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LA ETNOGRAFÍA QUE NUNCA EXISTIÓ

UAM-Azcapotzalco, 13:30. Ingreso al campo.

El contingente aún no se reúne para salir a marchar, el día está soleado y hay pocas nubes; las
marchas soleadas son más desgastantes que las “normales”, ¿afortunadamente? Siempre hay
vendedores de sombrillas chinas, sombreros y gorras. Algo resalta rápidamente, por lo menos para
mí y mi ojo un poco más entrenado en estos devenires; de los reunidos para la marcha en el “punto
ocho” sólo 4 están preparando una manta, usualmente se hacen mantas para salir a marchar, con
brochas y pintura que dona el GIC de la Unidad, con brochas improvisadas con palitos y tela y
pintura reciclada quiénsabecómo, o con latas de aerosol religiosamente compradas para la ocasión
(en caja para conseguir descuento) y esténciles. Las lonas se consiguen de diversas maneras: (1)
previo a la marcha se puede hacer una breve razzia contra las lonas comerciales o políticas del
puente de Montevideo y San Pablo; (2) se piden las lonas viejas a los almacenes de la Unidad
mediante cabildeo del sindicato y algún contacto por ahí, lo que convierte esto en transacciones
casi personales; (3) donaciones de profesores, usualmente del profesor Schultz y (4) una versión
“interna” de la razzia.

El ejercicio de pintar la manta es un verdadero ritual ya que para pintarla es necesario ocupar un
pedazo de camino ya sea en la vereda del punto ocho o sobre la plaza COSEI, quien(es)
ejecuta(n) la obra ejecutan un histriónico performance, ya que no sólo la manta es/será el objeto de
visibilidad, el acto de creación es en sí mismo un acto de visibilidad, busca que las miradas se
concentren ahí.

Esta vez sólo había una manta, la manta decía “Todas las balas serán devueltas – Ayotzi VIVE”.
Me acerqué a quiénes escribían la consigna, no los interpelé ni los interrogué por lo que
escribieron, hace meses o un año esa consigna fuertísima estaría casi fuera de lugar
(anteriormente sólo se había escuchado en la violenta marcha del 2 de Octubre de 2013), después
del 26 de Septiembre esa consigna era coreada como si fuera cántico de barra.

Han pasado cuarenta minutos, aún siguen los mismos de siempre reunidos en la sombra de la
barda entre el punto ocho y la Plaza. Creo que hay problemas con el sonido o con la extensión, ya
cambiaron el punto donde se conecta la extensión dos veces, la primera en el poste del lado
extremo izquierdo (teniendo a la biblioteca en la espalda y el edificio H de frente) que está junto a
unos botes de basura, en ese poste siempre hay personas conectando sus celulares, ahora no hay
nadie eso crea la idea de que “no hay luz”. Ahora lo intentan en el poste del área verde junto a la
salida de la biblioteca. Funciona. Suena música, Ska y Hip-hop; dos alumnos (desconozco de qué
carreras) toman el micrófono y hablan sobre la justicia, usan metáforas “lo único que se redujo a
cenizas fue la mentada verdad histórica”, su discurso es casi panfletario. Pocos de los que esperan
irse a la marcha les prestan atención.

Se ha reunido un grupo no muy numeroso, deben ser unos setenta alumnos. Un consejero y sus
amigos intentan encabezar la micro marcha interna; los sigo a una distancia media, el bloque se
pone en movimiento, se lanzan consignas, generalmente en estos momentos cuando el
contingente va saliendo de la Unidad algunos alumnos insultan a los compañeros, ahora no es
como si la situación de Ayotzinapa fuera una suerte de vacuna para esas actitudes, quizás los
sigan insultando pero no lo expresan. Ahora el clima está templado, un poco nublado pero es de
esas ocasiones en que se nubla y regresa el sol constantemente. Entre la plaza roja y la salida de
San Pablo el contingente no lanza consignas. Ya en la calle se reinician las consignas: “Ayotzi vive,
la lucha sigue”, “de norte a sur, de este a oeste; ganaremos esta lucha cueste lo que cueste”,
“alerta que camina la lucha estudiantil por América latina”.
No retengo la hora pero cerca de las 14:45 el bloque avanza sobre Montevideo cortando el flujo
vehicular para abordar los camiones, un primer camión “escapa”, se escucha el sonido del claxon
de los autos, los gritos de “¡hay que avanzar!”, “¡ese!”, “¡crucen todos!”, consignas entre cortadas;
en la parada hay otros estudiantes que sólo observan, lo mismo del lado de la gasolinera, del lado
de la gasolinera se “captura” un camión. Hay toda una metodología para esto: la masa corta el
transito, 4 compañeros usan una de las mantas o cualquier cosa para bloquear la visibilidad del
conductor, en esta ocasión utilizaron una bolsa negra y grande que no vi de dónde salió. Me
mantuve cerca de los 4 compañeros que hacían esto, un compañero de arquitectura subió al
camión a “explicar”, los pasajeros bajaron, no molestos pareciera que les daba igual. Se subieron
al “camión de atrás”. El chofer abrió las dos puertas, subieron, subimos. Me acomodé en la parte
de atrás del camión no éramos tantos así que pude ir sentado, aun así algunos se quedaron
parados. El camión avanzó un poco pero se detuvo cruzando Montevideo llegaron corriendo dos
compañeros y abordaron el camión. El camión se puso en movimiento, no presté atención al
detalle si iba en frente al otro o detrás. Inmediatamente se pasó “la gorra” para la cooperación del
chofer, cada que se toman camiones se dice exactamente lo mismo: “la cooperación es para el
señor chofer”.

