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schopenhaueriana
Joaquín E. Velázquez C.
Octubre - 2017
Asunción - Paraguay
Introducción
A partir de estos supuestos se espera que no se cierren todas las puertas del
entendimiento y se continúen generando distintas perspectivas acerca de lo que es el arte,
así como lo es este pequeño texto, que no es otra cosa que un acercamiento a la amplia
esfera de la teoría sobre el arte de Schopenhauer que tan solo es una parte de toda su
sabiduría.
1
(1788-1860) Filósofo alemán perteneciente al pensamiento de la época romántica, y la etapa final del
idealismo alemán.
2
Adriana Villagra (1978), artista plástica paraguaya, dedicada a la pintura realista.
Descripción de la obra
Adriana Villagra
Rectitud
…en lo bello captamos siempre las formas esenciales y originales de la naturaleza viva e
inerte, es decir, sus ideas platónicas, y que esa captación tiene como condición su correlato
esencial, el sujeto involuntario del conocimiento, esto es, una inteligencia pura sin propósitos ni
fines (Schopenhauer, 2009).
De ahí que el conocimiento al servicio de la voluntad no conozca de los objetos más que
sus relaciones y no sepa de ellos más que en la medida en que existen en este momento, en este
lugar, en estas circunstancias, por estas causas y con estos efectos; en una palabra, en cuanto
cosas individuales: y si se suprimieran todas esas relaciones desaparecerían también los objetos,
precisamente porque nada conocía de ellos en otros respectos 6.
Como ejemplo de este tipo de conocimiento podría cederse a la ciencia que estudia
las relaciones, situaciones espacio temporal, causas naturales, o sea puras relaciones.
3
Principio o fuerza ilimitada en su magnificencia de todas las cosas, de ella surgen, pero ella permanece
independiente y superior a cambios individuales.
4
Arthur Schopenhauer, El mundo como voluntad y representación, Trad. Pilar López de Santa María,
2da. Edición, España, Editorial Trotta, 2016, pp. 107.
5
Ibíd., pp. 107.
6
Ibíd., pp. 109.
1.1. La voluntad, el desconsuelo
Pues siempre que un hombre pierde de alguna manera los nervios, es derribado por
una desgracia o se enoja o desanima, con ello muestra que encuentra las cosas distintas de
lo que esperaba y, por consiguiente, que estaba en un error, que no conocía el mundo ni la
vida, que no sabía cómo la naturaleza inerte a través del azar, y la animada por medio de
los fines opuestos y la maldad, contrarían a cada paso la voluntad del individuo… 7
Así pues, este querer del humano en llevar una vida bienaventurada o una vida sin
sufrir cae en una contradicción, ya que según dice nuestro teórico, la vida es
esencialmente sufrimiento, y desde el momento en que somos concebidos estamos
condenados al dolor de vivir en el peor de los mundos posibles.
7
Ibíd., pp. 66.
estado contemplativo, un total aniquilamiento del ego, único remedio para esta constante
voluntad adolorida, convirtiendo su existencia en una contemplación tanto más perfecta
como más desinteresada y desapasionada cobrando distancia de la voluntad. Esto no
únicamente, sino como una posible vía de entre varias se podría lograr a través del arte,
o lo que desarrollaremos sobre el ejercicio mimético.
8
Ibíd., pp. 109 – 110.
antropología, “…el ser humano no aparece como amo de sus imágenes, sino… como
lugar de las imágenes, que toman posesión de su cuerpo…”9.
Esta encierra en sí el sujeto y el objeto de igual modo, ya que ellos son su única
forma: en ella ambos mantienen el equilibrio: y así como el objeto no es aquí más que la
representación del sujeto, también este, al quedar totalmente absorbido por el objeto
intuido, se ha convertido en el objeto mismo, ya que la conciencia toda no es sino su más
clara imagen. 10
El sujeto puro se ha absorbido y perdido en la intuición de la naturaleza, esto hasta
el punto de dejar de existir. Y finalmente la fuente del placer estético radicaría en la
captación de la idea conocida como objeto. En suma, cuando esto ocurre, se logra, aunque
sea momentáneamente, arrancarnos de la subjetividad, de la esclavitud de la voluntad, e
instalarnos en el estado de conocimiento puro. Por eso el que está atormentado por la
pasión, o bien por la necesidad y la inquietud, se alivia, consuela y alienta repentinamente
con una sola mirada libre a la naturaleza y todo queda entonces inmediatamente
apaciguado de forma asombrosa. Podríamos fijarnos en la entrevista hecha a Adriana
Villagra, y así comprobar sólidamente la tesis del filósofo decimonónico. Sobre todo se
sugiere que detenidamente se consideren las últimas respuestas que nos da la artista; ya
que ella misma revela que intuir es esa conexión con la realidad o sea realidad como
aquello esencial, la idea, puesto que también afirma que para llegar a esa dimensión
profunda de la idea deberíamos apartar los velos, el velo de Maya o las capas
superpuestas. Así también, cuando ella va intuyendo o pintando sobre el lienzo dice
experimentar una desconexión espacial, se vuelve intemporal o se convierte en un puro y
desinteresado sujeto cognoscente como diría Schopenhauer, así mismo dice que “A través
del arte aprendí a ver el mundo de otra manera, como si fueran velos que hay que ir
descorriendo para descubrir verdades esenciales.” En la figura 1, se ve una de sus obras
9
Hans Belting, Antropología de la imagen, Trad. Gonzalo María Vélez Espinosa, Buenos
Aires, Katz Editores, 2007, pp. 14.
