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4ª LECTURA PERSONALIDAD.

LA NATURALEZA Y LA INSTRUCCIÓN DE LA
PERSONALIDAD.

En el pasado, a menudo se hacía una distinción entre conducta instintiva y aprendida. La


conducta instintiva se vinculaba al funcionamiento de los genes y la conducta aprendida al
funcionamiento sin genes. Hoy estas distinciones se consideran artificiales y engañosas. Los
genes pueden determinar el desarrollo de los procesos biológicos específicos a una especie que
requieren experiencias ambientales para desarrollar conductas específicas a esta especie.

En cambio, las conductas que muestran una gran diversidad entre los miembros de una especie,
y a las que a menudo se alude como aprendidas, pueden ser construidas sobre procesos
biológicos gobernados genéticamente.

Es importante reparar en que la mayoría de conductas de interés para los psicólogos de la


personalidad están influidas por muchos genes más que por el funcionamiento de cualquier gen
simple. Es el funcionamiento de los genes, en conjunción con la experiencia, lo que nos hace
semejantes unos a otro como miembros de la misma especie y diferentes unos de otros como
personas únicas.

Los biólogos y los psicólogos distinguen entre distinguen entre dos tipos de explicaciones para
la conducta: las causas remotas y las causas próximas. Las causas remotas se refieren a
explicaciones relacionadas con la evolución, es decir, por qué la conducta que nos interesa
evolucionó y qué función adaptativa cumplía. La teoría de la evolución sirve como para tales
explicaciones. Las causas próximas se refieren a los procesos biológicos que actúan en el
organismo en el período en que se observa la conducta. En definitiva una causa se centra en el
punto de vista evolutivo y la otra en procesos que ocurren en el presente. El denominador
común de ambos enfoques, sin embargo, es la importancia de los genes en el contexto de las
tentativas del organismo para solucionar un problema adaptativo.

1. Explicaciones últimas, evolutivas.

Los psicólogos evolutivos tratan de comprender aspectos del funcionamiento humano desde el
punto de vista de su relación con las soluciones desarrolladas para los problemas adaptativos
afrontados por la especie a lo largo de millones de años. Según este punto de vista, los
mecanismos psicológicos fundamentales son el resultado de la evolución por selección natural,
es decir, han sido fundamentales para la adaptación, la supervivencia y el éxito reproductivo.

1.1. Preferencias de compañero hombre-mujer.

Según la teoría evolutiva, que tiene su origen en Darwin, los hombres y las mujeres han
desarrollado diferentes preferencias de compañero como resultado de presiones previas de
selección. Básicamente la teoría gira en torno a dos diferencias fundamentales entre hombres y
mujeres. Primero, hay la teoría de la inversión paternal ( el enfoque de las mujeres tienen una
mayor inversión maternal en los hijos que los hombres porque las mujeres pasan sus genes a
menos hijos). Así se comprende que las mujeres tengan una inclinación más fuerte hacia el
matrimonio que los hombres. También se sugiere que hombres y mujeres tendrán diferentes
criterios para la selección de compañeros, hombres centrándose en el potencial reproductivo de
la pareja y éstas en el potencial del compañero para proporcionar recursos y protección.

Segundo, hay el tema de la probabilidad de paternidad. Puesto que las mujeres son las
portadoras del óvulo fertilizado pueden estar seguras de que son las madres de sus hijos. En
cambio, los hombres no pueden estar tan seguros de que los hijos son suyos de modo que tienen
que tomar medidas para asegurar que dirigen su inversión hacia sus propios hijos y no hacia los
de otro hombre. Así se comprende la sugerencia de que los hombres tienen un mayor interés en
los rivales sexuales y dan más valor a la castidad de una compañera potencial que las mujeres.

- El “valor como compañera” de una mujer para un hombre tendría que estar determinado
por su capacidad reproductiva indicada por la juventud y el atractivo físico. La castidad
también se tiene que valorar desde el punto de vista del aumento de la probabilidad de
paternidad.
- El “valor como compañero” de un hombre para una mujer tendría que estar menos
determinado por el valor reproductivo y más por la evidencia de los recursos que puede
proporcionar.
- - Los hombres y las mujeres deben diferenciarse por los acontecimientos que activan los
celos; los hombres son más celosos de la infidelidad sexual y la amenaza de la
probabilidad de paternidad, y las mujeres están más interesadas en los vínculos
emocionales y la amenaza de la pérdida de recursos.
2. Explicaciones evolucionistas.