En el camión un compañero que es de Economía gritó “¿ya se cansaron?”, interesante pregunta,


no; quiénes viajan en el camión no están cansados, están distraídos, van platicando entre ellos, se
ríen, otros miran por la ventana. Unas compañeras sentadas a la mitad del camión respondieron a
coro: “¡No!” se comenzó a corear la consigna-cántico “Si tu pasas por mí casa y tú ves a mi mamá,
tu le dices que hoy no me espere porque este movimiento no da un paso atrás… movimiento, que
chido movimiento ¡subversión!, que chida subversión”, en las ultimas marchas relacionadas con la
situación de Ayozinapa/Guerrero la última estrofa ha sido cambiada por “insurrección”.

El camión se enfiló hacia el Rosario, específicamente hacia Aquiles Serdán. En los altos un
compañero de Derecho, que iba en los escalones de descenso de la unidad le decía a la gente por
la ventanilla contigua “directo a la marcha, vámonos”, en sus propias palabras, “se los cotorreaba”.
Seguiría haciendo esto durante el trayecto.

De momento no sé si los estudiantes de la Escuela Normal Superior, que está junto al CCH
Azcapotzalco marcharán hoy, usualmente la UAM-A y la ENS se coordinan para marchar, ésta vez
no fue el caso.

Casi al llegar a los puentes de Tacuba y enfilarse el camión hacia Marina Nacional el entusiasmo
activista se apagó momentáneamente, las consignas se detuvieron, sólo se escuchaba el murmullo
de las conversaciones. Creo que no he descrito el camión, era uno de esos camiones verdes
grandes que van del metro Rosario a las inmediaciones del metro Aragón, bueno más exactamente
ese es el punto más al oriente en el que he ido en ese camión y me parece que ya era el municipio
conurbado de Nezahualcoyotl. Son camiones amplios junto al chofer hay una pequeña placa que
dice “capacidad 70 personas” me gustaría que eso fuera real.

Los compañeros que están sentados junto a mí iban hablando de la Universidad, de que ya tenían
programado un examen para la 4 semana, pensé en hacerles la entrevista, pero los veía
emocionados por hablar de la escuela.

El camión avanzó por Marina Nacional para después incorporarse a Mariano Escobedo atravesar
unas calles de Polanco y salir a la lateral de Reforma/Campos Elíseos/Mahatma Ghandi.
Descendimos del camión entre gritos de “gracias chofer”. “Una digna compañeros”, los usuarios del
metro y algunos oficinistas se nos quedan viendo raro.
Nos agrupamos en la banqueta y comenzamos a avanzar hacia el Centro, lo interesante de
avanzar desde el poniente hacia el centro es que descendemos por una pendiente casi
imperceptible lo que hace que los trayectos caminados sean más ligeros; en la banqueta había
consignas pintadas con aerosol: “justicia ya”, “43”, “ya nos cansamos de ustedes políticos
corrutos”, no fotografié las pintas porque el contingente caminaba rápido, también se habían
“rayado” las fotografías de las rejas de Chapultepec. Comenzaron a aparecer esténciles que
decían “hoy encendemos velas mañana encendemos barr” el esténcil falló y la frase se completaba
con aerosol lo que genera una interesante a-sintonía visual, lo interesante es que creo que
conozco a quienes hicieron el esténcil. Otro rasgo interesante es la dislexia por estrés que hace
que falten letras a las pintas, siempre sucede debido a la velocidad que es necesaria para ejecutar
la acción pero no les sucede a todos, a veces se toman el tiempo necesario debido a la protección
que genera el salir en contingente más que en pequeñas células.

