nacionales o extranjeros y en la medida en la que tal complejidad y experiencia
lo requie- ran. Cuando por falta de experiencia sea necesario contratar con
consultores extranjeros, estos deberán asociarse con los nacionales dándoles una
adecuada, equitativa y responsable participación. Esta es la úni- ca manera de lograr
el desarrollo de la ingeniería local y la respectiva transferencia de tecnología.
La selección del Interventor debe hacerse exclusivamente sobre la base de su calidad
para la ejecución de un determinado trabajo. Esta calificación incluye la experiencia en
trabajos similares, la disponibilidad de personal calificado, el conocimiento de las
condiciones locales, la capacidad técnica y operativa de la fir- ma, su filosofía frente al
nivel de compromiso y su cumplimiento en trabajos anteriores. Desafortunada- mente,
el tratamiento que se ha dado al Registro único de proponentes hace necesario que la
entidades contratantes establezcan mecanismos adecuados de selección para
considerar estos aspectos.
Si bien es cierto que la naturaleza tan delicada de la tarea y la responsabilidad
derivada de ella no puede tasarse en dinero, ya que las consecuencias de las
acciones u omisiones del Interventor pueden exceder en mucho al valor por el cual se
le remunere, también es cierto que una adecuada labor de Interventoría pue- de
reportar pingues beneficios al proyecto, al lograr completar sus objetivos de calidad,
presupuesto y pla- zo de ejecución. Por consiguiente, es evidente que la selección no
debe hacerse nunca sobre la base de una competencia de precios. La Asociación
Colombiana de Ingenieros consultores (AICO) ha considerado los siguientes factores
como determinantes para asumir esta posición:
1.Existen tarifas y procedimientos explícitos para la contratación de algunos servicios de
con-
sultoría, y por lo tanto la remuneración de éstos no obedece a criterios caprichosos y
oportu-
nistas, sino a procedimientos claramente establecidos y experimentados.
2.La contratación de los servicios de consultoría debe hacerse siempre sobre la base de
una
mutua confianza entre la entidad contratante y el consultor, ya que este último tiene la
cali-
dad de defensor de los intereses de su cliente.
3.Los servicios de consultoría no pueden ser definidos, en la mayoría de los caso, con el
mismo
grado de exactitud que la construcción de una obra o el suministro de equipos; por lo
tanto,
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su costo debe ser el resultado de la aplicación de las mencionadas tarifas y
procedimientos,
sobre la base de la mutua confianza expresada.
4.El costo de los servicios de consultoría corresponde a un porcentaje muy bajo de los
costos
totales de un proyecto; sin embargo, dichos servicios llevados a cabo en forma óptima son esenciales
para su economía y eficiente realización, y su costo resulta aproximadamente el mismo,
independiente del consultor seleccionado. Lo esencial es, pues, la calidad y experien- cia del
consultor y no el menor precio que se pague.
Lo mencionado anteriormente está de acuerdo con los códigos de ética
profesional de la SCI (Resolución
5923/81 del MOPT) y de AICO. La Sociedad Colombiana de Ingenieros
expresa “...9.- No propiciar
concursos en los cuales el valor de los honorarios profesionales sea uno de los factores que
determinen la adjudicación, ni participar en ellos...”. A su vez, AICO establece en su
propio código “... c. No par- ticipar en licitaciones para servicios profesionales..”.
Vale la pena anotar que el estatuto de contratación ha sacudido un tanto estos
principios cuando, en ejerci- cio del principio de transparencia, equipara los
concursos de méritos para Interventoría con las licitaciones públicas. Esto no quiere
decir que se adjudiquen con base en el precio, pero la libertad aparente que ha es-
tablecido el estatuto hace que se cometan abusos. Hay una entidad pública que
está exigiendo, y puntuan- do, el valor del AIU del interventor!!. Tremendo
contrasentido que solamente se puede combatir con actos éticos de no
participación, previa protesta escrita y solicitud de modificación de los términos del
concurso. Debe recordarse que la aceptación pasiva de los abusos no contribuye a
la corrección de las situaciones irregulares.
Considerando en primer lugar el concepto de la responsabilidad que debe asumir el
Interventor, la cual le puede hacer responder a nivel patrimonial por su actuación, se
estructura claramente que su remuneración debe responder al concepto de un
honorario. Si bien es cierto que su intervención se refleja en el aporte de personal
calificado, tanto a nivel profesional como de soporte, su visión nó es la misma de un
contratista de construcción, que es un empresario que transforma materias primas
en obras materiales.
Por consiguiente, el concepto del valor agregado simple, como lo es el tradicional AIU
de los contratis- tas, no es representativo. Se suele argumentar a este respecto que
bajo un sistema de porcentajes, el Inter- ventor recibe estímulos para permitir que la
obra valga más dinero. Pero por otra parte no se puede olvidar su compromiso con el
cumplimiento de los objetivos de costo del proyecto mismo.
Por otra parte, la participación del Interventor en el proyecto es función del tiempo de
la dedicación. No puede ser responsable directamente por la duración del contrato, ya
que si el contratista se atrasa y obtiene prórrogas a su plazo, como es muy frecuente
que suceda, el Interventor no tiene por qué absorber los so- brecostos derivados del
transcurso del tiempo. Pero por otro lado, su compromiso con los objetivos de plazo
del proyecto, le impone la obligación de velar por que nó se dilate la terminación del
mismo proyec- to.
El considerar que el honorario del Interventor debe obedecer al concepto de una suma
fija, es someterle al riesgo de los imprevistos, lo cual puede conducir a un descuido en
la calidad de los servicios, lo cual se opone abiertamente con su compromiso con la
calidad del proyecto.
Y como si estas contradicciones fueran poco, se añade la costumbre
derivada del hábito de muchos años
de cobrar según un sistema dado, sin reflexionar sobre lo que tal sistema
de remuneración representa.
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Por último, el nivel de intervención de este profesional es diferente según el escenario
en el cual se desa- rrolla su actividad. Unos son los deberes y responsabilidades del
funcionario que interviene una obra públi- ca, y otros los de aquel que participa en el
equipo de trabajo de un gerente de proyectos de construcción.
En todos los casos, el Interventor debe actuar con un profundo sentido
ético tanto al seleccionar la calidad
y cantidad de personal que pone a disposición de la obra, como las tarifas
de su remuneración.
En esta dispersión, se discutirá un punto de vista muy personal sobre el
complejo tema de como se debe
remunerar la función del interventor.
SISTEMAS DE REMUNERACIÓN EN USO.
En general se acostumbra pagar el servicio del Interventor con una de las
siguientes modalidades:
Principales