10
Arthur Schopenhauer, El mundo como voluntad y representación, Trad. Pilar López de Santa María,
2da. Edición, España, Editorial Trotta, 2016, pp. 110.
y, claramente, se nota esa capacidad de reproducción fidedigna que posee la artista al
tomar las cosas dispuestas a su percepción y reproducirlo con tanta serenidad y
delicadeza, quien sostiene que solamente con una adecuada intuición lo puede lograr de
manera que “en el momento de crear una obra, creo que la relación espacio-tiempo
adquiere otra dimensión.” Si es este el caso, la teoría se vuelve más verosímil y queda
demostrado que Adriana Villagra definitivamente es ese puro sujeto de conocimiento o
genio del que habla Schopenhauer, quien era aquel que sabía ver de manera tan objetiva
objetos tan mínimos, tal como se necesitaba ser para fijar la atención en objetos
insignificantes, indiferente, aquel quien aparta su atención de la voluntad de vida y todo
lo que la solicita, de todo interés propio, como objetos de contemplación desinteresada y
reproducirlos con tanto cuidado.
Para concluir, podría decirse que la mimesis no es una simple actividad con fines
vacíos de reproducción o copia, sino que implica todo un camino de redención por
recorrer hasta llegar al ejercicio de la pintura en el que se consuma el consuelo que procura
el artista, el entusiasmo del genio que le hace olvidar las fatigas de la vida, ese privilegio
que tiene el genio sobre los demás y que le compensa del sufrimiento y de la soledad que
sufre en medio de una especie heterogénea, todo esto se debe a que el en sí de la vida, la
voluntad, la existencia misma es un continuo sufrimiento tan lamentable como terrible.
Así al artista según Schopenhauer le fascina contemplar el espectáculo de la objetivación
de la voluntad, se queda parado en él, no se cansa de contemplarlo y de reproducirlo en
su representación, y el ejercicio mimético se convierte en el método aquietador de la
voluntad y en la continua supresión del ego que nos ayudaría a escapar de los sentimientos
siempre agitados y todo lo que fermenta en el ser mortal, pues el sujeto queda absorto en
ese desprendimiento, tranquilo, apacible, lleno de serenidad, y placidez de espíritu, ese es
el estado libre de dolores y el mayor de todos los bienes según nuestra artista y el
mencionado filósofo.
Bibliografía
Belting, Hans. Antropología de la imagen. Buenos Aires: Editorial Katz Editores, 2007.
http://www.adrianavillagra.com/ 29-10-2017.
http://galeriarealismosimbolico.blogspot.com/2012/01/rectitud-oleo-sobrel-lienzo-40-x-
40-cm.html 29-10-2017.
Según tus conocimientos, ¿cómo crees que funciona este plano que llamamos
realidad?
Es aquella fuerza misteriosa que reside dentro de cada uno y nos lleva a concretar
una acción, idea o pensamiento.
Es como una pulsión, una necesidad de saciar algo mediante una acción. A veces
el deseo se concreta y otras veces no.
Creo que sería aquella conciencia equilibrada que uno tiene de sí mismo.
Reconocer las limitaciones, capacidades, motivaciones y a partir de ahí construir la propia
identidad.
Si, en el momento de crear una obra, creo que la relación espacio-tiempo adquiere
otra dimensión. El arte no tiene tiempo y no es cuantificable, es como si fuera un eterno
presente al que hay dedicarle toda la atención y entrega.
¿Hay algo que haya marcado tu vida y que se relacione con la manera en la que
asimilas la realidad?
Sin duda alguna ese hecho fue el día que empecé a pintar y tomé consciencia de
la necesidad del arte en mi vida. A través del arte aprendí a ver el mundo de otra manera,
como si fueran velos que hay que ir descorriendo para descubrir verdades esenciales.