Cuando llegamos al ángel pasaban de las 16:00 y la marcha ya había comenzado, a pesar de los
intentos de coordinación entre las unidades UAM a raíz de los hechos de Iguala la coordinación es
más que una bonita palabra. Marchamos delante del “Comité de Solidaridad con Ayotzinapa”,
agrupación de algunos colectivos universitarios, el más “importante” es el Colectivo Ratio su “rango
de influencia” son las facultades de Filosofía y Letras, Economía y FES Acatlán , los Ratio iban a
ser “integrados” en la Juventud Anticapitalista, Socialista y Revolucionaria grupo trostkista, me
parece que es el más grande, con influencia en muchas escuelas, incluyendo la UAM-A; finalmente
no fueron devorados pero perdieron algunos de sus militantes, ahora hacen trabajos interesantes
de mapeo con algunos geógrafos entre sus filas; si, conozco a algunos, no me dan ganas de
acercarme a saludar.

La sombra de los edificios por la posición del sol refresca un poco, yo cargo mi chamarra y dos
mochilas, me pesan y vuelven lentos mis pasos, el contingente camina acelerado; se integran
compañeros de UAM-I, es un contingente escueto 12 personas traen un papel kraft con una
consigna “43 presentación con vida” en letras negras y “digna rabia” de bajo, la cargan dos
compañeros milhouse y Vladimir, no conozco a los demás. Les pregunto por el resto de su
colectivo “no quisieron venir”. Y si, hay todo un forcejeo político que es invisible a las formas
exteriores de las marchas, ahora se hace evidente con la ausencia de muchas escuelas, y que los
sindicatos organicen/convoquen.

Pregunto; los normalistas del DF no vinieron a marchar, ¿ruptura?; no sé nada de las


Interuniversitarias después de la “espuria” (ese lenguaje tan 2006) asamblea no-resolutiva pero
representativa en la UAM-A.

El viento sopla ligero, hay algunas nubes por eso el sol no nos golpea directamente, no sé cómo
describirlo ¿Cómo semi-nublado?; esta vez no he visto grupos rayando las paredes, como mantra
se repite eso de contar del 1 al 43 para finalmente gritar “justicia” y la “digna” una y otra vez, entre
las consignas había una ligeramente innovadora “Ayotzi aguanta, la UAM se levanta”.

Casi a punto de llegar a la Glorieta de la Palma había un grupo de señoras que desde la banqueta
gritaban “vamos muchachos” e incesantemente “justicia”. De la UAM se escuchaban las mismas
consignas, de hecho es algo que me ha llamado mucho la atención, en las marchas a partir de
Octubre, las consignas han sido las mismas, me refiero a gritar contado del 1 al 43, gritar justicia,
“Ayotzinapa vive, la lucha sigue” y ocasionalmente un “alerta”. Recuerdo que en algunas marchas
incluso ha habido momentos de tensos silencios.
Del contingente de la UAM los únicos encapuchados eran quienes iban haciendo pintas y esténcil,
quienes organizaron antes el taller de esténcil, tienen dos diseños, el del compañero (de CBI)
encapuchado con un martillo en la mano y la leyenda “rompamos la pasividad”. El otro es el de
alguien lanzando lo que parece ser una roca.

Este grupo se trasladaba en las inmediaciones del contingente, es la técnica del “hit and run”, se
emerge del contingente, se “acciona” y se regresa a la seguridad del mismo. Afortunadamente para
ellos/as es esta vez lo reducido del contingente uamero les dio un margen de seguridad ya que
prácticamente todos o casi todos los presentes se conocían, la marcha del 20 de noviembre el
contingente UAM fue muy nutrido y la técnica del “hit and run” se vio “obstaculizada” (por decirlo de
alguna forma) ya que cuando regresaban al contingente eran cuestionados por la acción o por
llevar el rostro cubierto. Esta vez no sucedió así.

Avancé para ver quién iba a la vanguardia, iba un grupo de Xochimilco con su lona de “psicología
social en pie de lucha” y un grupo con banderas del SITUAM. Al llegar al Senado se entonó aquello
de “esos son los que chingan la nación” del igual modo fue gritado entre aplausos en el edificio de
la PGR donde está el campamento de Frente Oriente. Del lado izquierdo/norte metros después de
la calle Lafragua había un grupo de encapuchados escribiendo “nuestros muertos serán vengados”
en los muros del Sanborns.