• Honorario

• Multiplicador más costos reembolsables.

• Tarifas por categorías mas reembolsos.


Otros Sistemas

• Porcentaje sobre el costo de la obra

• Suma Fija Total

• Suma Fija periódica mas reembolsos


Remuneración por Honorarios.(Sistema de la SCA)
CONCEPTOS GENERALES
El decreto 2090/89 contiene el reglamento de los honorarios para trabajos de
arquitectura, tal cual fueron aprobados por la Junta directiva de la SCA en las sesiones
del 27/02/87 y 16/12/88. Este reglamento se re- fiere a las labores de Diseño,
supervisión arquitectónica, estudios técnicos e Interventoría, y es de forzosa aplicación
para todos los profesionales afiliados a la SCA y para todos los organismos oficiales y
semiofi- ciales del estado. (Art 0.1).
Tal reglamento es el más extendido entere el gremio de los arquitectos y constructores
particulares. En ocasiones se aplica por extensión a otros tipos de trabajos, aunque
está orientado hacia el tipo de construc- ción por administración delegada que es el
más frecuente en el campo de la vivienda. El Art 0.2 establece con claridad que el
reglamento refleja las tarifas mínimas y que estos valores son los mínimos que
deberán cobrar los arquitectos cuando se refieren a los trabajos en él cubiertos.
Cuando se trate de aplicar el reglamento a otras modalidades de trabajo,
se debe ejercer una prudente
cautela para no caer en excesos, perjudiciales para ambas partes, ya que
las tarifas no han sido diseñadas
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para otras modalidades de contratación, como es el caso cuando se
encomienda la tarea de hacer Interven-
toría a una construccion de índole arquitectónica, pero contratada por
precios unitarios o sumas globales.
Vale la pena anotar que en la construccion de vivienda, generalmente existe un
gerente de proyecto, y este contrata por separado las tareas de Presupuesto y
programación. No es esto cierto en la Interventoría de Obras públicas y en algunos
ambientes de la construccion industrial, por lo cual es conveniente discutir el
procedimiento de facturación y cobro de otros aspectos que usualmente le son
encomendados al interven- tor de obras públicas, como es el caso de la Programación
y control de programación, Interventoría y en ocasiones la gerencia misma del
Proyecto.
También vale la pena tener en cuenta que el concepto de las tarifas que
se toman en cuenta es el delhono -
rario, el cual se reconoce por la calidad de profesional y de empresario del
arquitecto ( y por extensión del
Ingeniero) que se encarga de la Interventoría. Según el Art 0.7, este honorario debe
cubrir únicamente los conceptos que son imputables a la organización que tiene que
ser mantenida en todo momento para poder ofrecer al cliente la disponibilidad del
servicio. Estos conceptos, al tenor del reglamento se pueden clasifi- car así:
 Sueldos y carga prestacional del personal administrativo no
asignado específica-
mente al trabajo. Se refiere este término a la nómina de personal que labora en
la
oficina del Interventor en forma regular y permanente, y cuyo servicio garantiza la
disponibilidad de los servicios.
 Servicios pagados a terceros por el funcionamiento regular de la
oficina. Se refie-
re a las asesorías permanentes como es el caso de la asesoría legal, tributaria o la au- ditoría.
Tambien se refiere a los servicios médicos relacionados con el proceso de en- ganche del
personal.
 Arrendamientos de las oficinas principales. Incluyendo los costos de
mantenimien-
to, servicios básicos etc.
 Dotación y mantenimiento de oficinas centrales. Incluyendo los
gastos de comuni-
caciones, útiles de oficina y papelería, elementos de dibujo, conservación de
muebles
y enseres y depreciación.
 Acarreos y transporte. Fletes ordinarios, operacion y mantenimiento de
los vehícu-
los destinados al servicio general de la firma, seguros y depreciación. Transportes
aé-
reos y terrestres del personal de gerencia.
 Gastos legales. Gastos bancarios, legales y de seguros, intereses,
comisiones, timbre
publicación de contratos, costos de participación en concursos y licitaciones.
 Disponibilidad del personal técnico. Teniendo en cuenta que la
ocupación de la ofi-
cina no es plena, el Interventor debe mantener en disponibilidad a su personal
técnico,
el honorario debe incluir una estimación del costo de esta disponibilidad.
Todos los gastos que se efectúen con destino específico al trabajo que la entidad
contratante le haya enco- mendado, deberán ser reembolsados directamente. Se
exceptúa de este tratamiento el caso de la contrata- ción a precio global (Modalidad
aplicable a trabajos de Interventoría) , así como a los de precios unitarios ( Modalidad
nó aplicable).
ALCANCE DE LAS TARIFASPAR A INTERVENTORÍA
Para los trabajos de Interventoría se acostumbra convenir, de común
acuerdo, la calidad y cantidad de per-
sonal que se dedica a las labores, así como los demás recursos que se
suelen aplicar a estos trabajos.
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Los pagos por los estudios de Ingeniería, servicios técnicos y otros, diferentes a los
de arquitectura, debe- rán ser cancelados directamente por la entidad contratante y
no hacen parte de los honorarios del arquitec- to.
Los gastos reembolsables estipulados de manera directa por el
reglamento son:
• Honorarios, salarios y prestaciones sociales de todo el personal profesional que sea
necesario disponer directa-
mente en la obra, ya sea con dedicación parcial o permanente. (Residentes, y auxiliares
profesionales). El perso-
nal nó profesional tiene un tratamiento especial.
• Gastos de traslado y supervivencia para el arquitecto, sus empleados y
personal a su cargo para efectos del pro-
yecto.