Las explicaciones darwinianas evolutivas de la conducta humana fueron desaprobadas durante


algún tiempo. Hoy, vuelven a ser propuestas como la base para entender los aspectos básicos del
funcionamiento psicológico humano. Para algunos, como Buss, ofrecen prácticamente la única
esperanza para comprometer el campo de la psicología en algún tipo de orden teórico. Según
algunos, los orígenes biológicos de la naturaleza humana, tal como están expresados en los
genes, son el vínculo entre la evolución y la conducta. Al mismo tiempo ,hay otros que
cuestionan cuánto tiene que decir la teoría evolutiva sobre el funcionamiento humano. Mientras
que no niegan que tenemos una historia evolutiva, estos psicólogos sugieren que los humanos
han progresado hasta el punto de tener más libertad de respuesta que las genéticamente
programadas.

3. Genética conductual.

Los genetistas conductuales dirigen la investigación para determinar las conexiones genéticas
con la conducta. Los genetistas conductuales utilizan tres métodos principales para establecer
las relaciones genética-conducta: reproducción selectiva, estudios de gemelos y estudios de
adopción. Los estudios de la reproducción selectiva se realizan con animales.

En la investigación de la reproducción selectiva también es posible exponer genéticamente


diferentes clases de animales a diferentes experiencias de desarrollo y después clasificar los
efectos de las diferencias genéticas y de las diferencias ambientales sobre una conducta
observada.

A pesar de que estos métodos son factibles con los animales, los principios éticos de
investigación evidentemente excluyen su utilización con seres humanos. Con los seres humanos
debemos buscar “experimentos naturales” en los cuales hay variaciones conocidas en la clase de
similitud genética y/o ambiental. Si dos organismos son idénticos genéticamente, cualquier
diferencia observada posteriormente puede ser atribuida a diferencias ambientales. Si dos
organismos son diferentes genéticamente pero perviven en el mismo ambiente, entonces
cualquier diferencia encontrada puede ser atribuida a factores genéticos. Los gemelos
monocigóticos y dicigóticos ofrecen una aproximación a esta investigación ideal.
- Como los gemelos monocigóticos tienen genes idénticos cualquier diferencia entre ellos
se debe a diferencias ambientales
- Si bien los gemelos dizigóticos son diferentes genéticamente, tienen muchas
condiciones ambientales en común y por eso proporcionan alguna medida de control
ambiental
- Cuando se estudian los gemelos monocigóticos y dicigóticos, es posible evaluar el
efecto de los diferentes ambientes en el mismo genotipo y el resultado de diferentes
genotipos en ambientes similares.

La educación de gemelos MZ (monozigóticos) en diferentes ambientes sucede generalmente


porque han sido dados en adopción. El grado de semejanza de estos gemelos con sus padres
biológicos se debe exclusivamente a factores genéticos mientras que el grado de semejanza con
los padres adoptivos es indicativo de factores ambientales.

Es aquí donde llegamos al concepto de heredabilidad o h2 utilizado para dar una valoración de
hasta qué medida la variación de las puntuaciones es debida a factores genéticos. Esta
valoración es conocida como valoración de heredabilidad. Definida de forma rigurosa, la
valoración de heredabilidad es la parte de la desviación observada en las puntuaciones que
puede ser atribuida a factores genéticos. Es una valoración relacionada con una población y no
una medida definitiva de la acción de los genes. La heredabilidad total de la personalidad es de
un 40 por 100. También hay que destacar que la variación de la heredabilidad de la actitud
depende de la actitud estudiada.

Es importante ser conscientes de dos conclusiones inadecuadas que se pueden extraer de los
datos de la genética conductual. Primero, es posible extraer la conclusión inadecuada de que la
valoración de la heredabilidad indica hasta qué medida una característica está determinada por
la herencia. Para no caer en este error, se explicará con un ejemplo: si se acepta la valoración de
la heredabilidad de la personalidad en un 40%, esto no significa que el 40% de la personalidad
sea heredada, o que el 40% de algún aspecto de la personalidad de un individuo sea heredada. El
índice de heredabilidad no dice absolutamente nada de un individuo concreto, se refiere a una
población.

Una segunda conclusión inadecuada respecto a las valoraciones de heredabilidad sería la


sugerencia de que porque una característica tenga un componente heredado, no puede ser
cambiada. Hay una suposición muy común de que si algo es biológico y heredado, es fijo. Aun
si algo está del todo determinado por la herencia, esto no significa que no pueda ser modificado
por el ambiente.