La fuente de Reforma y Juárez cada marcha es pintada, tengo la sospecha que de octubre hacia
acá es rayada por la misma mano que escribe consignas no tan usuales con letra manuscrita. Esta
vez decía: “No a las elecciones en Guerrero” y “¡¡¡Que se vayan todos!!!” escrito con aerosol
plateado, del lado izquierda con una letra visiblemente más fea un “Ayotzi vive” con pintura roja no
muy visible estaba escrito y del lado derecho “no enciendas velas enciende barricadas” con pintura
oscura.

Fue ahí donde vi a Mario Cartagena López “El Guaymas”, ex-guerrillero de la Liga Comunista 23
de septiembre sobreviviente del campo militar número 1 y del grupo que se fugó de la Cárcel de
Oblatos en Jalisco. Organizamos una micro-entrevista. Afable sujeto, me acerqué y lo saludé
“buenas tardes señor Cartagena” el sólo respondió: “y yo que venía de incognito” entre risas, nos
habló un poco sobre la situación del país, lo que pensaba sobre el caso de Ayotzinapa y las formas
de lucha. La entrevista fue breve y continuó con su camino. Eran las 18:06 hora según mi Ipod. Las
preguntas fueron rápidas debidas las circunstancias: “Mario, díganos ¿Cómo ve la situación?,
¿Qué cree que paso con los desaparecidos?”; “El Guaymas” pensó un poco, no se veía intimidado
pero tardo en responder: “la situación es sombría, el gobierno va a apostar por la salida represiva y
se ira contra ustedes los jóvenes, por eso deben organizarse, coordinarse; en la organización está
la clave de la victoria, sobre los muchachos… te voy a ser sincero, yo creo que los mataron; así
son esos hijos de la chingada y así fue como nos exterminaron a nosotros. Los padres deben
mantener la esperanza, si desaparecieran a alguno de mis hijos yo mantendría la esperanza viva;
a mí me mataron a un hijo mi compañera estaba embarazada cuando… el campo militar numero
uno; eso que pienso no lo puedo decir a viva voz, no puedo quebrar la esperanza. “¿Y qué piensa
sobre las formas de lucha, encapucharse y eso?” esta vez respondió más rápido: “son señalados y
estigmatizados al igual que en nuestros tiempos, a nosotros también nos señalaron; ele jercito
infiltra de otras formas”

Fue un encuentro interesante, es el segundo encuentro que tengo con un ex-guerrillero en el


contexto de las movilizaciones por Ayotzinapa, el anterior fue en la “Toma de TV UNAM” el 23 de
octubre casi a un mes de la desaparición forzada de los 43 y la balacera-masacre que cobró seis
vidas ahí mismo y el cobarde levantón-asesinato de Julio Cesar. Yo había ido a cubrir el evento,
apenas me informaron me dirigí a C.U., resultaba que uno de los vigilantes había militado en el
Movimiento de Acción Revolucionaria, estuvo preso por 9 años en Lecumberri y tras la amnistía de
López Portillo se había ido a El Salvador a combatir.

La marcha se enfiló por avenida Juárez hacia el Zócalo, ahí había una barrera humana distinta a
las policiales, que por cierto estaban ausentes de la marcha, sólo había policías de tránsito en los
cruces. No sé si había los clásicos camiones de granaderos apostados a la prudente distancia de
dos cuadras de la marcha, ahí como pinzas invisibles que se cerraran sobre nosotros en cualquier
momento que ellos decidan. Esta vez el muro orgánico eran personas que cargaban cartulinas y
coreaban con los contingentes, una suerte de comité ampliado de recepción.

Se jugó a “hacer un 8” yo me aparté un poco porque no quería correr. Compré agua; no he hablado
sobre los vendedores ambulantes, al acercarnos al Ángel los vi, los vendedores de “dulces,
refrescos, cigarros” han acompañado la marcha, un fenómeno interesante es que los vendedores
de banderas/banderines no hacen alusión alguna a las bandera que vende como en otras
marchas, y no me refiero sólo a esta marcha sino en todas las de este acontecimiento ha sucedido,
venden las banderas pero no dicen “la bandera de Ayotzi”, como en las marchas del Poli, del 132,
las de la coordinadora: “lleve la oficial de la coordinadora”, ¿será respeto?, ¿“Ayotzi se volvió un
tabú en la sociedad mexicana? Así mismo vi a un vendedor de tacos al pastor que desapareció en
el trayecto de la marcha; recuerdo a un vendedor de aguas embotelladas que subido a un banquito
gritaba “aguas, aguas” con gran dramatismo. Algunos compañeros se comenzaron a ir a la altura
del Bellas Artes.