• Pólizas de garantía de todo tipo.

• Gastos de comunicaciones, portes, teléfonos, celulares, beepers etc.

• Gastos de papelería y reproducciones de planos y documentos.

• Honorarios de consultores o especialistas convocados a participar en el


proyecto.

• Otros gastos generados por la operacion del proyecto y que nó puedan

considerarse como parte de la operacion


normal del Arquitecto.
Las tarifas se fundamentan en el Costo de construcción, el cual está discriminado en
el reglamento como Costos base para cobro de Tarifas (CBT) y Costos nó incluidos
en dicha base. Se pueden usar costos basa- dos en el presupuesto ( -P), en
estimados previos (-E) y en costos reales (-R).
En el CBT se incluye:
• Todos los conceptos propios de la construccion, como los insumos de
materiales, mano de obra y equipos, trans-
portes, desperdicios e imprevistos.
• Los costos relacionados con la puesta en obra de los materiales y equipos como
nacionalización, aduanas, fletes,
bodegajes etc.
• Gastos generales y de administración de la obra, Personal de Obra (Y de
interventoría !!) nó profesional, y de
todos los trabajos relacionados, exceptuando los residentes y auxiliares profesionales,
que son reembolsables.
• Licencias y derechos, de servicios públicos.
Algunos de los costos nó incluidos en el CBT serían:

• Los Honorarios de los trabajos descritos en el reglamento. (Proyectos, estudios,

servicios )

• Los Honorarios de los estudios de Ingeniería

• Los Gastos reembolsables estipulados atrás

• Los Impuestos y tasas municipales que se generen.


Además, no se deben incluir los aspectos comúnmente considerados
como dotación y gastos comerciales
del proyecto.
Las tarifas propuestas por el reglamento son las siguientes:
• Para la Interventoría de Proyectos, un 10% del Honorario arquitectónico,
correspondiente al
Anteproyecto, Proyecto y supervisión arquitectónica.
• Para la Interventoría de Construcción correspondiente a proyectos
residenciales hasta la catego-
ría Trifamiliar, remodelaciones, reformas, ampliaciones y restauraciones se
aplica el 4% del va-
lor del CBT-R.
• Para las demás Interventorías de construccion, se aplica el 2.5% del valor
del CBT-R.
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