4. La instrucción de la personalidad.

Se hace una distinción entre ambientes compartidos y ambientes no compartidos. Los


ambientes compartidos están compuestos de aquellos ambientes compartidos por hermanos
como resultado de crecer en una misma familia. Los ambientes no compartidos consisten en
aquellos ambientes que no son compartidos por los hermanos que crecen en la misma familia.

Si los ambientes compartidos son importantes, los hermanos biológicos educados juntos serán
mucho más similares que los hermanos biológicos que han crecido separadamente. También
deberían ser mucho más similares a sus padres biológicos que los hermanos que han crecido
separados.
Si los ambientes no compartidos son importantes, estas relaciones no son válidas, es decir, si los
ambientes no compartidos son importantes, los hermanos educados juntos no se parecerán más
que los hermanos educados separadamente.

En uno de los descubrimientos más sorprendentes de la genética conductual, hay notables


pruebas de que los efectos de los ambientes no compartidos son mucho más importantes que los
efectos de los ambientes compartidos. Dicho de otra forma, experiencias únicas que los
hermanos tienen dentro y fuera de la familia parecen ser mucho más importantes para el
desarrollo de la personalidad que las experiencias compartidas como resultado de ser de la
misma familia. Más que importante la unidad familiar para la investigación, son las experiencias
únicas de cada hijo de la familia las que son importantes.

Hoffman propone que hay problemas con esta investigación que pueden convertirse en un
menosprecio de los efectos de los ambientes familiares compartidos. Segundo, Hoffman sugiere
que la complejidad de los efectos del ambiente familiar compartido en interacción con otros
efectos pueden enmascarar los efectos comunes de las costumbres familiares usuales.

Hoffman cuestiona que los gemelos monocigóticos y dicigóticos tengan ambientes similares por
igual. Existe la sugerencia de que una experiencia ambiental común puede no resultar en un
rasgo de personalidad compartido por los dos hermanos si esta experiencia está actuando sobre
diferencias ya existentes.

Debemos añadir que las medidas de la personalidad pueden dar por resultado hermanos que
parezcan más diferentes de lo que realmente son, es decir, las diferencias fenotípicas pueden
ocultar similitudes genotípicas.

5. La interacción entre genes y ambiente

Se han distinguido tres formas particulares de interacción gen-ambiente. En primer lugar, está el
caso de las mismas experiencias ambientales que tienen diferentes efectos en personas que
tienen constituciones genéticas diferentes. En este casi la persona es un recipiente pasivo de los
acontecimientos ambientales. Los factores genéticos interactúan con los ambientales pero solo
en un sentido pasivo.

En un segundo tipo de interacción naturaleza-instrucción, las personas con diferentes


constituciones genéticas pueden provocar diferentes respuestas del ambiente. (ejemplo pag 167
4 lectura marcado con lápiz).

En una tercera forma de interacción gen-ambiente, las personas con diferentes constituciones
seleccionan, modifican y crean distintos ambientes. Cuando el individuo es capaz de interactuar
activamente con el ambiente, cosa que sucede a una edad bastante temprana, los factores
genéticos influyen en la selección y creación de ambientes. En un momento particular, es
imposible determinar hasta qué medida la persona ha sido el “receptor” de un efecto ambiental,
o el “creador” del efecto ambiental.

En resumen, las personas pueden ser relativamente receptores pasivos de ambientes; pueden
desempeñar un papel en los acontecimientos ambientales mediante las respuestas que evocan; y
pueden desempeñar un papel activo seleccionando y creando ambientes. En cada caso hay una
interacción naturaleza-instrucción, gen-ambiente.
6. Conclusión

Nuestra historia evolutiva sugiere que tenemos algo en común como miembros de la especie
humana, mientras que nuestra herencia genética nos dice que cada uno de nosotros es único de
muchas maneras. Hay pruebas sólidas de influencias ambientales en la personalidad, a pesar de
que ha sido difícil definir la relación de los efectos ambientales específicos con las
características específicas de la personalidad.

Se ha destacado la continua interacción entre los genes y la experiencia, la herencia y el


ambiente… Atribuir la conducta a uno o a otro es aproximadamente tan provechoso como
discutir si el azúcar o la harina lo que hace el pastel. Probablemente nunca podremos determinar
hasta qué punto cualquier acción humana está determinada genética o culturalmente.

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