Siempre ese momento de girar sobre Lázaro Cárdenas ralentiza las marchas, giramos para
incorporarnos sobre 5 de mayo aquí había pintas sobre casi todas las cortinas metálicas. En esta
marcha debemos destacar que no hubo momentos de violencia, escribo este párrafo 6 días
después de la marcha, el único momento de tensión se vivió en la marcha que iba sobre la Avenida
Tlalpan al pasar por el cuartel de Guardias Presidenciales (a la altura de metro Viaducto) cuando
algunos profesores de la CETEG y estudiantes del D.F. militantes de la Federación de Jóvenes
Comunistas hicieron pintas y lanzaron botellas al patio del cuartel.

No hubo violencia ni antes ni después de la marcha, ni durante. Me salí del contingente ya


aturdido del conteo del 1 al 43, la lentitud del avance y quería ver que había más adelante; mas
adelante iban la Facultad de Ciencias Sociales y en la acera sur, en una esquina, vi a un grupo que
me parecía familiar, me acerqué y los saludé, llevaban el rostro cubierto, yo sólo dos mochilas y
una botella de agua que sobresalía del bolsillo de mi chamarra que dicen se parece a la que usaba
cierto dictador yugoeslavo, llamábamos la atención; los saludé y uno de ellos dijo “ahorita vengo,
tírenme esquina”, se quitó la voluminosa mochila, la calle estaba desierta, realmente no caminaba
nadie, mientras que sobre 5 de mayo fluía un rio humano. Pensé que iba a rayar alguna pared de
algún comercio, abrió su mochila y sacó algo y rápidamente lo depositó en un bote de basura.
Regresó apresurado; “vámonos” dijo cortante, yo no entendí pero caminé, ahora sobre el arroyo
vehicular, le pregunté a uno qué había pasado “es que tiró las molochas1 al bote”. No hice más
preguntas, caminé junto a ellos hasta el cruce con Republica de Brasil. Me separé. En la esquina
de catedral han intervenido el poste, ya van 3 marchas que hacen lo mismo, no sé qué colectivo
sean, pero modificaron la señalética y ahora Republica de Brasil se llama Ayotzinapa.

1
Bomba molotov, artefacto incendiario.
Perdí el contingente, aguzo el oído entre los goyas escucho el “digna”, me dirijo hacia allá.
Pareciera que para muchos el ritual terminó, tocan la plancha y dan media vuelta. ¿El mitin? Casi
nadie lo escucha, recuerdo la ocasión que “le tocaba hablar a la UAM-A”, éramos 3 personas,
digamos que yo era al final el único del contingente que escuchó al compañero. Los padres hablan,
el contingente se dispersa, me reúno con mis compañeros/as de equipo, me cuentan que vieron a
“las hermanas de la caridad” y que su consigna era “Cristo no murió, esta con su pueblo exigiendo
libertad”, la teología de la liberación 40 años después. En espíritu Camilo y Orlando, la iglesia
comprometida y la Investigación-Acción-Participación que estoy llevando a cabo, eso mismo pienso
y me da risa. Retornamos nosotros también.

Ya en el metro me encontré con un compañero de la unidad Iztapalapa, le pregunté por qué no


había ido a la marcha y me dijo a bocajarro “no marchamos con putos”, admito que no entendí lo
que me decía, me dijo que los del “congreso” (nacional Estudiantil) estaban “moviendo”, se quejó
de que los padres de los desaparecidos visitarían la unidad Azcapotzalco porque ahí estudiaba la
“nueva novia del vocero Omar de la normal”. Detrás de lo que me comentaba en el andén de
Bellas Artes había información interesante, quien diría que los entresijos de la política subalterna
no serian interesantes y tan sentimentales, volviendo a Orlando Fals Borda: ¿Qué no somos
animales senti-pensantes?

Me despido de él y regreso hacia mi casa pensativo, llego a casa a las 21:48, resulta que mi papá
también fue a la marcha, le cuento lo del Guaymas, le parece interesante. Me desplomo en el
sillón, formalmente ya salí del campo, ingreso a internet desde mi ipod touch para buscar noticias,
luego apenas llego a casa me entero de detenciones. No, saldo blanco, por el momento.

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